ANTOLOGÍA DIGITAL-EJEMPLO “ENAMORADO” (anónimo mexicano) VERSIONES Él le propuso matrimonio. Ella no aceptó. Y fueron felices.
“ENAMORADO” (anónimo mexicano) Versiones del taller Encuentros de Lectura y Escritura Otras formas de amor Él le propuso matrimonio. Creía en el amor romántico, la monogamia y las mariposas en la panza, junto a la media naranja.Ellano aceptó Le mostró un mundo nuevo, le hizo ver que existen otras formas de amar. Que el amor no es forzado, que puede fluctuar, que existen múltiples amores, de amistades y parejas abiertas, nada de mitades que te completan. Era demasiado para su cabeza chica y su mundo estructurado. Cada quien siguió su camino. Y fueron EUGENIAfelices.PAVÓN
Y fueron IGNACIOfelices.GÓMEZ
Y tampoco funcionó, en realidad. Ella no aceptó. Dijo no estar lista para semejante paso, que no era el momento y que, sinceramente, no sabía si eran las personas adecuadas para arriesgarse a algo tan... tan enorme. Él bajó los ojos porque, en el fondo, tampoco estaba completamente seguro de que fueran las personas correctas para intentar compartir una vida.
Se acercó más a ella, entonces, posó sus labios en su frente y la besó, larga y suavemente. Era verdad, seguramente no eran las personas adecuadas.
Y arriesgó un argumento más. ¿Quién podría acaso estar 100% seguro de que todo funcionaría al arrojarse al vacío que implicaba un matrimonio? Nadie, porque nadie conoce los devenires de la vida.
Sin título Él le propuso matrimonio. Ilusionado. Pensó en miles de formas de pedirlo y, finalmente, no le funcionó ninguna...
La forma definitiva surgió como sin querer, fuera de todo libreto.
Sencillamente se marchó.
Porque nadie... Y se miró las manos, estaban vacías, más vacías que antes de proponerle matrimonio. Estaba completamente solo ahora.
Él le propuso matrimonio. Ella no aceptó. Con el valor en la sangre de finalmente alzar su voz. Tomando por mano propia las riendas de sus destinos. Abriendo, por primera vez, el camino de la autonomía.
Sin título La corte es un sitio lleno de pretensiones. Donde los matrimonios arreglados son el pan de cada día. Él se le acercó, empujado por un estúpido deber a cumplir.
Él, casarse con una campesina que nunca sería del agrado de su familia.
Ella, impávida, lo esperaba paciente, con una resolución en el cuerpo. Ambos sabían lo que el otro quería.
Ella, no desposarse jamás. Se encontraron a medio camino. Con el miedo en los huesos, por no atreverse a desafiar años de mandatos impuestos.
Y fueron PALOMAfelices.GÓMEZ MURILLO
