Construyendo nuestra agricultura ecologica

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Construyendo Nuestra Agricultura Ecológica

© GPAE Nicaragua, 2010. Coordinación de publicación: Consejo Nacional GPAE

Juntos innovando la producción y la comercialización

Entrevista, redacción y edición: Roberto Vallecillo. Revista Enlace. Consejo de edición: María Lourdes García E. GPAE. Martín Cuadra. SIMAS. Manuel Fandiño. Revista Enlace. Transcripción: Jonathan Guerrero.

Foto de archivo ODESAR.

El papel del GPAE ......................................................................... 2 Planificación de Manejo Sostenible de Finca ........................... 6

Fotografías: Roberto Vallecillo. Archivos: TERRENA, HIBISCUS, Asociación Nochari, SOYNICA, Finca Santa Clara, Quinta Gualca, ODESAR, FDGEL y Revista Enlace. Diseño y diagramación: Juan Ramón López. EDISA. Impreso en Nicaragua en los talleres gráficos de EDISA. Teléfono: 22681252. edisa@ibw.com.ni Tiraje: 5,000 ejemplares Agosto 2010.

El filtro de las comunidades ....................................................... 12 Red de mujeres comercializadoras........................................... 14 De microempresa a cooperativa empresarial ....................... 18 Sistema de Garantías Participativas . ....................................... 24 Mercados locales ....................................................................... 28 Quinta Gualca ............................................................................ 32 Permacultura: producir para la vida . ...................................... 36 Finca Santa Clara ....................................................................... 40 La Marca Colectiva GPAE ......................................................... 44 Membresía GPAE ....................................................................... 48

Esta publicación pertenece a la serie sistematización que ordena los aprendizajes y las experiencias de campo que publica GPAE con las organizaciones miembros. La producción de este material ha sido posible gracias al financiamiento de SWISSSAID y Pan Para el Mundo.


El papel del GPAE

Con el bloqueo en Nicaragua en los años 80, la agricultura orgánica y ecológica aparece no como un lujo, sino como una alternativa real. Eso ha dado oportunidades en Nicaragua para concretar estrategias de desarrollo rural basadas en los principios de agroecología. Quién no recuerda la experiencia del programa Campesino a Campesino, de Chepe Chú en la Finca Santa Lucía, Boaco, con las obras de conservación de suelo, los frijoles abonos, las aboneras…”. Recuerda Falguni Guharay, Coordinador del -SIMAS-. Servicio de Información Mesoamericana sobre Agricultura Sostenible, miembro del GPAE, mientras reflexiona sobre las lecciones aprendidas, crecimiento, fortalezas y debilidades del GPAE. De cuerda a chinchorro “... Al crearse el GPAE, era un grupo de organizaciones que se juntaron para analizar y discutir el tema de agricultura ecológica y de las prácticas basadas en agroecología.


Luego aparece la figura de red que tiene otra modalidad de trabajo. Un grupo se asemeja al hilado, que va juntando cada fibra, cada cabuya hasta formar una cuerda, un mecate. La red es tejer con esa cuerda con sus nudos, un chinchorro, un trasmallo o una atarraya. Se forma un grupo para coordinar y fortalecer las acciones de los integrantes, mientras que una red es para realizar acciones que las organizaciones por sí solas no pueden hacer. La evolución de un grupo a una red, no es simplemente una cosa de tiempo, esto involucra evolución de pensamiento, cambio de estrategia y de perspectivas. De cuerda a chinchorro es una metamorfosis. Aunque GPAE ha evolucionado como red, su debilidad es haberse quedado accionando como un grupo que coordina acciones en lo chiquito, a nivel territorial. Eso es típico de grupos y redes. Todos pasamos por lo mismo…“. La Marca Colectiva GPAE: un paso promisorio “Una de las fortalezas del GPAE es la creación de la Marca Colectiva GPAE. Sin embargo, esto ha ocasiona cierta confusión. Aunque está registrada como una Marca Colectiva, ha sido entendida como un sello, en un proceso de certificación participativa. Posiblemente por todas estas confusiones, por todos estos cruces de funciones la Marca Colectiva GPAE no ha ido más lejos, aunque tiene un gran potencial. Veamos el caso de los mercados campesinos. Veinte años atrás había muy pocos, que las mismas organizaciones miembro del GPAE apoyaron y acompañaron para el arranque. Ahora hay un sinnúmero de mercados campesinos, pero la Marca Colectiva GPAE se ha quedado atrás…”.


Alianza con movimientos sociales “Como grupo, el GPAE ha hecho sus aportes en el aprendizaje, el fomento y la incidencia, pero le falta alcanzar un estatus de movimiento social para poder influir sobre las políticas nacionales. Por ejemplo, con toda la fortaleza del GPAE no ha sido posible entablar una relación o diálogo con el programa Hambre Cero. El GPAE ha estado tan ocupado en sus propios proyectos que no ha aprovechado los espacios para influir en las políticas nacionales para el fomento de una agricultura ecológica. El GPAE debe acercarse a aquellas iniciativas que han logrado proyectarse en ese nivel, como MAONIC, como el movimiento de CAPS, en donde la población campesina organizada, con poder social, puede ser un aliado de trabajo. Esas alianzas deben ser el espacio para fortalecer los esfuerzos mancomunados de la sociedad civil y el movimiento social para incidir sobre el fomento de las políticas...”. Necesidad de actuar como una red ¿De qué manera se va a trabajar para respaldar a las familias campesinas pobres, para que ante la crisis financiera y del cambio climático puedan sobrevivir en un ambiente lleno de riesgos? “En los últimos años, GPAE ha estado ligado más a proyectos y a ser fuente de apoyo financiero de actividades de sus miembros. Ahora debe de redefinir su plan estratégico en donde considere: la incidencia sobre políticas públicas, privadas y de cooperación sobre el fomento de agricultura ecològica, ofertar debates y desarrollo de las estrategias de adaptación al cambio climático. GPAE como una red necesita ser más beligerante para poder engranarse con las alianzas, trabajar con el programa de semillas criollas, hacer diplomados y formación en agroecología, elaborar una gama de publicaciones, tomarse como un reto el escalonamiento de la agricultura ecológica…”.


Etapa de inversión para hacer grandes cambios “Es momento de entrar en otra etapa de inversión para hacer cambios grandes. La clave está en cómo las familias campesinas productoras de alimentos para los mercados locales, pueden acceder a financiamiento favorable. No podemos quedarnos con el paradigma de que el mercado resuelve el asunto del crecimiento. Hay que proponer intervenciones del estado, cooperación, cooperativas, sociedad civil y las empresas privadas para mover el tema de innovación local, esforzarse para resolver el aislamiento, el divorcio entre las intervenciones del estado y el trabajo de las organizaciones no gubernamentales, fomentando las alianzas en los territorios, construyendo la soberanía y seguridad alimentaria. Se cuenta con respaldo legal como la Ley Forestal, la Ley General de Aguas Nacionales, la Ley Especial de CAPS, la Ley de delitos ambientales, la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria Nutricional. El reto está en cómo potenciar y encauzar estas leyes, garantizar su implementación, analizar sus implicaciones, riesgos… Estos deben de ser los nuevos retos del GPAE en su plan estratégico…”.

“En la seguridad alimentaria referida al procesamiento de productos y la producción sana, ha tenido cierta inversión y buen avance pero con límites...”.


Planificación de Manejo Sostenible de Finca “La transformación de una finca es a largo plazo porque eso dilata unos cuatro años, pero claro, uno va viendo su desarrollo poco a poco…”. Reflexiona Margio Herrera Altamirano, mientras disfruta de unos frijolitos nuevos recién bajados del fuego con su cuajada fresca y unos huevos fritos, preparados con esmero por doña Bernarda, su esposa. Mientras hace una pausa en la instalación del pozo comunal para Suní, aprovechamos para conversar sobre cómo ha hecho para planificar su finca. “Uno a su manera va acomodando los animales, los potreros, los cultivos de manera informal y a veces desordenada. Fue a raíz de una invitación del Programa TERRENA de La Cuculmeca en octubre del 2008, que nos abrió más la mente.


Nosotros expusimos las necesidades de la comunidad y de cada familia. Los técnicos hablaron sobre cómo mejorar la finca, de hacer un plan para trabajar con éste. Nos pusimos a imaginar nuestras parcelas soñadas… Asistieron 30 personas de 100 familias de la comunidad, porque pensaban que se trataba sobre los impuestos, con el correr del tiempo se fueron sumando más. En esa reunión se presentaron todos los requisitos para participar con el Programa TERRENA / La Cuculmeca, sacamos un listado de las personas interesadas y se planificó fecha y hora para cada visita. La visita se desarrolla en dos partes: una encuesta que se llena en la casa y luego se va al campo; o al revés o se va al campo y después se hace la encuesta. En el campo se va por toda la finca, lote por lote. Ahí se hace un levantamiento del terreno con la ayuda de un aparato llamado GPS. Así el técnico crea un dibujo exacto o un mapa y calcula el área. Durante el recorrido se va viendo el cultivo que se tiene, el tipo de suelo, si hay erosión, muchas piedras, problemas de encharcamiento... ver los problemas y las posibles soluciones. Con esa información se va a la casa para discutir con toda la familia. En un papelón se va escribiendo el problema, la causa y la posible solución, lote por lote. Con las soluciones y actividades, se genera un plan de trabajo…”. Con estos elementos se prepara el plan para presentarlo a un equipo revisor compuesto por tres personas. Al documento se le hacen correcciones a todo nivel y se le regresa al técnico para que incorpore las correcciones y mejore el plan. Una vez corregido, se le presenta a la familia, quien hace más aportes. A este documento se le llama Plan de Manejo Sostenible de Finca o PMSF.

Familia de don Margio Herrera.


Paso a paso, sin ir a la loca “Al PMSF le sigue el plan de inversiones, en donde a través de un taller a toda la familia, prioriza las prácticas que necesitan apoyo. Como Programa Terrena, tenemos poco presupuesto para atender en todo a todas las familias. Por eso, unas actividades las financia o apoya el Programa, y otras, las echa a andar la familia por su propia cuenta o toca otras puertas.

Ing. Juan Carlos Martínez.

La filosofía es hacer pensar a cada miembro de la familia de cómo se verá su parcela de aquí a cinco o seis años. Cualquier actividad, cualquier mejora tiene que estar de acuerdo a lo indicado en el plan sobre la parcela. Por eso les enseñamos a planificar, para que estén preparados para cualquier cosa, hasta si se sacan la lotería. Con reales en mano, saben en qué van a invertir primero, sin ir a la loca.…”. Aclara el Ingeniero Juan Carlos Martínez Blandón, del Programa TERRENA / La Cuculmeca. Sobre el papel de este Programa, él comenta:

“El Programa TERRENA / La Cuculmeca atiende a 602 familias y espera llegar a mil 56 asentadas en 56 comunidades. Don Manuel Lanza y señora. Ahorita andamos por 28 comunidades, ubicadas en San Rafael del Norte, La Concordia y San Sebastián de Yalí. Se tiene cuatro líneas de trabajo: la elaboración del PMSF, se llama línea 1b. En esta línea no se puede dar el otro paso cuando la familia todavía no cuenta con el plan de trabajo. Por ejemplo, el caso de la finca de don Manuel Lanza, de la comunidad El Espino. Él cuenta con dos manzanas de tierra. Su problema era la entrada de los animales a la parcela. Entonces se le facilitó el alambre para cercar la parcela y poder asegurar la cosecha…”.


Don Manuel Lanzas por su parte, platica: “Yo siempre he trabajado la tierra, pero con estas capacitaciones he ido aprendiendo y entendiendo cómo recuperar la parcela, hacer rendir los siembros de maíz y frijoles, conservar el suelo y el agua. Aquí es el maíz y el frijol lo que nos genera la comida, puede faltar el arroz pero el fríjol no. En esta zona es típico sembrar maíz y frijoles asociados en la época de primera. Aquí se le llama matiz. Por cada cinco surcos de maíz va uno de fríjol. En postrera se siembra cinco surcos de fríjol por uno de millón. Ahora, después de cercar junto con mis hijos construimos barreras muertas con piedras. Ahora el Programa TERRENA/ La Cuculmeca me apoya en establecer las cercas vivas en los cercos y a un lado de cada barrera muerta. Como prendedizos usamos: madero negro y el jocote, porque se dan fácil en zona seca. También el cedro pochote se da como maderable…”. Sembrando agua… cosechando vida Daysi Picado Chavarría del equipo técnico agrega: “Como Programa TERRENA / La Cuculmeca trabaja con un área mínima de un cuarto de manzana, pero se atiende a familias con fincas o parcelas de hasta 50 manzanas. Claro, hay casos con más tierras porque tienen algunos recursos importantes como agua o áreas de bosque para una quebrada o cuenca que recoge agua para una fuente de agua o un río. En estos casos, aunque esa propiedad tenga más de 50 manzanas, se le hace un PMSF. Cuando en las casas de los productores hay un fogón tradicional y la familia solicita su cambio por una cocina mejorada de menos humo y de menos consumo de leña, el Programa TERRENA / La Cuculmeca apoya este cambio y la construye junto con la familia...”.

Daysi Picado Chavarría.


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Carlos Mairena es hijo de Felicita y José Ángel. Ella es promotora de salud y él es líder en la comunidad de La Mora Abajo, y su hijo, sigue sus pasos. Póngale atención a sus palabras: “Yo curso cuarto año de la Universidad y participo en la Escuela de Campo, en donde me capacito. Los 30 muchachos que participamos nos vamos a convertir en un referente importante para otros productores en obras de conservación de suelos y de aguas, prácticas y labores preventivas para evitar plagas, identificarlas, manejar otros cultivos, almacenar las cosechas…”. De un plan a otro de inversiones Sobre el Fondo Revolvente son Lester Hurtado y Moisés Romero quienes aclaran que uno de los objetivos es mejorar la economía de las familias en La Concordia, San Rafael del Norte y San Sebastián de Yalí. Además se busca cómo fortalecer cooperativas y otro tipo de organización como fundaciones y asociaciones. “La inversión se realiza en base a un plan de inversiones que se ha tomado en cuenta en cada Plan de Manejo Sostenible de Finca. Todos los productores, sin excepción, reciben una capacitación en donde se les da a conocer: la política de inversión, se explica detalle a detalle cómo se hace para acceder y en el caso del crédito, dimos hasta un folletito, para que se estén orientando y recordando los requisitos.

Familia del joven Carlos Mairena.


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Tienen acceso a este Fondo Revolvente las familias con cinco años de experiencia en la actividad. La solicitud debe ser para una mejora tecnológica y rentable. Abarca la construcción y mejora de beneficio húmedo, trapiche, corrales, vacas paridas, sistemas de riego por goteo, novillo de engorde, gallinas, cerdos, molinos, picadoras, semillas mejoradas, transformación de productos como jaleas, encurtidos, pan, entre otros. El monto máximo es de dos mil dólares. A un plazo que va desde los 6 meses hasta dos años, con un interés del 4% anual…”. Existe también el fondo subvencionado, orientado a mejoras ambientales a nivel de finca y comunidad. Aquí se apoya a las familias con la protección de fuentes de agua, cocinas mejoradas, reforestación, cercas vivas, obras de conservación de suelos y aguas, entre otros. Tus enlaces con el Programa TERRENA- La Cuculmeca son: Harmhel Dalla Torre: desarrollo.estrategico@cuculmeca.org Blanca Lacayo Ortiz : blanca.lacayo@cuculmeca.org Teléfonos: 27823578 y el 27823579. Extensión 113. Juan Carlos Martínez korak@hotmail.es Celular: 88523412. Lester Hurtado, hurtadolester@gmail.com. Celular: 56867316. La Cuculmeca está en el Barrio Daniel Teller, Salida al Guayacán. contiguo al Taller Luna. Apartado No. 6. Jinotega, Nicaragua. Teléfono: 2782 3578. www.cuculmeca.org y www.terrena.org

Lester Hurtado.


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El filtro de las comunidades

“La red es el principal filtro para llegar a los grupos meta...”.

“La Fundación Denis González tiene 10 años de trabajar con familias campesinas en nueve comunidades, señaladas por la alcaldía como las más vulnerables en los municipios de San Ramón y Matagalpa. Por eso, uno de los criterios fundamentales ha sido apoyar a familias agricultoras de bajos ingresos, sobre todo mujeres. Comenzamos trabajando primero con granos básicos, apuntando a la seguridad alimentaria, pensando siempre en garantizar la comida…”. Explica Sandra López Fernández, directora de la Fundación Denis Ernesto González López, conocida como FUDGEL, quien además coordinó la red nacional GPAE. Por su parte el ingeniero Auner Pérez, miembro del equipo técnico la FUDGEL, completa: “Trabajamos con una red de promotores integrada por un número determinado de productoras y productores seleccionados por cada comunidad para que los represente. Esta red es el principal filtro para llegar a las familias socias en el campo. Ya se ha trabajo en conservación de suelos, permacultura… Actualmente tenemos el proyecto de rescate, conservación y multiplicación de semillas criollas.


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Otro eje es la atención a un grupo de 50 productores ejemplo o modelo a quienes llamamos Productores Experimentadores. Son la punta de lanza. A raíz de formar los bancos de semillas, se formó a la par un comité de vigilancia y de administración. La manera de trabajar es prestar y recuperar semillas para seguir multiplicándolas. Nosotros en un inicio dimos las semillas que ya no se encontraban en las comunidades. Con esta semilla inicial, la idea es atender a estos productores y en cada ciclo ir aumentando en número. De ahí la política de: “Te doy 20 libras pero me regresás 40 libras”. El enfoque agroecológico fue definido por todos los miembros y para que la responsabilidad no recayera sólo en el presidente de la junta directiva y ser más democráticos. Así eligieron funcionar como una red de promotores. Entonces comenzaron a elegirse entre ellos, porque cada promotor atienda a un nuevo candidato. Nosotros nos hemos casado con un concepto de enfoque agroecológico que tiene que ver con toda la vida de la familia y lo que le rodea, no sólo es cuidar de la tierra, también a los seres vivos. Tratar de proponer diversos sistemas de producción, diversos aprendizajes y formas de convivencia. Lo vemos como una propuesta de economía solidaria, una integración de todo, desde cada cual, con un estilo de vida digno en la finca. Es enseñar y aprender de una manera sencilla, despertarle el interés, ayudar a entender, a respetar y a saber trabajar en armonía con todos los elementos de una finca…”. Su enlace con FUDGEL es Sandra López que está de la Texaco El Progreso dos cuadras y media al Oeste. Teléfono: 27721060. Matagalpa. Correo: fundaciondenisgonzalez@yahoo.es


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Red de mujeres comercializadoras Beneficios entre productoras y consumidores “La red de comercializadoras rurales de Nandaime funciona desde hace dos años y cuatro meses. En eso, ha sido muy importante un convenio firmado con la alcaldía, quien nos ha permitido usar la plaza como mercado campesino. Somos alrededor de 107 mujeres y asistimos al mercadito 24, de las comunidades de Ojo de Agua, Pedro Joaquín, Los Castillos…”. Comenta Emelda del Socorro Chávez Baltodano, quien aclara que llegar a este punto no es nada fácil, por las dificultades de participar y coordinarse entre las mujeres de las diferentes comunidades debido a la lejanía y los caminos quebrados. Ella recuerda: “La red se formó a raíz de ver los precios tan bajos que ofrecían los comerciantes.


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Los revendedores compraban a como les daba la gana. incluso las compañeras se regresaban con su producto. Los intermediarios y acaparadores tienen la maña de decir: - Si querés te doy tanto, sino llévatelo. Entonces nos vimos obligadas a buscar la manera de vender directamente a los consumidores, garantizando a la vez productos más accesibles y baratos. Por suerte, quienes nos han estado dando su apoyo en organización, huertos de patios y comercialización desde hace ya su tiempito, es la Asocición Nochari, miembro del GPAE…”. Desde las ferias al mercadito campesino “Comenzamos haciendo ferias, después nos quedamos vendiendo cada 15 días y en seguida, la misma población nos preguntaba: -¿Por qué no vienen todos los sábados? Entonces al sacar numeritos, vimos que resultaba rentable. Ahora estamos viniendo todos los sábados. Traemos granos básicos, productos procesados como: pan, rosquillas, cuajada, queso, crema, leche pura… Todo eso viene al mercadito campesino. Cuando tenemos cosecha de hortalizas ofrecemos plátanos, pipián, chiltomas, tomates…”. De reglamentos y compromisos “Conformamos un comité de cinco compañeras, quienes velan por un reglamento sencillo. Por ejemplo, quien llega de primero tiende el toldo y los recogen las últimas en llegar. La red tiene tres toldos y abrimos de las 6:30 de la mañana a las 12 del medio día. Cuidamos de dejar todo en orden, como que no ha pasado nada en la plaza. Queda limpita. Una persona siempre lleva una lista de control de asistencia y otra de productos a la venta. Nos hemos puesto de acuerdo qué cosas trae cada quien, es como un rol; rotamos. También normamos los precios porque entre nosotras no podemos competir. ¡Claro! un día antes averiguamos precios y sacamos costos para no perder y ser competitivas.


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Buscamos la manera de ofrecer productos de calidad. No por barato quiera decir, traer cualquier cosa. Cuando surge un problema se discute y resuelve en una reunión extraordinaria. Nosotras no pagamos nada por pertenecer a la red. La cuota de cinco córdobas es para un fondo de emergencias. A veces es necesario comprar una pesa, bolsas o para cualquier otra necesidad que surja. Cuando nosotras no tenemos un producto, traemos de otras familias que nos venden favorable, para también, venderlo favorable. Por eso tenemos como objetivo o como fin mantener la producción y ofertar productos básicos, reforzando los huertos de patio. Somos productoras no intermediarias. Los productos que menos vendemos son los granos básicos, porque los productos frescos, se vende bien…”. El respaldo de un fondo revolvente “Para no decaer, contamos con un fondo revolvente, en donde nosotras mismas nos propusimos cuotas mensuales. Se dan créditos con montos desde dos mil hasta doce mil córdobas. Eso depende de la capacidad de pago de cada quien. Quien avala es el comité de crédito en cada comunidad, porque es quien valora qué cantidad se le pueda dar a esa persona. Por eso ya hay huertos de patio formados para que esos productos no fallen en el mercadito. Cada comunidad maneja el número de productoras pertenecientes a la red. Así evalúa si esa persona paga sus cuotas puntuales y si amerita mayor o menor monto para el próximo préstamo. El interés del 1%, es sólo por el mantenimiento del valor. El plazo máximo de pago es de un año. Yo he aprendido que cuando elaboramos nuestros abonos, insecticidas y foliares naturales y sabemos emplear las virtudes de los frijoles abonos, invertimos menos y ganamos más, aunque utilicemos más mano de obra…”.


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Las ventajas de formar una red Las ventajas son muchas porque de las ganancias en el mercadito campesino, pagamos nuestras deudas, entre ellas, los préstamos al mismo proyecto, cubrimos la universidad de nuestros hijos y mejora la vida en nuestras casas. Nosotros tomamos conciencia de los logros. Al contar con mejores condiciones, somos capaces de ver a nuestros hijos preparados. Todavía nos quedan dos años y medio más de acompañamiento con la Asociación Nochari para fortalecer estas bases, las gestiones y concretar más proyectos como el de riego…”. En esta apuesta es la Ingeniera Estefania Duarte quien refuerza esta afirmación de doña Emelda: “Basados en una propuesta sobre un estudio acerca del desarrollo de las comunidades, desde este año se está impulsando sistemas de riego. Como la Asociación Nochari cuenta con apoyo de la Asociación Judía, han establecido, lo que llaman, Relaciones de Convivencia. Consiste en recibir brigadas de los hijos de donantes una vez por año, quienes viven en las casas de las familias más humildes. Así juntos han instalado 10 sistemas de riego para un área de una tarea en una semana. Por eso, a partir de julio empezarán a llegar más productos al mercadito campesino. Desgraciadamente no todas las comunidades se beneficiarán con estas instalaciones por carecer de pozos, otras porque la distancia del huerto a la casa es grande o porque el servicio de agua lleva mucho cloro. Estamos dándole vuelta a esta problemática…”. Tu enlace con la ingeniera Estefanía Duarte es el teléfono: 2561-3061. Celular: 89631879. La Asociación Nochari está del Hospital Monte Carmelo tres cuadras al Norte. Nandaime. Correo: asociación_nochari@yahoo.es Doña Emelda Chávez Baltodano con su hija.


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De microempresa a cooperativa empresarial Buscando una proyección local y regional Hibiscus nace a través de una iniciativa para fortalecer los procesos empresariales y comerciales de los beneficiarios que atendía la Asociación Nochari, en Nandaime, departamento de Granada. En otras palabras, el ánimo surgió de la posibilidad de que los propios productores y productoras pudieran producir, procesar y comercializar a la vez. Como eso era difícil, entonces demandaban una entidad o una comisión y forma de organizarse que respondiera por la comercialización de los productos. De esta apuesta es el ingeniero Eduardo Gómez quien platica sobre la propuesta del grupo que definió la forma de organizarse y organización deseada: “Ya existían grupos que hacían vinos, producían y secaban Rosa de Jamaica, elaboraban conservas de frutas, plantas medicinales, pero no se iba más allá. No se podía cumplir con la demanda de comprarles toda su cosecha.


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Estos grupos empresariales procesaban de forma artesanal. Sin embargo al ir recibiendo capacitaciones con la Asociación Nochari, poco a poco se fueron organizando a nivel individual. Como existía una demanda de mercado y un potencial de producción y grupos produciendo a pequeña escala con su registro sanitario y códigos de barra, la Asociación Nochari elabora la propuesta integral que contempla la construcción de una empresa que cumpliera con los requisitos legales y administrativos. También se pensó en capacitaciones técnicas y de organización empresarial. Por eso, una de las primeras acciones fue elaborar una iniciativa de proyecto a la organización española Ingeniería Sin Fronteras de Nicaragua y a la Cooperación Inglesa Christian- AID. Fue una propuesta integral desde la producción de la materia prima, su transformación y la comercialización para concluir con una buena solicitud. Esta propuesta contemplaba un análisis de factibilidad técnico económico, estudios de mercados y la elaboración de una estrategia de comercialización. Se partió de la experiencia de los productores y de las mujeres procesadoras que manejaban la microempresa y la comercialización de la Jamaica. Así en el 2007 se logró instalar la primera empresa cooperativa para el apoyo a los productores y productoras y se obtuvo la personería jurídica. A la par solicitaron el acompañamiento de la Asociación Nochari en el proceso organizativo porque era un proyecto de gran alcance y más complejo. Uno de los indicadores era contar con una estrategia de comercialización y de producción, pensando en la demanda del mercado. El estudio de factibilidad o de posibilidad indicó que todas las actividades desde las fincas hasta el mercado estaban en capacidad de generar oportunidades, capacidades de manejo del negocio y beneficio social a cada miembro. Era dar fe de que la empresa cooperativa generaría riquezas y devolvería beneficios a sus socias y socios...”.

“Una propuesta integral desde la materia prima, su transformación y la comercialización para concluir con una buena solicitud...”.


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Una empresa de gran alcance “El nombre de HIBISCUS nace en una asamblea de socias y socios, porque este nombre se deriva del nombre científico de la Rosa de Jamaica; como la cooperativa es líder en la siembra de Jamaica, pues a todo el mundo le pareció. Así nació el 31 de agosto del 2007. Ahora, tenemos 51 socios en 12 comunidades, como: El Ojo de Agua, El Llano, Pedro Joaquín Chamorro, La Pintada, El Buen Pastor y San Diego entre otras, donde un poco más de la mitad son mujeres. Las socias y socios individuales con sus fincas propias, son agricultores orgánicos que apuestan a la agroecología. Unos están organizados en redes, en donde venden en un mercadito campesino, otras producen y procesan frutas secas, vinos en la planta procesadora y otras socias se han venido especializando y profesionalizando en calidad y mercadeo. Ahora está creciendo, tenemos comité de producción en donde se dictamina los niveles de producción, una junta de vigilancia y el consejo de administración. Como no cuenta con una Gerencia General, todo recae sobre el Consejo.


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El primer año, 2008, el estado de resultados no fue bueno porque hubo pérdidas, pero hay que acordarse que una empresa genera ganancias a largo plazo. Es normal porque se está estableciendo, la proyección es a los cuatro años de fundada. El orgullo nuestro es que el 80% de los salarios es pagado por la cooperativa. Son cinco operarias, la gerente de operaciones, la responsable de venta, la auxiliar contable y la mitad del salario del guarda. Sin olvidar que el mantenimiento de la empresa, transporte de productos y otros gastos administrativos son pagados por la cooperativa. Con la cooperación se asumen tres salarios técnicos: contabilidad, gerencia y el técnico en agroecología. De ahí la urgencia de explorar mercados y vender a diario. Los gastos mensuales andan entre los 43 mil y 50 mil córdobas mensuales, pero pronto vamos a llegar al punto de equilibrio. Hasta el 2009 se registra como Cooperativa de Producción Agroindustrial Hibiscus RL en la DGI. Nosotros creemos que hasta el 2011 se van a generar ganancias, en donde una parte de los excedentes se le retribuirán a las socias y socios.

“El primer año, 2008, el estado de resultados no fue bueno porque hubo pérdidas, pero hay que acordarse que una empresa genera ganancias a largo plazo...”.


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Con el cultivo de la Rosa de Jamaica de los socios y socias cubrimos la demanda y sembrando entre 30 a 40 manzanas satisfacemos la demanda del mercado. Nosotros aportamos el 30% de la producción del país.

“El plan de negocios contempla niveles de producción La Rosa de Jamaica es un trabajo constante, diario, emplean 180 personas por manzana en cuatro meses, escalonados entre se sin meter el tiempo de limpieza y manejo agronómico. La mano de obra anda por los 65 córdobas el día. las dos mil y cuatro mil botellas El plan de negocios contempla niveles de producción escalonados entre las dos mil de vino por año”. y cuatro mil botellas de vino por año. Los derivados de la Rosa de Jamaica van de los 10 mil a 18 mil galones de bebidas y entre tres mil a cinco mil kilos seco de cáliz, como materia prima para nosotros y para el mercado.

El fortalecimiento de las alianzas Tenemos una alianza formal con la Finca Santa Clara con firma de convenios para distribuir productos, para capacitación, acompañar procesos de calidad. Somos miembros del GPAE, a nivel de la región estamos en un Consorcio de Cooperativas Agroindustriales llamado CONAFRUVE R.L y somos parte del grupo de Economía Solidaria – PECOSOL. Participamos en mercados campesinos, en donde colocamos un 15% de la producción. Buscamos sostenibilidad financiera, además de vender y ser competitivos con otros productos importados. Nuestro lema es ser eficientes, creativos y capaces de realizar las propuestas y proyectos empresariales. De ahí la necesidad de proveer a la planta equipos adecuados para la elaboración de bebidas, fortalecer las promociones, elevar la calidad, las ventas, mejorar el diseño; tanto de envases como de etiquetas, mantener procesos de certificación de finca, más personal técnico, cambiar el sistema de informática… Hemos logrado entrar en mercados fuertes como wal mart, que muchos nos critican porque es una transnacional, pero nos da más estabilidad de precios y de mercados.


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Además estamos en 13 supermercados Palí y en seis de la Unión en Managua y en cinco Pali a nivel departamental vendiendo: Rosa de Jamaica deshidratada y vinos de frutas tropicales. También nuestros productos se encuentran en supermercados la Colonia de Managua y Granada, en tiendas Ciprés, Ola verde, Naturaleza, Nicaraocoop y otras tiendas macrobióticas de Nicaragua. Nuestra marca es D’Nandaime para Jamaica deshidratada. En chorotega, NANDA significa: arroyo y el término IME quiere decir: abundancia. Así Nandaime es el lugar de abundantes arroyos. La marca de los vinos es CHOROTEGA, en honor a ese pueblo indígena que desarrolló una agricultura intensiva. La otra marca es Rosita, La Nandaimeña. Muchas empresas no llegan a establecerse por problemas de su legalidad. A este nivel es necesario legalizar estos productos y organizar documentos con la DGI, Alcaldías, INSS, MINSA y las organizaciones que regulan a las cooperativas. Las empresas tienen que tener legalizada la documentación como: Facturas membretadas, pago de impuestos, código de barras, registro sanitario… Todas estas exigencias son necesarias pero difícil de cumplir para muchas empresas. Cada seis meses el Ministerio de Salud te pide el registro sanitario y mensual nos visita una delegada del MAGFOR. Estamos llegando a muchos lugares gracias a la credibilidad ganada a través de los años…”. La Cooperativa de Producción Agroindustrial “HIBISCUS” R.L. está localizada de la Escuela Carmela Noruega dos cuadras al Este y 800 metros al Norte. Nandaime. Nicaragua. Su contacto es Eduardo Gómez. Teléfono: 88743062. Correo: coophibiscus@yahoo.es


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Sistema de Garantías Participativas

El Sistema de Garantías Participativas permite al consumidor verificar por sí mismo el manejo, que el productor da a los cultivos.

El Sistema de Garantías Participativas permite al consumidor verificar por sí mismo el manejo, que el productor da a los cultivos desde su establecimiento hasta la cosecha. Esta modalidad de relacionarse es muy importante porque hace conciencia, tanto en los productores como en los consumidores, de la importancia de producir y consumir productos sanos y de proteger el medio ambiente. La Cooperativa de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios presentes en los municipios de Diriamba, Dolores, Jinotepe, La Paz y San Marcos, conocida como COOPAD R.L., logra impulsar esta novedosa idea, a través de capacitaciones, intercambios de experiencias y de recorridos de campo para promover la agricultura orgánica sostenible y manejar con consideración los recursos naturales.


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“Con esta experiencia podemos asegurar que cuando hay mayor grado de participación de los consumidores, hay un mayor grado de conciencia…”. Asegura Raúl Hernández López, quien es facilitador de la Cooperativa de Proyectos Agropecuarios de Diriamba-COOPAD R.L. y es parte del equipo de apoyo administrativo. “Las familias aprenden a producir sano, sin químicos, bajan los costos de producción, aplican técnicas fáciles, de bajo costo desde la preparación del suelo hasta la utilización de semillas. Tratamos de rescatar nuestra tecnología ancestral que respeta la tierra y la vida tanto humana como animal; aunque demanda más mano de obra. Además se trasmite con facilidad a otras personas, da muy buenos resultados, conserva el suelo y el agua. De esta forma mejoran la manera de cultivar y que hacer con su propia semilla, utilizar abono orgánico… Es manejar la parcela de manera preventiva para evitar plagas y enfermedades bajo métodos sencillos. A eso se le llama Agricultura Orgánica Sostenible. COOPAD R.L para involucrar a los productores agropecuarios, busca líderes o forma promotores en las comunidades, porque son los ideales para regar los conocimientos. Nosotros vemos cuatro ejes importantes: Uno: Las parcelas no pueden ser monocultivistas, es decir, dedicarse a un solo cultivo. Deben diversificarse porque por un lado se cosechan diferentes productos y por el otro, las plagas al descontrolarse, no llegan a ser un problema. Además el suelo no se cansa. Dos: La aplicación preventiva de insumos orgánicos como el agua de cal y el agua fermentada con hojas de papaya, previenen enfermedades fungosas. Tres: La introducción de cultivos de leguminosas como el frijol, la soya, el caupí, la canavalia, abonan y refrescan al suelo, y como cobertura, controlan malezas tan difíciles como el coyolillo y zacate invasor. Cuatro: Impulsar la rotación de cultivos.

Producción de biofertilizante.


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Contamos con una red de productores agroecológicos compuesta por 89 productores, cada uno con su finca. Por eso, de acuerdo al cultivo, se invita a los consumidores a un pequeño recorrido de campo. Así con sus propios ojos, ven qué están comprando, se les hace la comparación entre un producto orgánico y un producto convencional tratado con veneno. El producto convencional, por llevar muchos plaguicidas y otros químicos, es más grande, lisito, mientras que el producto orgánico es más pequeño pero viene sano, sin veneno. Aprovechamos para mostrarles técnicas de protección, cómo tomar una fruta en la planta y envolverla en papel desde que está pequeño hasta la cosecha. Esa es una manera de evitar daños de plagas. Les presentamos las trampas lumínicas de insectos instaladas a inicio de las lluvias, porque las plagas atacan por temporadas. Por ejemplo, protegemos plantas de las gallinas ciegas al atrapar a sus papás, que son los chocorrones de mayo. Sino es así, salen los chogotes o gallinas ciegas desde abril. Les hablamos del control de plagas con cultivos trampas combinados con la aplicación de agua con detergente. Aquí todos los sábados se realizan ferias, en donde llegan nuestros consumidores activos y cautivos. A esas personas las invitamos a las giras de campo. La otra modalidad es ofertar una canasta variada de productos agropecuarios, producida por un conjunto de productores. La canasta se oferta a través de un promotor, él es quien calcula cuántas canastas han solicitado. Los productos de la canasta varían según la época. Para hacer la canasta se hace un consenso entre los consumidores, la cantidad que necesitan, el costo, cuánto pueden pagar y así se acomoda a su canasta. Sale entre 100 a 150 córdobas. Ahorita estamos sacando aguacate, jocote, marañón, plátano, guineo, guayaba, caimito, derivados de la leche como cuajada, leche agria, crema. Estos productos se ofertan con tortillas y frijoles cocidos, en el pasillo de las oficinas de COOPAD. Esta venta le genera mayor ingreso a los productores como a doña Sara Altamirano.


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Nosotros tenemos un trabajo en común con GPAE y con la Liga de Defensa del Consumidor de Nicaragua de aquí, en Carazo. En un principio nos ayudaron a regular los precios. Eso es un respaldo porque nos buscan para comercializar. Los productos no pueden estar muy por encima ni muy por debajo de los precios del mercado municipal. Por ejemplo, la lata de jocote se vende en 60 córdobas en la Feria y en el mercado llega hasta los 90 córdobas. No tenemos la capacidad para abastecer a grandes consumidores porque son áreas pequeñas y es poca la inversión. En hortaliza cada productor siembra de 100 a 150 metros cuadrados. En el invierno llegan hasta seis tareas o 440 metros cuadrados. La COOPAD R.L. dispone de una unidad de ahorro y crédito para sus afiliados, lo que permite animar un desarrollo, no sólo en la agricultura orgánica, sino también en ganadería y la empresa familiar. COOPAD R.L. firmó un convenio con el MINED para desarrollar dos temas muy importantes: El tratamiento de la basura y los huertos escolares. Por el momento llevamos a los maestros a recorridos de campo y les damos charlas sobre la situación de la agricultura. A la fecha estamos desarrollando un proyecto sobre educación ambiental, que llega a 18 escuelas y de forma directa a 1,114 estudiantes con 32 docentes de cuarto grado. Como reflexión vemos el caso de Chinandega y León, porque es la fecha y todavía en sus tierras y aguas subterráneas presentan contaminación por residuos de pesticidas. Esta es una alerta, no sólo para los productores sino también para el gobierno. Vean los casos del Nemagón. Insisto, las bondades de la agricultura orgánica están en producir sano, bajar costos y respetar la vida…”. Su contacto para mayor información es Raúl Hernández L. COOPAD R.L. está ubicada: del Reloj Público, 1c. al Sur y 2 1/2 c. al Oeste. Contiguo al parque infantil “La Mascota”. Diriamba. Teléfono 2534-2318. Correo: cooppad@ibw.com.ni


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Mercados locales El peso de la palabra y la confianza “Haciendo un análisis entre mi familia y las de mis hermanas, llegamos a la conclusión de no irnos de la comunidad a trabajar a la ciudad. Así por un empleo digno para nosotras las mujeres, nació esta iniciativa...” Recuerda doña María Luisa Mendoza de aquella decisión que les ha cambiado la vida. Estos son testimonios: “Nos propusimos hacernos de un capital juntando varias familias del lugar entre parientes y conocidas. Acordamos comenzar con una cuota de 50 córdobas por persona y por quincena. Como nos resultaba pesado, la pasamos por mes. Éramos nueve personas con una organización simple, sencilla, porque sólo escogimos a una personas como tesorera. Es quien recogía los reales según la palabra de cada quien. Con el fondo acumulado en seis meses fundamos esta empresa familiar, para trabajar en lo que más tenemos experiencia: producir hornadas, una herencia de mi mamá. La mayor parte de los ingredientes vienen de nuestra comunidad Poza Galana: la leche, el maíz, los huevos, el queso o la cuajada… Además contamos con mi mamá que trabaja hombro a hombro con nosotras...”. De un problema a una solución “Comenzamos vendiendo en los buses y en las comunidades, pero era perder el tiempo. Eso de andar de arriba para abajo hasta el producto pierde calidad y es agotador. Como dos cabezas piensan mejor que una, decidimos hacer una galerita para un puesto de venta. El lugar ideal para construirla era en frente de la parada de los buses, que van y vienen de Santa María. Con el escaso fondo, poco a poco compramos las tejas. y sacamos madera de las parcelas de las socias.


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Nunca nos olvidamos de aquel primer día, el gran día. El ruido del motor del bus que venía de Ocotal, nos hizo palpitar el corazón de tal manera, que se nos quería salir del pecho. pero sólo se vendió una tacita y cinco pesos de rosquillas. Esa fue toda la venta de ese día. ¿Qué había pasado? Como no regamos la bola, ¿Cómo iban a saber los pasajeros de este puesto de mercado? Un gran error. Como la cabeza no es sólo para andarla, nos pusimos a pensar en una estrategia. Así me acordé del problema de recalentamiento de los motores de los buses. Los buseros se detienen en ciertos lugares para conseguir agua para el radiador. Como yo tenía un pedazo de barril, lo presté para ponerle agua a disposición de los buses. Así, platicando con cada uno de los conductores, empezaron a hacer su parada en la galerita. Las ventas subieron porque pararon hasta particulares. Las ventas tienen sus altas y bajas, unas veces se hacen que 900 córdobas, otras el doble”.


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Una cosa jala a la otra “Hemos venido surtiendo por consejo de los clientes. Aquí en el puesto encuentra jocotes, ayotes, chayas, papayas, maíz, elotes… También damos oportunidad a otras familias vecinas que disponen de riego y siembran escalonado. Esta es la iniciativa que queremos cuajar, un lugar para todos los productores en donde puedan vender sin ningún intermediario...”. Organización del trabajo “A la hora de hornear nos organizamos por turnos. La norma es participar todas en la producción de cada una, como mano vuelta. Así no pagamos mano de obra. Tenemos un rol porque a veces, se vende tan rápido que es necesario adelantar el turno. Ahorita cada una hornea 20 libras de maíz cada tres días. Nuestras compras siempre las hacemos a los productores organizados en redes a manera de alianzas. Estos productores evitan el uso de venenos para producir. Los gastos y las ganancias son individuales, a la empresita le damos un porcentaje por el préstamo para comprar la materia prima. Como es necesario crear un fondo para el mantenimiento, pagar recibos de luz, comprar algún equipo... dejamos cada vez 50 córdobas. Para mover la mercadería, se vende por bolsitas de a cinco córdobas.

“Los gastos y las ganancias son individuales, a la empresita le damos un porcentaje por el préstamo para comprar la materia prima...”.

Una forma de facilitar los cálculos y establecer los precios, es levantar una lista de costos. Tomamos en cuenta todo lo necesario para llegar a producir cada uno de los productos. Así al contraponer lo invertido con lo producido, más el margen de ganancias, nos da el precio. Por cada horneada queda más o menos 300 córdobas. Nosotras nos reunimos cada ocho días, a veces después de cada horneada; más que todo cuando hay mucha demanda. Así vemos como van los ingresos y el inventario de productos. Los meses de noviembre, diciembre, enero, es cuando hay más movimiento por los cortes de café. En ese tiempo horneamos diario. Los meses más fregados son Junio, Julio y Agosto…”.


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“Al estar organizadas hemos logrado participar en ferias, recibir visitas de mujeres de Honduras, ir a intercambios, aprender a comercializar, saber más sobre agricultura, vamos a días de campo... Gracias a todo eso hemos perdido la pena…”. Confirma muy orgullosa doña Rosa Emilia Mendoza, mamá de la mayoría de las socias. La sabiduría del trabajo “Al principio a mi hijo Jaime, le daba pena salir a atender porque decía que no se iba a vender nada. Ahora no, como administrador más bien se preocupa porque siempre tengamos productos para la venta.

“Nuestra esperanza es crecer, vemos la manera de cómo entramos a otros mercados y probar con otros productos...”.

En estos tres años de trabajar juntas, la UNAG, SOYNICA y el INPRHU miembros del GPAE, siempre nos apoyan. Como nuestra esperanza es crecer, vemos la manera de cómo entramos a otros mercados y probar con otros productos como el pan de trigo. Ya estamos mejorando nuestra infraestructura gracias a la Agencia Internacional Canadiense. Como ve, ya hemos construido estos dos cuartos, y este hermoso horno. Sólo nos falta el área de empaque. Nuestra lucha es tener una mejor presentación, una etiqueta, certificado de salubridad para conquistar otros mercados…”. Otras mujeres se han animado en instalar un mercado apoyadas con SOYNICA. Doña Maura de Jesús Gómez. como el caso de doña Maura de Jesús Gómez de Mozonte. “Yo vendo en mi casa y en un mercadito. Ahí ofrezco verduras, rosquillas, pan, nacatamal, vino de Jamaica, naranja y marañón... Con mi vino ya he agarrado fama porque lo hago con todas las de ley, en eso no soy pinche. Nosotras queremos el mercado sobre la carretera. Es mejor y es un buen punto. Por eso, hay que saber trabajar porque una fruta como la papaya, cuando está barata, la preparamos en mermelada y se vende a mejor precio. Todo eso trae una gran mejoría en la economía…”. El contacto sobre esta experiencia es Azucena Zelaya, Coordinadora de SOYNICA en Ocotal. Teléfono: 2732-2761 Correo: soynica@turbonett.com.ni y recepción@turbonett.com.ni


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Quinta Gualca Restaurar la madre tierra “Hace 21 años, compramos una manzana de tierra, aquí en Condega. La idea era tener un centro experimental y a la vez asegurar la alimentación de la familia. Pensamos en una finca diversificada, algún área de patio, sembrar hortalizas, verduras, otra área para alimentación de especie menor como cabras y gallinas...”. Comenta el ingeniero Franck Tondeur y su compañera Sonia Hernández sobre los primeros tiempos para recuperar una tierra deteriorada, erosionada, en donde construyeron su casa. Sobre el reto de restaurarla y de cómo una cosa llevó a la otra: “Un primer paso fue la implementación de obras de conservación de suelos. Cabe destacar que sólo habían tres árboles, a 10 años ya contábamos con dos mil, incluyendo un banco de leguminosas; pero quedó todo destruido por el huracán Mitch.


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Por suerte nos dejó la casa y gracias a Dios, que a cinco kilómetros tenemos 62 manzanas con manejo silvopastoril, al mantener en la misma área: árboles, pasto y 30 cabezas de ganado al mismo tiempo. Eso nos permitió trabajar con dos tecnologías para restaurar la manzana de tierra…”. Dos tecnologías sencillas con recursos del lugar “Una tecnología es a partir de la disposición del estiércol para implementar estercoleras y aboneras de montón y la otra, es el recurso de los frijoles abono como el mungo, el Canavalia y el terciopelo, que ayudan a controlar las malezas, es fuente de proteínas y funciona como barbecho mejorado. De la producción de abono, disponemos de unos 350 sacos por año. Ahorita llegamos a las 45 cabezas de ganado, capacidad máxima de los potreros. Como no tenemos tierra agrícola para producir sorgo, solucionamos la alimentación de verano, cortando pasto gamba en la canícula, de un potrero que aislamos desde el inicio del invierno. Después dejamos secar por unos seis días y guardamos en moños o manojos para el período crítico de marzo y abril. En el área de pastoreo libre, el ganado está a gusto porque en las chapeas selectivas se ha preservado árboles de vaina como el carbón, la vainilla, el guanacaste y el espino blanco. Otro recurso aprovechado son los prendones. Al inicio de cada año sembramos unos 500 prendones para reponer los secos y para ampliar las cercas vivas en la división de los cinco potreros. Al podar me dan leña, hojas para forraje del ganado y más estacas para prendones. De transporte no gasto mucho, porque se trae leche y estiércol a la casa y se regresa con zacate de corte para los terneros. También usamos mulch, rastrojos, desperdicios de cocina y zacate para proteger el suelo del sol, la lluvia y controlar la maleza. Así el suelo al mantenerse húmedo, requiere de menos agua.


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Lo mismo hacemos con la broza de las leguminosas, las dejamos alrededor de los frutales, caseada. No quemamos ningún tipo de basura. En total tenemos 48 especies de frutales diferentes como mora, cocos, limones, maracuyá, melocotón, guayaba, aguacate, naranjas, mango, marañón… Con las plagas no hemos tenido problemas porque el ambiente es muy favorable para los enemigos naturales y menos favorables para las plagas. A veces aparecen pulgones pero detrás le siguen sus depredadores…”. Un clavo saca a otro clavo “Cuando empezamos a tener sobre producción de leche, como alrededor de 30 litros en verano y 60 en invierno, nos pasó otro percance. Esta cantidad de leche para Condega es mucho, por ser un pueblo pequeño. Cuando más se vende es entre 10 y 12 litros, el resto se hace cuajadas. Yo principié a llevar un registro de la finca para saber qué tanto nos generaba, si era rentable. Al hacer cuentas, daba para pagar la mano de obra de tres personas trabajando a tiempo completo y quedaba poca ganancia para vivir de ella. Entonces, nos dimos a la tarea de pensar en una estrategia para hacerla rentable, más productiva. Para empeorar el asunto el precio de la leche bajó. Decidimos arriesgarnos y procesarla, no en cuajada, ni en nada de derivados clásicos; pensamos en productos como el quesillo, el yogourt… Nos motivamos a inventar variedades de quesos porque eran los mismos clientes quienes hacían propuestas para producir otros quesos. Cuando hicimos un análisis contable entre inversiones contra ventas, vimos que estaba dando resultado. Nos dimos a la tarea de diversificar los derivados de la leche, elaborados con un procesamiento artesanal sencillo. El problema era encontrar el mercado para todos estos productos.


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Mientras hacíamos clientela en Condega, el sobrante lo acumulábamos en la semana y al amanecer de cada viernes, agarrábamos rumbo a Estelí a participar en el mercadito campesino. Hemos llegado a procesar 17 productos derivados de la leche, conservas de frutas y verduras para darle mayor valor agregado. Llegó un momento en que el mercadito campesino ya no fue suficiente, se nos quedaban productos. Entonces surge la idea de vender en nuestro propio puesto, un cafetín de comida típica. Era la forma de vender 40 litros de leche procesados en los diferentes productos y servirlos en platillos, además nos daba mayor margen de ganancia. Ahí, sí sentimos que despegamos al diversificar con yogurt de varios sabores, con frutas, leche agria, pastel de queso, bebidas típicas como posol con leche, cacao con leche, licuados… Todos los platos servidos llevan cuajada o queso, así logramos vender hasta 60 litros de leche diario. Ahora de la ganancia mensual pagamos a una mesera, dos cocineras y podemos contratar más mano de obra para el manejo sostenible de la finca. No nos gusta usar ningún tipo de aditivos como colorantes, preservantes, conservantes en los productos Gualca. Hemos aprendido métodos orgánicos de conservación y por estar en un circuito cercano de producción, transformación y consumo, no es necesario usar nada sofisticado para la conservación. Dominamos cinco técnicas para conservar los productos: En frío, con alcohol, azúcar, pasteurizando leche y esterilizando al vacío. Esta experiencia es un modelo de soberanía alimentaria porque hemos logrado producir y procesar productos sanos para el mercado local, que son parte de la cultura gastronómica de nuestros clientes y a precios cómodos”. El enlace con Quinta Gualca es Franck Tondeur Celular: 86291743. Correo: ftondeur@yahoo.com

Cerca viva de mora.


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¿Qué se entiende por permacultura? “Para nosotros es un sistema de vida que permite crear ambientes humanos y sistemas de producción sostenibles a través de diferentes diseños con recursos locales. Es un conjunto de propuestas de producción, de convivencia respetuosa con la tierra, el planeta y todos los seres vivos y de economía comunitaria, que aseguran el alimento sano de la familia…”. Trata de explicar de manera sencilla, el ingeniero Róger Soza Sancho, sobre esta forma de producir para la vida. Él es coordinador del Área de Proyectos en ODESAR Matagalpa, organizción miembro del GPAE, que desarrolla estos procesos en seis municipios.

Permacultura: producir para la vida


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“Esta novedad la conocimos hace cinco años en una Convergencia Mesoamericana de Permacultura en San Lucas, Tolimán en Guatemala. La permacultura fue desarrollada por los australianos David Holmgren y Bill Mollison como una respuesta para frenar la contaminación de la tierra, el aire y el agua provocada por las industria, la agricultura y la ganadería destructivas. Son las responsables de la reducción de los recursos naturales y la desaparición de las especies de animales y vegetales. Es propia para los huertos de patio, parcelas y aprovechar los espacios en los solares con la construcción de mandalas, círculos de cultivos, caracoles y terrazas hechas con piedras y botellas desechadas, tapescos y cultivo en llantas. Ideal para sembrar quequisque, malanga, guineos, yuca y papayas, así como hortalizas y legumbres, aprovechando las aguas grises, talayo o aguas servidas tratadas a través de filtros fáciles de construir. Es lindo ver la posibilidad de producir alimento aprovechando los cultivos de enramadas como el chayote, la granadilla o los pipianes y sandías. Mejorar los suelos es parte de la permacultura sin recurrir a los fertilizantes completo y urea, produciendo en la misma finca los abonos orgánicos como el compost o aboneras, el lombrihumus, los abonos foliares, los biofertilizantes. No ve en los insectos una plaga, porque la falla está en que el campesino mismo no sabe manejarlos con prácticas y labores preventivas, y cuando alcanzan un nivel de daño importante, no recurre a los controladores y repelentes orgánicos. Como ética de los simpatizantes de este pensar, está el de captar el agua de lluvia que escurre por los techos con la construcción de cisternas y pilas hechas con materiales desechados como las botellas plásticas y llantas. Además se trata de reciclar la basura, hacer fogones mejorados, construir gallineros con los materiales más comunes del lugar.


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ODESAR atiende a mil 909 familias en agroecologia con un promedio de tres a cinco manzanas de tierra y que no pasan de diez manzanas.

Es tratar de tener un estilo de vida más digno, es gustar de vivir en lo limpio, adornar los patios con plantas ornamentales, aprovechar las esquinas y las paredes de las casas, sembrar árboles de diferentes especies, frutales en donde sea posible. Ellos no son tan exigentes en su atención…”. Todas estas prácticas y técnicas no son nada nuevas, unas son parte de la agricultura orgánica, otras de la agricultura ecológica y de la siembra y cosecha del agua. Trata de rescatar aquellas formas de trabajar la tierra a la manera de nuestros ancestros Incas y Mayas. Todo está en ponerse la mano en la conciencia, en el modo de ver la vida y trabajar con el corazón. ODESAR atiende a mil 909 familias en agroecologia con un promedio de tres a cinco manzanas de tierra y que no pasan de diez manzanas. Otras no tienen más que un patio. Por eso maneja proyectos integrales, completos que poco a poco van enriqueciendo los conocimientos en la gente para desarrollar capacidades de gestionar y resolver sus problemas más sentidos en comunidad, con igualdad y justicia. Manejan un proyecto piloto, pionero con grupos de mujeres de la ciudad de Matagalpa en cinco barrios con agricultura urbana. Los siete puntos básicos Sobre los requisitos para poder ser atendidos y beneficiados por estos proyectos, don Róger Soza hace una lista de siete puntos:


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Uno: La familia debe de estar convencida que la agricultura ecológica es un camino real para garantizar la producción de sus propios alimentos sanos para el consumo. Dos: Ser solidaria y estar dispuesta a intercambiar materiales y semillas producidas por la familia misma. Tres: No quemar rastrojos ni despalar, sino manejar el recurso con responsabilidad. Cuatro: Comprometerse a no usar venenos ni otras sustancias contaminantes. Cinco: Elaborar sus propios abonos y aprender a manejar a los insectos. Seis: Hacer obras de conservación de suelos y aguas. Siete: Saber aprovechar los recursos de su lugar. Uno de los diseños más atractivos para aprovechar esos lugares en los patios y huertos, es la mandala. La palabra mandala significa: Círculo sagrado. Es un símbolo de sanación, de totalidad, de unión, de integración. Representa el cosmos, el universo y la eternidad, usado desde hace mucho tiempo por la cultura Inca del Perú y Maya en Centroamérica. Hay variedad de mandalas pero básicamente, consta de un centro y está repartido en cuatro tantos simulando los puntos cardinales: la salida y puesta del Sol, el Norte y el Sur. Al dibujarlo, pintarlo, al construirlo o caminar por él, ayuda a viajar hacia nuestra esencia. Así ilumina aquellas zonas oscuras y descubre las ocultas que nos dañan; para permitir brotar nuestra sabiduría. ODESAR ha implementado hasta el 2009: 264 manzanas de permacultura, 234 caracoles, 127 mandalas, 143 círculos de piedra, 104 cultivos en llantas y bambú, 56 en tapescos y 16 laberintos de estrellas, más una infinidad de obras de conservación. Un enlace con esta experiencia es Róger Soza. Las oficinas de ODESAR están en la calle principal, frente al SILAIS. Matagalpa. Teléfono: 27723629. Celular: 86318199 Correos: rsozasancho@hotmail.com • direccion@odesar.org


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“Invertimos mucho para pasarnos de una finca convencional a una finca agro ecológica y estábamos en búsqueda de alternativas económicas...”.

Del patio de la casa a Finca Santa Clara “Este proyecto es una casualidad, porque buscábamos alquilar una casa fuera de Jinotepe. Al hacer numeritos nos dimos cuenta que era más conveniente construir una casa. Así compramos el terreno y construimos la casa. Ya en junio de hace 13 años nos pasamos a vivir aquí. Desde ese momento asumimos el compromiso de conservar el suelo, sembrar árboles...”. Recuerda Dominique Ruegsegger de la empresa familiar Finca Santa Clara, miembro de GPAE, Dominique comparte esta experiencia muy particular de cómo fue el camino para pasar de la idea de un huerto a la fábrica que son hoy: “Invertimos mucho para pasarnos de una finca convencional a una finca agro ecológica y estábamos en búsqueda de alternativas económicas. En el terreno había una chanchera pero al hacer cálculos vimos que no era rentable. En el 2,000 empezamos a elaborar los primeros productos, a muy pequeña escala en la casa, para el consumo, los amigos, y poco a poco fuimos vendiendo. Como yo trabajaba en una ONG, sólo podía trabar con Lilliam por las noches. Hacíamos mermeladas de naranja, de jocote y de Jamaica y conservas a base de perejil, pepino, chiles. Elaboramos con la producción de unos cuantos palos y sembrábamos rosa de Jamaica que conocíamos, por haber participado en la promoción del cultivo en el Sur con la Asociación Nochari. En tres años, de manzana y media pasamos a siete. Los árboles crecieron y nosotros también.


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Empezamos a colocar productos en Managua, a participar en ferias. Así poco a poco fuimos venciendo el temor y la inseguridad de vender. En estos años todavía no habíamos entendido muy bien que el producto no se vendía sólo. Empezamos a pensar más en la presentación, la etiqueta, el empaque… Al final del 2004 dejé el trabajo con la cooperación. Así junto con Lilliam, mi esposa, decidimos crear una empresa promotora de la agro ecología y vivir de esto. Logramos un primer financiamiento de la familia para la creación de la empresa. Por eso en el 2005 invertimos en instalaciones, en equipos y contamos con un primer capital de trabajo… hasta logramos elaborar el primer plan de negocio...”. El compromiso y la calidad “En este momento decidimos que nuestra empresa debía ser “socia útil”, promotora de la agroecología, ser una nueva oportunidad de negocio para los productores agroecológicos. Nuestro enfoque de mercadeo era ofrecer productos de calidad gourmet, naturales, sanos, elaborados sin preservantes ni colorantes químicos. Esto obligó a trabajar con técnicas tradicionales como el “baño maría” recomendado por una cooperativa cubana. Así pudimos alcanzar la calidad y garantizar siempre las normas de Buenas Prácticas de Manufactura, que consisten en esencia: trabajar con medidas de higiene, montar el sistemas de control de calidad de productos, de inventarios y de un sistema contable...”. Las alianzas con pequeñas empresas “Entre pequeños tenemos que aliarnos, de lo contrario, uno tras otro, desapareceremos. Vemos la distribución de productos no como un negocio sino como una forma de apoyarnos y de mostrar más los productos elaborados en Nicaragua, que contribuyen a la conservación del medio ambiente. Hace más de cinco años, semana a semana, entregamos una variedad de hierbas a una tienda de productos orgánicos. A este tiempo hemos venido fortaleciendo unas relaciones de confianza fuerte.


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También estamos distribuyendo los productos de la cooperativa Hibiscus de Nandaime, de la empresa El Castillo del Cacao de Matagalpa, de la cooperativa Nicaraocoop de Managua y en las ciudades importantes del país. Nos cobramos un margen pequeño para cubrir gastos de distribución, pero no para generar utilidades. En la concreta son relaciones solidarias y con enfoque de lucro compartido. Hoy manejamos otros tipos de relaciones comerciales y cuidamos estas alianzas…”. La alianza con proveedores agroecológicos “Al principio nos esforzamos mucho por conformar un grupo de productores agroecológicos en Carazo, pero resultó difícil. Por estar aislados, muchos miran con desconfianza esta propuesta solidaria. Trabajamos con dos familias de productores agroecológicos: Pedro y Cony, Chago y Rosa. Cada año firmamos contratos. Acordamos un 20% por encima del precio del mercado. Cuando ellos no producen lo suficiente vamos a comprar al mercado de mayoreo. Como en la proyección se va a aumentar la compra, nos hemos acercado a ADDAC de Matagalpa para comprar a productores agroecológicos de esa zona. Apuntamos a aliarnos con una o más cooperativas. Estamos organizando entre productores y consumidores una canasta semanal orgánica en Jinotepe. La versión agroecológica de la alianza campo – ciudad...”. La participación “Hace un año creamos el Consejo de Dirección de Santa Clara conformado por cinco personas con cargos de mayores responsabilidades, de un total de 16 trabajadores. Nos reunimos una vez al mes para analizar y acordar las acciones importantes en la empresa. Cinco cabezas piensan mejor que una pareja. Así todas y todos defendemos el puesto de trabajo. Al levantar la empresa, prosperan de igual forma quienes trabajamos en ella. Pero cuesta entender esto. Tenemos costumbre de obedecer o ser obedecidos, no tanto de participar y de aportar.


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Así es la agroecología: es para personas pensantes, propositivas, generosas, que piensan en los demás, que buscan la unión, la alianza y no sólo el interés propio...”. La sostenibilidad “No nacimos empresarios. Por haber trabajado tanto tiempo en las ONGs, nos cuesta pensar en rentabilidad. A golpes lo estamos aprendiendo, Hace 3 años cuando PARMALAT nos propuso producir mermeladas para yogurs, casi les dijimos que no. En ese momento, si nos hubiéramos negado, no estuviéramos aquí contándoles el cuento. La venta a PARMALAT representa casi la mitad de los ingresos. Por eso, la primera vez que nos vimos obligados a comprar calalas en el mayoreo, fue porque nos urgía materia prima para la mermelada y la oferta de los productores orgánicos no era suficiente. Nos creó un cargo de conciencia terrible. Eso es un tema de reflexión para las redes y alianzas. Nos ha costado entender que las redes de comercio justo, no resuelven por completo las ofertas de productos de empresas como ésta. De ahí el reto de meternos más en la venta, distribución y creación de nuestros canales. Vender más, sí, pero sin perder nuestra identidad, nuestra naturaleza, sin sacrificar convicciones, fortalecer estas alianzas y firmes en nuestra Misión. En estos meses estamos alcanzando el punto de equilibrio, sin dejar a un lado nuestros principios. ¿Y ahora? Ya corre el quinto año de esta aventura. Estamos cerquita de garantizar nuestra estabilidad. Es necesario crecer, desarrollar nuevas líneas de productos. En un inicio pensábamos quedarnos con pocos productos, ahora lo vemos erróneo. Es sano crear nuevas presentaciones que exigirán inversiones para empacar al vacío. Habrá más tiempo para aliarnos, establecer y fortalecer buenas relaciones de confianza. Involucrarnos más en el GPAE, echar una mano para que la Marca Colectiva se dé a conocer y conquiste un espacio en este mundo de competencia. Tu enlace con Dominique Ruegsegger y Lilliam Downs de la Finca Santa Clara es el teléfono 8887 4363. Correo: fincasantaclara@gmail.com


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La Marca Colectiva GPAE Nace de visiones comunes de las organizaciones miembros y compartidas entre familias campesinas productoras y consumidores en la construcción de una sociedad más equitativa, consciente y solidaria. La Marca Colectiva GPAE promueve el cultivo y consumo de productos sanos con responsabilidad y enfoca su incidencia en la seguridad alimentaria. Además establece una relación directa entre las familias productoras y las consumidoras. Este distintivo ayuda a los consumidores a identificar y comprar un producto que se ajusta a sus necesidades. La Marca Colectiva GPAE significa que respalda un producto de la Madre Tierra, producido de manera sana, sin químicos y con prácticas agroecológicas. Así cada familia campesina cuida el medio ambiente y ofrece un producto limpio, higiénico, variado, de calidad y de buen tamaño y sabor a precio accesible.


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Busca cómo rescatar el conocimiento ancestral, de antaño de las familias campesinas para producir y consumir esos alimentos sanos, que aseguran el pan nuestro de cada día. Además apuesta a hacer valer ese derecho a la seguridad alimentaria y de tener una nutrición balanceada, de comer de todo un poco en calidad y cantidad. ¿Qué papel debe de jugar? “Recuerdo que en un inicio, para 1994, el argumento para no ir a la certificación de productos fue el punto económico: ¿cuál sería la situación de las familias de pocos recursos que van al mercadito con sus tres papayas, su saco de naranjas, chilotes, plátanos, su docena de chiltomas, de tomates… tal vez una vez al mes, haciendo esfuerzos extras por producir en su huerto de patio promovido por proyectos orgánicos? Muchas veces se trata de mujeres que han agarrado el valor para exigir una parte de la parcela para manejarla y tener algún excedente para poder vender. ¿Cuánto pueden ser sus ingresos y ganancias?...”. Reflexiona doña Luci Morren, coordinadora de la Fundación Soya de Nicaragua, SOYNICA, líderes en el campo de la seguridad alimentaria. Sobre los inconvenientes de optar por una marca GPAE generadora de certificados, resalta: “… Qué pasaría si para mayor remate, a estas mujeres le cae además el pago por el certificado orgánico con un valor de 200 dólares, cuando sólo ha vendido 200 córdobas? No es rentable, ni estimulante. Es ilógico.


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“Aunque sus productos no tuvieran empaques de lujo, los consumidores compraban con confianza...”.

Para no caer en esto, se pensó entonces en ser una marca en colectivo, con un símbolo que indicara al consumidor que tiene un producto sano. Los primeros intentos de impulsar y lanzar la Marca Colectiva GPAE en ferias y mercados campesinos con un logotipo atractivo, bonito, de colores alegres y representativo de la tierra, el sol, las montañas, muy apegado al campo, presente en camisetas, delantales, afiches, toldos, carpas, volantes, gorras… a las mujeres que atendemos como SOYNICA, les dio esa seguridad de sentirse respaldadas. Aunque sus productos no tuvieran empaques de lujo, los consumidores compraban con confianza. Sin preocupación despachaban en bolsas, en papel, en moños, gajos, envueltos en hojas, sin sellos ni etiquetas y con poco dominio de las técnica de presentación. La debilidad fue haberse hecho de un consumidor selectivo de un pequeño sector de la población, como maestros, profesores de las universidades, personal de ONG’s… que saben del perjuicio de los químicos y valoran un producto sano o como muchos dicen: inocuo. Ha dejado a un lado al consumidor común y corriente que va al mercado. No se ha enfocado en los alcaldes para el apoyo de espacios, de los impuestos o darles continuidad. Es acercarse a los políticos, al gobierno para argumentar un giro a las políticas de asistencia, de crédito, de la manera en cómo promueve una producción llena de muchos desaciertos. Ha tenido muy poca propaganda, no se ha vigilado ciertos pormenores relacionados con la producción, el comercio, transporte, incentivos… En Estelí se ha trabajo bastante bien, Matagalpa no se queda atrás; pero en Jinotega no fue así.


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GPAE empezó con un súper mercado campesino pero para eso debía contar con un compromiso de sus miembros y socios, para producir lo necesario para satisfacer las necesidades básicas de los consumidores, responsabilizarse de garantizar un abastecimiento regular, porque el consumidor es regular. Va, que cada semana o cada quince al mercado a comprar productos fijos de primera necesidad y si no los encuentra entonces ¿qué pasa? Decae el interés, hay descontento…”. “El problema con la Marca Colectiva GPAE es no tener muy claro si se quiere una marca con certificación interna de productos agroecológicos o dar un producto al consumidor con garantía de cero químicos. Por ejemplo, para mi prioridad, cultivar con o sin urea no es lo más importante, interesa preservar el medio ambiente y la salud. El reto es cómo hacerlo porque no se trata de estar dando seguimiento a quienes cumplen o no con ciertos requisitos y estar certificando cada vez y cuando…”. Comenta Dominique Ruegsegger de Finca Santa Clara y sobre el alcance posible de la Marca Colectiva, agrega: “La fortaleza del GPAE es la participación de una variedad de miembros. En total somos 28, entre organizaciones, empresas y asociaciones campesinas. Además cuenta con una red nacional, en donde cada organización atiende a familias que están mejorando sus propiedades y se desarrollan como personas más justas, con sentimientos de igualdad, solidaridad y de principios. GPAE tiene que fluir más a otros niveles de la economía del país. Está en nuestras manos definir y concretar los procedimiento de gestión y aplicación de la Marca Colectiva GPAE, su promoción y sus mecanismos de evaluación y actualización….”.

“La fortaleza está en la participación de una variedad de miembros. En total somos 38, entre organizaciones, empresas y asociaciones campesinas...”.


Membresía del Grupo de Promoción de la Agricultura Ecológica (GPAE) No

Organización Miembro

Territorio

1.

Asociación para el Desarrollo Agroecológico Regional – ADAR

Managua

2.

Asociación para la Diversificación y el Desarrollo Agrícola Comunal – ADDAC

Matagalpa

3.

Asociación de Desarrollo Municipal – ADM

Managua Boaco

4.

Asociación La Cuculmeca

Jinotega

5.

Asociación Nochari

Nandaime, Granada

6.

Asociación Octupan

Condega, Estelì

7.

Asociación Soya de Nicaragua - SOYNICA

Managua Ocotal, NS

8.

Asociaciòn Tierra y Vida

Santa Teresa, Carazo

9.

Centro Inter Esclecial de Estudios Teològicos y Social – CIEETS

Managua Jinotepe,Carazo Matagalpa

10. Centro de Servicios Educativos en Salud y Medio Ambiente – CESESMA

Matagalpa

11. Cic Batà

Matagalpa

12. Cooperativa de Ahorro y Crèdito “Orfilia Vazquez”

Ocotal, Nueva Segovia

13. Cooperativa Multisectorial Red de Promotores Macuelizo

Macuelizo, Nueva Segovia

14. Cooperativa de Productores Agropecuarios de Diriamba – COOPPAD

Diriamba, Carazo

15. Cooperativa de Producciòn Agroindustrial Hibiscus R.L.

Nandaime, Granada

16. Cooperativa de Servicios Múltiples Municipios Unidos R.L.

Ocotal, Nueva Segovia

17. Coopradiles La Agropecuaria R. L

Diriomo, Granada

18. Federación para el Desarrollo Integral entre Campesinos y Campesinas -FEDICAM

Estelì

19. Finca Santa Clara

Jinotepe,Carazo

20. Fundación Centro Nacional de la Medicina Popular Tradicional - ISNAYA

Estelì

21. Fundación Denis Ernesto González López – FDIEG

Matagalpa

22. Fundación Entre Mujeres – FEM

Estelì

23. Fundación Guardabarranco

Matagalpa

24. Fundación Nicaragüense de Promotores de la Salud Comunitaria – CECALLI

Estelì

25. Fundación San Lucas

Jinotepe, Carazo

26. Organización para el Desarrollo Económico Social - Odesar

Matagalpa

27. Servicio de Información Mesoamericano Agricultura Sostenible – SIMAS

Managua

28. Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos – UNAG Nueva Segovia Programa Campesino a Campesino – PcaC Nueva Segovia

Ocotal, Nueva Segovia


Contacto

Teléfono

Correo Electrónico

Ligia Susana Espinoza

22443962

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Julio César Gómez Martínez

2772 7108

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Reyneris Soza / Miladys Díaz

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Cristian Zeledón / Harmhell Dala Torre

2782 3578 2782 3579

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Adela Guerrero

2561 3060 2561 3061

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Ligia Monge / Adanelis Parrilla

2715 2259

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Lucy Morren / Azucena Zelya

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Carmen Martínez / Reynerio Mongalo

2532 1483

asoc.tierrayvida@gmail.com reymongaloatv@gmail.com

Rosa María Matamoros / Maryan Guzmán Lucrecia Martínez

22673033 2532 2594 2772 2162

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Guillermo Medrano / Moisés Molina Stefan Maier

2772 5660

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Teresa Pérez / Tamara Vanessa Rizo

2772 4493

tperez@cicbata.org / trizo@cicbata.org

Rosibel Gonzàlez

2732 3373

coopov@ibw.com.ni

Fausto Bustamante

84487879

reddepromotoresmacuelizo@yahoo.es

William Serrano C. / Raúl Hernández Francisco Cerda

2534 2318

cooppad@ibw.com.ni

Eduardo Gómez U. Mirna Vega Palacios

88743062

coophibiscus@yahoo.com

Pedro Araúz Rugama

2732 3006

cmurl10@yahoo.com / arauzp@yahoo.com

Azucena Cerda González

2557 0403

coopradiles2005@hotmail.com

Miguel Marín Vasquez / Harold Tórres M.

2713 2868

fedicamp2@yahoo.es

Dominique Ruegsgger

88874363

fincasantaclara@gmail.com

María Rosa Herrera

2713 4841

fcnmpt@turbonett.com.ni

Sandra López F. / Auner Pérez Siles

2772 1060

fundaciondenisgonzalez@yahoo.es aunerperezs@gmail.com

Anielka Bolaños

2713 4067 2713 7586

fem@ibw.com.ni

Rosa María Vallejos

2772 6588

guardabarrancoong@yahoo.com

Alejandro Floripe / Elida Huete Zelaya

2713 4048

cecalli@ibw.com.ni / manus89@yahoo.es

Francisco Moraga

2532 0313

Marcia Avilés / Róger Soza Benjamìn Martìnez

2772 3629

direccion@odesar.org / rsozasancho@hotmail.com benjy056@yahoo.es

Falguni Guharay / Martín Cuadra Denis Cáceres

22682302 22682438

coordinacion@simas.org.ni manejo-informacion@simas.org.ni

Emilio López / José Ubense López

2732 2773 2732 2357

unagnuevasegovia@yahoo.es pcacns@ibw.com.ni / joseull82@yahoo.es


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