UNIVERSIDAD EL BOSQUE DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES – CICLO COMUN LEA FORMATOS DE APOYO ACADEMICO A LA LECTURA Y ESCRITURA ARGUMENTATIVA GUIA Nº1.
¿COMO LEER UN TEXTO CON BASE EN PREGUNTAS PROFUNDAS? El objetivo de esta guía es brindar las herramientas para desarrollar una actitud adecuada ante cualquier texto que leamos como estudiantes. Para ello, propone que la manera correcta de abordar un texto radica en asumir la disposición para identificar algunos elementos centrales que pueden resumirse en un conjunto de preguntas clave. Apropiarnos de estas preguntas profundas, en el ejercicio de la lectura, permitirá aproximarnos a los textos con una estrategia que nos permita dominar el contenido de cualquier lectura, a la vez que nos lleva a superar los niveles superficiales de lectura, como aquellos que responden a la pregunta “¿cuál es la idea del texto?”, y modificarlos por niveles profundos en los que la comprensión está asegurada. Si se emplea esta serie de preguntas siempre que nos enfrentemos con textos de cualquier tipo, y se convierte en costumbre responderlas, se incrementará la calidad del trabajo como lectores y podremos afirmar que entendemos lo que leemos. Preguntas y pasos para guiar la lectura Fase de comprensión 1. ¿Cuál es el contexto del escrito? ¿Quién es el autor del texto? ¿A cuál área disciplinar o corriente de pensamiento pertenece el texto? ¿Qué aspectos sociales y/o históricos son importantes para su adecuada comprensión? 2. ¿Cuál es el objetivo general del texto? Es común confundir el „objetivo‟ de un texto con la „finalidad del autor‟; es necesario evitar esta confusión. El objetivo es el horizonte, el marco general de discusión en el que el texto se incorpora y en el cual busca establecer un diálogo o proponer una respuesta. Por ello, un objetivo es interno al escrito: relaciona aquello que el escrito busca demostrar o probar o explicar y aquello a lo que apuntan otra serie de textos. El objetivo permite relacionar el escrito que leemos con otros en una discusión más amplia e informada. 3. ¿Cuál es la (o son las) tesis que plantea el texto? La tesis central es la aseveración central específica que el texto trata de defender; a ella podemos remitir las demás tesis o afirmaciones que aparezcan en el texto, que llamaremos subtesis o tesis secundarias. Debemos evitar la confusión con la “idea central del autor”; el autor puede plantear varias ideas importantes, pero hemos de considerar como tesis aquella idea que el texto, por su composición, intenta defender. Procurando atender cuidadosamente a esta diferencia evitamos confundir la mera opinión sobre el texto con un ejercicio de comprensión basado en el análisis del texto. 4. ¿Cómo se prueba la tesis?
Una tesis se prueba con argumentos: los argumentos son conjuntos de razones que avalan la plausibilidad de una afirmación. Cuando leemos un texto debemos reconstruir la forma como el autor argumenta, sólo así podremos determinar si se trata de un texto fuerte o uno débil. Fase de auto-evaluación 5. ¿Qué dudas, vacíos o interrogantes me han quedado sobre el texto? Al final de la lectura hacer un balance de aquello que no haya quedado claro. Por ejemplo: Tesis, conceptos o argumentos. Relación entre las partes del texto o Entre las tesis y los argumentos o Entre los argumentos. o Entre los argumentos y la conclusión. Atención: poder repetir lo que dice un texto no significa haberlo entendido. 6. ¿El argumento a favor de la tesis convence? Si ya he resuelto mis dudas, ahora podemos preguntar al texto: ¿las razones que aduce son suficientemente fuertes para considerar que se probó adecuadamente la tesis central? ¿Los argumentos están adecuadamente sustentados en cifras, datos, opiniones de expertos o cuestiones claras y probadas? Esto solo se sabe si somos capaces de reconstruir adecuadamente el argumento central que prueba la tesis central. Fase de crítica argumentada 7. ¿Puedo formular objeciones? Comentarios, críticas u objeciones al texto Un buen texto siempre considera las objeciones posibles, pero siempre es posible pensar si hay objeciones que a mí se me ocurren y que en el texto no se consideraron. Si esto sucede, será necesario organizar un argumento para probarlas y considerar si tienen (o no) respuesta a la luz de las afirmaciones del texto. 8. ¿Puedo formular una tesis contraria y sustentarla? Si se trata de un tema que uno como lector domina, se nos puede ocurrir una tesis propia; nuevamente, es conveniente argumentar esta tesis, ya que de esta manera logramos interiorizar aún más aquello que uno ha leído y también ampliar la capacidad crítica frente al texto. 9. ¿El autor aborda cuestiones importantes que después no desarrolla? A veces hay “lagunas” en los escritos, cosas que se prometen pero no se desarrollan, o cosas mal probadas. A veces en la introducción se prometen desarrollos de temas que después no se cumplen. Busque estos “lugares indeterminados” y téngalos en cuenta a la hora de evaluar el texto. Sin embargo, no basta con encontrar el error; hay que encontrar también posibles razones por las cuales hay dichas “lagunas” así como pensar de qué manera se podría complementar el texto. 10. ¿Qué aportes me ha dado el texto? Si el texto abre nuevas perspectivas y conocimientos, si plantea o propone respuestas a preguntas, o si al menos despierta la curiosidad intelectual, podemos decir que ha sido una lectura fructífera. Que un texto realice aportes significa que es posible notar cómo lo leído puede ser relacionado con otros temas o escritos que conozcamos o se plantee como primer paso en la solución de un problema más amplio.