LIBRO DE RECUERDOS

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Aurelia Pachón García

“JARDINERA” Jardinera tu que entraste en el jardín del amor de las plantas que regaste dime cual es la mejor. La mejor es una rosa que se viste del color, del color que se le antoja y roja tiene la flor. Tres hojitas tienen verdes y las demás encarnadas por eso vengo a coger a esta niña de mi alma. Muchas gracias jardinero por haberme usted elegido entre tantas amiguitas a mi sola has elegido


Ana Borrego Tejada

“COPLAS DEL PUEBLO” El de la gorra que corra y el del sombrero ligero. Más me gusta el de la gorra porque tiene más salero. Eres más tonto que aquel que llevó la burra al agua. Se la trajo sin beber porque el pilar se derramaba. Míralo por donde viene el que a mi me despreció. El mundo da muchas vueltas ahora lo desprecio yo.


“LA BARAJA DEL SOLDADO” Estando un soldado en misa con sus naipes entretenido. Le reprende su sargento, se hace el desentendid.o El capitán lo escuchaba y el sargento al mismo instante. Y con humildad bastante, de este modo le explico: Señor no naipes que yo en la iglesia barajando. Aquí traigo yo cifrado un libro muy singular. Para principiar el juego yo considero en el as que es un solo Dios Universo, sin Dios no puede haber na. En el dos yo considero que es la cosa más hermosa, toda la pasión de Cristo Afligido y dolorosa. En el tres yo considero las tres divinas personas y un solo Dios verdadero. En el cuatro considero que son los cuatro evangelios, aquel que no los creyese, parte no tenga en el cielo. En el cinco considero las llagas del Redentor, sufrirlas con humildad y dar gracias al señor En el seis yo considero cuando Dios el mundo hizo trabajar de noche y día y descansar el domingo. En el siete considero que con los siete dolores, que paso la Virgen pura por nosotros pecadores. En la sota considero una mujer tan piadosa, que con sus manos limpió a Jesús su cara hermosa. En el caballo contemplo al oírlo en el calvario Con su espalda tan fuerte hirió el divino costado En el rey yo considero hombre de tanto poder, que quiso subir al cielo por no vernos padecer La baraja del soldado ya la tienes explicá, para que creas en Dios cuando vayas a jugar.


Amalia Pulido Martínez “CURRO JIMENEZ” Curro Jiménez estaba loco de alegría porque había dado a luz su mujer una chiquilla. Tres días antes de su muerte en sus brazos la tenia ven acá hija del alma, vente conmigo, que aunque soy bandolero tu has venido al mundo porque tu padre es un bandido pero no te apures hija que esta afición dejaré y fuera de España me marcharé. Soy joven todavía puedo trabajar para darle a mi nena un pedazo de pan. Le dice a su esposa de día llorando ¿Qué tal te parece lo que estoy pensando? Lo que piensas esta bien Currillo de mi vida. ¿Pero no piensas en irte? Pronto va a ser de día. que yo ya no me acordaba que soy aquel bandolero que anda buscando “Toa” España. Adiós esposa mía. Adiós hasta otro día. Esposa del alma.


Conchi Pradas Caro

“BELLA ROSA” Mañana me voy a Palma con mi caballo ligero pásame Pepe del alma pásame que yo no puedo. Y a la montaña de San Andrés a Bella Rosa le pregunté Bella Rosa por que lloras porque tengo que llorar. Porque ha pasado mi amante y no me ha querido hablar. Y a la montaña de San Andrés A Bella Rosa le pregunté


Rosario Ledesma Cornejo “ROMANCE DE LAS TRES CAUTIVAS” A la verde, verde a la verde oliva donde cautivaron a las tres cautivas. El maldito moro que las cautivó a la reina mora se las entrego. Como se llamaban eas tres cautivas la mayor Constanza, la menor Lucia y a la mas pequeña Llaman Rosalía. Que oficio daremos a esas tres cautivas Constanza amasaba, Lucia cernía, y la más pequeña agua les traía. Del arroyo claro de la fuente fría a la verde, verde a la verde oliva.


Ana Reina Jiménez

“DELGADINA” Rey moro tenía tres hijas, hermosas como la plata. La más chiquita de ellas Adelina se llamaba y estando un día comiendo su padre bien la miraba. -¿Qué mira usted, papá, qué me mira usted a la cara? -Te miro lo que te miro, que has de ser mi enamorada. -Que no lo permita Dios, ni su madre soberana, que tuviera que ser yo madrastra de mis hermanas. -Coged, mozos y criados, y encerradla en una sala y si pide de beber, agua de la mar salada. Y si pide de comer, carne de perros asada y que tenga por colchón los ladrillos de la sala. Y al otro día siguiente se ha asomado a una ventana y vio a su hermano el más chico jugando a guerras que estaba.


-Hermano, si eres mi hermano, tráeme una poca de agua, que tengo más sed que hambre y la vida se me acaba. -Métete, Adelina, dentro, cochina, desvergonzada, ¿por qué no has querido hacer lo que padre rey te manda? Se metió Adelina dentro muy triste y desconsolada con una trenza en el pelo que hasta el suelo le arrastraba. Y al otro día siguiente, otra vez a la ventana y vio a su hermana que estaba bordando una rica enagua. -Hermana, si eres mi hermana, tráeme una poca de agua, que tengo más sed que hambre y la vida se me acaba. -Métete, Adelina, dentro, cochina, desvergonzada, ¿por qué no has querido hacer lo que padre rey te manda? Se metió Adelina dentro muy triste y desconsolada con lágrimas de sus ojos toda la sala regaba. Y al otro día siguiente, otra vez a la ventana y vio a su madre que estaba peinando sus ricas canas. -Hermana, usted que es mi madre, tráeme una poca de agua, que tengo más sed que hambre y la vida se me acaba.


-Hija mía, yo te la diera con el corazón y el alma y si padre rey se entera moriremos castigadas. Se metió Adelina dentro muy triste y desconsolada con lágrimas de sus ojos toda la sala regaba. Y al otro día siguiente, otra vez a la ventana y vio a su padre que estaba sacando filo a su espada. -Padre, si usted es mi padre, mande que me traigan agua, que tengo más sed que hambre y la vida se me acaba. -Corred, mozos y criados, y a Adelina traedle agua y aquel que llegue primero con Adelina se casa. Unos con jarros de oro y otros con vasos de plata y cuando llegó el primero Adelina muerta estaba. Los angelitos del cielo preparaban su mortaja.


Asunción Pradas Guerra CORTIJO LOS MONUMENTOS

Esto paso en un cortijo en el término de Ecija Llamado los monumentos Cortijo los monumentos. Hay un cierto arrendatario Con su mujer y su hijo Guarda y más operarios Era Andrés redobladillo Hombre de su confianza Cuatro años de servicio Llevaba en aquella casa El día 11 de agosto Cuando tranquilos dormían formado de palanqueta Sobre ventanas cállale que iba a entrar pa dentro Con navaja cobritera Y estando tranquilo al salto se convierte en una fiera Dolores que desperto Su defensa fue a gritar El para aplacar su llanto Le dio una gran puñala Y así que vio redobladillo Que los gritos se acabaron ´ pa la cama de la joven Se dirige como un rayo Levanta diosa de Venus Ahora que no están tus padres Levántate y sígueme Nos iremos a buenos Aires Y la joven le contesto


Maldiciendo su destino Yo reniego de tu nombre Por ser un loco asesino La vista se le nublo Y el corazón le palpita Viendo que no conseguía lo que tanto deseaba La navaja cabritera en la mano la empuño La cabeza de la joven Del cuerpo la separo Y también se la llevó También echo en las alforjas Un pan y un queso añejo Dejando los monumentos Se marcho a los castillejos Si hay justicia en este mundo Que lo puedan encontrar Y le den su merecido a ese hombre criminal Esto pasó antes de la guerra. La familia del Cortijo era del Rubio.


Ana Martín Fernández “DELGADINA” En el jardín de la reina hay una hoja malvada, que la joven que la pise ha quedar embrazada. Le tocó a la hija del rey, ella fue la desgraciada, y estando un día comiendo su padre la remiraba. -¿Qué me mira usted, papá, tan diligente a la cara? -Yo te miro, Delgadina, que tú estás embarazada. Llamaron a cuatro doctores, los mejores de Granada: uno la ha tocado el pulso y otro le miró la cara y dijeron a la vez: -Delgadina, embarazada. -Encerradla en su cuarto y allí no dadle de nada, y si pide de comer dadle carne muy salada, y si pide de beber dadle hiel de tarama, y si pide de dormir los ladrillos de la sala. A la mañana siguiente, se ha asomado a una ventana y ha visto a su hermano rey jugando al dos de espadas. -Hermano, por ser hermano, dame unas gotas de agua, que tengo más sed que hambre y a Dios le entrego mi alma. -Delgadina, Delgadina,


yo te la quisiera dar, pero si padre se entera a los dos nos ha de matar. Se metió ella pa dentro muy triste y desconsolada, con un pañuelo de hilo limpiando su blanca cara. A la mañana siguiente, se ha asomado a la ventana, ha visto a su madre reina peinándose blancas canas. -Ay, madre, por ser mi madre, dame unas gotas de agua, que tengo más sed que hambre y a Dios le entregó mi alma, -Delgadina, Delgadina, yo te la quisiera dar, pero si padre se entera a las dos nos ha de matar. Se metió ella pa dentro, muy triste y desconsolada, con una trenza de pelo que por suelo le arrastraba. A la mañana siguiente, se ha asomado a la ventana y ha visto a su padre jugando al dos de espadas. -Ay, padre, por ser mi padre, dame unas gotas de agua, que tengo más sed que hambre y a Dios le entrego mi alma. -Suban todos los criados a dar a Delgadina agua. Cuando subieron arriba Delgadina muerta estaba.


“Publicaciones Antiguas”

(Aportado por Ana Borrego Tejada)


(Aportado por Ana Borrego Tejada)


Georg Christoph Lichtenberg)


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