Cuando niñas, niños y adolescentes son noticia por estar en situación de abuso, de trata o explotación sexual comercial, la tendencia periodística hacia la morbosidad es predominante. Pero no es la única. Es valorable el trabajo de un sector periodístico que se esfuerza por encuadrar la noticia respetando los derechos de los chicos y chicas. Es común escuchar en las redacciones expresiones de asombro e indignación justificadas de periodistas ante este tipo de violencia. El desafío es transformar esos sentimientos y emociones en coberturas que colaboren para colocar el
tema en agenda de forma adecuada, visibilizando la vulneración de derechos,
aprovechando una realidad que impacta al ser humano que ejerce el periodismo, para contextualizarla correctamente, respetando a sus protagonistas y a las personas que los acompañan, pidiendo la colaboración de especialistas en género, niñez y adolescencia para elaborar la noticia.