Verano de caballos, 2010

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FIESTAS

verano de caballos en menorca PROTAGONISTAS DE LAS FIESTAS DE LA ISLA

Las fiestas ecuestres de origen religioso se remontan al siglo XIV

TEXTO Josep Pons Fraga FOTOS Carme Fontestad

Caballos y jinetes son los protagonistas de las fiestas patronales de menorca Las fiestas mayores que celebran las ciudades y pueblos Menorquines, entre los meses de junio y septiembre de cada año, además de tener en común un origen religioso, con elementos de los juegos medievales caballerescos, registran una continuidad ininterrumpida desde el siglo XIV.

DERECHA sant joan en ciutadella, abre el ciclo festivo de la isla que dura hasta sant nicolau.

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Las fiestas mayores que celebran las ciudades y pueblos de Menorca, entre los meses de junio y septiembre de cada año, además de tener en común un origen religioso, con elementos de los juegos medievales caballerescos, han registrado una continuidad ininterrumpida desde el siglo XIV. Los historiadores coinciden en fijar el inicio de estas fiestas en torno a las obraries, instituciones de los gremios creadas bajo la advocación de un santo, que hoy se ha convertido en el patrón de cada pueblo de Menorca. Estaban formadas por representantes de los estamentos sociales de la época (clero, nobleza, menestrales y campesinos). La obraria más antigua de la que se tiene constancia documental es la de Sant Joan de Ciutadella, que aparece documentada en El Pariatge (1301) adscrita a la parroquia de Monastrell, actual ermita de Sant Joan de Missa. Estas fiestas mayores presentan otras coincidencias destacables, al ser consideradas la celebración festiva más importante del año en cada población, con elementos de exaltación e identificación local (som collonuts); el caballo y todo lo relacionado con el mundo hípico tiene un protagonismo relevante, para lo que estos últimos años se han aprobado protocols (normas que regulan los actos, participantes y organización de la fiesta), prestándose también una gran atención a la vestimenta de los jinetes así como a la guarnición de los equinos. El caballo de raza menorquina y la fiesta mayor van indefectiblemente unidos. Según la Associació de Criadors i Propietaris de Cavalls de Raça Menorquina, que cuenta con su exclusivo libro genealógico, “no contaríamos con un caballo de sita de raza propia si no fuera por el protagonismo que adquiere en el transcurso de los actos de la fiesta, lo que ha determinado un estilo de mon-


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las fiestas mayores de mernorca tienen un marcado carácter ecuestre.

Existe una verdadera identidad hípica menorquina con una imagen inconfundible.

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ta y un espíritu ecuestre que configuran una identidad hípica menorquina con una imagen inconfundible, reconocida hoy con carácter internacional”. Este carácter ecuestre de las fiestas de Menorca entronca con la creación de las caballerías en la isla por el rey Jaume II, cuando aprobó una reordenación que exigió a los titulares de las fincas rústicas diseminadas en la geografía insular que periódicamente debían acreditar, en los actos convocados por el gobernador, que contaban con un caballo y armas para estar dispuestos a acudir a la defensa de Menorca. En los archivos históricos hallamos documentos que así lo confirman, como uno del 29 de noviembre de 1331: “del Governador de Mallorca al de Menorca, Poquet de Bellcastell, perquè man als qui fan cavalls armats, de qualsevol condició o estament sien, que dins quinze dies estiguin aparellats per fer la mostra”. Durante los siglos XIV al XVIIII se celebran justas y torneos con la participación de jinetes, con juegos ya desaparecidos, como el del ‘estafermo’. Durante el siglo XVII estos juegos caballerescos se transforman en espectáculos donde el caballo desempeña un papel capital, como reconoce la Scriptura Publica de Bernat Olives i Nadal (1703): “los cavalls de esta isla son tan indomitos y poc adestrats que no es facil executar lo cavaller la sua intencio”.

Hoy pervive en Menorca el estilo de montar a caballo de la época medieval, cogiendo las riendas con la mano izquierda. La continuidad de los juegos ecuestres ha sido determinante para mantener este estilo, denominado monta a la geneta, aún cuando con las últimas innovaciones en el arte ecuestre se ha conseguido pasar de una equitación natural, casi instintiva, a una más racional y académica. A lo largo del siglo XX se produce un hecho determinante, que ha conducido a la actual configuración de las fiestas mayores menorquinas: los jóvenes y el público en general han pasado de ser meros espectadores de los actos de la qualcada a participantes activos, lo que impulsa a los caballos y jinetes a mantenerse activos, desafiantes, entregados y muy vivos. Ciutadella abre todos los años, con el estallido de fiesta, protocolo, tradición y modernidad de Sant Joan –23 de junio, Dissabte de Sant Joan; y 24 de junio, Día de Sant Joan– el ciclo festivo que concluirá con las fiestas de Sant Nicolau, que incluye un jaleo en Monte Toro. Las fiestas de Sant Joan, sin programa escrito, cumplen usos transmitidos oralmente durante generaciones. Ciutadella es la ciudad donde, un día cada año, las calles aparecen recubiertas de arena para acoger a los jinetes y evitar que los caballos resbalen.


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Las fiestas de Sant Joan de Ciutadella, sin programa escrito, cumplen ritos transmitidos oralmente durante generaciones.

Para los santjoaners, que cuentan y recuentan, ansiosos, los días que faltan para que empiece la fiesta, Sant Joan és la festa més gran de quantes es fan i desfan al món. Combina ritos, usos y costumbres, la generosa invitación al gin amb llimonada y un extraordinario respeto a los caixers i cavallers, los jinetes que integran la qualcada. Al ser una fiesta de origen religioso y raíz payesa, sólo pueden ser cavallers de Sant Joan de Ciutadella los payeses (l’amos, fills de l’amos i missatges). Los responsables de la antigua Obraria de Sant Joan –eclesiástico, noble o clavario, dos payeses y un menestral– constituyen el antecedente histórico de la actual Junta de Caixers, renovada cada bienio. A diferencia del resto de Menorca, en Ciutadella es el Caixer Senyor quien preside la qualcada y también es el máximo responsable de los actos protocolarios. En los otros pueblos, corresponde a un representante municipal –el Caixer Batle o el concejal en quien delega el alcalde– desempeñar la presidencia de la comitiva ecuestre. El Caixer Senyor de Ciutadella es designado por la Junta de Nobles, formada por los ex Caixers Senyors. Una vez nombrado, escoge a los dos Caixers Pagesos, el Caixer Casat y el Caixer Fadrí (un bienio del campo y otro menestral) que formarán la junta del bienio. El Caixer Capellà es nombrado por el rector de la Catedral.

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