● Sistema Óptico ●

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Declaración de Intenciones:

‘La Actualización del Sistema’

Es innegable que nos encontramos frente a un período de ajuste, ajuste violento y profundo que irradia en todas direcciones la actualización evidente del capitalismo. Un momento de crisis y transformaciones simbólicas, que operan de forma generalizada en los cuerpos y en las mentes de la población, y que modifican la conciencia de cosas tan ‘elementales’ como las nociones de tiempo y espacio. Este cambio, que integra la naturaleza digital de tanto lo orgánico como lo artificial, se estructura bajo una lógica de optimización del control de las sociedades a nivel global. No está de más mencionar que el concepto de red, está y estará asociado para siempre al control irrestricto de los cuerpos y la vida.

¿Dónde mirar y dónde acudir, cuando todas las tramas se descomponen infinitesimalmente en una serie de dígitos? Lo vivido, el tiempo vivido y el espacio vivido, sufren hoy el proceso de recodificación más brutal que hemos visto en largo tiempo. Nuestra relación con todo, nuestro entorno, nuestros diálogos, nuestra sociedad, nuestro íntimo vínculo con la naturaleza y con nosotros mismos se está viendo transformado en nombre de la optimización de procesos productivos y autónomos, llevados al infinito del flujo numérico y simbólico. Esta nueva forma de operar ya reconfigura la manera en que percibimos y creamos la realidad, entendiendo con esto toda posibilidad de lo imaginado, toda posibilidad de cambio, toda posibilidad de lo posible. Se hace necesaria, entonces, la existencia de una red paralela, la existencia de un sistema de relaciones móviles, cuyo rasgo central permita la proliferación de mentes que mantengan vivo el potencial de imaginación necesaria para la supervivencia de lo ‘humano’.


Pensamos tal como lo hace la poesía, que toma lo fugaz, mira detalladamente sus moléculas y a infinita velocidad las arroja contra el muro de la eternidad, como si fuera el colisionador de hadrones, cuyo efecto hace emerger un bigbang en la tela del tiempo. Ni siquiera la luz supera la velocidad del deseo y su capacidad productiva. El deseo dispara un haz de fuga por el cual se proyecta un espasmódico espacio, una fisura en la virtualidad y materialidad del espacio. Un intersticio por el cual se ingresa a una superficie donde es factible crear una red simbólica inaccesible e incomprensible para la estructura operatoria del sistema de dominación, que como vemos en nuestro tiempo muta el registro y la misma naturaleza de su materialidad. Por lo pronto, como si se tratase de un movimiento involuntario, tomamos el lenguaje que tenemos disponible, el lenguaje de las múltiples operaciones de la creación, el amplio e indefinido lenguaje del arte, el sustrato sobre el cual el deseo articula, generando conjuntos y relaciones en la búsqueda perpetua de su flujo, el tejido ideal para construir una red. La necesidad es contar con una extensión infinita para el desplazamiento de nuestras mentes, pensando en el momento en que habremos de tener las soluciones para problemas que nos amenazan con destruir lo único que nos mantiene a raya de la discontinuidad absoluta. Sistema óptico es una propuesta que nace de la necesidad de articular múltiples miradas, la necesidad de reunir y componer flujos que constituyan lo que nosotros consideramos un dispositivo de encuentro. Un encuentro de distintos cuerpos, vidas, mentes y experiencias particulares, a modo de confrontar la perpetuación del sistema. En este intento, nos proponemos alimentar con estos flujos una red paralela, fisurar la linealidad segmentada con que se ha provisto la realidad. La revista y las personas que componemos este proyecto buscamos derruir las rectas, abrir los intersticios, trazar líneas de fuga que posibiliten entramar nuevos códigos, constituir nuevas cadenas de significantes. Si somos capaces de ir recodificando la realidad a través de los flujos del arte, este dispositivo podrá cumplir con una de sus principales finalidades: la muerte del sistema.


Mapa-Indice

Este mapa está hecho a partir de un estudio de los afectos y las cualidades estéticas de las obras que componen a Sistema Óptico.

(Ruta sugerida)

-Frenesí -Rebeldía -Frustración -Rabia -Hastío -Ansiedad -Angustia -Incertidumbre -Esperanza

Cada área de color corresponde a un territorio afectivo particular y sobre estos territorios se encuentran los vínculos para acceder a la lectura escogida. Es una suerte de índice, pero uno sin principio ni final, abierto a lo múltiple y sin un único sentido.

FRUSTRACIÓN

RABIA

INCERTIDUMBRE

ANGUSTIA


ESPERANZA

HASTÍO

ANSIEDAD

FRENESÍ

REBELDÍA


LEFEBVRÉ:

LA TRANSFORMACIÓN DEL ESPACIO Y SU POTENCIA REVOLUCIONARIA por:Annon Los desplazamientos intelectuales son tan importantes como los desplazamientos espaciales, y eso Lefebvre lo sabía muy bien, pues el origen de su inquietud por imaginar mundos posibles -plasmado en su obra “La producción del espacio”-, se alimenta en la experiencia del constante movimiento dentro de una realidad en profunda crisis. Esos movimientos fueron siempre múltiples: del interés del espíritu al interés por el materialismo dialéctico, de los estudios sociológicos al desarrollo del pensamiento

geográfico.

Sin

embargo,

aquella actitud de recorrer el espacio del intelecto como quien deambula

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SISTEMA ÓPTICO - LEFEVBRE


humanas que de él se deprenden, será sin lugar a dudas la materia sustanembriagado por la belleza del paisaje

cial para el análisis de Lefebvre. En

urbano no se explicaría del todo sin

los resabios del paisaje oscuro e ins-

situar esta historia en la cuna del fla-

pirador, rígido pero fluctuante de la

neur y de los mundos posibles: París,

ciudad moderna, la agudeza de Lefebvre

ciudad de nombre hechizante que invi-

rescata una idea clave: No hay revo-

ta a fluir en infinitas velocidades y

lución

direcciones, ciudad que a mediados del

pacio, y para dicha transformación se

siglo XX era la cuna de la explosión

torna

intelectual y artística que tomaba como

(re)construcción,

bandera

revolucionario.

tos materiales, como de las prácticas,

Tal como afirma Sennet, la ciudad está

símbolos y representaciones que éstos

hecha de roca y carne, de lo material

albergan. En este proceso de destruc-

y lo subjetivo, y el París de Lefebvre

ción creativa y de creación destructi-

aparece en la historia como un jirón de

va que también menciona Baudelaire, de

carne, una cicatriz oscura que se en-

forma irremediable brotarán los nuevos

rosca en nombre del progreso y a la que

espacios,

algunos

pía

de

flujo del ejercicio creativo, pero que

ples

alternativas)

otros,

mohecida de la modernidad capitalista.

el

ejercicio

buscan

-o

sanar

quizá

los

mediante

mismos-

el

in-

intentan

sin

la

transformación

indispensable

esos

una

que

la

tanto

a

la

es-

destrucción los

conforman

alternativa

del

(o

de

y

cimien-

la

uto-

múlti-

realidad

en-

extirpar para dar paso a la piel nueva

---

que recubre la trama oscura levantada

Lefebvre nos quita la venda que la cien-

por la modernidad. Ambos actos encie-

cia al servicio del capitalismo cierne

rran una cualidad vitalista que ya era rescatada

por

Nietzsche,

una

energía

que brota de entrañas, que puja por sobrevivir del naufragio mediante el pensamiento El

y

la

acción

paisaje

de

París

transformadora. y

las

prácticas

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en los ojos de la sociedad occidental: el espacio es producto y productor de los fenómenos sociales y por ello no podemos En

el

entenderlo

espacio

se

como

algo

inocuo.

desarrollan

prácti-

cas de la más variada naturaleza, pero todas ellas se encuentran cruzadas por el espectro del poder y las dinámicas del la

ejercicio tarea

hegemónico,

revolucionaria

por

debe

tanto, incluir

el reconocimiento y transformación de tres niveles que para Lefebvre van a configurar el ejercicio dialéctico de la trama espacial y cuya articulación permitirá

la

transmutación

de

ésta.

Como primer punto del entramado Lefebvre nos presenta el “espacio percibido”, relacionado directamente con las prácticas cotidianas que como habitantes desarrollamos permitiendo la producción y reproducción del grupo social y su expresión espacial. Un buen ejemplo de aquello será el uso cotidiano y normal de una Plaza Baquedano en el contexto previo al 18 de octubre: Flujos y magnitudes que responden al ritmo de la producción expresándose en el compás de los transeúntes, de los vehículos y mostrando como suaves notas desacordes a los pocos personajes que como flaneur y flaneuse desafían la coreografía de una sociedad capitalista. En

un

nivel

espacio

distinto,

concebido

o

encontramos

pensado,

el

encierra

ya

no

la

experiencia

práctico,

sino

más

bien

las

al

cual

de

lo

nociones

representacionales de lo que dicho espacio significa -todas ellas orientadas

bajo

la

dinámica

de

las

fuerzas

hegemónicas de producción y de orden. Constituyen así lo que el autor lla-

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mará

representaciones

del

espacio.

Dichas

nociones

representacionales,

obrando

como

especie

una

de

influjo

mágico, nos obligan a entender una visión de tiempo-espacio supeditada a la lógica El

de

la

espacio

producción

se

nos

capitalista.

presenta

entonces

como racionalizado, categorizado, separado

de

su

multiplicidad

semiótica

y reducido al lenguaje de lo medible. Pensemos

en

este

punto

en

cómo

con-

cebíamos tradicionalmente a Plaza Baquedano: espacio céntrico en un plano medible

de

la

ciudad,

espacio

donde

confluyen las líneas de metro que rápidamente debemos cruzar hacia nuestros destinos. Lugar de tránsito, tumultuoso, de rostros ajenos, pero por sobre todo

lugar

de

importancia

funcional.

Así, como un dolor que cargado en el tiempo ya parece naturalizado, y a razón del afán de control, se nos arrebata la posibilidad de vivir la riqueza material y simbólica en que se desenvuelve nuestra vida, la torna desteñida, desabrida -y quizá, más alarmante aún-, nos hace olvidar que tenemos un poder transformador. Lo cierto es que somos revolucionarios en esencia, pues

SISTEMA ÓPTICO - LEFEVBRE


periencia vital -en el dual ejercicio de sus consistencias e inconsistencias, composiciones y descomposiciones-, permite romper el influjo de las representaciones

hegemónicas,

totalizantes

y molares. Esta práctica de resaltar la experiencia del habitar desafiando lo representacional

es

la

que

encierran

los personajes del flaneur y flaneuse, cuyos pasos dentro del paisaje urbano se desarrollan abrazando la multiplicidad de lo vivo, o como bien señala cada acción u omisión es transformadora del espacio, y cada espacio transformado influye en actos y omisiones. Por último, los simbolismos que emergen como puntos de fuga dentro de la estructura

representacional

hegemóni-

ca, cubriendo la materialidad del espacio con códigos y símbolos que brotan desde lo vivido como espacios de representación.

Son

espacios

que

se

cons-

truyen de la mano de la producción artística y del quehacer marginal de la vida social emergiendo de la potencia creativa y conectiva del deseo. Serán el bricolaje con el que se construyen los caminos hacia nuevos mundos posibles, son guías, rutas cartografiables por quien se deja afectar -el revolucionario, el creador-. En otras palabras,

los

espacios

brotan

como

de

caminos,

representación

rutas

que

defi-

nen nuestros pasos hacia la utopía que según

Benjamín,

mediante

el

definir

las

será

realizable

ejercicio

de

metas

nos

que

sólo

imaginar

y

convocan.

----Parece natural señalar que sólo desde lo

vivido

podemos

acercarnos

a

otros

mundos posibles, pues únicamente la ex-

Baudelaire, actúan como un caleidoscopio dotado de conciencia, que en cada uno

de

sus

movimientos

multiplicidad intermitente

de de

la

reproduce

vida,

todos

los

la

la

gracia

fragmentos

de la vida. Es decir, tal como el flaneur/flaneuse recorre la ciudad desde el margen de lo representacional, la tarea revolucionaria debe hacerse desde la experiencia. El Flaneur/flaneuse deambula embriagado en su experiencia singular,

bebiendo

una

multiplicidad

que desde los sentidos manifiesta la riqueza de lo urbano y que le permite componer afectos a partir de texturas, colores, ritmos y olores evocando experiencias vividas y por vivir, abriendo múltiples ños

posibilidades

fragmentos

o

desde

resabios

que

pequeemer-

gen rompiendo la cualidad homogenizante del espacio moderno. De este mismo modo,

el

ejercicio

revolucionario

se

convierte en un llamado a crear nuevos espacios sin miedo a perder los que ya conocemos. Es esa destrucción creadora

que

Lefebvre

vio

brotar

en

mayo,

esa fiebre que quizá también es reconocible

en

nuestro

preciado

octubre.

Así como en el París de Lefebvre, las fisuras de la diferencia se encuentran

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mitad del paisaje capitalista. En el espacio distópico se manifiestan símbolos,

códigos

tuantes

e

nacidos

imaginarios de

la

fluc-

experiencia,

conviviendo entre sí y difuminándose sin miedo para dar paso a otros nuevos, pero todos ellos brotados desde lo vivido, cargados de sentido vital, pues se generan no sólo desde los discursos sino desde nuestro propio habitar. Si el espacio abstracto poseía a la vista seduciendo a los caminan-

una textura propia, lo distópico la

tes libres. Hoy vemos cómo el espacio

destruye condensando todas las fuer-

abstracto

moderni-

zas diferenciales para dar origen a

dad -abstracto, pues limita y homoge-

una multiplicidad de nuevas texturas.

niza la variada riqueza de lo vivi-

-----

do para ajustarla al lenguaje de lo

¿Cómo planteamos entonces la utili-

medible-,

una

zación de estas fuerzas diferencia-

Emergencia de lo Real, en tanto po-

les en pos de alcanzar la utopía re-

tencia que no responde a las repre-

volucionaria?

Es

en

este

punto

sentaciones ni a una lógica lineal,

recordamos

noción

de

flaneur

sino más bien al entramado rizomático

flaneuse, considerando nuevamente la

de

disposición

la

instalado

sufre

vida,

los

por

la

embates

heterogénea,

de

inmanente,

la

de

estos

personajes

que y

al

desafiante y destructora de toda re-

constante devenir. Si la “diferencia”

presentación concebida fuera del ha-

o “lo diferente” abre la fisura en

bitar. Esta fuerza de lo Real será la

este mundo homogéneo, la utopía debe

generadora de las fisuras que Lefebvre

aspirar a ser siempre múltiple, a ser

denomina espacios de la diferencia o

verbo, a ser singularidad. Debe ser

espacios diferenciales, los cuales se

un constante “siendo”, pues nunca es

constituyen por toda oposición a la

terminada ni alcanzada como si de un

lógica homogenizante mediante la ge-

estado final se tratase. Muy por el

neración de resistencias, alternati-

contrario, debe reconocer el espíritu

vas que nacen en el seno de la propia

revolucionario e inagotable que radi-

abstracción para corroerla. Bien po-

ca en la potencia creativa y compo-

demos hablar de la distopía como una

sitiva de quien la compone y habita.

manifestación de espacio diferencial,

Construir la utopía implica trabajar

pues con claridad manifiesta la di-

desde los afectos para pensar nuevos

ferencia dejándola al descubierto en

modos

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de

vida,

nuevos

espacios

que

SISTEMA ÓPTICO - LEFEVBRE


habitar que además deben estar en constante transformación y movimiento, pues esa es la cualidad principal de todo lo vital. Es

ahí

donde

cobra

valor

el

pensa-

miento estético y el quehacer del Arte

como

ge

abraza

y

instrumento la

que

diferencia,

recosin

temor a romper estructuras; que construye sentidos, que afecta y que crea códigos sin recelo a destruirlos una y otra vez. Nuestros espacios de representación deben ser fundados desde la lógica de la palabra, la práctica

y

la

materialidad

ha-

ciendo uso de la fisura distópica, y es precisamente el artista quien opera en todos estos niveles bajo el principio del diálogo constante con la multiplicidad de realidades en inquebrantable devenir. El artista -con el ojo que sólo posee un explorador, un caminante-, es capaz de identificar los fragmentos que ofrece la diferencia y articularlos desde el ejercicio compositivo para generar nuevos afectos, afectos que nos abren rutas desde lo vivido para llegar a nuevas formas de habitar. En otras palabras, sólo cuando nos afectamos, cuando sentimos y abrazamos la experiencia, podemos abrir y recorrer el camino a nuevos mundos posibles, y esta tarea de componer desde los afectos, corresponde, por definición, al ejercicio estético del Arte.

Lefebvre sostiene: “El arte en general y la sensibilidad artística se encomiendan a la diferencia máxima, inicialmente virtual, intuida, anticipada, y después producida. Confían en la diferencia: es lo que llaman «inspiración» o «proyecto»; es el motivo de la obra nueva en tanto que novedad”. Serán entonces los artistas los llamados a recoger el camino iluminado por obras como las de Lefebvre, a subvertir las nociones de tiempo y espacio, aprovechando las fisuras de la distopía y poniendo en relieve la diferencia como motor para llegar a nuevos mundos posibles.

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LAS CIUDADES, COMO LOS SUEÑOS, ESTÁN CONSTRUIDAS DE DESEOS Y DE MIEDOS, AUNQUE EL HILO DE SU DISCURSO SEA SECRETO, SUS REGLAS ABSURDAS, SUS PERSPECTIVAS ENGAÑOSAS Y TODA COSA ESCONDA OTRA. CIUDADES INVISIBLES - ÍTALO CALVINO

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LEVRERO y su gelatina insidiosa

por:Cosa del Pantano

Mario Levrero publica Gelatina, cuento inserto en su obra La Máquina de pensar en Gladys, hacia finales de la década de 1960, cuando toda Latinoamérica está dando un giro político hacia la izquierda. Momentos históricos que requerían un nuevo compromiso político de los escritores, producto de los trágicos acontecimientos del pasado reciente: las guerras, el imperialismo, la polarización del mundo, entre otros. Evidentemente era una episteme diferente, donde las trasformaciones sociales podían ser posibles. Por ello, la escritura se convertía en una herramienta que apostaba por el cambio social. El proceso de creación literaria se formula como una posibilidad de interferir dentro del acontecer social. Por ejemplo, los nuevos géneros como el testimonio, nacido desde la intelectualidad latinoamericana y promovido por Casa de las Américas, cuyo sentido reafirmaba el proceso revolucionario latinoamericano. De modo evidente esta forma comprometida se fractura. Para el caso uruguayo, Ángel Rama considera en La generación crítica: 19391969 que existe una trayectoria general del desarrollo narrativo del país. Generación de escritores que se distancian de la producción temática establecida por

SISTEMA ÓPTICO - LEVRERO


los escritores anteriores del 1939 (existen dos hitos importantes respecto de esta fecha, la publicación de la novela El Pozo de Onetti, y la circulación del semanario Marcha), narrativa caracterizada por temáticas neorrealistas, con proyectos sociales concretos y con un fuerte compromiso social. Hacia los finales de la década de 1960 se irá resquebrajando esta generación, tal como las formaciones sociales que inspiraban sus temas. Durante este periodo, la década de 1960, comienza la gestación de un nuevo grupo de escritores. Este nuevo conjunto de narradores replanteará las formas de representación literaria. Este grupo difunde sus ideas por medio de la publicación de revistas tales como Los huevos del Plata, Brecha y Prólogo. En ellas, los narradores instituyen sus nuevas formas de escritura. El contexto está caracterizado por la crisis económica y crisis política: crisis en la industria agropecuaria y la insurrección urbana de los tupamaros, hacia 1968. Comienza una espiral de violencia que culminará con la dictadura militar del 1973. Iniciado el ciclo de re-

presión militar se dictamina la supresión de las libertades y la persecución de los escritores comprometidos, el exilio, el cierre de medios de comunicación, entre otras medidas. Todo el despliegue de los aparatos coercitivos puestos en marcha por el régimen militar, destinados a extinguir todo elemento contrario a sus propósitos, plantearán nuevos desafíos, tanto en las temáticas como en las formas de escrituras para los nuevos escritores. Lo interesante de la narrativa de Levrero, y en especial de Gelatina, es que su escritura está enmarcada dentro de esta repentina crisis social, que siente el agotamiento del canon neorrealista. De esta crisis emerge un nuevo ciclo de temáticas que persigue nuevas inspiraciones, este hecho se evidencia en la narrativa de Levrero: hay una interiorización de lo cotidiano; en un sentido concreto, busca una mirada donde abunda la subjetividad; sus anhelos desembocan en narrar lo fantástico con evidentes toques de cultura popular. En este sentido, la narrativa de Mario Levrero constituye un quiebre respecto a la producción literaria uruguaya. En Gelatina la ciudad es un espacio real, pero no de trasformación política. Al contrario, hay un giro hacia la desesperanza con respecto al espacio real –la ciudad– que se representa como una ruina. Asimismo, todos los personajes son confusos: enanos altos, seres confusos, prostitutas vírgenes. “Los enfermos lograron atrincherarse, llenaron la entrada de obstáculos. Tratando de derribar la puerta le rompimos la muleta al rengo, que se puso a maldecir. Al fin la puerta cedió y entramos to-

SISTEMA ÓPTICO - LEVRERO - CUIDADES INVISIBLES

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dos juntos, de golpe; los enfermos desaparecieron”. Todo este grupo de seres grotescos se desenvuelve dentro de una ciudad enferma, donde todo está o estará por desaparecer debido al irremediable avance de una misteriosa gelatina que absorbe todo lo material. “Noté que las líneas que marcan el margen de seguridad habían sido corridas nuevamente, y tuve que dar un rodeo. “Se extiende” —pensé, pero la gelatina no me preocupaba desde hacía mucho”. De lo anterior podemos concluir que se transfigura el deseo: la ciudad como un espacio de realización política es pensado como el lugar propio de la catástrofe, donde conviven lo grotesco y el hastío. Se configura el imaginario de una ciudad que se desmorona a pedazos. En esta urbe neurótica establecida como lugar descentrado circulan una serie de antiestéticos personajes: los ciegos son divertidos al mirar, son violentos entre ellos, además de sucios caminan desnudos, lo que genera una sensación de rechazo. Al mismo tiempo existen mujeres en extremo flacas, y, por el contrario, mujeres gordas que se comportan como fieras sexuales que acosan a los hombres como animales. A partir de estos nuevos motivos y formas de narrar podemos reseñar Gelatina y su trama. La historia refiere a un personaje principal que se desplaza por una ciudad misteriosa, en ella busca la tranquilidad fuera de la muchedumbre, vaga por los rincones queriendo deslizarse y pasar desapercibido, busca los lugares más apartados para dormir. Hacia el amanecer se dirige temprano al encuentro con su trabajo que está en

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un agujero; su trabajo es sacar tierra, labor que le provee su salario. El espacio urbano en general se presenta como desesperanza, una catástrofe, un lugar del que sólo se quiere escapar, una urbe donde el placer está disociado con la neurosis, como si todo generase una queja o posiblemente un agónico lamento, tal como lo expresa este pasaje:

“Las ruinas están ocupadas, llenas de gente, pero hay una pieza que hasta tiene llave, y nadie la ocupa por temor a un próximo derrumbe. Puede ser peligroso, digo yo, con un viento fuerte, pero de pronto te vendría bien, al menos por un tiempo, o podrías inventar algún tipo de protección. No hay problema —respondí—. Quiero mudarme ahora. ¿Tienes muchas cosas? —preguntó. Nada”. A medida que la gelatina avanza la destrucción se hace general, el personaje mira hacia la ruina como una forma de escapar de la neurosis de la metrópoli que lo agobia. Escapar, huir de una ciudad que es abrumada por seres repugnantes acorralados por una gelatina que avanza sin parar, son elementos centrales dentro del relato. El protagonista siente desapego y una total falta de empatía hacia el resto. Por esto, pareciera que entre el hastío y el agobio establecen un desconcierto con lo real. En este sentido Levrero nos transporta hacia un imaginario de la catástrofe, una catástrofe infinita que deja muestras de brutalidad. En esta idea está contenida la genialidad de Gelatina, en proponer nuevos imaginarios y cómo entender los procesos políticos modernizadores que generan dominación, pues la gelatina avanza sin parar y carcome todo lo real. La gelatina, aquel elemento insípido que avanza incansablemente, puede tener múltiples significados: ideología, política, modernidad, capitalismo, globalización. Pese a que los múltiples sentidos pueden tener algo de cierto, lo importante del cuento, a mi juicio, es cómo se plasma y se percibe la sensación de avance de esta masa temeraria, que produce una inquietante sensación de desconcierto y malestar dentro de una sociedad que se está consumiendo.

SISTEMA ÓPTICO - LEVRERO


POEMA DE DÍA DE PASCUAS MATÍAS ENEAS

Lo que veas, escríbelo. Escríbelo y...” alcancé a oír me dijiste antes de que nos tomáramos de las calientes manos antes de que comenzáramos a bajar subiendo por un montón de escombros tibios y carnes frías antes de que el olor a gelatinas vomitadas por ratas devoradas por gatos por devorar por ratas nos hiciera llorar, aunque yo ya estaba llorando y no te quería decir por miedo a que pienses que soy poca cosa, por miedo que me dejes entre los pedazos de pared y de vidrios que se trizan tan fácil cuando los pisas que no pensarías que fueron ventanas Antes de que comenzáramos a bajar para llegar donde me habrás abrazado los ojos y acariciado los dientes y yo de no haber sabido qué decir no habré dicho nada Antes, antes de eso, era el tiempo de los cielos arriba y de los suelos abajo y más abajo del suelo, mucho más abajo los suelos pero los cielos se quebraron como las paredes que parece mentira que hayan podido proteger pero los suelos se movieron como los muslos de cientos corriendo que parece mentira que se haya podido caminar sobre Antes de que siguiéramos por entremedio de autos de conductores y copilotos en el parabrisas, te dije “no me sueltes la mano, por favor, que no sé bien qué ”, pero no me estabas oyendo por agacharte y agarrarme la lengua y el olor de cuerpos fríos de cuerpos fritos de cuerpos ceniza y el dolor del que se quedó con una sonrisa que las ratas no pudieron borrar ni llevándose los labios alegres Antes, antes de eso, no era el tiempo de los zumbidos en el cielo, del palazo limpio a los huesos expuestos de los gordos gulosos que se beben sus babas que se lamen las uñas de la pólvora y la sangre de las sangres y las pólvoras y yo no hago que llorar mientras me sostienes la lengua y me dices que qué me pasa que no es el momento que cuando lleguemos porque habremos de llegar que cuando lleguemos y yo no te entendí nada porque el grito agudo de cientos de viejas el grito grave de cientos de viejos despeñándose los cráneos despeñándose las bocas nos hizo callar nos hizo querer besar nos no piel y gritos sino como hermanos que tiemblan de miedo ante la tormenta en la ventana como el primer beso a mi madre que no recuerdo como el último beso a mi madre que me gustaría no recordar

SISTEMA ÓPTICO - POEMA DEL DÍA DE PASCUA

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Antes, mucho antes, era el tiempo de los abrazos no dados, de las visitas postergadas. El tiempo del después que no llegó los cielos se quebraron como muslos los suelos se despedazaron como llantos corrimos corrimos por los parques de árboles decapitados con olor a pétalos por podrirse corrimos corrimos esquivando las ratas y los gatos que nos saboreaban los talones entre los escombros tibios y los cuerpos imposibles me dijiste algo que no recordaré y algo que no escribiré Aliento ya casi ni me quedaba y los pulmones se me salían por los ojos pero lograste escabullir te y escabullir me por debajo de la puerta en pie de un edificio infinito y abandonado antes, mucho antes en el tiempo del silencio y la risa incómoda en el tiempo de largas horas para llegar a casa tras tragarse unos tragos y quebrarse en la acera antes de llegar al edificio y subir por las escaleras porque el ascensor y los espejos porque los espejos y tú hasta perderte de vista solo y en flagrante estado de ebriedad porque Me dijiste que no parara, aunque ahí ya no necesitábamos correr, ni esquivar, ni aguantarse los gemidos, solo alumbrados por los escombros de cielo y luces, solo acompañados por los pedazos de respiración y zumbido por el llanto y resoplido de cartones tiritando en el suelo por el serpenteo de plásticos lentos y reptantes no veía nada no te veía haciendo camino no vi la mujer forcejeando con las ratas los trozos de niño no vi la niña que al otro día los gordos gulosos se llevaban de las piernas y los brazos callándola a risotadas babosas no vi a los hermanos cortar al hermanito muerto y ponerlo en un tambor donde las ratas no lo tocarían no vi nada de eso Antes de que llegáramos donde habremos dormido y llorado a mocos sueltos, llorado por bocas y narices días y noches en el abrazo y el silencio antes caminando por el edificio infinito abandonado antes de los huesos y los duelos me dijiste que qué me pasaba que mi mano estaba fría y mojada y mi rostro en pedazos pensé claudicar pensé no escribir pensé en esconderme bajo uno de los cartones y tiritar y esperar que ratas y gatos se saboreen mis médulas en sus bigotes en sus hocicos se saboreen sus médulas en sus bigotes en sus hocicos se saboreen sus médulas se devoren y se devoren me puse helado y no te miré más de párpados tan abiertos como espinas a las córneas y no te hablé más de dientes tan cerrados como espinas a las encías pero me dijiste “para y mira” el índice tembloroso hacia pedazos de vidrio que antes fueron una ventana “cállate y mira” un dios terrible en llamas ardiendo se arrodilla se ríe se cae en montañas de carne y escombros

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SISTEMA ÓPTICO - POEMA DEL DÍA DE PASCUA - MATÍAS CENA


SOBRE LAS FUNCIONES DEL TESTIMONIO ESCRITO por:Walter Soto Catrilaf No es el interés que la crítica literaria deba o quiera mostrar respecto a los textos testimoniales publicados en redes sociales lo que ha de ocuparnos, pues lo que hoy ocurre en el país -y ya con alcance latinoamericano dentro de una presencia global de la protesta- vuelve ineludible el deber político que este tipo de estudios ha de asumir. La Academia aquí no puede darse lujos respecto a la delimitación de campos de estudio; la escritura no publicada en libros de circulación ni en medios académicos suele ser vista más como objeto antropológico que como unidad literaria en términos estrictamente disciplinares. Sin llegar a explicitarse, la tácita dis-

tinción entre ‘literatura’ y ‘no-literatura’ ve impronta en la validación y el dominio que los gremios de editores ejercen mediante la operación de oficialización de sus contenidos en referencia a sus audiencias. Hoy, los tiempos que vivimos nos desafían a considerar también ‘literatura’ a testimonios publicados en las redes sociales por

SISTEMA ÓPTICO - SOBRE LAS FUNCIONES DEL TESTIMONIO ESCRITO

usuarios que viven crudamente el día a día de la violencia por parte de agentes del Estado y de la clase política civil. Se trata de textos de breve extensión en su gran mayoría; estos documentos buscan, con un monto importante de desesperación, difundir y desahogar acerca de situaciones límite y sensaciones desoladoras que son entendidas por quienes escriben como sentimientos colectivos, no alojados sólo en la experiencia de individuos sino que vividos como daño a lo social. El tejido del escrito, con fluctuante apego a la norma canónica de la lengua española, es elemento de interés teórico y metodológico ante la pregunta por la función histórica de la escritura en cuanto documentación, impacto y, particularmente, elaboración del quiebre de sentido y del trauma psicosocial. Limitar el objeto de estudio a libros editoriales sobre esto implica elitizar la muestra de un modo conservador que hoy resulta reaccionario, aparte de ser una idea que promete muy poca eficacia. No es condición sino elección considerar la literatura como producto y vestigio de la experiencia del Pueblo. Tomando tal posición se escribe esto. La escritura testimonial corresponde al campo de producción de escritos en los que se compone una narración o una descripción de un suceso, vivencia o sensación que implica impacto y que bien puede suscitar incumbencia al interés social o público o requerir la atención del mismo frente a alguna condición de silenciamiento. Parece no ser posible disminuir a cero la tensión entre la narración oficial y la verdad -expresada como tal en el testimonio, declarada como tal-, pues el testimonio implica necesidad del mismo, condición no posible de existir en el caso extremadamente hipotético -quizás hasta contradictorio en su definición- de que el discurso

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oficial soportara e incluyera en sí todos los discursos presentes en la sociedad. En términos de espacio, el testimonio está directamente originado en la proyección misma de la experiencia espacial desde la subjetividad humana. Da cuenta del acto mismo de proyección, de instauración de una nueva agencia de generación de la experiencia del espacio. Indica y comunica que se ha encendido una nueva cámara. Anuncia el nacimiento de una perspectiva que entra al ruedo a combatir, a armonizar y a crear en el encuentro y colisión con otras perspectivas. La compleja emergencia del espacio-país en la subjetividad colectiva deja documento discontinuo en el corpus de testimonios dentro de los que pueden hallarse los escritos testimoniales. Esta discontinuidad en la proyección del espacio se refiere al llenado desarticulado del descampado abstracto que, en este caso, toma el nombre de “Chile” y que ve importante molde en la noción cartográfica del territorio al que se le ha asignado el mismo nombre. Escribir sobre lo que ocurre en Chile es combatir la definición del mismo en cuanto lugar y ambiente. Si se lo describe como ‘lugar’, la referencia a las huellas históricas y geográficas que permiten definirlo se ve condicionada por la selección de fuentes de testimonio. En el nivel del ‘ambiente’, su densidad reside necesariamente en el registro oral o escrito, testigos de la sensación vital que une habitante y hábitat. La escritura testimonial tiene, como se señala más arriba, funciones de documentación, de impacto y de elaboración del trauma. El elemento de documentación se refiere al archivo deliberado de material que

18

dé cuenta de lo vivido en determinado punto, área o zona en el espacio-tiempo por determinado agente de creación de espacio-lugar-ambiente en relación armónica o disarmónica con otros agentes de características variables y de desigual posibilidad del ejercicio del poder. El testimonio se escribe, en general, ya naciendo como vestigio histórico que, al añejar, varía en lo que entrega a quienes leen o investigan desde otro punto distinto del espacio-tiempo. En estricto sentido de mapeo, la documentación es la función mediante la cual el testimonio enlaza las convenciones generalizadas de espacio-tiempo -fecha, ubicación- con las experiencias particulares en función de visibilizar lo invisibilizado, clarificar lo confuso, desmentir lo falso o montado y modificar a golpes los troncos más gruesos y centrales del ‘relatar’ histórico dentro de un bosque polifónico donde una disarmonía transversal subvierte una pretensión de armonía total que se funda, falazmente, en armonías particulares. Se usa el término ‘relatar’ pues es la acción de producir y re-producir relato algo que, en contraste con la parcialidad y particularidad de lo que es nombrado con el sustantivo ‘relato’, puede observarse como actividad omnipresente en las comunidades humanas más allá de las determinaciones culturales. La función de impacto, por su parte, se refiere a la búsqueda de una colisión significativa del testimonio con el tronco central de verdades. Este choque apunta a un efecto visible, palpable, constatable. Busca influir de un modo que es específico: moldear, en el lenguaje, concepciones centrales desde experiencias periféricas, con el fin de dilucidar aspectos de incumbencia pública. Los testimonios persiguen sensibilizar a quien no ha caído en cuenta emocional de los sucesos y, también, conectar emSISTEMA ÓPTICO - WALTER SOTO CATRILAF


páticamente con quienes han sufrido directa o indirectamente. Se trata del componente activo por excelencia del testimonio, frente al carácter estacionario de la función de documentación, que dirige sus esfuerzos en términos de permanencia de algo. La función de elaboración del trauma en el testimonio resulta ser su componente de auto-referencia. Trata acerca de la reconstitución del quiebre de una continuidad asociada a la estabilidad en la sensación vital humana. Las personas escriben testimonios porque su vida cambió, muchas veces sin reparación posible, o porque una vida de suplicio ve esperanza en un escenario de crisis. En el primer caso, el quiebre del que se habla es más sencillo de entender: “Algo era de determinada manera, yo me sentía estable o relativamente estable con ello y ahora todo cambió, lo cual me hace sentir incertidumbre, miedo o incomodidad” . En el segundo caso, el quiebre se vivió día a día en la incomodidad de base asociada a la llamada ‘normalidad’, muchas veces sin claridad respecto al origen de tal sentimiento, comúnmente interpretado como ‘depresión’. La concepción de alienación presente en la tradición marxista se encuentra con la noción de trauma planteada en el psicoanálisis en el punto de que el malestar vivido en la dimensión individual suele ser tal precisamente por su dificultad de elaboración a partir de la no-disponibilidad inmediata de una verbalización que ayude a desahogar, a mitigar el efecto y a resignificar. La ideología, entendida como ‘falsa conciencia’ en la pluma de Marx, contribuye a quitar del alcance las palabras que se necesitan para expresar el malestar. La operación de la ideología es levantar un universo de discurso donde

SISTEMA ÓPTICO - SOBRE LAS FUNCIONES DEL TESTIMONIO ESCRITO

las prácticas sociales abusivas se legitiman en función de valores de origen arbitrario: Nación, Dios, Familia, Paz u otros. El testimonio, en este sentido, es justamente el acto específico en el que se rompe el universo de discurso impuesto para poder dar lugar a poner en palabras lo vivido en carne. La locución popular “romper el silencio” resulta especialmente precisa para definir la función de elaboración del trauma, entendido ello como un proceso de configuración de la herida por parte de quien la vive con el objetivo de asimilarla y aprender a vivir con ella, la que es huella tanto emocional como cognitiva, siempre física y vivida en un cuerpo que recuerda haber habitado determinadas escenas.

19


por:Kikuchillo Al principio fue una pequeña mancha roja en su cuello, casi imperceptible. Él no la notó, extraño puesto que prolijamente miraba su cara con obsesión todos los días en su monótona rutina. Una canción de los AC/DC suena cada mañana, su celular de última generación vibra de manera furiosa al ritmo de las guitarras eléctricas de su banda favorita. En su mente, ingenuamente piensa, que una canción de antiguos gustos juveniles le permite afrontar el día con más ánimo y de mejor manera cada mañana. De modo fastidioso, camina por un pasillo oscuro, no tan largo, pero estrecho. Justo a la mitad tiene un mueble bajo con un par de adornos viejos que esquiva de memoria.

Recuer-

do forzado desde hace dos años, cuando se golpeó el pie con la esquina del gabinete. Fue justo la noche cuando celebró con un grupo de compañeros el ascenso de uno de

ellos,

no

era

cercano,

pero lo veía cada día en la sala de ventas. Solo fue un cambio de piso y ajus-

20

SISTEMA ÓPTICO - GEOGRAFÍA DE ROSTRO


te de salario mínimo, no obstante, le engendró una envidia que carcomía todo su

interior,

siendo

se

celebrado

imaginó por

muchas

alguna

veces

promoción

o una nueva posición laboral. Trabajaba con laboriosidad todos los días, pero hace un tiempo había perdido la esperanza o quizás nunca la tuvo del todo. Esa borrachera fijó su presente. Recuerda que estuvo enojado toda esa noche, sus opiniones directas respecto a sus compañeros fundamentaban el alejamiento de toda la tienda de ventas sobre su persona; todo el outlet le era lejano. Preexistían gestos mínimos, sisecre-

gar en el asunto. Termina todo y deja los

tas, comidas en grupo. Toda una serie

utensilios en el mismo lugar, hasta lle-

de estrategias para realizar lo que él

gar por la noche y proceder a lavarlos.

denominaba “la distancia del silencio”.

Tras el desayuno, busca la ropa de

lencios

Por

cuando

supuesto,

pasaba,

él

hacia

fiestas

vista

gorda

a

la

empresa

debe

recoge

a

vestir

los

velocidad

del

días,

cia con toda la tienda, pero disfraza-

sillón principal, donde la arrumba por

ba la melancolía de su propia miseria.

las noches. Apila su ropa allí dado el

Tras haber pensado en esa triste jorna-

cansancio que le provoca el largo via-

da, una noche llegó borracho, no pren-

je

dió ninguna luz, se sacó su ropa y los

jo hasta su casa. Se acerca al pequeño

zapatos de modo torpe, comió algo a la

baño, antes de ducharse se rasura con

rápida. En ese momento no pensó en nada

una máquina de afeitar inalámbrica. Ese

particular, cuando se aproximaba a su

era su momento ritual, que repetía día

habitación por el pasillo se dio un gol-

a día, era el tiempo en que miraba cada

pe seco en el mueble bajo, su dolor fue

espacio de su rostro. Si bien los pri-

intenso. Al encender la luz y mirar ha-

meros tres días fue incapaz de percibir

cia abajo observó que con el impacto se

una pequeña mancha roja sobre su cue-

le desprendió casi la mitad de la uña

llo,

del

pasillo

en que era producto de una mala afei-

manchado con sangre. Un dolor agudo que

tada y que tendría que buscar otra má-

se extendió por varias semanas. Además,

quina, quizás sería conveniente comprar

el incidente provocó un breve cojeo que

una en el mismo centro comercial, sa-

se extendió por una temporada; evidente-

lir de su piso, poder hablar con alguna

mente nadie en el trabajo preguntó nada.

compañera de otro departamento para que

Cada mañana come un tazón de cerea-

lo cubriese y dejar su punto de ventas

les de niños junto a un pan tostado y

de celulares mientras salía a comprar.

con alguna clase de jugo en oferta del

Imaginó un diálogo inexistente con una

supermercado, siempre lo mismo, en si-

estupenda compañera de trabajo, quizás

lencio. Toma su celular a sabiendas de

le diría que tenía un matrimonio impor-

que no tiene llamadas entrantes de otras

tante en un lugar exclusivo de la ciudad

personas. Se mete religiosamente a revi-

y que debía llevar un buen regalo para

sar dos periódicos distintos, para hacer

que los cuicos no lo pelaran. O mejor,

una especie de comparación inútil. Los

inventaría que su amigo obtuvo una beca

dos medios digitales pertenecen al mismo

para estudiar en Argentina y le quería

dueño; él no lo sabe o prefiere no inda-

dar lo mejor en tecnología. Le comenta-

dedo

gordo,

dejó

SISTEMA ÓPTICO - GEOGRAFÍA DE ROSTRO

todo

el

micro

al

que

cuarto

toda

todos

la tensa situación, marcaba su distan-

en

la

que

hace

día

desde

la

el

notó.

traba-

Pensó

21


ría a su compañera que en ese país las cosas tecnológicas son muy caras y por eso cada fin de semana se llenaba la tienda de estos tipos, que no adquirían casi nada o sólo ropa de oferta para revender

en

ferias

del

otro

lado

de

la Cordillera. Por supuesto, sabía que nunca haría esta compra, que seguiría afeitándose todos los días con el regalo de fin de año entregado por su empresa. Al cuarto día se hizo evidente su mancha en el cuello, era grande. Al tocarla le dolía, sentía como un pinchazo directo. Tenía una forma rara, extraña, como

si

se

estuviera

expandiendo

por

todo su cuello. Desde ese momento observó minuciosamente la manera en que aquella mancha se extendía sin cesar. Intentó encontrar una forma determinada a su marca, pero fue incapaz. Sin embargo, pensó, desde ahora la mancha era

su

reino,

propio.

cada día sería un país diferente, cada

¿Qué era eso que crecía a cada momen-

vez más grande. Al principio era como un

to? Recordó cuando niño su gran inte-

país pequeño. Al cabo de los días, la

rés por los atlas; en su mente apare-

enorme mancha parecía un país de mayor

ció una imagen nítida de esa infancia,

tamaño: Brasil, Argentina, Rusia, Chi-

evocó las tardes cuando esperaba a su

na,

mamá tirado en el piso leyendo un viejo

semejaba a un territorio diferente. Su

atlas que compraron usado en el persa.

ritual diario consistía en mirar la man-

Tarde

ob-

cha, se podría decir que era una obse-

servaba cada dato, analizaba todos los

sión y que reflexionaba en torno a ella

gráficos y memorizaba las banderas de

en todo momento. Aparte del ritual, ha-

todos los países por continente, para

bía un problema que debía resolver. Lo

luego sorprender a su madre con los da-

más importante era diseñar una serie de

tos de un libro desfasado por lo menos

estrategias para tapar esta mancha. Como

veinte años. Pensó en ver ese antiguo

primera medida, modificó un poco su ves-

atlas,

perder-

timenta; de pronto en la tienda apareció

se toda la tarde en sus páginas, casi

con cuellos altos, bufandas, pañuelos,

deshechas por el tiempo. Le surgieron

estratagemas para pasar piola entre todos.

unas ganas locas de correr a comprar

A las dos semanas del surgimiento de

un atlas y sumirse en esos gráficos en

la mancha pasó algo terrible: su mancha

forma de pirámide. Sintió un deseo in-

era gigante, muy grande, tanto como un

controlable

bande-

continente. Su dolor se tornó más agu-

ra del mundo, tal cual lo solía hacer

do. En el centro de su mancha un color

hace décadas. Pero ¿dónde podría com-

amarillento comenzó a corroer desde den-

prarlo? O ¿existían atlas todavía? En

tro aquella forma irregular. Al ver este

su mente se respondió que en esta épo-

nuevo color, pensó, que era una especie

ca no habría ningún libro de ese tipo.

de virus que atacaba su reino. Desde ese

a

tarde

le

su

miraba

sedujo

de

territorio

la

cada

idea

memorizar

país,

de

cada

¿De qué forma sería su mancha?

Estados

Unidos.

Todas

las

mañanas

Bus-

momento su mancha era devorada por una

có en su memoria un país parecido: se-

nueva infección, que se expandía a cada

ría

instante. El clímax del ataque se produjo

22

como

Francia,

Alemania,

o

quizás

SISTEMA ÓPTICO - GEOGRAFÍA DE ROSTRO


gante, bajo sus pañuelos escondía lo más asqueroso de su ser. Luego de la modificación de sus atuendos, comenzó con pequeñas invenciones crónicas: se hacía el resfriado durante días; otras veces, explicaba una rara aflicción que padecía en las muelas. Por ello, siempre tenía las manos en su mentón como conteniendo algo. En verdad a nadie le importaba mucho sus variaciones de conducta. A medida que su quiste maduraba el dolor era más profundo. Un día por la mañana cerró los ojos y apretó con toda su

fuerza

su

protuberancia.

El

dolor

que sintió fue inmenso, casi como una estocada en su cuello. Apartó las manos y todo estaba igual, en los bordes se acentuaba el rojo y en el centro una especie de color amarillento justo al medio de su gran deformidad. Pensó que todavía no estaba maduro. Se preocupó una mañana, cuando palpó su mancha en el

por la zona más enrojecida, buscó in-

centro y comprendió todo de golpe: lo que

formación

tenía en el cuello no era una mancha sino

su problema. Sólo encontró referencias

más bien un quiste, que lo atacaba sin re-

vagas y tratamientos caseros que alen-

troceso. Ese día fue, sin dudas, el peor.

taban el uso de paños con calor, medida

Los días que siguieron al descubri-

que adoptó y que cumplió todas las no-

miento del quiste sus rutinas se modi-

ches. A los ocho días se podía observar

ficaron. Creó un hábito que consistía en

una inminente maduración del quiste que

mirar cómo su quiste crecía y aumentaba

seguía aún más grande y más asqueroso.

de tamaño, pensó en su forma, al princi-

Esa mañana decidió terminar de manera

pio era una especie de cerro, luego una

definitiva con su problema. Buscó entre

montaña o un gran volcán; hurgó en su

sus cuchillos el más afilado que tenía

memoria cuál sería el volcán más grande

y se dirigió al baño, miró fijamente la

del mundo, seguro que cuando niño ese

deformidad en su cuello, apretó de modo

dato

firme

lo

manejaba.

De

modo

difuso,

se

el

en

su

celular

cuchillo,

como

describiendo

si

estuviera

acordó que un día se lo dijo a su madre

peleando por su vida, y acercó su punta

con mucha felicidad, era de tarde cuando

al punto más blando del quiste. Cuando

tomaban once tras el arribo de su madre

el filo rozó la piel sintió un miedo

del trabajo. Estaba seguro que una vez

profundo, al borde del llanto. Observó

se lo dijo, no recordó el día exacto pero

fijamente su gran protuberancia, sintió

seguro lo comentó. Tal vez fue el día

como si su cuerpo lo aborreciera. Su ri-

que su madre le dijo que sus exámenes de

tual fue el mismo, con un pañuelo tapó

salud estaban malos y que no podría tra-

su asquerosidad, tomó la ropa del tra-

bajar en la fábrica, razón por la cual

bajo, se vistió, cerró su departamento

buscaría

desde

y caminó de modo precavido hacia el pa-

su casa. Ese día abrazó a su madre lo

radero del bus para llegar al trabajo.

un

trabajo

de

costuras

En

más fuerte que pudo y terminaron llorando en el medio de su modesta vivienda. Mañana a mañana, el quiste era más grande, sentía en su cuello un dolor gi-

la

sala

de

ventas

se

mostra-

ba preocupado y distante, no era que le era

importara una

el

forma

resto, de

pero

cuidarse.

para

él

Con

los

clientes era difícil mantener la dis-

SISTEMA ÓPTICO - GEOGRAFÍA DE ROSTRO

23


tancia,

sabía

que

la

venta

conocía

todos

los

trucos

dependía

del

de

negocio,

la

los

seguridad había

que

aprendido

podías en

aparentar;

una

capacita-

ción hecha por un gringo hacía dos años. Era bueno vendiendo o eso pensaba siempre.

Sin

embargo,

tuvo

que

planificar

ciertas

de

tácticas

para

justifi-

car su distancia y para poder lidiar con su reciente inseguridad ante el público:

“estoy

enfermo”,

“no

me

siento

bien”,

“tengo

un

familiar

enfermo”,”

tengo frio”, esto último era ridículo puesto que trabajaba con climatizador. Un día viernes, luego del almuerzo, fue llamado a una reunión para el equipo de ventas de todo el piso donde trabajaba. En general, estas reuniones eran convocadas para dar un largo discurso y decir que la economía estaba mal, que todos debían ponerse la camiseta con la tienda. Toda una ceremonia de lamento, con un tono terrible que parecía que la compañía estaba al borde del colapso. Organizados casi de modo jerárquico, algunos sentados y otros de pie, en una pequeña oficina, todos los asistentes observaban los pésimos gráficos de los últimos meses en cuanto a ventas. Comienza a desatarse el desespero. Esconde casi todo su rostro debajo de su pañuelo, se siente mareado, el dolor casi no lo deja concentrarse, como un latido atonal del corazón, siente su quiste como con vida propia, su cuerpo casi decae. En un rincón mira a todos sus compañeros, el sudor recorre su frente, sabe que poco a poco su cara se enrojecerá por el calor emanado de la pequeña oficina. Sabe que en cualquier momento todas las miradas pueden estar sobre él. Sabe que algún comentario de algún compañero puede derivar en su evidente aspecto acalorado y que la recomendación será que se saque su pañuelo, conjetura que si todos los que están reunidos en el lugar empiezan a asentir, tendría que explicar o mentir sobre su temperatura o mencionar alguna enfermedad nueva y rara que tiene controlada con un tratamiento de pastillas. Las cifras y metas de la tienda le parecían como un peso sobre su espalda. Su mente deseaba una única cosa: el término de la reunión. El dolor en su cuello se hace patente. Sabe que debajo de su pañuelo tiene concentrada una deformidad asquerosa, piensa en su futuro. ¿En qué podría trabajar con esa deformación del cuello? Se imaginó cargando el quiste en sus brazos, como un hijo enfermo y caminar por las calles pidiendo monedas, también en la micro. Pensó en la gente que ignora a las personas deformes que piden dinero, se vio a sí mismo haciéndose el dormido infinidad de veces cuando una persona pasaba por su lado y pedía un par de monedas, en cada viaje diariamente. Experimentó una sensación de asco por sí mismo. La

reunión

directo

“una

estaba cosa

a

punto

más

y

nos

de

terminar.

podemos

El

jefe

retirar”,

de

tomó

ventas

una

dijo

pausa

y

de

modo

prosiguió

“ya que se encuentran todos los vendedores del departamento, tengo el agrado

de

comunicarles

Por

favor,

un

que

aplauso

entre

para

ustedes

el

nuevo

está

el

ascendido,

nuevo

supervisor

nuestro

señor

del

del

piso.

pañuelo”.

Sintió que todas las miradas se centraban en su cuello. El nombramiento era su sueño, su anhelo y por lo que había trabajado de modo constante. El aplauso de todos fue sin ganas, él, casi al borde del desmayo, dio gracias a todos. El jefe le pidió que se aproximara que lo quería abrazar y que dirigiera unas

palabras

dores,

respiró

a

sus

compañeros.

profundo

y

habló

Se

movió

de

modo

errático

con

una

voz

vacilante

entre

“estoy

los

feliz

vendepor

la

oportunidad, voy a dar lo mejor de mí para cumplir con el honor conferido”. El jefe lo abrazó con mucha euforia. Al pasar sus brazos por su espalda tomó la punta de su pañuelo y tras un movimiento rápido se lo arrebató del cuello. De pronto, todo su asqueroso ser quedó develado. Más que desnudo estaba expuesta toda la profundidad de su persona, su interior putrefacto, su quiste revelado. Se mostraba lo carcomido de su alma.

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SISTEMA ÓPTICO - GEOGRAFÍA DE ROSTRO


SISTEMA ÓPTICO - CÓMIC

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SISTEMA ÓPTICO - CÓMIC


SISTEMA ÓPTICO - CÓMIC

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SISTEMA ÓPTICO - CÓMIC


SISTEMA ÓPTICO - CÓMIC

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SISTEMA ÓPTICO - CÓMIC


SISTEMA ÓPTICO - CÓMIC

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SISTEMA ÓPTICO - CÓMIC


SISTEMA ÓPTICO - CÓMIC

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SISTEMA ÓPTICO - CÓMIC


SISTEMA ÓPTICO - CÓMIC

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SISTEMA ÓPTICO - CYBORGES


por:Tornasol

SISTEMA ÓPTICO - CYBORGES

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SAN S SANGRE AN A NG GRE RE

EN EL EN E OJ OJ ¿CONTRA QUIÉN O CONTRA QUÉ? por:Tomatis

Las recomendaciones de libros son necesarias para los ejercicios de escritura y de lectura. En general, cuando un escritor reconocido expone sus gustos literarios hay muchos más aciertos que equivocaciones. El seguimiento que personalmente hago de los consejos entre-

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SISTEMA ÓPTICO - SANGRE EN EL OJO


gados por ciertos autores me ha traído resultados muy gratificantes, pues, por regla general, termino leyendo obras notables. En este caso, la función del escritor se entrevera con la del crítico, especialmente si los argumentos que siguen a la recomendación son convincentes. Ahora bien, si las recomendaciones carecen de esta solidez, deben ser descartadas de plano, para ello es necesario analizar si la reseña de autor es genuina, es aporética o es superficial. Las recomendaciones aporéticas o/y superficiales pueden notarse a simple vista, v.gr. cuando las referencias son vacías, sin argumentos razonados, conformadas por artificios retóricos excesivos y nada de sustento en las afirmaciones. Otro ejemplo de reseñas confusas o/y vacías son los comentarios inscritos en las contraportadas de libros o la sección “palabras preliminares”, conseguidas por las editoriales de moda con la finalidad de publicitar el texto, de venderlo. Más allá de este exordio y su exigua taxonomía, hace algún tiempo Bolaño, hablando de la literatura chilena y su futuro, mencionó dos autoras que le producían esperanza: Nona Fernández y Lina Meruane. Debo confesar que me decanté por Lina Meruane por mero instinto. No la había leído nunca. La referencia de Bolaño ... ¿entrevista, editorial, artículo? (he buscado en internet y no encontré más que la recomendación que aparece en el libro de Meruane citada por la editorial, y que en las diversas páginas de internet se replica el mismo extracto cientos de veces) llamó mi atención. Bolaño se caracterizaba por tener un acervo bibliográfico muy nutrido, por ende, mi decisión la justificaba desde ahí, con eso me bastó. Elegí Sangre en el ojo, una novela corta-nouvelle.

La primera lectura que le di fue veloz, sin interrupciones, propias del formato de novela corta. Sentado sin ningún tipo de distracción y con la avidez que debe tener todo lector. La fluidez de la escritura de Meruane es indiscutible. La narración en primera persona hace que la historia galope frenéticamente. La vida de una escritora multidimensional no se transforma en escollo para los efectos de ritmo. Hay un orden en la narración que la hace expedita. En ningún caso digo que esto sea un valor, sino más bien

SISTEMA ÓPTICO - SANGRE EN EL OJO

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doy cuenta de que hay un cuidado puntilloso en la historia. Los personajes van apareciendo en virtud de las experiencias desafortunadas de la protagonista, y casi la totalidad de ellos posee una perfecta armonía con el relato. Digo casi todos, porque me parece que la poetisa de izquierda, que impulsa a la protagonista a seguir en la una lucha contra la adversidad, está forzosamente incrustada en el cuadro de la historia. No tiene mayor razón de ser que la pertenencia a una izquierda nominal, escenográfica, sin un contenido de peso para la obra. Pese a ello, el resto de los personajes se ajustan al sentido trágico de la narración. Ahora bien, después de leerla por segunda vez, mi atención viró hacia lugares más profundos. Me parece que el problema de la representación es el verdadero hilo de la novela. En este sentido, la frase “sangre en el ojo” es un ejemplo de representación si pensamos en sus diversos significados. En un primer término, la frase puede referir al resentimiento, guardar algún tipo de rencor frente a algo o a alguien por motivos determinados. Otra forma de interpretar la frase puede ser el estar alerta, tener cuidado de algún tipo de entidad cualquiera sea esta. En un tercer significado, encontramos el sentido literal de la frase: un derrame ocular que obedece a alguna patología clínica. Tres acepciones para una misma frase; desde mi perspectiva, en esta

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SISTEMA ÓPTICO - SANGRE EN EL OJO


novela están entrecruzadas estas tres definiciones. La protagonista padece una aflicción incurable y degenerativa que indefectiblemente la va dejando ciega. Vive en Nueva York donde está terminando de cursar su doctorado en literatura, pero toda su familia está en Chile. Sus padres son médicos, sus hermanos profesionales exitosos, su novio un profesor universitario español que conoce en Nueva York y sus amigos todos pertenecientes o circundantes a la clase alta chilena, salvo la poeta y una amiga norteamericana, ambas inclasificables. La figura de la pobreza es la empleada doméstica que vive en la casa de sus padres, personaje que tiene la función de revelar prácticas arcaicas propias de los sectores acomodados chilenos: una semiesclava con labores de crianza, cocina y limpieza. Finalmente, está el médico tratante en EEUU, un ruso-americano adusto, muy serio, cuyas apariciones dejan ver que sabe bastante de la materia y que sólo vive en función de su actividad. Dicho esto, me parece importante presentar a los personajes, la razón es sencilla: a través de esta arquitectura, la autora exhibe las diferencias existentes entre los lugares que habita. Confronta el provincianismo de sus cercanos chilenos ante el cosmopolitismo de los escasos personajes que frecuenta en Nueva York. No hay descripción de personajes: ni física ni psicológica, únicamente son sus actos los que van aclarando la diferencia entre unos y otros. En EEUU, ella espera una y otra vez respuestas del especialista, quien no tiene ningún afecto por sus pacientes más que la obligación profesional que lo vincula, por ende, la protagonista vive entre la incertidumbre y la vorágine de un país extranjero. Por el contrario, Chile es el perfecto reverso, abunda la sobreprotección, la lástima y la preocupación conjugadas con la estabilidad de una familia acomodada que le entrega sobrada seguridad. La experiencia de la futura no-vidente es excepcional. No hay descripciones pormenorizadas de los lugares, no hay visualidad de los objetos, no hay espacio para la letra ni la palabra escrita. A pesar de ello, la experiencia de la autora es totalmente literaria. El recorrido de su ciudad es instintivo, el viaje fuera de Santiago al litoral está lleno de imágenes borrosas, señales que le entrega su novio extranjero. Confía en la oralidad de su interlocutor, ajeno a toda cercanía con el entorno. La ilustración de las cosas a su alrededor está difuminada, su men-

SISTEMA ÓPTICO - SANGRE EN EL OJO

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te es incapaz de conformar imágenes nítidas. Las calles son olores, son ruidos, son sensaciones: virar, frenar, bocinas, contaminación, neblinas, brisas. Sus ojos no pueden ver, su cerebro arroja formas abstractas. Solo hay sangre en el ojo, hay nubosidad, hay sombras. Hago hincapié en las experiencias de la protagonista, pues hay una sutileza ingeniosa en su argumento, todas están enraizadas en el resto de sus sentidos, de los cuales ninguno resalta más que otro. El lugar común se ausenta en este caso. No hay agudización del tacto, desarrollo del gusto, afinación del oído ni percepción aumentada del olfato. Es, simplemente, el uso forzado de los sentidos para estar en el mundo. Si bien a lo largo de la novela “la sangre en el ojo” vista desde las otras dos acepciones está presente, la aplicación práctica en esos dos significados es propiedad del resto de los personajes: recelo de la madre ante la vida de su hija en Nueva York, ante la amiga gringa o ante el médico tratante; recelo del novio español hacia la vida superficial de los amigos homosexuales de la protagonista; resentimiento de la poetisa ante el mundo injusto que se experimenta en Chile, un país sin justicia ni verdad. Es notable, a mi juicio, esa manera de establecer la variabilidad de la expresión. Sin embargo, la experiencia más sublime narrada en la obra es el abordaje de la sexualidad. La depresión que sufre la autoestima de la protagonista se contrapone al desarrollo de una forma bastante peculiar de disfrutar el sexo. Su goce sexual se basa en la fijación de los ojos. El trauma que provoca el defecto de sus ojos es inversamente proporcional al fetiche que despiertan los ojos del resto de los personajes en ella. Hay una erotización profunda, un éxtasis que devora cualquier convención del placer sexual, sea anal, oral o vaginal. Los ojos se erigen como el punto del goce puro, la animalidad descarnada sin atavíos. Los órganos oculares tienen una textura única para la lengua de la protagonista, no sabe si debe lamerlos, besarlos, succionarlos o sentirlos a través del gusto. Para quienes padecen la fijación que ella tiene por los ojos

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ajenos, hay una molestia evidente, que se mezcla con la lástima. La molestia desemboca en prohibición. Ojo como tótem y ojo como tabú. Signo totémico para el resto que le recuerdan a ella el tabú, cuestiones que la protagonista entiende, pero que no puede respetar porque su animalidad en el concierto del deseo se lo impide. En la medida que corre el cerco de la prohibición, emerge el goce en estado puro. Ella lo va entendiendo, pese a que en principio su “depravación” golpea su conciencia. Sin embargo, impulsada por su destino trágico simbolizado por la sangre en el ojo, la ceguera visual se transforma en ceguera moral. Si pierde la vista, pierde el sentido esencial de su vida profesional y racional; ante un panorama ensombrecido, solo queda ampararse en la vida misma, tal como un viejo filólogo alemán enseñaba a finales del siglo XIX. Si tuviera que adjetivar esta lectura diría: original, sombría y sutil.

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LO SACRO DESVISTE EL MONTE

SE EN

por: Walter Soto Catrilaf Campos culturales, campos de dominantes en usufructo de residuales los manantiales del pasado nutren los campos de mezquinos presentes y en eso escarbamos, sacando jugos de las letras y sangre de los ojos no quedan por eso rastrojos; el continente llora hace años y nadie le da papa ni en Alto Biobío ni en Chiapas; nos cartografiaron cual tatuaje a la fuerza y no hay quien lo ejerza, no hay quien ignore paralelos y meridianos ni siquiera los obligados a ser peruanos; la selva expele pixeles por sus poros Campos culturales, campos regados con sangre de palazos en el espinazo no hay en la madre originaria un regazo y el padre violador europeo sólo ladra claramente después de clavar su escuadra; sólo suena luego de la instalación un sistema operativo deviene en nación; desfragmentado el disco de nuestra memoria sobrevive la bodega como lógica irrisoria; se reordena todo y se conserva eliminando y ni siquiera a lo Gómez, o sea, poemando, se revierte este curso contradictorio porque no gira ni contragira este reservorio; no es aguja de reloj sino su pila gastada Campos culturales ¿Cómo indicar, sin manchar, que se escribe sumergido en mierda? No veo despensa si miro a la izquierda; la derecha dio la vuelta y vende simulacros y lo sacro nos han clavado bajo el sacro; y luego hemos de beber el cáliz es que nunca fueron ateas las mantis; tampoco cientificistas son los horizontes porque lo sacro se desviste en el monte; no es azar que se disfrace lo bello porque lo sacro se desviste en el monte; no se equivocan aquellos destellos porque lo sacro se desviste en el monte; pues la magia es la ciencia y el sello (Trinchera, 2020: 99)

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Um

Fragmentos fuga, un agujero en la continuidad de yuxtaposición de Podríamos decir, no sin un los signos que refuerzan los dejo de desesperanza, que vi- órdenes de la producción y el vimos en un mundo construido paisaje en el cual nos desenpor regímenes de experiencia volvemos. Es un agujero, un normalizados al nivel de li- intersticio, un elemento sin mitarnos en nuestro ejercicio lugar. A la vez un umbral. de la facultad de reconocer en nuestro entorno, los sig- No sin mucho esfuerzo, podemos relacionar este instinto nos de un porvenir. de recolección con el quehaHay una actitud de recolección cer creativo, e ir más allá incitada por dicha desesperan- diciendo que toda creación, za, es como cuando uno, con el implica la proyección de un espíritu abatido baja la ca- espacio y un tiempo que es a beza y recorre con los ojos un la vez singular e inexistensuelo lleno de objetos, semi te. Es el rumor de una melodía objetos, objetos parciales, nunca cantada que resuena de tiempo a tiempo en nuestras fragmentos, detritos. cabezas. Buscar elementos, piezas, partes, implica también reco- 2. Si no es el futuro, nocer la posibilidad de una ¿Dónde? configuración de la que estos elementos forman parte, de un Si en este momento del esorden virtual que aparece en crito, adoptáramos una actila forma de una incompletud. tud más orientada a la ficción pura de la hipótesis, podríaVer el fragmento, encontrar mos plantear el ejercicio imael fragmento, significa ver y ginativo de pensar un mundo y conectarse con cada una de sus una sociedad emancipada de la partes ausentes, proyectar dominación del capital y sus una red invisible de relacio- afanes de control productivos. nes que emerge virtual, pero a En este ejercicio, si seguimos su vez en constante contraste los planteamientos sugeridos, con la realidad emitida por el nos encontraríamos con una socapital y sus aparatos de ge- ciedad que se ubica, necesaneración y propagación de in- riamente fuera de las coordeformación. nadas del tiempo y el espacio del capital, fuera del tiempo El fragmento de por sí plan- de la producción. Esto quietea una contradicción, una re decir, que de existir tal tensión poderosa que corroe evento (el momento y el lugar violentamente la subjetividad de la emancipación), este no del recolector, ya que este le se encontraría en lo que nosopresenta un espacio y un tiem- tros denominamos actualmente po inexistentes, un espacio y como “futuro”. un tiempo donde el fragmento opera en relación orgánica con Bajo esta premisa, es posible los elementos que componen su considerar la idea de que penconjunto ausente. sar la emancipación como un momento o evento futuro es un El fragmento es un punto de error de procedimiento. Pro1. Piezas en el suelo

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cedimiento que puede ser corregido al suspender la categoría de “futuro”. Al suspender y corregir dicha categoría, el momento de la emancipación se desata de la sujeción temporal que la unía al relato del capital y los discursos que la presentan como una imposibilidad. La emancipación deja de ser un evento programático y se ubica en una virtualidad que es transversal a todos los tiempos y lugares. Se podría decir que la emancipación no es venidera, sino que ya ocurrió, está ocurriendo y también ocurrirá, todo al mismo tiempo y de forma simultánea. 3.

Fragmentos de continuidad

Siguiendo la actitud lúdica de la ficción que nos proporciona el ejercicio de la hipótesis, al imaginar esta emancipación fuera del relato del capital y su tiempo espacio histórico, también podemos suponer que el lenguaje que posibilitó/a/ará dicho evento, es un lenguaje ajeno al y los discursos de apropiación y reproducción capitalistas, un lenguaje cuyos códigos se nos podrían presentar como incomprensibles a primera instancia, y por qué no, como elementos de un conjunto ausente. Si el fragmento opera como un intersticio o umbral, este lo es para con el resto de los ele- mentos que componen su conjun- to, el fragmento opera siempre como la evocación del conjunto ausente al cual pertenece. Su parcialidad sólo es el indicador del punto de vista propio a través del cual lo cap-

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Apuntes a partir de La Jetée de Chris Maker - por: Zelig

mbrales

y comunicación

tamos, y del que se desprende y el espacio lineal del relato la normatividad perceptual y del capital. simbólica del capital. La instancia de recolección El signo se presenta fragmen- de signos parciales o fragtario al emerger como ele- mentos, el momento instintivo mento que entra en directa de la proyección de su conjuncontradicción con el tiempo to ausente y de su continuiespacio capitalista. Este a dad virtual, es un proceso de su vez propone una continui- comunicación, un momento en dad alternativa, en la medi- la utilización de un sistema da en que evoca la necesidad de signos en donde no debemos de aparición de otros signos excluir la posibilidad de que que emergen y se asoman en el existan interlocutores. tiempo de la producción de forma parcial. Estos interlocutores son todos los operadores de fragEl fragmento es el extremo de mentos, todos los recolectores un mensaje diluido en el tiem- que visualizan los conjuntos po, que mantiene continuidad ausentes proyectados en todas de sentido con el resto de direcciones por los las pielos elementos pertenecientes zas encontradas, sean estos a su conjunto en un movimien- signos u objetos parciales. to que compone con distintos momentos históricos y espa- El acto creativo es un acto ciales. comunicacional, en el cual no sólo creamos nuevos signos y 4. Umbrales de comunicación conjuntos de relaciones y objetos, sino que conectamos los El fragmento se puede enten- distintos fragmentos que han der como un umbral a un canal emergido a lo largo de la hiscomunicativo multidireccio- toria y que componen conjunnal, en donde la información tos en su necesidad de generar puede viajar desde nuestro continuidades alternas. momento actual, desde nuestro lugar de encuentro con Cada obra de arte, está neceel fragmento, hacia todas las sariamente conectada con todirecciones en la cuales el das las obras de arte, todas fragmento suponga continui- las piezas fragmentarias esdad, ya sean, estos distin- tán conectadas por necesidad tos momentos históricos en de conjunto y continuidad con los que los signos parciales todas las otras piezas y fragemergen, como también al mo- mentos, toda obra de arte se mento que se ubica fuera del comunica con todas a la vez, tiempo y espacio del capi- estableciendo canales por los tal, como lo es el momento de cuales es posible la transmila emancipación humana, que sión de información. ya hemos convenido no puede ubicarse en el “futuro” y se instala en un no-lugar, en un lugar fuera de todo lugar, pero con la posibilidad de emerger fragmentariamente en cualquier segmento del tiempo SISTEMA ÓPTICO - FRAGMENTOS, UMBRALES Y COMUNICACIÓN

5. Porvenir Estamos atrapados en la historia del capital y toda posibilidad emancipatoria radica en la oportunidad de quebrar la consistencia que le da continuidad al espacio y el tiempo del capital, que es y ha sido nuestra cárcel. Desde un no-lugar y sin un tiempo histórico, la emancipación ha tenido lugar, ese punto ha significado la ruptura de la historia como la conocemos. Es desde ese espacio, desde donde intentan entrar en contacto con nosotrxs, por medio de mensaje parciales que son enviados en todas las direcciones. Nos envían las claves, las pistas, las herramientas, todo el tiempo, proliferan los signos que no acabamos de aprender a captar. Esos signos y mensajes construyen una direccionalidad cuya referencia es difícil de describir con palabras, no es aquí, ni es allá, no está signada en ningún futuro tampoco, pero sin embargo es.

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