SK I S OZ I N E C O L A B O R AT I V O
III EDICION
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- Mi asiento - Parto de un lugar. Pero hay que relativizarlo. Debe tener una posición concreta, pero ha de ser con respecto a algo. De igual modo que una plaza es un espacio con respecto a la Tierra, yo decido escoger un asiento con respecto a un autobús, el 168. Pero además, sería un error no establecer ese espacio en un tiempo concreto. Diversas circunstancias afectan a mi asiento. Dejo de concebirlo como algo seguro por las mañanas de ajetreo. Nada me reconforta más que estar sentada en él a las 2 de la madrugada, un Viernes (o un Sábado). Puedo pensar, puedo crear, puedo reflexionar. Entonces me siento cómoda y segura. Y es especial. Es el único espacio seguro que ha perdurado en el tiempo desde que tengo relación con la ciudad. Supongo que es difícil decantarse por otro, van cambiando. La ciudad evoluciona rápidamente, se gentrifica, se masifica. Mi asiento perdura en el tiempo, sigue siendo el mismo autobús, el mismo asiento de cuando tenía 16 años.
“Yo soy una persona TAN TAN TAN moderna que me da igual qué ciudad, me da igual qué cultura jajajá, sé que siempre me adaptaré MUY bien”. Decía un Guille que no tenía ni idea de la vida. (prometo no hablar más de mí en 3ª persona, lo siento)
Nunca sentí apego por Sevilla, ni su vida ni sus calles. A día de hoy aún me cuesta orientarme sin mirar el móvil, o guiándome por los letreros de los bares que todavía siguen en su sitio.
¿Por qué este desapego? ¡A saber! Como mucho que no conocía suficiente mi ciudad, que ni la apreciaba ni entendía. Cuando tomé estas fotos, seguramente ni pensaba en ella. voy tarde, pero llevo ya algunos años arreglando esto
Quizás no entendía lo que me hacía el estar aquí, en este ambiente. Era ajeno al sentimiento que me embarga cada vez que me quedo fuera una temporada, uno que aún me cuesta entender del todo.
Estas fotos son del Ánima. Jc., A., J. y yo en una tarde del ?/?/?, eso da igual. Bebimos vino/cañas como tantas otras veces. Nos reímos y lo pasamos genial. Otras veces venimos a llorar. Todo bien con el tiempo se convirtió en el bar al que llevar a las visitas, al que ir a mirarnos las caras y ponernos al día, haya concierto o no
Siempre recordaré el caminar por la noche de Sevilla juntxs pa llegar o irnos del ÁNIMA. Aunque no todxs fueran/sean asiduxs, y el tiempo y la distancia nos hayan llevado a cada unx por su lado.
espero que todxs podamos mantener este sentimiento que solo estos rincones de Sevilla nos transmiten
El 3 de abril de este año estuve sentada en el bar de san juan de la palma (aka los botelline) así como hora y media porque mis amigxs lo de la puntualidad como que no en esa hora y media, entre ancianxs con el vinito que siempre se suele pedir guille cuando hacemos las skisoreuniones y dos o tres parejas de guiris que pudieron catar de los mejores serranitos de sevilla, comencé a pensar en todos los momentos que he pasado en ese bar apuesto a que jamás os habeis sentado allí durante más de media hora sin que pasase nadie conocido por aquella esquina también es la previa de cualquier evento, centro neurálgico del café de después del jueves y punto clave de esa maravillosa tradicion andalusa de beber y hablar sin parar a partir de las ocho de la tarde jamas me he sentado en esas sillas de cruzcampo sin amar profundamente a mis amigxs y sin pasarme unas tres horas de media enfrascada en una discusion sobre los planes del fin de semana, la colonizacion de america o el tipico chismorreo de señora del que no hablas muy alto porque las colinas tienen ojos entonces (llevaba toda la semana lloviendo), aparecio un rayo de sol maravilloso. Llegó adrian, se sentó a mi lado con un botellin y me dijo (lo repetimos mucho): esto no se compra sevilla no se compra