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His t o r i sa p a r a con t ar

En Tramallol he vivido unas cuantas cosas, cosas impactantes y recuerdos que nunca olvidaré. He visto cómo gente del pasado volvía a mis brazos para acurrucar perdón entre la admiración, he visto animales besar a niñes, gente compartir los mismo zapatos, y he visto cosas que podría llenar libros.

Como cuando dos personas que no se conocían subieron la escalera hacia la parte de arriba, a pesar de estar claramente prohibido y decirles yo ¡POR AHÍ NO SE SUBE!. Cuando llegaron a la parte de arriba, entre ordenadores, encontraron sus miradas, y allí se dijeron, “amigue mie! es hora de hacer algo con este pelo”. Pero el destino las pilló con sus tijeras en las manos.. cortándose el pelo le une a le otre. Y en plena hazaña les grité ¡NO SE PUEDE SER TAN PUNKY!

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¡A PELARSE A LA CALLE!

También oí entre susurros y murmullos preguntas, ya que había colas monumentales para mear y había una chica se metía en unos baños internos ¡a pesar de solo estar habilitado el baño de fuera! (esta era otra punki diferente a las del pelo). Toda la gente se preguntaba ¿pero dónde mea esta chavala? ¿que lleva aquí horas y no ha hecho cola ni un momento pa mear? ¿será un alien? ¿será real? Y su novio le dijo -¿de qué vas? y ella le contestó -no, de qué vas tú. Miarma.

Por no hablar del día que vi cómo dos individuos se tiraron 50 horas con la escoba tomo y lomo porque cientos de personas usaron la acera de la puertecita de tramallol a base de cenicero... ¡chavales! ¡cuidarse las calles omeeeeee! ¡no le hagai eso!

También he visto cómo un chico dejaba a una chica cogiendo su corazón sin piedad, dando un mordisco a este y tirándolo al suelo (ya podría haberlo reciclao digo yo, no ahí al suelo sin perdón de dios)... y cómo a esta chica le daba un ataque de ansiedad entre ordenadores (estos los de abajo) siendo pillada por to la peña. Intentando ocultarse de un montón de gente drogada, unes madrines muy buenes y responsables que le perdonaron no limpiar, y un nota que no hacía más que contar chistes malos. Pero de ese dolor, he de decirte, que también he visto a esa misma chica recuperarse, y abrazar a su mejor amigue que quiere con locura. Y poder crecer como persona trabajando y currando colectivamente en lo que le apasiona.

Y he visto a una mujer… ¡bañarse en una paella vegana! Sí, sí. La vi sumergirse en ella y declararle amor eterno… Se casaron al momento. ¡Y ni si quiera creía en el mito romántico del amor eterno! Pero lo vi, lo juro que lo vi… Aunque normal, porque es que esas paellas que se hacen… madre mía. ¡Qué ricas!

Hay gente que me acusa de que la mitad de esas historias son mi experiencia allí, como si yo fuera la protagonista… pero no saben ná esa gente. Porque lo que he visto ¡ES LA VIDA MISMA! Y hasta aquí, mi historia de Tramallol. Lo que te creas o no, ya es cosa tuya. Y nada más, nada más...

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