Para mí, la necesidad vital de pintar, me conduce a evocar paisajes marcados por el tiempo y por la gente, interiorizando, a través de símbolos y señales, las propiedades mágicas, rabiosas o tiernas del ser humano.
Pretendo que mi pintura tenga un cierto matiz hermético que, aunque pueda parecer una paradoja, sirva para abrir diversas puertas a la interpretación.