Principios y Normas de la Legión de Cristo Introducción 1
1. Este Manual de Principios y Normas trata de delinear los rasgos característicos del legionario, con el fin de ayudar a alimentar el espíritu, formar los criterios, asimilar la mística legionaria y orientar la conducta y el comportamiento de todos aquellos que se consagran al establecimiento del Reino de Dios en las filas de la Legión de Cristo. 2
2. Todo su contenido está inspirado en las Constituciones de la Legión, que son una emanación del Evangelio, y en la urgencia de impulsar la vida religiosa; y constituye el mensaje de Cristo para aquellos que, libre y conscientemente, han adoptado por configurarse con El en las filas de la Legión. 3
3. Por ello, la fidelidad a los principios y normas en él contenidos, delinea el camino de la santidad auténtica y objetiva y resume la única postura válida de un hombre del Reino ante la voluntad de Dios. Sólo así, en la fidelidad y en el amor, estos principios y normas se hacen mensajeros de dicha, de realización personal, de salvación. Sólo oprimirán a quienes no sepan vivirlos en la libertad de los hijos de Dios, es decir, como manifestación de la fe que asemeja e identifica con Cristo. 4
4. Es necesario interiorizar estos principios en un clima sobrenatural, principalmente en la oración personal, en la lectura reflexiva y llana de fe y mediante la aceptación gozosa de las explicaciones hechas por los Superiores, para pasar de la comprensión de los mismos, a la integración en el amor y en la obediencia. 5
5. No olviden los legionarios que estos principios y normas son un eficaz auxilio para el cumplimiento de los compromisos contraídos con Dios el día de su profesión religiosa, una respuesta al llamado de Jesucristo y la expresión de una opción personal y libre de seguirlos por el camino de la entrega amorosa y abnegada en el cumplimiento de la Voluntad Santísima de Dios. En ellos encontrarán al Dios que les llamó y eligió, y, a través de ellos, encontrarán la fecundidad de su vocación apostólica.
Primera parte: Orientaciones para la vida legionaria
Introducción 6
6. Toda alma que se adentra por los caminos de la vida espiritual siente la necesidad de encontrar un principio que unifique todo su trabajo - para que sea eficaz -, y no se disperse la atención ni el esfuerzo en diversas direcciones. 7
7. El legionario tiene también en su espiritualidad un principio conductor en el conocimiento y en el amor apasionado a la persona de Nuestro Señor Jesucristo; su ejemplo e imitación sintetizan la vida del legionario en un esfuerzo constante por transformarse en El, buscando en todos sus actos la glorificación del Padre y la salvación de las almas por medio del sacrificio en la total fidelidad a la Voluntad Santísima de Dios. 8
8. Esta es la orientación fundamental de la vida, la base de toda la espiritualidad, disciplina y metodología legionarias, la meta a la que tiende todo trabajo de formación; es también la luz que ilumina la pedagogía ascética y pastoral y el dinamismo apostólico y la razón que justifica toda exigencia y todo sacrificio. 9
9. Por ello, tanto la vida y el espíritu de la Legión, como la vida y el espíritu de cada legionario, deben cimentarse en esta orientación fundamental y referirse permanentemente a ella: "Christus, vita vestra".
1 Orientacion fundamental 10
10. Como orientación fundamental de toda su vida, el legionario necesita tener una clara conciencia de su misión sobre la tierra:misión exclusiva, inalterable, justísima y absorbente. 11
11. Consiste, a ejemplo de Jesucristo, en dar a Dios el primer lugar en la vida, por medio del cumplimiento de su Santísima Voluntad - dejando de lado todo otro interés, apetencia o deseo personal -, y por medio de la consagración total al amor de Jesucristo y al establecimiento de se Reino en el mundo mediante la entrega apasionada a la salvación de las almas , sin distinción de razas, naciones o estados socieconómicos. 12
12. Esta orientación brota necesariamente de los innumerables beneficios recibidos del Señor: el don del existencia, el de la fe católica, el de la vocación religiosa y sacerdotal en la Legión de Cristo y el de la perseverancia en ella. Camino 13
13. Someterse en todo a la Voluntad Santísima de Dios y guardar una total dependencia de El en todas las cosas. La Voluntad de Dios se manifiesta al legionario, ordinariamente, a través de las Constituciones de la Legión, de las palabras y los escritos del Fundador, de los Decretos y Comunicaciones de los Capítulos Generales, de las tradiciones genuinas y de los Superiores legítimos. Por el cumplimiento convencido y cordial de todo lo anterior, el legionario expresa su fe, su amor y su obediencia al Magisterio de la Iglesia y a las directrices del Sumo Pontífice, Vicario de Jesucristo y Cabeza visible de la Iglesia Universal. 14
14. Procurar no invertir nunca la auténtica jerarquía de valores, so pena de vivir en el engaño. Ante todo: Dios, Jesucristo, la Iglesia, las almas, la Legión; conocer y amar la Revelación de Dios a través de la Sagrada Escritura, especialmente del evangelio, no según una personal interpretación del mismo, sino según la interpretación del Magisterio, y vivirlo sin glosa. 15
15. Seguir en todo período y circunstancia de la vida la exhortación de Cristo a orar constantemente. La oración es fuente de luz para el alma: en ella se robustece las certezas de la fe. La oración es generadora de amor: en ella la voluntad se identifica con el querer santísimo de Dios. La oración es vigorosa promotora de la acción: en ella Dios nos llena del celo por la conquista de su Reino. En ella recobramos fuerza para salir victoriosos de las asechanzas y tentaciones del mundo y del demonio.
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16. Estar hondamente convencido de la necesidad de vivir en una actitud de humildad sustancial que entraña el reconocimiento de la condición de creatura y de pecador; de que no se es por sí mismo, sino por Dios; no se es para sí mismo, sino para Dios. 17
17. Convencerse de que el legionario no tiene otro camino para encontrar a Dios que el de la obediencia, motivada por la fe y el amor, que le conduzca al aprecio y a la aceptación de la cruz en la propia vida, a ejemplo del Señor, y a la abnegación para poder llenarse más plenamente de Dios y de sus intereses. 18
18. Depender habitual y totalmente de los Superiores, como la expresión viva y concreta de la sumisión de la propia voluntad a la Voluntad de Dios, persuadidos de que es la mejor garantía para defenderse de las asechanzas del orgullo y la soberbia, y el camino más seguro para la perseverancia final y la fecundidad apostólica. 19
19. Estar siempre en guardia para que las pasiones del espíritu, especialmente la soberbia y el orgullo, no lleven a caer en la confusión y temeridad de considerarse autosuficiente para interpretar y seguir el camino de Dios al margen del Magisterio de la Iglesia, de las Constituciones y de la obediencia a los legítimos Superiores. 20
20. Como compendio de todo lo anterior: vivir los votos de pobreza, castidad y obediencia y los votos privados en la Legión de Cristo, como una exigencia de la fe auténtica y del amor operante a Jesucristo, con clara conciencia de lo que se es frente a Dios, frente a la Iglesia y frente a las almas.
2 Orientaciones para la vida de noviciado 21
21. El noviciado es el período que la Iglesia y la Legión conceden para que el novicio, aspirante a la vida religiosa, medite seriamente en el llamado de Dios y en las implicaciones que tiene el seguimiento de Cristo de acuerdo con las Constituciones y el espíritu de la Legión. 22
22. Los dos años de noviciado son también un tiempo concedido a la Legión para conocer a quienes aspiran a ser religiosos legionarios y comprobar delante de Dios si reúnen las cualidades de inteligencia, de voluntad, de carácter, de sinceridad, de madurez y coherencia humana, de orden, de piedad y de celo por la salvación de las almas, para aceptarlos en la Legión, o para encauzarlos al servicio de Dios por un camino diverso. La Legión analiza no sólo las cualidades que ya de hecho tienen, sino también la capacidad y posibilidad de adquirir otras. 23
23. En el pórtico de los centros de noviciado de la Legión se encuentra resumido el fin único por el que se desea ser legionario y en el que la Legión compendia todo el programa de la formación de sus hombres: "Christus vita vestra". Por tanto, el noviciado está destinado al estudio de Cristo, de todas sus virtudes y de lo que Él más de cerca ama. 24
24. Esmérense por vivir cada jornada animados por un ferviente deseo y firme propósito de conocer, amar e imitar a Cristo, especialmente en aquellas facetas que más sobresalieron en su vida. Para ello: a) estudien y mediten los santos Evangelios y las Constituciones de la Legión, que en su contenido y espíritu son una emanación del mismo Evangelio aplicado a las almas que quieren seguir a Cristo en la Legión; b) cultiven la oración y la contemplación, gran escuela donde se aprende a conocer a Jesucristo; aprovechen con interés y esmero los momentos de meditación, de adoración y visitas frecuentes a la Eucaristía y supliquen al Espíritu Santo que les conceda un claro y profundo conocimiento de Jesucristo; c) estudien y mediten aquellos libros sobre Jesucristo que más se distingan por su solidez y unción espiritual. 25
25. A lo largo del noviciado examinen con relativa frecuencia, de acuerdo con el Instructor, el grado
de transformación en Cristo que van logrando, sin olvidar que como "hombres nuevos" deben pensar, amar y querer como Cristo, y no según Satanás y los criterios del mundo. 26
26. Decídanse a seguir su vocación con sinceridad, responsabilidad y generosidad, tomando su cruz "aquí y ahora" y siguiendo muy de cerca las huellas de Jesucristo. Rechacen con energía, valor y generosidad amorosa el más leve indicio de duda ante las asechanzas que el mundo, el demonio y sus propias pasiones tiendan contra su vocación de consagración a Jesucristo y a las almas en la Legión. 27
27. Tengan siempre presente que no la tentación, sino la aceptación de la duda lo que merma las energías necesarias para la lucha que exige la vida ordinaria y la consagración a Dios, y lo que ala larga conduce a la pérdida de la vocación, o a la pérdida lamentable del tiempo más propicio para sentar las bases de la propia santificación y del celo apostólico; esta aceptación de la duda puede incluso destruir el proceso de la propia maduración humana y llevar a irremediables desequilibrios psicológicos por la división interior que fomenta. 28
28. Aprendan, desde el primer momento, a cimentar su trabajo de formación en una fe viva y operante y en un amor apasionado a Jesucristo Nuestro Señor y a los hombres sus hermanos, en cuya redención han sido llamados a colaborar. 29
29. La Legión, como obra inspirada por Dios, encierra un misterio. Es necesario que dediquen lo mejor de su esfuerzo para penetrar, a la luz de la fe, en su providencialidad, en la sabiduría de sus principios, de sus normas, de sus métodos de formación y de apostolado, para que su aprecio, amor y entrega a la Legión se funde en sólidas y profundas convicciones, no en sentimientos o emociones pasajeras. 30
30. Tengan un contacto asiduo y cordial con las fuentes de la espiritualidad de la Legión, especialmente las Constituciones y Cartas del Fundador, abriéndose a las continuas luces que el Espíritu Santo otorga a los legionarios a través de su lectura y meditación. 31
31. Busquen con tenacidad la creación de sólidos hábitos de vida religiosa y la vivencia de los principios legionarios, para que el esfuerzo por su formación sea eficaz y duradero. 32
32. Trabajen con constancia: a) en la formación de la voluntad y el carácter, ya que - desde el punto de vista de los valores humanos - el valor del hombre depende del grado en que logra forjar su voluntad y su carácter. El hombre sin carácter es un muñeco en manos de los pasiones; b) en la adquisición de la rectitud en el pensar y en el obrar, según los criterios de Cristo, conscientes de que la inseguridad, el miedo, las cavilaciones y la división interna son propias del hombre no recto; c) En la práctica de la sinceridad a toda prueba, porque esta virtud, unida a la rectitud, crea una gran armonía y lealtad consigo mismo y en las relaciones personales con Dios y con los demás; d) en el equilibrio interior y exterior de una personalidad madura, no dividida y perfectamente integrada; e) en la auténtica amabilidad y cortesía con los demás, que es el fruto espontáneo de una buena formación de la voluntad, de la rectitud, la sinceridad y la lealtad; f) en el orden y la disciplina: 1. en las facultades internas y externas. 2. en los programas de vida y de trabajo: estudios, apostolado... 3. en la vida emocional y sentimental, buscando que la fe y la voluntad señoreen los sentimientos y sin permitir jamás que el sentimiento o la emoción sean el camino o pauta para cumplir o inhibirse ante los deberes y obligaciones que, como hombres y como cristianos, se tienen para con Dios y con los demás; de lo contrario, el hombre se convierte en un juguete de los sentimientos, destruyendo lo específico y característico de su ser humano; g) en el cultivo de la salud mental: mente sana en un hombre honesto, recto, leal. Cuando por la falta de sinceridad se forman dos personalidades, nace la división interna que crea angustias, neurosis, y, en algunos casos, hasta alguna forma de esquizofrenia. 33
33. La formación implica superar defectos, encauzar pasiones, purificar intenciones, adquirir hábitos a veces muy costosos a la naturaleza, como el silencio, el recogimiento, etc... Entréguense a esta formación con serenidad y amplitud de espíritu, conscientes de que así se orientan hacia la
identificación con Cristo por la transformación de la propia persona. No permitan que las dificultades o la lentitud en el progreso espiritual les desanimen o agobien. 34
34. Ayúdense en su trabajo especialmente del Padre Instructor y de los Asistentes, con espíritu sobrenatural, humildad, confianza, docilidad y asiduidad. 35
35. Pongan todos los días en manos de María el don de su vocación, para que ella les alcance la gracia de ser fieles a la Voluntad de Dios y a la misión que Él les ha encomendado al llamarlos a la Legión. 36
36. Fomenten en su vida el amor a la Iglesia, Madre y Maestra, y al Papa, Vicario de Jesucristo en la tierra. Acojan con espíritu de fe sus enseñanzas, tributándoles el obsequio de su adhesión total, y háganlas conocer siempre que les sea posible. 37
37. Si al terminar los dos años de Noviciado no se ha conseguido un buen grado de transformación del hombre viejo en Cristo, y no se ha logrado la indentificación personal con el pensar, querer, sentir y actuar de la Legión, es preferible esperar antes de profesar, o seguir otro camino para servir a Dios.
3 Orientaciones para la vida del religioso en el periodo de estudios 38
38. Por la profesión religiosa, los legionarios se consagran más íntimamente al seguimiento de Cristo bajo la acción del Espíritu Santo, se dedican totalmente a Dios como a su amor supremo, se entregan por un nuevo y peculiar título a la edificación de la Iglesia y a la salvación del mundo y se comprometen a ordenar su vida según las Constituciones de la Legión de Cristo y a esforzarse por alcanzar así la perfección de su estado. 39
39. Vivan su vocación con toda sinceridad y amor, de cara a dios y en plena coherencia con los deberes contraídos, de manera que los hábitos de vida legionaria adquiridos durante el noviciado, se afiancen cada día más hasta llegar a la madurez plena del religioso legionario. 40
40. Recuerden que la madurez humana se expresa en la fidelidad al deber y en la honestidad con que se viven las propias obligaciones frente a Dios, frente a la Iglesia, frente a la Legión, frente a la sociedad, frente a uno mismo. Por ello, cuídense especialmente de caer en el espejismo de considerarse psicológica y afectivamente maduros, si no viven de acuerdo con lo que han profesado. 41
41. A partir de la profesión religiosa, la Legión concede un espacio mayor a la propia responsabilidad de los religiosos. Esto requiere por parte de cada legionario un gran espíritu de convicción y una dependencia madura y permanente de los Superiores, fundada en la visión sobrenatural de la autoridad y en el amor a Jesucristo. La independencia de los Superiores destruye la verdad del voto de obediencia, aunque se base en la mayor edad, en la preparación intelectual, etc.; y lejos de ser un signo positivo de madurez humana, es una manifestación de inmadurez y de coherencia. 42
42. Tenga siempre presente que la Legión posee un extraordinario interés en la preparación intelectual superior de sus hombres, y no escatima sacrificio alguno de orden económico, pedagógico o disciplinar con el fin de lograrlo. Sin embargo, por encima de la preparación intelectual, la Legión coloca la preparación espiritual y todos aquellos medios que contribuyen a incrementar la santidad de vida y la mejor calidad de apóstoles del Reino de Jesucristo. Recuerden, por tanto, que la principal tarea y el objetivo hacia el que deben converger todos sus esfuerzos es la búsqueda de la santidad por los demás elementos de la formación integral del legionario, que de ninguna manera se deben descuidar e infravalorar, han de ser subordinados a este deber primario. 43
43. Aprovechen con asiduidad y convencimiento los medios de perseverancia y cultiven la delicadeza de conciencia en sus relaciones con Dios y en la vivencia de las Constituciones y Reglas de la Legión, para crecer en el fervor y en la fidelidad a Dios y evitar caer en la mediocridad y en la tibieza, recordando aquella palabra de la Escritura: "Porque no eres ni frío ni caliente, yo te arrojaré de mi boca" (Apoc. 3,16). 44
44. Esfuércense para que a la maduración natural de la personalidad y el progreso en los conocimientos adquiridos, corresponda también en el crecimiento en la frescura y en la delicadeza del amor a Jesucristo, del celo apasionado por las almas, del anhelo de santidad y de la sencillez en las relaciones con los Superiores y con los demás. 45
45. Eviten, por todos los medios, caer en un afán intelectualista que les conduzca a descuidar la forja de sí mismos como hombres de Dios, llamados por vocación a poseer a Dios y a darlo a los demás. El porvenir de la Legión será muy desgraciado y triste, si la alta formación intelectual de sus hombres no está cimentada en la santidad de vida. Los apostolados de la Legión serán estériles y efímeros, si quienes los realizan son hombres sabios según el mundo, pero llenos de sí mismos y vacíos de Dios, orgullosos, sin espíritu de fe, sin amor y sin celo por la salvación de las almas. 46
46. Procuren aprovechar con suma responsabilidad, orden y método el tiempo de que disponen y los medios de formación espiritual, intelectual, apostólica y humana que la Legión les ofrece para que se capaciten como sacerdotes santos, preparados y celosos de los intereses de Cristo y de las almas. 47
47. Convencidos de la necesidad y utilidad de los estudios en su preparación para ser apóstoles del Reino y colaborar en la salvación de las almas, entréguense a ellos con amor, ilusión y dedicación, ofreciéndolos al Señor con gran pureza de intención y proyección apostólica, sin dejarse influir por el hastío, la pereza o el espejismo de su inutilidad para la vida apostólica. 48
48. No permitan que el interés y la dedicación al cultivo de la inteligencia impida su participación alegre, servicial y entusiasta en la vida de la comunidad. 49
49. Asimilen y practiquen la metodología apostólica de la Legión en su oración, en su reflexión personal y en los tiempos que los programas les señalen para el apostolado. Sin embargo, no olviden que se encuentran en un centro de formación y que, por ello, la ocupación fundamental en el momento presente es su cabal y profunda preparación para ejercer en el futuro su apostolado sacerdotal. 50
50. Analicen con atención la propia capacidad y aptitudes para que, ayudados por sus formadores, logren descubrir y aplicar en sus estudios el método de trabajo personal más adecuado para el rendimiento de sus posibilidades. 51
51. A lo largo de todo el período de estudios ejercítense en la reflexión, en la capacidad de análisis y síntesis, en el equilibrio en los juicios, en la corrección, sencillez y elegancia de la dicción, en la riqueza de vocabulario, en la imaginación brillante, en la lectura correcta, en la formación del estilo, en la declamación, etc... Todos estos elementos son humanamente necesarios para presentar el mensaje de Jesucristo de un modo atractivo y eficaz. 52
52. La madurez religiosa adquirida por el legionario debe capacitarle para afrontar e integrar cualquier situación nueva o accidental: una gracia, un encuentro con una persona, una noticia relevante, un éxito, un fracaso, un hecho..., dentro de su tarea esencial: la propia santificación y la extensión del Reino de Cristo. No permitan que pase en vano, sin dejar la impronta de la gracia de Dios en el alma.
4 Orientaciones para la vida del religioso en practicas apostolicas
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53. El período de prácticas apostólicas es un momento trascendental de la vida del religioso legionario, pues constituye un momento privilegiado: a) de maduración de toda la formación adquirida; b) de aprendizaje práctico del arte del apostolado; c) de enraizamiento de las propias convicciones religiosas; d) de comprobación personal del grado de asimilación real de los criterios y principios de la legión; e) de enriquecimiento humano de la propia personalidad. 54
54. Ante todo, esfuércense por vivir siempre con autenticidad, sinceridad y de cara a Dios, los compromisos de la vida religiosa, luchando contra el ambiente del mundo, las insinuaciones de la sensualidad, el espíritu de autosuficiencia, conscientes de la necesidad de indentificación en todo momento con lo que deben ser por su consagración religiosa. 55
55. Hagan uso en todo momento de los medios de perseverancia que la Legión les ofrece con tanta sabiduría, especialmente en al vida de oración, la fidelidad a las inspiraciones del Espíritu Santo, la vida sacramental, la dirección espiritual, el buen empleo del tiempo y la vida disciplinar, para mantenerse siempre fervorosos y fieles en su vida religiosa. 56
56. Den primacía en sus vidas a los actos de piedad, reservando para ellos los tiempos más nobles, buscando con afán el refugiarse en la oración y en el Sagrario, no relegándolos para última hora, sino dando a cada uno el tiempo señalado, a fin de que su vida apostólica sea vigorosa y fecunda. 57
57. No olviden que no son del mundo, aunque viven y trabajan en el mundo; por ello, no se dejen contagiar por el espíritu del mundo en criterios, comportamientos, modales, vocabulario, posturas, gestos, etc..., y mantengan siempre íntegro y virgen el espíritu religioso contenido en las Constituciones de la Legión. 58
58. Conserven vivo el espíritu de pobreza, usando las cosas tanto cuanto sean necesarias en su labor apostólica, siempre con la debida dependencia de los Superiores, y estén atentos para que el sentir del mundo no haga presa de su corazón en lo referente al uso de coches, vacaciones, vestidos, relojes, aparatos, cámaras fotográficas, etc. Traten de discernir siempre lo que conviene a su condición de alma consagrada y lo que es el espíritu del mundo. 59
59. Conscientes de la propia debilidad, guarden con exigencia los sentidos internos y externos, no exponiendo vanamente su consagración virginal con amistades peligrosas, espectáculos impropios, lecturas dañinas; y pidan siempre al Superior un acompañante cuando salgan del centro. 60
60. Observen una estrecha dependencia del propio Superior, en lo que atañe a la vida disciplinar; y del Director de apostolado, en lo que se refiere al desempeño de su labor apostólica, poniéndoles continuamente al tanto del propio trabajo, de las dificultades que van encontrando, de lo positivo que escuchan, de las sugerencias oportunas para mejor marcha del centro o apostolado, de las iniciativas pertinentes en el campo de acción propio, de los compromisos sociales que deseen adquirir. 61
61. Trabajen en equipo con espíritu de cuerpo, sumándose generosamente a las iniciativas de los demás, participando con alegría en las reuniones de programación, aprendiendo a dialogar sin presionar, colaborando espontáneamente con quienes requieran su ayuda, sacrificando todo personalismo y autosuficiencia en el trabajo, conscientes de que forman un solo cuerpo en la Legión, y de que, unidos por la caridad, serán siempre más fuertes frente al enemigo. 62
62. Sea cual sea el apostolado encomendado, den al trato con los extraños un gran sentido apostólico, no perdiendo el tiempo en charlas ligeras y superficiales, procurando sembrar la fe y el amor a Cristo en los corazones de los demás, luchando por conquistar para el Regnum Christi a todos aquellos con quienes entren en contacto, especialmente los líderes, porque el tiempo para el legionario es Reino de Cristo. 63
63. Aprovechen el tiempo con auténtica pasión y celo, elaborando con dependencia de los Superiores, un programa exigente de trabajo, en el que den prioridad a los compromisos señalados por la obediencia, para no dejar correr la vida vanamente en la mera satisfacción de los gustos
personales. 64
64. Amen y practiquen la vida disciplinar y la vida comunitaria, anhelando pasar en el propio centro el mayor tiempo posible y no buscar excusas fútiles para salir, para no participar en la vida de equipo y no acudir a los actos de comunidad prescritos por los reglamentos de cada centro. 65
65. Sean verdaderos apóstoles de la fidelidad religiosa, ayudando con el ejemplo, la oración y la palabra a crear comunidades fervorosas, serenas, positivas, entusiastas, luchadoras, auténticas, llenas de sentido de la Legión hasta en los más mínimos detalles. 66
66. Súmense con espíritu de sacrificio al esfuerzo de crear en cada centro un ambiente de caridad, de bondad, de comprensión, de respeto, de diálogo, de acogida, matando todo egoísmo, a fin de construir una verdadera familia legionaria. 67
67. Si es necesario aclarar puntos en los que difieran, dialoguen entre sí, pero jamás se permitan altercados impropios de un alma que busca la santidad y la perfección. 68
68. Por sentido de eficacia y para evitar los posibles traumas que causa la constatación de la ineficacia, sigan con mucha fidelidad los instructivos de trabajos que se les han entregado junto con su nombramiento y las explicaciones recibidas en los cursillos de preparación a las prácticas apostólicas.
5 Orientaciones para la vida del sacerdote 69
69. A la luz de la fe el sacerdote es el ser humano que ha recibido el don más precioso de Dios sobre la tierra, al ser elegido y llamado a participar, de manera singularísima, del sacerdocio eterno de Jesucristo. Con la unción sacerdotal ha recibido los más grandes y maravillosos poderes de transformar el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo y de administrar la misericordia de Dios perdonando los pecados. 70
70. Renueven en su interior cada día la conciencia de su condición sacerdotal, que les compromete seriamente a la imitación más perfecta de Jesucristo y a trabajar incansablemente por la redención de la humanidad, y adhiéranse con fe y amor a la voluntad santísima de Dios sobre sus vidas. 71
71. Acrecienten cada día su amor personal, viril y apasionado a Jesucristo, criterio, centro y modelo de toda su vida sacerdotal en la Legión. No descuiden los detalles y las delicadezas en las manifestaciones de su amor a El, para que este amor se mantenga siempre sencillo, fresco y vigoroso. 72
72. Fomenten una tierna y filial devoción a la Santísima Virgen, como Madre que vela por su vocación y fecundidad sacerdotales, háganla partícipe de todos sus trabajos, penas, anhelos, fracasos y éxitos apostólicos. 73
73. Cultiven la unión con Dios en lo íntimo de su corazón y en medio de todas las creaturas y acontecimientos, para que su vida y su misma psicología esté marcada por una visión sobrenatural y auténticamente providencial de todas las realidades. Incrementen la dimensión contemplativa de su espíritu, para percibir la presencia del Espíritu Santo y dialogar con El como Dulce Huésped del alma, el guía y artífice de su santidad y de su fecundidad apostólica. 74
74. Siendo la cruz la única perrogativa, el único derecho que adquieren al ser ungidos sacerdotes, abrácense a ella con fe y amor, dándole el sentido de satisfacción por los propios pecados y por los pecados de los hombres, y unan sus penas, fracasos y sufrimientos a la cruz redentora de Cristo. Vivan el sacrificio eucarístico haciéndolo realidad en la propia vida, ofreciéndose juntamente con Cristo al Padre.
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75. Tengan gran delicadeza de conciencia en su relaciones con Dios, con la Iglesia, con la Legión y con los hombres, como corresponde a su vocación y a los misterios de salvación que Dios ha depositado en su manos. 76
76. Dado que el sacerdocio representa un seguimiento de Cristo mucho más delicado y fiel, hagan uso, con especial interés, de los medios de perseverancia, especialmente de la oración, de la vida de sacramentos, de la dirección espiritual, de la programación exigente y del buen empleo del tiempo. 77
77. Llamados a ser puentes entre Dios y los hombres, den a todo trabajo y responsabilidad, de cualquier naturaleza que sea, un sentido espiritual, dinámico y apostólico, en todas las circunstancias de la vida. 78
78. Consideren la oración como su principal necesidad y la fuente de donde dimana toda la actividad genuinamente apostólica; concédanle el primer lugar en la programación de sus ocupaciones y dedíquense a ella con intensidad, conscientes de que "si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los que la edifican". 79
79. En la administración de los sacramentos, en la dirección de ejercicios, retiros, pláticas espirituales, en la dirección espiritual y demás actividades propias del ministerio sacerdotal, sean los auténticos hombres de Dios,que transmiten el mensaje con calor y convencimiento, que no buscan aparecer, ni actuar por vanidad, llevados por un puro afán intelectualista, sino comunicar a Cristo a manos llenas. Lean y mediten con asiduidad e interés las fuentes de la espiritualidad legionaria, como la guía que Dios Nuestro Señor amorosamente les ha donado para santificarse y ser fecundos, e inspírense en ella para la elaboración de sus predicaciones. 80
80. Valoren y usen las realidades temporales en la medida en que les sirvan para la realización de su misión, conscientes de la caducidad y total ordenamiento de las creaturas a la Gloria de Dios. 81
81. Mantengan en todo momento y circunstancias su identidad sacerdotal y legionaria, identificándose con los criterios, con la disciplina y con la metodología de la Legión, aplicándolos en su vida personal y en su apostolado, y contribuyendo así, con su integración convencida y plena, a la realización de la misión que la Divina Providencia ha asignado a la Legión. 82
82. Su condición de sacerdotes legionarios les obliga una fidelidad plena y madura a las Constituciones y Reglas de la Legión, que libremente aceptaron como norma de vida delante de Dios y de la Iglesia el día de su profesión. Medítenlas con frecuencia y vívanlas con delicadeza y amor renovados, haciéndolas parte de su inmolación con Cristo Sacerdote. 83
83. Apliquen puntualmente cuanto las Constituciones y los instructivos señalan para el desempeño de sus cargos y responsabilidades. Sean también diligentes en la aplicación de los acuerdos tomados en las reuniones. 84
84. Vigilen en todo momento, siguiendo el mandato de Cristo, para el contacto con ambientes y costumbres ajenas al espíritu religioso y sacerdotal no les conduzca insesiblemente al aseglaramiento de sus criterios, de sus actitudes, de sus gustos, de sus modos de conducirse, haciéndoles perder la identidad sacerdotal y legionaria. 85
85. Mantengan una grande humildad y sencillez espiritual, que les permita vivir con serenidad las exigencias de la obediencia, de la confianza y dependencia de los Superiores. No obstante la edad, la experiencia y la preparación o éxitos apostólicos, considérense siempre como quienes todavía tienen mucho que aprender y combatan enérgicamente la tendencia al orgullo y a la autosuficiencia que tiende a crecer con el paso de los años. 86
86. Cuiden su castidad sacerdotal por medio de la guarda delicada de sus sentidos internos y externos, de la humildad, de la amistad cordial e íntima con Cristo, de un insobornable rectitud de conciencia en la observancia de las normas que regulan la lectura de libros y revistas, el uso de los medios de comunicación social, las salidas del centro, la forma de comportarse en los viajes y el
modo de tratar con la mujer. 87
87. A ejemplo de Cristo el legionario debe desgastarse por el establecimiento del Reino, sin pactar jamás con la rutina, la pereza, el desaliento, el nivel adquirido. Que la entrega sin medida demuestre que valoran convenientemente el altísimo precio de la redención. 88
88. Vivan un gran espíritu de soldado raso, siempre preparados y dispuestos a ir al sitio que la obediencia les asigne, buscando por encima de todo, el bien de la Legión y el cumplimiento de la voluntad de Dios. Acepten con serenidad y movidos por la fe y el amor a Cristo, los trabajos o puestos que les encomienden los Superiores; entréguense a ellos sin pensar si se ajusta a sus gustos, al grado de preparación que creen tener, personalidad, etc... 89
89. Quienes inician su ministerio sacerdotal, acojan con gusto e interés las observaciones, sugerencias y consejos de quienes les preceden en el trabajo apostólico, y, amen consultar especialmente a los más ancianos y experimentados que se distingan por su ejemplaridad en el conocimiento y amor de las Constituciones y por el testimonio de una vida santa y ejemplar. 90
90. Si por desgracia llegase a ocurrir que se encuentren con algún sacerdote de vida tibia, con tendencias mundanas al margen del espíritu y metodología de la Legión, o, lo que serían aún peor, murmurador e intrigante, apártense de él con claridad para que su mal ejemplo no les induzca a perder la estima y aprecio por la perfección en el seguimiento de Cristo. 91
91. Los sacerdotes de mayor edad y experiencia en el ministerio sacerdotal, acojan cordialmente a quienes lo inician. Edifíquenlos con su fidelidad a las Constituciones, vuelquen e ellos sus consejos, sus experiencias apostólicas y estimúlenlos con su ejemplo y palabra a que desarrollen plenamente su personalidad y su cualidades en el trabajo que les ha sido encomendado, según el espíritu y la metodología de la Legión. 92
92. Acepten las dificultades propias de las diversas etapas de purificación y de maduración espiritual de su amor y de su entrega a Jesucristo y a su Reino, y ofrezcan, además, todas las contrariedades por la fecundidad de su apostolado. 93
93. Manténganse en contacto frecuente con sus Superiores, cumpliendo las normas sobre los informes de oficio, y comunicándoles cuanto consideren útil y provechoso para el progreso y consolidación de la Legión y de sus obras. 94
94. Vivan en toda su extensión y con gran sencillez la virtud de la caridad y el espíritu de cuerpo de la Legión, para que nunca la edad, el grado de preparación y de experiencia, los apostolados realizados o los puestos desempeñados sirvan de barreras que rompan la caridad y la unión de la Legión. 95
95. Colaboren activamente - según sus posibilidades - en las diversas obras apostólicas de la Legión y del Movimiento, sin encerrarse en las propias preocupaciones y viviendo con fidelidad, magnanimidad y abnegación las exigencias del espíritu de cuerpo, y su espíritu de apóstoles de Jesucristo hasta el último día de vida que Dios les conceda. 96
96. Amen y cultiven la vida de comunidad, siendo para todos modelo de puntualidad y de observancia religiosa.
Segunda parte: principios de abnegación
Introducción 97
97. La cruz y la abnegación constituyen una necesidad imprescindible en la vida del cristiano y, sobre todo, del sacerdote. Cristo, para salvarnos, se aniquiló a sí mismo hasta la muerte y muerte de cruz. 98
98. La abnegación no se puede separar de la condición del cristiano, incorporado al Cuerpo Místico por medio del bautismo. No tiene sentido ni razón de ser en el hombre, ni ejerce ningún atractivo sobre la naturaleza, humanamente inclinada a concederse todas las satisfacciones posibles. Pero a la luz de la cruz de Cristo y con la fuerza que brota de ella, se concierte en un camino necesario de santidad y de eficacia apostólica: "Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, quedará solo; pero, si muere, llevará mucho fruto" 99
99. Además, la experiencia señala que no se pueden dominar las pasiones y tendencias desordenadas y no se pueden perseverar en un amor fiel y personal a Jesucristo en el cumplimiento de los votos, sin practicar la abnegación. 100
100. Por ello, el legionario que dice amar a Dios y a la Legión, pero no vive la abnegación, es un iluso, porque el termómetro del amor sobrenatural y de la verdadera entrega es la propia abnegación. 101
101. Cuando la abnegación brota como exigencia del amor, no hay peligro de caer en el racionalismo, o bajo el dominio de la soberbia, el orgullo y la sensualidad; ni hay peligro de caer en el fariseísmo y la hipocresía,que destruye la identidad, la coherencia personal la madurez humana, y desintegran la unidad interior dañando seriamente la salud emocional y psíquica. 102
102. En estas líneas de espiritualidad y ascética evangélica se colocan los grados y los principios de abnegación que la Legión de Cristo ofrece como un camino práctico para tomar la cruz de cada día y seguir a Jesucristo.
1. Principios de abnegacion 103
103. LEMA: "El que quiera venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Mt 16, 24). 104
104. GRADOS 1. Tolerar con paciencia, por amor a Dios y a las almas, las adversidades molestias y tribulaciones. 2 Aceptar y llevar con agrado espiritual las tribulaciones que Dios permitiere. 3 Buscar con anhelo y pedir a Dios el sentir contradicción y adversidad, para asemejarse más a Jesucristo, que por mi amor padeció hasta la muerte de cruz. 4 Animado por la fe y por el amor a Dios, buscar y gustar si es posible, también sensible, las tribulaciones y contrariedades, especialmente las que resulten más costosas a mi naturaleza, para más agradar y asemejarme a Jesucristo. 105
105. FUNDAMENTO 1. Creer y practicar en todo momento y hasta el heroísmo el primer mandamiento: "Amar a Dios sobre todas las cosas". 2. Descisión eficaz y práctica de seguir a Jesucristo por el camino de la propia abnegación, para imitarle en su oblación y sumisión total a la voluntad del Padre Celestial por la redención de la humanidad. 3. Tener la búsqueda desordenada de mí mismo como el enemigo mortal de la Gloria de Dios, de mi santificación y de la causa del Reino. PRINCIPIOS: 106
106. En general 1. Negarme hasta vaciarme de mí, para que viva y reine Cristo en mí. 2. Negarme
en todos mis gustos, caprichos y comodidades, aun lícitas, pero superfluas. 3 Negarme, siempre que lo recuerde, en los detalles de la vida ordinaria: Fidelidad. 4. Negarme renunciando a los bienes no necesarios, desprendiéndome de lo que fue mío, y desapegando mi corazón de lo que uso. 5. Negarme no buscando los afectos y los consuelos humanos. 6. Negarme aceptando con amor la desolación y pidiendo al Señor que - según convenga a mi alma - me conforte y asista en la misma. 7. Negarme, para no sucumbir por el respeto humano y por la natural inclinación a la sensualidad, cuando algunos ambientes secularizantes y mundanos quieran orillarme o apartarme de las características y estilo de vida propios de la consagración religiosa y sacerdotal. Independientemente del país donde me encuentre, del apostolado que realice, de mi grado de formación, defender y vivir mi identidad sacerdotal y religiosa como testimonio fecundo ante los hombres de mi total consagración a Dios. 107
107. En relación con los Superiores 1. Negarme buscando una dependencia habitual, interna y sobrenatural de ellos. 2. Negarme recibiendo con el goza de la fe, y, si es posible también con el gozo sensible, sus órdenes y mandatos,sometiendo mi criterio y mi voluntad, aunque el corazón sangre y quede rebajado el amor propio. 3. Negarme no juzgando jamás voluntariamente de forma negativa sus criterios y actuaciones. 4. Negarme no buscando ni apegándome a ningún cargo, oficio, ni equipo de trabajo. 108
108. En relación con la estima. 1. Negarme no buscando la estima de los hombres. 2. Negarme refiriendo a Dios, autor de todo bien, el honor y la alabanza cuando se me haga objeto de alguna distinción. 3. Negarme aceptando ser odiado, desconocido, arrinconado, por causa de Jesucristo y de su Reino. 4. Negarme no aceptando la adulación y rechazando todo sentimiento de envidia y vanidad. 5. Negarme procurando sentir gozo al ver que otros progresan más que yo, o son preferidos a mí. 6. Negarme aceptando serenamente el que no se siga mi opinión. 7. Negarme no hablando en demasía de mí y de mis cosas, llevado por la vanidad. 8. Negarme no justificándome, a no ser que lo exija el Reino de Cristo. 9. Negarme reconociendo mi ignorancia, incluso públicamente, cuando me pregunten algo que desconozco. 109
109. En relación con la vanidad 1. Negarme mortificando el deseo de agradar, por vanidad, en todo aquello que se refiera al arreglo personal o al vestido, y cultivando, por amor a Cristo y a las almas, la distinción y el decoro personal. 2. Negarme huyendo de la autocomplacencia ante las alabanzas por mis cualidades físicas, deportivas, intelectuales o espirituales y agradeciendo a Dios los dones que me haya concedido. 3. Negarme no buscando captar la atención o el interés de los demás, para satisfacer mi orgullo y mi vanidad. 110
110. En relación con los demás: 1. Negarme practicando el primer mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas y a mi prójimo como a mí mismo, procurando hacer todo lo que sea agradable o provechoso para los demás. 2. Negarme evitando lo que sea molesto, desagradable o produzca intranquilidad en los demás. 3. Negarme evitando cuidadosamente toda crítica y murmuración que pueda herir en los más mínimo la buena fama de los demás. 4. Negarme evitando todo comentario que pueda herir o molestar a los demás. 5. Negarme desprendiéndome de los criterios personalistas y condescendiendo cuanto sea posible. 6. Negarme hablando de lo que gusta a los demás, aunque no me agrade. 7. Negarme mortificando los afecto desordenados hacia la propia familia. 8. Negarme dominando mis simpatías y tendencias afectivas. 9. Negarme no dejándome llevar por la antipatía, tratado con preferencia a quienes menos me atraiga y procurando sentir goza por las molestias e impertinencias de quien me trata. 10. Negarme procurando servir a todos de oculto. 11. Negarme sintiendo como míos los éxitos y fracasos de los demás. 111
111. Respecto al dominio y a la ecuanimidad. 1. Negarme hasta lograr ecuanimidad en cualquier estado de ánimo. 2. Negarme dominando todo arrebato - incluso interno - de ira o de impaciencia. 3. Negarme mostrándome igualmente afable y alegre en los momentos de tribulación, que en los momentos de paz y tranquilidad. 4. Negarme en la prosperidad no dejándome llevar por la soberbia o la vanagloria. 5. Negarme en la adversidad y en la contrariedad, no dejándome llevar del desaliento y procurando sentir gozo espiritual en ellas. 6. Negarme no dejándome arrastrar a las
confidencias, imponiéndome especial discreción y control personal. 112
112. En relación con el dominio y la mortificación. 1. Negarme luchando permanentemente para no dejarme dominar por el cansancio en la búsqueda de la perfección. 2. Negarme no dejándome llevar por todo aquello que pueda conducirme a crear en mi vida hábitos de inconstancia, desorganización, improvisación y desorden. 3. Negarme no aceptando en mi vida la pereza, la indolencia y ciñéndome siempre, por amor a Cristo y a las almas, a un programa trazando de acuerdo con un plan concreto, una guía y un calendario. 4. Negarme sobreponiéndome a la rutina y al sentimentalismo. 5. Negarme en el juego, participando con entusiasmo, controlando la pasión, haciendo todo lo posible para hacer descansar a los demás, acatando sin protestar las decisiones del árbitro o marcando con honestidad las propias faltas, evitando desalentarme o echar la culpa a los demás cuando voy perdiendo. 6. Negarme mortificando no sólo la curiosidad malsana, sino también la innecesaria o superflua. 7. Negarme en la comida, no levantándome de la mesa sin haber hecho algún pequeño sacrificio. 8. Negarme conservando siempre el control de mí mismo en el modo de reír, en la comida, en la bebida, en las posturas y en el comportamiento en general. 113
113. Cuando falto a la abnegación. Me prefiero a mí más que a Dios. Me amo a mí más que a Dios Me busco a mí antes que a Dios. Altero el orden objetivo de los valores. Me paso al lado de los que sirven al mundo. Perjudico los intereses del Reino de Cristo. Mermo la vitalidad de la Legión. Empobrezco y debilito mi vocación. Me pongo en la contradicción con mis principios. 114
114. Preces para alcanzar la abnegación Señor, ámete a Ti y tenga de mí los sentimientos que corresponden a una creatura y a un pecador. Señor, sé Tú sólo el objeto de mis preferencias. Señor, haz que te busque a Ti solo, con pasión, energía y tenacidad. Señor, dame fidelidad a tu amor. Señor, por tu Reino, abnegación Señor, por la Legión, abnegación. Señor, por mi vocación, abnegación. Señor, por las almas, abnegación. Señor, para que sea más perfecto, abnegación. Señor, para que lleve más fruto, abnegación. Señor, para que sea todo tuyo, abnegación. Señor, vacía mi corazón de todo lo que no seas Tú. Señor, llana mi corazón sólo de Ti y de tus intereses. Jesús, manso y humilde de corazón, Haz mi corazón semejante al Tuyo.
Tercera parte: Guía de la vida legionaria
Introducción 115
115. La Legión busca formar en cada uno de sus hombres la figura del hombre del Reino: un hombre que tiene afinadas hasta el máximo todas sus potencias y cualidades para luchar eficazmente por el Reino de Cristo. 116
116. Es preciso que cada legionario contemple con frecuencia a este hombre tipo, que considere como un regalo de Dios a su vida, y por medio de él a la Iglesia y a la humanidad, y que lo encarne en sus grandes líneas y en sus pequeños detalles para cumplir fielmente el plan de Dios sobre su vida en la Legión. 117
117. Desde el inicio del noviciado hasta la muerte, esfuércense por conocer, amar y vivir el espíritu de cada una de sus actividades y medios de formación y de perseverancia. Todo ellos, aunque simples y sencillos y en ocasiones costosos a la naturaleza, van delineando en el espíritu, uno a uno,
los diversos rasgos de ese hombre del Reino y ayudan a realizar la santidad y eficacia apostólica que Jesucristo espera del legionario. Vívanlos, por tanto, con amor y delicadeza crecientes y practíquenlos con profundo convencimiento interno, sin rutina, fatalismo e inconsciencia, respondiendo así con dignidad y madurez a este don y privilegio de Dios.
1 Medios para el cultivo de la vida espiritual
I. Diarios
1. Al levantarse 118
118. La invocación a Jesucristo, nuestro Rey, y la petición de ayuda dan la orientación que debe tener el nuevo día: Todo por el Reino de Cristo. 119
119. Desde el momento de despertarse, únanse a Jesucristo; cultiven el recogimiento interior y exterior, recordando los puntos de la meditación, para prepararse mejor a su encuentro con el Señor en la meditación y en la celebración eucarística. 120
120. El "Te Deum" es un himno de alabanza, de acción de gracias y de confianza en el auxilio de Dios Nuestro Señor. Procuren que sus sentimientos íntimos respondan a las palabras que recitan con los labios. 121
121. Sean sumamente diligentes desde el primer momento, sin dejarse vencer por la pereza o por la desgana. La prontitud para salir de la cama es un medio óptimo para la formación de la voluntad, pero, sobre todo, es una manifestación concreta de la prontitud del alma frente a la voluntad de Dios. 122
122. Procuren prepararse con diligencia cuidando los diversos aspectos del aseo personal y traten de iniciar el día con una visita a Jesucristo o a la Santísima Virgen antes de ofrecimiento de obras. En esta visita rueguen con fervor a Jesucristo que les conceda la gracia de la perseverancia final en la fe y en su santo servicio.
2. Ofrecimiento de obras. 123
123. Procuren ser muy puntuales. Ejerciten su fe en Jesucristo presentándose dignamente, con su mejor uniforme, como se merece nuestro Jefe y Señor. 124
124. Recen las oraciones penetrando su sentido con amor y uniéndose a todos los legionarios que ofrecen al Señor su jornada con las mismas oraciones. Es conveniente que, en algunas ocasiones, esas oraciones sean objeto específico de su meditación, para que profundicen mejor en su contenido y saquen mayor provecho al recitarlas. Eviten, especialmente, convertirlas en fórmulas rutinarias y convencionales.
3. Examen de previsión 125
125. El examen de previsión es momento de reflexión, al inicio del día, para presentar a la mente, a
la voluntad y al corazón, de una manera sintética, las principales obligaciones espirituales, formativas y apostólicas que deben afrontar en el nuevo día. 126
126. Procuren recordar brevemente los puntos fundamentales de su programa de reforma de vida y de su examen particular. 127
127. Recuerden las deficiencias y logros descubiertos en el examen de conciencia de la noche anterior y renueven el propósito formulado. 128
128. Revisen sus disposiciones interiores y sus estados de ánimo para aprovechar los positivos y rectificar los negativos. 129
129. Revisen también sus principales compromisos o actividades del día.
4. Oración 130
130. La oración es un diálogo personal e íntimo con Dios que ilumina y robustece en el alma y en el corazón la decisión de identificarse con la razón de ser de la propia vida: la voluntad santísima de Dios. Es una renovación desde Dios que debe abarcar los criterios, los afectos, las motivaciones y las decisiones personales. Debe hacerse al inicio del día para que marque la orientación espiritual y apostólica de la jornada. 131
131. Al iniciar la oración, actúen su fe en la existencia del Espíritu Santo. Recuerden que El es el "dulce Huésped del alma" y que sin El nada sólido ni estable se puede conseguir en la obra de la santificación personal. Canten con estos sentimientos de fe, de amor y de súplica el "Veni Creator", identificando su mente y su corazón con lo que las palabras expresan, y eviten, por todos los medios, caer en el error o la fatuidad de hacer de la oración un acto auto-demostrativo de pensar, razonar, sentir, proponer, que produzca el triste y vano fruto de halagar la propia vanidad. 132
132. La oración se hace ordinariamente en la propia habitación o celda. Durante el trayecto de la capilla a la habitación prolonguen la invocación y la petición de auxilio al Espíritu Santo, y procuren ir actuados y recogidos, con clara conciencia de lo que van a hacer. 133
133. Ofrezcan de corazón la oración al Padre, en unión con Jesucristo, por la extensión de su Reino. 134
134. Procuren actuar la presencia de Dios al inicio de la oración. Para ello es conveniente detenerse un momento ante el reclinatorio y preguntarse qué es lo que se va a hacer, con quién se va a dialogar, etc. 135
135. Recogido y actuado el espíritu, hagan los actos preparatorios: actos de fe, de esperanza y de caridad, de acción de gracias, de humildad substancial, reconociendo lo que se es delante de Dios: una creatura necesitada de redención. 136
136. Pongan su oración bajo el cuidado maternal de la Santísima Virgen María. 137
137. Presenten confiadamente a Dios la gracia que desean alcanzar como fruto de la oración. 138
138. En la oración participen con toda su persona (inteligencia, voluntad, afectos, imaginación, sentimientos, problemas, debilidades, inquietudes, anhelos...) para que esos momentos de contacto personal con Dios sean fecundos para su vida diaria y les lleven a la renovación permanente de sus criterios, motivaciones y decisiones. 139
139. El desarrollo de la oración puede ser discursivo-afectivo. Esta forma de oración consiste en desentrañar con la inteligencia una idea o principio fundamental de la vida para profundizarla y hacerla personal. No es un puro ejercicio intelectual. Es una reflexión cordial, a la luz de la fe, sobre el misterio de la propia vida desde Dios. Esta profundización debe conducir a las mociones de la voluntad por las cuales el alma se une a Dios, le expresa su amor, agradece sus beneficios, pide ayuda, reconoce su condición de creatura pecadora, se entrega confiadamente, hasta culminar en la
conversión del corazón o en la decisión de vivir en adelante de acuerdo con la verdad contemplada a la luz de Dios. 140
140. Puede ser también un desarrollo contemplativo: la contemplación de un misterio o de un hecho de la vida del Señor, de la Santísima Virgen o de la Historia de la Salvación (ver las personas, escuchar las palabras, considerar las acciones), y sus implicaciones para la propia vida, hasta llegar a los afectos y a las mociones de la voluntad que engendren la decisión de la entrega y de la imitación. 141
141. Finalmente, puede ser una oración que entrañe los tres elementos: discursivo, afectivo y contemplativo. 142
142. No basta reflexionar o contemplar. La meditación es ante todo un diálogo atento y amoroso con Dios. Por ello, es necesario aprender a escuchar a Dios en el silencio del alma y explayarse con Él en un coloquio lleno de fe y de amor, para entrar en un contacto personal y santificador con Él. Es en este momento cuando, bajo la luz y la fuerza del Espíritu santo, la voluntad se conforma con la voluntad de Dios y surgen las decisiones que deben dirigir la vida. 143
143. No basta reflexionar o contemplar. La meditación es ante todo un diálogo atento y amoroso con Dios. Por ello, es necesario aprender a escuchar a Dios en el silencio del alma y explayarse con El en un coloquio lleno de fe y de amor, para entrar en un contacto personal y santificador con El. Es en este momento cuando, bajo la luz y la fuerza del Espiritu Santo, la voluntad se conforma con la voluntad de Dios y surgen las decisiones que deben dirigir la vida. 144
144. Procuren obtener un fruto concreto y práctico de la oración, en consonancia con las inspiraciones del Espíritu Santo y con el fruto general buscado en el programa personal de meditaciones. Examinen la incidencia de este fruto en el desarrollo de su vida diaria. 145
145. Las posturas deben ser respetuosas y dignas, dado que manifiestan la actitud interior del alma frente a Dios Nuestro Señor y la autenticidad de la fe y del amor a Él. 146
146. La oración, para ser fructuosa, tiene que ser fecundada por la acción de Dios Nuestro Señor, pero requiere también la colaboración humana. Por tanto, son necesarios un esfuerzo continuo, una lucha permanente y una dedicación plena, haciendo a un lado las distracciones, el sueño y los estados de ánimo negativos. Estos esfuerzos han de redoblarse, animados por la fe y por el amor a Dios, principalmente en los momentos de tentación y desolación. 147
147. De acuerdo con el Director Espiritual, prográmense los temas de oración teniendo en cuenta las necesidades personales y los períodos litúrgicos. Dichos temas deben elegirse de la Sagrada Escritura, de las Constituciones, de los escritos del Fundador, de los Santos Padres, de los Sumos Pontífices y de probados autores de ascética y místicas católicas. 148
148. Cuando se distraigan culpablemente durante la oración, deben recuperar el tiempo perdido, pidiendo el permiso correspondiente. 149
149. Como norma general, eviten hacer la meditación por partes o viajando en carretera.
5. Examen de la oración. 150
150. Hagan con exigencia el examen de la oración revisando la preparación y el desarrollo de la misma, las gracias recibidas, los elementos que les han favorecido o estorbado y la respuesta personal ante las exigencias de Dios. 151
151. Anoten brevemente las luces recibidas en la oración y den gracias a Dios por ellas. 152
152. Pidan perdón por las distracciones y negligencias tenidas y encomienden a aquellos legionarios que no hayan sido fieles a la oración, para que Dios Nuestro Señor les conceda de otra manera las gracias desaprovechadas.
153
153. No se desalienten por las deficiencias y dificultades encontradas, más bien examinen sus causas y, después de pedir perdón a Dios, propóngase superarlas, permaneciendo serenos, animados y determinados a realizar los propósitos hechos.
6. Celebración eucarística 154
154. Esfuércense por acercarse a la celebración eucarística con la conciencia de que es el momento central del día, la cumbre a la que debe tender toda actividad y la fuente de donde mana la fuerza santificadora y apostólica para el hombre del Reino. 155
155. Para participar mejor en la celebración eucarística, procuren seguirla sirviéndose del misal. 156
156. Ritos iniciales Actúen su fe considerándose deudores dando gracias, pobres pidiendo gracias, pecadores satisfaciendo con Cristo, creaturas redimidas adorando y apóstoles rogando con Cristo por la salvación del las almas. 157
157. Liturgia de la palabra Pongan toda su atención para captar y penetrar las luces y gracias que el Espíritu Santo quiera ofrecerles a través de la lectura de la Sagrada Escritura. Den Lugar a la meditación, siguiendo el ejemplo de María que conservaba todas las cosas dentro de su corazón. 158
158. Presentación de las ofrendas Ofrezcan su ser entero al Padre, en unión con Jesucristo, con los mismos sentimientos con los que Él lo hace: adoración, acción de gracias, reparación e impetración. Coloquen en la patena del sacerdote todos sus sacrificios y esfuerzos para que el Señor los transforme en gracias de santidad personal y de fecundidad apostólica. 159
159. Consagración 1. En un clima de adoración y agradecimiento actúen su fe, su esperanza y su caridad en relación con el misterio que se está realizando y hagan suyos los sentimientos de Cristo que se inmola por la salvación de los hombres. 2. Unanse a la plegaria universal de la Iglesia que ruega por sí, por el Papa, por los Obispos, por los fieles vivos y difuntos y por los miembros de la comunidad que participan en la celebración, y tengan además presentes a todos los legionarios y las necesidades e intenciones de la Legión y del Movimiento. 160
160. Doxología Por Cristo, con El y en El... Actúen la conciencia de que solamente por medio de Cristo se puede dar al Padre la gloria y el honor que se le debe. No dejen que Cristo se ofrezca solo. Asóciense a Él en su sacrificio, cumpliendo en sí mismos lo que falta a la pasión de Cristo por su cuerpo que es la Iglesia. 161
161. Comunión 1. Después de la consagración, toda la acción litúrgica se orienta hacia la comunión. Prepárense con sentimientos de fe viva, de caridad, de humildad, de compunción de corazón, conscientes del amor que el Señor les brinda: "Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo..." "No permitas que me separe de Ti". Recen con actuación y fervor, uniéndose al sacerdote, las oraciones preparatorias. 2. Es el momento en que se dice "sí" al sacrificio de Cristo y se une al suyo el propio sacrificio. Nada en la propia vida debe estar en desacuerdo con las actuaciones y ejemplo de Cristo. Es el momento en que deben arrancarle la gracia de la fortaleza para vivir crucificados con Él, negándose al mundo, al demonio y a sus propias pasiones, para sólo servir los intereses del Padre y de las almas: "¡Pasión de Cristo confórtame!". 162
162. Acción de gracias 1. Presenten a Cristo su indigencia para que Él les conceda las gracias necesarias en el camino hacia Él: fidelidad, amor personal y apasionado a Cristo, entrega a la misión, adhesión a la voluntad de Dios, celo por la salvación de las almas, amor a la cruz y al sacrificio, programa espiritual, perseverancia final. 2. Si las fórmulas del Manual de Oraciones les sirven para dar gracias al Señor por los beneficios recibidos y para meditar en el misterio y en las lecciones de la Eucaristía, úsenlas y procuren penetrar en su sentido profundo. 163
163. Rito de conclusión La celebración eucarística de Cristo termina y comienza la propia. Salgan con el propósito firme de dar continuidad al sacrificio de Cristo a lo largo de la jornada por la
vivencia fiel, abnegada y amorosa de las Constituciones y compromisos legionarios y por la entrega sin reservas a la salvación de las almas, en el lugar en que la obediencia les ha colocado. 164
164. Acudan siempre a la celebración eucarística en compañía de la Santísima Virgen, para que Ella les ayude a descubrir las riquezas del misterio de Cristo, forme su corazón sacerdotal y alimente su celo apostólico para hacer fructificar el sacrificio redentor de Cristo en las almas.
7. Visitas breves a la Eucaristía 165
165. Actúen su espíritu de fe en la presencia real de Jesucristo en el sacramento de la Eucaristía. Ejerciten su esperanza y su caridad teologales. El Maestro está presente y les llama. 166
166. Las visitas a la Eucaristía ofrecen una ocasión muy propicia para renovar los propósitos de la meditación o examen de conciencia. 167
167. Ir al Sagrario es ir a dialogar cordialmente con Cristo, hacer un acto de presencia ante el Redentor, poner en sus manos los esfuerzos y la voluntad de entrega, aprender las lecciones que ofrece desde el sacramento. De esos breves contactos con Jesucristo en la Eucaristía deben brotar la gratitud, el aliento en la lucha, la confianza y la alegría de estar con El, imitarle en su sumisión a la voluntad del Padre y en su entrega a la salvación de las almas. Las visitas, por ello, no pueden reducirse a un acto rutinario. 168
168. El sagrario a de ser el punto de referencia de la mente del corazón de todos los legionarios, el lugar donde se encuentran con Cristo y entre sí. De ahí brota como consecuencia práctica la caridad universal y delicada y el espíritu de cuerpo. 169
169. Si no les es posible acudir con frecuencia al Sagrario, mantengan su unión con Jesucristo por medio de comuniones espirituales.
8. Adoración al Santísimo Sacramento 170
170. La adoración es un momento prolongado de intimidad, de confianza, de amistad con Jesucristo, el Redentor, el Amigo, el Hermano, el Compañero en el camino hacia el cielo. 171
171. Vivan esos momentos actuando la fe, la esperanza, el amor, la humildad, la gratitud. Acompañen a Cristo con sentimientos de reparación por los propios pecados y por los de los hombres. Hagan suyos los sentimientos de Jesucristo cultivando la adhesión a la voluntad de Dios y el celo por la salvación de las almas. 172
172. Hagan una fervorosa oración de súplica al Padre, Dios omnipotente, unidos a Jesucristo, por la Iglesia, por el Papa, por los Obispos y los sacerdotes, por la Legión, por las vocaciones, por la salvación de las almas, por nuestros hermanos los hombres que sufren persecución, encarcelamiento, pobreza, enfermedades, desgarradoras penas morales. Arranquen con su oración la misericordia de Dios omnipotente. 173
173. Para el progreso en el conocimiento y en el amor a Jesucristo ayuda mucho la meditación fervorosa del Evangelio y de la espiritualidad legionaria. 174
174. Expresen con el máximo fervor del alma los sentimientos de fe, de esperanza y de amor: fe en Jesucristo, Hijo de Dios vivo, Salvador de los hombres; esperanza en Jesucristo, pidiendo su ayuda de Amigo fiel y de Dios todopoderoso; amor a Jesucristo, por ser quien es y por el don de la creación, de la redención y de la vocación legionaria. 175
175. La adoración que se que se tiene durante el triduo de carnaval posee un especial sentido de reparación.
9. Examen de conciencia 176
176. La evaluación o examen es un medio eficacísimo para que el hombre pueda constatar, en aquellas áreas que más le interesen, los progresos o deficiencias obtenidas según su comportamiento. La práctica de examinarnos con rigor y sinceridad da como resultado un hombre coherente y maduro, en marcha ascendente hacia la superación y perfección. Un hombre de examen es un hombre que difícilmente se presentará en quiebra total y a quien difícilmente abatirán las tentaciones, las pruebas y contrariedades propias de la vida. 177
177. El examen de conciencia debe ser ante todo un encuentro consigo mismo y con Dios en un clima de oración y de diálogo con Jesucristo. el tema de este diálogo es la voluntad de dios sobre la propia vida y el modo concreto como se está realizando. Su finalidad es mantener viva y operante la orientación fundamental de la propia vida. 178
178. Inícienlo con decisión y responsabilidad, actuándose en la presencia de Dios y dedicándole el tiempo asignado. Puesto que examinarse supone siempre el vencimiento de la vanidad y del amor propio, es necesario trabajar en el examen de conciencia con energía exigencia y constancia. 179
179. Si les ayuda y lo aprueba su Director Espiritual, hagan el examen de conciencia por escrito, pero sin olvidar que no se trata de un balance de faltas, sino principalmente de una revisión de los compromisos con Dios y de una oración. 180
180. Comiencen el examen invocando el auxilio del Espíritu Santo para poder examinar la conciencia a la luz de Dios y agradeciéndole de corazón las luces y gracias que precedentemente les ha otorgado. 181
181. Pasen después a analizar los aspectos positivos y negativos de su fidelidad a Dios, confrontándolos con el ejemplo de Jesucristo y lo que el Espíritu Santo les pide. Presten especial atención a la materia de su examen particular. No se contenten con analizar sólo los hechos; analicen también las actitudes interiores de donde brotan los pensamientos, los deseos, las acciones y las omisiones. 182
182. Practiquen la humildad y el espíritu de compunción, reconociendo con absoluta sinceridad los fallos y deficiencias y agradeciendo a Dios Nuestro Señor los progresos que hayan encontrado. Al final pidan humildemente perdón por los fallos que han tenido, propongan con firmeza rectificar aquellos puntos en que se han apartado de la voluntad de Dios e invoquen el auxilio del Señor para reemprender el camino sin desalientos, serenos y confiados en su gracia. 183
183. De forma ordinaria el examen de mediodía ha de hacerse en la propia habitación o celda y, sin motivo grave, no se debe posponer. Si se encuentran fuera del centro y van a regresar para comer, hagan el examen de conciencia una vez llegados al centro.
10. Saludo a la Virgen (Angelus o Regina Coeli) 184
184. Unanse a María por medio de esta plegaria con un corazón filial, recordando sus privilegios y su grandeza, invocando su protección y ayuda, admirando su entrega a la voluntad de Dios y anhelando imitarle en las virtudes que la caracterizan.
11. Himno de mediodía 185
185. Alaben, por medio de los himnos señalados, a Dios, a Cristo, al Espíritu Santo, a María, y a San José, cantando sus glorias, recordando sus beneficios e invocando su intercesión y sus gracias. 186
186. Esfuércense para que su canto sea siempre una oración fervorosa y actuada. Para ello, presten atención a las palabras de los himnos y procuren meditar e identificarse con las ideas y sentimientos
que ellos expresan. 187
187. Canten siempre con voz moderada, sin sobresalir por encima de los demás y siguiendo las indicaciones del director de canto, cuando lo haya.
12. El Rosario 188
188. En la Legión de Cristo se honra a la Santísima Virgen María de una manera particular, mediante el rezo individual o comunitario del rosario, siguiendo la tradición de la Iglesia y las exhortaciones de los Sumos Pontífices. 189
189. A fin de evitar la rutina, procuren contemplar con amor, serenidad y reflexión los principales hechos salvíficos de la vida de Cristo, desde la concepción virginal hasta los momentos culminantes de su pasión, muerte y resurrección, viéndolos a través del Corazón de Aquélla que estuvo más cerca de Él. 190
190. Procuren conjugar en el rezo del rosario, la contemplación de los misterios con la actitud filial, la alabanza en el paso de las avemarías, la adoración en los glorias, la admiración e impetración en las letanías, para que todo él rezume confianza y amor a María. 191
191. Para incrementar la atención y el fervor, presenten a María aquellas intenciones que lleven más dentro del corazón.
13. Lectura espiritual 192
192. la lectura espiritual asidua y serena sirve para alimentar el alma, para infundir en el entendimiento ideales nobles de superación y de progreso y para reavivar en el corazón el amor y el entusiasmo por las cosas de Dios. 193
193. Cuando sea posible, programen la lectura espiritual teniendo en cuenta las necesidades espirituales personales y las orientaciones del Director Espiritual. 194
194. La lectura espiritual ha de hacerse sobre la Sagrada Escritura, especialmente el Nuevo Testamento, los documentos del Magisterio de la Iglesia, los discursos del Santo Padre, los escritos del Fundador de la Legión de Cristo, las obras de los Santos Padres y las obras de autores ascéticos y místicos católicos recomendados por su solidez doctrinal y por su excelencia espiritual. 195
195. Es conveniente que hagan alguna breve anotación sobre las luces que puedan recibir en la lectura espiritual. 196
196. Cuando la lectura espiritual se tiene en comunidad, o cuando este tiempo se escuchan conferencias grabadas de Nuestro Padre, procuren pones una mayor atención y esfuerzo. 197
197. Los sacerdotes, por el rezo de la liturgia de las horas, están exentos de esta distribución. Sin embargo, conviene que organicen sus actividades de tal manera que dispongan de algunos tiempos semanales de lectura espiritual, para enriquecer y madurar cada día más las convicciones de vida religiosa y sacerdotal en la Legión. 198
198. La lectura semanal de las Constituciones prescrita para todos los religiosos y sacerdotes, tiene como finalidad mantener el espíritu y el corazón de los legionarios en contacto frecuente con la norma de vida y de santidad que aceptaron el día de su profesión religiosa, para que sea cada día más la línea conductora de su vida interior y exterior, de su esfuerzo por responder fielmente al plan de Dios y de su proyección apostólica.
14. La liturgia de las horas
199
199. Los sacerdotes y los diáconos reciten con atención y devoción la liturgia de las horas, extendiéndola a las diversas horas del día, conscientes de que, a través de ellos, la Iglesia cumple el mandato del Señor de orar incesantemente, alaba a Dios Padre e intercede por la salvación del mundo. 200
200. Unanse íntimamente a los sentimientos de Cristo en cuyo Corazón resuenan las alabanzas de Dios con palabras humanas de adoración, de impetración, de propiciación y de intercesión. 201
201. Concédanse el tiempo necesario para hacer esta oración, unidos a todo el Cuerpo Místico, sin precipitaciones, y dando cabida en su espíritu a la voz y al sentir de la Iglesia. 202
202. El rezo atento y fervoroso de la liturgia de las horas es un medio del que Dios se vale para iluminar sus almas. Procuren aprovechar esas luces y seguir con fidelidad las inspiraciones del Espíritu Santo, para crecer continuamente en la santidad. 203
203. Elijan los lugares y los momentos más adecuados, dando testimonio, incluso públicamente, de su oración litúrgica. Eviten el rezo de las horas fuera del tiempo correspondiente. 204
204. Para expresar visiblemente la comunión de sentimientos con el Corazón de Cristo y acompañarse de María, procuren recitar una o dos horas litúrgicas ante el Sagrario o ante una imagen de la Santísima Virgen.
15. Invocaciones a Jesucristo, Dios omnipotente 205
205. Al recitar las invocaciones a Jesucristo, esfuércense por evitar la rutina y la distracción y oren con fervor para arrancar de la omnipotencia y de la misericordia de Dios las gracias de salvación que tanto necesita la humanidad. 206
206. Aprovechen con avidez este medio que permite caldear el celo apostólico en el corazón del legionario. 207
207. Contesten a todas las invocaciones con voz clara y firme, pero sin sobresalir ni adelantarse a los demás.
16. Saludo a la Eucarisía y a la Biblia 208
208. Tanto al salir como al regresar al centro, el legionario saluda a Jesucristo, su Jefe Supremo, presente en la Eucaristía. Este saludo testimonia el lugar central que Jesucristo ocupa en la familia legionaria y en la vida de cada religioso, y ayuda a cultivar la fe y el amor a Él. Den a este saludo toda su fuerza expresiva. 209
209. El beso a la Biblia al salir y al regresar al centro, es un signo del aprecio y del agradecimiento que todo legionario tiene por el don de la fe, alimentado y conservado por medio de la Palabra de Dios. Es, además, un medio para recordar que el Evangelio debe ser la luz que guíe la mente, el fuego que inflame el corazón y la norma que dicte la conducta del legionario en su peregrinar hacia el cielo.
17. Oraciones de la noche 210
210. Las oraciones al final del día deben estar impregnadas de sentimientos de adoración, acción de gracias, confianza, compunción de corazón, amor y disponibilidad para seguir en todo la voluntad de Dios. 211
211. Entréguense a ellas con fe y abnegación, luchando para no dejarse vencer por el cansancio de
la jornada, o por el sueño. 212
212. Preparen cuidadosamente la meditación del día siguiente, centrando la mente y el corazón en los puntos, la composición de lugar, la petición y el fruto que desean alcanzar. 213
213. Agradezcan a Jesucristo las bendiciones del día que se recogen en la bendición con el Santísimo. 214
214. Todo hijo bien nacido se despide de su madre antes de retirarse a descansar, cuando está con ella; de la misma manera los legionarios hagan su despedida de María con sentimientos de gratitud, de confianza y de cariño filial. Pongan en sus manos maternales los frutos del día, sus necesidades personales, las necesidades de la Iglesia, de la Legión, de los que luchan a su lado, y el descanso de la noche. No olviden pedirle diariamente que les alcance de Dios la gracia de la fidelidad a su santísima voluntad y la gracia de la perseverancia final para sí y para todos sus hermanos en la Legión. 215
215. Recen en la celda o habitación el "Miserere" con sentimientos de compunción y de confianza plena en el poder y en la gracia de Dios, Nuestro Padre. 216
216. Recojan el alma en la presencia de Dios, procuren entablar con Él un diálogo filial, evitando la disipación interior y sean diligentes al acostarse.
II. Periódicos
1. Sacramento de la Penitencia 217
217. La confesión frecuente, recomendada por la Iglesia, aumenta el justo conocimiento propio, hace crecer la humildad cristiana, ayuda a desarraigar las malas costumbres, aumenta la delicadeza de conciencia, evitando caer en la tibieza o en la indolencia, fortalece la voluntad y conduce al alma a un constante esfuerzo para perfeccionar en sí misma la gracia del bautismo y a una identificación más íntima con Jesucristo; asimismo, ayuda a afianzar la experiencia de la propia impotencia en el orden sobrenatural y a confiar plenamente en la gracia de Dios Nuestro Señor. 218
218. Conscientes de la necesidad permanente de la conversión del corazón para la realización plena de la voluntad de Dios sobre sus vidas, acérquense semanalmente el sacramento de la reconciliación, haciendo de él un encuentro vital y renovador con Cristo y con la Iglesia. 219
219. Cultiven, a lo largo de su vida, la compunción del corazón que consiste en la conciencia de los propios pecados como ofensas al amor y a la generosidad de Dios, y en el dolor y retractación de los mismos. Esta compunción, lejos de crear espíritus serviles o amargados, provoca en el alma la humildad de corazón, el gozo y el reconocimiento por el perdón de Dios, la huida de las ocasiones de pecado, el esfuerzo ascético de purificación y señorío cobre las pasiones y el celo infatigable por la salvación de las almas. 220
220. Animados por la fe en el misterio redentor de Cristo, e iluminados por el Espíritu Santo, cultiven en su vida el sentido del pecado, en sus diversas formas y manifestaciones (pensamientos, deseos, acciones, omisiones), dándole la importancia que tiene a los ojos de Dios, tanto para la vida personal, como para el Cuerpo Místico de Cristo. 221
221. Es aconsejable que determinen de antemano el día de su confesión semanal, para que, de acuerdo con el parecer de su Director Espiritual, lo conviertan en un día penitencial, orientado todo él al encuentro personal con el amor y la misericordia de Jesucristo en el sacramento del perdón. 222
222. Den el tiempo necesario al examen de conciencia que precede a la confesión, para que puedan
recordar con claridad e integridad sus faltas. Pueden ayudarse para ello de diversos esquemas: los mandamientos de Dios y de la Iglesia; las obligaciones que se derivan del propio estado: creatura, cristiano, religioso o sacerdote legionario; virtudes que forman parte del propio programa de reforma de vida; respuesta a las inspiraciones del Espíritu Santo, etc. 223
223. Presten muy especial atención al examen sobre el mandamiento del amor al prójimo, analizando su comportamiento en pensamientos, palabras y obras, en relación con propios y extraños, Superiores, súbditos y compañeros. 224
224. Hagan también objeto de cuidadoso examen - antes de recibir el sacramento de la penitencia -, el vicio capital de la pereza, que pude llevar a omisiones gravemente pecaminosas, exponer al peligro de situaciones graves de pecado y dejar la vida estéril a los ojos de Dios, como la higuera del Evangelio. Recuerden que la vida ha sido dada por Dios para llegar al cielo con las manos llenas de méritos cosechados en el tiempo para la eternidad. 225
225. Acérquense al sacramento con un anhelo ardiente de purificarse y renovarse y con un amor filial que genere la contrición del corazón y el propósito de la enmienda de los que depende gran parte del fruto espiritual del sacramento. El deseo de purificación y renovación debe cultivarse todos los días, de manera especial a través de los exámenes de conciencia, el espíritu de arrepentimiento y el propósito diario de enmienda. 226
226. Acérquense al sacerdote - en la medida de lo posible un confesor fijo - actuando su fe en la presencia y en la acción santificadora de Jesucristo, con sencillez y humildad. Expongan sus faltas con orden, brevedad, propiedad, claridad e integridad. Acepten con espíritu sobrenatural las orientaciones del confesor y procuren cumplir la penitencia, lo antes posible. Ofrezcan, además, sus obras y trabajos diarios en satisfacción por sus pecados. 227
227. Agradezcan a Dios Nuestro Señor el don de su perdón y de su amistad con un propósito de enmienda alentado por el amor y el santo temor de Dios y con una vida de mayor fidelidad a la misión encomendada.
2. Pláticas espirituales 228
228. Las pláticas dominicales sobre la liturgia del día o sobre temas de espiritualidad cristiana y legionaria, tienen como finalidad iluminar la mente con los criterios de Cristo, foguear el corazón y mover la voluntad a una vivencia más delicada de las diversas virtudes propias del religioso legionario. 229
229. Las pláticas espirituales son ante todo, la comunicación cálida y convencida, previamente contemplada en la oración, de la Palabra de Dios y de su voluntad expresada, para el legionario, en las Constituciones y en la doctrina del Fundador; son también una exhortación para la renovación y el progreso espiritual. No son, por tanto, disertaciones pías o académicas. 230
230. Acudan a las pláticas animados por el espíritu de fe, abiertos a las luces que Dios quiera ofrecerles y dóciles a sus exigencias. El provecho espiritual de estas actividades depende, en gran medida, de la actitud interior de sencillez, de humildad, y de interés personal. 231
231. Procuren todos, sin distinción de edad, preparación o dignidad tomar notas de las meditaciones y pláticas que reciben, para la oración y reflexión personal. Además de ser una manifestación de aprecio y deferencia hacia el que predica, es, para las almas humildes, una fuente de enriquecimiento espiritual, pues toda auténtica predicación comunica una experiencia personal e íntima de Dios.
3. Examen práctico 232
232. El examen práctico es un examen de conciencia más detenido, que tiene como fin ayudar a conservar y a aumentar el espíritu religioso del legionario. Generalmente abarca un solo tema, que puede ser una virtud cristiana o humana, o un principio de la espiritualidad, de la disciplina o de la metodología de formación y de apostolado de la Legión. 233
233. Cuanto se ha dicho sobre el examen de conciencia, es válido también para este examen. No olviden que el examen es, ante todo, una oración, un diálogo con Jesucristo sobre aspectos específicos de la voluntad de Dios para la vida del religioso legionario. Acérquense, pues, al examen práctico con un ardiente deseo de superación y haciendo a un lado el hastío, la pereza, la superficialidad, para obtener el mayor provecho espiritual de esta distribución. Actúen desde el inicio su fe en la presencia y en el amor de Dios y pidan luz al Espíritu Santo para que les ayude a profundizar cada día más en el conocimiento del plan de Dios sobre sus vidas - en su líneas maestras y en sus matices -, y a realizarlo con plenitud y por amor a Nuestro Señor Jesucristo y a su Reino. 234
234. De acuerdo con el Director Espiritual, hagan un programa de temas para sus exámenes prácticos, teniendo en cuenta las líneas de su plan de reforma de vida, las inspiraciones del Espíritu Santo, las necesidades circunstanciales, y al mismo tiempo, los diversos aspectos que componen la fisonomía humana, espiritual y apostólica del legionario. No se centren siempre en los mismos temas, para que a lo largo del tiempo puedan examinarse sobre todos los aspectos que comporta su vocación religiosa y sacerdotal legionaria. Es conveniente, sin embargo, que en dicho programa incluyan también uno o dos temas que, según las necesidades personales, se repitan con cierta frecuencia. 235
235. Los Rectores o Superiores de los centros pueden proponer a toda la comunidad, o a un grupo en particular, el tema del examen práctico, siempre que lo consideren necesario o conveniente. 236
236. Es importante descubrir las actitudes internas de donde brotan los progresos o las deficiencias; pero también es necesario descubrir las manifestaciones concretas, positivas o negativas, internas o externas, de esas actitudes. Un examen completo abarca ambos aspectos, aunque, a la hora de las resoluciones, haya que insistir sobre todo, en el cambio o en el afianzamiento de la actitud íntima. 237
237. Por otra parte, no se limiten a un mero análisis. Todo examen comporta la conversión del corazón, las resoluciones prácticas que se renuevan según la orientación fundamental. Integren dichas resoluciones dentro del marco general o particular de su programa de reforma de vida, de acuerdo con el Director Espiritual, para que eviten la dispersión en su trabajo espiritual.
4. Hora Eucarística 238
238. Como homenaje de fe y amor a Jesucristo, presente realmente en la Eucaristía, se tiene cada jueves, en el momento marcado por los Reglamentos, una hora eucarística con espíritu de agradecimiento, de reparación y de súplica. 239
239. Aprovechen esos momentos de diálogo personal y cordial con Cristo, para conocerlo y amarlo más íntimamente, a fin de desagraviarle por los pecados propios y de los demás hombres, para agradecerle su testimonio de entrega y amor, para ofrecerle la vida en favor de la extensión de su Reino, para pedirle por las necesidades de la Iglesia, de la Legión y del mundo y para hacer un examen sobre la propia imitación y transformación en Jesucristo en pensamientos, voluntad y actuaciones. 240
240. La hora eucarística se estructura de la siguiente manera : 1. Exposición del Santísimo. 2. 20 minutos para el rosario, si la hora eucarística se hace por la tarde, o para examen de conciencia y puntos de meditación, si se hace a última hora. 3. 10 minutos para la lectura y comentario del Evangelio. 4. Diálogo personal con Cristo. 5. Letanías de los santos y bendición con el Santísimo. 241
241. La lectura del Evangelio nos pone en contacto directo con la Palabra de Cristo, y el breve
comentario debe proponer algunas ideas que permitan profundizar en algún aspecto de la fisonomía espiritual y apostólica de Jesucristo, tal como aparece en el pasaje evangélico. Por lo mismo : 1. el comentario debe ser breve, de modo que deje tiempo para el diálogo personal e íntimo; 2. debe referirse a algún aspecto concreto del texto leído; 3. debe entrar directamente en él, sin hacer introducciones genéricas o comunicar experiencias subjetivas. 242
242. La hora eucarística termina con la bendición con el Santísimo, precedida por las invocaciones a Jesucristo y las letanías de los santos, a quienes se pide su intercesión ante Dios por la propia fidelidad.
5. Viacrucis 243
243. Este ejercicio espiritual de grande arraigo en la piedad tradicional de la Iglesia católica, pretende reavivar en la mente y en el corazón la contemplación de los momentos supremos de la entrega de Cristo por nuestra Redención, propiciando actitudes íntimas y cordiales de compunción de corazón, confianza, gratitud, generosidad, e identificación con Cristo. 244
244. Recorran con Cristo el camino de la cruz, contemplen su actitud de amorosa entrega y pídanle que les conceda la gracia de abrazarse con fe y amor a la cruz de cada día, para llegar, como Él, al cumplimiento pleno en la misión encomendada. 245
245. Utilicen los formularios aprobados en la medida en que les ayuden efectivamente a contemplar y compartir la Pasión del Señor, y eviten, por todos los medios, que esta práctica de piedad se convierta en un acto precipitado y vacío de contenido. 246
246. Acrecienten su actuación y su recogimiento interior y exterior cuando el viacrucis se hace en comunidad. 247
247. Aunque la práctica del viacrucis está prescrita una vez a la semana, procuren repetirla cuantas veces les sea posible.
6. Visita Sabatina 248
248. La visita sabatina es uno de los medios que manifiesta la alabanza, el amor y la devoción filial de la Legión a la Santísima Virgen María. En ella los legionarios contemplan el testimonio de la fidelidad de su Madre a la misión recibida de Dios y le confían la perseverancia en la fe y en la vocación. 249
249. Mediten en el contenido de las oraciones prescritas para este momento y dialoguen con María en los minutos de silencio, para que este recuerdo de nuestra Madre vivifique la devoción a Ella y la decisión de imitarla, sobre todo en la fidelidad a la voluntad de Dios hasta la muerte. 250
250. Ofrezcan esta visita por el Santo Padre, por aquellos legionarios que estén más necesitados del auxilio divino y por la propia perseverancia en la fe católica y en la vocación.
7. Avisos 251
251. Con el fin de promover y cultivar en las comunidades la fidelidad al espíritu y al estilo de vida propios de la Congregación, de remover en lo posible cuanto sea ajeno o contrario y contribuir a la genuina transmisión del espíritu, de la disciplina, y de la metodología de la Legión, el Rector o el Superior del centro y el Instructor deben hacer a las diversas comunidades las observaciones y correcciones que juzguen necesarias, con la periodicidad establecida en los reglamentos de los centros. 252
252. Acudan todos a esta distribución con un gran espíritu de fe y con deseo de aprovecharse de ella para su perfeccionamiento humano, espiritual, intelectual y apostólico según la mística de la Legión. 253
253. Procuren no sólo anotar los avisos, revisarlos y leerlos con frecuencia, sino también profundizar en su razón de ser dentro del estilo de vida legionario, a fin de estimarlos, vivirlos y convertirlos en convicciones y hábitos de vida personal.
8. Balance en Equipo 254
254. El balance en equipo es un medio de perseverancia que, mediante la práctica evangélica de la corrección fraterna, permite a los miembros del equipo anotarse mutuamente las faltas o deficiencias observadas en cada uno y analizar la situación espiritual y apostólica del equipo como tal. 255
255. El balance en equipo es un medio de perseverancia que puede servir para la ayuda y edificación mutua en la búsqueda de la perfección y de la santidad, o puede convertirse en un medio para la expresión de antipatías, rencores, desahogos y sutiles venganzas. Por ello, tengan todos un exquisito y extraordinario cuidado para actuar en él con gran caridad y pureza de intención, a fin de que este instrumento de santidad no se convierta en manos de las pasiones y de la instigación de Satanás en medio de imperfección, de desunión y de pecado. 256
256. Acudan al balance con el deseo sincero de ayudar a los demás y de aprovechar eficazmente para su provecho espiritual y legionario las observaciones que reciban de los miembros del equipo. 257
257. Hagan directamente las observaciones sobre los aspectos negativos o deficientes, que honestamente hayan encontrado en los miembros del equipo, sin prepararlas, agraviarlas o atenuarlas con circunlocuciones o ponderaciones. Las aportaciones deben ser sustanciales, no banales no superficiales, y deben expresarse con caridad, madurez y educación. 258
258. Acepten las anotaciones que les hacen los miembros del equipo sin justificarse con atenuantes o explicaciones, a no ser que existan graves motivos. 259
259. Para evitar en lo posible el subjetivismo, al hacer sus observaciones indiquen el número de las Constituciones, la regla o la norma que, en su opinión, ha sido violada o no practicada en su integridad. 260
260. Después de las anotaciones personales, hagan el balance del equipo en cuanto tal. Analicen las deficiencias y progresos y tomen las medidas necesarias para la consecución de las metas del equipo. 261
261. Fuera del balance de equipo no se permitan corregir a sus hermanos, ni hacer comentarios sobre lo tratado en el balance.
9. Encuentro con Cristo 262
262. Acudan a esta distribución con la voluntad de hacer de ella un auténtico encuentro con Jesucristo, camino, verdad y vida del alma, y de colaborar activamente con los miembros del equipo para descubrir o profundizar, a la luz del Espíritu Santo, los criterios evangélicos que han de iluminar y guiar todas las realidades de la vida. 263
263. Expongan con sencillez y espontaneidad las luces que hayan recibido tras la lectura y reflexión evangélica y ábranse a las aportaciones de los demás, para que la puesta en común enriquezca a todos los miembros del equipo. Todo ello requiere un postura de humildad, de aceptación de los demás y de fe en la acción interior del Espíritu Santo en cada una de las almas. 264
264. La revisión de la hoja de compromiso quiere mantener viva en los miembros del equipo la ilusión de tender a la santidad. Para que sea eficaz, se requiere el esfuerzo eficaz de todos los miembros, a fin de no convertirla en un acto puramente formal, sin repercusión en la vida personal de los miembros del equipo y en todo aquello que se refiere a las relaciones y obligaciones con Dios, con los demás y consigo mismo. 265
265. La revisión de vida busca enseñarnos a ver con profundidad los acontecimientos del mundo y del hombre, en los que se hace presente la fuerza del bien y del mal, a desentrañarlos y juzgarlos a la luz del Evangelio y de los valores humanos, y a actuar sobre uno mismo y sobre el ambiente para conformar la vida con el mensaje de Cristo. 266
266. Elijan un hecho representativo por la actitud, o la mentalidad que contenga, o por la valoración que merezca. Es importante acertar en la elección del hecho para sacar del mismo las mejores lecciones prácticas y útiles. 267
267. Elegido el hecho, es preciso ver sus diversas facetas y su trascendencia, pero lo más importante es confrontarlo con el Evangelio para descubrir el juicio evangélico que merece y la actuación que ese juicio impone. Es muy importante contraponerlo a los criterios del mundo y de Satanás para que este juicio evangélico, por contraposición, adquiera mayor vigor y claridad. Para poder lograr todos los objetivos del encuentro, dediquen a cada una de sus partes el tiempo previsto. 268
268. Después de ver y juzgar el hecho, viene el actuar. Examinen primero las consecuencias personales derivadas del análisis y del juicio evangélico del hecho; después, lo que directa o indirectamente pueden realizar los miembros del equipo para practicar los criterios evangélicos, al margen de los criterios del mundo y del demonio. 269
269. Para estimular y reforzar el celo apostólico, al final del encuentro se dedican unos minutos para hacer la revisión del compromiso apostólico, en el que se cuaja la vitalidad y el dinamismo del equipo. Este compromiso debe adaptarse a la naturaleza y a las circunstancias propias de cada equipo, y debe obligara a todos y a cada uno de los miembros a hacer algo exigente y concreto por el Reino, como fruto y consecuencia del encuentro con Él. 270
270. El encuentro con Cristo es una actividad de equipo. Todos sus miembros han de participar en él aportando sus propias luces. Debe efectuarse en un clima de espontaneidad, de profundidad y de confianza y debe producir frutos para el equipo como tal y para cada uno de sus miembros en particular.
10. Dirección Espiritual 271
271. Dios ha querido valerse de mediaciones humanas para llevar a cabo su obra de salvación a los hombres. Por ello, la Legión, siguiendo las enseñanzas de la Iglesia, considera la dirección espiritual como un medio normalmente necesario para alcanzar la perfección religiosa y sacerdotal y para perseverar hasta la muerte en el seguimiento íntimo de Cristo. 272
272. Vean la dirección espiritual como un diálogo en la fe, dentro de la Iglesia de dos personas - el Director y el dirigido -, que buscan juntamente descubrir la voluntad de Dios en lo concreto de la vida. Pero recuerden que en este encuentro hay tres términos: Director, dirigido y Espíritu Santo. Por tanto, la dinámica de esta relación interpersonal no es tanto el influjo del Director sobre el dirigido, cuanto a la luz del Espíritu Santo sobre ambos. 273
273. Se debe acudir a la dirección espiritual con un gran espíritu de fe sobrenatural de donde nace una actitud de confianza y completa sinceridad con el Director. Quien por soberbia, vanidad, temor o respeto humano no abre plenamente su alma, se hace un gran daño a sí mismo en el campo espiritual y humano. 274
274. La dirección espiritual llevada con fe, confianza, humildad y apertura total enriquece al alma
haciéndole ganar méritos ante Dios; contribuye a la formación de una personalidad madura y coherente y a una sólida y equilibrada salud mental. Por el contrario, la reticencia y reserva interna, empobrece al alma ante Dios, fomenta el hábito de la hipocresía e incoherencia y destruye la personalidad al impedir una normal maduración humana. 275
275. Una buena dirección espiritual requiere, además, por parte del dirigido : 1. docilidad pronta y sencilla para escuchar y seguir los consejos del Director, sin tratar de inducirlo sutilmente a que elija los propios gustos o deseos; 2. perseverancia en el camino indicado por el Director; 3. discreción: el dirigido no debe confiar a los demás ni sus problemas, ni los consejos particulares que haya recibido. 276
276. Es necesario llevar bien preparada la dirección espiritual para que sea provechosa. Partiendo de su programa de reforma de vida y de las resoluciones de la anterior dirección, procuren presentar: 1. la situación general de su alma; 2. la marcha de su trabajo en la vida de unión con Dios, que comporta: la vida interior, la vida de piedad - principalmente la oración, la vida eucarística y el examen de conciencia -, la vida sacramental, la práctica de los votos, la fidelidad a los medios de perseverancia prescritos por la Legión; 3. la vivencia cordial de la espiritualidad y metodología de la Legión; 4. los problemas y consultas particulares; 5. los propósitos de trabajo hasta la próxima dirección espiritual.
11. Orientación complementaria 277
277. La orientación complementaria quincenal en los centros de formación, tiene como fin ayudar a los novicios y religiosos, según el grado de madurez espiritual y humana, a asimilar, en la vida práctica, la fisonomía humana, espiritual y apostólica del legionario sobre la base del ejercicio de la sinceridad, cimiento donde se apoya la formación del legionario. 278
278. Esta orientación debe desarrollarse con una gran visión sobrenatural en un clima de confianza, de mutuo respeto, de exigencia y de docilidad, de búsqueda conjunta de la asimilación convencida e interiorizada de la fisonomía legionaria. 279
279. En líneas generales, los temas que se deben tratar son los siguientes : 1. resultados prácticos de la anterior orientación; 2. formación del carácter y de la voluntad; 3. balance de la madurez y coherencia de su personalidad; 4. formación de hábitos; 5. orden y jerarquía de facultades y actividades; 6. formación de la conciencia; 7. mística legionaria; 8. formación intelectual; 9. trabajo apostólico; 10. consultas o problemas particulares; 11. resoluciones para la próxima quincena, teniendo en cuenta el programa de formación humana.
12. Retiro mensual 280
280. El retiro mensual, como medio de perseverancia, es una pausa en el camino para examinar el estado de las propias relaciones con Dios, con la Iglesia y con la Legión, a través de la meditación de la Palabra de Dios y de los diversos temas de nuestra espiritualidad, del examen y análisis, a la luz de Dios, de las propias actitudes y comportamientos y, sobre todo, del diálogo personal y renovador con Jesucristo Nuestro Señor. 281
281 Acérquense al retiro con recogimiento interior y dispuesta la voluntad para aprovecharlo con responsabilidad desde el primer momento. Dejen al lado las preocupaciones ordinarias para abrirse a la luz y a la gracia del Espíritu Santo y adecuar mejor sus vidas a la voluntad de Dios. 282
282. Observen con especial cuidado el silencio interior y exterior. Aprovechen los tiempos libres para analizar el progreso espiritual alcanzado en la línea del programa de reforma de vida. 283
283. Acudan con espíritu humilde y deseosos de escuchar la Palabra del Dios en el hoy de sus vidas, a través de la acción del Director del retiro. No se detengan en la persona del Director (cualidades,
ciencia, preparación, santidad...); atiendan solamente a la acción de Dios. Centren su meditación en los puntos dados por el Director y busquen el propio provecho espiritual. Si, por circunstancias personales extraordinarias, a alguno le conviene dedicar el retiro mensual a una temática diversa de la que el Director expone, el Rector o Superior puede indicar al interesado los puntos para su retiro.
13. Adoración al Santísimo Sacramento en fiestas de la Legión. 284
284. Consciente de que todo don procede de la bondad de Dios Nuestro Señor, la Legión dedica algunos días a darle gracias por su compañía, su predilección y su amor a lo largo de la historia legionaria. 285
285. En estos días, tanto la celebración eucarística como la adoración al Santísimo Sacramento expuesto solemnemente , tienen esta intención: agradecer al Señor, con corazón noble y ferviente, el don del carisma de la Legión, regalado a la Iglesia para la salvación de los hombres. 286
286. En sus horas de intimidad con Jesucristo Eucaristía, oren también con oración de súplica, llena de fe y de confianza, pidiendo para la Legión abundantes y buenas vocaciones; pidan que todos los legionarios perseveren en su vocación y busquen sinceramente ser santos; que siempre crezcan la caridad y la unión entre los legionarios como signo de paz y de fecundidad apostólica; y que la Legión nunca se aparte de las metas queridas por Dios a través del Fundador.
14. Oración por la Legión. 287
287. Conscientes de que "si el Señor no construye la ciudad , en vano trabajan los que la edifican", todos los legionarios encomienden asiduamente la Legión a Dios Nuestro Señor, pidiendo muy especialmente por la abundancia y calidad de las vocaciones, la fidelidad y perseverancia de los legionarios, la conservación del espíritu de la Congregación por su unión y caridad internas, las intenciones de los Directores Mayores, el logro de las finalidades apostólicas; pidan también por el éxito de las nuevas fundaciones, por los legionarios y miembros del Movimiento que se encuentran en especiales dificultades y sufre tribulaciones y por las necesidades materiales de la Legión. 288
288. Hagan también una especial oración por los legionarios que son infieles, para que el Espíritu Santo los ilumine y conceda a sus almas la fortaleza necesaria para recomenzar el camino de la perfección y de la verdadera santidad. 289
289. Tengan presentes estas intenciones de manera especial en la oración matutina, durante la celebración eucarística y la acción de gracias de la comunión, en las visitas al Santísimo Sacramento y a nuestra Señora la Virgen Santísima.
15. Triduo de renovación. 290
290. Para ayudar a renovar el corazón según la vocación recibida de Dios y para robustecer la fidelidad a los compromisos adquiridos, cada seis meses se tiene en la Legión un triduo espiritual que culmina con la renovación - hecha por devoción -, de los votos religiosos y de los votos privados. 291
291. Durante estos triduos se prosiguen las actividades ordinarias, observando el silencio que sea compatible con los trabajos que cada uno debe realizar y, conforme a los reglamentos de los centros, se ha de dedicar un mayor tiempo a la oración y al examen. Con ello busca la Legión promover la dimensión contemplativa en medio de las preocupaciones y afanes cotidianos. 292
292. Aprovechen estas ocasiones para confrontar su vida con la voluntad de Dios y para cultivar un corazón contrito, dócil y apasionado por Jesucristo y por su Reino, de manera que su consagración
religiosa responda cada día mejor al plan y al amor eterno de Dios sobre sus personas y sobre la Legión.
16. Ejercicios espirituales. 293
293. La legión considera los ejercicios espirituales como una parada en la vida para dedicarse especialmente al diálogo con Dios y consigo mismo por medio de la oración, la reflexión y el examen. Una parada que debe ayudar a la purificación personal, a ordenar la vida de acuerdo con la condición de creatura creada por Dios, a renovar la adhesión inquebrantable de la propia voluntad a la voluntad de Dios, y a pedir gracias especiales de fortaleza para la perseverancia final. 294
294. La finalidad a la que debe orientarse todo el empeño y toda la oración durante los ejercicios espirituales, no es directamente la confesión general, ni siquiera la formulación de un programa de reforma de vida, sino la realización en la propia vida, según la voluntad de Dios, del primer mandamiento de la ley de Dios "Amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas", y llevar una vida que corresponda en todo a esta amistad. 295
295. Procuren, por ello, esforzarse por alcanzar un diálogo interior con Dios Nuestro Señor, que les lleve a crecer en su conocimiento, en su amor personal y en el celo apasionado por extender entre los hombres su mensaje redentor. 296
296. Acérquense a los ejercicios espirituales con un vivo deseo de descubrir la voluntad de Dios sobre sus vidas, abriéndose con docilidad, sin reservas ni temores, a la acción del Espíritu Santo, que es el Artífice de la santidad y de la perseverancia y el Director íntimo del alma:"Committe Domino viam tuam et spera in Eo, et Ipse faciet". 297
297. Acudan a los ejercicios con una gran visión de fe, sin fijarse en las cualidades o habilidad del Director, en el modo de tratar los temas o en cualquier otro aspecto humano. Atiendan más bien a las luces y a la acción de Dios en sus almas. 298
298. Procuren mantener el esfuerzo personal exigente a lo largo de todos los ejercicios, no dejándose vencer por el cansancio, el desánimo o la sequedad en la oración, y entréguense esforzada y generosamente a las diversas actividades espirituales. 299
299. Pongan el fruto de sus ejercicios en manos de María, a fin de que Ella les alcance de su Hijo las gracias necesarias para renovar su consagración religiosa y sacerdotal, para crecer en la compunción habitual del corazón, para reforzar su confianza en Dios Nuestro Señor y proseguir con decisión y entrega la lucha por su santificación y su acción apostólica. 300
300. Para lograr la finalidad de los ejercicios espirituales, es indispensable el silencio exterior y el recogimiento de los sentidos interiores; por eso, nunca se introduzca en los ejercicios espirituales nada que pueda turbar la observancia de estos elementos. 301
301. La vivencia de la amistad con Dios requiere: 1. La búsqueda sincera de un conocimiento real y objetivo de sí mismo, de las propias faltas y posibilidades, y sobre todo, de las actitudes y opciones internas que determinan la propia conducta. La preparación de la confesión general, los exámenes prácticos diarios y la meditación de las verdades fundamentales son una gran ayuda para este conocimiento personal. 2. Una especial purificación del alma por medio del sacramento de la reconciliación. La Legión recomienda la confesión general anual, a no ser que las circunstancias concretas de un alma, a juicio del Director Espiritual, la desaconsejen. 302
302. Todo programa de vida debe tener una vertiente apostólica que deriva del llamado del legionario a participar más de cerca en la actuación del plan salvífico de Dios. 303
303. Durante los ejercicios espirituales acudan todos una o varias veces a su Director Espiritual para referirle sus experiencias espirituales, para buscar consejo y ayuda ente las exigencias de la gracia y para recibir orientación sobre la elaboración del programa de reforma de vida.
304
304. En la medida de lo posible, procuren los ejercitantes no faltar a ninguna de las meditaciones o pláticas. Dejen al margen cualquier asunto o actividad ajena a los ejercicios.
17. Peregrinación mariana. 305
305. La peregrinación anual a un santuario o iglesia dedicados a la Santísima Virgen busca fomentar el amor filial y agradecido a María, Madre de la Iglesia, Madre de la Legión y de la propia vocación. 306
306. Acudan todos a esta peregrinación con sentimientos de amor, de gratitud y de veneración, y encomienden a la Santísima Virgen las intenciones de la Iglesia, del Papa y de la Legión, la perseverancia de los religiosos y sacerdotes, la fecundidad apostólica de la Congregación y la perseverancia final en la propia vocación.
18. Fiestas de Navidad y Epifanía. 307
307. La celebración de las fiestas de Navidad y Epifanía debe orientarse hacia un crecimiento en el conocimiento íntimo y experimental de Cristo, en el amor a los hombres por los que nace en Belén, y en la imitación de las virtudes que más resplandecen en estos misterios, como son: el amor y la docilidad a la voluntad de Dios, la entrega a la salvación de los hombres, la fe, la caridad, la humildad, el silencio y el desprendimiento. 308
308. Toda vivencia del adviento, y en especial del triduo de preparación con las pláticas marcadas por los reglamentos, debe aprovecharse para ahondar y asimilar vitalmente en las riquezas espirituales de estos misterios, de manera que estas fiestas se vivan en nuestras comunidades en un ambiente de fervor y de intensa y serena alegría interior y exterior. 309
309. Estas fiestas deben revestir un carácter plenamente familiar en un ámbito de caridad universal y delicada, y de especial oración por los legionarios de los demás centros y por la Iglesia universal. 310
310. La Legión, siguiendo las enseñanzas de la Iglesia, venera a los santos, quienes con su vida proclaman las maravillas de la acción de Dios en los hombres, proponen a todos el ejemplo de su fidelidad a Cristo y de su vivencia heroica de las virtudes cristianas, e interceden ante Dios por los que aún se encuentran peregrinando hacia la patria definitiva. En consonancia con esta fe, la Legión quiere ofrecer a cada legionario un intercesor especial en el cielo para el año que va a iniciarse, y proponerle una virtud particular para su trabajo espiritual. Lo hace a través de los Superiores, en el acto y la manera que es tradicional. 311
311. La Legión dedica al último día del año a retiro espiritual y lo extiende hasta el rosario solemne. Todo el día debe vivirse en un clima de agradecimiento a Dios por las gracias personales y comunitarias recibidas a lo largo del año; en un clima de examen sobre la fidelidad personal al amor de Dios, a la vivencia de la vocación legionaria y a la misión apostólica; de compunción del corazón por las deficiencias; de desagravio por los pecados cometidos por los hombres, en especial por los legionarios, y con el propósito de responder con más fe y amor a la voluntad de Dios. El canto del "Te Deum" ante el Santísimo Sacramento debe expresar con la voz y el corazón estos sentimientos y propósitos. 312
312. La fiesta de Epifanía tiene un colorido especial dentro de la vida de familia propia de la Legión: es el día en que los Superiores ofrecen a los miembros de la comunidad los regalos de Reyes. 313
313. Pidan lo que sea verdaderamente necesario, evitando todo lo superfluo.
19. Cuaresma y Semana Santa.
314
314. La pedagogía de la Iglesia propone intensificar durante la Cuaresma el camino de la propia conversión como una preparación necesaria para la celebración fructuosa de los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Durante este período colaboren especialmente con la acción de la gracia de Dios en su alma, purificando su conciencia, abrazando con entereza y especial entrega la cruz de cada día. 315
315. Procuren hacer diariamente el viacrucis, que tanto ayuda a sensibilizarse y unirse a los sentimientos y a la acción redentora de Cristo. 316
316. La celebración de los misterios de nuestra Redención, durante la Semana Santa, ha de llevar a todos los legionarios a una verdadera renovación y crecimiento espiritual en el conocimiento, en el amor y en la identificación con Jesucristo paciente y triunfante. 317
317. En la contemplación de estos misterios, acrecienten el deseo de desagraviar a Dios Nuestro Señor por los pecados propios y ajenos, y el celo apasionado por la salvación de las almas, redimidas por Cristo a tan alto precio. 318
318. Durante el Triduo Sacro debe reinar en nuestros centros un ambiente especialísimo de oración, de recogimiento y de silencio. 319
319. El Jueves Santo es un día de especial sintonía con el Corazón de Cristo, que en su amor a los hombres, llega hasta el extremo instituyendo la Eucaristía y el sacerdocio, dándonos el precepto de la caridad y practicándolo hasta el fin al entregar como alimento del alma su propio Cuerpo y su preciosísima Sangre. 320
320. El Viernes Santo, Celebración de la Pasión y Muerte del Señor, es un día dedicado a la oración y a la contemplación de estos Misterios de nuestra fe. 321
321. El Sábado Santo la Iglesia se recoge ante el Sepulcro del Señor, meditando en su Pasión y Muerte, y acompañando a la Santísima Virgen. Conserven el ambiente de recogimiento, de silencio y de oración, ni obstante los diversos trabajos y labores. 322
322. En la Solemne Vigilia Pascual, la atención de la Iglesia se centra en la luz nueva, símbolo de Jesucristo resucitado, y en la nueva vida del Cristiano, muerto y resucitado con Cristo por el bautismo. Esfuércense por profundizar en el misterio de la Resurrección del Señor y en la riqueza que recibe el cristiano en el bautismo, para agradecerlos sentidamente al Señor y para renovar con sinceridad interior las promesas del bautismo. 323
323. La fiesta de Pascua, solemnidad de las solemnidades, es por antonomasia el día del Señor, invita a participar en el triunfo de Cristo Resucitado y a ser una creatura nueva por medio del bautismo, de los sacramentos y de la fidelidad a su gracia. Vivan intensa e íntimamente en su corazón la auténtica dimensión espiritual y gozosa de la Resurrección, de modo que ésta impregne todo su ser y el ambiente del día.
20. Solemnidad del Sagrado Corazón. 324
324. Habiendo querido Dios dotar a su Hijo Unigénito de un Corazón de carne, unido hipostáticamente a la Persona del Verbo, por medio del cual ha querido amar hasta la locura a los hombres, esfuércense todos los legionarios por corresponder a ese amor, desagraviarlo por los pecados de los hombres e imitarlo en sus virtudes, haciéndolo objeto fundamental de su devoción. 325
325. La verdadera devoción al Sagrado Corazón exige del legionario que se esfuerce seria y conscientemente por conocerle en la oración y en el estudio, por imitar sus virtudes, especialmente la humildad, y por lograr una identificación total con Él en pensamientos, para pensar como Él y no como el demonio o el mundo, en sentimientos, amores y comportamientos. 326
326. La Legión celebra la solemnidad del Sagrado Corazón en un clima especial de adoración, de
acción de gracias y sobre todo de reparación y desagravio al Corazón de Cristo, por los pecados propios y por los pecados de los hombres. 327
327. Procuren todos unirse a los sentimientos del Corazón redentor de Jesucristo, acrecentando la fe y el amor a Él, el sentido del pecado, el espíritu de compunción, la gratitud por la redención y la filiación otorgadas y la entrega apasionada y sin medida a la salvación de las almas.
21. Fiestas de Patronos y Protectores y días de acción de gracias. 328
328. La Legión celebra durante el año ciertas fiestas, con el fin de honrar a sus Patronos y Protectores, para unirse en oración y agradecimiento a Dios por sus dones y para vivir más intensamente las celebraciones litúrgicas más importantes. 329
329. Procuren los legionarios vivir con profundidad, con espíritu de fe y con alegría estas fiestas para encontrar en ellas la fuerza en su camino hacia Dios y para renovarse espiritualmente.
22. Fiestas de los Superiores y formadores 330
330. Con el fin de fomentar la gratitud, la unión y el afecto sobrenatural hacia los superiores y formadores por su entrega a la formación de los religiosos, la Legión señala algunos días específicos del año para encomendarlos de manera particular en la oración y el sacrificio. 331
331. Estas celebraciones deben acrecentar la adhesión sobrenatural y confianza en ellos como guías en el camino que todo legionario debe recorrer para cumplir la misión. 332
332. Estas fiestas de la Legión expresan también el vínculo de unidad de todo el cuerpo legionario que en un mismo día celebra, en familia, a sus Superiores y formadores, en cada uno de sus centros. 333
333. Todo el día debe estar enmarcado en un clima de oración y de sacrificio por los Superiores y formadores y por sus intenciones, y en un ambiente de fraterna y cordial alegría.
23. Celebración de los días en los que se hacen profesiones religiosas o se tienen ordenaciones de diáconos o de sacerdotes. 334
334. La confirmación de un legionario en su camino hacia Dios en la Legión en un gozo que debe compartir toda la comunidad legionaria, pero de manera especial la comunidad del centro donde se efectúan estos acontecimientos. 335
335. Estos días deben celebrarse en un clima de oración y de sacrificio por la perseverancia de los legionarios que han profesado o recibido la ordenación, y en un clima de alegría fraterna y familiar.
24. Aniversario del bautismo 336
336. El bautismo, puerta de los sacramentos, libera al hombre del pecado, lo convierte en hijo de Dios, lo incorpora al Cuerpo Místico de Cristo, lo configura con Cristo por el carácter indeleble y lo compromete a vivir según su nueva condición de hijo de Dios y heredero de su Reino. 337
337. Para agradecer a Dios Nuestro Señor los beneficios que comporta el sacramento del bautismo, para contemplar las riquezas que contiene y para recordar los compromisos de vida personal y social que de él se derivan, la Legión dispone que cada legionario, en el día del aniversario del bautismo, haga una hora especial de oración ante el Santísimo Sacramento, teniendo encendido el propio cirio que simboliza por un lado, la luz de la fe, de la gracia y de la caridad encendida en el alma por el bautismo, y por otro, la consunción de la vida del legionario que participa de la muerte
y resurrección de Cristo. Esta oración se concluye con la renovación en privado de las promesas bautismales, durante la acción de gracias después de haber recibido la Eucaristía. 338
338. Al finalizar los ejercicios espirituales se renuevan también las promesas del bautismo, durante la celebración eucarística del último día.
2 Actividades
1. Actividades apostólicas 339
339. Prepárense cada mañana para el trabajo apostólico mediante el encuentro personal con Cristo en la oración y la celebración eucarística. 340
340. Conscientes de que el Espíritu Santo es el Artífice de la santificación de las almas, trabajen siempre con pureza de intención, con gran confianza en Dios y desprendimiento personal, recordando el ejemplo de Pedro en el mar de Tiberíades: "En tu nombre, Señor, lanzaré las redes"; y trabajen también con gran celo, espíritu de lucha y sentido de eficacia. 341
341. Sean muy responsables en el ejercicio de los apostolados, como instrumentos elegidos por Dios para hacer llegar sus gracias a los hombres, y considérense en todo tiempo y ocasión como soldados al servicio del Reino de Cristo. 342
342. No funden su dinamismo apostólico en el temperamento, en las cualidades humanas, en el éxito de las relaciones sociales, sino en el amor personal y apasionado a Jesucristo y a su Reino. Sólo este amor dará continuidad y fecundidad al trabajo y los sostendrá en las circunstancias prósperas y adversas. 343
343. Fundamenten el espíritu apostólico en una profunda y sólida vida interior y de oración que les obligue a entregarse sin reservas y con perseverancia al cumplimiento de su misión; y vigilen para que los enemigos del apóstol (la indolencia, la pereza, el amor a la comodidad, el respeto humano, la falsa prudencia...) no hagan presa de sus vidas. 344
344. Recuerden que, en el mundo de las almas y en la economía de la gracia, es al Espíritu Santo a quien corresponde hacer germinar, crecer y durar el fruto del esfuerzo apostólico, y que mayor fruto dará quien con mayor confianza en Dios, con mayor humildad y pureza de intención realice su apostolado. 345
345. Recuerden que las palabras pueden conmover, pero sólo puede arrastrar el testimonio de una vida de apóstol convencido por Cristo y por su Reino. 346
346. Pongan siempre el Reino de Cristo por encima del egoísmo y, como soldados rasos, estén dispuestos a servir a la Iglesia, a la Legión y a las almas en cualquier campo a donde la obediencia los destine. 347
347. Recuerden que forman un solo cuerpo en la Legión y que, además de ser responsables de los propios apostolados, son corresponsables de los apostolados de todo el cuerpo. Por ello, no pongan límites mentales a su actividad apostólica. Interésense por los trabajos apostólicos de los demás y, en la medida de sus posibilidades y con la bendición de la obediencia, préstenles su colaboración y ayuda. 348
348. Estudien y apliquen cuidadosamente la metodología apostólica de la Legión, para conservar su
unidad y fisonomía propias. Acepten con espíritu de fe la revisión del trabajo y las correcciones que eventualmente les hagan los superiores. No introduzcan innovaciones sin la debida aprobación. 349
349. Vigilen diligentemente para que el amor a sus propios juicios e ideas, fruto del personalismo, hijo de la soberbia y del orgullo, no les aparte de la fiel aplicación de la metodología de la Legión y de la dependencia delicada de sus Superiores en el apostolado. 350
350. Envíen los informes marcados con la periodicidad establecida; participen responsablemente en las juntas de apostolado y apliquen con diligencia los acuerdos tomados.
2. Clases 351
351. Procuren acudir siempre a las clases que les corresponda. Si existe una causa de fuerza mayor que justifique la ausencia, acudan al Rector o Superior para obtener la debida autorización. La Legión considera la clase como un medio de formación muy importante, por la seriedad y la disciplina mental que exige y por el enriquecimiento que proporciona, a quienes saben buscarla, la comunicación de la experiencia intelectual vivida de los profesores. 352
352. Actúense al hacer la oración inicial de la clase, para ayudarse a cumplir con amor la voluntad de Dios y ofrecer sus esfuerzos por el Reino. 353
353. Trabajen con método, dedicación y realismo, tratando de aprovechar las explicaciones y experiencias de los profesores. Habitúense a tomar notas de las explicaciones de forma ordenada y limpia. 354
354. Dominen la imaginación, la fantasía, el cansancio y la desgana. No basta recibir pasivamente lo que ofrece el profesor; es necesario asimilar conscientemente la materia enseñada. Incluso, es preciso saber descubrir las razones que pueden llevar, en un determinado momento, a no aceptar criterios o aspectos doctrinales, al margen del Magisterio o de la Legión. En estos casos notifíquese siempre al Superior y al Prefecto de Estudios.
3. Estudios. 355
355. El estudio, como preparación necesaria para el apóstol de Jesucristo, es una actividad a la que el legionario debe dedicar una parte importante de sus energías y de sus esfuerzos, tanto durante el tiempo de formación, como durante el tiempo de apostolado. 356
356. Hagan el ofrecimiento con actuación y recogimiento, sintonizando el propio querer con el de Dios y purificando la intención para que los estudios se conviertan en un medio de santificación. 357
357. Tengan siempre presente, motivados por el amor, alguna intención apostólica concreta que les ayude a aprovechar los estudios con mayor interés y a superar eficazmente las dificultades de desgana, desinterés o pereza, que se puedan presentar. 358
358. No se contenten con llevar los programas oficialmente establecidos. Si les es posible, traten de ir más adelante, no olvidando que la formación legionaria es personal y que cada uno ha recibido unas cualidades y unos dones de cuyo empleo y cultivo debe rendir cuenta a Dios. Para ello, ayúdense de los Prefectos de Estudios y de los formadores, y trabajen con responsabilidad y método, según un programa personal exigente y realista. 359
359. Trabajen con seriedad y orden, asimilando primeramente las materias fundamentales. Una vez obtenido este fin, con el consejo y bajo la dirección del Prefecto de Estudios, enriquezcan sus conocimientos con estudios complementarios, exigentes y sistemáticos. No se dediquen a estudios
de materias que supongan una huida del trabajo que por estricto deber ha de realizar, concediéndose la lectura de lo más cómodo, o de lo más agradable. 360
360. Trácense horizontes amplios en su formación intelectual. Acrecienten sus conocimientos de cultura general, de idiomas, de pedagogía, cuando corresponda; aprovechen todas las oportunidades que tengan para adquirir competencia en el área de especialización que se les asigne. 361
361. Procedan con suma honestidad, convicción y madurez en todo su trabajo intelectual, en respuesta a la confianza que le Legión deposita en cada religioso, y aprendan a resolver por sí mismos las dificultades que vayan encontrando. 362
362. Inicien puntualmente los estudios y no los interrumpan, a no ser por causa de fuerza mayor. 363
363. Durante el período de prácticas apostólicas, o cuando tengan que ejercer su ministerio sacerdotal, dediquen diariamente un tiempo específico para el estudio o lectura reflexiva de temas relacionados con la propia actividad apostólica. 364
364. El legionario debe poseer una vida santa y una alta preparación intelectual. Estos elementos nunca deberían oponerse. Pero en caso de tener que elegir, prefiérase a un legionario sin alta preparación intelectual, pero humilde, sencillo, capaz de poseer a Dios y de darlo a los demás: un legionario santo.
4. Las lecturas personales. 365
365. La condición de apóstoles del Reino de Cristo y las circunstancias del mundo en que vivimos exigen una actualización permanente en los conocimientos necesarios para desarrollar eficazmente el propio apostolado. Por ello, la Legión pide a cada uno de los legionarios que se dedique a la lectura seria y a la reflexión sobre los problemas de la vida y de las cuestiones que preocupan a los hombres. 366
366. Elíjanse y ténganse, con la aprobación del Superior competente, aquellas lecturas que más ayuden en el estadio de formación o apostolado en que cada uno se encuentre, que sirvan para repasar los estudios hechos en las etapas anteriores de la vida legionaria, que auxilien más en las tareas apostólicas encomendadas, que forjen un patrimonio cultural a la altura de las necesidades del mundo moderno, pero cuidando siempre la pureza de la fe, la fidelidad al magisterio de la Iglesia y la condición de almas consagradas a Dios. 367
367. Eviten, por amor a Jesucristo y por simple coherencia y honestidad natural, aquellos libros o publicaciones que puedan poner en peligro la integridad, la pureza y la solidez de la fe, de la vida de gracia, de la fidelidad a la consagración al Señor, de la paz y serenidad del alma; y además, aquellas lecturas intrascendentes y frívolas que hagan perder el tiempo o descuidar los deberes primordiales de estado o de oficio. 368
368. Acudan todos, sacerdotes y religiosos, al Rector o Superior del centro, para someter a su aprobación el programa de lecturas. Esta norma, al mismo tiempo que busca una mayor objetividad en la elección de las lecturas, ofrece a los legionarios una oportunidad de ejercer la consagración de su libertad hecha a Dios por medio de su voto de obediencia. 369
369. Por amor a la propia vocación y para vivir con serenidad la consagración religiosa y sacerdotal, acepten todos de buen grado que los Superiores controlen aquellos libros o publicaciones que puedan ser causa de intranquilidad y desasosiego en el campo moral, y de confusión e inquietud en el campo ideológico. 370
370. En este terreno tan importante y delicado de las lecturas, procuren todos practicar la máxima madurez y coherencia con su estado de almas consagradas y rechacen sin titubeos todo aquello que
pueda dañar la pureza de su fe, o inducirles al sofisma en la práctica de sus votos.
5. Orientación académica. 371
371. La orientación académica, medio que la Legión ofrece en su metodología de formación intelectual, pretende ser una forma concreta de supervisión, motivación y ayuda al estudiante mediante el estímulo al estudio, la solución de dificultades, la apertura de nuevos horizontes intelectuales y la dirección en sus investigaciones y trabajos. 372
372. Préstense todos los estudiantes a colaborar con quienes hayan sido designados para su orientación académica, preparándola con responsabilidad, siendo dóciles a las indicaciones recibidas y abriéndose con sinceridad en sus dudas, especialmente de tipo ideológico. 373
373. En líneas generales, los puntos que se deben tratar son: 1. Hábito de trabajo intelectual: convicciones interiores, interés, amplitud de horizontes...; 2. método de trabajo intelectual: clases, estudios, apuntes, memoria, reflexión disciplinada...; 3. rendimiento personal: aprovechamiento del tiempo, capacidad, dedicación; 4. asimilación de las materias fundamentales; 5. aprovechamiento de los diversos medios de formación: idiomas, lecturas, academias, repeticiones...; 6. expresión oral y escrita;
6. Oficios y labores. 374
374. La Legión considera el trabajo manual como una faceta por imitar de la vida de Cristo, que ayuda a comprender mejor a los hombres, obligados a trabajar físicamente para ganar el sustento de cada día, y como elemento importante de la formación y del estilo de vida propios del legionario, pues contribuye a formar el carácter, a robustecer la voluntad, a vencer la inclinación a la comodidad y a vivir la pobreza con mayor autenticidad. 375
375. Los nuestros deben desarrollar los diversos trabajos necesarios para el aseo y el decoro de los centros en todo aquello que les permita su condición de estudiantes o sus apostolados. Participen todos con gran sentido de responsabilidad, en el cuidado y decoro de las dependencias del propio centro, atendiendo especialmente a la limpieza y orden de la propia habitación, a la distinción de los jardines y plantas, y, en general, a todo aquello que ayude a mantener los centros dignos y presentables. 376
376. Sean responsables y diligentes en la realización de los trabajos, oficios o labores encomendadas. Si se les confía de forma habitual el aseo de alguna área del centro, responsabilícense de que permanezca limpia todo el día y no se contenten con asearla sólo durante el tiempo asignado. 377
377. Durante esos tiempos únanse a Dios por medio de jaculatorias, comuniones espirituales, actos de presencia de Dios, y ofrezcan su trabajo para que Dios dé fortaleza y consuelo a aquellos seres humanos que, enfermos o ancianos, tienen necesidad de trabajar para lograr su sustento.
7. Quietes. 378
378. Las quietes son actividades comunitarias de descanso e intercomunicación fraterna y de formación para el diálogo, la comprensión y la aceptación mutua. Acudan todos a ellas, a no ser que, por causa de fuerza mayor, se tenga permiso especial del Rector o Superior para no asistir.
379
379. Apliquen con decisión y energía el criterio legionario de la universalidad en el trato entre todos los miembros de la respectiva comunidad, de manera que nadie resulte, ni se sienta excluido por ningún motivo. El hecho de que las comunidades numerosas estén divididas en equipos de perseverancia, no debe ser impedimento para la observancia de esta norma. 380
380. Siempre que sea posible, las quietes han de tenerse paseando. 381
381. Cuiden que todas y cada una de sus palabras dichas ya en público ya en privado, sean para alabanza de Dios y provecho de las almas, hablando siempre con verdad, prudencia, discreción, precisión y caridad. 382
382. Es manifestación clara de dominio de sí mismo, de la propia madurez personal y de buena educación el saber dialogar. Dialoguen exponiendo los propios puntos de vista con claridad, y precisión, sin pretender tener en todo la razón; sepan ceder la palabra al interlocutor; escuchen con atención, esforzándose por encontrar lo que les acerca a él, y muéstrense con humildad, abiertos y dispuestos a aprender y buscar en común la verdad. Dialogar es dar y recibir, enseñar y aprender. 383
383. Eviten con cuidado las discusiones inútiles o nocivas para la caridad. Esto no impide que, en un clima de madurez, respeto e interés sincero por la verdad, expongan con libertad y objetividad los propios puntos de vista, aunque puedan ser diversos de los de su interlocutor. 384
384. Los temas de conversación pueden ser variados, según los diversos intereses de quienes conversan. Hay momentos en los que se busca la distracción y el descanso; en otros, la información; en otros, el intercambio de opiniones sobre argumentos serios; en otros, el cultivo espiritual y apostólico; pero siempre debe destacarse el hombre de Dios que da sentido, contenido y edificación a sus conversaciones. 385
385. Es indicio de la madurez legionaria y humana, expresada como coherencia de vida, el hablar con frecuencia de temas espirituales y apostólicos, con altura y profundidad, sin que nadie se avergüence ni se sienta incómodo al proponerse o tratarse dichos temas. 386
386. Fomenten la madurez, la elevación, el fervor, la cordialidad, el respeto mutuo, el celo sacerdotal en las conversaciones, de forma que éstas reflejen siempre a religiosos y comunidades auténticamente legionarias. Eviten, por lo mismo, temas desconocidos, ligeros, triviales y superficiales que den ocasión a chistes vulgares, o de doble sentido, o agudezas sin ton ni son. Eviten también las bromas o el vocabulario impropio, y recuerden que cada uno debe constituirse en celoso guardián para que el vocabulario, las formas y el espíritu mundano no penetren en las comunidades. 387
387. Adquieran un vocabulario rico, preciso y selecto, a través de la lectura reflexiva de los grandes maestros de cada lengua, para que, enriquecido en su expresión, haga más atrayente el mensaje del Reino de Cristo. 388
388. Corrijan con diligencia y constancia los malos hábitos adquiridos de ligereza y de pereza mental, que conducen a la imprecisión en el vocabulario, a la mutilación de la oración gramatical y de las palabras, a la falta de lógica, seriedad y profundidad en la conversación. 389
389. Eviten los modismos impropios, los tonillos, las exageraciones, los gestos vulgares o amanerados y el uso de refranes populares. 390
390. Su tono de voz sea moderado; la dicción, firme, armoniosa y clara, mostrando cierta mezcla de reserva y naturalidad, de modestia y firmeza; eviten la precipitación y la excesiva lentitud al hablar; no dejen palabras a medias, ni traten de expresar todo su pensamiento con una interjección. 391
391. Al hablar con alguna persona, dirijan su mirada hacia ella, sin rehuirla. 392
392. Cuando participen en una conversación, eviten todo comentario al margen del que habla, sobre todo si es Superior. Intervengan cuando el interlocutor haya terminado de hablar. 393
393. No interrumpan a su interlocutor antes de que haya terminado de exponer su pensamiento. Si por alguna razón deben hacerlo háganlo con comedimiento y cortesía, pidiéndole perdón, y nunca con brusquedad o bajo los impulsos de la ira, de la vanidad o del orgullo heridos. 394
394. No acaparen la conversación hablando sin cesar, obligando a los demás a escuchar largamente sin dejarles opción para intervenir.
8. El juego. 395
395. El juego es una actividad de descanso que permita recuperar fuerzas físicas y psíquicas para rendir con mayor eficacia por el Reino de Cristo. Ofrece, además, magníficas oportunidades para la formación y el ejercicio de las virtudes y de la voluntad. "En el juego y en la mesa se conoce al hombre". 396
396. Actúense antes de iniciar el juego, a fin de poner su descanso en manos de Jesucristo y de María, y para recordar aquellos principios y actitudes que más pueden ayudarles a obtener un fruto de esta actividad. 397
397. El legionario acude al juego con el deseo de descansar y, sobre todo, de hacer descansar a los demás. Esto requiere caridad, disponibilidad, abnegación y dominio personal. Así, el juego se convierte en un medio de formación santificador y edificante. 398
398. La caridad y el interés deben ser las notas características en los juegos que realicen los legionarios. Fomenten, para ello, el entusiasmo y le efectiva participación de todos los miembros del equipo, sepan pedir perdón cuando sea necesario y eviten la pasión incontrolada, el personalismo, las quejas, reprensiones o discusiones por el marcador. 399
399. La honestidad en el juego es propia del hombre cabal. No se permitan nunca pequeñas inexactitudes o trampas, propias de adolescentes o espíritus acostumbrados a deshonrar la lealtad humana. Cuenten siempre lealmente sus propias faltas, y acepten de buena gana y sin protestar las decisiones del árbitro. 400
400. Traten de ejercer un completo señorío sobre sus reacciones y emociones, especialmente cuando pierdan, y procuren no dejarse invadir por el mal humor, desaliento o enojo. 401
401. Procuren, en la medida de lo posible, todos los sacerdotes y religiosos, hacer deporte al aire libre, por lo menos una vez a la semana. 402
402. Vistan los uniformes señalados para cada deporte, según los reglamentos de los centros, cuidando la distinción. 403
403. Por espíritu de responsabilidad y caridad, y como manifestación de una voluntad madura y respetuosa del tiempo de los demás, procuren llegar puntuales al juego.
9. Comidas 404
404. Todos los alimentos que tomamos han germinado, crecido y madurado por el poder de Dios, que pensó en nosotros para que nos sirviesen de sustento. 405
405. Actúense en la bendición de la mesa y en la acción de gracias final. Son momentos breves para elevar la mente y el corazón a Dios Nuestro Señor, y para agradecerle sus beneficios. 406
406. La lectura del Evangelio y de las Constituciones de la Legión se escucha de pie. Estas lecturas recuerdan la dirección fundamental de la propia vida.
407
407. Observen cuidadosamente las normas de distinción y de urbanidad, y mantengan en todo momento el dominio de sí mismos. 408
408. Procuren estar atentos a las necesidades de los que se encuentran a su alrededor y atiéndanlas con diligencia y discreción. 409
409. Cuando corresponda hablar durante las comidas, conversen en voz moderada y sólo con quienes se encuentren a su lado o enfrente. Eviten hablar de extremo a extremo de la mesa y gritar. 410
410. Desayunen siempre en silencio para prolongar la acción de gracias a Dios Nuestro Señor por el don de la Eucaristía y de la comunión. El silencio en esta distribución debe mantenerse, incluso si no ha precedido la celebración eucarística. 411
411. No se levanten de la mesa sin haber ofrecido a Jesucristo Nuestro Señor un pequeño sacrificio. 412
412. Tomen sin quisquillosidad el alimento servido en cada centro. Cuando, por su salud o por otra razón válida, necesiten algún tipo de dieta, presenten al Superior la petición para que él dé oportunas indicaciones a los encargados de la comida.
10. Lecturas en el comedor 413
413. Durante las comidas y las cenas, según las modalidades propias de cada centro y según las tradiciones de la Legión, se tiene lectura para propiciar el hábito de reflexión, el arte del aprovechamiento del tiempo y la sana ambición por un enriquecimiento espiritual y cultural permanente, como conviene a un apóstol que dedica toda su vida y todas sus energías al servicio del Reino de Cristo. 414
414. Aprovechen con diligencia esta oportunidad de enriquecerse a lo largo de su vida ordinaria.
11. Tiempos libres 415
415. Procuren tener un programa previamente aprobado para el uso más eficiente de los tiempos libres, recordando que el tiempo para el legionario es Reino de Cristo. 416
416. Revisen en ellos la presentación personal, para que acudan a todas las distribuciones con la distinción que corresponde al legionario. 417
417. Revisen las materias y el orden que deben seguir, para que no pierdan ni un minuto del tiempo asignado al estudio. 418
418. Revisen los encargos u oficios que hayan recibido del Rector o Superior, y programen su actuación para tener el mejor resultado en el menor tiempo posible. 419
419. Aprovechen la oportunidad del tiempo libre para hacer una breve visita a Jesucristo presente en el Sagrario, o a la Santísima Virgen. 420
420. Prevean sus necesidades y obligaciones, para que lleguen siempre puntuales a las distribuciones y no tengan que interrumpirlas por falta de previsión.
12. Medios de comunicación social 421
421. La Legión considera los medios de comunicación social como un instrumento excelente y trascendental de apostolado, y por ello se sirve de ellos en su acción apostólica, ya que desempeñan una función tan decisiva en la formación e información de la conciencia privada y de la opinión pública. 422
422. Sean todos profundamente conscientes de los peligros que pueden encontrar en el uso indiscriminado e incontrolado de estos medios para su fe, vida moral, fervor y perseverancia final en la vida consagrada, ya que propician la distracción interior, la frivolidad, la indisciplina, la pérdida del tiempo, la asimilación de criterios laicizantes y la deformación de la conciencia; por ello, aténganse fielmente a cuanto prescriben las Constituciones en este campo. 423
423. Sean todos muy maduros y responsables en el uno de estos medios, para vivir con exquisita fidelidad su consagración religiosa y sacerdotal, especialmente cuando se encuentren solos, visiten a la familia, vayan de viaje o en otras circunstancias similares. 424
424. Conscientes de que el legionario ha consagrado su vida y su persona a la extensión del Reino de Cristo, sepan en todo momento anteponer la misión encomendada y el cultivo de los valores espirituales a los reclamos de la pereza y de la sensualidad en el uso de estos medios, por amor a Cristo y por espíritu de abnegación. 425
425. Aprecien inmensamente la paz y serenidad del alma, fruto de la unión con Dios, y causa de la auténtica felicidad interior; por ello, sepan renunciar voluntariamente a todo aquello que, aun permitido en el uso de estos medios, pueda provocarles inquietud, desazón, tentación, o preparar el camino para ofender a Dios incluso gravemente.
13. Banderas 426
426. La bandera pontificia simboliza para el legionario el Cuerpo Místico de Cristo al que pertenece, y a su Jefe Supremo en la tierra: el Vicario de Cristo. La bandera legionaria es símbolo del cuerpo en que el legionario ha nacido a la vida religiosa y ha recibido la misión que le compromete a establecer el Reino de Cristo y a ser fiel hasta la muerte. 427
427. Para recordar la riqueza de este simbolismo - que permite renovar la fe en la Iglesia y en la Legión e invita a vivir la propia mística -, en algunos días establecidos se izan ambas banderas.
14. Paseos y vacaciones 428
428. Los días de vacaciones y de paseo son tiempos de descanso y de recuperación de energías, para reemprender después, con nuevo vigor e impulso, el trabajo asignado para el establecimiento del Reino de Cristo. Procuren, al comenzar el día, adoptar una actitud sobrenatural y fervorosa que les permita descansar sin detrimento del espíritu religioso. 429
429. Pasen sus vacaciones de acuerdo con lo que prescriben las Constituciones, y no se permitan romper las tradiciones y normas establecidas sin especial permiso del Superior. 430
430. Pongan esfuerzo e interés necesarios para vivir fervorosamente los actos de piedad, acrecentar la conciencia de la presencia de Dios en la creación y aprender a unirse a El en medio de las más variadas circunstancias. 431
431. Tengan presente que estos momentos de expansión ofrecen oportunidades muy apropiadas para el cultivo de la caridad en toda su riqueza de matices, de la servicialidad ingeniosa, del equilibrio y ecuanimidad, de la distinción. 432
432. Esfuércense por hacer descansar a los demás. Sepan atender y adelantarse a los deseos de los que les rodean; cédanles con gusto y cordialidad, siempre que sea posible, la elección del lugar de paseo, de los juegos, etc,; y eviten con cuidado lo que pueda causar molestia a los demás. 433
433. Cuando se hace un trayecto en autobús o en automóvil, hablen sólo con los que están a su alrededor y en un todo de voz moderado. 434
434. En estas ocasiones, cuando canten, háganlo con distinción. No sobrepongan los cantos, y canten sólo canciones apropiadas a su condición de almas consagradas. A los paseos lleven sólo filarmónicas, pero no otros instrumentos musicales como guitarras, acordeones, etc. 435
435. Observen cuidadosamente las normas de distinción en el vestido. 436
436. Sus posturas deben ser dignas, no abandonadas ni aseglaradas. 437
437. Cuando vayan de paseo caminando, respeten los horarios establecidos y eviten tanto las caminatas exageradamente largas y por lugares peligrosos, como las excesivamente cortas, teniendo en cuenta las posibilidades de los que vayan en la terna. 438
438. Cuando vayan a la playa, si desean tomar el solo, háganlo en un lugar apropiado, a orillas del mar o sobre un flotador, pero compórtense con medida y sin exceso. Sin embargo, prefieran aprovechar su tiempo haciendo ejercicio como: paseos, natación, juegos o distracciones en equipo. 439
439. Después de comida se lee un pasaje del Santo Evangelio y se tienen unos momentos de reflexión para recogerse y renovar la conformación de la propia vida y de los criterios que la rigen con el programa que Jesucristo nos presenta con su palabra y con su ejemplo. Se concluye con el rezo del avemaría y con las jaculatorias cristológica y mariana.
3 Algunas virtudes
1. Vida interior 440
440. La vida interior consiste en el desarrollo de la semilla que Dios deposita en el alma del cristiano del día de su bautismo - la gracia y las virtudes teologales de la fe, esperanza y caridad -, según la propia vocación. 441
441. Cada legionario debe esforzarse por llevar a total cumplimiento su maduración cristiana, religiosa, sacerdotal y apostólica hasta llegar a la plena medida de Cristo, aprovechando todas las oportunidades para robustecer y enriquecer la vida del espíritu. Para cultivar y fomentar la vida interior: 442
442. No pierdan jamás de vista, en medio de las diversas circunstancias y actividades, la orientación fundamental de la propia vida y el camino que deben seguir hasta alcanzar la plena realización de la propia vocación. 443
443. Esfuércense por conservar, de modo habitual, la presencia de Dios en lo íntimo del corazón y en medio de todas las circunstancias y situaciones de la vida. 444
444. Ejercítense en la vivencia creciente de las virtudes teologales, abriéndose a Dios con espíritu filial y confiado. 445
445. Tengan siempre presente el sentido y la función de las realidades temporales y aprécienlas y
úsenlas únicamente como medios para el cumplimiento de la propia misión. 446
446. Cultiven con perseverancia la vida de gracia como amistad cordial con Dios Nuestro Señor, y luchen sin cuartel por apartar de su vida el pecado en todas sus manifestaciones y las imperfecciones voluntarias, formando una conciencia delicada y recta. 447
447. Acudan lo antes posible al sacramento del perdón con espíritu de compunción, si por debilidad el pecado les apartase de esa íntima amistad con Dios. 448
448. Abranse a las inspiraciones del Espíritu Santo, Dulce Huésped del alma, manteniendo un ambiente interior propicio para poder percibirlas y seguirlas con prontitud y docilidad. 449
449. Incrementen su vida sacramental como encuentro personal con Jesucristo y como medio de purificación y crecimiento interior. 450
450. Cultiven una vida de oración fervorosa, amasada de fe, humildad, adoración, confianza y perseverancia. 451
451. Apliquen con fidelidad y autoconvicción los medios de perseverancia que la Legión les ofrece. 452
452. Sientan la alegría y la felicidad de trabajar en la Iglesia como miembros activos del Cuerpo Místico de Cristo. 453
453. Hagan de la contemplación el motor de su vida apostólica y de su celo por la salvación de las almas, y jamás conviertan la oración en un mero sedante psicológico, o en un medio de autosatisfacción egoísta. 454
454. Esfuércense permanentemente por identificarse con el modo de pensar, querer, sentir y amar de la Legión, como expresión práctica de la voluntad de Dios para el religioso y sacerdote legionario. 455
455. Acepten y busquen con generosidad la cruz, particularmente en la vida ordinaria, como victoria sobre el pecado y sobre las propias tendencias inclinadas al mal. 456
456. Atiendan de manera especial a la perfección en los detalles de las obras que realizan, ya que la búsqueda de la perfección, sobre todo en las cosas pequeñas, es un termómetro de la delicadeza de conciencia y de finura en el amor a Jesucristo. 457
457. Creen en su corazón un clima de silencio interior, controlando y dirigiendo los sentidos interiores y exteriores -la memoria, la imaginación, los afectos, los sentimientos y las emociones, la vista, el oído, etc.-, y construyendo un ambiente de paz y de serenidad interior, propicio el encuentro con Dios. 458
458. No permitan que la rutina, la irreflexión, la superficialidad o la frivolidad debiliten o corrompan la vida del espíritu, convirtiéndoles en computadoras programadas y dirigidas por la insustancialidad, la irresponsabilidad, las apariencias y los ambientes hechos. 459
459. Los Rectores y los Superiores de los centros vigilen para que nuestras comunidades no caigan en un afán intelectualista que les lleve a descuidar el trabajo atento en su forja como hombres de Dios. Tengan como preocupación fundamental ayudar a los religiosos a mantener siempre una recta jerarquía de valores, dando primacía al trabajo minucioso y cotidiano en la búsqueda de la perfección y santidad personal.
2. Caridad y unión 460
460. Esfuércense por vivir hasta las últimas consecuencias el precepto de la caridad con propios y extraños, con los súbditos, Superiores y compañeros, recordando que la caridad es el mandamiento
nuevo del Evangelio y el sello que autentifica la verdad del cristianismo, y que no hay verdadera piedad ni santidad que no vaya acompañada de la práctica generosa y abnegada de esta virtud. 461
461. Recordando que la caridad exige del legionario la entrega al prójimo sin preferencias, sin acepción de personas, sin medida y sin buscar compensaciones, vivan abiertos a la persona y a los valores de los demás, brindándoles apoyo y estima sincera y fraterna. 462
462. Cultiven la servicialidad oculta, ingeniosa, abnegada y universal. 463
463. Guarden entre sí un gran aprecio y respeto mutuo, alentándose y estimulándose en la fidelidad a Dios. Eviten inmiscuirse den los asuntos ajenos y destierren cuanto sepa a familiaridad. El trato debe llevar siempre el sello de la benignidad y el miramiento, la finura y la discreción, la cordialidad y la reverencia. 464
464. Sean, entre quienes les rodean, un signo visible de la caridad de Dios hacia los hombres, entregándose a los demás con universalidad, motivados por el espíritu de fe en el Cuerpo Místico de Cristo, y no dejen entrar en el corazón afectos o amistades particulares que falsean la caridad y destruyen la vida de las comunidades. Para ello, formen y encaucen rectamente los afectos y manténganse siempre vigilantes para que la caridad sea verdadera y universal, sin acepción de personas. 465
465. Fomenten la bondad de corazón que les lleve a pensar y a hablar siempre bien de los demás y a silenciar y disculpar sus fallos y defectos. Eviten con sumo cuidado la confidencia y la maledicencia que manifiesta la incoherencia en la vida cristiana, la carencia de un verdadero amor a Dios Nuestro Señor, y degrada al hombre al nivel de ciertas mujerzuelas insensatas, enredadoras, superficiales, sin el menor sentido de la dignidad humana y cristiana. Si escuchan algo contra la reputación de alguna persona, apresúrense a cancelar de su espíritu la huella que toda maledicencia deja. Crean todo el bien que oyen y no crean sino el mal que ven. 466
466. Pidan perdón con sencillez y franqueza cuando hayan ofendido o lastimado a alguien, aunque haya sido involuntariamente. 467
467. Mantengan, por dignidad humana y por caridad cristiana, una actitud de silencio frente a los ataques o insultos de los demás. 468
468. Mediten frecuentemente las Constituciones y los escritos del Fundador para conformar activa y conscientemente su vida y su psicología con el ideal legionario que les presenta la Legión e integrar la mente, el corazón y la voluntad con el espíritu de la misma. 469
469. Sean celosos guardianes de la unidad legionaria viviendo con integridad los votos privados, observando una perfecta obediencia y dependencia de los legítimos Superiores, manteniendo una intercomunicación ágil y periódica con ellos, y cultivando el espíritu de soldado raso. 470
470. El modo de ejercer la autoridad en la Legión ha de estar revestido de sencillez y prudencia, de benevolencia y caridad. La autoridad está al servicio de la unidad y tanto el súbdito como el Superior forman parte de un mismo cuerpo: la Legión. El Superior representa la autoridad de Cristo Cabeza; el súbdito, la obediencia redentora de Cristo. 471
471. Conscientes de que forman un cuerpo en la Legión, esfuércense por aportar todos los dones de la naturaleza y de la gracia con que Dios los ha enriquecido, a la realización de la misión común, evitando cuidadosamente cuanto puede sembrar la inquietud en las comunidades, o ser ocasión de desunión y conflicto por razón de las diversas nacionalidades, tradiciones culturales, edad, ciencia o cualidades personales. 472
472. Sean siempre muy positivos en la comunicación de noticias sobre personas o hechos de la Legión, promoviendo la edificación mutua. Nunca comuniquen a personas extrañas ni a legionarios, a quienes por oficio no les competa, aquellas deficiencias o fallos que hayan podido encontrar en personas o comunidades legionarias. 473
473. Cultiven la correspondencia epistolar para promover la unión y la universalidad entre todos los legionarios. No se limiten a escribir sólo a los legionarios más conocidos. Con este mismo fin, intercambien entre las comunidades boletines, revistas, programas y cuanto contribuya a incrementar el vínculo de unidad de la Legión, ajustándose en ello a lo marcado por las Constituciones. 474
474. Estén siempre dispuestos a colaborar y a participar responsable y decididamente en las tareas de los demás, sin descuidar las propias, amando el todo de la Legión y sus respectivas partes. 475
475. La integración en la Legión debe llevar a la asimilación consciente, activa y voluntaria del «tipo legionario», motivada por la fe y en amor a Jesucristo y a su Reino; y nunca debe reducirse a la incorporación pasiva de un modo de ser y de actuar lejano y ajeno 476
476. Esfuércense todos para que brille siempre la uniformidad y el aire de familia en el modo de celebrar la liturgia, de comportarse en las relaciones sociales, de expresarse y de vestir. 477
477. Procuren edificarse y estimularse mutuamente con la palabra y el ejemplo a una mayor perfección en el cumplimiento de la propia consagración y a una entrega más madura a Jesucristo y a los demás. 478
478. No olviden que es una obra de misericordia espiritual, de piedad de corazón y de espíritu de cuerpo el visitar las tumbas de los legionarios fallecidos y orar por ellos. 479
479. La Legión aprecia los valores nacionales y las tradiciones culturales de cada país o grupo humano. Sin embargo, procuren los legionarios forjar un espíritu universal, abierto a todos los demás, conscientes de que la Legión es una única y grande familia al servicio de Jesucristo y de la humanidad en la Iglesia. 480
480. Hay sociedades que se consideran a sí mismas más abiertas e informales. Sepan aprovechar las oportunidades que esta situación les ofrece para evangelizar, sin perder su identidad legionaria, religiosa y sacerdotal, por respeto humano o por superficialidad. Recuerden que la costumbres, por el hecho de ser tales, no son automáticamente ni buenas ni convenientes. 481
481. Por conciencia de la misión confiada por Dios, por amor y respeto al carisma de la Legión, por madurez humana y cristiana, no permitan que costumbres regionales o nacionales basadas en criterios puramente mundanos, deterioren su personalidad legionaria, interna o externamente; ni, mucho menos, que les induzcan a violar la disciplina universal de la Iglesia, ni los mandatos o deseos del Santo Padre.
3. Humildad 482
482. El hombre llega a ser santo sólo en la medida en que participa de Dios, que es la santidad misma. Por consiguiente, a mayor unión e identificación con Dios mediante el amor en el cumplimiento de su santísima voluntad, mayor grado de santidad. Pretender ser santo al margen de esta verdad, es vivir en la mentira y en el engaño. 483
483. Para cualquier alma que desea trabajar desinteresadamente en la adquisición de la santidad y sólo por la gloria de Dios, es indispensable la virtud de la humildad, por la que se reconoce gustosamente como creatura de Dios, hecha por El para servirle, amarle, glorificarle y poseerle en esta vida y en la eternidad; creatura que, sin embargo, ha sido herida por el pecado y por ello, débil e íntimamente contradictoria, necesitada de la redención de Cristo. 484
484. Dios tiende su mano y ofrece su amistad a todos los hombres, aun a los más débiles y miserables, siempre que se acerquen a El con espíritu de humildad. Así, la santidad se da en el hombre caído y pecador cuando reconoce su debilidad, pide perdón y se acerca humildemente a
Dios, fuente de la santidad. 485
485. El progreso y la fecundidad de la propia vida y de la Legión está en la práctica verdadera y profunda de la humildad, porque Dios bendice y hace prosperar a quienes, olvidándose de sí mismo, cumplen su misión y buscan en todo y sobre todo la gloria divina. Por el contrario, la desgracia y el fracaso de la vida religiosa, ya sean en el apostolado, ya sea en el período de formación, comienza en mismo día en que, desconociendo que todo se ha recibido de Dios, el religioso se busca a sí mismo, anteponiéndose a la mayor gloria de Dios. 486
486. Cultiven incansablemente la humildad, por ser una llamado e invitación personal de Cristo, y como exigencia de la propia vocación y del amor a El. Recuerden que todo progreso en el conocimiento y experiencia de Cristo está relacionado con el grado de perfección con que se practique esta virtud. Mientras más humildes, más vacíos se encontrarán del amor y aprecio de sí mismo, más justos y semejantes a Cristo, que siendo Dios se humilló a sí mismo, y más llenos de Dios, fuente inagotable de santidad. 487
487. Practiquen con decisión la humildad, pues en el antídoto más eficaz contra la soberbia, manifestación más insidiosa del egoísmo, que tiende a crecer con el paso del tiempo. El hombre soberbio no puede ser amigo de dios, ni puede unirse a El, no podrá jamás participar de la santidad divina. Dios y el alma soberbia están irremediablemente separados: como el aceite no puede compenetrarse con el agua y está en el agua, pero sin participar de ella, así el alma soberbia está en Dios, pero ni participa ni se compenetra con Dios. 488
488. La soberbia tiene algunas manifestaciones típicas, como son: 1. En las relaciones con Dios: llevar poco a poco hacia un nivel puramente racional y frío el trato con Dios, que termina por hastiar el espíritu, olvidando los derechos de Dios, los deberes de una creatura, y no reconociendo las propias faltas y la necesidad de que Cristo vivifique el alma con su gracia; exponerse temerariamente a peligros y ocasiones de pecado. 2. En la obediencia: despreciar la ayuda y el consejo de los Superiores, viviendo con la certeza subjetiva de una amistad personal y muy directa con Dios; no aceptar las correcciones de los Superiores; reticencia ante determinadas normas disciplinares que no encajan con los propios criterios; prescindir paulatinamente de la dependencia, de pedir permisos y penitencias por considerar señal de inmadurez estas actitudes de sencillez y finura espiritual. 3. En las relaciones con los demás: pretender en todo y sobre todo tener la razón; oposición a la vida y actividades de equipo; buscar la adulación; falta de caballerosidad, quisquillosidad y desprecio del prójimo. 489
489. Recuerden que la práctica de la auténtica humildad requiere, en primer lugar, la frecuente meditación sobre Dios, sobre sus atributos y perfecciones divinas. El alma que saborea a Dios en la oración jamás será soberbia. En segundo lugar, la contemplación de los grandes ejemplos de humildad que nos da Cristo durante su vida mortal y ahora en la Sagrada Eucaristía, insensible al dolor de la soledad en tantos Sagrarios, sin más gozo que ser el Eterno Adorador del Padre, y sin más consuelo que saber que es el Compañero de sus elegidos. Y requiere, finalmente, la constante y seria meditación de sí mismo, reconociendo no sólo los dones recibidos de Dios, sino también la propia impotencia y debilidad en el bien, las propias miserias por las pasiones del orgullo y sensualidad. 490
490. Sean humildes servidores de todos, obrando con tanta sencillez que arrastren a los demás, con su ejemplo, a alabar y glorificar a Dios, Ante los progresos obtenidos en el camino de la santidad, y los logros en el desempeño de la misión encomendada, sigan el ejemplo de María, descubriendo en ellos la obra del Todopoderoso, y no olviden las palabras de Cristo: «Cuando hiciéreis estas cosas que os están mandadas, decid: "Siervos inútiles somos, lo que teníamos que hacer, eso hicimos"»(Lc 17, 10).
4. Obediencia
491
491. Con su obediencia el legionario pretende imitar la sumisión amorosa y redentora de Cristo ante el plan salvífico de su Padre celestial. Por ello, vivan sus relaciones con los Superiores en un clima de fe y humildad, sin fijarse en la naturaleza de las órdenes, aunque sean difíciles o desagradables a la naturaleza; sin detenerse en las cualidades o en la personalidad de los Superiores, ni examinar si se observan todas las prescripciones de la prudencia y de la justicia humanas, para que su obediencia sea, como la de Cristo, pronta, motivada, alegre y heroica. 492
492. Entre los legionarios y sus Superiores no deben existir distancias. Cultiven a lo largo de toda su vida religiosa una confianza plena en sus Superiores, poniéndose en sus manos como Cristo en manos de su Padre, a través de una dependencia habitual, delicada, interna y externa. 493
493. Para lograr una obediencia más perfecta, busquen, por amor a Jesucristo, no sólo obedecer las órdenes de sus Superiores, sino incluso adelantarse a realizar sus deseos. 494
494. Lo obediencia legionaria no es mecánica y pasiva; en la realización de los mandatos y en el desempeño de sus responsabilidades, el legionario debe poner en juego todas las fuerzas de su inteligencia y de su voluntad y todos los dones con que Dios ha dotado su personalidad. 495
495. Unan la dependencia de los Superiores a un gran espíritu de iniciativa, conscientes de que todos somos responsables de la misión encomendada. Por ello, huyan tanto del espíritu de independencia, de lo «hechos consumados» al margen de los Superiores, de la falta de información sobre su vida y sus trabajos, como de la pereza, de la indolencia, del infantilismo y del querer recibirlo todo ya hecho. 496
496. Obedezcan con respeto y espíritu sobrenatural a cuantos ejercen alguna autoridad delegada, en cualquier campo: oficios, juego y demás responsabilidades. 497
497. Cultiven con espíritu de fe la comunicación asidua con los Superiores Mayores, bien sea de palabra o por escrito, informándoles sobre el desarrollo del propio trabajo espiritual y apostólico. 498
498. Muéstrense siempre afables con los Superiores, usando formas de educación y de respeto: «Dispense, Padre...», «¿Me permite...?», «Muchas gracias...», «Con permiso...», sin caer en la familiaridad. Delante del Superior permanezcan de pie hasta que el Superior les indique que se sienten. Esmérense en dar siempre muestras de agrado, controlando e invirtiendo, se es preciso, las reacciones de la sensibilidad. 499
499. No les apene acudir al Superior para pedir permisos y cuanto necesiten. Pídanlos con rectitud de intención, claridad y precisión. Tampoco se escuden, por orgullo e independencia, en el sofisma de «no molestar al Superior», para permanecer sin comunicación con él, o sin pedirle aquellos permisos u objetos necesarios. 500
500. Cuando juzguen que es necesario hacer alguna aclaración a una orden o negativa de los Superiores, pidan primero permiso para hacerla, y manténganse abiertos para aceptar con fe y de buen grado la decisión del Superior. 501
501. Sean discretos y a nadie comuniquen aquellas noticias que el Superior les haya dado a conocer en particular, a no ser que él mismo les haya dado su autorización para comunicarlas. 502
502. Pidan permiso para salir del centro. Corresponde conceder este permiso: 1. habitual u ocasionalmente: en los centros de formación, al Rector de la propia sección, o al Instructor de novicios de la propia sección; en los centros de apostolado, al Superior del centro; 2. conforme a las Constituciones, cuando el Rector o el Superior correspondiente se encuentre ausente o impedido, el gerente puede conceder dicho permiso; 3. los Rectores, los Instructores y los Superiores de los centros pueden delegar ocasionalmente - y nunca de manera habitual -, la facultad de conceder este permiso, al gerente de la propia sección en los centros de formación, al gerente de los centros de apostolado y a los Asistentes y Auxiliares de Asistentes de la propia sección en los centros de formación. 503
503. Al regresar, den cuenta al Superior de sus actividades y refiéranle, de palabra o por escrito, cuanto sea de interés para el bien de la Legión, como por ejemplo, comentarios, sucesos, encuentros con personas, etc... 504
504. Esfuércense por mantener una constante "actitud de reporte", informando ágilmente a los Superiores inmediatos de todo aquello que puede redundar en beneficio o perjuicio personal, comunitario o apostólico, y en los casos de especial importancia, informando también a los Superiores Mayores. Éste es un elemento que debe distinguir a los legionarios como miembros de una organización eficiente y madura. 505
505. Cuando se llegue tarde o falte a alguna distribución, avisen al Superior correspondiente.
5. Pobreza 506
506. La pobreza del legionario, vivida por amor e imitación de Jesucristo, exige tener para la vida personal y apostólica solamente lo necesario, con autenticidad, sentimiento de eficacia y radical desprendimiento afectivo y efectivo de todos los bienes materiales y de los criterios del mundo. 507
507. La pobreza legionaria está hermanada con la distinción. Por ello, en la persona, vestido, habitación e instrumentos de trabajo del legionario debe reinar la limpieza, el orden, la dignidad por respeto a su condición de religioso y por atención y deferencia para con los demás. 508
508. Por espíritu de pobreza, el legionario se esfuerza por aprovechar al máximo el tiempo, según el principio de "ganar tiempo, y hacer más y mejor en menos tiempo por el reino de Cristo". Por ello, tengan como falta formal a la pobreza la pérdida del tiempo con conversaciones y lecturas inútiles, el abuso de los medios de comunicación social, la falta de programación, o un rendimiento poco eficaz y inteligente en su trabajo. 509
509. Tengan siempre presente la norma del ahorro y conversación en el uso de los útiles de aseo personal y del centro, en la comida, en la habitación, y en el consumo de energía eléctrica, agua y teléfono, evitando todo despilfarro. 510
510. Sin autorización, no regalen, presten o pidan prestado objeto alguno. 511
511. Cuanto reciban como regalo, entréguenlo al Superior para que disponga de ello según las normas de las Constituciones. 512
512. Acudan confiadamente a sus Superiores para pedir cuanto necesiten para su digna presentación y desempeña de sus responsabilidades. No se permiten comprar nada por su propio cuenta, sino reciban todo lo que necesiten de su propia familia legionaria,a través de los Superiores. Si por alguna circunstancia especial deben comprar algo, avisen al Superior en la primera oportunidad. 513
513. En los viajes o salidas fuera del centro anoten cuidadosamente todo lo que haya tenido que gastar al margen del presupuesto aprobado, y den cuenta al Superior de los gastos realizados. Recuerden que todas estas son hermosas oportunidades para ejercitar la dependencia y un fiel termómetro para medir el grado de perfección en el cumplimiento del voto y de la virtud de pobreza, de la delicadeza de conciencia y de la santidad personal. 514
514. Sientan cada centro legionario como propio y manténganlo siempre limpio, distinguido; si notan algún desperfecto, avisen lo antes posible al Superior. Contribuyan a mantener el orden del centro, llevando inmediatamente al lugar correspondiente los instrumentos de trabajo que utilicen dejándolos en perfecto orden. 515
515. Sin permiso expreso del Superior no trasladen muebles a un sitio diverso del que tienen asignado; no tomen herramientas de los departamentos correspondientes, ni utilicen objetos para un uso distinto del que tienen señalado.
516
516. Por atención y respeto a los demás, esmérense en el cuidado de los libros de la biblioteca. Absténganse de mancharlos o subrayarlos. Procuren forrarlos antes de usarlos y, si encuentran alguno en malas condiciones, avisen al encargado. 517
517. Vigilen para no confundir, en el campo apostólico y en la formación de los legionarios, el criterio de eficiencia con la concesión innecesaria a la propia comodidad y a lo superfluo y con la acomodación al espíritu del mundo. 518
518. Dése a los religiosos que salen de los centros una cantidad de dinero determinada por el Director Territorial, para que puedan hacer frente a alguna emergencia. Los superiores pidan cuenta del uso de dicha cantidad. 519
519. En atención a sus interlocutores no usen gafas oscuras, a no ser que les sean necesarias por enfermedad. No usen tampoco gafas de sol, a no ser que exista una razón especial; sin embargo, por respeto a los demás, incluso en este caso, procuren no llevarlas durante los actos de comunidad. 520
520. Quienes por razones de oficio necesiten reloj, usen relojes sencillo y discretos, sin adornos ni accesorios superfluos; de preferencia con correa o extensible negro. 521
521. Los Superiores prefieran recoger los relojes que les han regalado a los sacerdotes y religiosos y den a los interesados otro que cumpla debidamente la norma anterior.
6. La vida fraterna en común 522
522. La vida fraterna en común es un elemento constitutivo de la vida religiosa en la Iglesia, y que tiene su raigambre en la doctrina de Jesucristo y en el estilo de vida de sus primeros seguidores. Este elemento es esencial a la vida de todo religioso legionario, prescindiendo de la edad, circunstancias o género de apostolado, ya que el legionario siempre vive en comunidad. 523
523. Siendo la caridad la médula de la espiritualidad legionaria, la vida comunitaria de los legionarios debe respirar un característico aire de vida familiar en al que reine la armonía, la comprensión, la benedicencia, la servicialidad y el mutuo apoyo. 524
524. Sean conscientes de que la vida común es un magnífico gimnasio de caridad y de renuncia personal, y por ello, un medio privilegiado de santificación. Vívanla con detalle y gran espíritu de fe y amor abnegado a Jesucristo en los reglamentos, en el vestido y en las comidas, y rechacen decididamente las invitaciones de su soberbia y de su sensualidad a todo lo que sea excepción o singularidad. 525
525. Si necesitan alimentos especiales o medicinas, a juicio del médico o del enfermero, no duden en acudir confiadamente a los Superiores para solicitarlas, ni se sientan en su interior responsables de faltar a la vida común. 526
526. Sean siempre puntuales a los actos comunitarios y no se ausenten de ellos sin una causa justa, deseosos de aprovechar al máximo las gracias que Dios Nuestro Señor concede a través de la vida en comunidad. 527
527. Los Superiores deben estar presentes en los actos de comunidad y no ausentarse de ellos, a no ser de manera circunstancial y por una causa grave. En los centros de apostolado donde, por razón de las exigencias de apostolado, haya diversos turnos, asistan al turno que le corresponda.
7. Celo apostólico 528
528. Por el bautismo, la profesión religiosa y especialmente por la unción sacerdotal, el legionario queda configurado como miembro activo de la Iglesia, de cuya vida y misión participa. Es un misterio el hecho de que haya querido Dios valerse de mediaciones humanas para distribuir su salvación, y que por la fidelidad y acción de unos hombres, otros pueden alcanzar la amistad de Dios, llegar a ser hijos suyos y hermanos de Cristo en el tiempo y la eternidad. 529
529. Frente a esa misión, el legionario no puede cruzarse los brazos; debe luchar incansable y ardientemente por anunciar y extender el Reino de Cristo, por acercar el mayor número de lamas al conocimiento y amor de Jesucristo, por todos los medios posibles, lícitos y buenos, hasta lograr que jesucristo reine en el corazón de los hombres y de las sociedades. 530
530. Siendo Jesucristo el criterio, el centro y el modelo de la acción apostólica del legionario, déjense penetrar hondamente por la caridad de Cristo hacia la humanidad, vivificando y enardeciendo su celo en el contacto intimo con Él. 531
531. Cultiven con asiduidad el amor apasionado a la Iglesia, al Vicario de Cristo, a la Santísima Virgen María, Reina de los Apóstoles, de quien todos deben aprender y esperar mucho, ya que Ella coopera de modo singularísimo en la obra de la Redención. Estos amores afinarán su sensibilidad apostólica y estimularán su espíritu combativo. 532
532. Trabajen sin perdonar tiempo, cansancio o dificultades, prestando especial atención para que los enemigos del apóstol - como son la indolencia, la pereza, el amor a la comodidad, el respeto humano, el temer a perder la fama, el temor a la burla, a la calumnia y a la persecución -, no les lleven al adocenamiento en el cumplimiento de la misión, ni les aparten del verdadero celo por la causa de Cristo; y recuerden que la primera ley de la santidad y eficacia apostólica es la necesidad de morir para tener vida. 533
533. Aviven cada día la conciencia de su condición de jefes de almas y eviten caer en el engaño de identificar el apostolado con la simple relación humana de la vida social, al margen del verdadero celo por el bien de las almas. 534
534. Den a todas sus actividades una dimensión apostólica, ya sea en la administración de los sacramentos o en la predicación de la Palabra de Dios, en el servicial prójimo o en el cultivo de la mente y de la inteligencia, en la oración o en el descanso, en la dirección de un colegio o en el desempeño de un cargo administrativo, buscando la gloria del Padre Celestial, la salvación de las almas, y la edificación de todos sus hermanos. 535
535. Aprendan el arte del apostolado no sólo teórica, sino prácticamente. Apliquen la metodología apostólica específica de la Legión como el cauce querido por Dios para hacer fructificar su celo apostólico.
8. Vida y trabajo en equipo
1. Vida de equipo 536
536. Dentro del marco de la vida de comunidad, se ha de cultivar la vida de equipo como un aspecto peculiar de la metodología de formación y de trabajo tanto en el periodo de formación, como en el apostolado. 537
537. La vida de equipo es un propulsor del fervor y de la responsabilidad, favorece las relaciones interpersonales y la compenetración mutua, educa al diálogo espontáneo, sincero y generoso, enseña el arte de la colaboración, el espíritu de cuerpo y el espíritu de servicio. 538
538. La vida de equipo debe ser fuente de corrección y orientación fraterna, de iniciativas, de
proyección y planeación apostólica, uniendo en los mismos ideales la riqueza interior y la capacidad de cada uno de los integrantes. 539
539. En las comunidades legionarias la vida en equipo se hace real y operante en los "equipos de perseverancia" que deben ayudar a los miembros del mismo a: a) vivir más fielmente las Constituciones mediante el balance en equipo; b) informar la vida religiosa según el Evangelio, mediante el encuentro con Cristo; c) mantenerse en una actitud de lucha y superación espiritual, mediante el programa de trabajo; d) colaborar activamente en las responsabilidades del equipo, mediante el compromiso apostólico. 540
540. En la preparación de los programas de equipo, sean realistas y exigentes, teniendo en cuenta los deberes y responsabilidades concretas de cada miembro por una parte, y la necesidad de un compromiso de equipo rico y generoso, por otra. 541
541. En la vida de equipo sea cada uno responsable de la parte asignada, participe con diligencia y puntualidad, aporte sin reticencias las luces recibidas y súmese con entusiasmo a las iniciativas propuestas.
2. Trabajo en equipo 542
542. Cultiven con responsabilidad y decisión el trabajo en equipo como medio para: 1. potenciar el rendimiento y la eficacia personal en el campo espiritual, intelectual y apostólico; 2. ampliar los propios horizontes; 3. enriquecerse y enriquecer a los demás con la transmisión de conocimientos, vivencias, experiencias, juicios de valor, etc...; 4. complementarse mutuamente con la aportación de los dones, capacidades y cualidades que Dios ha regalado a cada uno. 543
543. Extiendan el trabajo en equipo a las diversas áreas de su formación y de sus actividades apostólicas, bajo la dirección del Superior o responsables correspondientes. 544
544. Para desarrollar el trabajo en equipo: a) pongan como piedra angular el esfuerzo personal responsable, exigente y profundo, sin el cual se termina siendo una rémora para los demás, faltando a un elemental deber de justicia y caridad. b) cultiven la apertura de espíritu ante las opiniones, aportaciones e iniciativas que presenten los demás. Sepan acoger y respetar los pareceres ajenos, aunque no concuerden con los propios; valoren las aportaciones y el fruto del trabajo de los demás; secunden sus iniciativas como si fueran propias, siempre que sea posible. Alejen de su vida el espíritu de orgullo y vanidad que lleva a considerarse más dotados que los demás y a rehuir la colaboración. c) desarrollen el espíritu de iniciativa en los diversos campos, haciendo hacer y dejando hacer a los demás para ser más eficaces. Promuevan todo aquello que sirva para consolidar y proyectar la Legión según as Constituciones, sus apostolados y su metodología, sus aplicaciones pastorales, etc. Promuevan, también, dentro de las posibilidades propias de los diversos equipos, el estudio y la profundización en temas de interés religioso, apostólico, académico, cultural, etc. d) en la realización de las diversas actividades, cíñanse a: 1. un programa exigente; 2. una guía que organice y estructure lógicamente la materia o los problemas que deben estudiar, y distribuyan equitativamente el trabajo según las diversas capacidades y posibilidades de los colaboradores; 3. un calendario de trabajo personal y de equipo. Sean fieles a la programación y revisen la fidelidad al calendario evitando los retrasos. 545
545. no de los medios más frecuentes para el trabajo en equipo son las reuniones. Procuren aprovecharlas con madurez y eficacia preparándolas bien y participando responsablemente en ellas. 1. Si no se trata de una reunión fortuita e informal, elaboren un orden del día, indicando el día, la hora, el lugar y los aspectos que van a tratarse en la reunión. No pongan más asuntos de los que puedan abarcarse en una reunión de hora y media. 2. Prepárense todos los convocados para la reunión estudiando y reflexionando sobre los temas que se van a tratar, previendo soluciones, etc., de manera que sus aportaciones sean ágiles, sustanciales y precisas. 3. Procuren ajustar sus agendas de trabajo para que puedan asistir a las reuniones programadas. 4. Al inicio de la reunión debe
leerse el acta de la reunión precedente y controlar la efectiva aplicación de los acuerdos tomados en ella. 5. El moderador debe regular y encauzar con agilidad las intervenciones de los participantes. El secretario debe levantar el acta de la reunión. 6. Durante el desarrollo de la reunión procedan con serenidad, equilibrio y dominio personal. Eviten el apasionamiento, la superficialidad, el querer tener a toda costa la razón, el inhibirse por miedo, por respeto humano o por resentimiento, al constatar que no fueron aceptados sus puntos de vista. 7. Al finalizar la reunión, el moderador resume lo que se ha tratado y las conclusiones de la reunión o los acuerdos que se han tomado.
9. Orden y metodología 546
546. Esfuércense por adquirir una auténtica jerarquía de valores que guíe su inteligencia, su voluntad y sus sentimientos, dando absoluta primacía a Dios, a la visión sobrenatural de las cosas y al Reino de Cristo. 547
547. Luchen para lograr un perfecto orden interior, para que la inteligencia y la voluntad, iluminadas y guiadas por la fe, gobiernen con responsabilidad sus tendencias y emociones. Este orden interior tiene como fruto inmediato la paz y la armonía del alma, de la que se desprende el reflejo de una personalidad madura y coherente, esto es: veraz, sincera, recta, ordenada, serena, con la serenidad que emana de todo hombre que no sufre divisiones internas ni afecciones psíquicas. 548
548. Cultiven el espíritu de previsión y procuren trabajar siempre en una manera ordenada y eficaz, ciñéndose a un plan previamente trazado que consta de un programa, una guía y calendario, y aprobado por su Superior. 549
549. El análisis y deliberación que requiere la elaboración del programa, constituye un valioso medio para realizar un trabajo ordenado, responsable y prudente, y estimula a la fidelidad en la ejecución, al margen de la espontaneidad, la improvisación o los impulsos sentimentales. 550
550. El trabajo programado, además de ayudar a lograr un mayor rendimiento personal y una mayor eficacia en la vida, facilita una mejor coordinación de esfuerzos y una colaboración más eficaz entre los legionarios, y permite conocer en todo momento las metas alcanzadas y las que quedan por conseguir. 551
551. Mantengan siempre el orden en el uso de su tiempo, en los objetos de uso común, en su propia habitación y útiles de aseo y trabajo. El orden externo es un medio del orden interno del alma. 552
552. Recuerden que la abnegación y la exigencia personal, por amor a Jesucristo, son indispensables para cultivar y mantenerse el orden interno y externo. 553
553. Es absolutamente necesario y de capital importancia enseñar a los legionarios desde el noviciado a no improvisar, prepararlos y proporcionarles los medio necesarios para el cumplimiento de sus deberes y de todos aquellos quehaceres y oficios que la Legión les encomiende, y exigirles la aplicación de los diversos instructivos. Por los mismo, a nadie se le asigne un oficio - aunque sea el más sencillo: recepción, atención de huéspedes, telefonista, bibliotecario...- sin antes haberle preparado debidamente mediante un breve cursillo y una etapa de entrenamiento, y no se le debe remover de ese oficio por lo menos en un año, a no ser por ineptitud u otras causas que el Superior considere justas y necesarias.
10. Silencio 554
554. Adquieran la virtud de silencio, que tanto ayuda a fomentar la unión con Dios y a mantenerse en su presencia en medio de as diversas circunstancias de la vida, favorece el clima de reflexión y
de oración y prepara un ambiente propicio para escuchar las inspiraciones del Espíritu Santo y seguirlas con amorosa docilidad. 555
555. El silencio por el silencio puede ser una necedad; puede ser fruto de la soberbia que no permite la comunicación con los demás, o por considerarlos inferiores y superficiales, o para evitar posibles intromisiones en la propia vida, o para eludir juicios negativos; puede ser fruto de la timidez y de la introversión; incluso puede ser síntoma de una enfermedad psicótico-depresiva. 556
556. La búsqueda y la práctica del silencio, por convicción y amor, es fuente de riqueza espiritual y humana. El silencio interior y exterior ayuda a madurar las convicciones de vida; potencia la reflexión, la disciplina de la inteligencia, de la voluntad y de los sentimientos; contribuye a la interiorización de las relaciones con Dios, con los demás y consigo mismo, y al buen empleo del tiempo. 557
557. En todos nuestros centros debe reinar un clima de silencio que favorezca el espíritu de orden y la disciplina, ayude a la concentración en las diversas actividades y ofrezca la mejor tierra para el encuentro con Dios, la reflexión y el estudio. 558
558. El silencio que se practica en la Legión es doble: absoluto y relativo. l tiempo del silencio absoluto se extiende desde las oraciones de la noche hasta después de la celebración eucarística del día siguiente. 559
559. Durante el silencio absoluto puede hablarse solamente cuando sea necesario y urgente. 560
560. El silencio relativo se observa durante todo el día, fuera de los tiempos de conversación o de recreo. 561
561. Para favorecer el clima de silencio y no perder tiempo de estudio o de trabajo, sean previsores, obtengan con antelación los necesarios permisos, hagan las oportunas consultas, busquen los instrumentos necesarios, y así, no salgan de sus habitaciones ni dejen su puesto de trabajo sin verdadera necesidad. 562
562. No hagan consultas a la puerta de la habitación de otro religioso durante el tiempo de silencio relativo. Si tienen necesidad de consultar o pedir algo, háganlo en los tiempos libres, o en los tiempos de quiete o de recreo. 563
563. Hagan todas sus consultas a los profesores en los tiempos y en los lugares asignados para ello. Eviten consultarlos al entrar o salir de clase y nunca acudan a las habitaciones de los mismos para sus consultas. 564
564. En los tiempos de silencio relativo no perturben el recogimiento y la concentración de los demás con ruidos y gestos que distraigan la atención. 565
565. Incluso en los tiempos de recreo, eviten hablar en aquellos lugares del centro donde debe reinar habitualmente un ambiente de silencio, como son: la recepción, los recibidores, las habitaciones, los tránsitos, la biblioteca y la sacristía.
11. Discreción y reserva 566
566. En la Legión se practica la virtud evangélica de la discreción, especialmente con extraños, por razones de prudencia, ya que a ella va ligada la autoconservación y autodefensa de la Congregación; por razones de humildad, ya que el legionario debe trabajar siempre con una gran pureza de intención; y por razones de eficacia apostólica, ya que con ella se goza de una mayor libertad de acción. 567
567. Cuiden todos, por amor a la Legión y sentido de responsabilidad, de no comunicar a personas
ajenas todo aquello que puede ser mal entendido en un contexto diverso del de la vida religiosa en la Legión, todo aquello que pueda ser usado contra la Legión, todo aquello que los Superiores no hayan autorizado a comunicar, y todo aquello que implique menosprecio de la Legión. 568
568. Tengan siempre un gran dominio personal, incluso con los propios compañeros, para evitar comunicar noticias negativas e innecesarias, o hablar de problemas conocidos en visitas o por otros medios, sobre religiosos, comunidades o apostolados, a fin de respetar la caridad, que es la fuente de un verdadero espíritu de paz y armonía en la Congregación y en sus comunidades. 569
569. A no ser por causas de fuerza mayor, nunca faciliten, oralmente o por escrito, informes ni datos sobre legionarios u obras de la Legión, sin autorización de los Superiores; en sus comentarios sean muy prudentes y discretos, para no dañar innecesariamente a la Legión. 570
570. Sean sagaces ante los extraños para responder con precisión, mesura y discreción a las preguntas que les hagan, conscientes del bien o del mal que pueden causar a la Legión y a sí mismos al facilitar un dato o emitir un juicio. 571
571. Sepan mantener una especial discreción en todo aquello que conozcan por razones de oficio, incluso de tipo apostólico, o por medio de la orientación moral a seglares, o por el trato frecuente con los Superiores, conscientes de que son depositarios de una confianza que no deben traicionar. 572
572. Eviten tratar o comunicar las dificultades y los problemas personales a los propios compañeros; acudan más bien a quienes han sido designados por Dios para ayudarles en el camino de su fidelidad y santificación. 573
573. Sean muy cuidadosos en la guarda y custodia de los escritos y documentos (Constituciones, Cartas del Fundador, Manuales, Estatutos, Instructivos, Decretos y Comunicaciones Capitulares...), no dejándolos al alcance de los extraños, manteniéndolos siempre en los lugares establecidos y no prestándolos sin autorización de los Superiores competentes.
Cuarta parte: Algunas tradiciones de la Legión
1. Lugar de la oración en ciertos días 574
574. En la solemnidad de la Resurrección del Señor, la oración puede hacerse por los jardines; en los días de vacaciones mayores, puede hacerse por los jardines o durante el paseo. 575
575. La meditación se hace en el autobús cuando, según los reglamentos de cada centro, corresponde un paseo que abarque todo el día, o se realice un viaje que dure varios días. 576
576. Procuren en estas ocasiones esforzarse especialmente para que su oración no sufra menoscabo; antes bien, que el contacto con la naturaleza y las diversas circunstancias externas les ayuden y ejerciten a saber dialogar con Dios Nuestro Señor en toda clase de situaciones.
2. Asistencia a la celebración eucarística comunitaria
577
577. Para expresar visiblemente el lugar que ocupa la celebración eucarística en la vida de la comunidad, y el homenaje de fe y amor que la comunidad presenta a Jesucristo inmolado en el santo sacrificio, los días de fiesta de primerísima y de primera y cuando celebre a la comunidad el Director General o el Director Territorial, todos los sacerdotes y religiosos del centro deben asistir y participar en la misa comunitaria, aunque tengan que posponer el rezo de la liturgia de la horas, o interrumpir la oración de la mañana; en este caso pidan autorización al Superior para completar la oración durante el día. 578
578. El Rector o Superior del centro puede eximir de asistir a la celebración eucarística comunitaria a algún sacerdote o religioso, solamente si existen razones inaplazables de trabajo o de apostolado. 579
579. El Rector o Superior del centro puede permitir a los sacerdotes o religiosos terminar la oración o rezar la liturgia de las horas durante la celebración eucarística comunitaria, si por razones de trabajo apostólico difícilmente se puede disponer de un tiempo apropiado para completar la oración de la mañana. 580
580. Procuren que todos los miembros de la comunidad estén presentes cuando se invite a celebrar la Eucaristía a una personalidad eclesiástica.
3. Examen de conciencia 581
581. El día de vacación entre semana, el examen de conciencia de mediodía puede hacerse paseando por los jardines o tránsitos del colegio, excluyendo la planta baja. 582
582. El examen de conciencia para la confesión, hecho durante las oraciones de la noche, suple el examen de conciencia ordinario.
4. Himno 583
583. Si la comunidad de un centro de apostolado está compuesta por un número muy reducido de legionarios y hay pocas aptitudes para el canto, tanto el "Veni Creator" de la oración matutina como el himno de mediodía pueden rezarse. 584
584. Si se ha estado ausente durante el himno comunitario de mediodía, debe rezarse después en privado.
5. Rosario en comunidad y rezo de las tres partes del rosario 585
585. El rosario se reza en comunidad los días de primerísima, los días de primera en que se celebra una fiesta de la Santísima Virgen, el 1 de mayo, el 31 de mayo, los sábados del mes de mayo, el 31 de diciembre, y los días de paseo en autobús, durante el viaje. En vacaciones mayores puede rezarse el rosario en ternas o en equipo. En los centros de formación, los Rectores pueden autorizar el rezo de rosario en equipo, pero no más de una vez por semana. 586
586. En los noviciados el rosario se reza en comunidad, además, todos los días de primera y todos los días del mes de mayo. 587
587. En las grandes solemnidades: - Solemnidad de la Madre de Dios, - Inmaculada Concepción, Anunciación, - Asunción, - y Solemnidad de la Virgen de los Dolores, se rezan las tres partes del rosario. Una parte en el tiempo marcado por el reglamento; otra, durante el tiempo dedicado al examen de mediodía; y para la otra parte, cada religiosos debe buscar un tiempo apropiado, evitando rezarla durante la celebración de los actos litúrgicos.
6. Lectura del Comunicado Capitular y de las Constituciones 588
588. Todos los años, en los centros de formación, por equipos, y en los centros de apostolado en comunidad, se tiene la lectura de las tres primeras partes de las Constituciones, durante un cuarto de hora, una vez por semana, durante el tiempo dedicado a la lectura espiritual, o en otro tiempo aprobado por el Superior o Rector del centro. 589
589. Terminada la lectura de las Constituciones, se leen las disposiciones del Capítulo General precedente, o de la Visita Canónica si la ha habido. 590
590. La forma concreta de esta lectura es la siguiente: se leen varios números de las Constituciones o de las disposiciones del Capítulo General. Posteriormente, uno de los miembros del equipo o comunidad hace un breve comentario por espacio de cinco minutos, y después todos los participantes hacen breves aportaciones.
7. Invocaciones a Jesucristo, Dios Omnipotente 591
591. Confiados en el poder omnipotente de Jesucristo, Rey y Señor del universo, los legionarios le invocan diariamente como Dios todopoderoso, rogando por las necesidades de su Iglesia, de la Legión y de todos los hombres. 592
592. Estas invocaciones se tiene: 1. En los centros de formación: - antes de cenar, durante la distribución de invierno; - antes de comer, durante la distribución de verano. 593
593. Los días en los que se rezan las letanías de todos los santos, se omiten las invocaciones a Jesucristo, Dios omnipotente.
8. Saludo al crucifijo y a la Biblia al salir de los centros 594
594. A la entrada de todos los centros legionarios debe haber un crucifijo y una Biblia abierta, colocada sobre un soporte digno, para que todos, al entrar o al salir del centro, puedan besar el crucifijo o la Biblia, como gesto de veneración y fe.
9. Sacramento de la penitencia 595
595. Los sacerdotes, incluidos los Superiores, no administren de ordinario el sacramento de la reconciliación en el propio despacho o habitación; acudan, más bien, a los confesionarios de la capilla, a la sacristía, o en su defecto, a un recinto digno y decoroso. 596
596. En la confesión de mujeres se deben observar fielmente las normas de la Sede Apostólica en lo referente al recinto sagrado para administrar este sacramento y el uso del confesionario con rejilla. 597
597. Se pide a todos los sacerdotes que observen escrupulosamente las disposiciones canónicas referentes a la jurisdición para administrar los sacramentos lícita y válidamente, en especial el de la reconciliación. 598
598. En las diócesis donde la Conferencia Episcopal del país disponga que se deje a la libre opción del penitente elegir entre el confesionario con rejilla y otro tipo de confesionario, los legionarios respeten esa disposición cuando la administración del sacramento tenga lugar en una Iglesia u oratorio público o en una institución ajena a la Legión, siempre que no se trate de un ejercicio habitual, ni de alguna mujer del Regnum Christi o del Ecyd. Al administrar el sacramento de la reconciliación en nuestros propios centros y obras, se debe observar siempre la disciplina universal de la Iglesia.
10. Pláticas espirituales 599
599. En los centros de formación, la duración de la plática dominical debe ser de 30 minutos; las pláticas del triduo de preparación a la Navidad, de 20 minutos; y las pláticas de las novenas, de 25 minutos. 600
600. En los centros de apostolado, la duración de las pláticas dominicales es de 30 minutos; la duración de las pláticas de los triduos, de 25 a 30 minutos.
11. Viacrucis 601
601. Todos los viernes, ordinariamente después de cenar, hagan en privado el viacrucis. Para que dispongan de tiempo suficiente, se reza en privado al inicio y fin de la cena; se lee un capítulo de la Imitación de Cristo, y una vez terminada la lectura, conforme vayan acabando de cenar, cada uno se levanta y va a la capilla o al jardín para hacer su viacrucis. 602
602. Para disponerse mejor a la celebración anual de los misterios de nuestra redención, la Legión recomienda vivamente que, de ser posible, se haga diariamente el viacrucis durante el tiempo litúrgico de cuaresma. 603
603. El viacrucis se tiene en comunidad el Viernes Santo, el 31 de diciembre, durante los días de ejercicios espirituales y en los retiros de un día completo. En los noviciados, además, todos los días de retiro espiritual. 604
604. Los días de primera o primerísima que caigan en viernes, se debe hacer le viacrucis durante un tiempo libre.
12. Visita sabatina 605
605. La visita sabatina se tiene por espacio de cinco minutos, ante la imagen de la Santísima Virgen que suele estar colocada en los jardines de nuestros centros. Si el tiempo u otra circunstancia no lo permiten, se tiene dentro de casa. 606
606. Durante esta visita se reza un avemaría y la oración a la Santísima Virgen propia del ofrecimiento de obras; siguen breves momentos de reflexión en silencio y se concluye con la oración: "Te damos gracias..." y las jaculatorias cristológica y mariana. 607
607. Los sábados del mes de mayo se tiene la visita sabatina después de cena, en vez de la visita al Santísimo Sacramento. Un religiosos designado por el superior con anterioridad, dirige a la comunidad una breve exhortación sobre un tema mariano. A continuación se canta un motete en honor de María y se concluye con el reza del avemaría y las jaculatorias cristológica y mariana.
13. Avisos 608
608. Los avisos deben darse por separado a las diversas comunidades, según la índole, las necesidades y el papel que desempeñan en relación con la marcha general del centro. 609
609. Deben ir precedidos de una motivación adecuada. Procúrese señalar su importancia en relación con el ideal de perfección de la Legión, que consiste en el fiel y amoroso cumplimiento de las Constituciones. Debe respetarse lo más posible el tiempo marcado por los reglamentos para esta distribución, que no ha de sobrepasar los cuarenta y cinco minutos. 610
610. No deben ser muy numerosos, para que puedan ser conservados fácilmente en la memoria, y deben tener en cuenta o prever las circunstancias de la quincena y los fallos observados. 611
611. En los centros de noviciado, los avisos se tienen semanalmente. 612
612. En cada comunidad debe llevarse un acta de los avisos. 613
613. En los centros de formación compuestos por diversas comunidades el Rector del centro dirija una sesión de avisos a todas las comunidades juntas por lo menos cada tres meses, indicando cuanto considere necesario y oportuno para la disciplina y buena marcha del centro.
14. Retiro mensual 614
614. Todos los meses se tiene el retiro espiritual, a excepción del mes en que se celebra el triduo sacro de la semana santa, los meses en que tienen lugar los triduos de renovación o los ejercicios espirituales, y aquellos en los que coinciden dos novenas predicadas. 615
615. Durante el periodo de noviciado, el retiro dura desde los puntos de la noche anterior hasta la hora de cena y, según los horarios establecidos, consta de cuatro meditaciones, además de la oración matutina, y un viacrucis. El examen práctico deben hacerlo en algún tiempo libre. 616
616. Para los religiosos y sacerdotes, el retiro dura desde los puntos de la noche anterior hasta la comida, exclusive. Según los horarios establecidos, consta de dos meditaciones, además de la
oración matutina, una plática y un examen práctico.
15. Viernes primeros de mes 617
617. La víspera de los viernes primeros de mes, en los centros de noviciado se tiene la hora eucarística de 11.00 a 12.00 p.m. y se continúa la adoración al Santísimo, por turnos, durante toda la noche hasta la hora de la bendición vespertina del mismo viernes. 618
618. Esta misma disposición se sigue en las demás etapas de formación, incluidos los centros vocacionales, durante los viernes primeros de los meses de vacaciones menores. La adoración se prolonga a lo largo de todo el viernes y se tiene la bendición por la tarde, antes de la cena.
16. Adoración al Santísima en fiestas legionarias 619
619. Téngase adoración ante el Santísimo Sacramento solemnemente expuesto, como signo de acción de gracias, en las siguiente fiestas: 1. 3 de enero, Fundación de la Legión. 2. 6 de febrero, Decretum Laudis. 3. 25 de mayo, Aprobación Canónica de la Legión. 4. 13 de junio, Erección Canónica de la Legión. 5. Fiesta del Sagrado Corazón. 6. 29 de junio, Aprobación de las Constituciones. 620
620. Asimismo, téngase adoración ante el Santísimo solemnemente expuesto, durante el triduo de carnaval, en la festividad del Corpus Christi, en el triduo sacro desde la misa vespertina hasta la celebración de la Pasión del Señor, como gesto de reparación, agradecimiento y amistad con Cristo. 621
621. La adoración se hace por turnos de media hora. Estos turnos pueden estar integrados por uno o varios miembros del centro, según la conveniencia. Allí donde el número no sea suficiente para ocupar todo el tiempo que debe durar la adoración, se puede, una vez que todos los miembros de la comunidad hayan cumplido su turno, reservar el Santísimo en el Tabernáculo y reponerlo nuevamente para la bendición. 622
622. En los centros de apostolado, en caso de que no se pueda aplicar lo indicado en el número anterior, téngase la adoración en comunidad durante media hora, o en último caso, media hora de oración ante el Sagrario.
17. Visita al Santísimo los primeros viernes de mes 623
623. Todos los viernes primeros de los meses de las vacaciones anuales, y los primeros viernes que coinciden con las vacaciones de navidad y pascua, los legionarios deben hacer una visita durante quince minutos a Jesucristo, presente en el sacramento de la Eucaristía, para manifestarle su amor, glorificarle y reparar las infidelidades de los hombres, especialmente las de aquellos legionarios cuya vida no fervorosa tanto le hace sufrir. 624
624. Pidan por el Santo Padre, por la unidad de la Iglesia, por la unidad y progreso de la Legión, y por el incremento y perseverancia de las vocaciones legionarias.
625
625. Oren también por la conversión de los pecadores, por los necesitados de pan y de trabajo, por los enfermos y los encarcelados. 626
626. Si por razón de apostolado, o por encontrarse de viaje, no pueden hacer esta visita ante el sagrario, háganla espiritualmente.
18. Oración por la Legión 627
627. El Rector o Superior designe cada día, en privado, a un religiosos o sacerdote para que rece por la Legión, según las intenciones anteriormente señaladas, durante una visita de quince minutos ante la Eucaristía. 628
628. Si la comunidad es muy numerosa, el Rector o Superior del centro designe diariamente al número de hermanos que sea necesario para que todos los miembros hagan esta visita por lo menos una vez al mes. Si la comunidad tiene menos de doce miembros, cada uno haga esta visita una vez al mes. 629
629. Si por razón de apostolado, o por encontrarse de viaje, no pueden hacer estas visitas ante el Sagrario, háganlas espiritualmente. 630
630. Donde haya una comunidad formada, uno de los sacerdotes, por turno, o según convenga, cada semana celebre una misa teniendo como primera intención la unidad y caridad entre los legionarios y la conservación del espíritu de la Legión.
19. Triduo de renovación 631
631. Se tiene triduo de renovación de votos dos veces al año, en el triduo que precede a la fiesta de la Presentación del Señor y en el que precede a la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María. 632
632. Durante esos días, aunque se sigan las actividades ordinarias, se tiene en los centros de formación una oración, una plática y un examen práctico, y en los centros de apostolado, una oración o plática y un examen práctico. Después de cenar, se hace el viacrucis en particular. 633
633. Se tienen, además, cada noche, puntos dirigidos de la meditación matutina del día siguiente. 634
634. Durante estos días se guarda silencio, en la medida de lo posible, y en el comedor se leen lecturas apropiadas. 635
635. No se tiene triduo de renovación de votos cuando coinciden ejercicios espirituales el mismo mes. 636
636. Tanto la temática de estos triduos como los exámenes prácticos y las lecturas del comedor pueden ser muy variados; no han de limitarse necesariamente a los tres votos, sobre todo si se trata de religiosos que se encuentran en un estado adelantado de formación, o ya tienen muchos años de vida religiosa. 637
637. Posibles temas, entre otros, son: - La orientación de la vida a Dios. - El amor a Dios sobre todas las cosas. - La necesidad de crecer continuamente en el conocimiento y amor de Nuestro Señor Jesucristo, por el estudio y la meditación y contemplación asidua de los misterios de nuestra
redención: nacimiento, pasión, muerte de Jesucristo y su gloriosa resurrección. - La vida de amistad con Jesucristo en la Eucaristía. - La vida del amor filial a la Santísima Virgen María. - La visión sobrenatural de la vida y de los acontecimientos. - La necesidad de la oración. - La purificación del corazón. - La necesidad de ser muy fieles en al aplicación de los medios de perseverancia según la frecuencia estipulada. - La fe en la misión y un ardiente e inagotable celo por la salvación de las almas. - La necesidad de la vigilancia de los sentidos interiores y exteriores para alcanzar la perseverancia. - La honestidad, la madurez y la coherencia necesarias en la vida de consagración a Dios Nuestro Señor. 638
638. Lo importante es que las meditaciones, los exámenes, las pláticas y, sobre todo, la oración personal vayan dirigidos a la renovación de los criterios, de las disposiciones de la voluntad y de la conducta de los legionarios. 639
639. Si los grupos son muy numerosos u otras circunstancias lo aconsejan, divídase en comunidades o en grupos más reducidos y homogéneos, con temática apropiada a las necesidades particulares o circunstanciales de cada grupo.
20. Ejercicios espirituales 640
640. No son conforme a la mente de la Legión los ejercicios espirituales sin Director. Para evitar el posible subjetivismo en ellos, incluso cuando se trate de una sola persona, desígnesele un Director. Sin embargo, en casos especiales, el Director General puede conceder el permiso de hacer ejercicios espirituales sin Director. 641
641. El número de participantes en cada tanda de ejercicios, de ser posible, no debe pasar de los cincuenta, para que el Director espiritual pueda atender a cada uno sin prisas y dedicándole todo el tiempo que necesita. Si el número es superior a setenta es preferible que se formen dos o más grupos. 642
642. Siempre que sea posible, organícense las tandas por grupos homogéneos. 643
643. El Director de ejercicios, después de la plática de cada día entregue a los ejercitantes el cuestionario de examen práctico, de acuerdo con la temática que está tratando. Para la elección de los cuestionarios puede valerse del manual de exámenes prácticos o elaborarlos personalmente de forma que concuerden con la dinámica propia de los ejercicios.
21. Peregrinación mariana 644
644. Una vez al año, en la época más apropiada, los legionarios de cada centro, deben hacer una peregrinación a un santuario o iglesia dedicados a la Santísima Virgen. 645
645. Corresponde a cada Director Territorial aprobar el santuario de peregrinación, teniendo en cuenta que no debe encontrarse a más de doscientos kilómetros del centro.
22. Fiestas navideñas
646
646. En la medida de lo posible se prepara en todos los centros un Belén, según la tradición de la Legión, para que el ambiente externo ayude a vivir con mayor fervor estas fiestas. En los centros de apostolado, si ello no es posible, se pone en el salón de estar al menos las imágenes del misterio de Belén. 647
647. El día 24 se adorna el centro (comedor, ingreso, salón de estar, etc.) con arreglos naturales (ramas de pino, guirnaldas de acebo...) y artificiales (esferas, hilos dorados...) sobrios y de buen gusto. Puede ponerse también algún árbol de navidad en el comedor, o en el salón principal o en el ingreso del centro; e incluso, si las circunstancias lo permiten, pueden iluminarse uno o dos árboles de los jardines del centro. 648
648. El día 24 se tienen vísperas solemnes, a las que deben acudir todos los miembros del centro, una vez terminados todos los preparativos señalados. 649
649. La cena de este día es extraordinaria y especial. Se inicia con la lectura del Evangelio de San Lucas (2, 1-20), hecha por el Rector o Superior del centro, después de haber bendecido la mesa. Esta lectura se escucha de pie. A continuación se lee el anuncio del misterio de Belén que hace el Martirologio Romano. El Rector o Superior del centro, una vez sentados, dirige unas breves palabras de felicitación a la comunidad y da «¡Cristo, Rey Nuestro!». 650
650. Según las posibilidades debe prepararse la cena de la mejor manera posible, así como los aguinaldos, pero sin derroches ni refinamientos. 651
651. Durante la cena, un hermano felicita brevemente a los miembros del centro en nombre de la propia comunidad. En esta felicitación se debe recordar a los legionarios de los demás centros, al Papa, y a todos los hombres que sufren enfermedad, pobreza, encarcelamiento y persecución por la justicia. 652
652. Durante la cena pueden cantarse villancicos y declamarse poesías, si se han preparado con anterioridad y no son improvisadas. 653
653. Después de la visita al Santísimo, se lleva a cabo la repartición de patronos, segun la tradición de la Legión, en un clima de alegría y sencillez. La lista de patronos se elabora eligiendo a aquellos santos en los que más resplandezcan las virtudes características de la Legión. El nombre del patrono y la virtud característica se entregan escritas en una estampa sobria y de buen gusto. Es costumbre iluminar la virtud con un texto del Fundador. 654
654. En los centros de formación, cada religioso debe pronunciar un breve panegírico en el día de la fiesta del santo, o dentro de los ocho días siguientes a dicha fiesta, que sirva al mismo tiempo para festejar al santo y sea para todos los oyentes una invitación y un estímulo en su vida de fidelidad a Cristo en las filas de la Legión. 655
655. Después de la misa de medianoche, toda la comunidad del centro se reúne junto al Belén para hacer la profesión de fe, recitando el Credo, iniciado por el Rector o Superior del centro. Todos se despiden de Jesucristo con el canto de dos villancicos, y en silencio pasan a descansar. 656
656. Durante la octava de navidad hasta el día 1 de enero inclusive, se tiene «¡Cristo, Rey Nuestro!» durante la comida y la cena, a excepción de la comida del 31 de diciembre. Los Superiores han de procurar que durante estos días no falte en la comida el tradicional aguinaldo. 657
657. La cena del 31 de diciembre debe ser especial, pero no debe alargarse excesivamente. 658
658. Cada centro legionario prepare y envíe con anterioridad felicitaciones de Navidad, discretas y distinguidas, a los demás centros legionarios, a los bienhechores y amigos de la Legión en el territorio.
23. Panegíricos de los patronos 659
659. En los centros de formación, cada religioso debe preparar y declamar un panegírico breve, en honor del santo protector que le haya correspondido en la repartición de patronos. 660
660. Elijan el Rector y el Prefecto de Estudios a veinte religiosos que pronuncien el panegírico en el comedor durante el año , y hagan que los demás lo presenten en la clase de tonos. 661
661. En los centros de noviciado sígase la norma expresada en el número 660, pero elíjase un momento adecuado para que los demás novicios digan su panegírico.
24. Fiesta de Epifanía. 662
662. El día de la solemnidad de epifanía, después del rosario solemne, se tiene en cada centro la repartición de regalos que hace el Rector o Superior del mismo. Este acto debe realizarse en un ambiente de amenidad y alegría familiar, pero con el equilibrio propio de la Legión; pueden vestirse de reyes y de pajes algunos hermanos, usando disfraces dignos y decorosos, según el estilo tradicional de la Legión. 663
663. Todos, o personalmente o por equipos, deben preparar cartas ingeniosas, divertidas y breves que contribuyan al descanso y expansión durante la repartición de los regalos. 664
664. Durante la repartición de los regalos, los Superiores ofrezcan algunos refrescos y golosinas. 665
665. Si el número de los miembros del centro es muy grande y se considera necesario, realícese simultáneamente el acto con diversos grupos de cien religiosos aproximadamente. 666
666. Cuando en algún país los miembros de centros de apostolado se reúnen en un centro de formación o en un centro de la Legión durante las fiestas navideñas, y por sus obligaciones apostólicas tengan que regresar antes de la fiesta de epifanía (6 de enero, se puede tener el acto de la repartición de regalos entre el 31 de diciembre por la noche y el día 2 de enero, a juicio del Rector del centro.
25. Vivencia del triduo sacro.
1. Jueves Santo 667
667. En la mañana se tiene una plática de preparación para la celebración de los misterios que la Iglesia conmemora en este día: el lavatorio de los pies, la institución del Sacerdocio y de la Eucaristía, el sermón de la cena, el precepto de la caridad... La plática no debe superar los cuarenta y cinco minutos. 668
668. Debe prepararse el monumento con el debido esplendor, pero con dignidad, sencillez y sobriedad, de manera que no distraiga la atención y ayude al recogimiento y adoración del Santísimo Sacramento. 669
669. Se celebra la Misa vespertina, según los horarios de los centros. Para seguir el ejemplo de humildad y de servicio que Jesucristo quiso ofrecer a sus discípulos, en los centros de formación el Rector lava los pies a doce miembros de la comunidad. 670
670. A partir de la celebración eucarística vespertina, se debe observar silencio absoluto hasta la mañana del Sábado Santo. Procuren observarlo fielmente y no hablar, a no ser por grave necesidad. Para ello tomen a tiempo las previsiones necesarias. 671
671. A partir del final de la celebración eucarística y hasta la solemne celebración de la Pasión del Señor del Viernes Santo, todos los sacerdotes y religiosos presentes en los centros se turnan en adoración ante el Santísimo Sacramento. 672
672. Durante la cena se suprime la lectura. 673
673. Para unirse espiritualmente a Jesucristo en su agonía, la hora eucarística se tiene de las 11:00 a las 12:00 de la noche.
2. Viernes Santo. 674
674. En este día las oraciones comunitarias se rezan en privado. Se omite el canto del Veni Creator y el del himno de mediodía. 675
675. Según los horarios de los centros, durante la mañana se canta en comunidad la oficio de lecturas y laudes. 676
676. Durante el día se tiene también el viacrucis comunitario, siguiendo alguno de los formularios aprobados para este día. 677
677. Durante la comida y la cena, se suprime la lectura. 678
678. Después de comida, se tienen las "Siete Palabras", durante cuarenta y cinco minutos, para el conocimiento interior de Jesucristo, de sus criterios, de sus sentimientos, de sus actitudes, y del amor con que abrazó, hasta la muerte de cruz, la voluntad de su Padre y nuestra redención. 679
679. En el tiempo señalado por los horarios, se tiene la celebración de la Pasión del Señor. 680
680. Procuren los encargados hacer previamente los ensayos de las ceremonias litúrgicas, para que no sea necesario tenerlos en este día.
3. Sábado Santo. 681
681. Por la mañana se canta en comunidad el oficio de lecturas y laudes. 682
682. Por la tarde téngase una plática de cuarenta y cinco minutos, que ayude a penetrar en el significado de la pasión y muerte del Señor, y en el papel que María desempeña como corredentora en el misterio de la salvación.
26. Preparación espiritual de algunas fiestas. 683
683. Con el fin de favorecer la preparación espiritual de los legionarios para la celebración más fructuosa de algunas fiestas y solemnidades litúrgicas, se debe tener novena rezada según el Ritual de la Legión. 684
684. Las festividades que se preparan con novena rezada son: - Navidad - Pentecostés - Sagrado Corazón - Cristo Rey - Asunción de la Santísima Virgen - San José 685
685. En los centros de formación se deben predicar las novenas: a) de la solemnidad de Pentecostés para incrementar el conocimiento del Espíritu Santo y el aprecio por su obra en las almas, así como la delicadeza de conciencia y la docilidad a sus inspiraciones; b) de la solemnidad del Sagrado Corazón, para fomentar en los legionarios el amor personal, real, viril y apasionado a Jesucristo y el espíritu de desagravio y reparación; c) de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, para fomentar un amor tierno y filial a la Virgen María. La plática sustituye a la lectura espiritual. 686
686. En los centros de apostolado, se predica solamente un triduo de preparación a las mismas fiestas. 687
687. Celébrese, además, en unión con la oración oficial de la Iglesia, primeras vísperas solemnes en las siguientes solemnidades: Navidad, Pentecostés, Sagrado Corazón, Asunción de la Santísima Virgen, Cristo Rey e Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. No olviden que la oración litúrgica requiere el cultivo en el corazón de las actitudes y sentimientos interiores con los que oraba Jesucristo Nuestro Señor. 688
688. Si en alguna circunstancia coinciden en el mismo día actos diversos como : plática de novena, vísperas solemnes, rosario solemne y visita sabatina después de cena, suprímase la plática, récese en privado el rosario y ténganse en comunidad los restantes actos.
27 Solemnidad del Sagrado Corazón 689
689. En la solemnidad del Sagrado Corazón, además de la celebración eucarística, la adoración al Santísimo Sacramento durante todo el día y el rosario solemne, no hay ninguna otra manifestación externa. 690
690. Las comidas se tienen en silencio y se sirve el menú ordinario. Después de cena se hace el viacrucis en privado como todos los viernes. 691
691. El Sábado siguiente se dedica a la celebración externa de la fiesta, como está marcado en los reglamentos de los centros.
28. Aniversario de la aprobación de las Constituciones 692
692. Durante este día se tiene adoración al Santísimo con especial espíritu de agradecimiento a Dios Nuestro Señor por el don de las Constituciones, y se pide particularmente la gracia de conocerlas, amarlas y vivirlas con fidelidad imbatible hasta la muerte, como camino seguro de santificación y fecundidad apostólica para el legionario. 693
693. En este día: 1. al lado izquierdo del presbiterio se coloca el atril; a la derecha del atril, el cirio pascual encendido; y a las izquierda un ramo de flores frescas; 2. antes de la exposición del Santísimo se coloca sobre el altar el libro de las Constituciones; 3. el sacerdote que expone el Santísimo: a) después de hacer la genuflexión toma del altar el libro de las Constituciones y lo coloca en el atril; b) a continuación, expone el Santísimo y lo inciensa según el rito acostumbrado; c) después de la incensación del Santísimo se levanta y pasa a incensar las Constituciones con tres golpes simples; entrega el incensario al turiferario y, tanto él como los acólitos, besan las
Constituciones; pasan al centro para hacer la genuflexión, y se retiran; 4. conforme cada legionario termina su adoración, hace la genuflexión al Santísimo, pasa a besar las Constituciones y se retira. 694
694. Antes de la bendición con el Santísimo: 1. Se reza la consagración legionaria. 2. se canta el "Tantum Ergo" y mientras tanto, el sacerdote que preside, se levanta, inciensa el libro de las Constituciones, lo retira del atril y lo coloca sobre el altar.
29. Himno legionario 695
695. El canto del himno legionario en comunidad, es un medio para cultivar el espíritu de cuerpo, para foguear el corazón el la lucha por el establecimiento del Reino de Cristo, y para expresar unidos en una sola voz - la adhesión de toda la persona a los ideales que inspiran la vida del legionario. 696
696. Procuren cantarlo con entusiasmo y voz firme, procurando identificarse con el contenido de las palabras. 697
697. El himno legionario se canta en la capilla al terminar el rosario solemne, en las siguientes fiestas: - 3 de enero: Fundación de la Legión. - 6 de febrero: Decretum Laudis. - 25 de mayo: Aprobación Canónica de la Legión. - 13 de junio: Erección Canónica. - 26 de noviembre:Aniversario de la Ordenación Sacerdotal de Nuestro Padre. - Sagrado Corazón. - Cristo Rey. - Día del Director General.
30. Aniversario del bautismo 698
698. Es tradición en la Legión que cada legionario, en el día del aniversario de su bautismo, haga una hora especial de oración ante el Santísimo Sacramento, teniendo encendido el propio cirio. Si por razones de carácter apostólico en los centros de apostolado no es posible disponer de una hora especial, puede dedicarse la oración de la mañana para la meditación sobre el bautismo, pero debe hacerse ante el Santísimo con el cirio encendido. 699
699. La víspera del día del aniversario del bautismo de cada religioso, el Gerente, por sí mismo o por uno de los Asistentes, notifíquelo por la noche a la comunidad mediante una ficha en la varianda, en la que pida oraciones por el interesado 700
700. Cada religiosos, cuando sea trasladado de un centro a otro, lleve consigo el cirio que ha recibido como símbolo de su fe y que debe encenderse durante la meditación especial en todos los aniversarios de su bautismo.
31. Petición de penitencias 701
701. La vida en la Legión lleva consigo la exigencia permanente de tender esforzadamente a la perfección. Como un medio especialmente apto pidan penitencias por todas las negligencias e imperfecciones voluntarias que hayan tenido en la observancia religiosa y cúmplanlas de buen
grado. 702
702. Esta tradición de la Legión fomenta diversas disposiciones interiores: la compunción del corazón por las faltas y omisiones, la delicadeza de conciencia para no dejarlas pasar como si no hubiera ocurrido nada, el ejercicio ascético de la penitencia como reparación y desagravio a Dios Nuestro Señor por la falta de amor y correspondencia, y la humildad, para manifestar las faltas y aceptar de buen grado las penitencia impuestas. 703
703. La frecuencia de esta práctico no está determinada por las Constituciones. Cada religioso y sacerdote debe determinarla de acuerdo con su Director espiritual, de acuerdo con su amor a Dios, su voluntad de perfección, sus necesidades personales y las inspiraciones del Espíritu Santo.
32. Renovación de permisos 704
704. Entre los medios de perfección y perseverancia que la Legión propone a todos los legionarios, se encuentra la renovación periódica de los permisos y dispensas habituales que se han obtenido. 705
705. Esta disposición tiene como finalidad ayudar a los legionarios a vivir con plena conciencia y activamente al entrega de su voluntad y de su libertad, hecha a Dios en manos de su Superiores legítimos por medio del voto de obediencia. 706
706. Los permisos y las dispensas habituales deben renovarse siempre que un nuevo Superior sustituya al Superior que los había concedido.
33. Fiestas legionarias Las fiestas legionarias son: 707
707. Patronos y protectores: 1. Sagrado Corazón: Primerísima. 2. Sábado después de la fiesta del Sagrado Corazón: Primerísima. 3. Santísima Virgen de los Dolores, 15 de septiembre: Primerísima. 4. San Miguel, 29 de septiembre: Primera. 5. San José, 19 de marzo: Primerísima. 6. San Pablo, 25 de enero: Primera. 7. San Juan Evangelista, 27 de diciembre: Primerísima. 8. Cristo Rey, último domingo del tiempo ordinario: Primerísima. 708
708. Aniversarios: 9. Fundación de la Legión, 3 de enero: Primerísima. 10. Decreto de Alabanza, 6 de febrero: Primerísima. 11. Fundación del Noviciado, 25 de marzo: Primerísima. 12. Aprobación Canónica de la Legión, 25 de mayo: Primerísima. 13. Erección Canónica de la Legión, 13 de junio: Primerísima. 14. Aprobación de las Constituciones, fiesta de San Pedro y San Pablo, 29 de Junio: Primerísima. 15. Aniversario del inicio solemne del pontificado del Santo Padre: Primerísima. 16. Aniversario del nacimiento a la gloria de Mons. Francisco González Arias, 20 de agosto: Primera. 709
709. Fiestas de nuestro Padre: 17. Cumpleaños, 10 de marzo: Primerísima. 18. Onomástico, 3 de julio: Primerísima. 19. Aniversario de la ordenación sacerdotal, 26 de noviembre: Primerísima. 710
710. Superiores: 20. Día del Director General, octava de Cristo Rey: Primerísima. 21. Día del Director Territorial, octava del Domingo de Pascua: Primerísima. 22. Día del Rector o Superior, octava de San José, 26 de marzo: Primerísima. 23. Día del Instructor, primer día litúrgicamente libre de la IV semana de Pascua: Primera. 24. Día del Gerente, San José Obrero, 1 de mayo: Primera. 25. Día del Asistente, 20 de Octubre o el primer día litúrgicamente libre: Primera. 26. Día del Prefecto de estudios y del equipo de profesores, Santo Tomás de Aquino, 28 de enero: Primera.
711
711. Otras fiestas: 27. Inmaculada Concepción, 8 de diciembre: Primerísima. 28. Navidad, 25 de diciembre: Primerísima. 29. Solemnidad de María, Madre de Dios, 1 de enero: Primerísima. 30. Epifanía: Primerísima. 31. Presentación del Señor, 2 de febrero: Primerísima. 32. Domingo de Ramos: Primerísima. 33. Domingo de Resurrección: Primerísima. 34. Lunes de Pascua: Primerísima. 35. Ascensión: Primerísima. 36. Pentecostés: Primerísima. 37. Santísima Trinidad: Primerísima. 38. Corpus Christi: Primerísima. 39. Asunción de la Santísima Virgen, 15 de agosto: Primerísima. 40. Natividad de la Santísima Virgen, 8 de septiembre: Primera. 41. Todos los Santos, 1 de noviembre: Primera. 42. La fiesta del Patrono Principal en cada país: Primerísima. 43. En los centros internacionales, la fiesta del Patrono Principal del país representado: Segunda. 712
712. Las fiestas legionarias son de Primerísima, de Primera, o de Segunda, según la importancia de la fiesta en la liturgia de la Iglesia, o según la trascendencia de la fiesta en la vida e historia de la Legión. A cada una corresponden en consecuencia unas celebraciones litúrgicas apropiadas, unos horarios diversos, según está establecido en los reglamentos de los centros. 713
713. En los días de Primerísima se tiene: misa concelebrada o misa cantada, mayor tiempo de recreo que en los días ordinarios, desayuno y comidas especiales, merienda-cena, según la época del año (desde el primero de mayo hasta inicio del curso), rosario solemne y "¡Cristo, Rey Nuestro!" en la comida. 714
714. En los días de Primera se tiene: misa cantada, mayor tiempo de recreo que en los días ordinarios, desayuno y comida con algún detalles especial, rosario solemne en las fiestas de Primera de la Santísima Virgen y el 1 de Mayo, "¡Cristo, Rey Nuestro en la comida, y merienda-cena, según la época del año (desde el primero de mayo hasta el inicio de curso). 715
715. En las fiestas de Segunda hay motetes en la misa, "¡Cristo, Rey Nuestro!" en la comida y en la merienda especial que se tiene por espacio de media hora. 716
716. En los centros de apostolado, cuando el trabajo apostólico impida celebrar una fiesta legionaria de Primerísima, trasládese, si es posible, la celebración al domingo anterior o al siguiente; de no ser posible, ténganse al menos, para celebrarla, cantos o motetes en la misa, rosario solemne y merienda-cena, además de desayuno y comidas especiales. Si se trata de fiestas de Primera o de Segunda, téngase "¡Cristo, Rey Nuestro!" en la cena.
34. Profesiones y ordenaciones 717
717. En la Legión se celebra con gran sentido de alegría y espíritu de cuerpo el día en que los novicios y religiosos hacen la profesión temporal o perpetua, o en que los religiosos son ordenados sacerdotes. 718
718. Cuando las profesiones son en grupo en los centros de formación y acuden familiares y bienhechores a las mismas, se destina el día de la profesión a festejar a los padres y bienhechores, y se dedica el día siguiente a festejar a los religiosos profesos. Este día tiene carácter de primerísima. 719
719. Cuando se trata de ordenaciones sacerdotales, se dedica ese mismo día a festejar a los neosacerdotes, y en los días siguientes se hace una recepción a los padres, para agradecerles su generosidad al dar sus hijos a Dios. 720
720. En el festejo a los religiosos y neosacerdotes las diversas comunidades presentes los felicitan durante la comida y les pueden ofrecer también algunos cantos. 721
721. En el festejo a los padres y bienhechores se les dirigen unas palabras de felicitación y se les ofrecen algunos cantos y piezas musicales, tratando de crear un ambiente alegre y espontáneo.
722
722. Se tiene merienda-cena los días en que hay profesiones religiosas u ordenaciones sacerdotales.
35. Fiestas de los Superiores y Formadores 723
723. Las fiestas de los superiores y formadores son: 1. Fiestas de los Directores Mayores: - Fiesta del Director General. - Fiesta del Director Territorial. 2. Fiestas de los demás Superiores: - Fiesta de los Rectores de los centros de formación o de los Superiores de los centros de apostolado. - Fiesta del Gerente de los centros. - Fiesta del Instructor de novicios o de renovación espiritual. - Fiesta de los Asistentes. - Fiesta del Prefecto de Estudios y equipo de profesores. 724
724. El Superior festejado celebra la santa misa a la comunidad, que se tendrá con cantos, moniciones y oraciones de los fieles. 725
725. El desayuno y la comida son especiales. 726
726. Pueden tenerse en estas ocasiones partidos intercomunitarios. 727
727. Se tiene merienda-cena. Durante ella, un hermano, en nombre de todas las comunidades del centro, dirige unas palabras de agradecimiento al Superior festejado por su función de servicio y su fidelidad en bien de la Iglesia, de la Legión y del Reino de Cristo, evitando la alabanzas a la persona. Estas palabras no deben sobrepasar los cinco minutos. A continuación, se ofrecen algunos cantos o piezas musicales; se debe excluir cualquier otra manifestación comunitaria de homenaje. 728
728. En estas fiestas, los Superiores y formadores no deben sustraerse a las manifestaciones de gratitud y homenaje de los religiosos. Consideren que se hacen a sus persona en cuanto representantes de Dios y por espíritu y motivaciones de fe. 729
729. En las fiestas de los Directores Mayores: 1. Cada comunidad del centro prepare un ramillete espiritual para el Director festejado. 2. Tanto si están presentes, como si están ausentes, se tiene una merienda especial y una academia o actividad seria de tipo formativo, excluyendo las dramatizaciones, actividades cómicas o ligeras. 730
730. Se excluye todo tipo de festejo o felicitación en otras ocasiones (cumpleaños u onomásticos), que no sea la oración en privado por ellos.
36. Trabajo físico y manual 731
731. Es costumbre en la Legión que el aseo de los centros corra ordinariamente a cargo de los sacerdotes y religiosos que habitan en él, aunque se puede contar con la ayuda de algún hombre o joven seglar para este fin. Sin embrago, no se permite a personas ajenas al centro asear las habitaciones de nuestros religiosos y sacerdotes. 732
732. Estos trabajos físicos y manuales deben hacerse en los tiempos señalados en los horarios de los centros, para que no sean afectados los tiempos de estudio y de apostolado. 733
733. Cada año, además, la comunidad de novicios, en conjunto o por equipos, nunca individualmente, sino siempre acompañados por un Superior, deben dedicar un mes a trabajos agrícolas fuera del centro. Asimismo, la comunidad de los religiosos humanistas debe dedicar una semana a estos mismos trabajos. 734
734. Si en alguna ocasión este trabajo lleva consigo el tener que habitar y vivir fuera del centro durante el mes: 1. El Instructor debe acompañar a los novicios. 2. Los novicios deben habitar en un lugar digno; todos en el mismo edificio, dedicado exclusivamente para ellos y con garantías de absoluta y total independencia. 3. No se lleve a cabo el trabajo, si no se reúnen las condiciones anteriores.
37. Comidas 735
735. No es costumbre en la Legión el comer fuera de las horas establecidas en los horarios de los centros, el comer en las propias habitaciones, ni el comer mientras se trabaja. 736
736. Cuando entre el desayuno y la comida haya un espacio de tiempo muy largo, se puede tomar a media mañana un refrigerio en el comedor del centro u obra de apostolado, o en otro lugar apropiado.
38. "¡Cristo, Rey Nuestro!" en comidas 737
737. No es costumbre en la Legión hablar durante el desayuno, a no ser cuando asiste al mismo una personalidad eclesiástica. En los centros de apostolado, sin embargo, durante el período de vacaciones mayores puede hablarse durante el desayuno, cuidando de que éste no se alargue más de cuarenta y cinco minutos. 738
738. En las comidas: 1. En los centros de formación se puede hablar durante la comida en las fiestas de Primera, Primerísima y Segunda, los domingos, durante las octavas de navidad y de pascua y los día de vacación entre semana. 2. En los centros de apostolado se puede hablar, además, todos los días después de diez minutos de lectura. 739
739. En las meriendas no se debe hablar, a no ser que se trate de meriendas-cenas o meriendas fuera del comedor. 740
740. En las cenas: 1. En los centros de formación se puede hablar en las cenas de las octavas de pascua y navidad, en los días en que se tiene merienda-cena, o cuando se tiene la cena fuera del comedor. 2. En los centros de apostolado, se puede hablar, además, todos los domingos. Si la comunidad consta de menos de seis miembros se puede hablar todos los días. 741
741. El "¡Cristo, Rey Nuestro!", se da después de diez minutos de lectura, a excepción de los días en que corresponde merienda-cena, o se tiene la comida dentro del comedor por mal tiempo, o durante las cenas de la octava de navidad en las cuales se da después de sentarse.
39. Lecturas en el comedor 742
742. Después de bendecir la mesa y antes de sentarse, se leen, durante la comida, dos o tres versículos del Evangelio; durante la cena, uno o dos números de las Constituciones de la Legión de Cristo.
743
743. Durante las comidas se han de leer libros de historia eclesiástica o profana, ensayos o artículos sobre la actualidad nacional o internacional y noticias de interés sobre la vida de la Legión. Al final de la comida, como reclamo y un estímulo a la vivencia de la propia vocación a la santidad, se lee el martirologio romano o un santoral en lengua vernácula, aprobado por el Director Territorial, que llene los requisitos de historicidad y sobriedad recomendados por la Iglesia. 744
744. Durante la cena, para recoger el espíritu al final de la jornada, se leen libros de espiritualidad legionaria, las encíclicas y los principales documentos, discursos y homilías del Sumo Pontífice, especialmente los que se refieren a la vida religiosa y sacerdotal y al apostolado -, libros de espiritualidad de autores ascéticos probados y buenas y serias hagiografías. Los viernes por la noche se lee un capítulo de la Imitación de Cristo. 745
745. Todos los años, durante la cena, debe leerse una buena y sólida obra sobre la vida de Nuestro Señor Jesucristo. 746
746. Para las cenas del mes de mayo, se han de elegir libros que ayuden a los religiosos a incrementar el conocimiento, el amor y la imitación de la Virgen Santísima. Para las cenas del mes de junio, elíjase un libro apropiado sobre el Sagrado Corazón o sobre Jesucristo. 747
747. Durante la novena de Pentecostés, léanse en la cena escritos sobre el Espíritu Santo. 748
748. A partir del día 22 de diciembre se lee durante la comida y durante la cena los capítulos de un libro sobre la vida de Cristo correspondientes a la infancia del Señor. Pueden leerse las homilías o discursos que el Papa pronuncie en esos días. Las lecturas normales se reanudan el 2 de enero. 749
749. En los noviciados desde el inicio de la Cuaresma, y en los demás centros a partir del domingo de ramos, se lee durante la comida y la cena una vida de Cristo, haciendo coincidir la lectura, en la medida de lo posible, con las diferentes conmemoraciones litúrgicas, teniendo en cuenta que no hay lectura durante la cena del jueves santo y durante la comida y la cena del viernes santo. Pueden leerse también las homilías y discursos del Papa pronunciados durante estos días, o algunas cartas del Fundador que hagan referencia a esos misterios. 750
750. En las solemnidades y fiestas litúrgicas que se señalan a continuación, al comenzar la comida se ha de hacer una breve lectura que desarrolle la historia y el contenido espiritual de la fiesta: -Solemnidad de la Madre de Dios: 1 de enero. -Epifanía. -Conversión de San Pablo: 25 de enero. -Presentación del Señor: 2 de febrero. -San José: 19 de marzo. -San José Obrero: 1 de mayo. -Ascensión. -Pentecostés. -Santísima Trinidad. -Corpus Christi. -Sagrado Corazón. -Asunción de la Santísima Virgen: 15 de agosto. -Virgen de los Dolores: 15 de septiembre. -San Miguel Arcángel: 29 de septiembre. -Todos los Santos: 1 de noviembre. -Cristo Rey. -Inmaculada Concepción: 8 de diciembre. -San Juan Evangelista: 27 de diciembre. A continuación se lee el martirologio o santoral. 751
751. En las fiestas de la Legión que aquí se especifican léanse las "Actas de la Legión de Cristo". -3 de enero: Fundación de la Legión. -6 de febrero: Decretum Laudis. -10 de marzo: Cumpleaños de Nuestro Padre. -25 de marzo: Fundación del Noviciado. -25 de mayo: Aprobación Canónica de la Legión. -13 de junio: Erección Canónica. -29 de junio: Aprobación de las Constituciones. -26 de noviembre: Ordenación sacerdotal de Nuestro Padre. A continuación se lee el martirologio o santoral. 752
752. Durante el período de preparación de exámenes y durante las vacaciones menores elíjanse libros históricos especialmente amenos. 753
753. Procúrese que los religiosos que lean a la comunidad sean competentes, de manera que la lectura se siga con agrado y sirva de estímulo y ejemplo a quienes escuchan. 754
754. Los Directores de ejercicios espirituales y de triduos de renovación elijan las lecturas que mejor se acomoden a los temas que están tratando.
40. Meriendas-cenas 755
755. En los centros de formación se puede tener merienda-cena durante las vacaciones mayores, durante las fiestas de los Superiores y formadores, en los días de profesiones religiosas y de ordenaciones sacerdotales de un grupo representativo de la comunidad, durante las fiestas de primerísima y de primera que caigan entre el 1 de mayo y el inicio de curso, durante los martes, sábados y domingos de las vacaciones menores y en las siguientes fiestas de la Legión: 6 de febrero, 10 de marzo y 26 de noviembre. 756
756. En los centros de apostolado, se puede tener merienda-cena, además de lo indicado para los centros de formación, en todas las primerísimas del año.
41. Quietes 757
757. Teniendo en cuenta el espíritu y finalidad de las quietes, procúrese que en los centros de formación todos acudan por lo menos a las quietes marcadas después de comida y después de cena. En la medida de lo posible, y dentro de los propios horarios, aplíquese esta norma también en los centros de apostolado. 758
758. Durante las quietes divídanse en grupos de tres o cuatro para que todos puedan participar efectivamente en la conversación. En las comunidades sacerdotales, los grupos de conversación pueden abarcar hasta siete miembros. 759
759. Siempre que sea posible, las quietes han de tenerse paseando por las avenidas del centro, convenientemente iluminadas. Si por razones atmosféricas o de espacio esto no resultara posible, pueden tenerse las quietes en los tránsitos o en los salones de estar, excluyendo el tránsito de la planta baja. Sin embargo, este tránsito se puede usar en aquellos centros donde el número de comunidades lo exija.
42. Juegos 760
760. Los religiosos de la Legión deben jugar únicamente aquellos juegos que son tradicionales en la Congregación, como el fútbol, baloncesto, béisbol, tenis, etc... Para la introducción de nuevos juegos se requiere la autorización del Director General. 761
761. Evítense en la Legión los juegos violentos, los que exijan contactos entre las personas o requieran equipos de costo muy alto, como el golf, el esquí de nieve, etc... 762
762. Prefiérase para el descanso físico e higiene mental de nuestros religiosos el ejercicio físico al aire libre o en un gimnasio, en lugares que por su clima lo requieran. 763
763. En regiones muy frías o excesivamente calurosas, en días de lluvia, en vacaciones mayores de verano, en navidad y pascua, se pueden tener juegos de mesa, según estos criterios: han de preferirse juegos de mesa que exigen movimiento físico, como ping-pong, billar, etc; pueden tenerse también juegos electrónicos que ayuden al descanso mental.
43. Estudios 764
764. Como un medio para no perder de vista la finalidad de los estudios y para trabajar en ellos con pureza de intención, sin buscarse a sí mismos, en la Legión no se dan a conocer las calificaciones obtenidas en los exámenes, en los trabajos escritos o actividades similares. Sin embargo, los Prefectos de Estudio deben manifestar a los estudiantes los progresos que han realizado, las metas que aún les quedan por alcanzar y aquellas observaciones que juzguen necesarias para la formación de los religiosos.
44. Banderas 765
765. Las banderas pontificia y legionaria se izan en las fiestas legionarias (de santos protectores, aniversarios, fiestas del Fundador y fiestas de los Superiores), los primeros viernes de mes y mientras dura la visita del Director General a un centro. 766
766. En verano se izan las banderas antes de las oraciones de la mañana, en invierno después de la celebración eucarística. La hora de arriar las banderas es al ponerse el sol. En los días lluviosos no se izan las banderas; la comunidad canta el "Christus vincit" en la dependencia donde habitualmente se encuentran expuestas las banderas. 767
767. El acto de izar y arriar banderas tiene lugar con la asistencia de todos los legionarios que se encuentran en el centro. 768
768. Los encargados de izar y arriar banderas son dos legionarios por turnos, designados por el Rector o por quien él delegue. En las festividades de Cristo Rey y del Sagrado Corazón, el mismo Rector iza y arría las banderas, y en las fiestas de los Superiores y del Fundador, izan y arrían las banderas los festejados. 769
769. Durante el acto se canta el "Christus vincit" con dos estrofas: una por el Papa y otra por el Director General. Al izar las banderas, se comienza siempre por la del Papa, y es ésta, la última en ser arriada. 770
770. Se tienen banderas a media asta en ocasión de la muerte del Papa, en ocasión de la muerte del Director General, del Director Territorial correspondiente y del Rector o Superior del centro. Los actos de arriar e izar las banderas en estos días se realizan en silencio. 771
771. En los centros de formación, las banderas deben izarse al frente del centro; si esto no es posible, en algún otro lugar destacado del jardín. En los centros de apostolado, deben estar desplegadas en el salón de estar; y ante ellas, se cantan en los días establecidos el "Christus vincit" y las dos estrofas: por el Papa y por el Director General. 772
772. En países donde por ley no se puede izar ni exhibir ninguna bandera sin que vaya acompañada por la bandera nacional, síganse las normas civiles. 773
773. En los centros de formación las banderas pontificias y legionaria deben estar permanentemente expuestas en el salón de actos; y en los centros de apostolado, en el salón de estar.
45. Paseos
774
774. Ordinarios: 1. En los centros de formación deben tenerse al menos dos paseos al campo cada mes; y en los centros de apostolado, un paseo a la semana, si es posible. 2. Cuando se salga caminando del centro, se debe hacer en ternas o cuaternas, no comunitariamente; y, cuando se vaya en autobús o en coche hasta un determinado lugar, se pueden organizar ternas o cuaternas para caminar u organizar actividades deportivas en grupo. 3. En estos días solamente se hacen, en el transcurso del paseo, el examen de conciencia y los rezos antes y después de comida; en los noviciados, también el rosario. 4. Cuando se sale de paseo en comunidad, en autobús o en coches, se pueden llevar juegos de mesa, aunque se recomiendan sobre todo actividades deportivas y de acción. Y se puede escuchar música apropiada durante el trayecto de ida y de regreso. 775
775. Extraordinarios: 1. En los centros de formación o de apostolado se puede tener extraordinariamente un paseo largo en autobús o en coche, tres veces al año (navidad, pascua y verano), no sobrepasando, de forma ordinaria, los 250 kilómetros en total, y regresando al centro a buena hora. 2. Estos paseos, se pueden aprovechar para hacer visitas culturales a ciudades, o para descansar en el campo. 3. Durante estos paseos, pueden hacerse los siguiente actos de piedad: oración matutina, examen de conciencia, rezos antes y después de comida, rosario y lectura espiritual; en los noviciados también la oración vespertina. Si corresponde hora eucarística puede rezarse durante ella el rosario con cantos. 4. Se puede oír música adecuada, tanto a la ida como a la vuelta, ateniéndose a las normas establecidas, o cantar moderadamente y con equilibrio. 776
776. Paseos durante las vacaciones mayores: 1. Cuando se tengan paseos en ternas o comunitariamente, se pueden hacer, durante el paseo, los siguientes actos de piedad: oración matutina, rosario, examen de conciencia, rezos antes y después de las comidas; y en los noviciados, también la oración vespertina. 2. Se recomienda el ejercicio físico. Cuando las comunidades de centros superiores de formación o centros de apostolado tienen las vacaciones junto al mar pueden llevarse juegos de mesa al paseo. En otras circunstancias y para distintos períodos de formación, no se permite los juegos de mesa durante el paseo. 3. No está permitido llevar a los paseos aparatos de música. 4. Sin una autorización especial, no se mezclen en los paseos las ternas o cuaternas asignadas por los superiores. Durante los viajes en autobús, aunque se trate de viajes largos, no utilicen juegos de mesa.
46. Vacaciones mayores 777
777. Todos los años durante el período de verano, se tienen quince días de vacaciones mayores, en las que los religiosos se dedican plenamente al descanso mental y físico, por medio del contacto con la naturaleza, de excursiones, juegos, baños, según lo establecido en los reglamentos de los centros. 778
778. Búsquese que en las vacaciones mayores se siga un horario de descanso, que se observen fielmente los actos de piedad y demás medios de perseverancia, y que cada uno, ordinariamente, las pase con la propia comunidad. 779
779. Corresponde a los Rectores y Superiores de los centros, presentar con suficiente anterioridad al Director territorial para su aprobación, el lugar en el que cada comunidad va a pasar las vacaciones, teniendo en cuenta que se deben elegir lugares apropiados a la condición religiosa y sacerdotal. 780
780. Las vacaciones se viven en comunidad y en el lugar aprobado por el Director Territorial. Debe, por ello, excluirse absolutamente el que los religiosos, individualmente o en pequeños grupos, bajo el pretexto de cultura u otros semejantes, se dediquen a viajar en ese tiempo.
47. Comunicación y convivencia entre las comunidades 781
781. En la Legión no es costumbre la comunicación y convivencia ordinarias entre las diversas comunidades de los centros de formación y entre los diversos centros de apostolado de una misma ciudad o nación, por razones de metodología en el sistema formativo y educativo. 782
782. En los centros de formación se puede tener fusión de las comunidades tres veces al año y juegos intercomunitarios, como manifestación del espíritu de familia entre todos los legionarios. 783
783. Las diversas comunidades de los centros de apostolado de una misma ciudad se pueden reunir algunas veces al año para celebrar con mayor solemnidad las fiestas legionarias, para retiros mensuales y los ejercicios anuales.
48. Boletín informativo 784
784. Cada centro de formación y de apostolado elabore mensualmente un boletín informativo sobre la vida y actividad de los miembros del mismo, para hacer partícipes de ellas a los demás legionarios. 785
785. El boletín debe ser distinguido y discreto en su contenido y presentación, y debe enviarse con toda puntualidad. 786
786. Sólo debe enviarse a los centros de la Legión y a los centros de tercer grado de la rama masculina. 787
787. Asimismo, elabórense eventualmente en los centros de formación revistas de tipo cultural o informativo para enviarlas a los demás centros legionarios.
49. Cambio de habitaciones o celdas 788
788. La Legión tiene la costumbre de que los novicios, religiosos y sacerdotes cambien mensual o anualmente de celda o habitación, a no ser que estén eximidos por los reglamentos de los centros. 789
789. El sentido de este cambio es recordar a cada legionario, de manera expresiva y simbólica, el desprendimiento interior del corazón con el que debe vivir y usar las creaturas en orden a su santificación y al trabajo apostólico, para hacer vida el voto de pobreza y la disponibilidad y confianza en manos de la Providencia.
50. Correspondencia epistolar con los familiares 790
790. Observen con esmero la norma de escribir a la familia por lo menos una vez al mes, como muestra de su afecto y agradecimiento, y con el fin de evitar a la Legión situaciones conflictivas. 791
791. Aprovechen esas oportunidades para sembrar el Evangelio entre sus familiares y ayudarlos a que vivan cada día mejor su vida cristiana. 792
792. Aprovechen también esas ocasiones para ayudar a sus familiares a entender y a amar más el don de la vocación sacerdotal y para incrementar en ellos un mayor conocimiento, respeto y amor por el carisma que Dios ha regalado a la Iglesia en la Legión.
51. Capillas 793
793. En nuestras capillas búsquese el equilibrio y la discreción, cualesquiera que sean las formas arquitectónicas. 794
794. Procúrese que no sean excesivamente luminosas y que el ambiente interior invite al recogimiento y a la oración. 795
795. Evítese en la arquitectura de las capillas iluminaciones y decoraciones extravagantes que les hagan perder el sentido de los sagrado.
52. Academias 796
796. Además de las academias propias de los estudios humanísticos, indicadas en la Ratio Studiorum, en todos los centros de formación se han de tener academias sobre algún aspecto de la doctrina o de la vida de la Iglesia, de la historia o actualidad del mundo, objetivo de nuestra evangelización, o del espíritu y mística de la Legión, en las siguientes fechas: a) el día de Cristo Rey, Jefe Supremo de la Legión; b) el 3 de enero; c) el 15 de septiembre; d) durante las navidades, hasta un número de tres por lo menos. Estas academias terminan con uno o dos villancicos de despedida al Niño Jesús ante el belén, aunque la academia se haya tenido en otro salón; e) el 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, en honor de la Santísima Virgen María. 797
797. En los días del Director General y Territorial, puede organizarse una academia de modo informal, durante la merienda, o una academia formal; pero siempre con la preparación, la altura y la distinción propias del espíritu legionario. 798
798. Se ha de escoger para participar en las academias a los legionarios mejor preparados, con el fin de que la academia sirva también como medio de formación para todos los que asisten. Para ejercicio de presentación en público, soltura y precisión en el hablar, dominio del público, etc., han de buscarse otros momentos y ejercitar en ellos a todos los miembros del centro. 799
799. La dinámica de las academias puede ser muy variada: presentación de trabajos, mesa redonda, simposio, audiovisuales, concursos,etc. Se debe procurar entremezclar bien los diversos elementos para que nunca falte la presentación directa. 800
800. Las academias deben estar muy bien preparadas y ensayadas, los trabajos bien asimilados, e incluso, de ser posible, aprendidos de memoria. 801
801. Las academias deben respetar el tiempo establecido en los reglamentos. Tengan en cuenta esta disposición para que no sea necesaria ninguna variación de los horarios. 802
802. Si la academia se organiza en forma de concurso, ha de procurarse que tanto el tema como la forma correspondan al nivel de formación y a la edad y madurez de los participantes.
803
803. En toda academia debe haber algún canto polifónico clásico. Por ello, se debe procurar que en todos los centros de formación, además de la estudiantina, exista un coro y cuente con los tiempos necesarios para que participe dignamente en estas ocasiones. 804
804. Los programas de estas academias deben ser, según la tradición de la Legión, sobrios, elegantes y bien presentados tipográficamente. 805
805. El adorno del salón sea discreto. Ordinariamente preside las academias el Cristo Legionario; a la derecha, las banderas del Papa y de la Legión, y a la izquierda, una columna con un florero; ante la silla del presentador, una mesa con una cortina de color discreto. Puede ponerse alguna planta o añadirse otra decoración si se juzga necesaria para ambientar la temática de la academia, pero siempre dentro de la sencillez, la elegancia y la mesura. 806
806. Cuando se vea que las persona o el material para una academia no tiene la altura y perfección exigidas en la Legión, es preferible que se suspenda la celebración de una o más academias, para evitar la deformación de nuestros religiosos en este campo. 807
807. Si las academias se quedan a un nivel pueril o de adolescentes, por la materia, el estilo, la declamación, la presentación, etc., es preferible suprimirlas por la razón en el número anterior.
Exhortación 808
808. Al terminar este manual, deseo expresar un testimonio vivísimo de agradecimiento al Espíritu Vivificador y Santificador de las almas, que en tantos legionarios ha regalado un puñado de santos a su Iglesia; un testimonio de admiración y gratitud para todos aquellos legionarios que han sabido ser fieles a las luces y gracias del Señor. 809
809. Y siguiendo el ejemplo de Jesús en el Huerto de Getsemaní, que aconsejó a sus discípulos vigilar y orar para no caer en la tentación, dejo también algunos consejos a los legionarios para ayudarles a distinguir y a vigilar para no caer. 810
810. Aun cuando la perfección absoluta sólo se encuentra en Dios y la perfección angélica no se encarna en la naturaleza caída del ser humano, es de elemental sentido de justicia reconocer, con toda humildad, y agradecer a Dios la obra de santidad que ha realizado en tantos y tantos religiosos y sacerdotes de la Legión de Cristo. 811
811. Sacerdotes y religiosos que, a pesar de su pequeños defectos, propios de la naturaleza humana o de sus condicionamientos psicológicos, han sido el recio cimiento de la Legión, y un verdadero faro de luz y de esperanza en los momentos de tinieblas y confusión por los que ha atravesado la Legión y la Iglesia. 812
812. Sus vidas, como cirio pascual, imagen de Jesucristo, se han ido consumiendo, días y noches, en alabanza de Dios y en trabajo por la salvación de las almas. 813
813. De estos sacerdotes y religiosos debemos aprender la donación total de su ser a la voluntad de Dios, su fidelidad sin quebrantos en los momentos de bonanza y de tribulación a lo largo de su vida consagrada. 814
814. De estos sacerdotes y religiosos, debemos todos, Superiores y súbditos, jóvenes y hombres maduros, aprender la lección que nos dan de "siervos buenos y fieles"; a ellos debemos acudir en busca de consejo y aliento. A estos sacerdotes y religiosos debemos tratar con todo aprecio, veneración y respeto, mientras más avanzados se encuentren en el camino de la vida, e incluso debemos procurar los mejores auxilios humanos a medida que sus fuerzas disminuyan o la
enfermedad los aflija. 815
815. La Legión, compuesta de hombres con naturaleza caída, cuenta, pues, con sacerdotes y religiosos santos. Pero también puede encontrarse con hombres que, por carencias psicológicas o por tendencias de soberbia y sensualidad, desentonen de la inmensa mayoría de las almas santas y fieles, en continuo esfuerzo por lograr la perfección en el cumplimiento de la voluntad de Dios. 816
816. Sin juzgar, criticar o despreciar a estos miembros de la Legión, procuremos detectarlos a tiempo y no permitir que dañen nuestra entrega a Dios. He aquí algunos indicios por los cuales es posible percibir estos espíritus: 817
817. 1. Es penosos y vergonzoso, cumplida manifestación de adolescencia e inmadurez humana, el que un hombre consagrado llegue a tener estas o semejantes expresiones: "son cosas de novicios", "son cosas de fervor de jóvenes", etc..., cuando ve que religiosos o sacerdotes cumplen con detalle y perfección amorosa aquello a que se comprometieron con Dios el día de su consagración. 818
818. Los sacerdotes y religiosos que llegan a esta actitud interior, no cabe ni la menor duda de que se han dejado enredar por su sensualidad y su soberbia, y se hallan en el triste, lamentable y peligroso camino de la tibieza espiritual. Son las almas más indeseables a Dios. Son las que El "vomita de su corazón", les niega su amistad y las deja correr a la deriva. 819
819. Estos sacerdotes y religiosos, por la conjunción de sus pasiones, de los ardides del demonio y de la invasión de los criterios humanos, no quieren pensar en su compromiso de perfección y santidad y rechazan su recuerdo como se rechaza un látigo que irrita la conciencia y altera la vida psicológica y sentimental. 820
820. La última razón de sus expresiones y de su forma de ridiculizar a las almas que aman y practican la perfección por fe y amor a Jesucristo, es quitarse esa molestia, ese látigo que hiere su conciencia, y tratar de atraer a esas almas, ridiculizándolas, a una vida tibia y relajada que sirva de bálsamo a su desdichada vida de hombre débil, incoherente e inmaduro, que en el fondo siente y sabe, traicionando día a día los votos hechos a Dios y su compromiso de santidad. 821
821. 2. Sea por la personal evolución psicológica, sea por dejarse conducir por la soberbia y la envidia, sea por inmadurez humana, puede darse que algunos sacerdotes y religiosos avanzados en edad sientan recelo y envidia de los sacerdotes más jóvenes, adultos o ancianos, que con fervor, humildad y pasión ejercen su apostolado, aman a la Legión y cumplen con perfección sus Constituciones y reglamentos. 822
822. Estos sacerdotes y religiosos oren a Dios con humildad y contemplen que cuanto hacen sus hermanos es para mayor gloria de Dios y bien de las almas. No acepten envidias ni recelos, ni suspicacias. No caigan en el sofisma de hablar de problemas generacionales para ocultar su falta de virtud o sus íntimas frustraciones personales. 823
823. En la legión sólo puede encontrar el sofisma de problemas generacionales aquel sacerdote o religiosos que no viva con ilusión y perfección las Constituciones. Porque todos sus miembros, cualquiera que sea su edad, su santidad, su sabiduría, están comprendidos en una sola generación: la generación de almas consagradas que buscan la santidad y la extensión del Reino de Jesucristo entre los hombres desde el día de su profesión hasta el día de su muerte. 824
824. 3. En la legión, como cuerpo vivo sujeto a las miserias y limitaciones humanas, también pueden darse algunos miembros en cuyo proceso de desarrollo mental surja algún deterioro y enfermedad de su psiquis (estados de angustia, tendencias a la autocompasión, temor ante el apostolado). Con ellos se debe guardar una exquisita caridad, no hablando jamás de sus dolencias. 825
825. Pero también se debe saber percibir y discernir a tiempo las dolencias de esos miembros para vigilar con sinceridad y firmeza a fin de que los efectos de sus alteraciones psíquicas no te afecten en tu entrega a Dios. Y si alguna manifestación de su dolencia pudiese afectar a la pureza del Magisterio de la Iglesia, la incondicional adhesión al Santo Padre, el voto privado, la unión y la
caridad entre los legionarios, el aprecio por el espíritu, las Constituciones, la metodología y apostolado de la Legión, apártate de su contacto. 826
826. 4. Por la misma condición humana, pueden surgir miembros que: a) Se dejen poseer por la pereza y el desaliento. Evita que se salpiquen o arrastren. 827
827. b) No dominen su sensualidad y su tendencia a seguir ciertos criterios y formas de vida mundanas. Quien se ha preparado y formado durante doce o catorce años para lograr una personalidad religiosa y sacerdotal recia, amable, digna y equilibrada y que al contacto con el mundo seglar, abandona todo lo que fue, tomando actitudes mundanas en sus costumbres, maneras de ser, de hablar y de vestir, es en realidad un hombre que nunca supo lo que era su identidad, no supo abnegarse a sí mismo. Permaneció mental y emocionalmente como un adolescente y, al tener contacto con el mundo seglar, trata de asemejarse a él destruyendo aquella personalidad de oropel que fingió aceptar y tener durante tantos años. 828
828. Él, que debió ser testimonio y luz, queda apagado, y como muestra de su infantilismo, debilidad e inseguridad personal se incorpora a los criterios y costumbres del mundo, copiando de la forma de vida del seglar las facetas de una personalidad nueva: una personalidad que no encaja en un alma consagrada, y que siempre será testimonio de inmadurez y de incoherencia. Es agradable el testimonio del alma consagrada madura y coherente. Lo contrario es objeto de compasión ante todo hombre que tenga discernimiento. Evita que su ejemplo dañe tu camino de discípulo fiel de Jesucristo. Evítalos y reza por ellos. 829
829. c) Busquen dar y recibir confidencias. Estos espíritus, nacidos de una psicología enfermiza, pueden destruirte llevándote por el camino de la maledicencia y de la intriga bajo capa de bien de los demás o de la Legión. Evítalos con diligencia y con formas caritativas. 830
830. d) También hay quienes faltan a sus deberes no sólo por debilidad, sino por conciencia deformada, subjetiva, de <manga ancha>. Estos hombres andan en busca de religiosos de alma débil y con problemas para brindarles su compasión, su comprensión, su fingida bondad y misericordia, y atraerlos al campo espiritual en que ellos viven, de una conciencia que ha roto con los principios y ha creado un clima de subjetivismo que les permite vivir lejos de Dios, en la imperfección y el pecado, asegurándose a sí mismos erróneamente, que están en el verdadero camino de santidad. 831
831. Si te encuentras con dudas, con dificultades, si tienes la debilidad de faltar a tus deberes u ofender a Dios, aléjate de estas almas que acabarán por ayudarte a destruir tu conciencia y arruinar tu vocación. Busca sacerdotes edificantes, misericordiosos y severos. No te engañes. 832
832. e) Y procura no ser pasto de aquellos soberbios, orgullosos y vanidosos, ávidos de individualizar tus puntos flacos o debilidades, y maestros en halagarte con tal de aumentar contigo uno más de sus seguidores y admiradores que sirven pasto a su soberbia y vanidad. 833
833. f) Asimismo, procura detectar a aquellos que son víctimas de un espíritu de sensualidad y afectividad mal disimulada, que te buscarán bajo pretextos varios, como ayudarte a ser buen religioso, ayudarte en los estudios, orientarte en los apostolados, etc., sólo para satisfacer esa deformación de su corazón. 834
834. Cuando necesites ser ayudado busca aquel que atiende a todos universalmente, cumple con las Constituciones, horarios y reglamentos. Y huye de los que buscan un pequeño corro de simpáticos, conversadores, ligeros, que no respetan ni las Constituciones, ni los horarios, ni los reglamentos. 835
835. 5. Quienes por soberbia y sensualidad rompen objetivamente el plan de Dios, tratan de apoyar este desorden de su espíritu en una crítica interna y externa de la Legión que los lleva: a) a excusarse en su interior del cumplimiento de los votos vividos según las Constituciones de la Legión de Cristo, por no estar de acuerdo con sus criterios; b) a buscar prosélitos, mentalizándolos por medio de la más satánica confidencia, para aumentar el grupo de los que entren en conflicto con los criterios de la Legión y servirse de ellos para justificar su subjetiva perversión de conciencia. 836
836. Está atento y sé astuto. No caigas en sus redes. Cuida y defiende la pureza y perfección de tu consagración y de tu vida en continua marcha ascendente hacia la santidad hasta el día de tu muerte. 837
837. Yo pido con todas las fuerzas de mi alma a Jesucristo y a la Santísima Virgen María que, para mantener el carisma de la Legión como auxilio para su Iglesia y el mundo, le conceda Superiores prudentes, bondadosos e inflexibles; que no duden de su carisma ni se plieguen a presión alguna, venga de dentro o de fuera; que si es necesario, acepten una y mil veces la separación de algunos miembros para defender y salvar el auténtico plan de Dios. Yo, como Fundador, interpretando la voluntad de Dios Nuestro Señor, prefiero una Legión con cien hombres obedientes y santos que una Legión con cinco mil, indisciplinados y caminando cada día, más por los caminos fáciles del mundo, que por el estrecho sendero de la cruz. ¡Ojalá que los responsables del futuro jamás fallen y se mantengan firmes e inconmovibles ante las presiones de conceptos puramente del mundo. 838
838. Por ello, ora todos los días y sacrifícate para que Dios conceda a la Legión Superiores prudentes, caritativos, exigentes y santos, con gran discernimiento de espíritu. 839
839. Que Jesucristo conserve y acreciente tu generosidad y entusiasmo por consumir tu vida día tras día en un servicio abnegado para la gloria de Dios y la salvación de la humanidad. 840
840. Y como conclusión de este humilde esfuerzo por servir a todos mis hijos en la Legión y hermanos en Jesucristo, me uno en el tiempo y en la eternidad a la oración de Jesucristo, rogando por todos los legionarios: Padre, guarda en tu nombre a los que me has dado para que sean uno. Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado porque no son del mundo. No ruego que los retires del mundo sino que los guardes del mal. Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo así envíalos a ellos también al mundo. Y yo por ellos me consagro para que también se consagren ellos en la verdad. REAJO DEL ROBLE, FESTIVIDAD DE PENTECOSTES 10 de junio de 1984 P. Marcial Maciel, L.C.