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Sustentabilidad y RSE
from Revista SLTCaucho - Edición N°51
by SLTC
ESG: una agenda de oportunidades, desafíos y asociaciones
COLUMNISTAS
Anicia Pio (BR) Especialista en medioambiente.
Natacha Britschk (BR) Gerente del Departamento de Desarrollo Sostenible de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo.
En 2004, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas (ONU), en colaboración con el Banco Mundial, lanzó la publicación Who Cares Wins. Esta fue resultado de un esfuerzo conjunto de instituciones financieras invitadas por el entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan, para elaborar directrices y
recomendaciones sobre cómo integrar mejor las cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza en los mercados de capitales.
Desde entonces, el acrónimo ESG -Environmental, Social and Governance- ha ganado cada vez más protagonismo en los medios de comunicación y en diversos agentes del mercado: empresas, reguladores, casas de bolsa, inversores, gestores de activos, etc. Esto se debe a las crecientes exigencias de los distintos grupos de interés, preocupados por la generación de valor social y la preservación del medioambiente.
Reforzando este movimiento, bajo el liderazgo de la ONU, en 2006 se lanzaron los Principios de Inversión Responsable, que ya cuentan con más de 4 mil firmantes con activos que superan los 121 billones de dólares.
A mediados de 2020, las cuestiones relacionadas con el riesgo climático ganaron protagonismo como riesgo para las inversiones, debido al empeoramiento de los fenómenos meteorológicos extremos, asociados al episodio COVID-19 en particular. Cuando Larry Fink, director general de Blackrock, redactó una carta abierta a los directores generales, consolidó la necesidad de que los principios ESG se conviertan en requisitos exigibles por el sector financiero.
Siguiendo esta tendencia de los mayores bancos del mundo, durante 2021 en Brasil, la Resolución del Consejo Monetario Nacional -CMN N.º4.945, del 15/09/2021- estableció la Política de Responsabilidad Social, Ambiental y Climática (PRSAC), innovando al
incluir el riesgo climático como riesgo para las inversiones.
Debido a las consecuencias visibles de los impactos sociales y ambientales en la sostenibilidad de las
empresas, los inversores están aumentando en sus gradualmente su búsqueda de mejores rendimientos financieros a largo plazo, haciendo que estas cuestiones sean centrales en sus estrategias.
Ya sea para permitir el acceso a la financiación o para aumentar la competitividad, es importante que dichas empresas reconozcan la necesidad de
incorporar los requisitos de sostenibilidad en sus
negocios, abarcando temas como el capital humano, la transparencia, la diversidad, las relaciones con los inversores, las métricas y los indicadores para supervisar los negocios y las finanzas sostenibles; además de los aspectos medioambientales.
Esta ampliación de la responsabilidad de los agentes del mercado financiero sobre las prácticas de las organizaciones que captan fondos culminó con la inclusión de la evaluación de los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza en la composición del riesgo de las transacciones del sector y en la toma de decisiones. En resumen, las
empresas comprometidas con un mejor desempeño de sus aspectos ESG tienen un menor riesgo asociado.
En definitiva, podríamos decir que los factores ESG contemplan, entre otras medidas, los siguientes aspectos: 1) Eje ambiental: eficiencia energética, uso racional del agua, gestión de residuos sólidos, economía circular. 2) Eje social: derechos laborales, derechos humanos, diversidad, equidad de género. 3) Eje de gobernanza: ética y transparencia, política anticorrupción, independencia del Consejo de Administración. Para cada aspecto, las empresas deberán, además de poner en marcha las acciones correspondientes, establecer métricas e indicadores que puedan ser objeto de seguimiento. Y establecer sistemas de control que permitan la presentación de informes estandarizados en una amplia gama de cuestiones, que van desde los inventarios de emisiones a la atmósfera y las prácticas laborales, hasta la privacidad de los datos y la ética empresarial. Las métricas y los indicadores deben ser comunicados periódicamente.
En este contexto, el debate sobre ESG debe profundizarse más allá de una tendencia. Debe considerarse una
necesidad como criterio de acceso al capital y de supervivencia reputacional, así como una oportunidad
de competitividad y nuevos nichos de mercado. Es el momento de actuar estratégicamente para conciliar su matriz de materialidad con las principales agendas que están influyendo en la toma de decisiones de los controladores e inversores.
El sector productivo, por ejemplo, se ve directamente afectado por estos criterios. A su vez, es un actor clave en la transición hacia una economía baja en carbono. Al ser un gran consumidor de recursos naturales, requerir infraestructuras logísticas y desempeñar un importante papel en la generación de empleo e ingresos, incorporar criterios ESG en sus operaciones contribuye al desarrollo sostenible, aportando beneficios ambientales, sociales y económicos. Asimismo, genera valor compartido con la sociedad.
Este sector es en gran medida responsable de las innovaciones, tecnologías y soluciones para las transformaciones necesarias, tanto en sus procesos productivos como en los procesos de otros sectores de la economía como la salud, el transporte y el comercio. Además, incide en los debates relacionados con la energía, el agua, la alimentación y la seguridad social.
Así las cosas, para establecer un plan de acción estratégico adecuado para abordar estas cuestiones,
realizamos la encuesta Direcciones ESG en la Industria
Paulista, aplicada por la Federación de Industrias del
Estado de San Pablo en colaboración con la FIA Business School. Dicho estudio fue respondido por 192 pequeñas, medianas y grandes empresas del mencionado Estado brasileño.
A partir de los resultados, pudimos identificar que el 60 % de las grandes organizaciones han ampliado los requisitos de desempeño ESG exigidos para la aprobación y/o selección de proveedores. Sin embargo, los indicadores requeridos sólo son cumplidos con éxito por el 30 % de los proveedores, lo que pone de manifiesto el papel del compromiso y la mirada a la cadena de valor como un camino importante a construir. Actualmente, incorporar estos factores a los negocios, con total transparencia, trazabilidad, métricas y pruebas de rendimiento, es marcar la diferencia para cualquier empresa, para la sociedad y para nuestro planeta. Integrar estos factores
tiene el objetivo de crear resultados sostenibles que impulsen el crecimiento del valor de su negocio, con nuevas formas de pensar y hacer, con personas y tecnología trabajando juntos para encontrar mejores soluciones, creando un futuro transparente y más brillante para las próximas
generaciones.■