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CONTRIBUCIONES DE LA IA Y TECNOLOGÍA PARA LA EFICIENCIA ENERGÉTICA

La inteligencia Artificial (IA) está últimamente en boca de todos y nos hemos enterado de algunas de sus aplicaciones; sin embargo, aún no alcanzamos a vislumbrar siquiera la punta del iceberg. El impacto que puede tener en distintas industrias es amplio y ya existen diversos sistemas que la utilizan con múltiples propósitos.

Ante los retos climáticos, ambientales y productivos que enfrenta la humanidad, valernos de esta importante herramienta significará el siguiente gran salto en la historia, la cual, bajo cierta forma de análisis, está determinada por la evolución de los medios de producción; desde un azadón de madera, hasta máquinas que pueden pensar.

Actualmente, existen sistemas que utilizan IA, combinan los datos de controlador, los datos del campo, los datos de laboratorio y los indicadores de rendimiento clave y análisis definidos por un usuario para brindar actualizaciones en tiempo real. Ello permite reaccionar con rapidez ante los problemas, mejorar el desempeño de los activos y evitar alteraciones operativas costosas.

Por ejemplo, podemos mencionar sistemas informáticos que utilizan IA y gestionan el consumo de agua y energía en una planta de ensamblado automotriz. Solo para dar dimensión a la importancia de dichos sistemas, una compañía del sector redujo el uso de agua en más de 10 mil millones de galones desde el año 2000 y alcanzó una reducción adicional de 30% por vehículo entre 2015 y 2020.

Pese a que hablamos sobre sistemas de gestión de agua, es importante señalar que, los ahorros de este recurso y la eficiencia de las operaciones están directamente relacionados con el consumo de energía, además de la reducción de costos.

El espacio en este artículo no sería suficiente si buscamos explicar en qué consisten los procesos en los que interviene la IA en términos de algoritmos, análisis predictivos, datos o flujo de información; sin embargo, podemos resumirlo en las medidas informáticas basadas en programas, aplicaciones y análisis de datos (entre otros) que contribuyen al ahorro de energía.

Citemos un ejemplo relacionado con temas informáticos, agua y consumo de energía. ¿Sabías que los centros de datos son construcciones que contienen servidores que producen calor, requieren enfriamiento, y para ello se necesitan grandes cantidades de agua y energía, además de controles microbiológicos para evitar el crecimiento de bacterias como la Legionella?

De acuerdo con estudios recientes en Estados Unidos, los centros de datos localizados en el país norteamericano necesitaron 174 mil millones de galones de agua anuales para operar en 2020. Por ello, contar con sistemas de enfriamiento que ahorran y reciclan agua son extremadamente importantes para gestionar, de forma proactiva, los riesgos asociados con el líquido utilizado en los centros de datos a nivel mundial.

Para reducir el tiempo de reacción, las medidas a tomar o los ajustes a realizar, dichos sistemas pueden funcionar con IA y con ello ayudar a disminuir errores humanos, mejorar la seguridad; incrementar la eficiencia y, según el tipo de instalación o industria, evitar paros en las operaciones y, por tanto, pérdidas económicas.

Como se puede ver, al menos desde el área de experiencia en sistemas de ahorro de agua, las posibilidades y alcances de la Inteligencia Artificial son muchos y muy variados. Este complejo entorno que involucra instalaciones, agua, personas, protocolos, IA; programas y medidas de seguridad, combinados, brindan ahorros operativos, seguridad e información a las empresas, a los usuarios y a los sistemas que lo utilizan.

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