El PAN nunca ha entendido la cultura. “Creo en la crítica y me gusta la polémica”, asegura el director de Letras Libres en una conversación que va del Bicentenario a la necesidad de restablecer el diálogo en la familia cultural mexicana, roto después de las elecciones de 2006. Sáb, 31/07/2010 - 05:38
Fotos: Pascual Borzelli Iglesias
Las palabras de Enrique Krauze son contundentes, animadas por esa pasión crítica de la que hablaba Octavio Paz. En las oficinas de la editorial Clío, el historiador comenta los errores del gobierno federal en las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, también cuestiona los debates políticos e intelectuales en México –porque “son de escuelita”–, recuerda su amistad con Carlos Monsiváis y explica los motivos de su crítica implacable a Andrés Manuel López Obrador, quien “dividió al país en dos”. Durante el diálogo, cada pregunta recibe una respuesta amplia y categórica que es, al mismo tiempo, una oportunidad para la reflexión y la polémica. ¿Qué piensa de la manera como se han desarrollado los festejos del Bicentenario de la Independencia? El Bicentenario era, más allá de los festejos, una oportunidad de participación ciudadana y debate colectivo, una oportunidad para enriquecer la vida pública del país. Lo es todavía, aunque ya no creo que se aproveche. Hasta ahora hemos tenido chispazos positivos, como el caso de Discutamos México, un esfuerzo valioso aunque con programas desiguales y hechos de manera algo rápida e improvisada. También hemos tenido espectáculos lamentables, como el mórbido e inútil desfile de los huesos de los héroes. Entonces, hay algunas cosas que están bien, pero en términos generales ¡qué deslucido, qué triste, qué superficial se ve este festejo de la Independencia, incluso comparado con el de 1910! El énfasis del gobierno federal parece estar más en el Bicentenario que en la Revolución.