México, Distrito Federal, a 06 de julio del 2010.
A LA OPINIÓN PÚBLICA NACIONAL E INTERNACIONAL A LA CLASE TRABAJADORA AL PUEBLO DE MEXICO
El día de ayer el pueblo de México fue testigo de una muestra mas del desprecio que los poderosos tienen hacia la clase trabajadora, el fallo emitido por la Suprema Corte de Justicia es el reflejo de la subordinación del poder judicial a los designios del poder ejecutivo que responde a intereses de la oligarquía que domina la nación. Resulta indignante que después del foro organizado en el senado de la republica -donde voces reconocidas en la materia sin intereses oscuros y motivados por su prestigio y responsabilidad de defender los preceptos de la Carta Magna, determinaran la inconstitucionalidad del decreto de extinción-; la Suprema Corte de Justicia, en cuestión de horas, consumara el golpe de estado, quedando a la vista la confabulación de los tres poderes de la unión, en perjuicio de un Sindicato democrático y con visión nacionalista. En medio de un proceso electoral convulsivo, donde el partido en el poder pierde en la mayoría de los estados, el poder judicial aprovecha la oportunidad para legitimar la inconstitucionalidad del decreto de extinción de LyFC, y poner el antecedente para que el ejecutivo federal pueda extinguir cualquier organismo, sin importar las garantías individuales y colectivas de los trabajadores. En este día número 73 de la digna Huelga de Hambre del Sindicato Mexicano de Electricistas, los huelguistas refrendamos nuestro compromiso con nuestra historia y con nuestro glorioso Sindicato, manifestamos nuestra determinación de seguir adelante con esta forma de protesta, para dar una muestra de dignidad ante los poderes que solo buscan atracar a la nación y tomar una posición moral que el gobierno no tiene, como quedó demostrado con la entrega de la fibra óptica, propiedad de todos los mexicanos, a empresas privadas y finalmente la privatización de la energía eléctrica; por eso insistimos en continuar los procesos legales en aras de validar la contratación colectiva, a la que tenemos derecho y que la corte no definió, dejando de lado la responsabilidad adquirida en el momento en que atrajo el juicio de amparo, promovido por el sindicato, así como en nuestra protesta pacifica pero enérgica, para defender el patrimonio, no solo de nuestras familias, sino de todos los mexicanos y elevar un llamado a la solidaridad de toda la clase trabajadora, que hasta ahora se ha mantenido al margen de esta lucha.