El Conflicto como un sistema

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EL

CONFLICTO COMO UN SISTEMA :

Reflexiones

sobre

un

posible

abordaje

sistémico

de

la

conflictividad Por Víctor Alfredo León Gemmell Filósofo / Facilitador Resumen En el campo de la resolución / transformación de conflictos, los teóricos, practicantes o facilitadotes destacan siempre la importancia de contar con herramientas de análisis del conflicto. A la fecha se cuenta con varias, entre ellas herramientas como el Círculo del Conflicto, de Christopher Moore, la Rueda del Conflicto, de Bernard Mayer y otras que se han ido popularizando en el ambiente de las agencias u ONG que brindan capacitación en esos temas, tales como el árbol, la cebolla, el mapa de actores, etc. El supuesto que podría estar flotando ahí es el de que el conflicto es un fenómeno humano que se genera por un conjunto de factores o causas, por lo que algunos hablan de la multicausalidad del conflicto. Bonito concepto éste. Todos aceptamos que el conflicto se da por varias causas. La lista de causas puede ir creciendo y, de hecho, crece con el tiempo. Pero no nos da muchas luces al respecto. Casi cualquier cosa puede ser causal de conflicto. Corolario de este supuesto sería que para mejor entender el fenómeno del conflicto o la conflictividad, deberá procederse a su disección por partes para ir viendo, como quien dice, algo así como cuáles son las “variables determinantes” de la multicausalidad del mismo. Otros autores, como Lederach y Dougan apuntan al enfoque sistémico al plantear un esquema de

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construcción de la paz en diferentes niveles de abordaje y dimensiones de tiempo. Véase gráfica a continuación.1

Sistema

¿Cuáles son las causas de fondo de la crisis?

Subsistema

¿Cuáles son las estructuras sociales y las relaciones deseadas para la transformación del conflicto?

¿Cómo procedemos de la crisis al cambio deseado?

Relación

Problema

¿Cómo manejamos la crisis inmediata?

Crisis

Preparación

¿Cómo evitamos que se repita la crisis?

Diseño del Cambio Social

Resultado deseado: Sistema / Relación

Actualmente, el pensamiento sistémico ha venido desarrollándose en varios ámbitos o disciplinas2.

El mismo plantea una nueva forma de interpretar los fenómenos que

acontecen en todos los ordenes de la naturaleza y del universo existente y que, precisamente por ser tan abarcador u holístico, incluye, prácticamente, toda porción de nuestra realidad, tanto tangible como no tangible.

Sin embargo, la percepción y, en

consecuencia, el abordaje del conflicto, siguiendo la visión sistémica, no requiere tanto de análisis, sino, más bien de síntesis o, si se pudiera decir, de un constante peregrinar del análisis a la síntesis, un poco a la manera de la dialéctica hegeliana, un movimiento constante que, por sus patrones, nos permita ir vislumbrando cierto grado de orden dentro del mismo caos, que nos dé pistas sobre las propiedades emergentes del mismo caos que es el sistema conflicto en sí mismo.

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Y, en esa medida, poder ir configurando algunos

Paradigma anidado de Lederach y Dougan. Diagrama la visión sistémica de la construcción de la paz. Sugerir el libro del pensamiento sistémico (el verde, de introducción), el de Felipe, Senge y otros.

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arquetipos o conjunto de patrones de comportamiento que nos permitan profundizar en la compresión de algunas conflictividades… la guatemalteca, para empezar. No se insinúa acá que la visión sistémica del conflicto reemplace a la visión analítica. Se plantea, más bien, que el abordaje sistémico puede proporcionar otro tipo de visión, no tanto para analizar el conflicto sino, más bien, de que este tipo de disciplina pueda darnos mejores pautas para comprender la naturaleza sistémica del conflicto y, en consecuencia, nos ayude en la identificación de los puntos de apalancamiento más idóneos para la resolución y, o transformación del conflicto.

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Introducción Los filósofos se han limitado a describir o interpretar el conflicto, cuando lo que más se necesita es comprender su estructura sistémica, y así, poder identificar el mejor punto de apalancamiento para su transformación. “Variaciones sobre la XI Tesis de Feüerbach” -Víctor Alfredo León Gemmell

El conflicto es un sistema. Pero, ¿qué clase de sistema? Algunos autores, como Wendell Jones o Gachi Tapia, lo definen como un sistema adaptativo complejo3. Y ¿en qué nos ayuda esto a los que estamos interesados en el análisis y la transformación del conflicto? ¿Es el abordaje sistémico del conflicto un anti – análisis, en tanto que, como nuevo paradigma, rechaza la descomposición del sistema en sus partes?

¿O, será que,

simplemente, nos hace falta adquirir otro par de lentes, para reconocer la realidad sistémica que nos compenetra y nos rodea? Este breve ensayo pretende tan sólo examinar algunas consecuencias teóricas y prácticas de definir el conflicto como un sistema adaptativo complejo. Emprendemos esta tarea desde la preocupación teórica y, a la vez, desde la perspectiva del practicante 4 en materia de capacitación en análisis y transformación de conflictos y la facilitación de procesos de mediación, consenso, diálogo o deliberación. Si uno revisa algunas ideas de la Cosmovisión Maya, el I Ching, la física subatómica, el panteísmo por que sufrió la hoguera Giordano Bruno, la Cábala, los nuevos planteamientos 3

Jones, Wendell . "Complex Adaptive Systems." Beyond Intractability. Eds. Guy Burgess and Heidi Burgess. Conflict Research Consortium, University of Colorado, Boulder. Posted: October 2003 <http://www.beyondintractability.org/essay/complex_adaptive_systems/>. 4

Por “practicante” entendemos al operador de conflictos. En un sentido amplio, toda persona / institución que impulse procesos de capacitación o facilitación de procesos, incluyendo negociación y mediación de conflictos.

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en teorías de la comunicación, el Budismo y otras teorías o conjunto de creencias, de carácter holístico, se encuentra algo en común: un pensamiento sistémico. En efecto, hay autores que consideran que las fuentes del pensamiento sistémico son tan antiguas como variadas.5 El I Ching, antiquísimo libro sapiencial y oracular de la cultura china, nos proporciona una visión dialéctica acerca de fenómenos como el conflicto y la paz. La antigua cosmogonía china poseía ya la concepción holística que caracteriza las tendencias más novedosas en materia de resolución de conflictos. 6 Hocker y Wilmott, autores de la definición de conflicto que maneja Fundación Propaz, reconocen también la doble dimensión del conflicto: “In the I Ching, the ancient book of Chinese wisdom literature, “conflict” for the wise person is seen as the state in which a person should be clear-headed, inwardly strong, and ready to come to terms by meeting one’s opponent halfway. This rich understanding of the possibilities inherent in interpersonal conflict can help us understand conflict as one of the most important times of growth rather than simply a negative event to be avoided at all costs.” 7 5

En una gráfica desarrollada por el Instituto Internacional para el Estudio de Sistemas Generales (IIGSS, por sus siglas en inglés), se citan multiplicidad de fuentes, desde el I Ching (2000-1000 a.C.) y Lao Tse (c.570490 a.C.) hasta la red del Internet. Cf. Some Streams of Systemic Thought (Draft update – May 2001), actualmente parte de un proyecto de investigación del IIGSS. 6 Víctor Alfredo León Gemmell: Transformación del Conflicto en El Libro de las Mutaciones (I Ching), Guatemala, 2000, inédito. El pie de página correspondiente a dicha cita es el siguiente: John Paul Lederach propone como marco conceptual, entre otros elementos, el de “Promover una visión holística de la transformación del conflicto como una restauración que abarque la justicia, el perdón y la reconciliación”. (Preparing for Peace; Syracuse University Press, USA, 1995, p.23. La traducción es nuestra) Pierre Weil propone, por su lado, una visión holística de la paz. Cf.Pierre Weil: The Art of Living in Peace: Towards a new peace consciousness; UNESCO, Paris, 1990: “A new vision of peace, will be a holistic one, or in other words a non-fragmentary vision...a perspective which will take into account men, society and nature, or in other words, inner ecology or personal, social ecology and planetary ecology. Those three aspects are intimately related and are constantly interacting. According to this perspective, peace is at the same time an inner state of spirit, created by a personal harmony, a state of social harmony, resulting from a capacity to solve conflicts peacefully, and a harmony with nature” (p.19. Traducción aproximada: Una nueva visión de la paz sera la de la paz holística o, en otras palabras, ecología interna o personal, ecología social y ecología planetaria. Esos tres aspectos están íntimamente relacionados y en constante interacción. De acuerdo a esta perspectiva, la paz es, al mismo tiempo, un estado interno del espíritu, creado por la armonía personal, un estado de armonía social, como resultado de la capacidad de resolver conflictos de manera pacífica y una armonía con la naturaleza) 7 Joyce L.Hocker - William W.Wilmot: Interpersonal Conflict; Third Edition, Wm.C.Brown Publishers, USA, 1991, p. 4. Una traducción aproximada es la siguiente: En el I Ching, el antiguo libro de literatura sapiencial china, el “conflicto”, para la persona sabia, es visto como un estado o situación en el que la persona debe estar con mente clara, internamente fuerte y preparada para llegar a acuerdos con su oponente, para lo cual deberá recorrer la mitad del camino. Esta profunda de las posibilidades inherentes a

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Dentro de la realidad sistémica en que nos movemos, el conflicto es también un sistema o, mejor dicho, un subsistema de un sistema de conflictividad. El conflicto, como casi todo lo existente, según la perspectiva sistémica, es un todo (un sistema) inserto dentro de otro todo o sistema. En otras palabras, un holon, según algunos autores, esto es, algo que es, a la vez, parte de un todo y un todo en sí mismo. 8 ¿Tiene esta afirmación teórica algún grado de sustento? ¿Podría ser esta una nueva definición del conflicto, que amplíe el alcance de otras que ya conocemos?

Esto es, en esencia, lo que pretendemos examinar en este

artículo.

I. El conflicto como sistema Vamos por partes, aunque la expresión misma, nótese, conlleva la tradición positivista. ¿Qué no es un sistema en el universo? Respuesta: un montón, o sea, un conjunto no organizado de cosas, como por ejemplo un montón de basura regada en un estadio. O sea, somos sistemas viviendo en un mundo de sistemas. Sistemas vivientes moviéndonos entre otros sistemas y generando otros sistemas, unos más pacíficos que otros. Es ahí donde entra el conflicto como un sistema. Nos movemos entre el conflicto, la recurrencia del mismo y la necesidad de su manejo, resolución o transformación. Además, vivimos, las y los guatemaltecos, esperanzados de algún día llegar a ser una sociedad que dirima sus los conflictos interpersonales nos puede ayudar a comprender el conflicto como una de las oportunidades más importantes para el crecimiento, más que simplemente un evento negativo que deba ser evitado a toda costa. 8 Toda la realidad esta compuesta por totalidades/parte, es decir por holones, cosas (o entidades) que son simultáneamente totalidades y partes. Nada es sólo totalidad, ni nada es sólo parte. Este término fue acuñado por Arthur Koestler. Obtenido de http://es.wiktionary.org/wiki/hol%C3%B3n

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conflictos de manera “civilizada”, esto es, abordándolos desde una perspectiva dialógica, no violenta y que, a la vez, genere, como propiedad emergente, un capital social integrado por una ciudadanía participativa que logra incidir positivamente en la configuración de políticas públicas que contribuyan a la evolución del sistema social, económico y político a la vez. No intentamos analizar las distintas tendencias interpretativas del fenómeno del conflicto, o conflictología, sino, más bien, proponer un lente adicional, un enfoque más, con todo y sus herramientas, para entrarle al conflicto, en términos prácticos más que académicos. Desde la óptica sistémica parece, a primera vista, que el conflicto es, más que todo, un sistema de refuerzo, esto es, uno caracterizado, de manera gráfica, como un bucle de refuerzo, según lo plantea Philip Thomas: “Representa un sistema en el que la retroalimentación sirve para perpetuar más crecimiento (o decrecimiento). Esta dinámica es conocida como el “círculo vicioso”, donde el efecto generado por la causa refuerza la misma, así el cambio se perpetúa en la misma dirección de una forma acelerada. Cualquier situación en donde se nota crecimiento permanente (o decrecimiento permanente rápido), significa la existencia de un bucle de refuerzo.” 9

Un ejemplo típico de ello son las conversaciones difíciles, según el planteamiento de Stone, Patton y Heen, del Proyecto de Negociación de la Universidad de Harvard. 10 Estos autores definen un tipo de conversación, al que denominan del tipo ¿Qué ha pasado? (¿Quién dijo qué y quién hizo qué?, ¿Quién tiene la razón?, ¿Quién quiso decir que? y ¿A quién hay que culpar?), la cual se caracteriza por ser cierto tipo de discusión a manera de un círculo vicioso, esto es, un sistema de refuerzo del que sus participantes no podrán salir hasta que reconozcan que están ante un sistema de contribución. El conflicto, entonces, como un 9

Viendo el mundo… Douglas Stone, Bruce Patton y Sheila Heen: Difficult Conversations: How to discuss what matters most. Penguin Books, New York, USA, 2000. 10

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sistema que ha sido generado por las partes y que esas mismas partes se encargan de alimentarlo constantemente.11 Los constructores de la paz, en este caso, vendrían a ser una parte adicional a dicho sistema o, más bien, un holon que intenta insertarse en el mismo generando otra combinación de influencias o bucles, pero en este caso, como bucles o sistemas de balance o compensación. Dicho bucle puede definirse así: “Representa un sistema en el que la retroalimentación sirve para mantener una meta establecida. Una vez el sistema se dista más allá de un rango predeterminado de su meta, se genera retroalimentación que busca restaurar el sistema al estatus quo. El “efecto” generado vuelve para contradecir o minimizar la “causa” y así frenar dicho efecto.”12 Esto puede comprenderse con un lenguaje más simple. Una de las herramientas de análisis de conflictos plantea la necesidad de buscar actores, sectores o grupos que sean proclives a la paz y cuáles son los que impulsan hacia el conflicto violento. Algo así como fuerzas PRO – PAZ y fuerzas NO – PAZ. Sistemas de refuerzo intercambiándose con sistemas de compensación o balance. Ahora bien, si el conflicto es en sí mismo sistémico, ¿qué tipo de propiedades emergentes pueden brotar de él?, ¿qué significan las demoras en los conflictos?, ¿cuál es la estructura sistémica de los conflictos? Estas y otras interrogantes son las que debieran responderse si se pretende ver el conflicto como un sistema. Para algunos autores, las raíces causales (valga la redundancia, por tomarse de la expresión inglesa root causes) de los conflictos

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“La desconfianza mutua puede funcionar como un bucle de realimentación de refuerzo. Así, cuando unas personas desconfían de otras, hay más probabilidades de que haya malentendidos y, después, las personas implicadas se sentirán con derecho a tomarse la revancha. Si el bucle de refuerzo no encuentra ningún freno, puede llevar a una escalada de violencia y hostilidad mutua entre personas o incluso a guerras entre naciones” Cf. Joseph O’Connor y Ian McDermott: Introducción al Pensamiento Sistémico. Ediciones Urano, Barcelona, 1998, p. 163. Recomendamos ampliamente esta obra; es una de las mejores que existen en español y cuenta, además, con una breve historia del pensamiento sistémico al final de la misma. 12

Viendo el mundo…

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obedece a que los conflictos se caracterizan por ser sistemas cerrados,13 en contraste con todo lo humano que es, por naturaleza sistémica, un sistema abierto adaptativo. Esta última expresión, aunque no está aún incluida en la ortodoxia de la RAE 14, es interesante, ya que no connota lo mismo que adaptable. Esto último daría la idea de que es un sistema que se adapta al ambiente u a otros agentes o partes.

Es, sin embargo, adaptativo,

queriendo connotar la idea de que de un intercambio parejo con el ambiente y, o con otras partes o agentes. A veces me adapto, a veces logro que otros agentes del contexto se adapten o se logra una compleja relación intermedia entre estas dos cosas. Recuerdo que Lederach dijo en una oportunidad, durante el programa de OEA-PROPAZ, que nuestra teoría de cambio, se llamaría, si habría que ponerle un nombre, la Teoría de la adaptabilidad, queriendo decir, entre otras cosas, que el programa se adaptaba estratégicamente con los elementos dinámicos y cambiantes del contexto socio-político del país. Jones define este sistema como algo constituido de agentes que están conectados a sus vecinos y tienen cierto grado de libertad para responder a los cambios, pero deben responder dentro de un marco de normas simples.

Este tipo de estructura sistémica,

continua Jones, produce respuestas sistémicas que no son determinadas y que pueden ser altamente no – lineales. De hecho, todo sistema adaptativo complejo (SAC) se considera un sistema no-lineal. Esto significa que los efectos resultantes de alguna causa no serán proporcionales al estímulo inicial. Este aspecto es crucial para comprender la conducta de estos sistemas. Otros autores hablan de sensibilidad a las condiciones iniciales, lo que se conoce más popularmente como el efecto mariposa. 13

The root cause of human conflict is closed systems. Cf. The Root Cause of Conflict and the Ultimate Resolution of It. By Cliff Havener and Margaret Thorpe

14

Real Academia Española de la Lengua.

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Otra idea interesante, que podría asociarse a la visión sistémica del conflicto es el concepto de meme. Raúl de la Horra, en un artículo reciente 15, se pregunta, al examinar el fenómeno de la violencia en Guatemala, si existirá algo como un “gen de la violencia”: De modo que me limitaré a transmitir algunas observaciones que tal vez nos ayuden a enriquecer la comprensión que tenemos no sólo del fenómeno de la violencia, sino del comportamiento de los guatemaltecos en general. Se trata de la identificación que haré de un gen cultural o, dicho más precisamente, de un “meme”. El concepto de meme fue creado por el biólogo inglés Richard Dawkins en 1976 (El gen egoísta, Salvat 1994) para designar las unidades mínimas de información y de replicación cultural que se dan en una sociedad (un meme es una unidad de información residente en el cerebro, un patrón que puede influir en otros cerebros y que es capaz de propagarse). Y así como nuestra naturaleza biológica se constituye a partir de la información genética articulada en genes, Dawkins piensa que nuestra cultura se constituye por la información acumulada en nuestra memoria y captada generalmente por imitación (mímesis), por enseñanza o por asimilación, y articulada en los que él denomina memes (una idea, un concepto, una técnica, una habilidad, una costumbre, una manera de fabricar un utensilio, etc.). La idea de Dawkins es, pues, que los rasgos culturales también se replican a través del cerebro utilizando diferentes soportes no necesariamente biológicos, como los libros, las cintas magnéticas, los discos de ordenador, las partituras musicales, etcétera. Y de esta idea ha surgido, en los últimos veinticinco años, una nueva disciplina denominada “memética”, que se interesa por los modelos evolutivos de transferencia de información basados en el concepto de meme, y que resulta ser una primera aproximación no meramente cualitativa al proceso de la transmisión y la evolución cultural. Fascinante, ¿verdad? Pues yo propongo que este gen cultural o meme, que tiene la propiedad de condensar y aclarar en buena medida la genealogía de la violencia en nuestro país, está constituido por la contradictoria y particular relación que tenemos los guatemaltecos con la noción de “ley”. La idea de los memes ha ido evolucionando y, actualmente, éstos se asocian más con el planteamiento de Beck y otros, con la teoría de las Dinámicas en Espiral, donde los memes se ven como “sistemas de valores”, una idea que podría sentar las bases para un enfoque integral del abordaje de la conflictividad.

En su entrevista con Don Beck, Jessica

Roemischer le pide al Dr. Beck que, para empezar, explique los conceptos básicos de las Dinámicas en Espiral 16: 15

"Violencias invisibles" (Reflexiones sobre la cultura de la violencia en Guatemala). FLACSO, Revista Diálogo No. 49; Guatemala, junio de 2006. 16 Jessica Roemischer: The Never-Ending Upward Quest, en la revista What is enlightenment, Issue 22, Fall/Winter 2002.

10


D.B. El concepto de Dinámicas en Espiral es que la naturaleza humana no es fija; no nacemos predeterminados. Más bien, tenemos las capacidades, dentro de la naturaleza cerebro/mente en sí misma, de construir nuevos mundos conceptuales. Por lo tanto, lo que nosotros tratamos de describir es, simplemente, de qué manera los humanos son capaces, cuando las cosas van de mal en peor, de adaptarse a su situación a través de la creación de mayores complejidades de pensamiento para manejar nuevos problemas. W.I.E17. ¿Podría usted argumentar algo acerca de cuál pareciera ser nuestra capacidad única de desarrollar niveles más altos de pensamiento y cognición? D.B. Las Dinámicas en Espiral tienen su base en el supuesto de que poseemos inteligencias adaptativas, “inteligencias complejas, adaptativas, contextuales”, las cuales se desarrollan en respuesta a nuestras circunstancias de vida y desafíos ─lo que en las Dinámicas en Espiral denominamos Condiciones de Vida. Nuestro enfoque va dirigido a las dinámicas causales creadas por las Condiciones de Vida y luego los tipos de mecanismos para lidiar con ellas II. El reto de abordar la complejidad Gachi Tapia nos recuerda, citando a Capra, la naturaleza de los sistemas humanos complejos: “Cuanto más se estudian los principales problemas de nuestro tiempo, mas se constata que los mismos no pueden ser entendidos aislada y linealmente. Se trata de problemas sistémicos, lo que significa que están interconectados y son interdependientes”. 18

Y luego tenemos la teoría del caos. ¿No es esa una de las expresiones comunes para designar el conflicto? ¿No solemos decir que el país, está en o al borde del caos? Caos, en realidad, es más una idea de complejidad que de relajo, desorden o anarquía. Autores como Jones y otros prefieren hablar de la “ciencia de la complejidad”. Según Gachi, Kapra y muchos autores más, el caos se está interpretando más bien no como ausencia de orden, sino como “…cierto tipo de orden de características impredecibles, pero descriptibles en forma concreta y precisa. Es decir: un tipo de orden de movimiento impredecible. El fenómeno que encontramos en 17

Siglas del nombre de la revista (What is enlightenment?) Capra, F. La Trama de la Vida, Anagrama, Febrero 1998, p. 25. Citado por Tapia: Los “Procesos colaborativos” desde la perspectiva de los nuevos paradigmas científicos. 18

11


el corazón de esta teoría es que en los sistemas no lineales, pequeños cambios en las condiciones iniciales conducen a resultados impredecibles y de enorme impacto. Este es el caos del principio que suele llamarse Efecto Mariposa, descubierto por primera vez por Ed Lorenz, debido a que, en meteorología, la naturaleza no lineal de la atmósfera ha hecho afirmar a muchos científicos que es posible que el aleteo de una mariposa en determinado lugar y momento, pueda ser la causa de un terrible huracán varios meses más tarde en la otra punta del globo.”

Wendell Jones afirma, sin embargo, que a las personas de influencia “occidental” nos cuesta entender la complejidad sistémica de los conflictos complejos, recurrentes o cíclicos, a los que los angloparlantes denominan untractable, es decir, literalmente “intratables”. Según él, hay varios supuestos que intervienen en esto. Entre ellos, los siguientes: •

“Cada efecto observable tiene una causa observable.

Incluso los fenómenos más complejos pueden ser explicados a través del análisis. Esto es, que el todo puede explicarse separando y estudiando a sus partes.

Suficientes análisis de eventos pasados pueden crear la capacidad de predecir futuros eventos.”19

Ahora se comprenderá mejor lo que planteábamos en el resumen, al inicio de este artículo, acerca del apetito que solemos tener por contar con herramientas de análisis de conflictos. Sin embargo, si planteamos ahora la percepción del conflicto como un sistema, algunos podrían decir que el conflicto aún no ha sido identificado como tal. Ford, no obstante, nos recuerda que no se requiere que un sistema haya sido previamente identificado por el hombre para que éste exista como tal: “En tanto que existen muchos sistemas alrededor nuestro (ambientales, políticos, mecánicos, humanos, etc.), y siendo nosotros mismos sistemas complejos, un sistema no tiene por qué ser identificado o especificado para que éste exista. El sistema climático u otros varios eco – sistemas

19

Wendell Jones…

12


han estado operando por millones de años sin la etiqueta de “sistema”. Quedan aún muchos sistemas por ser especificados.”20

III. Algunas implicaciones del abordaje sistémico de la conflictividad. Ford nos recuerda que, desde la perspectiva sistémica, una propiedad emergente es algo que, precisamente, emerge del sistema en su conjunto y no de las partes en sí mismas. Por lo tanto, no es algo que se pueda predecir mediante el examen de las partes. Esto nos lleva a nuestra primer hipótesis: las propiedades emergentes del sistema conflicto pueden ser básicamente dos: violencia o paz, escalada o resolución / transformación. Son las dos caras de la moneda de lo que puede emerger de cualquier conflicto. El reto teórico – práctico que se plantea es en qué medida y con qué grado de eficacia se puede intervenir: Volviéndose, como hemos visto, parte de ese sistema conflicto, o bien, generando un sistema de balance o compensación que pretende incidir en la propiedad emergente “paz”. Las demoras podrían interpretarse como que los sistemas conflicto tienen sus propios tiempos, no precisamente aquellos que pudieran emanar de una “Planificación Estratégica” de intervención.

También sería prudente y aconsejable considerar este

concepto en materia de evaluación de impactos de programas / procesos / proyectos de intervención en estos ámbito. Esta sería la segunda hipótesis. En consecuencia, deberá ponerse atención a los adecuados puntos de apalancamiento y considerar las demoras en los planteamientos de evaluación de impactos en este tipo de procesos.

20

While there are systems all around us, (environmental, political, mechanical, human, etc.), and we ourselves are complex systems, a system does not have to be identified or specified to exist. The weather system or various eco-systems had been operating for millions of years without the label. There are many systems that have yet to be specified. En John Ford: “Organizational Conflict Management – What is a system”, March, 2003. Traducción libre del autor.

13


La estructura sistémica del conflicto, en términos teóricos, estaría configurada a partir de las relaciones entre las partes del sistema, más que a partir de las partes mismas. En el sistema conflicto estas relaciones estarían influenciadas por las distintas perspectivas de la complejidad del sistema conflicto que tienen las distintas partes que intervienen en el sistema conflicto. Esta sería la tercera hipótesis. No es parte del alcance de este artículo el fundamentar a fondo las hipótesis acá planteadas.

Se dejan nada más para el lector con el afán de incitar a la reflexión

sistémica.

Creo que la capacidad de distinguir entre problemas convergentes y

divergentes (Schumacher) podría ser una virtud clave del operador sistémico de conflictos. Linda Booth, en su Libro de Juegos Sistémicos21, al explicar la decodificación de un juego, una dinámica sistémica, The web of life, (La madeja o telaraña de la vida), enfatiza la importancia de distinguir entre problemas convergentes y divergentes, según lo plantea Schumacher: “E. F. Schumacher, el economista británico y autor de A Guide to the Perplexed, hace una distinción entre problemas convergentes y divergentes. Los problemas convergentes tienen una solución universalmente aceptada: “… entre más inteligencia le pongas al problema, estudiándolo a fondo, más respuestas van a converger”. Un ejemplo de un problema convergente es la necesidad de contar con un medio de transporte de dos ruedas, accionado por energía humana. Se ofrecen varias soluciones al problema, las cuales van convergiendo cada vez más, hasta que, finalmente, emerge un diseño que es “la respuesta”: una bicicleta. Y dicha “respuesta” resulta ser sorprendentemente muy estable en el tiempo. Los problemas divergentes no tienen soluciones “simples”.

Son, por naturaleza,

situaciones con interdependencias muy complejas. Entre más se estudian, por gente inteligente y muy bien reputada, se presentan más respuestas que se contradicen entre sí. Un ejemplo de estos es el o los enfoque que podamos adoptar para educar a nuestros 21

The Systems Thinking Playbook.

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hijos. Los consejos que dan tan variados como experimentados pensadores en la materia se contradicen entre sí. No hay soluciones “correctas”.22 Linda Booth nos enfatiza sobre la necesidad que tenemos de conocer la naturaleza de los problemas divergentes. Argumenta, además, que tenemos una tendencia a aplicar la metodología de resolución de problemas convergentes a los problemas divergentes. El enfoque o pensamiento sistémico nos refuerza la importancia de las relaciones y la interdependencia.

Saber observar, “leer” la naturaleza de las relaciones y la

interdependencia es una de las mejores virtudes del pensador sistémico. Este argumento, bastante generalizado entre los pensadores y practicantes sistémicos, enfatiza que el pensamiento sistémico es vital para la resolución de los problemas complejos (divergentes) del mundo actual. Linda Booth cita a Barry Richmond, fundador de High Performance Systems: Si uno acepta el argumento de que la fuerza primaria de la creciente intratabilidad (intractability) de nuestros problemas es un apretamiento (tightening) de los vínculos entre los varios subsistemas, físicos y sociales, que son los que conforman nuestra realidad, uno estaría de acuerdo en que el campo de “Dinámica de sistemas” y el pensamiento sistémico son muy promisorios como enfoques para aumentar nuestra capacidad de generar soluciones”.

El fuerte (el lado fuerte) de los pensadores

sistémicos es el reconocimiento de la interdependencia.23 Los lentes para ver el conflicto. Ver totalidades. Revisar supuestos ideológicos que nos constriñen la visión periférica o el perspectivismo suficiente (Ortega y Gasset), para ver la complejidad desde varios puntos de vista. Recordar que los eventos están insertos entre patrones de comportamiento, que éstos, a su vez, responden a una determinada estructura sistémica y que, finalmente, dicha estructura sistémica responde a determinados modelos mentales (Senge). He ahí el reto de derivar las consecuencias prácticas (praxis) de la intervención en sistemas conflicto. 22 23

Linda Booth: The Systems Thinking Playbook. Traducción libre del autor. Citado en Booth, Ídem.

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Finalmente, compartimos una corriente actual que ha ido cobrando mucho auge, que parte de la influencia de autores como Wilber, Beck y Cowen, quienes perfilan un planteamiento que, además de resaltar la importancia de considerar la perspectiva sistémica, nos invitan a reflexionar que, para un enfoque más integral de todo tipo de fenómenos, se deben considerar otros tres cuadrantes: la realidad interior, la realidad inter – subjetiva y la realidad física y biológica de los entes. Este enfoque puede implicar una interesante revisión de supuestos y hasta paradigmas que podrían coadyuvar en una mejor comprensión y, eventualmente, en un mejor desempeño del constructor de la paz u operador de conflictos. Ensayar paradigmas sin culpables, pero en el que todos contribuimos, por lo que la solución está en manos de todos.

¿Conclusiones? Las posibles aplicaciones del pensamiento sistémico al ámbito de la conflictividad no han sido aún muy exploradas. Estas ideas preliminares sólo intentan invitar a la reflexión. Una reflexión cuestionadora del paradigma positivista que nos ha marcado, aparentemente de por vida a algunos.

Una invitación a revisar supuestos que, de una u otra manera,

condicionan nuestro pensar y nuestro actuar en una profesión tan éticamente delicada como lo es la intervención en los conflictos de otros. Los conflictos sociales en Guatemala son de una complejidad sumamente intrincada. Y como dicen O’Connor y McDermott, “Cuando no comprendemos la complejidad que hemos creado, nos sentimos frustrados y nos convertimos en víctimas de lo que no comprendemos”. 24 Estos autores nos recuerdan también que “… con frecuencia el punto crucial para el efecto palanca en un sistema se 24

Joseph O’Connor y Ian McDermott, Ob.Cit P.11.

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sitúa en las convicciones de las personas que lo forman, porque el propio sistema se sustenta en las convicciones”.25 Consideramos que esta afirmación tiene grandes implicaciones para nuestro trabajo.

Los que trabajamos en procesos de capacitación,

sensibilización o facilitación de procesos en pro de la paz no estamos tan perdidos cuando hablamos de que cambios de actitudes y conductas pueden ir generando cambios mayores, que paulatinamente (recordemos las demoras) vayan causando un impacto que pueda ser eventualmente identificado como logro. El punto clave sería identificar los puntos de apalancamiento más apropiados para ello. Recordando, además, que toda solución tiene efectos secundarios.

Guatemala, agosto de 2006.

25

Ídem, p. 49

17


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