ABRIL 2021 APORTE VOLUNTARIO
A TERMINAR CON ESTE PODRIDO SISTEMA
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LA VICTORIA ELECTORAL DE PERÚ LIBRE ABRE LA POSIBILIDAD PARA LA RECONSTRUCCIÓN DE UN PARTIDO DE TRABAJADORES El panorama para las elecciones presidenciales para la segunda vuelta el próximo domingo 6 de junio ha quedado definido: Pedro Castillo y Keiko Fujimori pasarán a la segunda vuelta. El pasado domingo 11 de abril de 2021 se celebraron en Perú elecciones presidenciales, al Congreso Nacional y al Parlamento Andino. El gran ganador de la jornada electoral fue el partido de carácter socialista de izquierda Perú Libre. Su candidato presidencial, Pedro Castillo llegó primero con cerca de un 19% de los sufragios en una elección con una gran cantidad de candidatos presidenciales. Su partido también resultó la primera fuerza en el Congreso Peruano y en la elección de representantes para el Parlamento Andino, con un porcentaje similar de votación. Perú Libre tendrá 28 congresistas. Ningún analista previó el crecimiento exponencial de Pedro Castillo, el socialista y sindicalista del ala más militante del magisterio, así como la progresión de su partido. La corrupta Keiko a segunda vuelta Keiko, una mujer encausada por corrupción que merece cárcel ha pasado a la segunda vuelta para enfrentar a Pedro Castillo. Keiko Fujimori, es hija del ex dictador Alberto Fujimori, en su momento condenado por múltiples crímenes contra los Derechos Humanos, y líder del Partido Fuerza Popular que reivindica la nostalgia de la dictadura de Fujimori. Ella desde hace tiempo está bajo un proceso por corrupción que cuenta con 18 mil folios y en el cual la fiscalía ha solicitado una pena de 30 años de cárcel. La derecha fue a las elecciones dividida en varias candidaturas presidenciales. En la segunda vuelta electoral Keiko tiene muchas posibilidades de resultar exitosa si el conjunto de los diversos votos conservadores se reagrupa con un voto surgido del miedo a la reforma o la revolución social en torno a Keiko Fujimori para cerrar el paso a Pedro Castillo y al Partido Perú Libre. Sin embargo tanto el próximo gobierno como el Congreso van a ser muy débiles. El Estado desaparecido, minimizado, ausente en todas sus responsabilidades sociales fue la obra de la dictadura de Alberto Fujimori que lo privatizó todo y junto con su secuaz Vladimiro Montecinos saquearon todo cuanto pudieron. Probablemente nunca se ha notado tanto su ausencia como en medio de una pandemia que a esta fecha ha dejado 55.230 muertos, con un sistema de salud público que no puede garantizar el oxígeno a los pacientes cuyas familias no dispongan de recursos para adquirirlo por su cuenta. ¿Quiénes son Perú Libre y Pedro Castillo? La consigna central del Partido Nacional Perú Libre es “no
más pobres en un país rico”, este partido fue fundado en la región de Cajamarca, la más pobre de las zonas del Perú a pesar de ser una región de una gran riqueza minera. En su Ideario y Programa[2]reivindica “que es una organización de izquierda socialista (…) Para ser de izquierda se necesita abrazar la teoría marxista y bajo su luz interpretar todos los fenómenos que ocurren en la sociedad mundial, continental y nacional, sus causas y efectos, y a partir de ese diagnóstico plantear criterios de solución que conlleven a la satisfacción de las mayorías. Asimismo los postulados mariateguistas, son de vital importancia respecto de nuestra realidad nacional, latinoamericana e inclusive mundial.” En el mismo programa denuncian a la izquierda que vive en la permanente oposición sin proyecto de gobierno y a la izquierda que claudicó de su misión histórica y ha optado por el camino del empresariado bancario, laboral, ONGs a la que acusan de vil traición. Un objetivo político central de Perú Libre es la convocatoria de una Asamblea Constituyente para reemplazar la Constitución de 1993 que fue impuesta por el golpe de Estado de Fujimori. En su programa también proponen una participación robusta del Estado en la economía, la estatización del sectores estratégicos, incrementar el 3,5% actual del PIB destinado a la educación pública y el 5,4% del PIB que se gasta en Salud pública hasta un 10% para cada uno de ellos. En Salud plantean la creación de un sistema universal, único, gratuito y de calidad. Plantean fortalecer el sistema nacional de pensiones y eliminar gradualmente el sistema privado de pensiones. El candidato presidencial de Perú Libre Pedro Castillo surgió como líder nacional de los trabajadores desde su rol como sindicalista del gremio de profesores CONARE. El principal sindicato del Perú por número de miembros es el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP) que agrupa docentes de colegios estatales. La victoria electoral de Perú Libre que en el curso de la campaña creció y se fortaleció abre la posibilidad para la reconstrucción de un partido de trabajadores basado en organizaciones de masas con orientación genuinamente socialista en el Perú.
CRISIS DE LA SALUD Ex director del Hospital Van Buren de Valparaíso, denuncia la situación dramática del recinto hospitalario de la ciudad. De siete hospitales que existían y hoy día solo quedan tres. Para el terremoto de 1985 se derrumbó el Hospital Deformes y diversos estudios determinaron que el suelo no era apto para construir uno nuevo, además por peligros de maremotos. Lo curioso es que luego se construyó el Congreso en el mismo sitio y nunca se edificó un nuevo hospital. El actual hospital Van Buren cuenta con una superficie de 40 mil M2 y por la cantidad de camas debería tener 80 mil M2, o sea hay dos hospitales en uno. Hoy día en medio de la pandemia por COVID, el sistema de Salud integrado (público y privado) está al borde del colapso y solo subsiste gracias a la encomiable labor de los funcionarios de la salud y al sistema público de salud con que cuenta el país. Con un personal de auxiliares y Tens sujetos a contratos temporales con una precariedad laboral abismante y que sin embargo, dan todo lo que pueden dar por mantener la atención a la gran cantidad de pacientes contagiados por esta peste. Las autoridades se vanaglorian y difunden al mundo el gran logro de Chile en materia de vacunas, posicionando al país como líder en Latino américa en manejo de la pandemia y solo detrás de Israel e Inglaterra. Se felicitan por lo previsores que han sido en el manejo de la pandemia, la gran cantidad de ventiladores mecánicos conseguidos y la cantidad de camas criticas disponibles, pero, algo no calza con estas cifra grandilocuentes, porque Chile se encuentra en el lugar 31 entre 185 países en la cantidad de fallecidos por millón de habitantes. Chile hoy día tiene al 70% de su población bajo cuarentena total y la taza de contagios se mantiene por sobre los siete mil diarios sin contar los fines de semana en que bajan los test. Está claro que el manejo de la pandemia ha sido paupérrimo y financiado en
gran parte por los y las trabajadoras vía el uso de sus fondos de cesantía, el retiro de los fondos previsionales y la organización de los pobladores en ollas comunes para hacer frente a la crisis. Necesitamos un sistema de Salud
único universal para que no se desvíen recursos al sector privado. No solo durante esta pandemia, sino de manera permanente. Solo gracias al sistema público se ha logrado la gran cantidad de vacunados contra el Covid 19.
Los ingresos mensuales de los chilenos súper ricos dejan perplejo
CHILE ES UN PARAÍso de LA DESIGUALDAD El 0,01% de la población, esto es 1.900 personas con los más altos ingresos percibe $1.083.350.439 de pesos por mes en promedio por persona. El 1% de los chilenos o chilenas de altos ingresos recibe alrededor de $30.899.039 pesos en promedio por mes por persona. Son cerca de 190 mil personas. Cualquiera puede realizar y actualizar estos cálculos a partir de unos pocos datos que son públicos. En nuestro caso consideramos información de 2019 para el número de habitantes (19 millones), el Producto Interno Bruto PIB anual (286.000 millones de dólares) y el tipo de cambio al 31 de diciembre de dólares en pesos. Estos datos los cruzamos con la participación de los segmentos de más altos ingresos en el total que conocemos a partir de una estimación para el periodo 2005 – 2010 realizado por los economistas de la Universidad de Chile, Ramón López, Eugenio Figueroa B. y Pablo Gutiérrez.
Chile: una época de crisis, sin solución a la vista
En medio de una crisis política cada vez más generalizada y aguda; vemos un rápido deterioro de todas las instituciones, del gobierno y los partidos, sin distinción. La confluencia de la pandemia, una aguda crisis económica y el profundo deterioro del sistema político, nos han llevado a un periodo de grandes convulsiones sociales e inestabilidad. A más de un año del inicio de la pandemia el gobierno y la casta política han demostrado ser incapaces de ofrecer una respuesta a las necesidades urgentes de la población, ni menos a las demandas sociales planteadas en octubre del 2019. Los datos son irrebatibles. A la fecha se han perdido más de 1 millón de empleos (según cifras oficiales), 2.3 millones de personas han caído en condiciones de vulnerabilidad o pobreza (según el propio Banco Mundial) y se ha forzado a millones de trabajadores a ocupar sus ahorros en el fondo de Cesantía y de Pensiones para sobrevivir en medio de la crisis. El gobierno y sus aparatos de estado se han mostrado incapaces de dar soluciones, aplicando medidas de corte neoliberal, como la “focalización” en ayudas sociales; que han sido tardías y completamente insuficientes. El peso de la crisis ha recaído sobre los hombros de las y los trabajadores, no solo por la precarización de sus vidas, sino por la pérdida de la propia vida a raíz del covid. La tasa de mortalidad más alta en las comunas más pobres, devela una vez más, las enormes desigualdades e injusticias sobre las que se levanta esta sociedad capitalista neoliberal. Por otra parte, los recientes datos sobre las enormes ganancias de los súper ricos en Chile, entre ellos Piñera, muestra la otra vergonzosa
cara de la moneda. Un “gobierno” sin poder y una “oposición” sin alternativa Sin dudas, el gobierno cada vez pierde más poder y legitimidad, al igual que el resto de las instituciones y, por cierto, los partidos. Esto explica las enormes dificultades de la casta política y empresarial para controlar las fuerzas del estallido social y el proceso constituyente en curso. El gobierno de Piñera hubiera caído hace mucho, a no ser por la intervención de la gran mayoría de los partidos políticos al firmar el denominado “Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución” en noviembre del 2019. El calendario constituyente establecido allí por la casta, fue para frenar y encauzar las movilizaciones por la vía institucional; de manera de permitir a los partidos y sus representantes controlar el proceso de discusión y redacción de la nueva constitución. Sin embargo, el desarrollo de la crisis sanitaria y sobre todo económica, gatillará nuevas movilizaciones que cuestionaran, cada vez más, la legitimidad del proceso Constituyente y la continuidad del gobierno. En este contexto de crisis, las principales fuerzas de la supuesta “oposición” han sido parte del problema. En la práctica no ha existido una oposición real. De hecho, las pocas conquistas obtenidas bajo este gobierno se han debido a la movilización social sin precedentes iniciadas en octubre del 2019. Y esto no podía ser de otra manera. Ante el estallido social, la mayoría de la casta política firmó el pacto, a días de iniciarse un importante paro de sectores de
trabajadores que se estaban movilizando. La “oposición”, no solo temía que pudiera caer el gobierno de Piñera, sino que todo el sistema político y económico heredado de la dictadura, que ellos legitimaron como Concertación o Nueva mayoría por décadas. Ahora gran parte de la “oposición” está realizando grandes esfuerzos para lavar su imagen, usando oportunistamente ciertas demandas de la revuelta popular, mientras intenta aislar a los sectores más de izquierda y, por cierto, a los movimientos sociales que han luchado. De allí su interés de plantear la vieja idea de la “unidad contra la derecha” como la única forma de triunfar en las futuras elecciones presidenciales. Usando el viejo engaño del “mal menor”, pretenden cambiar algunas cosas secundarias, ceder ante algunas demandas sociales; para que nada importante cambie. Ante esto, es urgente que las y los trabajadores, los jóvenes y movimientos sociales avancen en su organización y vinculación a nivel local y nacional. Sera a partir de esta lucha y movimiento independiente de la clase obrera, que deberemos levantar un programa para luchar por el poder y responder a las históricas demandas del pueblo movilizado. Construir una verdadera Asamblea Constituyente desde abajo, con las transformaciones revolucionarias necesarias que solo un gobierno de los trabajadores implementará. Solo así acabaremos con este podrido sistema y avanzaremos en la construcción de una nueva sociedad y economía, basada en función de las necesidades de la mayoría y no del lucro de unos pocos.