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2. Introducción

2.-INTRODUCCIÓN

El yodo es un micronutriente esencial indispensable para la vida de muchos vertebrados, incluido el ser humano. Su importancia se debe a que, sin él, no pueden sintetizarse las dos hormonas yodadas de la tiroides, la C15H11I4NO4, tetrayodotironina o tiroxina (T4) y la C15H12I3NO4, triyotironina (T3), que contienen 4 y 3 átomos de yodo, respectivamente.

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Estas hormonas yodadas son indispensables toda la vida y dependen de un aporte adecuado de yodo, que es escaso en la corteza terrestre. El yodo del que disponen los animales, incluido el ser humano, proviene principalmente de los alimentos y el agua que toman.

Su presencia en estos elementos depende de factores geológicos estrechamente ligados a la geografía y la geología del lugar donde viven.

Los terrenos que quedaron cubiertos por grandes masas de hielo durante el último período glaciar suelen estar muy empobrecidos en yodo, ya que durante las fases de deshielo este elemento se disolvió en las aguas resultantes y terminó en los mares, la mayor fuente actual de este micronutriente.

Los cursos de agua dulce que transcurren en la actualidad por los terrenos empobrecidos también contienen poco yodo, y lo mismo ocurre con los peces y las plantas que viven en ellos. En la actualidad en el Ecuador se sigue con la producción de alimentos con bajo contenido en yodo.

La evidencia que se ha ido acumulando mundialmente, y de forma especial a partir de la segunda mitad del siglo XX, sobre la extensión y la importancia de la carencia de yodo ha sido tan abundante y convincente que en 1986 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró ante la 43a Asamblea Mundial que “la deficiencia de yodo es mundial y después de la inanición extrema, la causa nutricional más frecuente de retraso mental prevenible”.

Se estima entonces que unos 1.600 billones de habitantes viven en riesgo de padecer, en mayor o menor grado, las consecuencias mentales y neurológicas de esta deficiencia nutricional, mucho más importantes que la del bocio.

Hay que cambiar el anterior enfoque que resaltaba la relación entre la deficiencia de yodo y el bocio endémico, tiene que sustituirse por la relación entre yodo y cerebro.

Como consecuencia de la extensión mundial del problema y la importancia de sus efectos perniciosos en el desarrollo mental, se ha incluido entre los Derechos de la Infancia, derechos humanos básicos(85), la ingestión de las cantidades de yodo que necesitamos para un buen estado de salud. A partir de 1990 se puede proclamar que:

1. “Todo niño tiene derecho a un aporte adecuado de yodo para asegurar su desarrollo normal”. De especial importancia es el derecho del hijo que aún no ha nacido, por lo que:

2. “Toda madre tiene el derecho a una ingestión adecuada de yodo durante el embarazo, para asegurar que sus hijos alcancen un desarrollo mental óptimo”. 3. “En relación al cociente intelectual (IQ) de un país, la respuesta está en la sal”.

El yodo es uno de los elementos más versátiles, reflejado por una serie de funciones asociadas con su estructura atómica, incluyéndose un núcleo pesado y un largo sistema electrónico orbital.

El yodo (I) y el selenio (Se) son micronutrientes importantes para la salud humana y animal. Juegan roles vitales en la síntesis hormonal tiroidea y en su función. Tanto la deficiencia como el exceso de yodo tienen consecuencias adversas en la salud. La deficiencia de yodo produce una serie de alteraciones que en conjunto se conoce como defectos por deficiencia de yodo (DDY). La deficiencia severa de yodo determina la presencia de bocio, cretinismo y retardo mental de la población. La deficiencia menos severa puede impedir la fertilidad, el desarrollo cerebral y alteraciones motoras e incremento de muertes embrionarias y posnatal.

La deficiencia de selenio produce defectos importantes de la salud, como cardiopatías y artritis. El selenio es esencial para el funcionamiento normal de la tiroides y la síntesis hormonal. El selenio protege a la tiroides del daño que pueda causar una exposición excesiva de yodo.

Otros elementos nutricionales también son cruciales para la función tiroidea, como el hierro y la importancia potencial de la vitamina D. Un estudio sobre la vitamina D (conocida como la vitamina del sol), en la ciudad de Quito, dirigido por Sempértegui F. (investigación aceptada para su publicación en la revista Public Health Nutrition); diseñado para la medición de micronutrientes en el suero sanguíneo: vitamina A y Zinc, realizado en 2.400 niñas y niños de 6 a 36 meses de edad de cinco barrios del noroccidente de Quito, en relación con indicadores de insuficiencia de estos elementos.

El trabajo se enfocó, además, en determinar la concentración de la vitamina D, que se sintetiza en la piel por acción de los rayos ultravioletas y de la hormona paratiroidea.

Los resultados de la investigación, indican que el 65% de los niños tenía bajo peso y el 62.2% de los niños presentó retraso de talla.

La concentración global de vitamina D3 fue de 58 nmoles/l y el análisis de sensibilidad realizado en el estudio demostró que la mejor correlación en niños con retraso de talla fue de 42.5 nmoles/l, que quiere decir que los niños con concentraciones de vitamina D3 por debajo del punto de corte, tenían deficiencia de dicho elemento.

A la luz de este estudio, el 18.6% de los niños tiene deficiencia de vitamina D cuando el punto de corte es de 42.5 nmoles/l.

Cuando se utiliza otro punto de corte, menos de 50 nmoles/l, establecido por la Asociación Nacional Americana de Endocrinología como deficiencia de vitamina D, un corte más exigente que el de la investigación, pero no muy diferente. Si se aplicara el segundo punto de corte, el 35% de los niños tendría deficiencia de vitamina D y el 46% de los niños, puede considerarse insuficiente en vitamina D. Estos datos son de impacto, ya que, en Quito con toda la luz solar durante todo el día, niños y adolescentes en fase de pleno crecimiento, sufren de deficiencia de vitamina D.

Los médicos clínicos deberían evaluar el estado del hierro y vitamina D y corregir cualquier deficiencia. Por otro lado, una adecuada ingesta de selenio es vital en áreas de deficiencia o exceso de yodo, se sugiere una suficiente ingesta de selenio mediante un suplemento de 50 a 100 ug/día.

El contenido de yodo, en las plantas que crecen en suelos pobres en yodo, se halla en niveles tan bajos como 110ug/Kg, en comparación a 1 mg/Kg en plantas que crecen en suelos con suficiente yodo.

Una muestra del contenido de yodo en el suelo se encuentra en relación con la cantidad de yodo que se halla presente en el agua de bebida de las comunidades. Se halla por debajo de 2 microgramos por litro en Nepal y en áreas de deficiencia severa de yodo en la India (0.10.12ug/litro), en comparación con 9.0ug/litro en la ciudad de Nueva Delhi, que es solamente mediana en déficit de yodo. La función tiroidea es dependiente de la cantidad de yodo disponible.

La captación del yodo es un paso esencial en la síntesis hormonal tiroidea. Este transporte es mediado por Simpoter Na+/I- (NIS). Antes de la identificación del NIS, el proceso de transporte había sido caracterizado por ser dependiente de la energía, temperatura, sodio y sobre todo de la TSH.

Figura 1.- Paisaje de Aloguincho, zona montañosa de los Andes ecuatorianos.

En la naturaleza existe el ciclo del yodo. La mayor cantidad se halla en los océanos.

Estuvo presente durante la existencia primordial de la Tierra, pero grandes cantidades fueron arrastradas hacia los mares, por las glaciaciones, nieve y lluvia, el viento, ríos e inundaciones.

El yodo se encuentra en las capas profundas del suelo, igualmente en los yacimientos petroleros y de gas natural. El agua de estos yacimientos es la mayor fuente de yodo. En general, las superficies más antiguas y suelos expuestos, son los que han sufrido el mayor efecto de arrastre del yodo.

Los más expuestos se han encontrado en las zonas montañosas del mundo, como los Himalayas, los Andes, los Alpes europeos y las grandes montañas de China. La deficiencia de yodo ocurre en las regiones elevadas sujetas a la glaciación, lluvias intensas y recorrido hacia los ríos. Sin embargo, se halla en los valles que sufren inundaciones de los ríos, como el Ganges en la India.

El yodo se encuentra en el suelo y en el mar como yoduro. Los iones de yoduro son oxidados por la luz solar a yodo, que es volátil, de modo que cada año unas 400.000 toneladas de yodo salen de la superficie del mar. La concentración del yodo en el agua marina es de 50ug por litro; en el aire es aproximadamente 0.7ug por metro cúbico.

El yodo de la atmósfera se precipita a la tierra a través de la lluvia en concentraciones que van de 1.8-8.5ug/litro.

Así se completa el ciclo. Sin embargo, el retorno del yodo es lento y en pequeñas cantidades, en comparación con las pérdidas originales, y las repetidas inundaciones; lo que determina que la deficiencia de yodo se mantenga constantemente. No hay una corrección natural y la deficiencia de yodo persiste en los suelos indefinidamente. Los cultivos que crecen en estos suelos son deficientes de yodo, con resultados negativos en humanos y animales que dependen de los alimentos que se obtienen de estos suelos.

La yodización de la sal es el método empleado, en forma más común, para el enriquecimiento de los alimentos con yodo, sin embargo, los desórdenes por deficiencia de yodo son todavía un serio problema de salud, que afectan a la calidad de la vida humana de más de 1.6 billones. El yodo es necesario para la síntesis de las hormonas tiroideas, las que regulan el metabolismo, crecimiento celular, proliferación, apoptosis y se ha reportado que la deficiencia se halla relacionada con el cáncer.

La historia del yodo en la prevención del bocio y del cretinismo ha transcurrido por una vía tortuosa: tomó más de cien años, desde el descubrimiento de este elemento, para que Suiza y EE. UU. de Norteamérica se convirtieran en los primeros países en introducir los programas de yodización de la sal(72,75) .

Figura 2.- Hipotiroidismo congénito -cretino- de Quiroga-Imbabura

El yodo y sus derivados son indispensables en un amplio rango para la nutrición, la farmacopea y la industria.

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