Entrevistas: Seminario TIC, agricultura y cambio climático

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N E W S L E T T E R

E S P E C I A L

Septiembre 2012

Seminario

Agricultura y cambio climático: nuevas tecnologías en la mitigación y adaptación de la agricultura al cambio climático

Alianza para la sociedad de la información e n A m é r i c a L a t i n a y e l C a r i b e · Fa s e 2

inclusión

innovación

desarrollo

Programa financiado por la Unión Europea

Paulo Roberto Martins, coordinador de la Red Brasileña de Investigación en Nanotecnología, Sociedad y Medio Ambiente:

“Tenemos el desafío de producir conocimiento” El investigador, uno de los oradores del seminario Agricultura y cambio climático: nuevas tecnologías en la mitigación y adaptación de la agricultura al cambio climático, explica las mejoras que la nanotecnología aplicada puede provocar en el trabajo de producción agrícola y detalla el desafío de crear más conocimiento en el área.

¿De qué manera la nanotecnología puede aplicarse en la agricultura? La nanotecnología tiene muchas aplicaciones, en especial en la agricultura. Una de ellas puede ser la “agricultura inteligente”, que es la posibilidad de tener muchos sensores, nanosensores, para captar una serie de elementos que son importantes en el universo de la producción agrícola. Esos sensores pueden alertar, por ejemplo, de que está faltando agua. Hay sensores que pueden captar la presencia de plagas. Esa es una posibilidad, sensores que puedan volver a la agricultura más controlada en el ámbito de la producción. Otra posibilidad es que la agricultura utilice máquinas: tractores, máquinas que hagan las cosechas, y eso causa un problema serio, la compactación de suelo por el uso de máquinas. Entonces con la nanotecnología podemos producir máquinas más livianas, que puedan compactar menos los suelos, por lo tanto, traería menos problemas para la agricultura. Otra aplicación es en la semilla. El proceso en que las semillas que son modificadas con diferentes genes también se da en tamaño nano. Y también podemos pensar en los insumos, por ejemplo pesticidas. Ya hemos fabricado pesticidas que son colocados en nanocápsulas, que se colocan en las plantas y las nanocápsulas se expanden en diferentes tiempos. Entonces la planta va a poder absorber mejor los pesticidas en esas nanocápsulas. Esto es algo dentro de la hacienda que hace la producción. Asimismo podemos pensar en procesos que se hagan afuera, en procesos de transformación, etiquetado, embalaje o empaquetamiento de los alimentos. ¿Qué desafíos tiene la nanotecnología dentro de la agricultura? Los desafíos son muchos. Primero tenemos el desafío de producir el conocimiento de que las nanopartículas presentes en los insumos (por ejemplo, en los pesticidas, en los paquetes, en las etiquetas, etc.) no vayan dentro de los alimentos que consume el cuerpo humano. Tenemos que producir conocimiento que no tenemos. El otro desafío es en el ámbito de la toxicología. Un alimento que contiene nanopartículas, ¿en qué situación es nanotoxicológicamente indicado para no consumo? Tenemos que producir, sobre todo, conocimiento. Hoy ya tenemos tipos de productos que comemos y que tienen cosas nanotecnológicas, y no sabemos qué pasa. Los desafíos son muchos y tenemos que poner recursos para hacer conocimiento en ese campo. ¿Tiene que haber un debate público respecto de esta tecnología? Sí. Es importante porque una de las industrias no transparentes es la de alimentos. Y todo lo relativo a los alimentos tiene que ser público. No es posible que una industria haga una cosa con procesos nanotecnológicos, no le diga a nadie, saque el producto, la población lo coma sin saber, y ¿qué pasa después? Por lo tanto todo eso tiene que ser público, porque hay un impacto directo de los alimentos, es un impacto público.


Adrián Rodríguez, CEPAL:

“Queremos que las necesidades del sector agropecuario se reflejen en las iniciativas nacionales de agenda digital” Tras la realización del tercer seminario Agricultura y cambio climático: nuevas tecnologías en la mitigación y adaptación de la agricultura al cambio climático, que tuvo lugar en la CEPAL los días 27 y 28 de septiembre, el jefe de la Unidad de Desarrollo Agrícola de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial entrega una visión general de cómo las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC) pueden aportar al sector agropecuario. ¿Cuáles son los mayores aportes que las TIC pueden entregar a la agricultura y al escenario del cambio climático? Las TIC pueden hacer aportes en diversos ámbitos: por ejemplo, pueden reducir costos de transacción de la actividad agropecuaria mediante la provisión de mejor información de mercado y de la posibilidad de incrementar la comunicación entre los agricultores. También dan la posibilidad de que los agricultores puedan tener alternativas de información sobre precios en diferentes mercados antes de tomar una decisión sobre venta. Asimismo, pueden aumentar la productividad y disminuir pérdidas, por ejemplo, mediante el monitoreo de plagas y enfermedades. Específicamente en el tema del cambio climático aportan al monitoreo ambiental en general, y a la posibilidad de controlar las variables que tienen que ver con el clima y la relación entresuelo, agua y crecimiento de las plantas. Y ahora hay un gran potencial con otras dos grandes tendencias, el big data y el open data, porque mucha de la información relevante para estos temas es información meteorológica que se puede obtener a partir de estaciones climatológicas en tiempo real, lo que puede permitir un control muchísimo más detallado. De hecho, muchos de esos sistemas ya operan con protocolos abiertos para que los agricultores puedan hacer uso de la información. ¿Cómo ve el estado del uso de TIC en agricultura en la región? La agricultura de la región se caracteriza por ser muy heterogénea, y eso se refleja en el tipo de aplicación de las TIC, aunque hay otros factores que son relevantes aparte de esa heterogeneidad. Posiblemente el factor más relevante es el acceso a Internet, que en las zonas rurales de muchos países es bastante limitado, lo que restringe mucho la aplicación de tecnologías que tienen más desarrollo en Internet. Ahora, hay países que están bastante adelantados, como es el caso del Brasil con la EMPBRAPA, tanto en el desarrollo de sistemas de monitoreo y de entrega de información a los agricultores, como en desarrollo del sector software dentro de la agricultura para aplicaciones específicas. También está la Argentina, que es un país que está a la vanguardia en temas como agricultura de precisión, y Chile en temas tanto de agricultura de precisión como en riego de precisión. Y hay países más pequeños como el Uruguay y Costa Rica que están tratando de avanzar en una mayor aplicación de las TIC. En el caso del Uruguay, tienen uno de los sistemas de trazabilidad más avanzados no sólo en la región, sino en el mundo, ya que al ser un país ganadero para ellos es muy importante cuidar la competitividad de su carne en los mercados internacionales. Y en el caso de Costa Rica, es más reciente el interés del gobierno de promover un diálogo con el sector privado, sobre todo con el sector productor de software. Se ha desarrollado una mesa con la Cámara Costarricense de TIC, que aglutina fundamentalmente a productores de software del país, y la idea allí es potenciar el aporte de ese sector en función de las demandas de los productores. ¿Cuáles son los aportes que está haciendo la CEPAL? Fundamentalmente, promover el apoyo a procesos de diálogo político y de diálogo público-privado, con el objetivo de potenciar la incorporación de las TIC en la agenda de políticas del sector agropecuario, y que las necesidades del sector agropecuario y rural se reflejen en las políticas e iniciativas nacionales de agenda digital, pues el sector agrícola es a menudo uno de los últimos sectores que entra en los procesos de articulación de agendas digitales nacionales. También promovemos la coordinación interinstitucional de los ministerios de agricultura con entidades que tienen que ver con las políticas de TIC en un nivel superior; por ejemplo, lo estamos apoyando ahora en el Ecuador, con un seminario que se desarrollará el 26 y 27 de noviembre, y en Bolivia, con otro seminario el 11 y 12 de diciembre. En ambos casos ha habido posibilidad de llevar a la mesa tanto a actores del ámbito agrícola y rural como del ámbito de telecomunicaciones. También promovemos el intercambio de experiencias, lecciones aprendidas y movilizar capacidades con un enfoque de cooperación Sur-Sur.


Otto Rivera Valle, CAMTIC:

“Las tecnologías digitales son un facilitador del conocimiento, de la administración, del desarrollo y del crecimiento de los actores agrícolas” El Director Ejecutivo de la Cámara de Tecnologías de Información y Comunicación de Costa Rica explica cómo las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC) pueden ayudar a la agricultura y adelanta cómo puede evolucionar el servicio Agromensajes, que transmite información de precios de productos agrícolas vía SMS. Usted en su presentación dijo que más que hablar de tecnologías de la información hay que hablar de tecnologías digitales. Cuando hablamos de tecnologías de la información y de las comunicaciones como tales estamos hablando solamente de los componentes propios, es decir, las partes de desarrollo de propiedad intelectual, desarrollo de código, desarrollo de componentes, todo lo que conocemos como hardware, y los servicios directos de las tecnologías. También están también los temas de servicios habilitados, como call centers, contact centers… Esos son propiamente TIC, y la convergencia de estos con las telecomunicaciones. Cuando nosotros hablamos de tecnologías digitales el concepto se amplía. ¿Por qué? Porque implica temas de educación y de asimilación de la población al uso de las tecnologías, y la incorporación de las TIC en su quehacer, en su vida, y, por supuesto, dentro de las empresas. ¿Cómo aportan estas tecnologías a la agricultura? Cada vez más las TIC se han incorporado en el desarrollo de la agricultura. Ahora podemos usar los datos de información, la transmisión de información al campesino, usar las tecnologías de información para la productividad. Pero si hacemos eso, el campesino debe entenderlas, debe tener la educación para usarlas, y además las tecnologías digitales deben permitir una comunicación adecuada con todas las personas. Aquí vemos que las tecnologías digitales se convierten en un facilitador del conocimiento, de la administración, del desarrollo y del crecimiento de los actores agrícolas. Si empezamos a incorporar y a combinar agricultura con tecnologías digitales, vamos a verlas como un sector de transversalidad, de crecimiento o de fertilización de la agricultura, y vamos a poder buscar temas de eficiencia, acceso a información adecuada, acceso a comunicación. También podemos utilizar las tecnologías digitales para adecuar los precios de los productos y mejorar la eficiencia en la reserva, en la conservación y en la salida de productos. Además, se pueden ver temas de riego, controlar nuestros riegos de acuerdo con el cambio climático, por ejemplo. Por eso es necesario que la incorporación completa de las tecnologías digitales y el conocimiento, el acervo cultural, lleguen a los sectores agroalimentarios para desarrollar, producir mejor, y ser más eficientes. ¿Quiénes deberían impulsar esta incorporación? Esto es una responsabilidad de todos. Por supuesto, desde el punto de vista político, debe haber una claridad en la afinación de políticas y en la rectoría para la toma de decisiones. Los sectores productivos debemos empezar a incorporar la agrotecnología en nuestros usos, en nuestras prácticas y en las exigencias que podamos tener para el gobierno. La academia está introduciendo los temas de conocimiento, y el mismo productor genera investigación no solo básica, sino también aplicada, es decir, lo que va produciendo con su práctica normal. Todo esto debe estar combinado. Evidentemente, esto va a implicar la mejora de productos, acelerar proyectos de innovación, va a generar proyectos de educación, generación de políticas, acervos de información y de transparencia, de cultura y de servicios, y esto nos va a ayudar a tener un crecimiento en una sociedad que está basada fundamentalmente en información. Usted habló del proyecto Agromensajes. ¿Hay algún proyecto similar en desarrollo? La idea de Agromensajes solamente fue el inicio, pero el sector agropecuario quiere que este mismo sistema se utilice para brindar otra información importante para relacionarla ya no solamente con precios, sino con producción. Hay otras materias muy relacionadas con ahorro de energía, administración de empresas agrícolas, con plantas, con manejo de diferentes informaciones para poder mejorar la producción. Va a depender mucho del crecimiento, sobre todo ahora que mucho del crecimiento en tecnologías se está dando en los aparatos móviles, y que cada vez más la programación se convierte en algo más democrático, las personas cada vez más están tratando de hacer sus propias aplicaciones para satisfacer sus necesidades.


Eduardo Delgado Assad, investigador de EMBRAPA, Brasil:

“Reducir nuestras emisiones en 38% es un compromiso que hacemos con el resto del mundo” Uno de los oradores del seminario expone algunas consecuencias que el cambio climático ha causado en la producción agrícola brasileña y detalla el plan para revertir sus efectos, el que involucra a gran parte del Gobierno del Brasil. ¿Qué tan severas han sido las consecuencias del cambio climático en el Brasil? Desde 2006 estamos haciendo estudios de vulnerabilidad. No hay una respuesta lineal para todos los cultivos. Por ejemplo, para la soya, el maíz y los frijoles tenemos una posible dificultad de cultivo y reducción de áreas de bajo riesgo. Por otro lado, para la caña de azúcar y para la mandioca hay una expansión de área, porque la limitación es la temperatura más fría del sur del país. ¿Qué medidas se están tomando para hacer frente a este cambio climático? Muchas medidas. Primero, las medidas de mitigación no son individuales o de pequeños grupos. A nivel de gobierno son acciones institucionales que vienen de la Presidencia de la República y que abarcan unos diecisiete ministerios. Cada ministerio, entonces, es responsable de establecer un plan de acción dentro de su área para reducir la emisión de gases de efecto invernadero. También está el Ministerio del Medio Ambiente que cuida la reducción de la deforestación de la Amazonia y de la sabana brasileña. El Ministerio de Agricultura es responsable de la agricultura con baja emisión de carbono, con más o menos 25 millones de hectáreas que son objeto de financiamiento oficial en estas regiones hasta 2020. El Ministerio de Energía es responsable de la reducción de emisiones de las fuentes de energía y de la minería. Y finalmente, uno que tiene un peso muy grande, el Ministerio de Transportes, finalizó este año el plan nacional para la reducción de emisiones y poco a poco está estableciendo en el país un programa para reemplazar los vehículos a diesel por otros que usen biocombustibles, aumentar la concentración de biocombustibles no diesel y optimizar el etanol como una opción para la reducción de emisiones. Estos planes ¿tienen una meta en común, o cada plan tiene sus propios plazos? Todos los planes fueron creados después de la cumbre de cambio climático de 2009 de Copenhague, cuando Brasil dijo que reduciría en 36% a 38% sus emisiones. Y eso significa algo en torno a 1,2 billones de toneladas de CO2 sin comprometer el crecimiento. Entonces hay que mejorar la eficiencia. El plazo es hasta 2020, reducir nuestras emisiones en 38% es un compromiso que hacemos con el resto del mundo. ¿Qué resultados han obtenido? Desde que comenzamos ha habido muy poco, porque en dos años es muy difícil identificar si hubo o no reducción. Pero en el tema de reforestación los resultados son fantásticos. En la reducción de la deforestación de la Amazonia pasamos de 25.000 km2 a 7.000 km2. Este año, 2012, ya llevamos menos de 7.000 km2. Segundo, ya cumplimos 70% de la meta de reducción de deforestación establecida en Copenhague. En agricultura, estamos recabando las cifras. Como el carbono y el suelo no cambian muy rápido, cuando finalicemos los trabajos que se hicieron ahora podremos decir que el carbono que tenemos hoy es el mismo de 2010. Entonces en 2015 vamos a repetir las medidas y en 2020 también, para saber si efectivamente conseguimos reducir estas emisiones.


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