Relato Personal Intergrupos Bueno yo hablaré sobre mi experiencia en mi primer campamento intergrupos en los scouts, yo empecé a asistir a la asociación el día 30 de marzo del 2012, jamás había asistido a un campamento así, era de los primeros campamentos estatales a los que iba ya siendo scout, días antes nos habíamos estado preparando para ese campamento y en la convocatoria nos pedían realizar un menú, un plano del campamento que íbamos a construir y con conejo de campo. Llevábamos casi dos semanas planeando lo que haríamos y como lo haríamos, cuando se llegó ese día salimos temprano en un camión directo a una hacienda en Jerez, cuando llegamos lo primero que hice fue buscar a los amigos que ya conocía, era muy padre volver a verlos después de mucho, después nos designaron nuestro lugar de acampado y comenzamos a construir, fue otra de las noches que amanecí construyendo, pero sinceramente son momentos que repetiría mil veces más, platicar con amigos vecinos del campamento, desvelarte contando historias de miedo, cenando sopa nizzy echa en fogata y un café calientito en donde a veces se colaban algunas basuritas de los árboles, son pequeños placeres que nos da la vida. Como nos habían encargado un conejo nos la pasamos todo el día cuidándolo, era un conejito chiquito de color negro, o sea que nos equivocamos de conejo, tenía que ser uno grande de campo y nos encariñamos mucho con él, pero dio la casualidad que no podíamos dejarlo en su cajita porque se nos escapaba, así que parecía un bebé porque todos nuestros vecinos se la pasaron cuidándolo en los brazos, cuando por fin nos fuimos a dormir a las 4 am guardamos al conejito en su caja y le pusimos un zapato encima para que no se saliera. Unas horas después cuando empezó a amanecer y nos dieron el toque de diana, empezamos a despertar y vimos que paso frente a nosotras algo negro y pues al mismo tiempo
reaccionamos de que era el conejo y salimos rápido de nuestros sleeping, cuando lo atrapamos y revisamos su cajita tenía un oyo abajo donde había estado el conejo royéndolo toda la noche y bueno, las actividades siguieron como siempre, hubo reallys y distintos juegos y concursos, uno de ellos fue el de cocina, ¡¡¡¡para eso era el conejo!!!! Tenía que ir una persona de nuestro campamento a un curso en donde aprenderían a matarlos, pero creo que yo no soy tan valiente como para hacer, lo bueno fue que a nuestro conejito lo descalificaron porque era muy pequeño y era de veterinaria, así que no podríamos cocinarlo ni comérnoslo, después de que nuestro conejo sobrevivió la masacre lo convertimos en la mascota de nuestro campamento. Pero sinceramente, mi actividad favorita fue la de la última noche, siempre se hace una fogata y cantamos y bailamos un rato, después de ahí nos ponen un juego, en este caso fue uno llamado asecho, es como jugar a las escondidas entre los matorrales sin luz, podíamos estar solos o tener un equipo, sin embargo para andar solo casi nadie, daba miedo en la noche, no teníamos lámparas y la fogata no alcanzaba a alumbrar todo alrededor, así que tendríamos que acostumbrarnos a ver solo con la luz de la luna, después nos dijeron que quienes iban a buscarnos para atraparnos iban a ser los muchachos más grandes, en ese tiempo yo tenía 15 años y los más grandes eran de 19 a 22 años, así que eran chavos enormes, lo que me inspiró más a tratar que no me encontraran, salimos en un equipo de 4 personas, y tratábamos de encontrar un lugar en el que no nos pudieran ver, ya que cuando te encontraban era amarrarte, cargarte y llevarte a lado de la fogata
hasta que terminara el juego podrían desatarnos; vimos muchas veces cuando pasaban a lado de nosotros y corrían atrás de algún niño y se lo llevaban, era
sentir muchísimos nervios, aunque era padre, cuando empezó a oscurecer más vimos algo muy bonito, era como una lluvia de estrellas fugaces y como estábamos en pleno campo se podía ver muy claro, fue lo que más me gustó. Cuando regresamos a nuestros campamentos iban amigos a invitarnos a cenar al suyo y total se hacía una convivencia muy padre, recuerdo que esa vez cenamos discada, cuando terminó el campamento me despedí de los nuevos amigos que había, y sinceramente me fui con experiencias muy padres, que sería maravilloso poder volver a repetirlo.