Programas y sistemas de entrenamiento auditivo online

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Programas y sistemas de entrenamiento auditivo online: ventajas y desventajas Sofía Martínez Villar entrenamiento# auditivo# online# ear# training# Las inquietudes que motivaron esta investigación surgieron a partir de una cuestión que un grupo de profesores me realizaron en Finlandia en octubre de 2009 en la última ponencia del II seminario del ICON (Innovative Conservatorie) al que fui invitada a participar a través de la ESMUC. La pregunta fue aparentemente sencilla “¿Qué opinas de los programas y los sistemas online de entrenamiento auditivo, pueden llegar a sustituir al profesor?” La respuesta fue demasiado simple para cómo me gusta atender las cuestiones que se me plantean sobre el apasionante campo del entrenamiento auditivo: “Los que conozco como Ear Master, Teoria.com, Bigear/ossman o Goodear, me parece que son útiles en algunos aspectos pero creo que no podrían competir con un profesor, sobre todo en temas de planteamiento del ejercicio y evaluación” Las cuatro horas del vuelo de vuelta Helsinki-Barcelona me las había planteado en compañía del libro de Robin Maconie La música como concepto. Comencé a leer el primer capítulo y no pude pasar de la página 19, por un lado no podía dejar de dar vueltas a la pregunta que me acababan de hacer mis colegas y por otro el contenido inicial del libro me hacía pensar en la necesidad de conocer mejor las nuevas propuestas de entrenamiento auditivo online. Uno de los párrafos de Maconei me dio la clave: (…) la música es un campo de la expresión humana que ha demostrado ser refractario a los análisis realizados desde una teoría convencional. Es un proceso de información que opera simultáneamente sobre múltiples niveles generando una serie de respuestas que van de lo más básico y físico a lo más inaprensible y abstracto. Desde una perspectiva panorámica, podríamos contemplar la música como una realidad que actúa en el mismo ámbito auditivo que el habla, es procesada por los mismos mecanismos sensoriales, tiene la capacidad de suscitar una respuesta predecible y puede ser examinada de forma escrita. Desde ese punto de vista, la música es, por tanto, similar al lenguaje. Pero hay otras perspectivas. La música va más allá del lenguaje. Comunica superando fronteras nacionales y culturales. Además como las impresiones musicales se manifiestan mediante gestos físicos e inflexiones tonales, son capaces de comunicar de la misma manera que el lenguaje corporal, aunque están sometidas a interpretación y análisis en lo que respecta a su expresión escrita. Me pareció que el concepto de música como medio de comunicación y las similitudes y diferencias con el lenguaje que proponía Maconie en su libro, junto con la respuesta incompleta que había dado a mis colegas eran un buen punto de partida para plantear seriamente una investigación sobre las ventajas y desventajas de los programas de entrenamiento auditivo online y/o software que ofrecen la posibilidad de un autoentrenamiento auditivo no supervisado por un profesor1. Entre noviembre de 2009 y diciembre de 2012 realicé un estudió que trató de responder a cuatro inquietudes: ¿Para qué y por qué se han creado estos materiales? ¿Cómo se han diseñado? ¿En qué aspectos son más o menos competentes? ¿Realmente pueden sustituir a un profesor? Para ello no solo se han catalogado y revisado los programas cliente y web actualmente en el mercado, realizando cada uno de los ejercicios que proponen, sino que con la inestimable ayuda 1

El lenguaje informático es muy variado a la hora de definir los diferentes tipos de programas y muchas veces se utiliza la misma palabra para referirse tanto a los que se instalan en el ordenador como a los que se usan de forma online (programa, software, sistema, herramienta, aplicación…) De forma general se definen como “programa-cliente” los que se instalan y “programa-web” los que no se instalan según Sonsoles Benito (ingeniero informático de SBD). Para evitar el calificativo en este artículo se llamará: sistemas a los que se utilizan de forma online y programas a los que se instalan.


de 132 alumnos de Percepción Auditiva General y Específica de los cursos 2009-2010 y 20102011 de la ESMUC, así como con los 14 alumnos del posgrado en dirección coral de la Universidad Blanquerna-Conservatorio del Bruc se han podido probar en diferentes situaciones y tipos de oído musical para tratar de argumentar objetivamente los resultados que se presentan aquí hoy. También se han comparado los contenidos y resultados de estos sistemas con los de las clases presenciales de Percepción auditiva de los citados cursos en los que, mayoritariamente, se han utilizado materiales propios y libros de autores muy conocidos en el ámbito del entrenamiento auditivo como Adler, Mackamul, Romero, Jersild, Philips, Murphy o Edlund entre otros. Por último, y para tratar de encontrar las similitudes que menciona Maconei entre música y lenguaje, se ha realizado un cuestionario a un grupo de 12 profesores de la Escola d’Idiomes moderns (IEM) de la Universitat de Barcelona y de la Escuela oficial de idiomas (EOI) que incluyen programas y/o sistemas para el aprendizaje de idiomas en sus metodologías con el fin de preguntarles su opinión y experiencia con estas herramientas. El número total de sistemas que se han sometido a estudio es 14. Tres de ellos son programas: Ear Master; Musical Ear y Functional Ear Training y el resto sistemas2: http://www.eartrainingonline.com/; http://www.good-ear.com/; http://trainer.thetamusic.com/; http://www.earbeater.com/; http://www.musictheory.net/exercises; http://www.teoria.com/exercises/; http://pitchimprover.com/; http://www.ossmann.com/bigears/; http://www.earteach.com/ ;http://www.easyeartraining.com/; http://www.iwasdoingallright.com/tools/ear_training/main/; Las aplicaciones que han salido en los últimos años para ipad, ipod o android como SolfiEarTrainerPro, Earteach o la aplicación de Earbeater para estos sistemas han quedado fuera del estudio así como también el software Train your ears. El motivo ha sido porque no cumplían con el límite cronológico de la investigación (junio de 2011) en los primeros casos y en el último porque se trata de un programa que propone un entrenamiento auditivo específico para ingenieros de sonido. También se han desestimado otros porque su sistema de trabajo era muy ineficiente bien por las irrupciones publicitarias bien por el mal funcionamiento de la web que impedia una práctica continuada. Es importante señalar que el entrenamiento auditivo, como tal, ha comenzado a tomarse en consideración en España a principios del presente siglo mientras en la mayoría de países del norte de Europa y en Estados Unidos proliferaron, a partir de los años 70, no solo materias concretas en todos los niveles de la educación musical sino con estudios específicos (principalmente cursos de especialización y posgrados) de formación del profesorado. Esto no quiere decir que no contemos con profesionales preocupados por una mejor formación auditiva que vinculan adecuadamente a sus clases de lenguaje musical y/o instrumento metodologías particulares. Tampoco desestima a aquellos profesores de solfeo que tuvieron muy presente que leer y escribir música tenía que pasar por un proceso consciente de escucha y de comprensión auditiva. Sin embargo implica que nuestro punto de partida tanto en conocimientos técnicos como en mentalidad es notablemente diferente tal y como he podido comprobar en la reacción de algunos de los estudiantes participantes en esta investigación, en la de algunos colegas e incluso en la mía propia, en comparación con los comentarios que he leído y escuchado provenientes de estudiantes y colegas de otros ámbitos más habituados a estas prácticas como por ejemplo: Björn Roslund (Malmö University), Holger Best (Hocheschule, Heildelberg) o Susan O’Reagan (CIT Cork School of music). Para presentar las conclusiones de esta investigación en un formato de comunicación como este se ha optado por mostrar el resultado de cada una de las preguntas que han motivado el estudio con el fin de que resulte más breve y comprensible:

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Ha de especificarse que MusicalEar es un programa pero para poder escuchar los audios es preciso estar conectado a internet. También que otros necesitan una suscripción o la descarga de algún complemento como Java o Google Ghrome tal y como ocurre con GoodEar, Earbeater, Thetamusic o EasyEarTrainer.


1) ¿Para qué y por qué se han creado estos materiales? Todos coinciden en que la finalidad que les mueve es la de mejorar el oído musical ya que consideran que es una herramienta fundamental para ser un buen músico. Algunos de forma particular –como por ejemplo Thetamusic o Pitchimprover- especifican que es la única forma de tocar bien “de oído” y de este modo dan la bienvenida a un público más amateur y unos géneros musicales con menor tradición académica como el jazz o la música moderna. El motivo por el que se han diseñado tiene la respuesta en una de las herramientas pioneras y también una de las más copiadas y/o imitadas: EarMaster. Se trata de un programa a cuya compra, descarga y versión de prueba se puede acceder de forma online pero cuyo trabajo se realiza offline. Fue creado en 1994 por el danés Hans Lavdal Jakobsen. Tal y como él explicó en una conversación mantenida en 2006 (cuando realizamos, en la ESMUC, la presentación de la traducción al catalán de este programa) EarMaster fue creado porque Jakobsen no superó las pruebas de acceso al grado superior de música y decidió estudiar ingeniería. En su proyecto final quiso unir su pasión por la música con su profesión de ingeniero y se dio cuenta, por su propia experiencia como estudiante de música, que faltaba una herramienta que permitiera un entrenamiento auditivo específico, dinámico y autónomo que sirviera para el estudio de intervalos, acordes, escalas, progresiones armónicas y fragmentos melódico-rítmicos. Otros creadores como los de Easyeartrainer (2009) a cuya cabeza está Christopher Sutton (por cierto con un logo, objetivos y diseño asombrosamente similar a EarMaster) también definen su sistema como divertido y personal. El resto de los que se han estudiado siguen esta línea de apuntar que el entrenamiento auditivo es más entretenido y personalizado a través de ellos que en una tradicional clase presencial. Al compararlo con las clases de entrenamiento auditivo y al consultar a los alumnos que amablemente se prestaron a trabajar con estos programas y sistemas la opinión generalizada fue que efectivamente resultan más dinámicos, entretenidos y divertidos. Hay varios motivos que argumentaban esta opinión: trabajar de forma individual y no en una clase con otros diez compañeros es más relajado debido al nivel de competencia – aquí y ahora- que se debe asumir cuando se hace en grupo; elegir el horario en el que quieres hacer esta práctica y no el horario que “te toca” también mejora la aptitud y las ganas; la personalidad de los profesores, sus habilidades comunicativas –verbal y corporal- y las metodologías a veces no conectan con el alumno e incide en su motivación. Sobre si son herramientas más personalizadas que una clase presencial hubo opiniones más dispares. Por un lado los alumnos valoraban positivamente la idea del estudio individual con un algo tan dinámico pero echaban en falta el conocimiento que un profesor tiene sobre el oído musical del estudiante y las orientaciones particulares que se dan a lo largo del curso para mejorarlo. En ninguno de los programas y sistemas estudiados se hace un test de tipo de oído musical como el que se realiza el primer día de clases de Percepción auditiva y que sirve para saber: si el alumno tiene oído relativo, pseudoabsoluto, absoluto –con o sin error de semitono-; si trabaja a través de do móvil; si le afecta tocar un instrumento transpositor; si desentona o desafina cuando recrea; cómo percibe el tempo; qué tipo de memoria musical predomina – visual, cinestésica, auditiva-; la velocidad de respuesta en la selección, reconocimiento o análisis; los elementos de la música que primero percibe y los que más le cuesta diferenciar y la incidencia que tiene en su percepción las diferentes afinaciones. Este test es fundamental para determinar: qué tipo de ejercicios son los más adecuados para empezar; cuántas veces se han de repetir; qué estrategias se proponen para retener y reconocer alturas o que metodologías son las más propicias para mejorar la lectura, entonación y transcripción. De este modo profesor y alumno saben de dónde parte su formación auditiva y hasta donde se podría llegar teniendo en cuenta el tiempo de dedicación. Una última apreciación que realizaron unos pocos estudiantes de interpretación es que consideraban que a pesar de que el trabajo individual es más relajado, la mayor parte de sus estudios y su profesión la realizarían en grupo y por tanto la concentración, la competencia


común y hasta el control de la tensión podrían ser elementos transversales para practicar en las clases presenciales. 2) ¿Cómo se han diseñado? A excepción de MusicalEar y Pichimprover que son diferentes, todos los demás se basan mayoritariamente en un principio que podría denominarse “selección auditiva”. Los ejercicios están presentados de tal forma que se debe marcar cómo se llama el elemento que está sonando entre varias opciones sin necesidad de indicar la altura exacta de las notas. Este, por tanto, cubre solo una parte de las exigencias del entrenamiento auditivo que se proponen en las clases presenciales (por ejemplo seleccionar o discriminar si es un acorde mayor o menor, una escala frigia o dórica, un intervalo de 7M o de 7m o una progresión Im-V-IVm-Im o I-V-VIm-I) y no trabaja otra de las partes del entrenamiento auditivo que suele denominar “reconocimiento auditivo”. Esto consiste en determinar no solo el nombre del elemento que se está escuchando sino en examinar y anotar su altura y/o duración. Hay que señalar que algunos como EarMaster, Teoria.com o Easyeartrainer permiten que la respuesta se realice sobre un teclado, sobre los trastes de una guitarra o sobre un pentagrama y de esta forma dan la opción de trabajar las alturas. Incluso con EarMasterSchool se pueden diseñar lecciones en las que la nota de referencia no sea la tónica de la tonalidad sino un La, de tal modo que obliga a buscar la relación de diapasón con la nota fundamental. Pichimprover, por ejemplo, solo contempla la posibilidad de escribir las notas en un teclado respondiendo a la propia intención que indica su nombre: mejorar el reconocimiento de las alturas de notas aunque siempre dice cuál es la primera nota que suena. Estas opciones en el diseño de los ejercicios se aproximan más a esa segunda fase del entrenamiento auditivo denominada reconocimiento que se propone en una clase presencial aunque carecen de toda la parte de reproducción y recreación vocal y/o instrumental que se consideran imprescindibles en las clases presenciales de entrenamiento auditivo. Otra diferencia es que los ejercicios se trabajan siempre fuera de contextos musicales reales, es decir, sin utilizar grabaciones de composiciones. En las clases de Percepción auditiva se propone un ejercicio más que es denominado “análisis auditivo” y que consiste en escuchar conscientemente una pieza para examinar desde elementos más simples y propios de las cualidades fónicas del sistema auditivo -dinámicas, timbres, texturas, o tempo- hasta elementos más complejos cuya selección, reconocimiento y análisis solo es posible con una buena educación de las partes funcionales del sistema auditivo –transcripción y reproducción melódica, rítmica o armónica-. Este es el aspecto que trabaja fundamentalmente MusicalEar, un programa que contiene dos centenas de composiciones creadas especialmente para el entrenamiento de la mayoría de elementos musicales desde el punto de vista de la lectura, entonación y transcripción. Una diferencia más de esta herramienta con respecto al resto es que los autores principales son dos experimentados profesores de entrenamiento auditivo (Björn Roslund y Carl-Axel Andersson de la Malmö University) que no solo han compuesto los ejercicios sino que proponen pautas metodológicas sobre cómo debe desarrollarse su estudio y definiciones teóricas e históricas sobre los elementos musicales que se van a practicar. 3. ¿En qué aspectos son más o menos competentes? En lo relacionado con el entrenamiento de la selección o discriminación auditiva son muy competentes debido a su dinamismo y a la gran capacidad que tienen para generar combinaciones de ejercicios. Son un material excelente para entrenar el oído musical relativo en mejorar la velocidad de respuesta de la selección de elementos como: intervalos, escalas, acordes o progresiones armónicas. Los alumnos que las utilizaron para trabajar esta parte mejoraron muy considerablemente el tiempo de respuesta y así podían dedicar más tiempo


después para reconocer las notas alturas de las notas en los ejercicios presenciales. De todos programas y sistemas los que resultaron más competentes fueron los que además de permitir una configuración personalizada tanto del número de preguntas y las veces que pueden escucharse como del tiempo límite de respuesta además permiten escribir de alguna forma teclado, trastes de guitarra o pentagrama- alguna de las alturas. En lo relativo al reconocimiento auditivo que implica necesariamente un buen desarrollo de la lectura entonada y la transcripción, la conclusión es que son poco competentes a excepción de MusicalEar que tiene como principal objetivo esta parte del entrenamiento auditivo. Es una herramienta verdaderamente útil aunque los alumnos consideraron que les resultaba muy difícil de utilizar sin las orientaciones y la supervisión de un profesor. Cuando la mayoría de ejercicios se realizan sin utilizar composiciones, tal y como ocurre en estos programas y sistemas analizados, hay habilidades auditivas que no se desarrollan como la escucha consciente -retener, imitar, reconstruir, comparar, variar- y la memoria musical. Estas son capacidades imprescindibles para interpretar, leer y escribir música de forma rápida, correcta y creativa. Es como si se estudiara un instrumento exclusivamente haciendo ejercicios de técnica y nunca se tocaran estudios u obras de repertorio. No obstante hay que reconocer que algunos de estos programas y sistemas se han preocupado por tratar de desarrollar estas destrezas y han diseñado ejercicios concretos de dictado melódico, rítmico o melódico-rítmico como ocurre con algunas actividades de Pitchimprover, lecciones específicas de EarMaster y Easyeartrainer. Sin embargo al no contener en estos dictados diferentes articulaciones, dinámicas, combinaciones tímbricas o texturas no consiguen desarrollar la competencia completa del reconocimiento auditivo. En cuanto al análisis auditivo cuyo principal objetivo es el de entrenar de forma conjunta y en contextos musicales reales todos los elementos de la percepción auditiva del oído musical, ha de decirse que estos sistemas no son competentes. La única excepción vuelve a ser MusicalEar porque sus ejercicios pueden ser trabajados desde varios parámetros musicales al mismo tiempo: una pieza puede servir tanto para un buen entrenamiento armónico como rítmico o melódico. Además tiene en cuenta aspectos muy variados de géneros y estilos musicales. La dificultad también volvió a ser la misma: los estudiantes que lo utilizaron sin las orientaciones y supervisión del profesor tardaron más del doble en resolver los ejercicios propuestos 3. solos tardaban más del doble en realizar los ejercicios que los que lo hacían con bajo las orientaciones del profesor teniendo todos el mismo tipo de oído musical. En Teoria.com también hay algunas explicaciones que no solo muestran el elemento fuera de contexto sino que después lo incluyen en composiciones concretas como ocurre, por ejemplo, con la forma de explicar el acorde de sexta napolitana. No obstante estos programas priorizan el reconocimiento sobre el análisis de tal modo que elementos que si se tienen en cuenta en las clases presenciales como son el estudio de los tipos de dinámica, el diseño melódico, la estructura (macroforma y microforma) la relación música texto (en piezas vocales o vocales-instrumentales) y la comparación de interpretaciones (a nivel de tempo, articulación, fraseo, respiración y dinámicas) no se tienen en consideración.

4. ¿Realmente pueden sustituir a un profesor? La verdad es que ninguno de los programas se propone a sí mismo como sustituto de un profesor de forma directa. Dan a entender que practicando a través de ellos se puede obtener el oído musical necesario para dedicarse profesionalmente a la música o para conseguir las habilidades precisas para tocar de oído. Tampoco dicen ser más dinámicos, entretenidos o divertidos que un profesor sino que se refieren a los métodos tradicionales de entrenamiento auditivo basados, principalmente, en libros de texto. De hecho los encargados de estos programas con los que he tenido oportunidad de trabajar de forma muy próxima (Hans Lavdal 3

Todos los estudiantes tenían el mismo tipo de oído musical: un grupo con oído relativo y un grupo con oído absoluto y en ambos casos supuso el mismo problema.


Jakobsen y Patricio Obel de Ear Master; Björn Roslund y Sophie Persson de Musical Ear) han mostrado siempre su interés por presentar sus materiales como complementos útiles en la formación auditiva presencial y no presencial y han sido enormemente respetuosos con la labor de los docentes. En realidad esta investigación trata de responder a esta pregunta para completar la segunda parte de la que habían realizado aquellos colegas en el II seminario del ICON pero no para enfrentar personas, métodos o materiales de estudio. Precisamente esta era una de las preguntas del cuestionario que se realizó a los profesores de idiomas de la EOI y la EIM-UB cuyas conclusiones se pueden resumir en dos: a) La buena utilidad que tenían para determinados aspectos del aprendizaje de una lengua. En su caso explicaban que aquí los idiomas se habían enseñado tradicionalmente desde la gramática leer y escribir- pero no desde la exposición auditiva y oral -entender y hablar-. Con estos materiales online o software podían presentar a los alumnos actividades que completaban sus clases desde cualquier punto de vista (ejercicios de comprensión oral y/o comprensión escrita) b) No podían sustituir plenamente a un profesor. Los alumnos no sabían seleccionar por si mismos niveles de dificultad; necesitaban orientación para asimilar, por ejemplo, normas gramaticales debido a la fuerza que tiene un docente “formado y experimentado” para explicar lo mismo de múltiples formas hasta dar con la más adecuada para esa persona y, por último, en el aprendizaje de idiomas se había demostrado que el estudio individual sin una supervisión y una evaluación concreta suele perder intensidad y motivación porque los alumnos dan prioridad a otras actividades más urgentes. Mi opinión coincide plenamente con la de estos profesores. En los años que llevo utilizando tanto programas como sistemas online de entrenamiento auditivo (de 2006 a 2009 exclusivamente EarMasterSchool; entre 2009 y 2012 todos los programas mencionados y en la actualidad fundamentalmente MusicalEar, EarMasterSchool, Pitchimprover, Earbeater y Teoria.com) he visto como algunos aspectos del entrenamiento auditivo de mis alumnos han mejorado notablemente utilizando estos materiales. La mejora era aún mayor si yo supervisaba la propuesta de qué ejercicios realizar, cómo, para qué y evaluaba conjuntamente con ellos los resultados estableciendo unas fechas concretas de práctica y tutorías. Muchas veces hemos trabajado semanas online teniendo contacto solamente a través de correo electrónico. Hemos estado hasta un mes sin vernos en una clase presencial pero el alumno sabía que el profesor estaba ahí para resolver dudas, proponer ejercicios o valorar la evolución como si se tratara de un curso semipresencial. Para poder utilizar estos programas y sistemas como sustitutos de un profesor tendrían que tener la posibilidad de resolver situaciones determinadas de los diferentes tipos de oído musical (personas con oído absoluto pero con error de semitono al que cuesta reconocer el nombre de la nota con alteración; estudiantes con oído absoluto pero tocan instrumento transpositor y a veces escriben lo que oyen y otras veces lo que tocarían; alumnos que han estudiado siempre con la técnica del Do móvil y en ocasiones ven que su transcripción es más lenta; los que tienen problemas para llevar a su altura lo que oyen en registros demasiado graves o agudos y les lleva a equivocar las notas; resolución de problemas de entonación y afinación…) Además tendrían que mejorar y ampliar sus propuestas de actividades para desarrollar las habilidades del reconocimiento y análisis auditivo comentadas anteriormente. Por estos motivos no podrían utilizarse como únicas herramientas en un autoentrenamiento auditivo que quiera formar completamente el oído musical. Tampoco servirían para desarrollar por si mismos el contenido completo de una asignatura de lenguaje musical o entrenamiento auditivo. Sin embargo, son materiales útiles para alcanzar algunos objetivos de las clases presenciales e incluso para formar una parte considerable de los contenidos de cursos semipresenciales u online.


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