EstĂŠtica Milan Ivelic
Es propiedad. Derechos reservados para todos los países. Inscripción Nº 41.904. (c) by Editorial Del Pacífico S.A Alonso Ovalle 766, 3er piso. 1a Edición - Diciempbre, 1973. Tirada de 3.000 ejemplares.
Diseño Gráfico: Soko. Portada: Soko TALLERES GRÁFICOS CORPORACIÓN LTDA. Alonso Ovalle 766, Santiago de Chile.
Presentación El trabajo que presentamos, pretende ser un texto al servicio de nuestros alumnos universitarios. Su finalidad, no es otra, que la de orientar y guiar en un ámbito de por sí complejo. No se trata de simplificar arbitrariamente, sino de ordenar y tratar de aclarar esa complejidad, mediante una sistematización coherente que facilite el ingreso a quienes se interesen vivamente en penetrar en el mundo del arte. Los apuntes de clase que hemos utilizado en la docencia universitaria, han servido de base articular los distintos capítulos.
Como se trata de un curso semestral, no nos ha sido posible profundizar de manera exhaustiva en cada uno de los temas que abordamos; por eso, nuestras reflexiones son necesariamente elípticas y confiamos que sean nuestros propis alumnos, los que avancen en la tarea de ampliar esta investigación, porque esta obra no sustituye el trabajo individual y la práctica creadora y la investigación rigurosa. El análisis somero al que nos hemos visto obligados es, en sí mismo, una invitación a la reflexión seria, a la amplificación crítica y al enrique cimiento del patrimonio artístico: el quehacer universitario supone este compromiso.
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Este texto no tendrá sentido si no está en íntima relación con la cátedra, en el dialogo vivo el profesor y los alumnos. A aquél le corresponde proponer las obras de arte que permitan ejemplificar el estudio teórico, porque teorizar en arte, sin la presencia simultánea del objeto propio de la investigación estética, vale decir, la obra de arte, significa caer en un intelectualismo estéril, es un especulación en el vacío. La estética no es posible sin las obras de arte: en algunos casos, será necesaria la presencia original del a obra; en otros casos, habrá que recurrir a los medios visuales y auditivos. Cualesquiera que sean los recursos – generalmente muy modestos – tendrán valor si logramos que nuestros alumnos tengan la posibilidad
del diálogo directo con el objeto propio de nuestro estudio. El arte no se aprende mediante definiciones o memorizaciones eruditas. El arte no está a ese nivel en su comprensión. Toda definición con pretensiones de totalizar el arte es desconocer el ser mismo de la creación artística. El arte nos “habla” con un lenguaje peculiar, cuya especificad impide reemplazarlo por un lenguaje que pudiera considerarse accesible para todos. No hay guaje que pudiera considerarse accesible para todos. No hay otra alternativa para entender el lenguaje del arte que aprenderlo, pero aprenderlo significa aprenderlo cada vez en cada obra; no hay un código común ni a disposición del arte ni a disposición de nosotros.
A pesar de que el arte no hace uso de medios de expresión codificados, las obras de arte son reconocibles y diferenciables entre sí., según los modos cómo emplean los medios de expresión a su alcance, lo que permite constatar, la pureza de esos medios como igualmente establecer las legítimas interacciones. El arte se niega a hacer uso de un mundo elaborado y adaptado a nuestros usos y a nuestros hábitos. El arte quiere liberarse de lenguajes deteriorados, de signos codificados, de imágenes gastadas, de acciones humanas convencionales, de acontecimiento efímeros a intrascendentes.
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Por eso los desapropia de su deterioro, de su funci贸n utilitaria, de su contingencia, de su dependencia, de su intrascendencia; quiere romper el instrumento de su uso funcional par reelaborarlo creativamente a fin de que trascienda y revele una realidad primordial, asuma un sentido in茅dito e irrepetible, donde el hombre se muestre en lo que tiene de permanente su condici贸n humana.
Santiago, Octubre de 1973.
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