mitos indígenas colombianos

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os mitos y leyendas son relatos que se transmiten de forma oral de padre a hijo, representan la forma de pensar de una cultura y una generación e intentan dejar una enseñanza, aquí veremos una breve recopilación de mitos sobre la creación de diferentes etnias indígenas de Colombia.

N ACIMIEN TO DE L A LUN A Y EL SOL En medio de la oscuridad una hermosa india arhuaca tuvo dos niños que desprendían luz por todo el cuerpo. Ella, temerosa de que al verlos se los robaran, los escondió en una cueva, Sin embargo; el resplandor que producían era tanto que se filtraba por las hendijas de la puerta y fácilmente fue visto por los demás indios que, curiosos, quisieron saber qué había dentro. Con flautas, caracoles y tambores llegaron hasta las cercanías de la cueva y empezaron a tocar una música hermosísima. Las suaves notas llegaron a los oídos de los niños indios y Yuí, el varón, salió para escucharla mejor. Al verlo los indios trataron de cogerlo, pero Yuí voló y subió hasta el cielo en donde se convirtió en sol; los indígenas que miraron para verlo, quedaron convertidos en piedra. Empero, la luminosidad que había en la cueva continuaba y tenues rayos se asomaban por las hendiduras; los indígenas decidieron tocar más hermoso y Tima, la hermana de Yuí. También salió para escucharla mejor; los indios, temerosos de que se les escapara, le arrojaron cenizas a los ojos para así cegarla, pero ella voló en la misma dirección de su hermano y se situó muy cerca. Como la cara le había sido encenizada, no tuvo el mismo resplandor de Yuí, pero en las noches vigila los prados. Tima se convirtió en luna.

B ACHUE Y L A CR E ACI Ó N DEL MUND O Bachué, la madre chibcha, salió de la laguna de Iguaque una madrugada, llevando un niño en los brazos. Era una bella mujer, cubierta solamente por una túnica de pelo negro, que le arrastraba Apareció lustrosa, recién escurrida del lago. Una madrediagua morena, garbosa, de senos redondos, firmes, cobrizos, terminados en puntas más oscuras. Caminaba afirmando las piernas ágiles, venía de nadar tanto que se le formaron pantorrillas de hoja de palma y muslos fuertes. En los brazos, la criatura también desnuda. Bachué se instaló entre los Chibchas, se ganó su confianza y su afecto. Les enseñó normas para conservar la paz con los vecinos y el orden entre las gentes de su cercado. El niño creció y Bachué, encargada de poblar la tierra, empezó a ser fecundada por la criatura que había portado en sus brazos. Sus alumbramientos eran múltiples, como los de las conejas. En el primer parto se contaron mellizos, en el segundo trillizo, en el tercero cuádruples y así hasta que se consideró que su tarea reproductora sobre la tierra estaba cumplida. En pocas edades recorrió muchos cercados, y por todas partes dejó criaturas y enseñanzas. Pasó el tiempo y la mujer pobladora no envejecía. De pronto, su cuerpo se destempló; los senos se le escurrieron; las piernas se le aflojaron; su cuello ya no era lozano; el rostro estaba poblado de arrugas; había un gran cansancio en su mirada. Sin avisar, se metió a la laguna de Iguaque, acompañada del mismo ser que había traído. Se lanzó a las aguas. Un gran bostezo del lago la devoró, convirtiéndola en serpiente, símbolo de inteligencia entre los Chibchas. Los nativos aseguraban que de vez en cuando veían a la culebra asomar los ojitos brillantes a la superficie de las aguas vidriadas, en las noches de luna, cuando acudían a llevarle ofrendas. Arrojaban adornos de oro, utensilios y copas doradas, en la seguridad de que ella estaba en el fondo de la laguna recibiendo los regalos, de buen corazón. Al varón no le pusieron mayor atención. Ella quedó para siempre con el título de madre de la humanidad, fuente de toda vida. Y como venía del agua, los naturales comenzaron a adorar las lagunas y las ranitas, los renacuajos, las lagartijas, todo síntoma de vida que brotara de las aguas. Fundieron en oro alfileres rematados en batracios, se colgaron al cuello dijes en forma de lagarto y divinizaron a las ranas, que en adelante serían el símbolo de la fertilidad.


MI TO CHIMI L A L A CR E ACI Ó N Papá grande» tomó un pedazo de greda y lo amasó así como uno va moldeando greda para hacer loza. Lo formó y lo encontró muy equeño. Así que tomó otro pedazo, lo añadió y así siguió hasta que tuvo un gran pedazo. Así hizo la Tierra. Entonces no había árboles, ni maíz, ni yuca. Cuando Papá grande vio que no había nada en la Tierra, hizo un tigre grande y lo soltó. Así hizo al tigre y todavía hay tigre de este mismo. Entonces Papá grande hizo a los hombres y todos eran aruacos, guajiros y motilones. Así hubo muchos hombres en la Tierra. Entonces Papá grande vio que los hombres no podían vivir solo de guerra y de palabras y así hizo una mujer para cada uno. Hizo mujeres

aruacas, guajiras y motilonas. Así hubo muchos indios en la Tierra. Entonces, mucho más tarde, Papá grande hizo al primer indio chimila y a su mujer y les dio como nombre Huhun Krukroring Merana y Soving Kranyaring Ovokeya. Entonces Papá grande dijo al indio: –¡Véte a la tierra! El indio miraba la tierra desde el cielo y como no le gustó nada, no quiso bajarse. Entonces Papá grande lo empujó y así el hombre cayó a la tierra; cayó por allá, cerca de San Ángel. Pronto hubo muchos indios chimila en la tierra y entonces no se llamaban «chimila» como hoy sino «paretare». Así fue como Papá grande hizo la tierra y los indios.

MITO BARÍ OR IGEN DE LOS SER ES En el principio de los tiempos los Barí vivían en el cielo, un lugar situado arriba, muy arriba de la tierra; era una especie de edén cubierto de árboles hermosos y aguas cristalinas, en cuyas fuentes no sólo se reflejaban sus figuras, sino que jugueteaban los peces con las siluetas bellamente coloreadas de las flores. Un día miraron por entre un tenue follaje hacia abajo y descubrieron la tierra y en ella no sólo bosques con animales de todas las especies, sino ríos plenos de peces y frutas por doquier. ”Cómo será de agradable cazar y pescar allá” se dijeron y optaron por descender; para ello se valieron de larguísimos y resistentes bejucos que iban uniendo por sus extremos; cuando lo consideraron suficientemente largo, lo arrojaron al vacío y comenzaron a bajar por él, unos detrás de otros. Cuando todos se encontraban sobre la tierra pasó un zamuro y con el pico cortó el larguísimo bejuco. Así quedaron los Barí por fuera de su cielo y desde entonces vagan sin cesar por las regiones del Catatumbo, esperando encontrar algún día el camino del cielo para volver a encontrarse en el lugar de sus más grandes aspiraciones.

MI TO DESAN A CR E ACI Ó N En el comienzo de todo estaban el Sol y la Luna, eran hermanos. Primero existían solos, pero luego el Sol creo una hija y vivía con ella como con su mujer. El hermano Luna no tenía mujer y así se puso celoso y trató de enamorar a la mujer del Sol. Pero el Sol se dio cuenta; había una fiesta en el cielo, en la casa del Sol, y cuando el hermano Luna vino a bailar, el Sol le quitó como castigo la gran corona de plumas que llevaba y que era igual a la corona del Sol. Dejó al hermano Luna con una corona pequeña y un par de zarcillos de cobre. Desde entonces el Sol y la Luna se separaron y están siempre distanciados en el cielo, como recuerdo del castigo que recibió el hermano Luna por su maldad. El sol creó el Universo y por eso se le llama Padre Sol (pagë abé). Es el padre de todos los Desana. El sol creó el universo con el poder de su luz amarilla y le dio vida y estabilidad. Desde su morada bañada de reflejos amarillos, el Sol hizo la tierra, con sus selvas y ríos, sus animales y sus plantas. El sol pensó muy bien su creación pues le quedó perfecta.

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Los CHIBCHAS o MUISCAS, son un pueblo amerindio perteneciente a la familia lingüística chibcha que habitaron las riberas del río Magdalena, cerca de Bogotá, Colombia. En el pasado ocupaban parte de la actual Panamá y los altiplanos de la cordillera Oriental de Colombia.

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Los DESANA son una etnia indígena nativa de las selvas de la cuenca alta del río Vaupés, especialmente en la hoya de sus af luentes, los caño Abiyú, Cucura, Timbó y Murutinga y el río Papúrí, en el departamento colombiano de Vaupés y el área aledaña en el estado de Amazonas, Brasil.

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Los CHIMILAS o ETTE ENNAKA (‘gente propia’) es un pueblo amerindio que desde 1990 vive congregado en el resguardo Issa Oristunna (Tierra de la Nueva Esperanza), San Angel, municipio de Ariguaní, departamento del Magdalena, Colombia.

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BARÍ viven en la frontera con Venezuela en la serranía de los Motilones, departamento de Norte de Santander, Colombia. Habitan una región del bosque húmedo tropical en la hoya del río Catatumbo. Su población se estima en 3.617 personas. Su lengua pertenece a la familia lingüística Chibcha.



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