1 minute read
Conoce a
HUGO CARDEÑA Y ROCÍO MARÍN FUNDADORES DE KUNÉ, PERROS DE AYUDA SOCIAL “Un buen perro de asistencia es un perro feliz”
Kuné, Perros de Ayuda Social, es una entidad dedicada a mejorar la calidad de vida de personas con dificultades físicas o intelectuales.
Advertisement
Texto: Natalia Diz Foto: A. Núñez
Después de trabajar en Brasil con perros de asistencia, Hugo y Rocío (vecina de Boadilla de toda la vida) volvieron a España con la idea poner en marcha su propio proyecto de perros de ayuda social. Kuné significa juntos en esperanto. Y esa es su filosofía, trabajar unidos con las familias y los perros para conseguir un bienestar común.
Los perros de ayuda social realizan una labor parecida a la de los perros guía pero orientada a otro tipo de necesidades especiales (personas con movilidad reducida, niños con autismo...) con el fin de fomentar su autonomía personal y la integración social.
Los perros que entrenan son siempre labradores por su aceptación social y caracter. “Son muy sociables, con muchas ganas de agradar y muy juguetones”, nos cuenta Rocío.
“Para tener un buen perro de asistencia es necesario tener un perro feliz. El perro no tiene que trabajar todo el día, tiene que salir, jugar, tener sus momentos de relax, de cariño, hay que buscar también el bienestar del perro”, añade Rocío.
Cómo es el proceso
Cuando una familia está interesada y contacta con ellos, valoran el caso y si el perro de asistencia es la solución que necesitan.
En cuanto al perro, el entrenamiento dura unos dos años, desde que es cachorro hasta que se dedice con qué persona va a trabajar según su temperamento y las necesidades de la familia.
“Nuestro equipo incluye psicólogos y terapeutas. Y los educadores caninos tenemos también formación en discapacidad”, explica Hugo.
En cuanto al precio, depende, pero gira entorno a los 18.000 euros. “Nosotros becamos la mitad del importe y para la otra mitad, si la familia lo necesita, les ayudamos a conseguirlo a través de crowfunding, eventos benéficos, etc.”, explica Rocío.
Hugo y Rocío son unos enamorados de su trabajo y se involucran al máximo en todo el proceso, desde lo más emocional hasta el detalle más material. n