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INTRODUCCIÓN: ¿QUÉ ES SOCIOLOOÍA.1
Introducción
¿QUÉ ES SOCIOLOGíA?
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La sociología es el estudio cientifico de los seres humanos en sus relaciones uno con otro. La gente se ha interesado siempre por la otra gente. Periodistas y comentaristas están constantemente reuniendo y difundiendo acontecimientos notables de la vida cotidiana en la ciedad. Los historiadores, en su mayoría, escriben la crónica de cómo actuaron los hombres cuando vivieron en la escena pública. Poetas y escritores se interesan por las relaciones sociales y dirigen su memoria e imaginación a reconstruir el modo en que creen que la gente actuaría dentro de ciertas circunstancias. Filósofos y teólogos lan sobre cómO' debieran actuar los seres humanos, y su interpretación descansa so bre un fondo de experiencia y conocimientos previos.
También el sociólogo se especializa en la gente, pero su tarea va más allá y es más profunda porque consiste en un enfoque científico de la conducta social. El sociólogo debe tener la habilidad del periodista y del historiador, y quizás algo de la penetración del poeta y del filósofo, pero ello no basta. Se distingue de los demás observadores sociales por la manera en que reúne los datos y por el moda en que analiza los resultados de sus observaciones. El enfoque sociológico de la vida de grupo va acompañado de una interpretación sociológica de la misma.
El término de «sociología» fue usado por vez primera hace poco más de un siglo por Auguste Comte, un francés, y popularizado por Herbert Spencer, un inglés. Pero ellos no «inventaron» la conducta social a la manera que un químico inventa nuevos productos en un laboratorio. Tampoco las ulteriores generaciones de sociólogos efectuaron «descubrimientos» del mismo modo que los astronautas descubrieron la superficie de la luna. La conducta social estuvo siempre
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¿Qué es sociología?
alli. \La materia real de la sociología - el fenómeno estudiado en este libro - ha persistido a lo largo de la historia del hombre.
Los componentes esenciales de la vida social son tan'. viejos como la humanidad. Han existido a veces en formas relativamente simples y elementales, y a veces de manera muy complicada y artificiosa. Este doble hecho de la continuidad esencial y de la semejanza básica hace posible el estudio cient'rfico del comportamiento social. Existen siempre evidentes regularidades y uniformidades. E.stas se pueden observar, describir, analizar e interpretar, y sólo después de haber realizado este trabajo se puede hablar propiamente de sociología.
Durante la última media centuria, especialmente en los Estados Unidos, la sociología ha adquirido un cuerpo de información procedente de la investigación práctica, ha hecho bajar de las nubes a sus teorías, y ha conquistado un lugar central en los programas tarios. Los sociólogos que han aportado los materiales para este libro han hecho tres cosas. Primera, han formuladO' preguntas a la gente. Segunda, han observado metódicamente cómo ésta se comporta. cera, han participado en varias formas de vida de grupO'. Lo que hace científico este trabajo es que haya sido sistemático y controlado. Es evidente que ningún adepto de las ciencias sociales puede hablar con toda la gente, observar todas las pautas de conducta, y hacer todo lo que hace la gente en la sociedad.
La clave para la reunión del conocimiento científico es la muestra científica. El llamado «universo» de la cultura de los adolescentes en Norteamérica incluye muchos millones de jóvenes. pero es posible obtener conocimientos válidos sobre esta cultura estudiando un segmento debidamente proporcionado de todos los adolescentes. Lo mismo vale para la vida familiar norteamericana, el mundo de la industria y los negocios, los sistemas político y militar. y las instituciones religiosa, educativa y recreativa.
Las generalizaciones que efectuamos mediante semejantes métodos de muestreO' nunca son completamente rigurosas porque siempre hay gente que actúa de modo distinto que los demás. Sin embargo, estas generalizaciones poseen una alta prO'babilidad y nos proporcionan un conocimiento que constantemente verificamos. Ello significa que es posible formular predicciones genuinas sobre la conducta social y cultural de los seres humanos. El que podamos. reconocer ocasionalmente conductas erráticas en alguna gente significa que la mayoría se adapta a las expectativas de su sociedad.
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El contenido de la sociología.
La definición de la sociología debe ser tal que la distinga de las demás ciencias sociales. La economia considera las cosas materiales de que tiene necesidad el hombre para vivir sobre la tierra: cómo se producen, se permutan, se distribuyen y se consumen. La ciencia política analiza el poder y la autoridad, las formas en que éstos se emplean y distribuyen para hacer posible una vida pública ordenada. La sociología dirige su atención al hecho humano de «vivir juntos»; estudia las leyes constantes del comportamiento social tal como existe en todas partes en la sociedad. Toma como objeto central de estudio el hecho de las relaciones humanas: todo lo que contribuye a la asociación humana o deriva de ella es materia de estudio para la sociología.
Una definición no puede hacer más que identificar la cosa definida. Cuando decimos que la sociología es el estudiO' científico de la sociedad o de las relaciones humanas, o del comportamiento social, nos limitamos a dar sencillamente una idea de su contenido. Todo este libro trata de discutir y desarrollar la definición de la sociología, es decir, versa sobre el contenido de esta ciencia. Como introducción, debe necesariamente ofrecer una vista de conjunto de los conocimientos básicos y esenciales para este estudio. No tendremos tiempo de exponer estudios más especializados, detallados y altamente técnicos realizados por investigadores en la materia.
Cuando decimos que la sociología es un «estudio científico», no queremos decir únicamente que es un ejercicio intelectual o un modo particular de abordar ciertos fenómenos humanos. Es ambas cosas a la vez, pero es sobre todo un cuerpo de conocimientos sobre la sociedad. La palabra «ciencia» necesariamente supone que hay algo (contenido) que se estudia y que existe a la vez un procedimiento (método) de estudiarlo. Este libro da un esquema del contenido básico de la sociología y en el modo de presentar la materia emplea ya el método propio del sociólogo.
El contenido de la sociología se ha dicho frecuentemente que son los «fenómenos sociales», pero esta designación es demasiado vaga. Es mejor decir que estudiamos la interacción humana, pues la experiencia cotidiana que tenemos de esas relaciones - con la familia, los amigos, los enemigos y los extraños - es la materia básica de esta ciencia. No sólo tenemos cierto modo de reaccionar frente a todas las personas con quienes tratamos, sino que este modo de reaccionar
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es siempre el mismo. Nuestro comportamiento so· cial está estandardizado y sujeto a pautas.
El término «pautas de comportamiento social» expresa una idea primaria en sociología. Las actividades singulares, excepcionales, pri· vadas de los hombres nos interesan sólO' secundariamente; nuestra atención se dirige a las relaciones sociales en cuanto se desarrollan en un orden constante. El viaje a la luna del astronauta interesa me· nos al sociólogo que los viajes regulares de pasajeros en las líneas aéreas comerciales. En suma, el sociólogo estudia la repetición rutinaria de la conducta social.
El marco conceptual.
El comportamiento social es concreto, es decir, personal, entre individuos de carne y hueso, en tiempos y lugares determinados. Sin embargo. para comprender este comportamiento, necesitamos formar conceptos que respondan a la semejanza que tienen los actos de comportamiento en cualquier parte del mundo. Sabemos a qué nos referimos cuando hablamos de sistema educativo, a pesar de que las costumbres escolares difieran en China y Chile. Sabemos qué es una familia, a pesar de que los payeses de Francia difieran de los suburbanistas norteamericanos por lo que atañe a su conducta familiar. Las amplias conceptualizaciones de este tipo' indican que el sociólogo puede pensar sobre el comportamiento humano en términos de especie, y no simplemente de actos humanos específicos.
La interacción social se desarrolla en la vida cotidiana concreta, mas para analizarla y comprenderla necesitamos aprender a conceptualizarla. Esto significa que hemos de entrenarnos a abstraer de los sucesos concretos las generalidades esenciales. Sólo entonces podemos distribuir y ordenar estas abstracciones o conceptos, el contenido de la ciencia, en un marco lógico. Veremos cómo se interconectan estos conceptos clave para construir mentalmente el sistema sociocultural.
Una rápida y somera descripción indicará las estructuras paralelas de la sociedad y la cultura. Por ejemplo, al observar a los hombres en sociedad advertimos ciertas pautas de comportamiento social que cristalizan en torno a la función social que pretenden desempeñar. Este conjunto de pautas se expresa conceptualmente como el rol social que desempeñan los individuos. Así el rol social del estudiante y el del profesor se regularizan y modelan diferentemente. Cada uno actúa en una forma prevista y hacia los objetivos a los que tienden las accio-
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nes que realiza. Pero la conceptualización va más lejos. Si se reúnen todos los papeles sociales estandardizados o uniformados que vergen en una función social determinada, tenemos la institución social. Finalmente, todas las instituciones, combinadas como un todo y tentes en un determinado pueblo, se designan conceptualmente como la cultura.
No debemos olvidar que vamos a estudiar no sólo las pautas ciales, sino también las personas sociales. El estudiante y el profesor se .asocian y operan el uno sobre el otro en las relaciones humanas, lo cual sucede dondequiera que existen papeles sociales recíprocos. Estas relaciones humanas se desarrollan en grupos sociales en los que las personas cooperan entre sí para satisfacer las necesidades sociales. Tales necesidades sociales son muchas y variadas. por lo que nos vemos obligados a reducir a conceptos y a clasificar una gran dad de grupos. Los grupos más importantes de la sociedad emplean instituciones sociales de análoga importancia. Así las personas incluidas en los grupos educativos siguen las pautas y representan los les que corresponden a la institución de la educación. Si todos los grupos se reúnen bajo el concepto de una totalidad coherente y funcionante, tenemos la abstracción denominada sociedad. Esta descripción a grandes lineas muestra que cada sociedad tiene su propia tura peculiar.
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¿Estudiamos cosas reales?
Cuando hablamos del marco conceptual de una ciencia, mos, naturalmente, de abstracciones generales que existen en nuestra mente. Pero si nuestros conceptos no son reales, si no responden al sistema social y cultural concreto en el que viven los seres huma nos, no nos sirven para un estudio científico. El objeto de estudio de la sociología existe efectivamente en el orden real, pero la función del sociólogo, en cuanto científico de 10 social, no consiste en evaluar la realidad concreta de los fenómenos sociales. Los acepta como. datos de hecho., dejando para los filósofos los problemas fundamentales de su existencia y esencia.
Lo que queremos decir es que la conducta humana tiene muchas dimensiones y que los seres humanos pueden estudiarse desde chos puntos de vista. El físico no es un sociólogo, ni tampoco lo son el dentista, o el psiquiatra, o el abogado, aunque para cada uno de estos especialistas pueda ser útil una base de conocimiento
lógico. Lo que aquí tratamos de hacer consiste en abstraer la dimensión social de la conducta humana y centrar en ella nuestra atención.
Este problema de la realidad de lo social es de gran importancia para quien comienza el estudio de la sociología. Fácilmente pueden ofuscarle aportes de la literatura sociológica que van mucho más allá del campo de la sociología. Esto sucede con ciertos estudios pseudometaflsicos y especulativos que niegan la existencia de las normas objetivas de comportamiento y particularmente la de los valores sociales.
Este problema de la realidad de lo social está relacionado con las numerosas imágenes que en forma de «analogías» se han empleado para describir y explicar la vida social. Se lee, por ejemplo, que la sociedad y la cultura constituyen un «organismo» o «superorganismo» que tiene sus fases regulares de nacimiento, crecimiento y decadencia. Se dan explicaciones mecanicistas con «energías» y «fuerzas», como si los hombres en sus relaciones humanas fueran otras tantas piezas de una gigantesca máquina denominada sociedad. Existen explicaciones psicológicas que parten de la premisa de que una especie de ciencia colectiva es el hecho central de la vida social.
Una analogía es una comparación entre dos objetos que son en parte semejantes y en parte diferentes. Si las semejanzas sólo se tacan para ilustrar las cosas con más claridad, resultan relativamente inofensivas, pero la terminología de la ciencia social ha alcanzado ya tal grado de desarrollo, que estas analogías no tienen por lo guIar la menor utilidad. Las explicaciones biológicas, mecánicas y psicológicas de la sociedad y de la cultura son erróneas en sí mismas. Es un hecho' objetivo que la realidad social no se puede reducir a términos de biología, de física o de psicología. Pero esto no quiere decir que los fenómenos sociales existan en el vacío y que estén pletamente divorciados de los otros aspectos de la realidad.
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La sociología ha logrado su madurez como ciencia no sólo porque con la investigación y la teoría ha descubierto y ordenado los hechos de la vida social. En este proceso de elevación a un rango científico la sociología se ha depurado también gradualmente de sus taciones «analógicas». Sin salirse de su campo científico, el sociólogo ha aprendido del filósofo los hechos básicos de la analogla del ser.
Distinción entre la sociología y las otras disciplinas 21
Igualmente aprende de otras disciplinas ciertos prerrequisitos del conocimiento que 10 guardan de interpretar mal la auténtica materia de la sociología. Éstos se pueden designar como requisitos «extra», pues están fuera del campo de la sociología y sólo son preliminares.
La distinción que existe entre la sociología y las otras disciplinas académicas se apreciará mejor con unos ejemplos. El estudiante de sociología, por ejemplo, ha de aprender del biólogo los hechos de la herencia. No cabe duda de que la herencia fisiológica influye en diversos aspectos del comportamiento cultural. Igualmente es un hecho el influjo que sobre las pautas de comportamiento ejerce el ambiente físico, con el clima, el suelo y los otros aspectos geográficos. El sociólogo se dirige al geógrafo en busca de la necesaria información sobre los hechos de esta ciencia. i.as disposiciones psíquicas humanas influyen en el comportamiento social. El campo de la psicología individual difiere totalmente de la sociología, pero le suministra importantes y fundamentales enseñanzas al sociólogo. Lo mismo se puede decir de la ética y de la moral, cuyos especialistas han desarrollado importantes principios y conceptos.
Toda persona instruida debiera tener un mínimum de conocimientos en estas variadas disciplinas académicas. Nadie puede ser exclusivamente un «puro» sociólogo. Una especialización adecuada en cualquier campo del conocimiento requiere una vasta cultura general. La de ser un científico, circunscrito a una determinada esfera del conocimiento, es sólo una de las múltiples funciones que el sociólogo, como ser humano, desempeña en la sociedad. La sociología es una ciencia claramente definible, un campO' en el que el estudiante puede lograr un conocimiento especializado, pero esta especialización no debe fomentarse a expensas de una formación más general.
Las otras disciplinas le proporcionan importantes conocimientos que el sociólogo debe aceptar como si fueran postulados. Los datos ofrecidos por la filosofía, la biología, la geografía, la psicología y la ética, los ha de aceptar el sociólogo como cosa examinada y probada en los respectivos campos. Estos hechos son postulados para el sociólogo, no para los expertos en cada una de las materias respectivas. El concepto enciclopédico de la sociología, que lO' abarcaba todo, hace tiempo que ha sido ya abandonado. El especialista en las ciencias sociales no se dedica_ a investigar y probar que el hombre tiene caR pacidad de gobernarse a si mismo, que existen valores morales objetivos, o que es diferente bajo muchos aspectos la estructura fisiológica de las distintas personas. El que estudie la sociedad debe conocer estas cosas, pero no ha de esperar que se las enseñe el sociólogo.
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¿Hay algo constante?
El estudiante de sociología al principio se ve con frecuencia desconcertado por la amplia información que recibe sobre la variedad de pautas de comportamiento en las diferentes sociedades. Oye y lee tanto sobre las variedades en las costumbres sociales, que se pregunta si realmente existirán uniformidades. Según vayamos progresando en el estudio de la sociología veremos que existen algunos elementos constantes en toda sociedad y en toda cultura. De hecho, los llamados principios de sociología, que forman el contenido de este libro, son los elementos constantes y universales. Basta leer los títulos de los capítulos para ver cuáles son éstos.
El que se dedica al estudio de la sociedad debe aprender a distinguir entre las semejanzas constantes y las diferencias variables. En toda cultura deben estar presentes las instituciones básicas, y toda sociedad debe contar con los correspondientes grupos básicos en los que las personas actúan conjuntamente en busca de los fines sociales. Se puede decir que la presencia de tales uniformidades forma parte de la naturaleza de la vida social. Dichos grupos e instituciones fundamentales - familiares, educativos, recreativos, económicos, religiosos y politicos - se hallan dondequiera que el hombre vive en vida social organizada. Los componentes de estas instituciones y grupos, tal como se describen en este libro, están también necesariamente presentes en todas partes_
El investigador de la sociedad no debe buscar con tanto empeño las semejanzas esenciales de comportamiento que llegue a confundirlas con las que son meramente accidentales. Las elecciones en Polonia y en Inglaterra, por ejemplo, son grosso modo lo mismo en su apariencia exterior, pero es completamente distinto su significado social. Tampoco debe dejarse engañar por ciertas diferencias accidentales. El hecho de que el norteamericano salude por la calle sin ninguna ceremonia, mientras que el japonés se inclina ante las personas con quienes se encuentra, no quiere decir que el americano carezca de cortesía. El hecho de que en una sociedad estén prohibidas las bebidas alcohólicas y en otra sociedad se sirva el vino en cada comida, no significa que un pueblo sea mejor que el otro.
Debemos aceptar por igual la uniformidad y la variabilidad, la permanencia y el cambio. Las múltiples variaciones de las constantes sociológicas en los diferentes lugares y en los distintos pueblos indican sencillamente que la sociedad y la cultura son extraordinariamente
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¿Existen valores? 23
flexibles. En una sociedad reciben los niños toda su educación formal de sus padres y de sus tíos. En otra se envía a los niños en grupo a una persona especializada en la educación. La rutina diaria del árabe que riega sus palmeras en el Sahara parece muy diferente de la actividad del esquimal que caza focas en Alaska.
Lo importante es que las instituciones educativas y económicas existen en todas las culturas. En todas las sociedades existen las mas necesidades sociales básicas, aunque la manera de satisfacerlas difiera notablemente.
¿Existen valores?
Este problema de constantes y de variables está estrechamente relacionado con la relatividad de los valores. Si hay tanta variedad a través del mundo y si la gente satisface sus necesidades en formas tan diferentes, ¿habrá algo que tenga valor permanente en la vida social? El estudiante es una persona con responsabilidad moral y, en cierto sentido, un ciudadano del mundo. Es responsable de su propio comportamiento y, naturalmente, le afectan el bien y el mal de toda la sociedad. Evidentemente esto es una cuestión de conciencia, de ética y de moral; el estudio científico de la sociología la plantea a menudo, pero no puede satisfacerla.
Desde un punto de vista científico, la sociología no está encuadrada en ningún sistema particular de moral. La ciencia social en sí misma no puede ser democrática ni totalitaria, no puede ser cristiana ni sulmana. El sociólogo, como científico, se esfuerza en evitar todo juicio moral sobre las culimas y las sociedades que estudia y analiza. Observa que los sistemas de valores difieren de una sociedad a otra y hasta de un grupo a otro dentro de la misma sociedad. Si dice que un sistema es tan «bueno» como otro o que algunos son «peores» que otros, formula un juicio de valor que brota de su función moral más bien que de su función científica.
Los valores sociales son esos elementos que los miembros de la sociedad consideran como muy importantes y dignos de estima y forme a los cuales ajustan su conducta. Probablemente nadie que esté estudiando la sociedad podrá ser completamente imparcial en su tud frente a los valores sociales. Sería, por ejemplo, una puerilidad suponer que un sociólogo no reconoce la diferencia moral entre una de criminales y una asociación piadosa. Probablemente no habrá sociólogo que pueda expurgar de sus lecciones y escritos los
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¿Qué es sociología?
valores que él admite personalmente. Los mismos adjetivos que usa revelan que capta la diferencia moral entre un sistema «opresivo» de trabajo de los niños y un sistema «libre» de relaciones en la organización del trabajo.
Bsto quiere decir que incluso el puro científico, como debe serlo todo sociólogo, no puede divorciarse completamente de la cultura en que él mismo se halla envuelto, Sus propios valores personales reflejan en cierto modo los valores sociales de la cultura que ha hecho de él un miembro social. Es importante que quien comienza a estudiar sociología caiga en la cuenta de este hecho a la vez que se esfuerza por ser imparcial y objetivo. Nos ocuparemos más detalladamente de esto cuando tratemos del etnocentrismo, que es la tendencia a enjuiciar a otros grupos conforme a las normas y valores admitidos en nuestro propio grupo. Es parte de la misma naturaleza de la vida personal y social el tener valores y obrar conforme a ellos y precisamente este hecho le impide con frecuencia al sociólogo comprender y analizar las diferentes clases de sistemas de valores.
Los valores sociales son las normas o el criterio conforme al cual ordenan su comportamiento los miembros de una sociedad. Entre las familias conservadoras francesas, por ejemplo, la única manera «correcta» de contraer matrimonio consiste en conformarse a los deseos de los padres. Por el contrario, en los Estados Unidos, muchos jóvenes creen que la única manera «correcta» de contraer matrimonio consiste en seguir el mutuo amor romántico. El mismo sociólogo, que está bajo el influjo de los valores de su sociedad mucho antes de ser hombre de ciencia, no es tan imparcial como él quisiera. Aun su comportamiento más científico supone dos juicios de valor: a) la investigación científica es una actividad valiosa; b) el hombre en sociedad es el objeto propio de tal investigación. El sociólogo que haya crecido en una sociedad que deteste el canibalismo y proteja a los niños tenderá a reflejar sus actitudes al escribir sobre una sociedad que practique el canibalismo y el infanticidio.
El problema de la fundamentación última de los valores desborda los límites de la sociología. La cuestión sobre la existencia de un cuerpo de principios de valor objetivos e irreducibles no forma parte de su estudio. En la vida social de hoy se observa en todas partes una relatividad de los valores sociales; lo que es muy valioso para una sociedad, otra lo estima sin valor y hasta perjudicial. Esto lo admite sin dificultad el sociólogo. Él estudia el hecho social de la existencia de los valores, los analiza e interpreta. Es un estudio absorb.ente: comprender cómo se originan y se desarrollan estos valores, qué fun-
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La sociología, materia de estudio difícil 25
ción desempeñan, qué efecto producen en la sociedad, hasta qué punto influyen en la vida de la gente. Para franquear este límite y dar un juicio sobre su validez definitiva e inmutable, se requiere la ayuda de los expertos en ética.
La sociología, materia de estudio difícil.
Acostumbrados a las facilidades mecánicas de nuestra moderna generación, tendemos a olvidar los enormes problemas que hubo que resolver para hacerlas posibles. Es cosa sumamente sencilla dar vuelta al botón de un aparato de radio o de televisión, de un dispositivo de aire acondicionado o de una nevera, marcar un número de teléfono o subir las pasarelas de un avión. La sencillez de estas acciones obtiene los mismos efectos, percatémonos o no del complejo sistema de nacimientos técnicos y de medios de producción que ha hecho que la acción sea tan sencilla para nosotros.
De la misma manera son muy pocos los que se dan cuenta de los factores y elementos que hacen posible un sistema viable de cultura social. El estudiante, 10 mismo que cualquier otra persona, ha estado haciendo estas cosas toda su vida; ha seguido pautas de conducta, ha admitido valores sociales, ha vivido en grupos sin prestar gran atención a estos hechos. Se sorprende al enterarse de que la logía es uno de los estudios más difíciles que puede abordar el espíritu humano. Esta dificultad proviene de tres hechos principales: a) la complejidad de la materia objeto de la psicología; b) la actuación de múltiples causalidades en la sociedad y en la cultura; e) la lidad e inestabilidad de las soluciones de los problemas sociales. a) La complejidad de la sociología. El principiante no suele percatarse de cuán sumamente complejas son la sociedad y la cultura, incluso en las llamadas formas sencillas o primitivas de vida asociada. Las pautas de comportamiento se han heredado de generaciones precedentes, y el individuo se acostumbra gradualmente a ellas sin analizarlas ni compararlas con las pautas culturales aceptadas por otras sociedades. Sólo cuando comienza a estudiar las variaciones y las combinaciones de pensamiento y de acción social que son posibles a los seres humanos, cae en la cuenta de su variabilidad y complejidad.
El análisis sociológico es difícil por ser tantos los elementos de la situación social a que hay que atender simultáneamente. Ni siquiera se puede comprender, por ejemplo, el concepto tan frecuentemente empleado de «institución social» si no se tiene bien en cuenta que una
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¿Qué es sociología?
institución es una intrincada red de pautas de pensamiento y conducta diferentes pero coordinadas, que a su vez van dirigidas a fines sociales y están regidas por valores sociales. Hay además interferencias entre las diferentes instituciones de una cultura y es difícil comprender una institución. como la educativa o la familiar sin tener también algún conocimiento de las otras instituciones principales de la cultura.
Otro ejemplo que hace al caso es la imbricación de los distintos roles sociales de las diferentes personas en una misma situación social. El rol de hija no se desempeña en el vacío. Los modos de proceder y de pensar de una hija en una familia están relacionados con las actuaciones de los otros miembros de la misma familia. Hay una reciprocidad de derechos y deberes, de pautas previstas de comportamiento, entre padre e hijo, entre hermana y hermano. Si bien los roles del uno difieren necesariamente de los del otro, entre todos ellos hay una necesaria correlación. Asimismo la persona social individual es un complejo de múltiples roles sociales. Cada rol difiere algo según el grupo social y la situación en que se desempeña, pero la persona sigue siendo siempre un individuo humano integrado. b) Causalidad social múltiple. El mismo problema de la multifor· midad y complejidad se le presenta al sociólogo en relación con los medios y los fines, es decir, con las razones por las que se hacen las cosas y con los modos de hacerlas. Para quienquiera se dedique diligentemente al estudio de la sociedad, es cosa obvia que los hechos sociales no suceden «porque sí». La teoría de que la sociedad y la cultura se desenvuelven en fases regulares y progresivas hace ya tiempo que fue abandonada por los sociólogos. No obstante, persisten todavía algunas teorías deterministas, especialmente entre los profanos en ciencia social. Se presentan con frecuencia bajo la forma de una teoría de causalidad única, es decir, una concepción que atribuye el sistema total de cultura social. o una parte del mismo, a una sola causa universal. En la conversación corriente oírnos con frecuencia explicar los fenómenos sociales por una única y soberana causa. Se oye decir, por ejemplo, que el problema de las relaciones raciales en Norteamérica se debe a la inmoralidad de los negros. O que el clima hace que los estados del Sur sean conservadores en política. O que la automatización ha causado la secularización de nuestra cultura. O que Wall Street es responsable de las depresiones económicas. O que una conspiración comunista está subyacente en la agitación estudiantil. Es casi inagotable la lista de estas simplistas «explicaciones».
La explicación de las cosas por la causalidad única es probablemente el error más propagado y pertinaz en el pensamiento social
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La sociologia, materia de estudio difícil 27
de la gente. Este error parece obedecer a dos razones principales. En primer lugar, la «explicación» simplista es la respuesta más fácil a la compleja cuestión de las relaciones humanas. El pensador perezoso capta la que a él le parece la respuesta obvia. En segundo lugar, la gente carece con frecuencia de conocimientos científicos acerca de la sociedad y de la cultura. Esta ignorancia va a veces acompañada de arrogancia y prejuicios. El estudio de la sociología es un antídoto importante para la ignorancia y la presunción a la vez.
Casi todos los asuntos de relaciones humanas, desde una cuestión sencilla como puede ser el cuidado de los niños hasta las decisiones más serias del presidente de una corporación, tienen como fundamento toda una serie de factores conexos. La gente no actúa simplemente «por instinto»; no improvisa una decisión sin disponer de una cantidad apreciable de experiencia social y cultural preliminar. Incluso la teoría de que los grandes hombres causan el cambio histórico se ha visto matizada por la constatación de que los mismos líderes son producto de su cultura y por tanto tan sólo pueden operar en los límites de su ambiente sociocultural. e) La inestabilidad de las soluciones sociales. Además de la complejidad y la múltiple causalidad de los fenómenos sociales, existe también la dificultad de los cambios en la sociedad y en la cultura. El cambio es un hecho social siempre presente dondequiera que viven juntos seres humanos, que además se complica por lo variable que es tanto en su intensidad como en su dirección. Aun las sociedades tradicionales y conservadoras que parecen ser casi estáticas, están constantemente sujetas a adaptaciones y variaciones. En este sentido el cambio social es en si mismo una de las constantes sociológicas y más adelante 10 estudiaremos con mayor detalle.
El fenómeno del cambio presenta un interminable desafío al sociólogo. A diferencia del geólogo, que puede demostrar con fija evidencia los estratos sucesivos de la corteza terrestre, el sociólogo descubre que la sociedad contemporánea no permanece «fija». Los demógrafos aprendieron ya esta lección al predecir las curvas de población. Los llamados «futuristas» descansan sobre terreno seguro al predecir el estado de la tecnología a finales de siglo, pero sólo vagamente pueden especular sobre qué cambios socioculturales resultarán del impacto del incremento en la tecnología.
El hecho del cambio no desmiente la presencia de estructuras y orden en la sociedad, pero hace más difícil todo el estudio de los problemas sociales. Hay muchas causas que influyen para producir este cambio, la más. importante de las. cuales parece ser la capacidad
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¿Qué es sociología?
de selección y de decisión que posee el hombre. Una «sociedad libre» es una sociedad más dinámica porque la persona social individual tiene mayor margen de iniciativa en sus pautas de comportamiento social. El viejo problema filosófico de la unidad y la diversidad en el mundo está aquí presente en la moderna forma científica de ordinación entre funciones y estructuras sociales.
La sociología no es reforma sOCÍal, pero los principios esenciales de la sociología son prerrequisitos para cualquier solución de los problemas sociales. Naturalmente, es de desear que se hallen «soluciones» para los problemas de la sociedad y que se establezcan ciertos principios universales de vida social. Pero en las situaciones concretas de la vida social hallamos siempre ciertos individuos y grupos que se desvían, que no pueden «encerrarse» en nuestras cuadriculadas gorías y que no actúan conforme a los principios descubiertos por la ciencia social. No existen causas únicas de los fenómenos sociales, ni soluciones permanentes para los problemas sociales; y ésta es la razón por la que los proyectos artificiales de las utopías de la sociedad tienen tan poco interés para el sociólogo.
Política social e investigación sociológica.
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Un estudiante puede dedicarse a la sociología tan sólo por la ciencia en sí misma, porque desea conocer mejor los problemas de la sociedad y de la cultura. Puede además dedicarse al conocimiento de la vida social porque este conocimiento enriquece su espíritu, le da una comprensión más penetrante de su pueblo y le facilita una objetividad más satisfactoria en su modo de juzgar a los demás. Es un hecho indudable que en estas últimas décadas la investigación de los sociólogos ha acumulado un enorme acervo de conocimientos. El estudiante moderno puede fiarse de la validez de esa información sociológica sin verse ya obligado a escoger entre un cúmulo de puras especulaciones.
Pero el estudiante es también una persona moral y un es actor encargado de los variados papeles sociales que su sociedad le impone. En este sentido no le satisface el mero conocimiento. Como persona inteligente e interesada busca probablemente la aplicación de los conocimientos sociológicos a las situaciones sociales en que él mismo vive. Esta trasposición no la puede hacer ningún libro ni ningún profesor, sinO' sólo el estudiante mismo. Una persona puede estar muy versada en sociología y al mismo tiempo tener un comportamiento social aberrante, de la misma manera que un hombre con
profundos conocimientos teológicos puede ser a la vez un gran pecador. o un experto economista puede derrochar locamente su dinero.
Se puede decir en general que el estudio y la investigación se orientan casi siempre en definitiva a «hacer mejor las cosas». En un curso introductorio de sociología se debe insistir en el conocimiento de los hechos que ha puesto de relieve el largo trabajo de investigación llevado a cabo por los sociólogos. Éste es el aspecto científico de cualquier estudio: obtener un cuerpo de conocimientos exactos y universalmente verdaderos que se puedan estudiar en forma sistemática y sobre los que se posea un alto grado de certeza. El aspecto humano y personal de todo estudio es hacer que éste sea útil y fructuoso. El estudio sociológico ayuda al individuo y a la sociedad a conseguir mejores relaciones sociales.
Un proyecto de mejoras sociales es prácticamente imposible sin el conocimiento cientifico que da la sociología. El término «reforma social» ha quedado un tanto «pasado de moda» por sus aparentes resonancias moralistas. Hoy día se usa más bien su sinónimo «política social». Sea cual fuere el término empleado, el hecho es que el administrar y el planear son elementos esenciales en una vida social organizada.
La política social supone, pues, la aplicación inteligente de la ciencia sociológica. Mucha de la planificación social del pasado se hizo a base de agudas conjeturas y tanteos. Toda familia, escuela e iglesia, todo 'club, empresa y ayuntamiento hace sus planes para el futuro, trata de resolver sus problemas, administra su personal, delimita y se esfuerza por conseguir su propia finalidad social. Todo esto no es más que poUtica social, y es mucho más inteligente y productivo realizar estas funciones basados sobre un conocimiento exacto y legítimo proporcionado por la sociología que a base de ensayos a la buena de Dios, con aciertos y errores.
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¿Para qué estudiar sociología?
Damos por supuesto que la mayoría de los lectores de este libro son estudiantes universitarios. Lo que acabamos de decir acerca de la investigación sociológica y la política social responde a la pregunta sobre la importancia del estudio de la sociología. Son relativamente pocos los estudiantes que llegan a ser sociólogos de profesión; pero todos los estudiantes viven en la sociedad y cada vez se hallan más implicados en diversas funciones sociales una vez que terminan su
¿Qué es sociología?
formación académica. Cuanto más influyente haya de persona después de sus años de estudios, tanto más útiles e importá).,tes serán para ella los estudios sociológicos.
La mayoría de estudiantes universitarios conocen a sociólogos como profesores, y, como es de suponer) cuatro de cada cinco sociólogos se dedican profesionalmente a la enseñanza. Pero inclusO' éstos tienden a volverse especialistas en la investigaci6n y en la asesoría. Estudian la conducta humana en el gobierno, la industria, la enseñanza, las parroquias y los barrios. Se dedican a los problemas sociales de la pobreza, la discriminación, la afición a las drogas, y otras formas de delincuencia. En una sociedad cada vez más compleja y cargada de problemas la profesión sociológica continúa atrayendo nuevos bros e incrementando su prestigio y utilidad. La necesidad de sociólogos profesionales bien preparados es imperiosa en la sociedad norteamericana.
Todos tenemos que vivir siempre en sociedad, asociados con los demás y desempeñando funciones sociales, y es evidente que los estudios sociológicos son una ayuda básica en cualquier carrera y profesión. La abogacía, el periodismo, la enseñanza, el comercio, la administración de empresas, la predicación, la política y cualquier otra ocupación en la que se tenga que «tratar con personas», exige un conocimiento nada vulgar de las relaciones humanas en la sociedad. Incluso la actuación en la familia, en la vecindad, en la comunidad es más inteligente y se realiza con más éxito si está basada en un conocimiento científico de la sociología.
No le corresponde al sociólogo discutir si es el conocimiento o la bondad el elemento más importante en el funcionamiento de una «buena sociedad». Es de suponer que toda persona consciente de su responsabilidad se interesa por Un «mundo mejor», pero en último análisis las mejoras sociales no se consiguen sencillamente con sólo quererlas, ni con buenas intenciones y ni siquiera con la práctica constante de la virtud social. Hay una gran diferencia entre la virtud pasiva y la virtud activa, entre aceptar los cambios sin reflexionar y promover inteligentemente los cambios.
Las personas de elevado nivel ética son elementos muy deseables en toda sociedad, pero si ignoran el análisis técnico de los papeles sociales y de las instituciones, de los procesos y de las funciones, probablemente contribuirán muy poco a un inteligente progreso social. Un conocimiento seguro de los fenómenos sociales es un prerrequisito esencial y básico para una sociedad mejor, y esto es lo que ha de ofrecer un libro de texto de sociología.
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Parte primera
PERSONA Y SOCIEDAD
El enfoque conceptual dado a este estudio introductorio de la socio-
logía parte de la idea de que las personas sociales forman la unidad de la sociedad y las pautas de comportamiento la unidad de la cultura. En
esta primera parte empezarnos por la unidad más elemental, la persona, y, pasando por las diversas formas en que está asociada con los otros, llegamos a la sociedad total.
Analizamos en primer lugar la persona social y el proceso de so-
cialización de la misma (r), luego la posición social de la persona y la
manera como alcanza esta posición en la sociedad (n), después las diversas maneras como se sitúan las personas en categorías y conglomerados sociales (HI), en grupos y asociaciones (IV) y en comunida-
des (v). El último capítulo de esta parte trata de la sociedad como un todo (VI).
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