La gran casa de mi tía

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Ibet Pinzón Gaitán

Universidad Distrital Francisco José de Caldas Facultad de Artes ASAB Asesor Adrian Gomez Proyecto de Grado 2013



“Abrió la mano. En la mano se veía una rosa recién cortada, con unas gotas de agua cristalina entre los suaves pétalos rojizos. Extendí la mano para tocarla, pero era sólo una ilustración.1” La-gran-casa-de-mi-tía es un proyecto que busca reconciliar la memoria y la imaginación, el concepto y la intuición, lo poético y lo teórico, lo personal y lo colectivo, el qué y el cómo de la escritura, intentando demostrar que es posible abordar una idea de forma creativa, develando el conocimiento implícito en la creación, y expandiendo la noción de lógica. Por todo lo anterior se puede considerar un trabajo que se arriesga a asumir lo creativo en lo plástico y lo textual, flexibilizando las estructuras que separan por capítulos referentes, marcos teóricos y antecedentes, incluyendo a estos en una narrativa, de manera que se muestran aún más vivos y latentes. De la misma manera requiere de un lector arriesgado, dispuesto a abrir su mente y adentrarse a un viaje reflexivo pero atravesado por la fantasía y la imaginación. Este proyecto se acerca a los modos de la auto-etnografía para indagar en los recuerdos personales y en el rastro que estos han dejado en la memoria, haciendo énfasis en la época de la infancia y en la casa familiar en la que esta etapa se desarrolló, asumiendo preguntas en cuanto al tiempo, la manera en que las vivencias pasadas nos construyen, y la relación confusa entre realidad e imaginación, cuestionando lo verdadero como noción única y estática ¿qué tan reales son los recuerdos? ¿Cómo podemos saber qué recuerdos son reales y cuáles no lo son? ¿Qué es lo real? ¿La imaginación no existe ya de alguna manera como realidad desde el momento mismo en que imaginamos? Estas preguntas se indagan desde varias posibilidades liberándolas a través de los dibujos, el color, las formas, la acuarela, pues no es el objetivo darles respuesta de forma definitiva y absoluta, sino permitir que sigan permeando y desestructurando aquello que creíamos estable, seguro y claro. 1 Bradbury Ray, (1920) El Hombre Ilustrado,Editorial Minotauro

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La-gran-casa-de-mi-tía ---------------------------------------------9 La Entrada a una Bonita Casa -------------------------------------------- 13 Historias en el Interior de mi Casita-------------------------------------------- 21 Un Delicioso Almuerzo y el Señor Tiempo-------------------------------------- 33 Autobiografía ------------------------------------------------------------- 39 Guardas ------------------------------------------------------------------------ 42 Bibliografía------------------------------------------------------------- -------- 44

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¡Que pequeñas debían de ser las cosas! mesitas, sillas, platos, pocillos, ¡incluso las camas!, nosotros somos la Gente Grande, por lo que quizás nos sería muy difícil vivir en una casa así. También hay casas en forma de asteroide, como la casa de un Principito2 , un pequeño asteroide llamado B612, un lugar pequeño incluso para el mismo príncipe, pero cuya pequeñez permitía hacer cosas interesantes, como ver la puesta del sol unas 43 veces con solo caminar unos pasos, o escuchar las exigencias de una flor vanidosa. Además de las tareas básicas de un hogar, tales como, arrancar plantas malas o deshollinar los volcanes, labores que eran muy importantes para el pequeño planeta. El pequeño príncipe tenía también vecinos con casas del mismo tamaño a la de él, casas muy diferentes en su personalidad. Sí, las casas tienen personalidad, depende de cómo crecen y de cómo las educamos, si las limpias todos los días serán casas alegres y llenas de vida, si nunca las limpias serán tristes y apagadas, si las llenas de muchas cosas en su interior serán gordas y repolludas, en cambio, si son muy solitarias, serán estilizadas y delgadas.

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ecuerdo que durante las fechas familiares, (como yo suelo llamarlas), es decir durante Noviembre y Diciembre, toda mi familia se reunía para hablar de los nuevas noticias, del tío que había encontrado nuevas formas de invertir plata, de los primos que se habían marchado a otro país a estudiar, de la abuela que estaba perdiendo su vista y su memoria, de los vecinos y sus nuevas adquisiciones, o del embarazo de alguna comadre. La casa de una tía siempre era el lugar favorito de toda mi familia, a simple vista no tenía nada en particular, solo era una vieja casita de campo, pero para mí siempre fue “La-gran-casa–de-mi- tía”, que, posada en la punta de una colina, observaba un pequeño pueblo con una iglesia en su centro rodeada de muchas otras casitas. Es curioso cómo puedes encontrar muchas historias en las que se habla de una casa y sus diferentes estilos, está la casa de un pequeño Hobbit1 en un lugar llamado La Colina (así como lagran–casa-de-mi-tía), construida en un agujero, un agujero con la confortabilidad que solo puede un Hobbit otorgar a sus madrigueras, con sus puertas redondas, sus interiores recubiertos de madera y habitaciones construidas en túneles que serpentean, no eran casas oscuras y húmedas, no, eran cálidas con ventanales que daban a los jardines, permitiendo que el sol entrara en las habitaciones. 1 Tolkien, John Ronald Reuel (J.R.R Tolkien) (1991). El Hobbit. Buenos Aires. Ediciones Minotauro.

Es más ¡hay casas dentro de otras casas! como la de Arrietty en su mundo de los diminutos3, (seres muy pequeñitos que viven en nuestras casas ocultos a nuestros ojos), poseía su diminuta morada bajo los retablos del suelo de una enorme mansión, cada parte de su hogar había sido construido con objetos perdidos de las personas que habitaban la enorme casa, las paredes estaba empapeladas con lo que parecía ser hojas de revistas o partituras de alguna lección de música, todo estaba adornado con flores que para el lugar eran colosales, las botellas de tinta china para ella eran perfectos floreros de cristal, los clavos que sobresalían de alguna pared eran escaleras por donde podía subir y bajar, las estampillas eran cuadros prácticos para adornar el comedor, y hasta un sencillo alfiler se convertía en una espada. Para los ojos de Arriety, la gran casa era un mundo donde podía aventurarse en las noches, tenía que moverse igual a un escalador, usando cuerdas y ganchos para llegar al mesón de la cocina y obtener víveres para su día a día, ¡es increíble! si la casa de un Hobbit es pequeña para la Gente Grande, la casa de estos diminutos debía ser algo más interesante, ¿cómo nos verían ellos? ¿Qué tan grande serían nuestras cosas para ellos? Y ¿Qué tan pequeños podrían ser? ¿Se asemejaban a una hormiga o a un insecto? Era una enorme casa que protegía a personas grandes y a la vez protegía a la pequeña casa donde vivían seres pequeños, era un mundo dentro de otro mundo, un universo dentro de otro universo.

2 Saint-Exupéry Antoine de (1968), El Principito. Medellín, Editorial Bedout. 3 Dir. Hiromasa Yonebayashi (2010). Arrietty y el mundo de los diminutos (karigurashi no Arrietty). Japón, Studio Ghibli. Film

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También supe de un hogar estupendo, era una casa que se movía en la dirección donde su dueño lo desease, El Castillo Vagabundo de Howl4 es una de mis favoritas, esa casa que está atestada de muchas cosas, era como uno de esos peces feos de muchos dientes, en su lomo cargaba otras extrañas caras, se sostenían en unas delgadas patas, muy precarias a mi parecer, temía que en cualquier momento pudiera perder el equilibrio y caer. Al entrar encuentras una enorme chimenea donde hay un pequeño fuego que lo controla todo, puedes ver una cocina con un bonito comedor, escaleras, cuartos, otras chimeneas, balcones, mini-casitas que forman otras habitaciones. Tal vez su creador tomó un puñado de casas distintas y las juntó en un confuso orden, que a su vez era hermoso en su extraño caos. Lo que más llamaba mi atención era su capacidad para estar en diferentes lugares al mismo tiempo. Si te aburrías del mar, podías ir a una hermosa llanura repleta de flores con solo girar un disco de colores. La casa subterránea bajo un gran árbol donde Peter5, Wendy y los demás niños perdidos vivían durante sus aventuras en “Nunca Jamás” , o “La Casa del Cambio” que parecía estar viva y modificaba su forma a su antojo en la cual Bastian Baltsar Bux encuentra su último deseo en “La Historia Interminable6”. Y así podría hablar de otras historias durante mucho tiempo, podría afirmar que en todas las historias que he encontrado he podido conocer alguna casa, de hecho podría considerar un libro como el hogar de una historia, ella habita en cada página del libro revelando con cada palabra los recuerdos de una maravillosa imaginación concebida por un autor. Todos hemos vivido en una casa o en varias durante toda nuestras vidas, sabemos de muchas otras, casas emblemáticas donde personajes célebres nacieron y murieron, o recordamos viejas casas que, aunque ahora no existen, se mantienen vivas en nuestros recuerdos, casas que visitamos una vez o dos pero están presentes en nuestra memoria como si hubiéramos estado toda una vida en ellas. Según un viejo diccionario, con su forma de hablar tan práctica y con sus palabras técnicas y su lenguaje pedagógico, me dijo una vez “una casa es un edificio o parte de él para vivir. Conjunto de personas que viven juntas7”. Con respecto a esta definición estoy segura que una casa debe significar más que esos simples renglones, así que decidí preguntarles a otros amigos. Gastón Bachelard era un hombre al que le gustaba hablar con poemas, siempre explicaba las cosas usando algunos de ellos, incluso cuando no era un poema la forma en que pronunciaba cada palabra parecía estar en una constante declamación, como si cada frase que saliera de su boca fuera una especial composición para quien la escuchara. Conocí a Gastón en una de mis tantas visitas a la biblioteca del

Tunal, lo encontré sentado junto a una de las ventanas del lugar rodeado de muchos libros, escribía unas palabras apresuradamente sobre unas hojas de papel, por momentos se detenía y su mirada se perdía en las volutas de nubes que flotaban en el cielo, era un señor con una larga y blanca barba, su espalda estaba un poco encorvada, supongo que se debía a la intensidad con que se dedicaba a sus lecturas diarias sentado en una misma posición. Era un hombre de libros, eso era claro, me gustaban las palabras de mi amigo Gastón, él tenía su propia opinión sobre qué era una casa. Un día, con mucha cautela, me acerqué a su silla y pregunté. —¿Disculpa? ¿Tienes idea sobre qué significa la palabra casa?— Gastón puso una mano en su pecho y con el porte de un distinguido orador dijo. —“En la más interminable de las dialécticas, el ser amparado sensibiliza los límites de su albergue. Vive la casa en su realidad y en su virtualidad, con el pensamiento y los sueños… gracias a la casa, un gran número de nuestros recuerdos tiene albergue, y si esa casa se complica un poco, si tiene sótano y buhardilla, rincones y corredores, nuestros recuerdos hallan refugios cada vez más caracterizados. Volvemos a ellos toda la vida en nuestros ensueños… Porque la casa es nuestro rincón del mundo. Es (se ha dicho con frecuencia) nuestro primer universo.”8 — Cuando terminó su pequeño discurso asentí rápidamente al ver la mirada inquisitiva de Gastón en busca de mi aprobación. —Me gusta eso que dices “un gran número de nuestros recuerdos tiene albergue”. Entiendo que una casa es como esas cajas que se usan para guardar recuerdos, en donde depositas viejas cartas, boletos de cine, envolturas de chocolates o dulces. Solo que, a diferencia de la caja, en la casa flotan recuerdos intangibles, no los puedes tocar, solo sentirlos en el aire, las casas son lugares perfectos para guardar este tipo de cosas.— Dije pensativa, al poco tiempo añadí: —Ahora puedo entender un poco más, la casas son albergues o refugios de un ser o de varios, es un lugar que nos acobija y nos protege, es por eso que dotamos al espacio de distintos sentimientos, es decir, los lugares o rincones donde podemos sentirnos a gusto se transforman por medio de nuestros sentimientos en lugares de confortabilidad, de paz, de satisfacción, de alegría, o de tristezas, de angustias, de tragedias en otros casos.— Hice una pequeña pausa y seguí diciendo: —Aún no entiendo el encanto que encuentro en las casitas de campo; es decir: aquellas que son humildes, sencillas y un poco rústicas, llenas de objetos desgastados, de enredaderas que se cuelan

4 Dir. Hayaoi Miyazaki (2004). El increíble castillo vagabundo (Hauru no Ugoku Shiro).Japón. Studio Ghibli. Film 5 Matthew Barrie James (1995), Peter y Wendy (Peter Pan). Sao Paulo. Editora Maltese 6 Ende Michael, (1985). La historia interminable : de la A a la Z. Ediciones Alfaguara 7 Roberto Castel (1986).Diccionario Enciclopedico,Castella 4. Ediciones Castel

8 Bachelard Gaston (1965). La Poética del Espacio. México. Fondo de Cultura Económica.

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Aún no entiendo el encanto que encuentro en las casitas de campo; es decir: aquellas que son humildes, sencillas y un poco rústicas, llenas de objetos desgastados, de enredaderas que se cuelan por las ventanas o suben por las paredes, de manchas que deja la humedad, del musgo que encuentra lugares perfectos para nacer.

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por las ventanas o suben por las paredes, de manchas que deja la humedad, del musgo que encuentra lugares perfectos para nacer. A veces sus puertas, rejas y marcos de ventanas están un poco corroídas por la herrumbre, este conjunto de fenómenos contribuyen a crear un aspecto intemporal a estas casitas, es como si el tiempo devorara la casita poco a poco, pero a su vez todo sucede tan lentamente que es casi imperceptible.— Gastón se inclinó un poco sobre sus hojas y dijo. —“¿A cuál de nosotros, al caminar por el campo, no le ha entrado el brusco deseo de habitar "la casa de las contraventanas verdes"?... Nuestra ensoñación quiere su casa de retiro y la quiere pobre y tranquila, aislada en el valle. Esa ensoñación habitante adopta todo lo que le ofrece la realidad, pero de inmediato adapta la pequeña morada real a un sueño arcaico. Es ese sueño fundamental el que llamamos la casa onírica.9”—

Así, gracias a esta casa, aprendí a ver lo bello en cualquier cosa, a usar mi imaginación y buscar en ella criaturas imaginarias, indagar en los pequeños rincones inexplorados, encontrar seres que pululan en el lugar de cabo a rabo, que viven en escondrijos donde les gusta jugar o comer, donde suelen retozar, donde se reúnen para hablar del sol y la luna, donde hacen banquetes y se regocijan por su inexistencia. Van Gogh aconsejó en una de sus cartas a su hermano: “encuentra bello todo lo que puedas; la mayoría no encuentra nada suficientemente bello10”. Pues bien, siguiendo el consejo de Van Gogh, decidí que mi propósito en esta casita era el de encontrar en sus detalles la belleza de esos seres que nunca existieron (¿o quizás sí?) atraparlos y jugar con ellos en hojas de papel.

—¿La casa onírica?, La-gran-casa-de-mi–tía no fue mi hogar, es decir, el lugar donde crecí o viví un largo período de mi vida, solo la visitaba una o dos veces por año, sin embargo fue en esa casa donde aprendí a jugar con mi imaginación, era un lugar donde lo humilde y lo silvestre siempre estuvieron ligados para crear espacios hermosos llenos de recuerdos y de posibles indagaciones de mi imaginación, el escenario perfecto para una niña de cinco años que juega a capturar seres imaginarios.— Sí, es una casa onírica para mí, entendiendo “casa onírica” como un lugar que he construido a partir de fragmentos de recuerdos, sueños y de la realidad, una casita perfecta para soñar y descubrir aventuras en insignificantes rincones llenos de polvo y moho, donde la naturaleza no es una invasora sino una integrante más de la familia. —No todos soñamos con una casa de campo, para otros un agujero es más placentero, o un tronco hueco, o un castillo móvil, pero en todos prevalece la idea de ser un lugar especial, el lugar que soñamos y deseamos, pues ¿no están acaso los anhelos de los autores reflejados en estas historias?— Dije en voz baja ¡Mi casita!, La-gran-casa–de-mi-tía, en ella existen tantos recuerdos como hay hojas en un árbol, son difíciles de calcular, me tomaría varias vidas clasificar cada una, sin embargo solo tengo una vida y debo usarla con cautela, además, recordar es una tarea ardua y agotadora, nunca lograría documentarlo todo, incluso creo que no todo lo que recuerdo es verdadero. Tal vez hay pedazos que simplemente imaginé, o tal vez la mitad del recuerdo es real y la otra un producto de mi imaginación, ¡que difícil es esto de la memoria! 9 Bachelard Gaston(2006). La Tierra y Las Ensoñaciones del Reposo. Mexico. Editorial Brevarios del fondo de cultura económica.

10 Fragmento de «Cartas a Theo», de Vincent Van Gogh. Londres, enero de 1874 . (1991) Barcelona. Editorial Labor.

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de sus colores opacos y descoloridos surgían pequeños conejos que saltaban de loza en loza en busca de su madre, una coneja enorme sentada en un chorro de agua, la cual esperaba con paciencia a sus hijos. La reluciente porcelana blanca de un elefante flanqueaba la entrada de la casa, chorreando agua de su gran trompa a todo aquel que osara entrar sin ser anunciado. Que poderosa puede ser la imaginación cuando vemos algo en unas simples manchas, solo es cuestión de dejarse llevar y recrear en nuestra mente distintas posibilidades. Ese fue y ha sido mi método para indagar siempre en un lugar. La imaginación permite manipular la realidad, podemos transformarnos en dioses y dar vida a lo que sea, solo necesitamos las condiciones adecuadas para explotar ese poder, en este caso es mi casita el ambiente ideal para crear un nuevo mundo y capturarlo en gotas de tinta.

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a-gran-casa-de-mi-tía era una antigua casa de grandes ventanales sin cristales, con una pequeña reja que era la puerta principal, siempre me causó curiosidad ver esa puerta, para mí era extraño que una simple reja pudiera ser una puerta, y siempre pensaba que muchas personas podrían entrar a la casa sin ser obstaculizadas por una puerta compacta y hecha de metal. En las noches solía acurrucarme frente a la pequeña reja y ver los mosquitos y otros bichos raros entrando a la casa, volando sin que nadie se molestara por su presencia. La reja estaba desgastada en sus bordes, había unos relieves sobre el metal que aparentaban rasgaduras de papel y en cada rasgadura había un pequeño hoyo donde pequeñas hormigas, de color rojo, seguían una larga línea y marchaban a un compás muy acelerado. Lo más cautivador de aquella reja eran sus curiosas tonalidades y las formas que se daban con cada cambio de color, cuando tuve más edad pude entender que estas manchas se producían por la oxidación del metal, y me preguntaba si era el tiempo quien causaba estas manchas. El Señor Tiempo siempre era un huésped en la-gran-casa-de-mi-tía, su presencia se hacía evidente en las viejas lozas dispuestas en la entrada de la gran casa, dos filas de ellas formaban un pequeño camino, cada loza era diferente una de la otra, y en cada una se notaban las pisadas del Señor Tiempo,

Aquel niño de la historia interminable es un buen testimonio de lo importante que es la imaginación, Bastian Baltasar Bux supo lo que fue crear de “La Nada”11 algo nuevo. Sin embargo ¿Solo es posible crear algo nuevo a partir de nada? ¿La imaginación solo funciona en un espacio donde no hay nada? Y ¿Qué es “La Nada”? ¿Es un espacio donde solo hay vacío? La imaginación es un pez que vive en un mar de recuerdos, mar que está constantemente amenazado por el olvido. Si el olvido consume el mar de los recuerdos no podrá vivir el pez, y si no existe el pez entonces surge “La Nada”. La imaginación solo es posible si hay recuerdos, y el olvido es la enfermedad que lleva a la nada, es por ello que Bastian fue el héroe dentro de la historia interminable, al encontrar una cura a esta enfermedad sacrificándose él mismo, cuanto más imaginaba más recuerdos perdía, esto solo pudo significar que los fragmentos de su vida fueron transformados en los componentes primordiales para dar origen a sus aventuras. Los recuerdos son los que nos definen como persona, es a partir de nuestras experiencias que construimos nuestra identidad, sin recuerdos estamos condenados a ser infectados por la nada. Creí que en esta parte era ideal escuchar la opinión de un científico, y por ello vi la necesidad de salir en búsqueda de uno. Navegué durante 18 lunas, preguntado en muchos puertos si conocían de algún experimentado científico en materia de recuerdos, hasta que por fin di con uno, su nombre era Eduard Punset, supe de él al llegar a una inmensa isla llamada Redes12 , en ella habitaba un sin número de distinguidos eruditos en diferentes campos de la ciencia, cada día realizaban importantes conferencias en el centro de la isla, donde se trataban y analizaban distintos temas. Hablar con el señor Punset directamente era imposible, dado sus múltiples compromisos, sin embargo tuve un golpe de suerte al 11 En la “Historia interminable” fue una terrible enfermedad que consumía el mundo de Fantasía. 12 Es el nombre del programa dirigido por Eduard Punset. www.rtve.es/redes

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...dos filas de ellas formaban un pequeño camino, cada loza era diferente una de la otra, y en cada una se notaban las pisadas del Señor Tiempo, de sus colores opacos y descoloridos surgían pequeños conejos que saltaban de loza en loza en busca de su madre, una coneja enorme sentada en un chorro de agua la cual esperaba con paciencia a sus hijos.

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enterarme de que ese mismo día él llevaría acabo una ponencia donde se hablaría de la creación de los recuerdos. Cuando llegué al lugar del encuentro, vi a muchas personas vestidas con largas batas blancas, todos ellos sentados alrededor de un pequeño escenario circular, busqué entre la multitud algún espacio y tomé asiento, en el centro se hallaba el señor Punset acompañado de otro científico el cual fue presentado como el Neurocientífico Martin Conway, después de una breve mención sobre sus títulos y estudios el señor Punset dio inicio a el conversatorio. —“Nuestros recuerdos son reales, son ficticios, son un invento, ¿cómo es posible que podamos ir construyendo poco a poco la memoria, los recuerdos, cosas que nos han pasado y cosas que hemos visto a duras penas y que inventamos? ¿Son reales los recuerdos o son ficticios13?”— El Neurocientífico agradeció la asistencia a todos los presentes y respondió. —“Los recuerdos a la vez son reales y no reales. A veces pueden incluso ser hiperreales. Pensamos que están organizados en dimensiones. En un extremo, se corresponden muy directamente con nuestra experiencia del mundo pero en el otro, se corresponden con lo que somos, lo que somos al margen de la realidad14”—. Pensé durante un momento —Eso quiere decir que un recuerdo se construye a partir de nuestras experiencias vividas pero al mismo tiempo se componen de lo que soñamos, ¿Entonces cómo sé que es real y que no?—. Decidida a saber la respuesta a mi pregunta levante mi mano tímidamente. —Disculpe señor Conway— todos en el recinto volvieron sus rostros al lugar donde me hallaba —Según entiendo, usted afirma que los recuerdos son en alguna medida producto de nuestra imaginación, entonces ¿Cómo podemos distinguir entre lo real y lo irreal?— Alguien cerca a mi emitió un sonido ronco que podía ser una toz ahogada, a mi lado se encontraba sentado un elegante señor vestido de traje, (no me había percatado de su presencia antes) era el único en el lugar que no llevaba puesta una bata, al mirarlo hizo un ademan con la mano indicándome que me sentara, el señor se puso de pie y habló con un acento muy marcado, al parecer era Alemán.

—“¿Qué Significa por otro lado “recuerdo”? La conciencia que basamos en él es demasiado vaporosa. Lo que acabamos de decir, leer o hacer se convierte, un instante mas tarde, en pura irrealidad. Existe sólo en nuestra memoria, y así toda nuestra vida, todo nuestro mundo. Lo que logramos definir como real es únicamente ese momento infinitesimal del presente, que ya ha pasado en cuanto queremos pensar en él.15”— —¿Entonces todo lo que recordamos es irreal?— —Pequeña, es irreal en la medida en que ya pasó, es algo del pasado y no existe en el ahora—. Después de está breve pausa, el Señor Punset sugirió la misma pregunta al Señor Conway. —“¿Cómo vosotros, los científicos, diferenciáis un recuerdo real de otro que no lo es?16”— —“Bueno, a grandes rasgos, no podemos… en cuanto a los recuerdos se refiere, pero hay algunas cosas que podemos decir y hay algunas teorías en torno a ciertos hallazgos que son importantes Lo primero que hay que cuestionar realmente es qué quiere decir alguien cuando dice que un recuerdo es real, qué quiere decir cuando dicen que es verdad: ¿verdad en qué sentido?, ¿de qué estamos hablando? Bueno, estamos hablando de nuestra experiencia del mundo. Bien, podría ser que haya una feliz coincidencia entre nuestra experiencia del mundo y el mundo, que represente realmente lo que está sucediendo, pero también podría ser que no.17”— De nuevo el señor elegante intervino. —‘‘¿Cómo podemos estar seguros de que no hemos surgido esta mañana, hace un hora o hace un instante, con una memoria de treinta años, cien o mil años? No hay certeza, porque no sabemos lo que es la memoria y de donde viene. Pero si las cosas son así, si el tiempo no es más que el modo en que nuestra conciencia percibe un mundo que no tiene tiempo, entonces, ¿por qué no habría de haber recuerdos de algo que nos pasará en un futuro próximo o lejano?18” — Y cerrando con esta interrogativa el elegante señor volvió a tomar asiento, pregunté su nombre, era un escritor alemán llamado Michael Ende, antes de retirarse (creo que llevaba prisa, al parecer estaba terminando uno de sus libros) me regalo varios cuentos de su autoría, afirmando que en ellos encontraría varias respuestas a mis preguntas.

15 Ende Michael Ende (1992), La prisión de la libertad. Madrid, Editorial Alfaguara 13 PUNSET EDUARD (2012). ¿Cómo construimos los recuerdos?. Programa Redes de TVE. Disponible en: http://www.rtve.es/television/20121209/ como-construimos-recuerdos 14 PUNSET EDUARD (2012). ¿Cómo construimos los recuerdos?.

16 PUNSET EDUARD (2012). ¿Cómo construimos los recuerdos?. 17 PUNSET EDUARD (2012). ¿Cómo construimos los recuerdos?. 18 Ende Michael Ende, La prisión de la libertad. Madrid, Editorial Alfaguara (p 32 )

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En ese momento en mi cabeza retumbaba una frase que el Señor Ende había dicho … si el tiempo no es mas que el modo en que nuestra conciencia percibe un mundo que no tiene tiempo, ¿El Señor Tiempo no existe en este mundo? entonces ¿Qué es el tiempo? Preguntas que me inquietaron seriamente durante un buen rato y que debían esperar. El conversatorio continuó, al acabo de más de media hora de charla el señor Punset agregó. —“Señor Conway, la gente tiene recuerdos, los ha mencionado usted antes. Tienen recuerdos pero no tienen claro si son inventados o reales. Tengo muchos amigos a los que les he preguntado por sus recuerdos y se los han inventado.19”— Una sonrisa se asomó en el rostro del señor Conway. —“Creo que son fabulosos. ¡Me encantan los falsos recuerdos! Aunque son falsos no en el sentido de que se hayan inventado a propósito. La verdad es que se fueron abriendo camino desde nuestra memoria a largo plazo y en realidad vienen a apoyar de forma importante algunos aspectos de nuestra identidad personal. Como el caso de un hombre que recordaba estar en el parque con su madre cuando era pequeño viendo pasar dinosaurios por el borde de una colina.20”— Todos en el lugar rieron. El señor Conway completó su análisis al decir. — “Está claro que era un recuerdo equivocado pero él lo sentía como un recuerdo. Podemos llegar a tener falsos recuerdos pero que, a pesar de todo, llevan mensajes importantes para nosotros.21”— La charla continuó hasta entrada la noche, sin embargo no me quedé a escucharla toda pues había obtenido lo que quería, ahora tenía posibles respuestas a cuál es el origen de un recuerdo, ellas nacen de nuestras experiencias, se alimentan de nuestra imaginación y crecen en nuestra personalidad. Los recuerdos son cada ladrillo que usamos para construir el ser que somos en el ahora y el que seremos en el mañana. De igual forma fue un monito quien reveló a Bastian “Quien no tiene ya pasado tampoco tiene porvenir”.22 ¡Al igual que la historia de Bastian mis aventuras al interior de esta casita emergieron de mis recuerdos y de mi imaginación!. 19 PUNSET EDUARD (2012). ¿Cómo construimos los recuerdos?.

Pero volvamos a la entrada de La-gran-casa-de-mi-tía. Poco después del camino de lozas y de la gran figura de porcelana blanca, encontré unos matorrales algo solitarios acompañados de unas cuantas flores silvestres que crecían en un aparente caos a lado y lado de la puerta, cerca de la pared y bajo cada arbusto podía ver pequeños senderos donde caminaban elegantes damas con sus vestidos verdes, estaban dispuestas una detrás de la otra, como si realizaran una entrada ceremonial a la casa. Recuerdo que la más distinguida de todas tenía un ancho y largo vestido que rozaba la tierra y se fusionaba con la multitud de raíces proveniente de las flores y de los arbustos que se enredaban unas con otras. Escuché risas y murmullos en la fila así que decidí preguntarle a una de ellas a donde se dirigían, caminé a un lado de la casa y me acurruqué para poder susurrarle a la última de la fila, sin embargo me ignoró en repetidas ocasiones, así que callé y traté de descifrar sus cotilleos, hablaban de mí, unas decían “mira que niña más grande y monstruosa” (bueno debía parecerlo al ser tan grande para sus ojos) otra le respondía “no entiendo cómo puede llegar a La-gran-casa-de-mi-tía con el vestido sucio, los zapatos llenos de barro y las medias percudidas de polvo” otra rió a lo lejos diciendo “estuvo jugando con los otros niños gigantes, seguramente no entiende qué sucede hoy”. —¿Pero qué sucede hoy?— pregunté enfáticamente, sin embargo nadie me respondió, en ese momento recordé la frustración y la rabia que sentía cuando mis padres no respondían a mis preguntas y simplemente me ignoraban, ante lo cual yo recurría al llanto, de ese modo llamaba su atención, y pensé, con la lógica de una niña, que si eso funcionaba con los padres podía funcionar también con estas damas, así que comencé a llorar. Algunas de mis lágrimas caían como enormes gotas de lluvia sobre los vestidos verdes y muchas de las elegantes damas comenzaron a buscar refugio apresuradamente mientras gritaban: —¡ya!, ¡ya! ¡Deja de llorar, te lo diremos! la gran señora de la casa organiza un gran almuerzo y ha invitado a toda la familia, y como es claro, también vivimos en esta casa, por consiguiente también somos parte de la familia—. Miré atentamente a todas las damitas y recordé el porqué estaba yo ese día en La-gran-casade-mi-tía, era navidad y mi tía preparaba en una inmensa olla el típico ajiaco para la ocasión, pero no entendía cómo estas criaturas podían ser parte de la fiesta, así que dije: — ¿Puedo ir con ustedes?— — Eres demasiado grande como para entrar con nosotras.— De hecho la casa era muy grande para ellas, yo solo quería ver desde la perspectiva de estas damas así que debía ser más pequeña para poder entrar. Pero por ningún lado vi alguna botella que dijera

20 PUNSET EDUARD (2012). ¿Cómo construimos los recuerdos?. 21 PUNSET EDUARD (2012). ¿Cómo construimos los recuerdos?. 22 Ende Michael, (1985). La historia interminable : de la A a la Z. Ediciones Alfaguara

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¡ya!, ¡ya! ¡Deja de llorar, te lo diremos! la gran señora de la casa organiza un gran almuerzo y ha invitado a toda la familia, y como es claro, también vivimos en esta casa, por consiguiente también somos parte de la familia. —17 —


En ese momento recordé que llevaba en mi bolsillo unas cuantas migajas que hacía poco había tomado de la cocina de mi tía, las tomé en mi mano cerré con fuerza los ojos, me acurruqué y puse en mi boca los dulces de panela.

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“bébeme23” , o algún pastelillo que dijera “cómeme24”, entonces vinieron a mi mente los pequeños trozos de panela que solía darme mi papá, cuando rompían los grandes bloques para guardarlos en la alacena, de vez en cuando me encaminaba a hurtadillas a la cocina y hurtaba pedacitos de las cajas grandes donde la guardaban. En ese momento recordé que llevaba en mi bolsillo unas cuantas migajas que hacía poco había tomado de la cocina de mi tía, las tomé en mi mano cerré con fuerza los ojos, me acurruqué y puse en mi boca los dulces de panela. Imaginé cómo mis huesos y mis músculos se encogían cada vez que saboreaba cada pedazo, cuando abrí los ojos vi que todo era enorme, los pequeños arbustos ahora eran árboles colosales que se cernían sobre nosotros para protegernos de la lluvia. — ¡Funcionó! ¡Ahora soy tan pequeña que podré ver, respirar, y caminar como lo hacen estos seres!— Estaba dentro de La-gran–casa-de-mi-tía, de una forma muy diferente a la acostumbrada, era diminuta como Arrietty y me esperaba en su interior un mundo tan maravilloso como el de Alicia.

23 Carroll Lewis, (1997) . Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas. Santafé de Bogotá, Panamericana Editorial. 24 Carroll Lewis, (1997) . Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas. Santafé de Bogotá, Panamericana Editorial.

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Con mucha educación le pedí si podía montarme en él , el caballito movió su cabeza asintiendo, subí a su lomo y seguimos el camino de las damas de verde, entre la pared y los sillones rojos había un gran corredor que se dirigía a una de las curiosas paredes laterales de La-gran-casa-de-mi-tía, la pared era un muro bajo que sostenía los enormes ventanales construidos con unos curiosos ladrillos llenos de agujeros concéntricos, cada agujero estaba repleto de diminutos insectos, (claro está que para el tamaño que tenía en ese momento eran gigantes a mi parecer) telarañas, hojas secas y un poco de musgo, cada agujero parecía un pequeño apartamento uno al lado del otro, miles de criaturas se asomaron al vernos pasar, varios de ellos pedían que enviramos saludos a la Gran señora y al Señor Tiempo de su parte. —Estoy impaciente por llegar a ese banquete, saludar a la Gran señora (que claro es mi tía), y conocer al Señor Tiempo— dije en voz alta. Mi caballito realizó un sonido extraño y creo que se trataba de una carcajada, supuse que también se sentía feliz por ir a este banquete, de repente empezó a galopar a gran velocidad, cerré mis ojos y me aferré con todas mis fuerzas a su cuello, percibí su cuerpo al impulsarse para realizar un gran salto. Estando en el aire, por unos segundos, sentí que volaba sobre el muro de agujeros, cuando abrí mis ojos nos encontrábamos en el borde del gran ventanal de la sala, al no tener vidrio alguno podía ver hacia afuera y sentí miedo, para mi tamaño la distancia que había del suelo al borde de la ventana parecía un profundo precipicio.

C

uando entramos a través de la reja de la puerta vi cuatro figuras colosales rojas apoyadas en cada pared, su textura era suave pero no me gustaba su aroma a cuero viejo, siempre que me sentaba en esos sillones sentía que estaba en una tintorería, me acomodaba en ellos y hacían sonidos extraños, crujían y refunfuñaban, diciéndome ¡Quédate quieta!, ahora que era tan pequeña, al tocarlos sentía a un inmenso animal sin pelo dócil y tranquilo. Detrás de los sillones y debajo de ellos pude ver todas las pelusas y juguetes que extraviaba cuando jugaba con mis primos, cubiertos de polvo y algo tristes al estar perdidos un largo tiempo. Detrás de una gran telaraña y recostado sobre uno de sus lados encontré un caballito de plástico, corrí hacia él y con mis diminutas manos tiré de las telarañas para liberarlo, retiré parte del polvo que cubría su rostro. Al verme su cuerpo se movió y se puso de pie, con tanta velocidad y energía, que todo el polvo que lo cubría de la cabeza a la cola se disipó en el aire, su estómago estaba manchado de marrón y tenía varios rasguños en su espalda, sus patas estaban mordidas y le faltaba un pedazo de uno de sus cascos, al parecer algunos de los gatos de la casa había jugado con él e incluso había tratado de comerlo, claro está, sin éxito.

— No temas— escuché decir a una voz que venía de alguien o algo sentando en el borde de la ventana, cuando fije mi mirada en él, vi que se trataba de un ser con un aspecto hermoso, su rostro era algo confuso porque no lograba distinguirlo del resto de su cuerpo, era completamente marrón con algunos toques de amarillo y rojo. La belleza de su capa era lo que más llamaba la atención, lo cubría de los hombros hasta los pies y su textura era de papel arrugado, eso me gustó mucho, y con entusiasmo le pregunté. —¿Tu quién eres? y ¿De donde saliste?— — Solo soy algo que nace del hierro con el tiempo, estoy hecho de herrumbre, y he estado en esta ventana hace mucho, y tú ¿Quién eres y de dónde vienes?— Baje de mi caballito y me presenté —Solo soy alguien que nace de una madre y un padre con ayuda del tiempo, estoy hecha de carne, huesos y recuerdos, he venido a esta casa desde muy pequeña. —Veo que el tiempo nos afecta a ambos, pequeña.— —¡Que curioso, verdad! El Señor Tiempo es algo que no se puede ignorar — aún llevaba conmigo los cuentos que ese elegante escritor me había regalado en aquella ocasión, los había leído uno por

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uno, y había resaltado con colores los párrafos donde podría hallar posibles respuestas a mis preguntas, tomé uno de ellos y leí para mi nuevo amigo: —Escucha lo que escribió sobre el tiempo un escritor que conocí hace ya 18 lunas“El tiempo era como una espesa papilla que había que remover constantemente para que permaneciera en movimiento. En cuanto uno retiraba la mano se paraba y no había diferencia entre antes y después, como si el tiempo nunca se hubiera movido 25” al parecer el Señor Tiempo es alguien muy ocupado o inquieto, no puede estar apacible en un solo lugar, si se detuviera no existiría ¿o tal vez sí? ¿Tú conoces al Señor Tiempo? ¿Conoces su apariencia? — El ser miró sus ropas y habló sin levantar la mirada. — En realidad nunca logro verlo con claridad, lo siento cuando llega y se posa a mi lado, pero en el instante en que veo hacia atrás solo percibo sus huellas, y si miro hacia adelante no logro ver nada, trato de encontrarlo a mi lado y solo veo pequeños instantes de su presencia, no sabría decirte si va rápido o lento, lo siento con cada paso que doy y en cada latido de mi corazón. También me gustaría conocerlo. ¿A dónde te diriges?— — Al gran banquete de mi tía ¿Quieres venir también?— pregunté al ser de herrumbre, él me lanzó una mirada un poco indiferente y a la vez algo triste, respondió con una voz un poco lejana. — No creo que a tus amigas les agrade mi presencia, tengo un aroma muy particular y a nadie le gusta el rastro de color que dejo a mi paso. — —¡A mí me gustas!, ven conmigo, toda la familia está invitada, allí podremos conocer al Señor Tiempo, además tú vives en esta casa, es obvio que también estas invitado.— Dije con seguridad a lo que agregué después — ¿Cómo debo llamarte?— —No lo sé, solo soy algo a lo que el Señor Tiempo llama óxido, no creo que “óxido” sea un bonito nombre.— — Mmm ¡es verdad!, durante una tarea para mi clase de español, tuve que buscar sinónimos de muchas palabras y encontré una para óxido que nunca antes había escuchado, robín, un sinónimo de óxido es robín, tu nombre podría ser ese. — —¿Robín?, muy bien, me gusta ese nombre.—

Al Señor Tiempo en verdad le gusta jugar en esta casa, ver el traje de Robín me hizo pensar en todos los días en que, sentado en ese lugar, había visto caer la lluvia y posarse gota a gota sobre los bordes de la ventana, el viento soplar y, después, contemplar los días de calor, donde el sol sin clemencia marchitaba poco a poco los marcos de las ventanas. Ya nadie en la casa se molestaba en limpiar o en retirar el herrumbre, era una tarea inútil, mi tía ya lo había intentado antes cubriéndolo con pintura, sin embargo el Señor Tiempo volvía a ejercer su magia una y otra vez, tal vez este era el motivo de la mirada solitaria de Robín, ser indeseado no es algo que les guste a estas criaturas. No solo era Robín quien se sentía amenazado constantemente, las damas de verde, mi caballito, las criaturas que vivían en aquellos apartamentos y todos aquellos seres que nacían del desgaste y del cambio, por causa del Señor Tiempo, luchaban tenazmente con los habitantes de la casa, pero siempre era el Señor Tiempo y estas criaturas quienes prevalecían, el cambio es necesario e imposible de detener, “es una transición entre algo que se resiste a morir frente a lo que está naciendo y terminará por imponerse. 26” Lo mismo pasa con los recuerdos, el tiempo desgasta nuestras memorias, viejos recuerdos luchan contra los nuevos, de esta lucha se generan alteraciones de estas experiencias y a veces los adornamos con detalles diferentes, ¿No es acaso este mismo desgaste lo que crea nuevas historias? Tal vez no son verdaderas, pero ¿Quien puede afirmar con total seguridad que los hechos no sucedieron de esa forma? En otro de los cuentos el Señor Ende contaba brevemente los oficios de uno de sus personajes, el cual se sentía complacido al ejercer como guía turístico de su ciudad, narraba a los extranjeros acontecimientos fantásticos inventando nombres y fechas, a muchos en la ciudad su trabajo les parecía falso y deshonesto pero el siempre alegaba: —“¿Quién Sabe lo que es cierto y lo que no? ¿Quién puede saber lo que ha ocurrido aquí hace mil o dos mil años? ¿Lo sabéis vosotros?— —No —reconocían los demás — ¡Lo veis! ¡Cómo podéis decir vosotros que las historias que yo cuento no son verdad! Puede ser que, casualmente, haya ocurrido tal como yo lo cuento. Entonces he dicho la pura verdad 27”— El Señor Tiempo consume todo y a la vez da origen a todo. Robín bajó de la cornisa junto conmigo y mi caballito, al caminar, Robín dejaba una estela de polvillo amarillo sobre cada pisada, paso a paso puse mis pies sobre ese polvillo manchando mis zapatos 26 Orlando Oscar – Álzate, Curador (2010). Bienes Mostrencos, Carlos Garaicoa, Museo de arte Moderno de Medellin

25 Ende Michael Ende, La prisión de la libertad. Madrid, Editorial Alfaguara (p 44)

27 Ende Michael (1983), Momo, Madrid ; Santa Fe de Bogotá : Ediciones Alfaguara

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Solo soy algo que nace del hierro con el tiempo, estoy hecho de herrumbre, y he estado en esta ventana hace mucho, y tú ¿Quién eres y de dónde vienes?

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de ese color, cuando Robín notó lo que hacía me miró enojado, pero al mismo tiempo divertido con mi acción.

era un poco aterrador escuchar los graznidos de los pollos cuando les llegaba su hora, eso explicaba las manchas de sangre sobre las placas de concreto.

Era gracioso que un trayecto, que me llevaba tan solo un minuto de la reja principal a la trasera de la casa, me había tomado tanto tiempo. Finalmente llegamos a una inmensa reja de hierro que daba al patio de la casa, miré detrás de mí para ver si las damas de verde aún nos seguían, las vi un poco rezagadas, tenían que prestar atención a cada paso que daban para no pisar el polvillo amarillo que quedaba tras los pasos de mi amigo, a las damas de verde no les agradaba para nada la idea de manchar sus bonitos vestidos de ese color.

Frente a mí se encontraba la segunda cocina, ladrillos grandes formaban una estructura baja rectangular, en cada una de sus cuatro esquinas se erigían columnas que soportaban el peso de las tejas, la cocina se componía de un fogón de leños y un asador repleto de carbón, sobre el fogón se hallaba una gigantesca olla de la que burbujeaba un espesa sopa con un aroma delicioso, ahí se encontraba mi tía cocinando, constantemente revolvía la sopa con sus brazos regordetes y pelaba papas sobre un lavaplatos de metal, en torno a ella se encontraba toda mi familia conversando muy animadamente mientras bebían cerveza.

En la Gran-casa-de-mi-tía hay dos comedores y dos cocinas, la primer cocina era destinada a los almuerzos cotidianos, la otra se encontraba en la parte trasera de la casa, había sido construida para los eventos importantes cuando toda la familia se reunía. Infinidad de asados y almuerzos se habían llevado acabo en este lugar, y ese día era especial por la visita del Señor Tiempo. Aun debíamos recorrer algunos lugares antes de llegar al comedor principal.

Y finalmente a mi izquierda se veía la mesa donde todos nos sentaríamos a comer, todo estaba enmarcado en un fondo verde, de pequeñas casitas que se veían a los lejos, varias gallinas picoteaban el suelo en busca de comida, hostigadas por el constante piar de sus hijos, algunos perros y gatos dormían bajo el sol y otros solo esperaban con paciencia las sobras que más tarde llegarían.

El patio era el lugar más interesante de esta casita, en él encontrabas toda clase de seres deambulando por aquí y por allí, además algo especial sucedía, miles de recuerdos se superponían uno sobre otro como capas transparentes de una misma imagen en distintas etapas, dotaban al lugar de una intemporalidad palpable, su aspecto era joven y viejo al mismo tiempo. Lo antiguo y desgastado se yuxtaponía a lo nuevo y reluciente, o ¿era al contrario? solo podía pensar que el Señor Tiempo ya estaba presente en el evento.

Toda mi comitiva se entusiasmó al ver el escenario y se apresuraron a bajar los enormes escalones de la puerta trasera, debíamos seguir nuevamente un sendero de lozas rotas el cual pasaba junto a la choza y la cocina. Poco antes de encontrarnos con los soldados Hojas Secas, junto a la pared de la puerta trasera, hallé un denso bosque de plantas y hierbas, no pude resistir mi curiosidad y encaminé a mi caballito para entrar al bosque, me había separado de mis amigos, esto no me preocupaba, conocía bien la zona, acostumbraba a cazar mariposas amarillas en ese lugar cuando no deseaba jugar con mi primos.

Este lugar fue mi patio de recreo durante muchos años, de esos juegos, exploraciones y escondidillas se originaron una variedad infinita de memorias, al ser tantas empezaron a mezclarse unas con otras hasta llegar a esta particular sensación de quiebre en la línea del tiempo.

Recordaba que desde hacia mucho tiempo los restos de una ventana dormían en ese bosque, cuando la encontré, su aspecto había cambiado considerablemente, su faz había sido invadida por algo de color verde y amarillo, en algunas partes ya no se podía ver a través de ella, recorrí con la mirada la ventana hasta la parte alta y me sorprendí enormemente al ver una dama de verde gigante, era diez veces más grande que las damas que había conocido anteriormente, su cuerpo trepaba por el muro hasta el techo de la casita, con dificultad lograba distinguir su figura entre el amasijo de plantas, la dama se dirigió a mí.

A la derecha encontrabas una choza larga hecha de tejas viejas y columnas de madera. Las tejas siempre habían sido viejas, podría decir con seguridad que eran crocantes si les daba un mordisco. Bajo la sombra de ellas se encontraban tres lagos de colores, uno era negro moteado de verde, el segundo era de un azul claro lechoso y el tercero cambiaba de color según el clima, si era un día lluvioso se ponía de color gris plomizo, si era un día despejado era de un color azul profundo con fragmentos blancos, a veces sin importar las condiciones del día el agua se teñía de un rojo cristalino. El lugar era custodiado por soldados Hojas Secas, sobre los tejados, en el suelo, junto a las vigas o flotando sobre los lagos, defendían la zona de intrusos infantes, porque era allí donde mi tía sacrificaba a los pollos que serían usados en el almuerzo, por esta razón no era permitido el ingreso de niños,

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—He deseado comer de esa ventana, durante mucho tiempo, pero es inútil, no logro quebrarla, ¡la primera vez se veía tan apetitosa!, sin embargo el Señor Tiempo la ha opacado, puso sobre ella un velo blanco arrebatándole su cristalina superficie, ya no la deseo, ahora me siento satisfecha con este muro, ¡es tan delicioso!— Algo nuevo noté en el lugar, no muy lejos de donde me hallaba, encontré una torre de platos de cerámica negros, conocía esos platos, eran las cazuelas en las que mi tía servía el ajiaco, uno sobre otro se


Robín bajó de la cornisa junto conmigo y mi caballito, al caminar, Robín dejaba una estela de polvillo amarillo sobre cada pisada, paso a paso puse mis pies sobre ese polvillo manchando mis zapatos de ese color, cuando Robín notó lo que hacía me miró enojado pero al mismo tiempo divertido con mi acción. —25 —


En la Gran-casa-de-mi-tía tenían dos comedores y dos cocinas, una era destinada a los almuerzos cotidianos, la otra se encontraba en la parte trasera de la casa, había sido construida para los eventos importantes cuando toda la familia se reunía

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El patio era el lugar más interesante de esta casita, en él encontrabas toda clase de seres deambulando por aquí y por allí,

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El lugar era custodiado por soldados Hojas Secas, sobre los tejados, en el suelo, junto a las vigas o flotando sobre los lagos, defendĂ­an la zona de intrusos infantes

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Algo nuevo noté en el lugar, no muy lejos de donde me hallaba, encontré una torre de platos de cerámica negros, conocía esos platos, eran las cazuelas en las que mi tía servía el ajiaco, uno sobre otro se mantenían inmóviles formando una montaña negra, en lo alto escuché el chapoteo del agua, bajé de mi caballito y escalé teniendo cuidado de no caer.

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mantenían inmóviles formando una montaña negra, en lo alto escuché el chapoteo del agua, bajé de mi caballito y escalé teniendo cuidado de no caer. Al llegar a la cima unas singulares criaturas tomaban un baño con el agua de lluvia que se había estancado en el plato hacia unos días, tenían diferentes tamaños y colores lo único que compartían entre si era la forma de sus cuerpos, eran láminas de pared que se habían desmoronado a causa de la gigante dama verde, pues era ella quien descascaraba poquito a poco la pared. Me acerqué a una de estas criaturas tentada a tocarlas, sin saber lo que pasaría a continuación, en el instante en que mi mano rosó sus cuerpos se desintegraron en el aire cayendo en miles de pedazos sobre el agua, sentí temor al pensar que había cometido un daño terrible, me quedé pasmada y permanecí muy callada, una de las criaturas habló al ver mi expresión. —No te preocupes dentro de poco caerán más de nosotros— dicho esto, desde la pared nuevos pedazos caían al pozo del plato — ¿Podemos ir contigo al almuerzo que organiza tu tía? Al ver la indiferencia sobre lo ocurrido con su compañero, decidí seguir como si nada. –Cla-claro que sí… ¿Qué son ustedes? ¿Por qué son tan frágiles?— —Mira, ahí junto a la pared muy cerca de la dama verde están todos nuestros amigos— allí donde ellos me señalaban vi pequeños bultos que se formaban sobre la pared, eran burbujas de concreto y pintura que deseaban liberarse de la rigidez, era la dama de verde quien satisfacía sus deseos, gracias a la infinita constancia con que invadía la pared había logrado dejar en libertad a estas criaturas, era esta la razón del desinterés a su fragilidad, no les preocupaba desaparecer, pues su deseo había sido concedido. Varios de ellos trataron de bajar la montaña de cazuelas antes de desmoronarse, pocos lograron llegar al suelo. Regresé junto a mi caballito acompañada de mis nuevos amigos, juntos buscamos a Robín y las damas de verde, al reunirnos nuevamente, Robín preguntó: —¿Quienes son ellos?— Simplemente respondí — Son Migas de pared— Poco después nos encontramos con los soldados Hojas Secas, varios de ellos se apostaron a lado y lado de la choza al verme llegar, impidiendo el paso hacia el interior, en ese momento pensé que no podría ver más del lugar o conocer más criaturas. Pero, para mi sorpresa varios seres, al saber de mi llegada, corrieron a mi encuentro, sobre las plumas de gallina que flotaban en el lugar llegaban hadas de maíz, seres de piedra lisa se levantaban de los charcos de agua, masas de musgo se separaban de las paredes húmedas de los estanques y se unían a la comitiva, barras de acero contagiadas de los colores de Robín se acercaban, levantaban sus manos y con elegancia se inclinaban a mi paso, flores, mariposas, insectos, frutos pequeños, pedacitos de cristales, pompas de jabón, ramas de árboles, astillas de madera, hojas de muchos colores, incluso gatos curiosos se unían a nuestra caravana.

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Todos preguntaban si la señora de la casa pronto limpiaría los estanques, si pronto empezarían los retoques de pintura, otros comentaban ¿Recuerdas la vez que te caíste en nuestros brazos? o ¿Recuerdas los bonitos colores que teníamos antes de ser pintados nuevamente? o ¿Dentro de poco los nuevos frutos caerán? ¿Recuerdas el sabor? no me daban tiempo de responder una pregunta cuando ya me estaban formulando otra. Pasamos junto a la cocina, vi cómo mi familia nos saludaba desde lo alto, teniendo cuidado de no pisar a nadie y así finalmente llegamos a nuestro destino.


Pero, para mi sorpresa varios seres, al saber de mi llegada, corrieron a mi encuentro, sobre las plumas de gallina que flotaban en el lugar llegaban hadas de maíz, seres de piedra lisa se levantaban de los charcos de agua, masas de musgo se separaban de las paredes húmedas de los estanques y se unían a la comitiva, barras de acero contagiadas de los colores de Robín se acercaban, levantaban sus manos y con elegancia se inclinaban a mi paso, flores, mariposas, insectos, frutos pequeños, pedacitos de cristales, pompas de jabón, ramas de árboles, astillas de madera, hojas de muchos colores, incluso gatos curiosos se unían a nuestra caravana.

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que había conocido en aquella isla, el Señor Ende se inclinó para saludarme y yo respondí a su saludo, él tomó asiento junto a mi. —Es una agradable reunión, me encanta esta clase de lugares— Observó la mesa durante unos segundo y después dijo —Según entiendo hoy conocerás al Señor Tiempo, ¿no es verdad? Es un apersona muy enigmática ¿sabes?—

Un Delicioso y el Señor

Tiempo

A

l llegar a la gigantesca mesa recuerdo haber visto a todos mis primos hablando de quién sería el siguiente en contar y buscar, otros hablaban muy preocupados sobre si era mejor jugar a la pelota o con los juguetes nuevos, mis tíos discutían sobre política y futbol, mis tías discutían sobre sus hijos y su futuro, mientras tanto mi tía vertía en cada cazuela un puchado de la sopa que todos esperaban con ansias. Bajo esa mesa, una mesa más pequeña estaba dispuesta para nosotros. Aunque pequeña para los gigantes, nuestra mesa era muy amplia y estaba bordeada de un precioso mantel de rosas, cada una de las criaturas tomó asiento en diminutas sillas de madera, me senté junto a Robín y las damas de verde, mi pobre caballito tuvo que permanecer de pie junto a la mesa, aun en esta posición se sentía feliz por estar junto a los demás, a mi lado varios puestos estaban vacíos, al parecer aun no llegaban todos los invitados y, más importante no veía en ninguna de las sillas al Señor Tiempo. Mientras esperábamos al resto de invitados, observé con atención los platos sobre la mesa, todos eran distintos, algunos eran platos muy desgastados y otros eran relucientes, como si nunca antes hubieran sido usados, unos lucían antiguos, mientras que otros eran tan modernos en su forma que casi podría pensar que no eran platos en verdad si no fuera por el arroz, los plátanos y los gajos de aguacate que contenían. De repente sentí una presencia a mi lado, cuando levanté la vista vi al elegante escritor

—¿Usted lo conoce señor? — “Estaba en un largo viaje (todavía lo estoy) cuando pasé una noche en el compartimiento del tren con una pasajero curioso. Era curioso porque me resultaba totalmente imposible determinar su edad. Al principio creí estar sentado frente a un anciano, pero pronto vi que debía de haberme equivocado, porque mi compañero de viaje parecía joven, Pero también esa impresión resultó ser un error.28” El Señor Tiempo es una persona muy ocupada pero el mismo tiempo no lo es, es todo y a la vez no es nada. No entendía muy bien sus palabras a si que pregunté: —Y ¿pronto llegará el Señor Tiempo?— — Él siempre ha estado aquí, mira, ha estado a mi lado todo el tiempo.— Me incliné para observar y vi a un señor, o ¿era un joven?, comiendo a gusto del contenido de los platos, me percaté de que todos tomaban de su sopa y comían con placer, algunos ya había terminado mientras otros apenas comenzaban. Me sentía confundida y avergonzada por no fijarme en la presencia del Señor Tiempo, así que rápidamente me levanté de la mesa y lo saludé. —Es un placer tenerlo hoy aquí Señor Tiempo, debo felicitarlo por todas estas creaciones que usted ha dispuesto por toda esta bonita casa, y por todos los recuerdos que usted guarda tan amablemente en ella.— Entre bocados el Señor Tiempo trato de responder —Bracias bor esas bonitas balabras, bero bo biempre he estado baqui. Disculpa, pero esta sopa esta deliciosa. Como te decía, siempre he estado aquí, no solo es hoy, he estado aquí ayer y también estaré mañana. Pero debo decir que no soy yo quien guarda tus recuerdos en esta casita, eres tú quien los guarda en ella, tú los has depositado aquí uno por uno en el momento exacto en que llegaste.— Pensé durante un momento, luego dije. — Osea que no han existido aquí siempre, eso quiere decir que en el momento en que me vaya de esta casita ¿Ya no existirán estos recuerdos aquí?— 28 Ende Michael (1983), Momo, Madrid ; Santa Fe de Bogotá : Ediciones Alfaguara

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—Es un placer tenerlo hoy aquí Señor Tiempo, debo felicitarlo por todas estas creaciones que usted ha dispuesto por toda esta bonita casa, y por todos los recuerdos que usted guarda tan amablemente en ella.—

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—Naturalmente, incluso la casa que ves ahora, en el momento justo cuando te vayas ya no existirá.— —¡NO! entonces dónde vivirá mi tía.— —No te preocupes, para ella sí existirá pero para tí no, lo que quiero decir es que esta casita en el ahora es la que ves, pero en el después será otra, cuando regreses nuevamente ya no será igual, yo estaré eternamente cambiando este lugar. “La memoria es exactamente igual a la imaginación, sólo que trabaja al revés, es decir, imaginamos sobre nuestra experiencia matizada por nuestra creatividad; y en esta ordinaria operación es inevitable construir siempre una versión de los sucesos pasados, una versión que no se compadece de la fidelidad de los hechos reales, quizá porque está medida por nuestra necesidad de creer que lo que anhelamos y deseamos existió de alguna manera, así sea en los fantasmas del pasado. 29” Esta casa existirá para ti de distinta forma a cómo tu tía la recordará… La-gran-casa-de-mi-tía siempre será diferente para todos, incluso para quienes lean esta historia será diferente. Nunca será exactamente igual a la que ves en la realidad, los recuerdos son como fotos mentales que haces de una experiencia, solo que, gracias a mi magia, tú misma intervendrás este lugar oníricamente, y, en ese recuerdo, guardas otros recuerdos, tú misma has creado esta casita, y a estas criaturas— —¿Yo? ¿Pero no eres tú quien hace que las cosas cambien, que el óxido surja y se alimente del metal, que el moho suba por las paredes y las desmorone, que las lozas cambien de color, que los árboles crezcan y sus hojas caigan para nuevamente nacer?— —Claro que soy yo, pero estas criaturas tú las has creado, les has dado nombres y las has traído contigo a este almuerzo, yo solo me ocupé de mostrártelas, de que las vieras y que jugaras con ellas en tu imaginación. Es necesario que todo cambie, así te darás cuenta de que todo posee historias— El Señor Tiempo dibuja los caminos por donde pasa y lo transforma todo. Es evidente que en muchas casas a las cuales regresamos después de mucho tiempo, seamos capaces de percibir el cambio, porque nos parecen diferentes a como las recordábamos, tal vez se encogen o se hacen mas frágiles, además debemos tener cuenta que en muchos aspectos somos nosotros quienes cambiamos, nuestras ideas cambian al igual que nuestra personalidad, en realidad creo que somos nosotros quienes cambiemos primero, antes que las casas. Sin embargo, aún no entendía completamente qué era el Señor Tiempo, entonces pregunté. — Pero sigo sin entender, el tiempo no es algo que podamos atrapar o tocar. ¿Qué eres tú? ¿Qué es el tiempo? — 29 Orlando Oscar – Álzate, Curador (2010). Bienes Mostrencos, Carlos Garaicoa, Museo de arte Moderno de Medellin

— Soy el pasado el presente y el futuro, sin ninguna de estas tres no podría existir. “el presente solo existe porque el futuro se convierte en pasado 30” y debo agregar que todos ustedes poseen un mecanismo con el cual perciben el flujo del tiempo. Así como los humanos tienen sentidos para entender su entorno, también tienen un corazón que siente el ir y venir de mi presencia, incluso es posible escucharme en la música, la música requiere del espacio que el tiempo le de para poder moverse, soy yo quien marca los compases, las duraciones de silencios o de una nota, soy el único medio posible en el que se puede dar. Sin tiempo no hay música.— —¿De qué esta hecho el tiempo?— —Aunque me midan en horas, minutos, segundos, meses, días, años, no estoy hecho de eso, sino de recuerdos, de experiencias. Aunque finalmente todo lo que me hace es fugaz. No estoy hecho, siempre me estoy haciendo.— —¿Existe alguna forma de controlarte?— —Las palabras son una forma de controlarme, como en los ritos donde un chamán recita cantos en los cuales se habla del origen del mundo, del instante en que el tiempo de ellos empezó a andar, todos estos relatos están contenidos en sus mitos como recuerdos de su pasado, de esta manera me controlaban mágicamente. Los chamanes reviven el pasado con sus palabras, ejercen un poder sobre mí al invocar estos sucesos y me regresan, para entender el pasado y así forjar el futuro de sus pueblos. Pero debo decir que esto no es algo que le pertenezca únicamente a los chamanes, todos ustedes tienen la capacidad de recordar y en el acto de esta acción regresan el tiempo— — Pero Señor Tiempo ¿Los mitos son reales?— —Claro que lo son. Los mitos que hablan de la creación de la luna o del sol son tan verdaderos como el hecho de que tú estés aquí en este almuerzo a mi lado, la fiel prueba es el mismo sol y la propia luna ¿acaso no los ves todos los días durante las horas diurnas y nocturnas?— —¿Es posible atraparte? ¿O congelarte? ¿Impedir que te fugues? ¿Atraparte en una foto?— —Solo atraparías mi huella, no a mí, y en eso está mi valor, siempre puedes imaginarme— El Señor Tiempo permaneció callado durante un momento, esperando alguna otra pregunta de mi parte, sin embargo ya no tenía nada más que preguntar, era hora de comentarle mis propias conjeturas. —Con todo lo que usted me ha dicho, creo que los recuerdos son las experiencias que vivimos en el pasado, son nuestras historias recopiladas en bibliotecas gigantes dentro de nuestras mentes, con nuevos capítulos vamos anexado nuevos tomos a los estantes de nuestros días. Buscamos y releemos 30 Ende Michael (1983), Momo, Madrid ; Santa Fe de Bogotá : Ediciones Alfaguara

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Es en el tiempo en que todos se mueven, está en cada uno de nosotros cómo debemos manejarlo, si regresar atrás y encontrar el origen de nuestros deseos o solo seguir adelante sin tener en cuenta nuestro pasado. Es en una casa donde empezamos a dar origen a nuestro universo, es el lugar que habitamos tanto en la realidad como en la irrealidad, es un lugar que concebimos como el refugio a nuestros recuerdos, no importa si son muchas casas, o si solo es una, si tiene aspecto de un pez feo, o sin son colosales, al final siempre será nuestra casita.

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constantemente en el presente capítulos que fueron interesantes, para luego componer nuevas historias en el futuro y, junto con nuestra personalidad y habilidades, le mostramos al mundo quiénes somos y de que estamos hechos, creamos nuestra identidad. Un recuerdo siempre estará sujeto a la imaginación, es esta combinación la que permite desfragmentar la realidad a nuestro antojo y rearmarla para crear imágenes frescas en las que podamos aprehender la realidad en diversas formas. En ocasiones cuando encontramos un lugar, un objeto, una persona, un libro, una frase, una aburrida mancha en la pared o incluso una sencilla casita, y nos invita a soñar, reflejamos en nuestras acciones, bien sean dibujos, historias, videos, esculturas, escritos, el material con el que estamos hechos y nos estamos haciendo, y este material es el tiempo. Finalmente, usted no está hecho, porque nos hace a nosotros, en últimas nos hacemos mutuamente.

Los últimos en retirarse de la mesa fueron las damas de verde y mi caballito, se sentían exhaustos del largo recorrido. Me despedí de ellos dándole gracias al caballito por llevarme durante todo ese tiempo y a las damas de verde por acceder a estar con ellas desde un principio. Robín permaneció a mi lado. En cuanto al Señor Tiempo, no supe en qué momento se marchó, cuando noté su ausencia nadie supo dar razón de él, tampoco el elegante escritor que aún estaba en la mesa. El señor Ende me ofreció a dar un paseo por la colina, junto a Robín, caminamos hasta encontrar una banca muy alta hecha de ladrillos y concreto viejo. Abrigados bajo la sombra de un limonero, escalamos la banca hasta su base y nos sentamos a contemplar el bello paisaje que se teñía de naranja, anunciando el atardecer, desde donde nos encontrábamos podíamos ver montañas frente a nosotros y casitas más abajo. Robín fue el primero en hablar.

Es en el tiempo en que todos se mueven, está en cada uno de nosotros cómo debemos manejarlo, si regresar atrás y encontrar el origen de nuestros deseos o solo seguir adelante sin tener en cuenta nuestro pasado. Es en una casa donde empezamos a dar origen a nuestro universo, es el lugar que habitamos tanto en la realidad como en la irrealidad, es un lugar que concebimos como el refugio a nuestros recuerdos, no importa si son muchas casas, o si solo es una, si tiene aspecto de un pez feo, o sin son colosales, al final siempre será nuestra casita.

—El Señor Tiempo es quien nos arrebata la realidad de nuestros recuerdos, gracias a ello podemos inundarlos de imaginación, tu querías encontrar en los recuerdos de esta casa criaturas que te mostraran el contenido real de tus memorias, tanto nosotros como tus recuerdos existimos porque los has buscado, pequeña.— —Pero siempre habrán recuerdos que se pierden en el tiempo, tal vez los olvidamos porque no son importantes, pero ¿Cómo sabemos que no lo eran?, ¿Cómo recuperamos esos recuerdos?— Pregunté. — Buscándolos, creo yo— fue la respuesta de Robín.

Cada una de estas criaturas es la prueba irrefutable de las historias que contiene este lugar, son los espectadores y testigos de los pasos del Señor Tiempo, cada uno de ellos guarda recuerdos y aunque siempre están bajo la amenaza de desaparecer siempre prevalecerán, y contaran nuevas historias una y otra vez. —

El sol se ocultaba tras las montañas y podía ver como el tiempo transcurría, era el final de un interesante día.

En ese momento me di cuenta que me había perdido en mi reflexiones, al punto que estaba hablando conmigo misma y no con el Señor Tiempo. De pronto recordé que estaba junto a él, prácticamente lo había ignorado, volví a él. Pero el Señor Tiempo siempre estuvo atento a cada una de mis palabras. No dijo nada, solo me miró y dibujó una sonrisa en su rostro, un rostro que no he podido recordar. Terminada mi conversación con el Señor Tiempo, le agradecí por su presencia en el almuerzo, asintió con la cabeza y continuó comiendo. Me retiré a mi lugar, bebí de mi sopa y terminé realmente satisfecha, no solo por la comida si no por todos a los que había conocido ese día. Al cabo de una hora y media, todos en la mesa habían terminado de comer, muchos de ellos tenían conversaciones animadas, reían de sus bromas, reñían de temas sin importancia mientras el tiempo pasaba lentamente, poco a poco se fueron retirando de la mesa, se despedían agradeciendo la comida y asegurando que en el futuro nos volveríamos a ver.

Por último el escritor añadió. —Permite que tus recuerdos te sigan hasta donde ellos lo deseen, después de eso deja que el Tiempo te permita buscar e imaginar ese recuerdo que se perdió. Además debes recordar que la imaginación NUNCA se equivoca, ella no conoce la definición de correcto e incorrecto. “Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana, Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas, Esa cosa es el Tiempo. Hay calendarios y relojes para medirlo, pero eso significa poco, porque todos sabemos que, a veces una hora puede parecernos eterna, y otra, en cambio, pasa en un instante: depende de lo que hagamos durante esa hora. Porque el tiempo es vida, y la vida reside en el corazón.31” 31 Ende Michael (1983), Momo, Madrid ; Santa Fe de Bogotá : Ediciones Alfaguara

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FIN



Fue durante mis estudios que tropecé con la idea de reinventar espacios con la ayuda de criaturas imaginarias, así empecé a prestar especial atención a los recorridos que hacía a diferentes lugares y encontraba casitas un poco viejas, donde se podían ver el paso del Señor Tiempo, pues era en sus objetos desgastados, sus tejas maltrechas, o sus paredes rotas, incluso en las personas que habitaban ese lugar donde hallaba historias, que yo misma creaba. No era necesario conocerlos a profundidad, simplemente imaginaba sus vidas o los hechos de los cuales habían sido testigos durante años. Después empecé a buscar en mis memorias un sitio perfecto para almacenar estas ideas, y así encontré mi casita, La-gran-casa-de-mi-tía, un lugar cargado de miles de recuerdos que no solo me pertenecen si no que también les pertenecen a todos quienes la han visitado. Aunque no es solo mi casita, cada uno de los lugares donde hemos habitado está albergado en nuestras memorias, son los hogares de nuestras experiencias, sin embargo ¿De qué están hechos los recuerdos? ¿Cómo se relacionan con la imaginación? Y ¿Qué tiene que ver el Señor Tiempo en todo esto?

N

ací un jueves hace 26 años, de mi infancia solo tengo recuerdos después de los 5 años. Me gusta ver mi álbum de cuando era una bebé, pero no recuerdo nada de esas fotos, a veces le pregunto a mi mamá si realmente soy esa pequeña que aparece en las fotos, creo que he olvidado completamente esa época de mi vida. Sin embargo eso es ¡estupendo! a veces imagino que siempre tuve cinco años, que nuca fui un bebé, y tuve una vida complicada llena de aventuras, sin embargo en algún punto me sentí aburrida de esa vida, de esa edad y decidí crecer, como no quería extrañar ese pasado, simplemente lo borré de mi memoria. Algunos años después me sentí atraída por los cuentos y novelas, gracias al primer libro que recibí de parte de mi madrina, MOMO de Michael Ende. Me gustaba frecuentar bibliotecas y buscar nuevas historias, nuevos autores, los comics, la animación, las películas de ficción sirvieron para que decidiera empezar mi carrera como artista. Mi visión sobre el arte siempre fue romántica, en el sentido en que son los artistas quienes enseñan al mundo a ver con otros ojos, a entenderlo crudamente o metafóricamente, y también pienso que es en sus experiencias de vida donde encuentran los motivos para materializar ideas y llevar a cabo sus obras.

En varios de mis trabajos plásticos desarrollé imágenes a partir de mis sueños y mis ansiedades, en otros utilicé pequeños fragmentos de una historia que se convertía en una imagen distinta cada vez que releía sus líneas, a partir de esto dibujaba múltiples escenas de una misma idea, exigía a mi imaginación más y más respuestas a este texto. La idea de usar la imaginación como fuente primaria de mis obras se mantuvo presente en todo momento, es por ello que varios de mis referentes tanto plásticos como teóricos se mueven en el campo de la imaginación. Lisandro Dermachi32 , dibujante e ilustrador Argentino, me enseñó que en la complejidad de unos garabatos encuentras formas y figuras surrealistas ricas en líneas y trazos, usando la tinta china como su principal aliada. Él y Luis Scafatti33 me mostraron un estilo desusado de dibujo, sus ilustraciones fueron una fuerte influencia en mi trabajo, pero debo agregar que una de mis primeras influencias fueron los dibujos japoneses realizados con la técnica del Sumi-e, me sentí muy atraída por el uso de aguadas y tinta china, es por ello que adopté las acuarela y la tinta como mis principales herramientas. Después de ellos llegaron Michael Aaron Williams34 (grafittero) en él encontré cómo un dibujo en una lámina de cartón ubicada en distintos espacios urbanos genera narrativas poéticas sobre la vida, cómo el espectador puede o no percatarse de la presencia de estas imagen en sus rutinas diarias. Con Pat Perry35 vi la riqueza gráfica que se puede lograr a partir de mezclas mixtas de imágenes cotidianas, 32 Nació en Abril de 1977 en la ciudad de Rosario, Argentina, Dibujante. 33 Nació en Noviembre de 1947. Mendoza, Argentina, Dibujante y Artista Plástico 34 Nació en Octubre de 1988, Knoxville, Estados Unidos, Samford University, Birmingham, AL. Bachelor of Science in Art, Spring 2011 35 Michigan, Artist and illustrator

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agregando un poco de irrealidad a las composiciones. En Carlos Garaicoa36 percibí la carga poética narrativa y política que puede contener un lugar abandonado, “de vivir con conciencia poética nuestro entorno y revisar de manera constante nuestra memoria 37”. La animación japonesa se incluye en esta lista, especialmente las producciones de los estudios Ghibli 38 Arrietty y el mundo de los Diminutos, películas del reconocido director Hayao Miyazaki39 , El Increíble Castillo Vagabundo. Libros de fantasía como “La Historia Interminable” “Momo” “La Prisión de la Libertad” de Michael Ende40 , “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry 41, “El Hobbit” de J.R.R Tolkien42 , “Peter y Wendy (Peter Pan)” de James Matthew Barrie 43, “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll44 . Mi referente teórico lo encontré en los libros “La poética del espacio” y “La Tierra y Las Ensoñaciones del Reposo” de Gaston Bachelard45 . Finalmente es gracias a estos elementos que empecé a desarrollar esta idea de crear una historia donde hablara de mis preocupaciones sobre el origen de las memorias, el tiempo, la imaginación y el concepto de casa. Esta historia pretende mostrar en un lenguaje narrativo el estudio y análisis que he realizado en torno a estos conceptos, permitiéndome también usar mi imaginación para estructurar personajes que me ayudaran a entender y resolver algunas preguntas, así como a encontrarme con otras nuevas. Hoy por hoy, aún me encuentro resolviendo con estos personajes imaginarios miles de interrogantes que me inquietan “pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión ”46

“Rencores de una Geisha” Lisandro Dermachi

Dracula Luis scafatti

36 Nació en 1967. Cuba, La Habana, Artista Plástico, Técnico Termodinámico 37 Orlando Oscar – Álzate, Curador (2010). Bienes Mostrencos, Carlos Garaicoa, Museo de arte Moderno de Medellin 38 Estudio Japonés de Animación, Fundada en 1985 por Hayao Miyazaki e Isao Takahata 39 Nació en Enero de 1941,Tokyo, Japón, director de cine de animación, ilustrador, dibujante de cómics (mangaka) y productor de dibujos animados (anime) japonés, 40 Nació en Noviembre de 1929- Agosto de 1995, Alemania, Escritor 41 Nació en Junio de 1900- Julio de 1944, Francia, Escritor y Aviador

Outlived Isample Pat Perry

42 Nació en Sudáfrica, Enero de 1982- Inglaterra, Septiembre de 1973. Escritor, poeta, filólogo y profesor universitario 43 Nació en Mayo 1860- Junio 1937 Escocia. Novelista y dramaturgo 44 Nació en Enero de 1932- Enero de 1898, Reino Unido. Diácono anglicano, lógico, matemático, fotógrafo y escritor 45 Nació en Junio de 1884 –Octubre de 1962, Francia, filósofo francés (epistemólogo), poeta, físico, profesor de física y crítico literario 46 Ende Michael, (1985). La Historia Interminable : de la A a la Z. Ediciones Alfaguara

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Street Art Austria Michael Aaron Williams


Arrietty y el mundo de los Diminutos

El Hobbit J.R.R Tolkien

Studio Ghibli

El Increíble Castillo Vagabundo Hayao Miyazaki

Momo Michael End

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La Historia Interminable Michael End


L

as imágenes contenidas en este libro dan cuenta del proceso plástico que se desarrolló a partir de una serie de fotografías realizadas en La-gran-casa-de-mi-tía, cada fotografía fue tomada desde la visión de un ser diminuto, de manera que los objetos lucen colosales.

En estas imágenes se enfocan detalles como el moho, el musgo, o el óxido, paredes desgastadas, tejas viejas, u objetos que son interesantes en la medida en que muestran cambios en la estructura física de la casa. Sin embargo no fue una sola casita la que ayudó al proyecto, fueron varias casas de campo, en cada una de ellas encontraba pequeños elementos que podrían enriquecer gráficamente a las imágenes, en cuanto a color, texturas y composiciones. También se tomaron en cuenta animales e insectos que habitan la zona, pues ellos hacen parte de la cotidianidad del lugar y del paisaje. El material resultante de las fotografías fue organizado siguiendo un recorrido, desde la puerta principal hasta la trasera de La-gran-casa-de-mi-tía, incluyendo fotos tomadas de las otras casitas. De cada fotografía se extrajeron los elementos que, a mi parecer, fueran más llamativos, y así, en cada mancha interpretaba formas para crear imágenes, recreaba personajes que surgían del desgaste de las

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ventanas o las paredes, usaba el hábitat de los insectos para dibujar espacios pequeños, jugaba con los objetos perdidos que encontraba bajo las mesas o en el patio. También fue necesario incluir fotos de mi infancia cuando vivía en la casa de mi tía, esto me ayudó a percibir los cambios de la casa, sus alteraciones físicas en el tiempo, de esta información también sustraje elementos que ayudaron a la interpretación tanto física como narrativa de la casa. La acuarela y la tinta china han sido una de las técnicas con las que mejor me he despeñado y con las que más disfruto a la hora de crear imágenes, además de esto, se ajustaba perfectamente a mi idea de encontrar personajes en manchas. La acuarela la defino como una técnica donde tienes que saber interpretar esas manchas de color y definir formas con cada pincelada. Los colores usados fueron básicamente sugeridos por el lugar, al ser una casa de campo la presencia de plantas, arboles y flores, hicieron que predominaran los colores cálidos con algunos toques de fríos.



1.Ende Michael, (1985). La Historia Interminable : de la A a la Z. Ediciones Alfaguara 2. Ende Michael (1983), Momo, Madrid ; Santa Fe de Bogotá : Ediciones Alfaguara 3. Ende Michael (1992), La prisión de la libertad. Madrid, Editorial Alfaguara 4. Orlando Oscar – Álzate, Curador (2010). Bienes Mostrencos, Carlos Garaicoa, Museo de arte Moderno de Medellin 5. Carroll Lewis, (1997) . Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas. Santafé de Bogotá, Panamericana Editorial. 6. Fragmento de «Cartas a Theo», de Vincent Van Gogh. Londres, enero de 1874 . (1991) Barcelona. Editorial Labor. 7. Bachelard Gaston (1965). La Poética del Espacio. México. Fondo de Cultura Económica. 8. Bachelard Gaston(2006). La Tierra y Las Ensoñaciones del Reposo. Mexico. Editorial Brevarios del fondo de cultura económica. 9. Saint-Exupéry Antoine de (1968), El Principito. Medellín, Editorial Bedout. 10. Matthew Barrie James (1995), Peter y Wendy (Peter Pan). Sao Paulo. Editora Maltese 11.Tolkien, John Ronald Reuel ( J.R.R Tolkien) (1991.), El hobbit, Ediciones Minotauro.

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1. Dir. Hayao Miyazaki (2004), El increíble castillo vagabundo (Hauru no Ugoku Shiro). Studio Ghibli. Film 2. Dir. Hiromasa Yonebayashi (2010), Arrietty y el mundo de los diminutos (karigurashi no Arrietty). Studio Ghibli. Film

1. Punset Eduard (2012). ¿Cómo construimos los recuerdos?. Programa Redes de TVE. Disponible en: http://www.rtve.es/television/20121209/como-construimos-recuerdos



A mi asesor de Proyecto de Grado Adrian Gómez, por mostrar un sincero interés en mi proyecto y por la orientación en el desarrollo de mis ideas. Agradezco a mis padres por permitirme elegir mi propio camino, por apoyarme en mi carrera y por creer en mí siempre. A mi hermano por molestarme a cada momento con mis locuras. A mis amigos por escuchar mis ideas y alentarme a realizarlas. Por último debo dar gracias a mi imaginación por existir. A todos muchas gracias.




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