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ANATOMÍA2 DE UN CAOS AÉREO AUTOPSIA DE UN PROGRAMA

Hace dos meses, el domingo 14 de mayo, La Sexta emitió un programa titulado Anatomía de un caos aéreo en la franja horaria de mayor audiencia– el prime time -, dirigido y presentado por la reconocida y reconocible periodista Mamen Mendizábal y producido por Productora del Barrio, de Jordi Évole. Este programa forma parte de una serie más amplia que recoge, en palabras de la propia periodista, “historias que han quedado incompletas y de las que, aunque el espectador crea saber todo lo que ocurrió, realmente sólo conoce los titulares”. Imposible que podamos borrar de nuestra memoria aquellos titulares ignominiosos que nos hicieron per- der amistades que creíamos verdaderas, enfrentarnos incluso con familiares o que promovieron el bullying escolar contra nuestros hijos. Aquellos titulares que hicieron posible que llegáramos a ser acusados de un delito tan grave como el de sedición por cuenta de una alarma social promovida por el propio Gobierno, las altas instancias de la Judicatura y los medios de comunicación. Por todo ello, no cabe menos que felicitarnos por el hecho de que una importante cadena de televisión decida doce años más tarde, cambiar el framing (el encuadre de la noticia) y darnos una oportunidad real para contar nuestra verdad y no la mal contada.

Mamen Mendizábal declaraba durante la presentación de esta nueva serie que iban a utilizar un formato audiovisual tipo true crime. Un modelo nacido en la televisión norteamericana centrado en la investigación de hechos relevantes, mayormente asesinatos, en el que se ofrecen diversas pistas envueltas en cierto halo de misterio, para que el propio espectador sea cómplice en el descubrimiento del verdadero culpable.

Nada mejor para ambientar un true crime que una supuesta sala de autopsias: pared azulejada en blanco, mesa de acero inoxidable y luz azulada. La presentadora siempre presente a poco más de un metro y medio de sus invitados, sus rodillas reflejadas en el canto de la mesa dan cuenta de ello. Enfundémonos el mono verde, los cubre zapatos, la mascarilla quirúrgica, los guantes y las gafas. Hagámonos con el cincel, el bisturí, las tijeras, las pinzas, la sierra striker, el martillo y las cánulas. Empecemos con el trabajo forense; de sangre, sólo la justa.

Disecci N E Informe Forense

El programa tiene una duración de cincuenta minutos. Su título, Anatomía de un caos aéreo, hace presagiar que no va a ser un programa de tantos; al parecer se va a respetar nuestra presunción de inocencia. El primer minuto y medio, la presentadora con voz en off acompaña varios cortes del archivo audiovisual de la cadena repleto de descalificaciones hacia nuestro colectivo por parte de los políticos, pasajeros afectados y medios de comunicación; se habla de huelga salvaje, de secuestro, de rehenes, de privilegios y de chantaje. Ninguna novedad.

La dinámica del programa se basa en intercalar las respuestas de los invitados ante preguntas directas de la presentadora para contraponer así las dos versiones. Por una parte, el tándem José Blanco y Juan Ignacio Lema, exministro de Fomento y expresidente de Aena respectivamente. Por la otra, César Cabo y Rafael Soler, ambos controladores aéreos destinados en Torrejón. Para el final dejaremos las demoledoras respuestas dadas por el juez Vázquez Taín. En el metraje se incluyen, a modo de enlace o transición entre las preguntas y respuestas, imágenes de archivo, pantallazos de la hemeroteca y la recreación de algunos hechos de los que fuimos acusados. Dicha recreación fue rodada en la torre de control del aeródromo logístico e industrial de Teruel, el cementerio de aviones más grande de Europa. Por alguna razón que desconozco, no aparece mención alguna a dicho aeródromo en los créditos finales del programa.

Para valorar la ecuanimidad de un programa de este tipo resulta importante conocer de cuánto tiempo han dispuesto los intervinientes para defender su postura. En el año 2010, RTVE emitió el 4 de diciembre un programa de Informe Semanal titulado Extorsión de altos vuelos, todo un aquelarre de desinformación donde la objetividad, veracidad y pluralidad brillaron por su ausencia. En dicho programa el Gobierno y los afectados dispusieron del 34,69% del tiempo total del programa para básicamente demonizar a los controladores aéreos, frente al 8,69% que se ofreció a los controladores. Sólo tres controladores fueron entrevistados frente a los 16 pasajeros afectados. Un 12% del tiempo total del programa se empleó en reproducir una grabación de la noche del día 3 de diciembre en el hotel Auditórium de Madrid, donde una turba de pasajeros increpaba e insultaba a los compañeros allí presentes.

En el gráfico 1 podemos ver cómo se repartió el tiempo en el programa Anatomía de un caos aéreo entre las partes enfrentadas.

He podido saber que las entrevistas a cada uno de los invitados, grabadas en un estudio de San Sebastián de los Reyes, duraron casi una hora y media. De entre todo ese material, la productora editó los cortes que, a su parecer, eran de mayor interés. En el cuadro 1 podemos ver cómo se repartió el tiempo entre las partes enfrentadas.

A Pepe Blanco es al que más cancha se le ha concedido, casi nueve minutos. Emplea su tiempo básicamente en poner de relieve titulares ya caducos; su principal argumento consiste en hablar de nuestros sueldos de 2010. Cada vez que esto sucede, el programa intercala una instantánea donde se ve caer billetes de cincuenta euros del cielo con un gran ventilador que los agita. Al comienzo del programa. y para ir abriendo boca, el exministro, en un ataque de sinceridad, llega a decir: “Además de estar ganando una pasta gansa, nos tocáis los cojo… las narices”. Según afirma, nuestra única prioridad era trabajar lo menos posible y ganar lo máximo.

Es un mantra que lleva utilizando desde el mismo instante en que fue nombrado ministro de Fomento en abril de 2009. Al tomar posesión, algunos colegas gallegos del partido le felicitaron y él se despachó diciendo: “Muchas gracias, pero bueno, soy ministro de un ministerio donde hay dos mil tipos, controladores aéreos, que ganan más que yo”.

El titular fijo en todas las portadas de periódicos era: “El Ministerio de Fomento quiere recortar la deuda de Aena eliminando de raíz el principal problema, que son los sueldos de los controladores aéreos”. Recordemos que la deuda acumulada del Ente Público ascendía entonces a 12.000 millones de euros.

Y ahí se ha quedado anclado, trece años más tarde. De nada vale para él lo publicado en el informe 938 del Tribunal de Cuentas de marzo de 2012, donde se fiscalizaban los ingresos, gastos e inversiones de Aena en los años 2009 y 2010. Según dicho informe, en 2009 las pérdidas del Ente Público, ligadas a la unidad de navegación aérea, supusieron sólo el 7,64% (27 millones de euros). El problema no eran nuestros sueldos, el problema era el despilfarro en ladrillo y hormigón.

“¿De verdad el Ministerio no sabe que sacando ese decreto un 3 de diciembre no va a pasar nada en los aeropuertos?”, le pregunta Mamen Mendizábal. Blanco responde que, efectivamente, le habían llegado “impus” desde el primer momento y que, aun siendo un “viernes de puentes”, después del Consejo de ministros había regresado al Ministerio para comprobar cuál era la reacción de los controladores. Pero lo cierto es que se estaba preparando para gestionar un caos ya planificado que le catapultase políticamente. Sin embargo, nada salió como él preveía. Cuando la propia empresa forzó el cierre del espacio aéreo y los militares pusieron objeciones a militarizarnos, su plan se derrumbó. “Era consciente de que ese día podía acabar mi carrera política”, afirma en el programa. Y eso fue lo que ocurrió. De posible sucesor de Zapatero (le ganó la partida Rubalcaba), se quedó en eurodiputado en Bruselas (que no está nada mal con su preparación).

También afirma que fue “una noche que no he dormido”. Así que no le quitaba el sueño asegurar el derecho de la ciudadanía a la libre circulación, sino más bien su propio destino.

Ahora que además es lobista, parece un acérrimo defensor de lo privado frente a lo público, convirtiéndose en un miembro del PSOE neoliberal. No es de extrañar, por tanto, que la llamada de su predecesor Álvarez Cascos,

Popular, le reconfortase tanto al reconocerle “su valor y gallardía”. Seguramente por su miopía no hizo la mili.

Juan Ignacio Lema es el único que aparece en pantalla con una carpeta sobre la mesa; como ingeniero que es, necesita datos sobre los que apoyarse. Resulta chocante como al presentarse, antes de decir que fue presidente de Aena, el cargo institucional y empresarial más alto que haya ostentado nunca, manifiesta ser ingeniero aeronáutico, algo que, a su entender, le confiriese un plus de credibilidad.

Comienza diciendo que los controladores españoles ganábamos por entonces tres veces más que un controlador inglés y éramos la mitad de productivos. En su carpeta no llevaba apuntado cuántas horas anuales trabajaba de media un inglés según datos de Eurocontrol (1.434) y cuantas un español (1.799): la diferencia es de 365 horas anuales, unos cincuenta servicios más al año que, descontando las vacaciones, supondría trabajar cinco días más al mes que un inglés. Respecto a la productividad, qué decir, tampoco llevaba copia en su carpeta del correo que la jefa de Estrategia y Planificación de Navegación

Aérea envió el 4 de abril de 2011 a Carmen

Librero, en el que quedaba patente cómo la empresa maquillaba esos datos.

Reconoce, al igual que Blanco, que esperaban que el relevo del 3 de diciembre por la tarde no se produjese. Sin embargo, se hizo con normalidad. Una hora más tarde del relevo, según cuenta, Carmen Librero le llama para decirle que los controladores están “abandonando su puesto”, una expresión que él mismo puso entre comillas con el característico gesto de elevar dos dedos de cada mano. No puso sin embargo reparos en que en los medios y terminales aéreas se anunciase lo siguiente: “Por el abandono masivo de controladores aéreos, las operaciones aéreas quedan suspendidas”. Un mensaje, según él, para que los pasajeros entendiesen por qué se cerraba el espacio aéreo. Ante problemas complejos, respuestas sencillas…, como en el cálculo infinitesimal.

Nuestros compañeros César Cabo y Rafael Soler hacen un magnífico papel defendiendo al colectivo. El primero de ellos, antiguo portavoz de USCA, hace como siempre una defensa del colectivo razonada y ecuánime. Goza de credibilidad ante los medios y apunta algunas claves para entender por qué el Gobierno fue el primer interesado en generar y agrandar hasta el extremo aquel caos. Entre ellas, la inminente privatización de Aena, un proceso complejo en el que los controladores aéreos podríamos llegar a ser un obstáculo.

Rafa Soler, un compañero menos conocido, resultó ser testigo de excepción de lo ocurrido en la sala de control de Torrejón durante la tarde del 3 de diciembre. Ningún otro invitado estuvo allí aquella tarde. Como buen colchonero -aparece en la entrevista con un pin del Atlético de Madrid en la solapa- nunca dio nada por perdido, fue perseverante y luchó ante las dificultades, sin importarle el rival que tuviese en frente. Fue uno de los catorce controladores aéreos de Madrid, junto a César Cabo, que decidieron no adherirse al acuerdo de conformidad pactado por USCA y comparecer ante un juzgado de lo penal. En la entrevista defien- de con pasión los mismos argumentos que expuso durante el juicio penal: no hubo ni por asomo abandono de los puestos de trabajo, el espacio aéreo fue cerrado de forma progresiva bajo las órdenes de los gestores de Aena y si se firmaron los famosos formularios 34.3 fue a instancias de aquellos mismos gestores que aseguraron que firmándolos, el personal de servicio aquella tarde quedaría más protegido ante futuras sanciones y represalias.

La Verdad Judicial

Pasada la media hora, Mamen Mendizábal anuncia “que la Justicia va a traer un interesante giro de guion”. Ya hay sentencia absolutoria. Entonces aparece en pantalla el juez José Antonio Vázquez Taín que, durante 129 segundos, la intervención más larga sin interrupciones de todo el programa, desmonta jurídicamente todas las falsedades vertidas contra nuestro colectivo. Dos minutos más tarde, dispone de otros 91 segundos adicionales para ahondar en sus argumentos. Su testimonio resulta necesariamente demoledor para el espectador: “Yo tenía la conciencia de que eran culpables y, una vez que empecé a estudiar la causa, me di cuenta de que la realidad era muy distinta de lo que se había reflejado en los medios de comunicación”. Según afirma, se trataba de un “conflicto de poder, en el que una de las dos partes quería romper la baraja”. “Esa situación fue cerrar el espacio aéreo” asegura, consiguiendo que “los ciudadanos se pongan en contra de los controladores aéreos y los consideren sus enemigos”. Basándose en la sentencia, el juez afirma que la mitad de los formularios 34.3 fueron firmados después del cierre del espacio aéreo, y que no hubo huelga encubierta porque cuando se cerró el espacio aéreo nadie estaba abandonando su puesto de trabajo. El veredicto absolutorio de la Audiencia Provincial de Madrid parece no haber cambiado el discurso de Blanco y Lema. Ambos acatan la sentencia, pero no la aceptan. No asumen los hechos probados de la misma e insisten en que sí hubo abandono masivo y por sorpresa de nuestros puestos de trabajo. Blanco, para terminar, viene a decir que él nunca quiso que un controlador acabase en la cárcel. Siendo tan magnánimo, no se entiende cómo su amigo confeso, el ex fiscal General del Estado y actual presidente del Tribunal Constitucional Cándido Conde-Pumpido, emprendió acciones legales para acusarnos del delito de sedición, que lleva penas asociadas de hasta ocho años de cárcel, una propuesta que él mismo respaldó junto al resto del Gobierno. Sólo era para asustarnos.

Para nosotros su programa ha sido un regalo estupendo, en doce años es la primera vez que alguien nos da la oportunidad de contar nuestra verdad.

Pues ya me alegro, porque no sabes lo difícil que fue convenceros a todos para que participarais. Habíais salido tan escaldados de aquel proceso que hasta el ultimísimo segundo todo el mundo parecía querer cancelar la entrevista.

Creímos que el anuncio de las nuevas privatizaciones de torres podría tener relación con el programa…

Parecía que era un complot y que también estaba yo metida en él, pero el programa te aseguro que se me ocurrió hace ya muchos meses.

Al comienzo del programa lanza una pregunta al aire: “¿Pero fue esto lo que realmente pasó o fue sólo lo que nos contaron?” Tal vez debería haber dicho “os contamos” ¿No le parece? Digo “nos contaron” exactamente porque en el momento de los hechos fue eso lo que nos contaron a todos. Tú puedes tener capacidad de rectificación y

La Obsolescencia Informativa

Casi al final del programa, Lema afirma con absoluta desfachatez: “yo no sé si a estas alturas de la película es un tema que a la gente le pueda apasionar”; “Diez años después, poco importa que ganen o que pierdan”. El juez Vázquez Taín también afirma en referencia al juicio: “Judicialmente han ganado, pero socialmente siguen siendo culpables”.

Efectivamente, pasados más de doce años, el daño reputacional a nuestro colectivo ha quedado asentado en la conciencia análisis a posteriori, pero en el momento de la noticia, de la urgencia y en caliente, para los medios es muy difícil informar, sólo dependes de lo que te cuenten las autoridades, más aún si estamos hablando del Ejército o de un Estado de Alarma. Luego sí, efectivamente, podemos entonar el mea culpa por el trabajo que los medios no hicimos bien, cuando fuimos conscientes de ello, si es que lo fuimos. Mucha gente a través de este programa ha descubierto una verdad paralela que desconocía. No es que quiera quitarme culpa o responsabilidad, ni dejar de ser autocrática sobre mi ejercicio profesional, pero es que la información sólo estaba entrando de un lado. En ese momento ni puede haber un alineamiento ideológico, ni una conspiración informativa.

Ahora están de moda las agencias de verificación o fact cheking del tipo Newtral. Entonces no existían, ¿verdad?

No existían, pero de haber existido tampoco hubiesen actuado. Aquella situación no me atrevo a compararla con un atentado, pero sí con un accidente de aviación. En estos casos sólo dependes de las fuentes oficiales, no tienes otra forma de contrastar la información. Puedes conocer a un piloto o incluso tener una garganta profunda, pero al final dependes de la información oficial.

Jordi Évole afirmó recientemente que uno de los invitados más rocosos a lo que se había enfrentado había sido Pepe Blanco ¿Qué percepción tuvo usted durante la entrevista? Yo, como espectador, lo vi muy resuelto, con ganas de agradar e incluso embaucador para ganarse al público. Muy satisfecho con el papel que jugó en aquella crisis, sin importale mucho la verdad judicial y orgulloso de que en la retina de la gente quedase como el que metió en vereda a los controladores.

En este programa todos los que participasteis vinisteis a contar vuestra versión de los hechos y Pepe Blanco está convencido de que solucionó un conflicto que tenía colectiva de la opinión pública. Como dice el propio Cabo en el programa, vende más un veredicto de culpabilidad que una absolución.

Cabe preguntarnos si este programa habrá podido subvertir en alguna medida tal situación. Datos de audiencia nos dicen que Anatomía de un caos aéreo fue el programa más visto de La Sexta aquel 14 de mayo, con un total de 763.000 espectadores, con un 5,5% de share televisivo. Es un buen dato. Sin embargo, 1,6 millones se decantaron por un reality show en Telecinco, otros 1,2 millones por una telenovela en el Estado y que le llegó heredado. Él no reniega de su papel. Yo no puedo hablar por Jordi Évole ni lo quiero hacer, este programa es en un contexto diferente. Entonces era un político, y además ministro, estaría contestando sobre otros temas...

La entrevista de Évole fue el 29 de enero de 2011 y habló sobre todo de nosotros y la supuesta huelga salvaje Estábamos en caliente, pero ahora han pasado muchos años y hay una sentencia. Como le visteis fue como fue, nosotros no hemos alterado la realidad.

Para el programa convocaron al juez Vázquez Taín, que con sus autos judiciales siempre apoyó en gran medida nuestra posición, pero hubiera sido igual de lícito invitar a un abogado del despacho de Cremades, que ejerció la acusación popular contra nosotros. ¿A qué se debe este cambio de framing?

Pero si yo no he tenido ningún cambio de framing. Yo he concebido un formato televisivo de diez programas que pretende recolocar las cosas, básicamente porque muchas veces hay una verdad judicial que altera tu percepción de los hechos. Nosotros intentamos encontrar protagonistas que fuesen claves en cada una de las historias y el juez Taín sin duda lo es en la vuestra. Su resolución logra desatascar muchos procesos judiciales. Yo no he cambiado de paradigma porque yo no venía de ningún sitio, yo elegí unos protagonistas claves porque creí que su testimonio podía reconducir el relato hacia donde nos interesaba.

Antena 3 y otros 1,1 millones por una película de Robert de Niro programada por TVE1 y titulada (¡oh casualidad!) La gran estafa . Como dice Lema, el tema ya no apasiona. Hace doce años, la emisión de la segunda edición del Telediario en TVE el 3 de diciembre, presentado por Pepa Bueno, fue vista por 3,4 millones de espectadores, con puntas de hasta 8,6 millones. El programa ha sido un regalo, pero el daño ya está hecho. Más programas de este tipo, pero sobre el paso del tiempo, harán que la imagen de nuestra profesión quede restituida.

Hablando de verdades judiciales, ¿cree que tiene más peso la verdad judicial o la mediática? Como dice Taín, seguimos siendo considerados socialmente culpables.

Desde luego, la verdad judicial ha recolocado el tema para mucha gente. Periodísticamente yo estoy muy orgullosa de este programa porque pocas veces consigues cambiar la opinión pública y yo creo que con este programa lo hemos conseguido.

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