MEDIO Y AGENCIA DE PRENSA DEL DEPORTE FEMENINO ARTÍCULO PUBLICADO EL 03/08/2015 Derechos reservados – Ninguna publicación autorizada - © Sportiva-infos / Sportiva-latina ATLETISMO Lien :
http://www.sportiva-latina.com/actualidad.php?id=225
LA BELLA Y DRAMÁTICA HISTORIA DE LA COLOMBIANA MURIEL CONEO (1) Texto: Redacción Sportiva-latina. Foto DR
ATLETISMO. La atleta Colombiana Muriel Coneo, cambió su dramática historia en la pista del Estadio Atlético de la Universidad de York, en Toronto, al ganar en los últimos metros de la categoría de 1.500, y al dejar segunda y tercera a las favoritas, las canadienses Nicole Sifuentes y Sasha Gollish. Hoy publicamos la primera parte del reportaje…. Texto: Juan Esteban Lastra. Fotos: Óscar Muñoz B. / Sportiva-latina, en Toronto El estadio atlético de la Universidad de York estaba lleno la tarde del sábado 25 de julio. Había unas cinco mil personas. El termómetro marcaba 22 grados y la humedad era de 78%. El público gritaba enfervorizada. Se disputaban los 1.500 metros con las canadienses Nicole Sifuentes y Sasha Gollish como favoritas. De hecho, corrían en punta. Muy cerca de ellas, la Colombiana Muriel Coneo. A 100 metros de la meta, los gritos de Canadá, Canadá, eran uno solo. El triunfo de las locales se esperaba y se vislumbraba, pero a 45 metros de la línea final, la joven proveniente de Isla Fuerte se metió con todo y con un gesto de gran esfuerzo, logró cruzar en primer lugar… La decepción de los hinchas locales fue total, sin embargo, los aplausos se escucharon por largo rato. Reconocieron la
victoria de Muriel y la premiaron por su sobrehumano remate. La atleta de 28 años retribuyó el reconocimiento de la gente con los brazos en alto y una sonrisa que más parecía una mueca por el cansancio y el agotamiento casi total. A penas podía caminar. Segundos después, recibió una bandera de su país y una bolsa… Las náuseas por el esfuerzo no tardaron. Doblada a un costado de la pista hacía arcadas. Era el resultado de su entrega. Trató de recuperarse, pero no podía. Lo había dado todo en los 1.500 metros realizando una carrera inteligente que al final dio los frutos de su esfuerzo y estrategia. Le costó largo tiempo volver a un mejor estado. Con las pulsaciones a 200 por minutos, lentamente comenzó a volver a la normalidad, pero la cabeza ya se le reventaba. Caminaba con dificultad para poder ingresar a la zona mixta, donde un pequeño grupo de periodistas de su país la esperaba junto a su equipo de trabajo como el médico, el entrenador Libardo Hoyos y un par de compañeros. Se abrazó a ellos y las lágrimas brotaban solas. Era el desahogo de tanto entrenamiento y sacrificios. Era la medalla de oro soñada. Era el triunfo en tierra lejana y ante dos rivales de estirpe. A los 28 años demostraba su vigencia luego de 14 años de lucha en la pista y en la vida. Los orígenes Catorce años tenía cuando en su natal Isla Fuerte fue descubierta por un alemán que tenía algunas cabañas de arriendo para los pocos turistas que llegaban a la pequeña isla de 500 habitantes en tres mil metros cuadrados. Por ahí deambulaba y corría Muriel con sus cinco hermanos, jugando entre los árboles tun tun, el árbol que camina, la bonga y el manglar. El germano realizó unos juegos en la isla y vio correr a Muriel. Le llamó la atención la capacidad y rapidez de la adolescente. Habló con ella y su familia, y se la llevó a Medellín para que ingresara a un club. Así comenzó su actividad atlética que no le sería fácil. Sus padres aceptaron la propuesta porque vieron que su hija podía tener un mejor futuro que quedarse en la isla, donde la mayoría de sus habitantes se dedica exclusivamente a la pesca. Entonces ahí no había mucha proyección. “Me costó mucho llegar acá (a Toronto). Anteriormente, había tenido problemas para poder conseguir mis objetivos, entonces tenía claro que mi única meta era ganar. Por eso cuando entré a los últimos cien metros me dije ‘no me van a ganar’ (las canadienses, Ndlr). Le di y le di hasta entregar todo mi corazón y lo conseguí”, explicó minutos después cuando aún jadeaba y se le cortaban las palabras de cansada y por la emoción. Su cuerpo técnico la abrazaba uno a uno. En cada abrazo las lágrimas caían por sus mejillas. “Es imposible olvidar cómo llegué acá y de dónde saqué fuerzas para superar a las canadienses”, habla entre sollozos. J.EL. Nota La segunda parte de este reportaje: Cuando Muriel Coneo estuvo a punto de perderlo todo…
www.sportiva-latina.com