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MAG Donde el deporte y la fe se conectan


“Por tanto, tambiénnosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante”, De la Biblia Hebreos 12:1

Todo el Mundo Está Mirando

Como capitán de mi equipo de fútbol, todo el mundo me busca para que los oriente, especialmente cuando surgen situaciones difíciles. Jugar contra un equipo fuerte en una competición de Copa me dio la oportunidad de predicar con el ejemplo. Después de quedar con nueve hombres en el tiempo adicional, todas las miradas se volvieron hacia mí. Yo sabía que todos mis compañeros de equipo e incluso nuestros fanáticos estaban observando para ver si iba a hacer frente al reto o a fallar bajo la presión. Esta sería una oportunidad para mí para predicar con el ejemplo. Al igual que en un juego de fútbol, nos enfrentamos a retos cada día de nuestras vidas. En Hechos 7 podemos leer acerca de Esteban, miembro de la iglesia primitiva. Cuando se enfrentaba con la presión de adoptar una actitud por su fe en Cristo, Esteban dio un testimonio que glorificó a Dios y terminó en que perdiera su vida. Como creyentes, Dios nos mantiene a un nivel superior. “Vosotros sois la luz del mundo... Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo”. (Mateo 5: 14,16) La gente está constantemente observando para ver cómo vamos a responder cuando surjan situaciones malas. ¿Cómo respondería usted? Cuando la gente está viendo, ¿Caerá bajo la presión o enfrentará el desafío?

“¡Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová! ¡Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo!” De la Biblia Salmo 84:2

Sentimientos de Anticipación

Una de mis cosas favoritas en el deporte es escuchar el Himno Nacional de mi país tocado o cantado antes de los partidos. Esto puede parecer extraño, pero cuando lo escucho, puedo asociarlo sólo con el inicio de los juegos. Desde muy joven, observando a mis tíos jugar al fútbol profesional, el himno marcó una chispa de emoción y la anticipación de lo que estaba por venir – el regocijo del ruido del estadio, aficionados, goles y la emoción del espectáculo de los deportes. Al madurar y cuando alcancé el nivel profesional, era mi turno situarme en el centro del campo y escuchar el himno nacional, provocando muchas emociones. Era y siempre será especial. La sensación que corrió dentro de mí seguía siendo la de la anticipación, pero también era diferente. Ahora era la expectativa de la tarea en cuestión, la motivación que me impulsaría durante 90 minutos; desarrollé una rutina que todavía sigue conmigo; mi cuerpo instintivamente se mueve a ciertos compases de la canción de una manera determinada. Así era cómo me preparaba para los partidos; eran los últimos minutos de preparación que movían mis emociones a un punto de gran expectativa. Aunque han pasado mis días de juego, la rutina es la misma. Cada vez que escucho el himno nacional, esos sentimientos de expectativa vuelven. Sin embargo, esa expectativa para el inicio de un partido no es nada en comparación con mi expectativa por el regreso de Cristo. Déjese llenar hoy con las emociones de la expectativa y vea qué sucede. Sienta la venida de Cristo. Sienta el poder de la redención. Sienta su amor y su gracia.

“Cada uno examine su propia conducta. Luego puede estar orgulloso de sí mismo, sin compararse con otra persona, porque cada uno debe llevar su propia carga”. De la Biblia Gálatas 6:4

Responsabilidad

Como jugador de fútbol profesional durante seis años tomé algunas malas decisiones mientras dirigía mi camino a través de mi carrera. Como atletas a menudo nos medimos comprarándonos con los demás. Y medir el éxito deportivo no es diferente porque a veces medimos un atleta con otro para comparar registros, estadísticas, salarios, etc. Al principio de mi carrera, me comparé con los compañeros de equipo; durante mi primera y segunda temporada profesional me compraraba contra hombres mayores de más de seis años. Cada vez que miraba las comparaciones, siempre me quedaba faltando. A pesar de que me motivó a tener éxito y esforzarme para mejorar, las comparaciones nunca me permitieron estar gozoso de quien yo era o dónde estaba; siempre estaba insatisfecho. No podía encontrar la alegría. Un día, sin embargo, compartí esto con un compañero de equipo y él simplemente dijo, “La comparación ahoga la alegría”. Explicó que sólo tengo que mirarme a mí mismo y medir mi crecimiento contra donde empecé, no contra nadie más. Cuanto más aprendí a hacer esto, más alegría y éxito experimentaba en mi carrera. Como seguidores de Cristo, es muy fácil encontrar nosotros mismos comparando lo que somos con aquellos que vemos en la iglesia y otros en la vida; a menudo esto nos deja insatisfechos y sin alegría en Cristo. Pablo nos enseña que sólo hay que mirar y medir lo que somos y en lo que nos estamos convirtiendo contra lo que éramos y donde empezamos. No deje que su gozo en Cristo se sofoque por la comparación.

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“El apetito del obrero trabaja para él; su hambre lo lleva adelante”. De la Biblia Proverbios 16:26

Lo que Motiva

La temporada regular terminó y mi futuro equipo de fútbol profesional hizo bien, ganando el título de la temporada regular y en las primeras dos rondas de los playoffs. En la final, jugamos de locales, quedaron cortos cuando el partido se redujo a los tiros penales. Después de la temporada, ganaron todos los premios – Entrenador del Año, Jugador Más Valioso, Campeón de Puntaje, Portero del Año, y Defensor del Año; sin embargo, estaban sin campeonato. Me uní al equipo la temporada siguiente e inmediatamente vi un equipo con un propósito – terminar mejor. El deseo por el campeonato era contagioso. A lo largo de la pretemporada, la energía estaba alta, la competencia era fuerte y el afán de éxito y deseo del título estaban en todas partes. A medida que la temporada avanzaba, pasamos por algunas cosas difíciles; tuvimos lesiones, pérdidas e incluso algunas disputas en el vestidor. Pero nadie jamás renunció y el hambre por ganar el trofeo del campeonato nos empujó hacia adelante. Al final de la temporada, estábamos en una situación familiar; estábamos en el campeonato y llegamos a penaltis una vez más, pero esta vez el partido final era lejos de casa. Esta vez, nuestro resultado era diferente. Ganamos y el trofeo de campeón fue nuestro y la alegría fue temporalmente satisfecha. Cuando usted se encuentra hambriento, trabaja para el alimento. ¿Se muere de hambre por Cristo? Si lo hace, ¿trabaja para él? Deje que su deseo de compartir su amor sea la fuerza que motiva su fe y obras.

“No hagan nada por egoísmo o vanidad, más bien con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no sólo sus propios intereses sino también por los intereses de los demás”. De la Biblia Filipenses 2:3-4

Ir y Ser vir

Jugar en equipo proporciona a los atletas un papel en un panorama más amplio. Durante años en mi carrera profesional como defensor, mi papel era salir de la banca y ayudar a mi equipo a retener el liderazgo final. Mientras que mi papel era vital para el equipo, muy rara vez recibí crédito por un trabajo bien hecho. En todo momento me vi obligado a estar preparado para entrar al juego y hacer una diferencia. Hubo muchas veces después de una victoria que deseaba que los medios de comunicación me hubieran entrevistado o que fuera a recibir grandes cheques de bonificación o elogios de mis compañeros de equipo, de los fans o periodistas. Yo quería la atención y gratitud que me merecía, pero casi nunca llegaban. Como seguidores del Señor, todos tenemos un enorme papel que jugar en el equipo de Dios. Debemos dejar a un lado nuestros intereses de escuchar la “alabanza de los hombres” y seguir el ejemplo de Jesucristo. “El cual siendo en forma de Dios, no se estimó ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se hizo nada de sí mismo, tomando forma de siervo haciéndose semejante a los hombres”. (Filipenses 2:6-7) Vamos a recordar desempeñar el papel para que podamos traer gloria a Dios. Este es el momento. Métase al juego. Vaya a servir.

Chris Cole /Allsport

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“El Señor ha dado y el Señor ha quitado; que sea alabado el nombre del Señor”. De la Biblia Job 1:21

No es Suyo

Nos engañamos cuando se trata de nuestras capacidades. No hay duda de que nos entrenamos, practicamos y condicionamos de tal manera para hacernos mejor. Sin embargo, el hecho es que nos han dado ciertos talentos y habilidades en el campo de deportes. Creo que luchamos con el reconocimiento de nuestras capacidades como “dones” de Dios. La verdad es que no son realmente nuestras. Pensar lo contrario es demasiado fácil. El mundo nos dice que merecemos algo por el trabajo que hemos puesto para dominar nuestra profesión; y somos nosotros los que creemos esa filosofía. Yo creía esa mentira también, hasta que me recordaron que esto no es cierto. Durante los primeros cuatro años de mi carrera profesional de fútbol, estaba libre de lesiones hasta que rompí mi tendón de Aquiles. Antes de la lesión, creía que el Señor me había mantenido libre de lesiones porque yo era un fuerte testigo para él en la cancha. No fue hasta que me rompí el tendón de Aquiles que le oí susurrar: “¿Qué tipo de testigo vas a ser para mí ahora?” Eso fue lo último que quería escuchar, pero lo que queremos y lo que necesitamos son a menudo diferentes cosas. Él sabía que yo daba por sentado la habilidad de jugar, ¡pero tuve que recibir esta lesión para que me diera cuenta de ello! ¿Qué está Él tratando de decirle a usted?

“Desnudo salí del vientre de mi madre”. De la Biblia Job 1:21

Honrar el Estímulo

Es el padre, no la madre, que recibe gran parte del crédito por los éxitos deportivos de los niños. Por ejemplo, mi padre realmente me enseñó la mayoría de lo que sé sobre el fútbol y eso me ayudó a tener éxito y jugar profesionalmente durante seis años, y jugar en otros países. Pero cuando pienso en mi crecimiento como futbolista y deportista, es difícil olvidar el impacto de mi madre. Ella no estaba allí sólo para llevarme a la práctica y los juegos, sino que me retaba cuando jugaba terriblemente y me animaba cuando tuve éxito. Ella también estaba allí para curar mis lesiones y me obligaba a pensar en diferentes maneras. Su amor, cuidado, consistencia, y fe en mí construyeron mi confianza de manera que me permitieron lograr casi cualquier cosa que yo quisiera. ¿Suena esto como cualquier otra mujer que usted conoce? Estoy seguro que sí, pero específicamente estaba pensando en María, que tenía una fe fuerte. Ella estaba allí cuidando a Jesús y los discípulos desde el principio hasta el final. Ella estaba con Jesús en sus mejores y más difíciles momentos. Obviamente, no puedo decir que Jesús no sería nada sin su madre, ya que no es cierto. Pero sin duda, Jesús estaba agradecido por María. Honre a su mamá, o alguien en su vida que le ha animado. Honre a esa persona como Cristo lo haría, con amor.

“Que el Dios de la paciencia y consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”. De la Biblia Romanos 15:5-6

Actitud y Compromiso

La mayoría de ellas no eran jugadoras de fútbol. De las 20 chicas que se presentaron para las pruebas, sólo ocho habían jugado antes de entrar a la cancha ese día. Eran estrellas de baloncesto, ex jugadoras de softball, actrices y músicos. No eran jugadoras de fútbol. El equipo de fútbol femenino de esta pequeña escuela representaba algo mucho más grande que un simple juego. Era el primer equipo de fútbol femenino en la historia de la escuela. Nadie esperaba mucho. El reto de iniciar un nuevo programa al nivel competitivo en una liga muy competitiva, fue una tarea difícil. Nunca se quejaron de los entrenamientos extremamente acondicionantes, las altas expectativas, temperaturas frías o terreno fangoso. Eran comprometidas, no sólo con el fútbol, sino lo más importante con el equipo y la misión. Ellas no ofrecían excusas, sino más bien soluciones y se unían cuando las cosas se ponían difíciles. A pesar de perder muchos partidos en el comienzo de la temporada, ya eran campeonas. Fuera de la cancha las vi servir a la comunidad a través de diversos proyectos de servicio, incluyendo un proyecto donde sirvieron a pacientes significativamente enfermos. En la cancha jugaron con determinación. Por eso no fue una sorpresa cuando el equipo ganó su primer partido en la mitad de la temporada. Nadie lo esperaba – excepto nosotros. Como creyentes, Dios nos llama a servir un propósito mayor que el del egocentrismo. Él está en busca de jugadores de equipo, no superestrellas individuales que buscan premios personales y reconocimiento. No quiere nuestras excusas de por qué no lo podemos. Dios está buscando a aquellos que tienen la actitud correcta y el compromiso de superar las probabilidades de traerle la gloria. ¿Cuáles áreas de su vida necesitan un cambio de actitud o compromiso?

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“Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Estos no nacieron de sangre, ni por voluntad de carne, ni por voluntad del hombre, sino de Dios”. De la Biblia Juan 1:12-13

De Padre a Hijo

Para mí es sencillo, tengo dos verdaderos amores: Cristo y la mujer con quien me casé. Pero cuando se trata de deportes, tengo uno para cada categoría: fútbol, baloncesto, cricket, etc. Mis verdaderos amores eran regalos de Dios, pero mi amor por el deporte y cada uno de mis equipos favoritos son los que mi padre me enseñó a amar. Me enamoré del fútbol y las cosas relacionadas con el deporte porque quería ser como mi padre y participar de sus amores. Dentro de los deportes, el fútbol es mi primer amor y él de mi padre. Siempre será nuestra mayor y más profunda conexión. Debido a mi deseo de compartir el amor de mi padre, era capaz de experimentar tanto y descubrir mi propio amor por el fútbol. ¿Cuál es el amor de nuestro Padre Celestial? Sus hijos – usted y yo. Jesús nos dice que el mandamiento más importante es amarnos unos a los otros. ¿Cuán maravilloso sería compartir el amor de nuestro Padre Celestial? ¿Qué haría por nuestra relación con Él y con los demás? Busque amar lo que ama el Padre, Sus hijos. Vea las experiencias que se despliegan y el tipo de amor que se desarrolla por su propia cuenta para sus hermanos y hermanas en Cristo.

“Clama a mí, y yo te responderé, y te diré cosas grandes e inescrutables que no sabes”. De la Biblia Jeremías 33:3

Algo Que No Podemos Ver

La escuela donde entrené jugó su primera temporada de fútbol masculino. La escuela sólo tenía unos pocos años de creada en ese momento, y estaba tratando de alinear equipos deportivos competitivos. Ese año, el equipo estaba formado por jóvenes de 12 a 14 años, y jugó partidos contra otras escuelas locales. Sólo había tres niños de 12 años en el equipo, y contamos con su liderazgo durante lo que sería una temporada muy difícil. A pesar de lograr sólo unos pocos goles, el equipo fue capaz de ganar tres partidos. Sin embargo, el objetivo de “ganar” para muchos de los jugadores tuvo resultados negativos, y a finales de la temporada hubo numerosos conflictos entre los jugadores, peleas en el cuerpo técnico y moral baja. El final de la temporada no podía llegar lo suficientemente pronto. En la temporada baja nos comprometimos a un nuevo nivel de entrenamiento y acondicionamiento, centrado en objetivos más pequeños y más asequibles, y colocamos un gran énfasis en la construcción de un programa, no sólo un equipo. Además, empezamos a comprometer más tiempo para nuestro desarrollo espiritual, e hicimos muchas correlaciones entre el deporte y “correr la carrera” de la vida a la cuál Dios nos ha llamado. Durante los próximos tres años, esos jóvenes dedicaron incontables horas en perfeccionar sus habilidades en la cancha y en su liderazgo y el ejemplo de Cristo fuera del juego. Los mismos niños de 12 a 14 años se convirtieron en niños de 15 a 18 años que ganaron el primer título de la conferencia de la escuela en cualquier deporte. Quedamos en tercer lugar en una clasificación para los desempates y avanzamos a los cuartos de final antes de perder en la prórroga al eventual campeón. A veces Dios tiene planes más grandes para nuestras vidas de lo que podemos ver en la agitación de hoy. Sin embargo, sea paciente y permita que Dios desenvuelva algo grande y poderoso para usted en Su propio tiempo. La espera valdrá la pena.

Fabrice Coffrini / AFP / Getty Images

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“Porque el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos”. De la Biblia Sofonías 3:17

¿A dónde Acudir?

Yo conocia las increíbles historias de la Biblia acerca de David matando a Goliat, a Jesús caminando sobre el agua y los muros de Jericó haciéndose escombros. Las conocía y me encantaban. Me encantó escuchar sobre este Dios que desafió todos los pronósticos y eligió la gente menos probable para difundir el Evangelio. Sabía todas estas cosas, y sin embargo elegí vivir una vida que no glorificaba a Dios. Hice del fútbol mi ídolo y lo adoré. Sólo me importaba ser el mejor jugador de fútbol y quería que otros hablaran de mí cuando vieran mi equipo jugar. Cuando tenía 18 años, toda mi vida cambió. Me diagnosticaron diabetes. Por primera vez en mi vida, me di cuenta que yo no estaba en control. Tenía miedo. No sabía a quién o a dónde acudir. El fútbol no me quitó los temores. El fútbol no me consoló cuando estaba acostado en la cama del hospital. El fútbol no fue capaz de tranquilizarme de que las cosas iban a salir bien. Saber que Dios me amaba, no importaba lo que había hecho, lo hizo. El amor de Cristo fue la única cosa que me ayudó a atravesar el momento más difícil de mi vida. La verdad que viene de conocer a Jesús como el Señor y Salvador fueron las únicas cosas que me trajeron la verdadera paz. Esas verdades que aprendí al crecer empezaron a cobrar vida en mi corazón. Es a causa de esas verdades que ahora juego para un propósito mayor – ¡Jesús!

“Pero tenga la paciencia para su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada...”. De la Biblia Santiago 1:4-5

Hacerlo Más Fuer te

Cuando yo estaba en la escuela entre las edades de 16 y 18, estaba involucrado en cinco deportes: fútbol, baloncesto, béisbol y atletismo. Durante las vacaciones de escuela agregué la natación. A lo largo de todas mis actividades atléticas una cosa que llama la atención es el primer día de la práctica de fútbol para el equipo. En esa práctica me presentaron un nuevo tipo de dolor y sufrimiento. Recuerdo el momento culminante de la práctica y pensé que ya casi había terminado, cuando el entrenador nos alineó en la parte inferior de “la colina”. Yo no estaba preparado para lo que vendría después. Subimos la colina, luego la bajamos. La subimos yendo hacia atrás, luego la bajamos igual. La subimos brincando en un pie y luego la bajamos así. La subimos brincando en ambos pies y luego la bajamos igual. Entonces, en un momento en que sabía que podría llegar a enfermarme del dolor, oí gritar a mi entrenador, “No paren, los hará más fuertes”. Ahora, después de muchos años y muchas “colinas” en la vida, he llegado a comprender que lo que mi entrenador quería decir era también lo que Santiago decía en su carta a los creyentes que estaban dispersos por todo el mundo. En Santiago 1:1-4, utilizó palabras diferentes, pero expresó la misma idea como lo hizo mi entrenador de fútbol. Él les dijo “contarlo por sumo gozo” cuando se enfrenten a pruebas y sufrimientos, ya que los harán mas completos o “fuertes”. Lo que sea que pueda estar enfrentando hoy que parece que es más de lo que puede manejar, tome tiempo para leer Santiago 1:1-4 y pídale a Dios que le muestre Su propósito para ello. Él prometió que lo haría en Santiago 1:5. Déjelo que lo haga más fuerte.

Jamie Sabau / Getty Images


“Hagas lo que hagas, trabaja de buena gana, como para el Señor y no para los hombres”. De la Biblia Colosenses 3:23

Honrar a Dios

Este versículo ha sido el versículo más importante de la Biblia para mí durante muchos años. Esas pocas palabras llegaron a ser importantes al final de mi carrera como jugador de fútbol. Luego al principio de mi carrera como entrenador cuando Dios comenzó a traerlas regularmente a mi mente. Tres cosas sobresalen para mí al pensar en este verso: 1) Dios espera que nosotros trabajemos duro en todo, no sólo en la lectura de la Biblia y la oración. En todas las áreas de nuestra vida debemos trabajar duro – estudio, trabajo, relaciones, deportes y amar a Dios. 2) No sólo tenemos que trabajar en todo; debemos hacerlo con todo el corazón. Dios nos dice que demos el máximo esfuerzo siempre, no el 15 por ciento o incluso el 99 por ciento, sino el 100 por ciento de esfuerzo en todo lo que hacemos. Pienso en esto como el deseo de Dios para que seamos excelentes – todo el tiempo. 3) La última cosa que este versículo Bíblico dice para mí es cuando usted hace todo bien, hágalo por Dios y no por los demás o nosotros mismos. El deseo en todo lo que hacemos debe ser para levantar el nombre de Jesús y levantar su nombre por encima de todo. ¡Dios quiere que hagamos todo lo mejor de nuestra capacidad para honrarlo!

“Entonces, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. De la Biblia I Corintios 10:31

El Problema del Yo

Desde que tenía unos 12 años, quería ser un jugador profesional de fútbol y todo lo que hice mientras crecía era un paso hacia este objetivo. Mi equipo ganó un campeonato nacional, me convertí en un jugador de renombre nacional y firmé contrato con un equipo de profesionales. Mi sueño de toda la vida se había logrado, pero después de sólo una temporada fui liberado y mi vida era una lucha. Me sentí avergonzado, deprimido e insignificante. Mi identidad era de un jugador de fútbol profesional y ahora que no lo era, estaba confundido. Tenía toda mi auto-estima personal basada en cómo había jugado y lo que otros pensaban de mí. Jugaba para mi propia gloria, fama y dinero. Jugaba para mí. Sentí que la mentalidad del “yo” era común a todos los equipos. Los jugadores esperarían que los compañeros cometieran errores o se lesionaran. El chisme estaba en todas partes ya que los jugadores hablaban para construir su imagen y desgarrar a los otros. Aunque los jugadores podrían mostrar una apariencia exterior de humildad, dentro de ellos poseían un sentido de superioridad. No fue hasta que llegué al próximo equipo que vi a un grupo unido de jugadores que trabajaban el uno por el otro. Vi la alegría que irradiaba de ellos porque sus vidas tenían un propósito más grande que un partido. Experimenté un amor por Cristo, que los transformó en jugadores que jugaron para la gloria de Dios y no la suya. Todavía lucho para mantener mi identidad en Cristo, pero el verso que siempre me ha ayudado es I Corintios 10:31. Dios quiere que tengamos una mentalidad de “nosotros” no una del “yo”.

“Respondió Job a Jehová y dijo: Yo sé que tú puedes hacer todas las cosas y que ningún propósito tuyo puede ser estorbado. ¿Quién es éste que oculta el consejo sin entendimiento?” Por lo tanto, he declarado lo que yo no entendía, cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no sabía”. De la Biblia Job 42:1-3

¿Por qué yo?

Mientras leía una historia sobre el ex astro brasileño José Edmilson, me llamó la atención una cita suya: “Muchas veces le preguntamos a Dios ¿Por qué? pero no lo preguntamos, ¿Para qué? Tenemos que confiar en Dios”. Habló desde la experiencia. Días después de haber sido seleccionado para el equipo de Brasil para la Copa Mundial, se lesionó y no pudo jugar en el evento deportivo más importante del mundo. ¿Cuántas veces nos detenemos y preguntamos a Dios, “¿Para qué?” cuando parece que las cosas malas nos suceden? Digo “parece” porque suponemos que cualquier cosa que impide nuestras metas o no nos beneficia es malo. Pero mire la vida de Job y verá que ese pensamiento es erróneo. Job entendió que Dios estaba en control todo el tiempo (Job 42:1-3). ¿O qué tal la vida de José? Él perdonó a sus hermanos por haberlo vendido como esclavo, diciéndoles al final que a pesar de que lo hicieron para el mal, Dios lo hizo para el bien. La próxima vez que tengamos algo que percibamos como “malo”, preguntemos a Dios “¿Para qué?” y descansemos en el hecho de que Dios tiene un plan que es demasiado maravilloso para que lo conozcamos. Confíe y descanse en ese hecho.

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“Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal que acabe la carrera y el ministerio que el Señor Jesús me ha dado – la tarea de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”. De la Biblia Hechos 20:24

La Alegría Interior

¿Por qué estoy jugando al fútbol? Creo que el fútbol ha creado una oportunidad para experimentar el versículo de Hechos 20:24. Una manera práctica para que esta escritura tenga sentido es la forma de jugar el juego, trabajando para sus compañeros de equipo y considerándolos mejores que usted mismo, así como Cristo nos muestra en Filipenses. ¿Se puede jugar de una manera tal que toda su actuación y carácter mostrarán la gracia de Dios? Aparte de jugar al fútbol, Dios ha puesto dos pasiones y visiones dentro de mí: los niños y el ministerio en otros países. Yo uso el fútbol como una forma de invertir y amar a los niños en la comunidad. Pasando tiempo con ellos, me enteré que era importante tener en cuenta la carrera que estamos corriendo y terminar fuertes. Recordando que nuestro objetivo es mostrar que el Evangelio de la gracia de Dios es compartir lo que Jesús ha hecho en nuestra vida. Debido a que el fútbol es un lenguaje universal que al instante reune diferentes culturas, religiones y personas, puedo promover este objetivo llevando este versículo a otros países. Debido a una pelota pequeña, ¡soy capaz de compartir la alegría que está dentro de mí! ¿Qué le permite a usted compartir la alegría que está adentro?

“Usted puede hacer todas las cosas por medio de Él que le da fuerza”. De la Biblia Filipenses 4:13

Prepararse Adecuadamente

La vida es una serie de desafíos y puede ser un viaje de subidas y bajadas. Justo cuándo ha superado un reto, el siguiente espera. Y a veces la lucha parece interminable, pero siempre se vencerá porque Él, que guía los pasos, le acompañará. Este juego de fútbol es mucho más parecido a la vida que cualquier otro deporte. No hay tiempos de espera ni libros de juego que pueden prever la estrategia de los oponentes o ayudar a dirigir su próxima decisión. Tiene que pensar con rapidez, adaptarse a las nuevas situaciones rápidamente y cuando es necesario, cambiar a nuevas estrategias. Las decisiones que tomamos en la cancha tienen impacto sobre el resultado. Pasamos horas en el entrenamiento diario para un partido que dura sólo 90 minutos. ¿Pasamos tanto tiempo en la preparación para la vida a través de nuestro camino con Cristo? Si no, vamos a ajustar nuestra vida para glorificar a Dios.

“Y aunque un hombre podría prevalecer contra aquello que está solo, dos se le resistirán – un cordón de tres dobleces no se rompe pronto”. De la Biblia Eclesiastés 4:12

Nadie Está Solo

La vida, como el fútbol, no es un evento de una sola persona. Usted tiene compañeros de equipo para ayudarle, algunos trabajando más duro que otros y algúnos más conocedores y hábiles que otros. Por eso es importante, como seguidores de Cristo, participar con otros creyentes, cada parte contribuyendo diferentes talentos por un mayor bien. Cada parte, al igual que cada jugador del equipo, es importante y significativo; trabajando juntos como un equipo, respetándose, amándose y sirviéndose el uno al otro. He aprendido en el fútbol que ninguna persona puede hacer un equipo; el equipo lo hace a uno. En la vida, nadie está solo y las decisiones que toma por sí mismo tendrán impacto en los demás. ¿Está usted preparado para tomar las decisiones correctas cada día, conociendo su impacto significativo en los demás? ¿Se ha preparado lo suficiente? ¿Está dispuesto a apoyarse en los demás?

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“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir. He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”. De la Biblia Juan 10:10

Una Vida Plena

¿Cómo es una vida satisfactoria? Esta pregunta es algo que me pregunté por un largo tiempo. Era algo que yo quería; vivir una vida que satisfacía mi corazón y también hacía una diferencia en las vidas de otros. No fue hasta que tenía más de 20 años que vine a ver que Dios me creó para tener una relación con Él, pero que Él también me dio regalos que podrían ser utilizados para honrarlo y servir a los demás. Siempre me gustaba jugar al fútbol y competir, pero la mayor parte de mi vida lo hice por malas razones. Sólo empecé a entender la vida que Dios quería para mí cuando me enteré de cómo utilizar mis talentos para construir relaciones, superar las diferencias culturales y compartir el mensaje de esperanza. Durante 14 años, he tenido la oportunidad de jugar al fútbol profesional, pero más que eso he tenido la oportunidad de decirles a otros la historia del Señor que cambió mi vida. Cristo desea darnos una vida que satisface al corazón y tiene impacto en el mundo. Mi esperanza es que primero usted entre en la relación más importante con Cristo, y luego en segundo lugar, vea cómo Dios quiere usarlo. Cuando sucedan estas dos cosas, creo que tendrá la “vida plena” que Cristo ofrece.

“El amor es paciente, bondadoso. No tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece. No es grosero, egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo sufre, todo lo espera, todo lo soporta”. De la Biblia I Corintios 13:4-7

Maneras de Ser vir

Hace varios años vivía con un estilo de vida que no hacía feliz a Dios. Jugaba en buenos equipos y me pagaban un buen dinero, pero yo no estaba contento. Era un mundo malo con muchas amistades falsas; personas a quienes les gustaba yo por lo que tenía. Cuando conocí a mi futura esposa, me ayudó a conocer el verdadero amor de Dios. En el momento en que acepté a Jesús y le di mi vida, todo cambió. Recibí un nuevo comienzo para mi vida con amigos de confianza y en mi trabajo como jugador de fútbol tenía más respeto de y para mis compañeros de equipo. A cambio, Dios tocó mi corazón para compartirlo con mis compañeros de equipo. En el sentimiento que me llamó a hacer esto, empecé a encontrar formas creativas para hacer ministerio a mis compañeros de equipo, y había muchas oportunidades de hablar con ellos acerca de Jesús. Me di cuenta que Dios cambió mi vida usando el fútbol como una manera de hablar más acerca de Su Reino y gloria. ¿Qué maneras le ha dado Dios para usar?

Christian Petersen / Getty Images

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