donde el deporte y la fe se conectan
Testimonio del atleta
Testimonio del atleta
Greivis vÁsquez
Emerson Fittipaldi
Greivis Vásquez, el jugador de baloncesto profesional venezolano, entiende la gracia de Dios y quiere que otros la experimenten a través de sus acciones
El legendario corredor de autos brasileño, Emerson Fittipaldi se acercó a Cristo después de estar a punto de morir, pero ha aprendido a superarse a causa de su fe
Durante su primer fin de semana de las estrellas de la Asociación Nacional de Baloncesto, el venezolano Greivis Vásquez, cuando era un armador de primer año con los Memphis Grizzlies, recibió una bienvenida especial de la Universidad de Maryland, donde jugó básquetbol universitario. Después de recibir premios como el mejor armador de la nación, la camiseta universitaria de Vásquez fue elevada en lo alto del estadio. "Eso fue sólo la obra de Dios," dice Vásquez. “Fue un sueño hecho realidad. Trabajé tan duro (escuela) y la gente aprecia mi trabajo. Vine aquí sin saber hablar inglés. He recorrido un largo camino. Creo que Dios hizo todo por mí." El tercer ciudadano venezolano que jugaría en la liga, Vásquez fue seleccionado en el puesto 28 en la primera ronda del reclutamiento de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA) en el 2010. ¿Y su mayor premio? "Ser un creyente en Cristo," dice él. "Tengo a Jesucristo en mi corazón. Pongo todo en las manos de (Dios). Vivo de la gracia. No merezco todo lo que tengo. Estoy agradecido por lo que Dios me ha dado. Quiero devolverlo a las personas y poder guiarlas a Dios."
"Sí, ¡estoy de regreso!" El entusiasta anuncio fue hecho en su página de Facebook y así fue como el legendario Emerson Fittipaldi, uno de los más expertos corredores de autos de carreras del mundo, anunció a sus fans y a los medios de comunicación que él estaba regresando a la competencia - a la edad de 67 años. Los logros de Fittipaldi son bien conocidos internacionalmente, incluyendo dos títulos mundiales y más de 50 victorias en distintos niveles del deporte. Más que sus victorias y el entusiasmo por las carreras, Fittipaldi entiende lo que es más importante. Se convirtió en un creyente de Cristo en 1996 después de que un accidente casi le quita su vida. "Era un deporte muy frustrante, y tienes que ser fuerte para saber cómo perder", dijo Fittipaldi en un video acerca de su fe. Es muy difícil aprender a perder. Y si tienes fe, tú sabes cómo recuperarte. Saber que la vida de cualquier (creyente), la historia (de la fe en Cristo) siempre regresa y es fuerte otra vez, más que antes, incluso si fuiste derrotado antes. Y esa es mi vida. Creo que es muy importante tener esta fe que te ayuda."
Los valores del corazón
Los valores del corazón
Vásquez le da a Dios el crédito por todos sus logros en la vida y también quiere llevar a otros a Cristo.
Fittipaldi está comprometido con su fe, reconociendo la importancia de obedecer la Biblia.
Hacer discípulos
En obediencia con la Biblia
donde el deporte y la fe se conectan
Los valores del corazón • En los equipos • En el deporte y en el juego
En la parte oriental de Uganda, los jefes y los funcionarios de la organización de los socios deportivos locales se reunieron para hablar de cómo asumir mayor responsabilidad para obtener resultados deportivos.
Ministerio deportivo en todo el mundo Medio oriente • En Siria, 50 mujeres participaron en un día deportivo. Tres equipos de asesoramiento deportivo local están sirviendo a las comunidades y se espera empezar 4 nuevos equipos de asesoramiento deportivo, cada uno proporcionando juegos y deportes para niños. • En Jordán, 60 personas de 10 socios
deportivos locales se reunieron para considerar la capacitación del ministerio deportivo. Más de 700 personas participaron en los juegos de refugiados sirios y deportes para niños.
• En Iraq, 37 personas
participaron en la capacitación de liderazgo para el deporte. • También en
Jordán, 20 personas de 7 socios deportivos locales en 3 ciudades completaron la capacitación de liderazgo para el deporte. Aproximadamente 850 refugiados participaron en los juegos y deportes para niños.