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Escuelas con Memoria: programa educativo del Instituto Navarro de la Memoria

Josemi Gastón.

Director del Instituto Navarro de la Memoria.

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Adiferencia de otros estados, en el caso del Estado español las dificultades para implementar una conciencia crítica respecto de experiencias de terror son extraordinarias, debido al escaso aprecio por la memoria crítica del pasado tras la muerte del dictador. La cultura política de la Transición hizo hincapié en las ideas de consenso y reconciliación, lo que significó postergar la reflexión cívica sobre la represión franquista y sus consecuencias. Las administraciones educativas no abrieron suficiente espacio curricular para el abordaje de esta cuestión. Las experiencias se vieron circunscritas al profesorado más comprometido y a los grupos de renovación pedagógica.

En el caso de Navarra, a partir de 2015, algunas cuestiones van evolucionando, en especial desde que el Instituto Navarro de la Memoria ha implementado un programa educativo: Escuelas con Memoria 1 , que pretende la promoción de proyectos y actividades relacionados con la memoria. En este sentido, acciones de calado como las exhumaciones de personas asesinadas y desaparecidas, la investigación sobre los procesos de vulneración de derechos humanos o el reconocimiento y dignificación de los lugares de memoria cuentan con la participación del alumnado que, después de un

1 Un balance reciente de las políticas públicas de memoria desarrolladas en el período 2015-2019 en GASTÓN AGUAS, J. M. y LAYANA ILUNDAIN, C., “Memoria histórica y compromiso institucional: el Instituto Navarro de la Memoria”, Studia Histórica. Historia Contemporánea 37 (2019), págs. 79-106.

La cultura política de la Transición hizo hincapié en las ideas de consenso y reconciliación, lo que significó postergar la reflexión cívica sobre la represión franquista y sus consecuencias.

Se propone problematizar el currículo y abordar en las aulas problemas sociales relevantes, y parte de una concepción de la enseñanza de las ciencias sociales que establece como finalidad la educación de la ciudadanía democrática.

trabajo preliminar en sus respectivos centros, dialoga con técnicos e investigadores, familiares y testigos en los propios lugares donde se cometieron los actos de limpieza política y represión tras el golpe militar de 1936. Este anclaje enlaza con la tradición más renovadora de la didáctica de las ciencias sociales, que se propone problematizar el currículo y abordar en las aulas problemas sociales relevantes, y parte de una concepción de la enseñanza de las ciencias sociales que establece como finalidad la educación de la ciudadanía democrática.

Escuelas con Memoria se estructura en torno a tres grandes ejes de acción: la formación del profesorado; las actividades con el alumnado; y la creación de una red centros que se integren en el programa para compartir e intercambiar sus experiencias. En lo que se refiere a la formación del profesorado, las propuestas formativas pretenden promover una actualización de la práctica docente en dos ámbitos, el científico y el metodológico. Diferentes formatos y lenguajes a lo largo de estos últimos cuatro años en los que la transmisión de la memoria ha tomado especial protagonismo.

Un segundo eje del programa ha sido el diseño y desarrollo de una serie de experiencias educativas que favorezcan la sensibilización del alumnado en torno a la memoria y la promoción del pensamiento crítico. El programa se concibe como un proyecto transversal que permita conectar al alumnado con los principales ejes de las políticas públicas de memoria del INM. Un ejemplo paradigmático de esta apuesta lo constituye la marcha Las botellas de la Libertad – Askatasunaren botilak, que rememora la fuga del fuerte de San Cristóbal, el 22 de mayo de 1938 y se realiza por grupos de escolares de varios centros y en la que participan familiares de presos huidos. Otra experiencia relevante es el encuentro intergeneracional del alumnado con familiares de víctimas en el Parque de la Memoria de Sartaguda. Lugares de memoria como espacios privilegiados para el trabajo educativo en torno a la memoria. Como también lo son las fosas comunes al ser exhumadas, y que permiten entrar en contacto directo con el drama de los desaparecidos, escuchar a testigos, familiares, asociaciones memorialistas y técnicos.

A los centros educativos se les oferta también otro tipo de recursos. Charlas, mesas redondas, conferencias, unidades didácticas (Donde el bosque se espesa, Barro, Memoria de Libertad...), documentales (Desafectos, Gurs, Ezkaba...), exposiciones (Siria: destellos en la oscuridad; Asesinando por convicción. Aktion T4. Programa de eutanasia nazi; Ezkaba 1938-2018; Lur Azpian–Bajo Tierra. Exhumaciones tempranas en Navarra; herramientas digitales (base de datos del Fondo Documental de la Memoria Histórica de Navarra o el Mapa de Fosas); o teatro, en colaboración con Gayarre. También visitas a lugares de memoria, tanto de Navarra (Loiti, Igal, Olabe, El Perdón...) como de otros territorios: el Cinturón de Hierro; el destacamento penal de Bustarviejo; la ruta Orwell o el frente del Ebro; o el campo de concentración de Gurs; y que permiten desarrollar intercambios escolares. Otra vía son programas europeos, como Erasmus o eTwinning, que posibilitan recursos, plataformas y herramientas de comunicación a escala europea sobre memoria.

El tercer eje constituye, además, el horizonte final de todo este proyecto: la creación de una red de Escuelas con Memoria. Estamos convencidos de que la consolidación del programa vendrá dada no sólo por la implicación del profesorado más militante en materia de memoria, sino por la apuesta de los centros por convertirse en Escuelas con Memoria, entrelazando a nivel territorial experiencias fructíferas ya puestas en marcha estos últimos años y las nuevas que vayan surgiendo.

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