El mal de la medición estandarizada y estrategias para superarla (La experiencia Chilena)
Jorge Inzunza H.*
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Campaña Alto al simce. Foto: Radiovillafrancia.cl
l 14 de enero de 2015, el profesor Gary Anderson de la Universidad de Nueva York publicó en Estados Unidos un sugerente artículo titulado: “Lecciones desde Chile: las evaluaciones anuales en las escuelas”. En el artículo, Anderson afirma que Chile siendo el primer terreno de experimentación neoliberal del mundo, estructuró un sistema de evaluación para que padres y hacedores de políticas tuviesen datos para ser efectivos consumidores en el mercado educativo. Reconoce positivamente, más adelante, al movimiento de estudiantes y académicos en Chile que está llevando a cabo una seria lucha contra la estandarización de alto impacto. ¿Por qué analizar la experiencia de este país es relevante en las actuales luchas contras las políticas neoliberales en otras regiones del mundo? Intentaremos explorar algunas respuestas en los siguientes párrafos de este artículo. Para lograr este cometido, entregaremos en primer lugar los principales antecedentes históricos del sistema nacional de medición de la calidad de la educación de Chile (SIMCE); luego haremos referencia al surgimiento de la resistencia organizada en torno a la Campaña Alto al SIMCE; en tercer lugar, revisaremos la respuesta conservadora a esta campaña; y por último la necesidad de conformar un espacio global de resistencia contra las pruebas estandarizadas de alto impacto.
Antecedentes
El SIMCE se aplicó por primera vez oficialmente en 1988. No obstante, su aparición no resulta casual en la historia educacional chilena, ella obedece a una secuencia de luchas * PhD en Educación por la UNICAMP (Brasil). Integrante de la Campaña Alto al SIMCE. Maestro de primer grado en Turtle Creek Elementary School, Wisconsin (Estados Unidos). E-mail: jinzunzah@gmail.com
ideológicas en el seno de la misma dictadura cívico-militar (1973-1990) que finalmente adoptó el neoliberalismo como su principal fuente teórico-política. Entre 1973 y 1980, la represión fue la condición social y psicológica que estuvo en la base de la implantación de la serie de transformaciones llevadas a cabo por la Dictadura para desmantelar las principales características del hasta entonces Estado chileno. A partir de 1976 la influencia de los neoliberales se hizo hegemónica. El nuevo sistema educacional tomaría elementos esenciales del modelo económico neoliberal, incorporando elementos de la orientación católica como era la hiper-protección de la libertad de elección de los padres y la libertad de enseñanza, y del autoritarismo como era la vigencia de la meritocracia, la jerarquización y el orden. Se tomaron estos elementos para crear un sistema educacional concebido para destruir la educación pública. A comienzos de la década de 1980, Chile comenzaba a sufrir profundos cambios. El sistema educacional, hasta entonces preeminentemente público, se descentralizó. Se fragmentaba de este modo cualquier lucha del sindicato de docentes –en ese entonces suprimido y reemplazado por un organismo controlado por la dictadura-. Bajo el ideario liberal, el sistema educacional era un conjunto de proveedores de un producto (la educación), que lo vendían en un mercado a clientes (las familias). El rol del Estado quedaba reducido a asegurar las condiciones de funcionamiento de un mercado que se autorregulaba. La base de esta regulación estaría dada por la información. Es este el fundamento político-teórico que está tras la generación de instrumentos como las pruebas estandarizadas de alto impacto. En 1984, la Pontificia Universidad Católica de Chile desarrolla un nuevo instrumento de medición: la Prueba de
Abril 2015, Intercambio 7
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