ESTADO DE MÉXICO, MOSAICO DE RIQUEZAS Primera Edición 2010. Consejo Editorial Proactiva Medio Ambiente México: Roberto Gómez-Morodo Suárez Hernán Mateus Valdés Alfonso Chávez Vasavilbaso Bruno Moysan Mercedes Fonseca Martínez Coordinación Editorial: Jorge Márquez Cervantes Brenda Anahí Montoya Ortega Producción Editorial: Diseño, Fotografía y Redacción STRATO MARKETING www.stratomarketing.com Prólogo: Alfonso Chávez Vasavilbaso Agradecimientos: A la Secretaría de Turismo del Gobierno del Estado de México por todo el apoyo otorgado para la realización de este proyecto editorial Al Museo Nacional de Arte, MUNAL por las facilidades otorgadas para el levantamiento fotográfico de las obras de José Ma. Velasco Fotografías de monumentos arqueológicos e históricos bajo la custodia de CONACULTA.-INAH.-MEX: Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Fotografías de las obras de José Ma. Velasco: Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, 2010. Obra editorial sin fines de lucro. Distribución gratuita. Derechos de autor en trámite. Queda prohibida la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio, sin previa autorización por escrito de PROACTIVA MEDIO AMBIENTE MÉXICO. IMPRESO EN MÉXICO
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Contenido Prólogo
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Capítulo 1
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Introducción
Capítulo 2
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Su Gente • • • •
Acolmiztli Nezahualcóyotl. Sor Juana Inés de la Cruz. José María Velasco Gómez. Isidro Fabela Alfaro.
Capítulo 3
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Arqueología • • • • • •
Baños del Rey y de la Reina. Calixtlahuaca. Huamango. Malinalco. Teotenango. Teotihuacan.
Capítulo 4
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Arquitectura Arquitectura Colonial
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Capilla de la Tercera Orden, Calimaya. Iglesia de Santa María de Guadalupe, El Oro. Santuario del Señor de Chalma, Malinalco. Convento del Divino Salvador, Malinalco. Santuario de la Virgen de los Dolores, Metepec. Monasterio de Ocuilan. Santuario de la Santísima Virgen, Tecaxic. Monasterio del Santo Desierto Carmelita, Tenancingo. Parroquia de la Asunción de María, Tenango del Valle. Arcos del Sitio, Tepotzotlán. Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado, Toluca. Templo de la Santa Veracruz, Toluca. Templo de Nuestra Señora del Carmen, Toluca. Santuario de la Virgen de Tonatico.
Arquitectura del México Independiente
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Centro Ceremonial Mazahua, San Felipe del Progreso. Cosmovitral Jardín Botánico, Toluca. Plaza Cívica, Toluca. Catedral, Toluca. Los Portales, Toluca. Plaza José María González Arratia, Toluca. Teatro Morelos, Toluca. Alameda Central, Toluca. Centro Ceremonial Otomí, Temoaya.
Capítulo 5
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Arte y Cultura Artesanías
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Centros Culturales
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Centro Cultural Mexiquense. Museo de Antropología e Historia. Museo de Arte Moderno. Museo de las Culturas Populares. Museo de Arte Virreinal de Zinacantepec. Museo de la Acuarela. Museo de la Estampa. Museo de Numismática. Museo Felipe Santiago. Museo Nacional del Virreinato. Museo Taller Luis Nishizawa. Museo Virreinal de Acolman. Sala de Conciertos Felipe Villanueva.
Danzas y Procesiones
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Capítulo 6
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Naturaleza y Aventura • • • • • •
Iztaccíhuatl y Popocatépetl, Amecameca. Nevado de Toluca. Santuario de la Mariposa Monarca, Temascaltepec. Grutas de la Estrella,Tonatico. Valle de Bravo. Balnearios de Aguas Termales, Ixtapan de la Sal.
Capítulo 7
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Infraestructura • • • • •
Construyendo la Historia. Tocando el Cielo. Un Desafío Vital. Desarrollo Sustentable. Dando Caminos a México.
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Prólogo
Como parte de una dinámica compleja, el Estado de México, ha apostado al crecimiento económico como tarea fundamental para enfrentar el reto demográfico. Con un aporte del 10 por ciento al Producto Interno Bruto nacional, ocupa entre los Estados de la República Mexicana el lugar 25 en extensión y el primero en población con cerca de 15 millones de habitantes, de los cuales un alto porcentaje habita en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. Destaca para un desarrollo sustentable en el Estado, la inclusión de la variable ambiental con el cuidado en el manejo del agua y de los residuos. Solamente en el primero de estos dos rubros el Estado de México provee del vital líquido al 25 por ciento de la Zona Metropolitana del Valle de México. Entre otras importantes tareas, el Estado de México dedica esfuerzos en la valoración y conservación de su patrimonio cultural como parte del Valle de México y derivado de las culturas que lo han habitado a lo largo de su historia, desde la época prehispánica con personajes como Nezahualcóyotl, creador de destacadas obras prehispánicas, y Sor Juana Inés de la Cruz en la época colonial, con su invaluable aportación a las letras universales. Para Proactiva Medio Ambiente México, presente en las tareas de modernización de servicios de agua y manejo de residuos en el Estado, es particularmente grato presentar en esta oportunidad un mosaico de las riquezas que forman parte de ese patrimonio. Sin pretender ser exhaustivo, este mosaico incluye tanto bellezas naturales, como importantes huellas que la mano de sus pobladores ha dejado en el territorio, durante el transcurso del pasado y el presente, de este Estado tan rico por su gran diversidad.
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Introducción
Las voces del náhuatl le dan nombre al Estado de México, denominándolo como “el centro del lago de la luna” o “el centro del maguey”, que en cualquiera de los casos lo une a cosmovisiones muy diferentes pero relativas a dos generosas fuentes de simbolismos, creencias, mitos y leyendas que le dieron su más primitivo origen.
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Durante varias centurias diversas tribus y fuerzas combatieron o se fusionaron en este codiciado territorio, que adoptó de cada dominación innumerables rasgos, formadores de un rostro multicultural que hubo de soportar la fuerza de un mundo desconocido cuyas expediciones forjaron un tiempo, preámbulo de una nueva denominación. La extendida administración española la declaró en principio “Intendencia General de Exercito y Provincias de México”, con capital en la Ciudad de México para luego, en pleno periodo colonial, recibir el nombre de “Provincia de México”, antesala de la creación oficial del Estado de México como una de las veintitrés en las que se dividió el Virreinato. Su Historia, pues, ha sido inscrita y relatada de época en época; la Prehispánica, llena de etnias y civilizaciones; la Novohispana, encuentro de dos mundos que gestaron el sincretismo por el cual se dieron intercambios de símbolos y valores que se preservaron en su identidad; la Formativa, que le otorgó orden, derechos e igualdad; la Moderna, vuelco al progreso y estabilidad que inspiró tanto a artistas como ideólogos, y la Contemporánea, cuya revolución se celebra cotidianamente en el trabajo y espíritu constructivo, honrando los ideales por los que lucharon sus antecesores, traducidos en beneficios reales para sus pobladores de hoy. Estas viejas marcas de los siglos identifican a la huella humana que se ha expresado a lo largo de los tiempos en su cultura, que fascina los sentidos a través de la arquitectura, las artesanías, las fiestas, los mitos y las leyendas; en el aprovechamiento de las vastas y variadas virtudes de su tierra que alberga también a pueblos mágicos, que han nutrido su larga Historia y tradición popular, dándole forma a un Mosaico de Riquezas sin igual, haciendo honor heráldico a la libertad, el trabajo y la cultura.
Homónimo de la Patria irradia la pujanza de sus 125 municipios, el desarrollo y valor, no sólo a los ocho estados colindantes en la meseta central del país, también al resto de la nación como el corazón que late por medio de su gente, danzas, monumentos, letras, esculturas, música y pintura que lo retratan dándole un tono diferente a sus diversas facetas. Estas sinergias se entrelazan en la actualidad siendo capaces de asumir y cumplir sus compromisos tanto históricos como sociales, capitalizando la suma de los esfuerzos comunes. Sin otro tiempo más que el continuo presente, su fortuna de herencias apuntala con orgullo los cimientos del futuro y destino de un país que tiene en el ESTADO DE MÉXICO, UN MOSAICO DE RIQUEZAS.
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Su Gente
La Historia del Estado de México existe porque la gente habla de ella, porque se anida en la memoria de las comunidades y prevalece a lo largo de sus generaciones. Pero es la misma gente la que se hace protagonista de lo que la Historia dice. Gente cuyo nombre queda plasmado en un Mosaico de Riquezas delineado por rostros, ideas y acciones. Cuatro figuras son representativas del Estado de México y de su gente: Acolmiztli Nezahualcóyotl, Sor Juana Inés de la Cruz, José María Velasco Gómez e Isidro Fabela Alfaro. Ellas proyectan en su tiempo y su espacio, la personalidad indómita, creativa, visionaria y artística de las mujeres y los hombres mexiquenses.
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Acolmiztli Nezahualcóyotl
Monarca, estadista, guerrero, arquitecto, filósofo y poeta acolhua nacido en 1402, cuyo legado sobrepasa a su época. Sus dotes militares y políticos engrandecieron al reino que había sido arrebatado a su padre; el brillo de su pensamiento y la belleza de su poesía le hicieron ser llamado sabio, y a pesar de las limitaciones del pasado realizó magníficas construcciones, dando al señorío de Acolhuacan y a su capital Tetzcoco, ahora cabecera del municipio de Texcoco, Estado de México, su periodo de mayor esplendor prehispánico. Hijo de Ixtlilxóchitl señor de Tetzcoco y de la princesa Matlalcihuatzin descendiente de soberanos mexicas, fue llamado Acolmiztli o “felino fuerte” y luego “coyote que ayuna” o Nezahualcóyotl, con el que es mejor identificado en la actualidad. La invasión a Tetzcoco por parte del tepaneca Tezozomoc señor de Atzcapotzalco, derivó en la muerte de Ixtlilxóchitl y la huída del entonces príncipe de 16 años de edad hacia Tlaxcala, donde pasó dos años evadiendo el peligro que significaba una recompensa por su captura. Al morir Tezozomoc tomó el poder su hijo Maxtla, repudiado por los gobernantes de ciudades vecinas. Entonces el heredero legítimo de Tetzcoco estableció alianzas con otros reinos formando un poderoso bloque militar, con el que sometió ciudades opositoras, destruyó e incendió Atzcapotzalco, vengó a su padre ejecutando en público a Maxtla, y eliminó una breve rebelión acolhua. Así, tras quince años de dominio tepaneca, Nezahualcóyotl recuperó el trono que le correspondía. Emprendió algunas de las más destacadas obras de ingeniería del siglo XV en México, como el acueducto del Tetzcotzinco, que conducía agua a lo largo de ocho kilómetros salvando montañas para irrigar un área palaciega de jardines, fuentes y baños reales. También, el acueducto que llevaba agua potable desde Chapultepec hasta Tenochtitlan, así como el dique para contener las aguas del lago de Tetzcoco. Como poeta dio vida a numerosos cantares que reflejan sus experiencias como hombre y guerrero, su amor por la naturaleza y su concepción de un único dios en un contexto politeísta. Acolmiztli Nezahualcóyotl, el rey poeta, murió en la intimidad de su habitación a los 70 años de edad.
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Sor Juana Inés de la Cruz
Es la escritora más representativa de la literatura hispanoamericana del siglo XVII. Sus prosas, obras poéticas y teatrales que versan sobre temas teológicos, históricos y humanistas le valieron tanto la admiración como la crítica de sus contemporáneos en América y Europa. Hija de la descendiente de españoles Isabel Ramírez y del vizcaíno Pedro Manuel de Asbaje, aunque no reconocida por éste, Juana Inés nació en Nepantla, comunidad del municipio sureño de Tepetlixpa, Estado de México, en una fecha sobre la que no hay acuerdo, siendo 1648 y 1651 los años más convenidos. Precoz lectora y escritora, habilidades alimentadas por el acervo de su abuelo materno en la Hacienda Panoaya de Amecameca, vivió su adolescencia en casa de su tía María en la Ciudad de México, donde estudió latín, retórica y filosofía. Sus conocimientos y relaciones familiares le valieron formar parte de la corte de los virreyes de Mancera, el ambiente propicio para desarrollar su intelecto y capacidades literarias. A los 18 años de edad optó por la vida monástica como medio de asegurar la salvación de su alma y el ejercicio de su vocación por el aprendizaje. Tomó el apellido De la Cruz y, tras desertar de la orden carmelita, vivió el resto de sus días bajo los principios de las jerónimas. Sor Juana mantuvo cercanía con los nuevos virreyes Marqueses de la Laguna, decisivos para la publicación de sus obras en Europa, periodo en el que constantemente era reconvenida por clérigos para que se enfocara en el monasterio y no en asuntos profanos. Una carta suya al obispo de Puebla criticaba los dichos de un prestigiado jesuita portugués. El obispo utilizó la misiva para demeritar a seguidores del jesuita, originando voces de la comunidad teológica en contra de la escritora. Luego, con el seudónimo de Sor Filotea, el obispo expresó a la religiosa su admiración pero le recomendaba evitar temas reservados para los hombres. Como contestación, Sor Juana publicó una prosa que reivindicaba el derecho de las mujeres al aprendizaje y, poco después, destinó a la beneficencia todas sus posesiones, entre libros, mapas, obsequios e instrumentos musicales y científicos. Sor Juana Inés de la Cruz murió en 1695 al atender enfermos durante una epidemia de cólera que diezmó a la Ciudad de México.
Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, como en tu rostro y tus acciones vía que con palabras no te persuadía, que el corazón me vieses deseaba. Y Amor, que mis intentos ayudaba, venció lo que imposible parecía, pues entre el llanto que el dolor vertía, el corazón desecho destilaba. Baste ya de rigores, mi bien, baste; no te atormenten más celos tiranos, ni el vil recelo tu quietud contraste con sombras necias, con indicios vanos, pues ya en líquido humor viste y tocaste mi corazón desecho entre tus manos. Poema de Sor Juana Inés de la Cruz
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José Ma. Velasco Gómez
Pintor mexicano y uno de los más grandes paisajistas del siglo XIX. Retrató los ambientes naturales del Valle de México y de otros puntos del país con una plástica muy personal que no atendía a la observación directa. Ese estilo imaginativo fue parte del sello que le dio fama. Nacido en Temascalcingo, Estado de México, en 1840, desde joven demostró gusto y cualidades para el dibujo. Aún siendo niño, se mudó con su familia a la Ciudad de México. En 1855 ingresó a la Academia de San Carlos, la más prestigiosa escuela de artes plásticas de México y la primera de Latinoamérica, fundada en 1785. Ahí, Velasco creció bajo la influencia del italiano Eugenio Landesio, profesor de paisaje. Durante cierto tiempo practicó la fotografía y la litografía, además de cursar estudios sobre anatomía, botánica y geología, conocimientos que enriquecieron su desempeño artístico. En 1876 José María Velasco recibió su primer galardón internacional en la exposición del Centenario de Filadelfia, Estados Unidos, por su obra “Valle de México”. En 1889, fue reconocido con el grado de Caballero de la condecoración más importante del gobierno francés, la Legión de Honor, durante la Exposición Universal de París que conmemoraba el centenario del inicio de la Revolución Francesa. Posteriormente, recibió otro premio como primer lugar en la Feria Mundial de Chicago de 1893.
Velasco realizó una brillante trayectoria como docente durante más de cuatro décadas, antes de su muerte en 1912 en la Ciudad de México. Algunas de sus obras más destacadas son “Patio de una casa vieja”, “El Valle de México”, “Catedral de Oaxaca”, “México” y “Puente Metlac”. A partir de 1945, la cabecera municipal de Temascalcingo, ciudad natal del más grande pintor mexicano del siglo XIX, recibe el nombre oficial de Temascalcingo de José María Velasco y la casa donde nació es hoy un centro cultural.
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En honor a su memoria y para exaltar su obra, en la ciudad de Toluca se inauguró en 1992 el Museo José María Velasco, establecido en una finca del siglo XIX cuyos registros históricos puntualizan la visita del cura Miguel Hidalgo para pernoctar en su interior. El acervo del museo comprende cerca de 40 obras de Velasco, además de otros paisajistas como Clausell, Pingret, Gedovius, Coto, así como los contemporáneos Pelegrín, Petronila Monroy y Saturnino Herrán.
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IsidroFabela Alfaro
Abogado, periodista, académico así como destacado político, diplomático y escritor mexicano durante la primera mitad del siglo XX. Isidro Fabela Alfaro nació en junio de 1882 en el municipio de Atlacomulco, Estado de México, siendo sus padres Trinidad Fabela y Guadalupe Alfaro. Desde sus primeros años escolares y a lo largo de su formación académica, iniciada en su ciudad natal y luego aún a temprana edad en la Ciudad de México, Fabela estuvo en contacto con niños y jóvenes que representarían una brillante generación de pensadores y artistas mexicanos, como José Clemente Orozco, Antonio Caso, José Vasconcelos y Alfonso Reyes Ochoa. El inicio de la Revolución Mexicana en 1910 determinó su dedicación total a la vida política. Cercano a Francisco I. Madero y, tras el asesinato de éste, manifiesto opositor al gobierno de Victoriano Huerta, tuvo que exiliarse momentáneamente en Estados Unidos. Regresó al país para unirse al gobierno revolucionario de Venustiano Carranza, de quien llegó a ser Oficial Mayor Encargado del Despacho de Relaciones Exteriores, en el contexto de la invasión del ejército de Estados Unidos al puerto de Veracruz en 1914 y del inicio de la Primera Guerra Mundial. Después de un lapso como corresponsal en Europa para diversos periódicos mexicanos, de distintas formas hasta 1942 estuvo involucrado en las relaciones internaciones del gobierno de México, destacándose como representante ante la Liga de las Naciones, hoy Organización de las Naciones Unidas. Sus posturas sobre la defensa de la soberanía, la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, fueron definitorias para la diplomacia moderna en México. En el ámbito nacional, fue gobernador del Estado de México entre 1942 y 1945, periodo que marcó un parteaguas en la transformación política, social y económica de la entidad, resaltando el surgimiento de las primeras zonas industriales en la región. Posteriormente, durante seis años a partir de 1946, Isidro Fabela se desempeñó como Juez de la Corte Internacional de Justicia de la Haya, en Holanda, y más tarde, en 1962, recibió el nombramiento de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario ante el gobierno de Japón.
Doctor Honoris Causa en 1951 por la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro a partir de 1953 de la Real Academia Española de la Lengua, Isidro Fabela realizó una vasta obra escrita, sobresaliendo “Historia Diplomática de la Revolución Mexicana 1912-1917” e “Intervención”, esta última editada originalmente en México en 1959 y en Francia dos años después, además de diferentes cuentos, poesías, discursos y autobiografías. Isidro Fabela Alfaro murió en agosto de 1964 a los 82 años de edad. Sus restos se encuentran en la Rotonda de los Hombres Ilustres del Estado de México y su nombre está inscrito con letras de oro en la Cámara de Diputados de la nación. Desde 1979 un municipio del Estado de México lleva su nombre.
Arqueología
Tallada con la sabiduría de la naturaleza y articulada con la guía de las estrellas, la riqueza arqueológica del Estado de México se eleva imponente desde el horizonte. Perfección de formas que, inamovibles ante la fuerza del viento y del olvido, parecen tocar el firmamento, volviendo tangibles el pensamiento y la oración indígena. Zonas arqueológicas como Teotihuacan, Malinalco, Los Baños del Rey o Calixtlahuaca, cuya antigüedad se cuentan en cientos, en miles de años, son motivo de asombro para los ojos de los visitantes y de orgullo para el corazón mexiquense.
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Baños del Rey y de la Reina
El municipio de Texcoco fue en la época prehispánica la ciudadestado Tetzcoco, integrante de la llamada Triple Alianza en el Valle de México con Tenochtitlan y Tlacopan. El ingenio de Nezahualcóyotl, gobernador de Tetzcoco en el siglo XV de nuestra era, hizo posible un original acueducto que llevaba agua hacia los jardines de Tetzcutzinco, así como a los baños conocidos respectivamente como Baños del Rey y de la Reina. Tal acueducto obligó el traslado de toneladas de tierra para tapar una profunda cañada entre dos cerros.
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Calixtlahuaca
Dos décadas antes de la llegada de los españoles a Tenochtitlan, este pequeño pueblo matlazinca, cuyo nombre significa “Casas sobre la Llanura”, intentó fallidamente librarse del dominio ejercido por el imperio mexica. En señal de advertencia para los rebeldes, los aztecas destruyeron el lugar, del que ahora permanecen una maravillosa pirámide redonda que honra al dios del viento, un colegio donde hijos de nobles se forjaban como sacerdotes y guerreros, así como vestigios de un tzompantli o muro de cráneos, en el municipio de Toluca.
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Huamango
Al elevarse entre los peñascos, en épocas prehispánicas el sol visitaba al hombre para avisarle que había llegado el momento de sembrar o de cosechar. El hombre dejó de recibirlo, pero el visitante aún acude a sus citas. Por eso al inicio de la primavera y del otoño los rayos de sol todavía se asoman por en medio de los peñascos e iluminan los vestigios de la pirámide mayor en la zona arqueológica de Huamango, en el municipio de Acambay, uno de los sitios más importantes para la cultura otomí.
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Malinalco
En el pasado la pirámide principal de esta zona representaba la puerta a Mictlan, al inframundo, a donde iban los hombres que luego volvían transformados en Caballeros Águila. Ahora, esta pirámide a la que los mexicas dieron forma tallando directamente la roca, es una maravilla monolítica como sólo hay dos más en todo el mundo. Es la Casa del Águila y del Jaguar, que sobresale en la zona arqueológica de Malinalco, en la cima del Cerro de los Ídolos, en el municipio de Malinalco. Los aztecas establecieron aquí su escuela militar más importante, en la que se forjaron como guerreros los jóvenes Moctezuma, el monarca que presenció la llegada de los españoles, y Cuauhtémoc, el último emperador.
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Teotenango
Su nombre significa “Lugar de la Muralla Sagrada”, ubicado sobre el Cerro Tetépetl, donde habitaron teotenancas y matlazincas previo al arribo de los españoles a América.
En el municipio de Tenango del Valle, las murallas que identifican a Teotenango son guardianas de templos con enormes escalinatas y extensas plazas, incluyendo una destinada al juego de pelota; fueron concebidas para proteger a sus habitantes durante las guerras subsecuentes a la caída de Teotihuacan, volviendo durante algún tiempo a Teotenango la ciudad fortificada más importante del Valle de Toluca.
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Teotihuacan
Aquí, hombres fueron transformados en dioses.
La zona arqueológica de Teotihuacan, municipio de San Martín de las Pirámides, resalta por su ordenamiento, la increíble precisión de sus trazos y la belleza ornamental de sus edificios. Esta ciudad nació medio siglo antes del inicio de la era cristiana y 300 años después estaba constituida como el centro urbano más importante en Mesoamérica, una región multicultural desde el actual centro de México hasta Costa Rica. El tiempo no ha podido más que aumentar su atracción. Edificado por teotihuacanos, repoblado siglos después por aztecas e inscrito durante la modernidad como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el complejo de Teotihuacan permanece esplendoroso, como debe serlo el sitio arqueológico más importante y visitado de América.
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La Calzada de los Muertos asemeja una amplia calle, orientada de norte a sur a la perfección con el norte astronómico, que traza el eje de la ciudad. Su longitud de dos kilómetros inicia en la pirámide de la Luna y termina en el recinto conocido como la Ciudadela. A lo largo de esta vía se encuentran la imponente Pirámide del Sol y diferentes conjuntos arquitectónicos que fueron palacios, templos o áreas residenciales. Se le llamó De los Muertos porque se pensaba que el interior de dichas construcciones estaban las tumbas de gobernantes y sacerdotes. La Pirámide del Sol fue construida durante el siglo I sobre una cueva natural en la que se realizaban rituales religiosos. Su altura de 63 metros y su base de 45 mil metros cuadrados la convierten en la mayor de las pirámides en Teotihuacan y la segunda de mayor tamaño en México. Para alcanzar su cima deben recorrerse 365 escalones, uno por cada día del año. La Pirámide de la Luna se ubica al extremo norte de la ciudad, donde comienza el trazado de la Calzada de los Muertos, precediendo a una estructura cuadrangular de diez pequeños altares. A pesar de que tiene sólo 45 metros de altura, su cima está al nivel que traza la cúspide de la Pirámide del Sol.
El Templo de Quetzalcóatl es llamado así por su ornamentación de piedras con figura de serpiente emergiendo de una flor, en representación del dios Quetzalcóatl, a quienes los aztecas adoptaron como deidad principal. La decoración se intercala también con símbolos de Tláloc, el dios de la lluvia. El Palacio de los Jaguares debe su nombre a que en las habitaciones que rodean su patio se encuentran vestigios de pinturas murales que destacan la figura del jaguar. Se cree que el Palacio de Quetzalpapalotl fue la residencia de un gran señor o sacerdote ya que es el edificio más lujoso de la antigua ciudad. Los pilares del patio interior están adornados con bajorrelieves de seres emplumados o quetzales.
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Leyenda del Quinto Sol
No había día y era necesario alumbrar al mundo. Los dioses buscaron hasta encontrar a Tecuzitecatl, un joven rico que se ofreció para ser el sol, y a un anciano pobre, Nanahuatzin, para ser la luna. Tras purificarse ambos, llegó el momento de cumplir la orden divina de lanzarse al fuego para realizar la transformación. El joven tuvo el privilegio de ser el primero, pero también tuvo miedo. Una, dos, tres. Hasta cuatro veces retrocedió. Entonces el anciano se envalentonó y sorprendió a todos sumergiéndose en las flamas antes que el miedoso. La vergüenza, al fin, hizo que el joven se dejara abrazar por las llamas. Los dioses esperaron. Miraron al oriente y surgió el viejo, luminoso, tanto que lastimaba los ojos. Miraron de nuevo y apareció el joven, brillante. Pero un dios tomó un conejo y lo aventó a la cara del joven, opacando su resplandor. El viento empujó primero al viejo transformado en sol, y luego al joven, hecho luna. Comenzaron así el día y la noche en el mundo.
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Arquitectura
La riqueza del Estado de México se manifiesta en
sus construcciones, esplendor sustentado en cantera y en metal, expresión de la razón y el sentimiento de las generaciones mexiquenses desde la época colonial hasta nuestros días, atravesando los portales de la Independencia y la Revolución.
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Arquitectura Colonial
En silencio cuentan la historia y las leyendas. Inmóviles, se pasean por el tiempo luciendo su esplendor. Son las piedras de la Colonia, las de dos culturas que durante casi tres siglos se fundieron en la misma vocación: alcanzar los cielos, resguardar la fe, exaltar la grandeza y alegrar la existencia. Piedras con las que el español trató de sepultar los vestigios de una raza. Piedras que el indígena colocó sobre las pretensiones del conquistador. Las unas junto a las otras forman columnas, sustentan bóvedas, abren portones y decoran fachadas bautizadas con las frescas corrientes del gótico y del barroco, en construcciones realizadas entre 1521 y 1800.
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Capilla de la Tercera Orden, Calimaya
En el otrora Valle de Matlazinco, el ex Convento de Calimaya, uno de los más grandes que se construyeron en la zona, conserva las capillas abiertas al gran atrio y las cruces atriales, con elementos arquitectónicos novohispanos a cuyo extremo se erigió en la misma época la Capilla de la Tercera Orden.
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Iglesia de Santa María de Guadalupe, El Oro
A finales del siglo XVII una de las vetas de oro más ricas del mundo dio vida al municipio de El Oro y su cabecera El Oro de Hidalgo, que preserva su brillo arquitectónico incluso después de decaer la extracción en la primera mitad del siglo XX. Su iglesia principal Santa María de Guadalupe, labrada en piedra y tabique rojo, presenta en su interior recientes incrustaciones del metal dorado, en remembranza a la época de bonanza en la región.
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Santuario del Señor de Chalma, Malinalco
Rodeado de cuevas donde se veneró a deidades prehispánicas como Oxtotéotl y cuya destrucción iniciaron los evangelizadores agustinos, se proyecta al mundo religioso con su Cristo milagroso albergado en el santuario de estilo neoclásico y altar de madera policromada de estilo plateresco. Con extraordinario arraigo que trasciende sus fronteras, peregrinos de todas las regiones del mundo tributan ofrendas florales y dancísticas que han de pasar por debajo de su cúpula aperaltada de gran esbeltez, intentando con ello remediar las mayores calamidades, penas o contrariedades.
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Convento del Divino Salvador, Malinalco
Región alguna vez conquistada por el imperio mexica, se inscribió en la Historia nacional al ser sede para la firma de importantes documentos independentistas y bastión de la época revolucionaria. Su naturaleza típica sureña acoge al Convento del Divino Salvador, de construcción influenciada por el estilo medieval y decorado con arte plateresco, que se impone al espacio con su gigantesco atrio, donde se celebran tanto sesiones de catecismo como misas al aire libre.
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Santuario de la Virgen de los Dolores, Metepec
Matlazincas, otomíes y españoles franciscanos han marcado la historia de los siglos en esta zona del valle, donde muchos pueblos indígenas sufrieron el exterminio o dispersión de la Conquista. Como joya custodiada por el Cerro de los Magueyes, se erigió la Parroquia de San Juan Bautista, parte del convento adornado por esplendorosos murales y su fachada salpicada por la habilidad de los artesanos lugareños. La Iglesia del Calvario o Santuario de la Virgen de los Dolores obliga a su visita por medio de una escalinata rodeada de jardines y explanadas, desde la cual se puede obtener una agradable vista panorámica de la comunidad.
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Monasterio de Ocuilan
Decano de los ocho pueblos matlazincas, este sitio fue bautizado por el emperador Axayรกctl como lugar donde abundan los gusanos, de cuyo aprovechamiento fue posible atender el tributo de telares a los aztecas y cuya industria textil le sigue otorgando renombre. Los vestigios de su monasterio, una mรกs de las joyas de fundaciรณn agustina, atesoran bajo su fortaleza, distribuida en arcos, importantes muestras prehispรกnicas cuya arquitectura interna fue de gran suntuosidad.
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Santuario de la Santísima Virgen, Tecaxic Asentado en el cerro, se conoce el trabajo en cerámica de sus primeros pobladores que trascienden las épocas sumándose a la manufactura de mobiliario así como diversos objetos domésticos elaborados en hojas de palma. Como una pieza más de la vasta riqueza arquitectónica del estado, refulge el templo de la Santísima Virgen y ex convento franciscano, poseedor de la hermosa capilla abierta en cuyo conjunto también se resguardan pinturas elaboradas por manos indígenas de la época colonial, como la dedicada a la Virgen con fervorosa visión guadalupana.
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Monasterio del Santo Desierto Carmelita, Tenancingo Belleza para la vista y para el alma saturan el ambiente en este lugar, donde monjes edificaron en 1780 el Monasterio del Santo Desierto Carmelita.
La serenidad de esta región, declarada parque nacional en 1942, nace de su bosque de robles, cedros y encinos y se une a los rezos de los monjes que aún habitan la construcción. En la quietud interior del edificio colonial está el Señor de las Siete Suertes, cuya leyenda dice que, las siete veces que fue sorteado su destino, siete veces la suerte eligió a Tenancingo.
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Parroquia de la Asunción de María, Tenango del Valle
Su cabecera, Tenango de Arista, pletórica de orígenes transitados desde la era prehispánica hasta la época colonial, mereció la visita del llamado “Padre de la Geografía Moderna Universal” Alexander von Humboldt y luego se distinguió por su patriotismo durante la Independencia como villa heroica.
Con los vestigios de lo que fuera Teotenango, “Lugar del Muro Divino” conviven la Capilla del Calvario de corte neoclásico y muestra clara de la arquitectura religiosa barroca, así como la Parroquia de la Asunción de María que no es de origen religioso sino secular, notable por su portada.
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Arcos del Sitio, Tepotzotlán
Monumental acueducto también conocido como los Arcos del Sitio, fue construido por la congregación de los jesuitas para llevar agua desde el río de El Oro hasta la Hacienda de Xalpa. La obra de cuarenta y tres arcos tiene una altura promedio de sesenta y un metros, con una longitud de cuatrocientos treinta y ocho metros por los que circulaba el líquido en su canalón de hasta un metro de ancho, librando en algún tramo barrancas y parajes de la zona. Una sorprendente obra de ingeniería para las limitaciones de su época.
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Toluca
Las oficinas de la Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México se encuentran en un magnífico edificio cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XVI, pero que en la actualidad presenta un marcado estilo neoclásico. Concebido como beaterio, lugar donde monjas atendían a desvalidos, el inmueble llegó a albergar una fábrica a principios del siglo XIX, antes de que las autoridades lo expropiaran para convertirlo en sede del antiguo Instituto Literario, que con el paso del tiempo, al lograr la autonomía en 1956, se transformó en la máxima casa de estudios del Estado.
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El Templo de la Santa Veracruz toma su nombre por resguardar una reliquia de la cruz verdadera de Cristo. Durante muchos años a partir de su construcción en el siglo XVIII, fue templo exclusivo para el culto de españoles a un Cristo negro, el de los Obradores, que antes se veneraba en el desaparecido templo de San Francisco. Una leyenda dice que ese Cristo fue llevado al pueblo en el siglo XVI por dos muchachos que lo ofrecieron a uno de los habitantes más adinerados y nobles por 33 pesos. Cuando el comprador bajó la mirada para contar el dinero, los muchachos desaparecieron. Sorprendido por el suceso, el señor avisó al párroco de San Francisco, iniciando la veneración de la imagen.
En 1697, frailes carmelitas comenzaron a las orillas del Río Verdiguel la construcción de un convento para su orden religiosa, el actual Templo de Nuestra Señora del Carmen. Durante la Colonia, este convento fue uno de los más grandes de Toluca, junto con el franciscano, que se localizaba a pocos metros de distancia pero separado por dicho río, hoy subterráneo. La decoración del templo es de estilo neoclásico y en él se venera a la Virgen del Carmen. Una sección del antiguo convento alberga un museo y otra parte funciona como escuela.
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Santuario de la Virgen de Tonatico
Miles de peregrinos visitan año con año el Santuario de Nuestra Señora de Tonatico, una de las parroquias más bellas del Estado de México por su estilo neoclásico adornado con pinturas temáticas. Construido en 1660, el Santuario se ubica al centro de las casonas con tejas rojas, en un sitio cuyo nombre náhuatl quiere decir “Lugar donde brilla el Sol”.
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Arquitectura del México Independiente
Cuando México nació, la Arquitectura ya le había regalado los imponentes vestigios arqueológicos y los maravillosos tesoros coloniales del Estado de México. Entonces llegó el Tiempo trayendo también sus obsequios: ideas, modas y estilos creativos que hicieron realidad nuevas plazas, templos, mercados, casonas y palacios, entre los que destacan por su belleza, tamaño o valía histórica el Cosmovitral Jardín Botánico, el conjunto de palacios que albergan a los poderes del Estado o la Catedral Basílica. Construcciones levantadas a partir de 1810 que preservan las raíces de esta región, que exponen su multiplicidad de creencias y que celebran con el mundo la diversidad del ser humano.
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Centro Ceremonial Mazahua, San Felipe del Progreso Rodeado de pinos, encinos y girasoles está el Centro Ceremonial Mazahua, donde se conservan las tradiciones de la comunidad mazahua, una de las más antiguas del Estado de México.
El idioma, rituales, artesanías e indumentaria están vigentes en los diferentes espacios del centro ceremonial, inaugurado en 1977 y que se extiende sobre 20 hectáreas cubiertas de naturaleza. Cuenta con tres edificaciones para ceremonias y asambleas, un centro de artesanías y un museo con valiosos testimonios de la cultura mazahua.
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Toluca
El Cosmovitral Jardín Botánico es el vitral más grande del mundo. Tan grande que en él caben el día y la noche, la creación y la destrucción, la vida y la muerte. El Cosmovitral, como Leopoldo Flores tituló a esta visión suya realizada con las manos de 60 artesanos, describe la evolución del Ser Humano en un ciclo cósmico sin principio y sin final. Sus tres mil metros cuadrados están saturados de opuestos, de contrastes universales en lucha, en equilibrio, como lo están sus 500 mil cristales, frágiles e imponentes, sustentados por la solidez de 75 toneladas de metal. El Cosmovitral Jardín Botánico está en las entrañas de un imponente edificio estilo Art Nouveau, antiguo mercado 16 de septiembre, inaugurado a principios del siglo XX en el centro de Toluca.
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El Hombre Sol irradia luz y sabidurĂa, elementos que se conjugan para hacer que cada equinoccio de primavera su rostro se cubra con el sol del poniente.
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400 especies de plantas de diferentes partes del mundo crecen en el jardín botánico del Cosmovitral, abierto al público en 1980 y concluido en su totalidad en 1990, cuando el vitroplafón fue colocado, integrando la Vía Láctea al resto del conjunto.
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La Plaza Cívica es el centro de un conjunto arquitectónico integrado por los palacios de Gobierno y Municipal, así como por las sedes de los poderes Legislativo y Judicial, además de la Catedral Basílica. La explanada y sus edificios contiguos fueron remozados totalmente en la segunda mitad del siglo XX bajo un estilo neoclásico. Sobre la plaza se encuentra una escultura de Miguel Hidalgo, inaugurada en 1910 por el entonces presidente de México Porfirio Díaz para conmemorar los primeros cien años de la Independencia. Concebida con la influencia de las antiguas basílicas romanas, la majestuosa Catedral de Toluca cubre los terrenos que durante la Colonia ocupó la Capilla Abierta de la Santa Cruz de los Otomíes, primera construcción hispana de carácter religioso en Toluca y antecesora del antiguo convento franciscano.
Su cantera gris presenta un estilo neoclásico y en su interior tiene 10 capillas, siendo la más antigua la Capilla del Santísimo, que había funcionado como sacristía. En una de las alas dentro de la Catedral está la antigua Capilla de la Tercera Orden, ahora conocida como Sagrario, cuya hermosa fachada de estilo barroco permanece como uno de los muros interiores del edificio. Un detalle que exalta la grandeza de la Catedral, cuya edificación inició en 1867, es su monumental cúpula dorada, que se eleva hasta los 60 metros de altura, rematada por una estatua del patrón de la ciudad, San José.
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Muchos quieren contar desde el primero hasta el último, pero todos pierden la cuenta. Son Los Portales, los más largos de México, construidos a partir de 1832 donde los rezos de los frailes franciscanos se transformaron en alegres pláticas de los mercantes. Cada portal, del uno al 120, tiene tres curvaturas y encima, un balcón.
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La Plaza José María González Arratia es un agradable espacio para la realización de actividades culturales, que debe su nombre al gobernador mexiquense promotor de Los Portales. En una de sus cabeceras se erigen columnas que representan el pórtico del mercado Hidalgo, construido a mediados del siglo XIX y que operó durante casi cien años. Mucho antes, en los siglos XVII y XVIII, fue el cementerio de quienes no eran dignos para descansar eternamente en el interior o en el atrio de los templos franciscanos o carmelitas.
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Polivalente escenario inaugurado en 1969, el Teatro Morelos sobresale por sus arcos y bóvedas exteriores. Foro continuo de obras escénicas y conciertos así como es sede de conferencias y asambleas, se ubica en el Centro Histórico, sobre la explanada presidida por una estatua ecuestre del General José María Morelos y Pavón.
La Alameda Central es sitio de risas, de encuentro y de descanso familiar a la sombra de frondosos álamos. Construida en 1831 y conocida también como Parque Cuauhtémoc por su gran escultura del último emperador azteca, entre sus fuentes, jardineras y explanadas se realizan cotidianamente actividades culturales.
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Centro Ceremionial Otomí, Temoaya Sustentado por los rituales y la tradición, el pasado no envejece en el Centro Ceremonial Otomí, al interior de Temoaya. A partir de 1980, el Centro Ceremonial mantiene vivas las costumbres de otomíes y de mexicas, habitantes de la zona desde siglos antes del inicio de nuestra era. A los pies del Cerro de Catedral, en medio del bosque, entre murales, escalinatas y explanadas que simbolizan historia y religión, los ancianos realizan sus ceremonias cada primer y segundo domingo del mes. 52 pebeteros en forma de serpientes entrelazadas simbolizan los 52 años del calendario mesoamericano, con escalinatas que suman 365 escalones.
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Arte y Cultura
En pinturas y en las letras de la Historia, en esculturas y en utensilios, en los rituales y en los juguetes, la riqueza artística del Estado de México contagia de vida al corazón, iluminado a la luz del sentimiento y la destreza de los mexiquenses. Obras provenientes de los valles y de los volcanes que cautivan por su estética, su bagaje histórico y la calidad de su manufactura, así como objetos de uso cotidiano dejan sus lugares de origen para resguardarse en museos y en galerías impregnadas con el aroma de la cultura y la imaginación.
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Artesanías
Son como sueños que florecen en una emoción, en un revoloteo con alas de libertad. Cada una lleva un trozo de alma, un instante irrepetible de su creador, quien vierte en ellas las formas de su alegría y las hace confidentes de sus más coloridas ilusiones. Son las artesanías del Estado de México, elementos de la naturaleza que el artista funde, talla, dobla, pule, anuda o tiñe para rehacerlos en joyas, tapetes, árboles de la vida, vajillas, macetas, figurillas de animales y personas o artículos religiosos.
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Una de las más atrayentes artesanías del cúmulo que presenta el Estado de México es el Árbol de la Vida, típica de Metepec, que reinterpreta escenas bíblicas a partir de uno de los árboles del Edén. Por sus formas, colores y laboriosidad, la admiración hacia esta obra de barro y alambre es constante a pesar de sus diferentes tamaños, que pueden ser desde pocos centímetros hasta sobrepasar los seis metros de altura. Una de estas obras, realizada por Hilario Hernández Sánchez -imagen superior-, junto con otras artesanías mexiquenses, como un Nacimiento y un árbol navideño, forma parte del acervo artístico del Estado Vaticano, obsequiadas por el Gobierno del Estado de México.
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Agua y arcillas hacen de las manos del artesano su crisálida, el refugio del que renacen como vajillas, jarrones, fuentes, calaveritas y joyeros decorados con los colores de la imaginación. Son las artesanías de cerámica con las que hombres y mujeres de Texcoco, Metepec y Tecomatepec crean belleza insospechada para objetos de uso cotidiano y artículos con fines decorativos, caracterizándose la originaria de Valle de Bravo por involucrar el proceso de exposición a altas temperaturas.
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Con fibras vegetales que su propia región les provee, los artesanos de Toluca, Jiquipilco, Temascalcingo y Tenancingo crean fruteros, cestas, manteles, paneras e incluso sillas y asientos para fiestas ceremoniales prehispánicas, mediante el arte de la cestería. Absortos en un diálogo con sus manos, los tejedores también eligen decorar sus artesanías con diversos tonos, y han incorporado a la cestería aplicaciones de vidrio, cerámica y latón en regiones como Amanalco, Donato Guerra y El Oro.
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Del blanco de copalillo surgen figuras de animales, ensaladeras o cucharones, talladas por los artesanos en maderería de Ixtapan de la Sal y Valle de Bravo. En San Antonio de la Isla y Santa María Rayón, manos y pies trabajan para tornear la madera de madroño, dando forma a floreros, vasos y joyeros que lucirán coloridos dibujos inspirados en los trazos de la naturaleza.
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También llamados chales, tejidos en telares sujetos a la cintura o de pedal, los rebozos son prendas de vestir elaboradas con lana o algodón y finamente decoradas, demostrando la destreza de sus tejedores en Tenancingo y Toluca. Los reboceros aprenden su oficio del pasado, de la sabiduría de sus padres y sus abuelos, de quienes inventaron los 14 pasos para la elaboración de una prenda, que en su diseño simple requiere la mezcla en el telar de más de cuatro mil hilos.
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En Tultepec, el arte hace llover luz, gira formando círculos que pintan la noche de colores y se eleva hasta el cielo montado en cometas y cohetones. Con la pirotecnia los artesanos dominan el peligro, conteniéndolo en tubos de cartón y trozos de papel que al encenderse despliegan figuras de alegría en cada fiesta del Estado de México.
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Catalogados entre los mejores del mundo por sus diseños y alta calidad, los tapetes artesanales que en telares rudimentarios elaboran los habitantes de San Pedro de Arriba, en Temoaya, son una expresión de la cultura otomí enriquecida con las técnicas de bordado y deshilado. Uno tras otro, los nudos de lana virgen dan lugar a suaves y coloridas obras de arte, que en cada metro cuadrado guardan 140 mil nudos y más de un mes de absoluta dedicación.
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Centros Culturales
Dispersas por todo el territorio hay casonas y
palacios que los devotos convirtieron en templos del arte llamados museos. Centros culturales donde se hospeda la Historia, rescatan, preservan y difunden los momentos creativos que hombres y mujeres mexiquenses han elaborado con pasión y esmero. Recorrerlos es alimentar el espíritu con la esencia de las diferentes expresiones artísticas que han vestido a los tiempos del Estado de México.
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Centro Cultural Mexiquense
Desde esta antigua hacienda del siglo XVI corría ayer el agua que saciaba a la capital del Estado. Hoy, en cambio, es el sitio al que convergen las raíces de los mexiquenses, sus ideas creativas, sus letras y sus nuevas tendencias artísticas.
A partir de su inauguración en 1987 el Centro Cultural Mexiquense alberga al Museo de Antropología e Historia, al de Culturas Populares, al de Arte Contemporáneo y a la Biblioteca Pública Central del Estado, teniendo como guardián silencioso y distante al imponente Nevado de Toluca.
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Museo de Antropología e Historia
Aquí se preservan los objetos y la narración de los hechos que han forjado al Estado de México.
Una fascinante retrospectiva que inicia en la prehistoria y avanza por la riqueza de la época prehispánica, con piezas de gran valor estético e histórico como el Ehécatl o dios del viento encontrado en la zona arqueológica de Calixtlahuaca. El acervo de este museo, que forma parte del Centro Cultural Mexiquense, describe además con diversos objetos de cada época, la lenta fusión de dos culturas durante la Colonia y las luchas posteriores que el territorio vivió durante la Independencia de México y más tarde en la Revolución.
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Museo de Arte Moderno
Inconfundible por su arquitectura e inolvidable por su acervo, este museo localizado en el Centro Cultural Mexiquense alberga notables muestras de las artes plásticas y gráficas contemporáneas de México, así como algunas piezas de finales del siglo XIX. El Museo de Arte Moderno tomó forma y vida a partir de un proyecto que buscaba la apertura de un planetario, de ahí su diseño circular, donde ahora se albergan obras antes exhibidas en el Museo de Bellas Artes y de la sala de Arte Contemporáneo que ocupó el actual Palacio Legislativo.
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Museo de las CulturasPopulares
Las artesanías del México prehispánico y colonial de todas las regiones del estado lucen su belleza, acompañados por juguetes hechos con palma, con madera e incluso con desechos metálicos que sorprenden a la imaginación. Como parte del Centro Cultural Mexiquense, el Museo de las Culturas Populares exhibe platones, jarras y ollas que sirven alimento a la vista en una tradicional cocina de la región, y los utensilios de la charrería dejan de ser objetos de uso cotidiano para transformarse en finas obras de arte.
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Museo de Arte Virreinal de Zinacantepec
El exconvento de San Miguel en Zinacantepec, edificado por franciscanos durante el siglo XVI, resguarda pinturas y utensilios que recrean la vida en los conventos de esa orden religiosa y del pueblo durante el dominio español. Una de las pilas bautismales más notables por sus inscripciones en caracteres náhuatl y castellano, se encuentra en la capilla abierta de este fascinante museo, inaugurado en 1980 como Museo de Arte Virreinal.
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Museo de la Acuarela
Antigua casona toluqueña de principios de siglo, donde el color se mezcla con el agua para mantener presente el arte de la acuarela en México.
Inaugurado en 1993, este museo exhibe casi 200 obras de notables artistas como Ignacio Barrios Prudencio, Edgardo Coghlan, Vicente Mendiola Quezada, Ignacio María Beteta, Pastor Velázquez y Benito Nogueir, quienes dan nombre a seis salas del recinto, así como una hermosa colección que muestra diferentes aspectos de la belleza turística del Estado de México. Además de ser taller de la técnica de acuarela, este museo es sede de conciertos, conferencias y presentaciones editoriales.
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Museo de la Estampa Las más de mil piezas reunidas en el interior de este museo, ubicado en Toluca, demuestran la riqueza de la técnica del grabado en México y el mundo desde el siglo XVI hasta la actualidad.
Colecciones con temas religiosos, académicos, populares, modernos y contemporáneos de renombrados artistas como José Guadalupe Posada, Rufino Tamayo y José Luis Cuevas, son obras que se vuelven acompañantes durante un recorrido por la Historia nacional.
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Museo de Numismática Inaugurado en 1987 en una finca de finales del siglo XIX en Toluca, este museo es el único en América Latina que preserva la historia y evolución de un sistema monetario nacional. Su vasto acervo incluye muestras de los objetos utilizados en la época prehispánica para el intercambio de mercancías, así como monedas y billetes de variados tamaños y materiales, como oro, plata e incluso aluminio y cartón.
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MuseoFelipe Santiago
Aquí se rinde homenaje al pintor Felipe Santiago Gutiérrez, nacido en el municipio de Texcoco, uno de los artistas plásticos mexiquenses más importantes del siglo XIX. Su prestigio le acompañó por diferentes puntos de México y por Estados Unidos, Europa y Sudamérica. En Colombia recibió innumerables reconocimientos, llegando a ser DirectorFundador de la Academia de Bellas Artes de ese país. El Museo Felipe Santiago se ubica en un inmueble característico de la arquitectura de la segunda mitad del siglo XIX, en Toluca. Cuenta con una sala temporal y organiza visitas guiadas, conciertos, conferencias, presentaciones editoriales y cursos de pintura y escultura para niños.
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Museo Nacional del Virreinato
El Museo Nacional del Virreinato en Tepotzotlán deslumbra en una joya arquitectónica del siglo XVIII, con elemento de la centuria previa y declarada patrimonio nacional en 1933, que nació como un relevante colegio de origen jesuita. Su templo dedicado a San Francisco Javier, obra representativa del barroco de México, presume en su fachada la cargada decoración propia del churrigueresco, estilo que exhibe también al interior en sus preciosos retablos dorados. Inaugurado en 1964, este Museo Nacional exhibe su acervo de pinturas, cerámica, esculturas, muebles, libros, grabados y textiles concebidos durante la época virreinal, además de que promueve diversas actividades artísticas y culturales como talleres, conciertos y obras teatrales.
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Museo Taller Luis Nishizawa
Naturaleza muerta, paisajes, retratos, grabados y acuarelas describen parte de la personalidad creativa del maestro Luis Nishizawa Flores en el museo inaugurado en su honor en 1992, en la ciudad de Toluca, y que también es identificado como taller debido a que sus instalaciones imparten prácticas de cerámica, grabado y dibujo, además de conciertos y conferencias. Las raíces japonesas y mexicanas de Nishizawa se plasman en obras multiformes y coloridas que contagian emoción, articuladas con la influencia de diferentes corrientes artísticas. Entre los múltiples reconocimientos recibidos por el artista, destacan el grado de Maestro Emérito y Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Premio Nacional de Artes, el “Tesoro Sagrado del Dragón” otorgado por el gobierno japonés y una estampilla postal conmemorativa por parte del correo mexicano.
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Museo Virreinal de Acolman
Amplia y majestuosa joya de la arquitectura del siglo XVI, en su interior viven tesoros que abren las puertas del tiempo hacia el pasado del Estado de México, hasta alcanzar las épocas de los monjes agustinos. Una colección de vírgenes expresan la temática religiosa de este ex convento de San Agustín Acolman, que atiende a sus visitantes con una reseña histórica de su construcción, su uso y las inundaciones que sufrió por un error en su diseño.
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Sala de Conciertos Felipe Villanueva
Inaugurada en agosto de 1987 como sede permanente de la Orquesta Sinfónica del Estado de México en Toluca, esta sala de conciertos debe su nombre al violinista, pianista y compositor mexiquense Felipe de Jesús Villanueva Gutiérrez, figura del romanticismo mexicano a finales del siglo XIX. El legado musical del maestro Villanueva es de tal importancia que, en retribución a su contribución artística, sus restos están en la Rotonda de las Personas Ilustres en la capital del país.
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Danzas y Procesiones
Son rituales que de una generación a otra y luego a otra han permanecido para pedir y luego para ofrendar. Música, atuendos ceremoniales y movimientos acompasados, expresan la fe y las convicciones más arraigadas en el alma de los mexiquenses, como en Acolman durante las fiestas a San Nicolás, o en Malinalco en honor al Divino Salvador, municipio donde además se preservan danzas prehispánicas, así como la procesión de la Virgen del Carmen en el Santo Desierto Carmelita de Tenancingo. Rituales que se celebran en diferentes comunidades del Estado de México, con vistosas marchas y peculiares danzas, como los concheros prehispánicos y los arrieros, tradicionales jornaleros del campo mexicano, o de los chinelos, hombres enmascarados y con vistosos atuendos.
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Naturaleza y Aventura
Privilegiado por la naturaleza es el Estado de
México, mosaico de riquezas que se extiende sobre prósperos valles e imponentes volcanes, siguiendo el trazo de escarpados barrancos y el fluir de cristalinas corrientes de agua. Cada rincón de su territorio tiene el aroma del verde y el sabor de la vida, disponiendo para sus huéspedes aventuras que surcan el cielo, que conquistan montañas y que visitan las propias entrañas de la tierra. Sea en los balnearios sureños de Ixtapan de la Sal, al elevarse el sol por el oriente entre los volcanes de Amecameca o en el occidente donde descansa la Mariposa Monarca en Temascaltepec, el Estado de México exhibe siempre una belleza inigualable que sorprende a las miradas y cautiva los corazones.
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Iztaccíhuatl yPopocatépetl, Amecameca Amecameca es el inicio de la aventura por el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl, imponentes volcanes eternamente nevados que resguarda el Parque Nacional Izta-Popo, delimitado por decreto presidencial en 1935 como área natural protegida.
Alpinismo, escalada, ciclismo de montaña, campo traviesa y caminatas son la doctrina que los deportistas practican religiosamente a los pies de los volcanes, fuentes de leyendas tan variadas como la riqueza natural y cultural de la región. El terreno entre ambos volcanes es conocido como Paso de Cortés, por ser el camino que Hernán Cortés utilizó para avanzar hacia Tenochtitlan, es en la actualidad el sitio de partida para ascender los volcanes, tal como lo hicieron durante su travesía los hombres de Cortés en busca de pólvora.
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Leyenda de los Volcanes Entre el amor de una hermosa joven y un valiente guerrero se interpuso el padre de ella, quien demandó al muchacho el éxito en batalla si quería desposar a su hija. Ella aguardaba el regreso de su amado, pero sólo recibió la noticia de su muerte en combate. Desconsolada, la joven dejó ir la vida en cada una de sus lágrimas. Poco después el guerrero volvió triunfante para encontrar a la doncella muerta. Llevó el cuerpo inerte para sepultarlo en el valle, guiado por la luz de una antorcha. Luego se arrodilló junto a ella hasta también morir, iracundo, entre gritos de impotencia. La nieve cubrió sus cuerpos y ambos se convirtieron en volcanes. Ella, el Iztaccíhuatl o “mujer dormida”. Él, en “la montaña que humea”, el Popocatépetl.
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Nevado de Toluca
El corazón de Xinan, el hombre que amó a una diosa, se transformó en volcán. Así lo dice una leyenda acerca de este lugar, el Xinantécatl, al que muchos llaman Nevado de Toluca, el cuarto con mayor altura de los existentes en México. El ímpetu que hacía brotar la lava del volcán hace miles de años, es hoy lo que impulsa a excursionistas y alpinistas a buscar su cima. En ella, las cristalinas lagunas del Sol y la Luna cobijan a los más experimentados buzos, que dejan atrás los mares y ascienden a explorar las heladas aguas del Nevado.
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Santuario de la Mariposa Monarca, Temascaltepec
Esta región montañosa vestida de verde es santuario invernal de la Mariposa Monarca, viajera norteamericana desde Canadá hasta el Estado de México. Aqui la adrenalina trepa por las paredes casi verticales del Peñón del Diablo, cuya cima es además la plataforma para que los más osados emprendan el vuelo en alta delta o parapente.
El cerro Los Tres Reyes, extensión del Nevado de Toluca, es el dominio del montañismo, y en el cañón Brinco del León reinan el rappel y las tirolesas, con el Río Verde como alfombra para el rafting.
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Grutas de la Estrella, Tonatico
Gota a gota el agua abrió las entrañas de la tierra para trazar caprichosas formas que sólo la imaginación puede descifrar. Entrar aquí, a las Grutas de la Estrella, es descender 450 metros para adentrarse a la fascinación, a un mundo milenario de estalagmitas, estalactitas y lagunas subterráneas. Senderos, puentes y escalinatas han sido trazados para guiar a los turistas en medio de una oscuridad que sirve como escenario a un espectáculo de iluminación que resalta las increíbles formaciones en las cuevas. A los aventureros, en cambio, los acompañan el rappel y el nado, pasatiempos extremos que los más audaces practican de febrero a julio.
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Valle de Bravo
La vida surge alrededor del agua en Valle de Bravo. Como también surgen el encanto, la diversión y la aventura, donde el ingenio del hombre y la bondad de la naturaleza se unen para dar vida a un pueblo mágico. Navegar en bote o kayak sobre las aguas de su presa es acariciar la belleza, que se torna en audacia al practicar deportes extremos como el veleo y el esquí. El azul de sus aguas refleja el color de la aventura en el cielo, donde surcan parapentes o alas delta desde el Cerro de la Cruz o el Monte Alto. A poca distancia de Valle de Bravo, la cascada Velo de Novia vierte su agua cristalina y el bosque rodea a Avándaro, lugar ideal para el descanso y confort.
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Balnearios de aguas termales, Ixtapan de la Sal
De la tierra brotan la vida, la calidez y la diversión en los balnearios de aguas termales de Ixtapan de la Sal, destino vacacional favorito de las grandes ciudades ubicadas en el corazón de México. La exuberante vegetación rodea los centros vacacionales, lujosos hoteles y magníficos servicios para el recreo familiar que identifican a esta ciudad, de pintoresco estilo con calles empedradas y casas de fachada blanca con teja roja.
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Infraestructura
En la zona centro de México, donde se concentra la zona metropolitana más poblada del planeta, el Estado de México destaca a la vanguardia en infraestructura. Obra pública que eleva la calidad de vida de los mexiquenses y marca la pauta nacional en la diaria construcción de un país dinámico, con infraestructura moderna y funcional de calidad internacional, atendiendo los requerimientos de la sociedad actual.
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Construyendo la Historia
Enlace entre dos momentos históricos es la Biblioteca Mexiquense del Bicentenario, imponente edificio que resguarda los aspectos más relevantes en el devenir de la región que hoy integra al Estado de México, a partir del tiempo en que se dieron los primeros esbozos por una nación independiente. En el presente de la Historia, el diseño vanguardista de la Biblioteca entrelaza pasado y futuro, elevándolos hacia el mismo sentido en que se dirige el desarrollo integral del estado a partir de su obra pública. El concepto de la Biblioteca Mexiquense del Bicentenario, además de representar un innovador y atrayente espacio físico ubicado en la capital del Estado, engloba un importante programa editorial de cobertura nacional e internacional, enmarcado en la conmemoración de los doscientos años de la Independencia de México.
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Tocando el Cielo
Al acercarse la primera mitad del siglo XX, la Ciudad de México comenzaba a dar señales de una futura congestión urbana. Bajo el enfoque de la conurbación, se planteó entonces la creación de la primera Ciudad Satélite, en el municipio de Naucalpan de Juárez, inmediato al norte del Distrito Federal. Como emblema de un proyecto que sentó las bases teóricas para el urbanismo moderno mexicano, se edificaron entre mayo y noviembre de 1957 las Torres de Ciudad Satélite, conjunto de cinco estructuras de planta triangular con el vértice más agudo apuntando hacia el Distrito Federal, y cuyas alturas oscilan entre los 37 y 57 metros. Con el paso del tiempo, las Torres de Ciudad Satélite dejaron de ser tan sólo el monumento insignia de una nueva ciudad para convertirse en emblema de la modernidad del país entero, e incluso, en parte del patrimonio artístico nacional.
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Un Desafío Vital
El agua, una sustancia extraordinaria que convive con la humanidad dentro y fuera del organismo, hace posible la vida tanto de cada individuo como de todas las especies de flora y fauna, así como la cotidianeidad en la que se desarrolla todo ecosistema. El desafío de proveerla en el Valle de México se consigue por medio del Sistema Cutzamala, considerado como una de las mayores obras de ingeniería civil e hidráulica en el mundo, ya que distribuye el elemento vital desde una altura de 1,600 metros sobre el nivel medio del mar en su punto más bajo y hasta los 2,702 en su punto más alto, extendiéndose además por las entidades de Michoacán y el Distrito Federal; este último, el principal consumidor del volumen producido. La complejidad de sus dimensiones y la misión prioritaria para la vida metropolitana le han convertido en un reto técnico y humano mayúsculo, para atender la demanda de varios millones de habitantes presentes y futuros que no sospechan la extraordinaria intervención de personas, tecnología y medios sofisticados, que requieren una visión proactiva, con capacidad de gestión profesional y un perenne compromiso social.
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Desarrollo Sustentable
Desde hace siglos, las ciudades han sido sitios con actividades de progreso en el ámbito económico, de la educación y la cultura, donde varias decenas de millones de habitantes han llegado a multiplicarse exponencialmente en los últimos años. La natural e irrenunciable aspiración a una mejor calidad de vida de los pobladores obliga a procurar que las ciudades, en su evolución, crezcan con orden y garantías de desarrollo sostenible; diseñarlas para que los que viven en ellas tengan acceso a los servicios urbanos óptimos, especialmente los medioambientales. Atendiéndolo con esfuerzo, seriedad, innovación y una probada capacidad de imaginación, este compromiso social histórico es viable en los Rellenos Sanitarios de Naucalpan de Juárez y Tlalnepantla de Baz, calificados por el gobierno mexicano entre los mejores del país, ya que en ellos se realiza la separación y disposición final de residuos donde además, se logra tanto el aprovechamiento de biogás como la producción de composta. Sólo la visión de futuro con los pies en la tierra, respetando sus recursos naturales, da la oportunidad de responder no sólo a legítimas expectativas de desarrollo o crecimiento, también a sueños cotidianos de mejores modos de vida urbanos.
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Dando Caminos a México
La trama urbana de toda entidad exige la creación y mejoramiento permanente de su infraestructura para elevar la competitividad y promover el crecimiento económico; eje del desarrollo que favorece el intercambio entre mercados, dando camino a la salud, la educación, creando enlaces entre las regiones. Signado en los compromisos de la vida moderna, este recurso de comunicación favorece a la creación de oportunidades, a la generación de riqueza y su distribución, como vía para abatir los rezagos que aún persisten en algunas zonas de pobreza o desigualdad. Modelos monumentales de gran vocación transformadora son el “Circuito Exterior Mexiquense”; que permite interconectar las autopistas México-Querétaro, México-Pachuca, MéxicoPuebla hasta los límites del Estado de Morelos y por otro lado, el “Libramiento Ruta de la Independencia Bicentenario”, para canalizar los flujos vehiculares procedentes del centro y occidente del país hacia Ciudad de México, con lo que se previene y remedia severos problemas de tráfico, contaminación y deterioro de la infraestructura vial.
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Se terminรณ de imprimir en octubre de 2010 en los talleres de Multicolor Imprime. Ediciรณn de 1,000 ejemplares.