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Lección
La Caída del hombre
“Y
mando Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del arbol de la ciencia del bie y del mal no comerás; porque el día que de el comieres ciertamente morirás.” (Genesis 2:16, 17). ¿Tenía el árbol prohibido un fruto venenoso y letal que hacía necesaria esta orden divina? ¿Era esta prohibición motivada por un capricho divino? “Las acciones hablan más que las palabras”, y eso es justamente lo que Dios resalta a lo largo de toda la Biblia. El hombre fue creado libre, y esa libertad se manifestaba en la posibilidad de escoger entre seguir viviendo en íntima relación con Dios o elegir apartarse de él. La elección del hombre se manifestaría en la acción de “comer” o “no comer” del árbol. Ese árbol no era nada más ni nada menos que una señal de la libertad que Dios había otorgado al ser humano y sería el hito que demostraría quien era el objeto de la lealtad voluntaria del ser humano.
1. Lee Génesis 3:1-5 y presta atención a la estrategia usada por Satanás para hacer que Eva dude de la palabra de Dios.
La serpiente era el animal mas astuto y bello del jardín. Aparentemente volaba, ya que luego, cuando Dios la maldice, es condenada a arrastrarse por el polvo de la tierra. El hecho que en este incidente la serpiente aparece hablando, no quiere decir que esa era una habilidad propia del animal, sino que ella fue usada como médium del tentador para que Eva entrara en diálogo con el pecado.
Satanás siempre esconderá el pecado detrás de algo que nos llame la atención. 1