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Meter las patas en las fuentes de la historia del peronismo. Esa es la aventura que emprendí hace un año y que encontrarán en esta publicación. Todas las viñetas son interpretaciones que surgen de fuentes reales, anécdotas recolectadas por diferentes personas ya sea investigadores, biógrafos o personas cercanas a Perón y a Evita y que aparecen en diferentes libros y publicaciones. Los textos que acompañan los dibujos dan la información histórica necesaria para comprender el suceso dibujado. Esta es ante todo una aventura personal que comenzaría a fines del 2019, cuando inmerso en lecturas sobre el peronismo se me ocurrió la idea de dibujarlas, para aprehender mejor la historia aprovechando también a hacer algo que me gusta mucho que es dibujar. Por lo tanto no es un producto final terminado, sino mas bien un mojón, el primero, de un trabajo que espero pueda seguir creciendo. Desde un perfil de Facebook bajo el seudónimo de Juan Albe fui publicando mes a mes las historietas que se encuentran en esta compilación. Intenté ordenar los dibujos según un orden cronológico para que el trabajo tenga sentido de continuidad, pero soy consciente de que hay enormes huecos históricos que tendré que llenar en el futuro, desprolijidades en los dibujos que deberé corregir, y muchas cosas por mejorar. El objetivo nunca fue hacer de esto una obra de arte sino mas bien poder transmitir la historia y la doctrina del peronismo de una forma accesible a todos y que además fuese fiel a las fuentes históricas, dentro de mis posibilidades y limitaciones. Quiero dar las gracias a todos los compañeros que me siguen y alientan y que con sus comentarios, debates, informaciones y constante apoyo han hecho que este humilde proyecto sea realidad. Se lo dedico a Susana mi compañera y a mi hija Vera,
Juan C. Alonso Begino (Juan Albe)
Camarones Chubut, 1903 Perón pasó parte de su infancia en la Patagonia junto a su familia. De los 6 a los 8 años estuvo en Camarones, Chubut, en donde todavía se conserva la casa que habitó que hoy es un museo. En 1904 partiría solo hacia la casa de su abuela en Buenos Aires para hacer la primaria y luego entraría en 1911 como cadete con 16 años de edad y con una beca al Colegio Militar de la Nación. Durante ese tiempo volvería ya pocas y espaciadas veces a visitar a sus padres a la Patagonia. Es por eso, que esta anécdota que él contará años más tarde a su biógrafo Pavón Pereyra y que luego se convirtiera en una de sus frases mas repetidas y queridas, yo quise imaginarla durante un paseo de Juan Perón niño junto con su padre Mario por la playa de Camarones.
Eva conoce a Arlt, 1939 Eva Duarte llegó a Buenos Aires con 15 años en 1935. Los primeros años serían muy difíciles y apenas conseguiría trabajo. No era raro que pasara hambre y vivía en una pocilga. En el '39 estaba un poco mejor, había conseguido trabajo en la radio y en una obra de teatro, y había aparecido en la tapa de la revista Antena. Para ese entonces Roberto Arlt tenía 39 años, ya había escrito casi la totalidad de su obra. Sus cuentos, novelas, obras de teatro y notas periodísticas tenían llegada al público masivo pero las academias no le abrirían las puertas con facilidad. Por el contrario, la elite cultural argentina decía que escribía mal o ni siquiera lo tomaba en serio. César Tiempo (seudónimo de Israel Zeitlin), poeta, escritor, periodista, autor teatral y guionista cuenta esta anécdota de la que fué partícipe.
Encuentro en el Luna, 1944 El 22 de enero de 1944, se realizaba un evento cultural en el Luna Park para recaudar fondos para los afectados por el terremoto que unos días antes había destruido la ciudad de San Juan. Perón era entonces un coronel de 48 años y viudo desde 1938, y se encontraba al frente de la Secretaría de Trabajo de la Nación. Evita, que era conocida como Eva María Duarte era una joven actriz de 24 años. El presidente de la Nación era entonces el General Pedro Ramírez, que luego de hablarle al público se había retirado del lugar con su esposa dejando dos lugares libres en la primera fila. Uno de esos sillones es el que ocupó Eva Duarte justo al lado del de Perón, y allí comenzarían su romance y su historia juntos.
17 de Octubre de 1945 Amanece en Berisso. La mayoría de los delegados de los frigoríficos Swift y Armour habían sido capturados en varias redadas por la policía . Una mujer, Natalia María Bernabitti de Roldán, mano derecha de Cipriano Reyes, incita a los obreros a ir a la plaza de Mayo para defender a Perón. -¡Lo van a matar a Perón, ¿qué están esperando?! – iba diciendo, sección por sección -. ¡Tenemos que ir a Buenos Aires! -Pero, ¿y los delegados? – preguntó uno de los obreros. -Los delegados están todos en cana, ¡vamos, vamos! – le gritó María. Unos minutos después, una marea de obreros empezó a salir del frigorífico. El resto es historia.
Sueldo de presidente Evita ya había tomado la decisión de no ser una primera dama tradicional. Evita comenzó a buscar solución a los problemas y necesidades del pueblo que se congregaba afuera de la Residencia Presidencial. Ya para septiembre del 1946 llegaba un promedio de 3,000 cartas diarias a la Residencia y todos los días mujeres con hijos pequeños, mayores y personas lisiadas-los olvidados y rechazados de la sociedad-formaban largas colas alrededor de las elegantes rejas de la casa del Presidente. Evita se dio cuenta de que tenía que buscarles una ayuda inmediata. La historia es real, y muestra a una proto-Evita, una Eva que todavía no era la mujer de Estado en la que se convertiria en muy poco tiempo.
Reunión La anécdota en donde se inspira esta viñeta cuenta que una vez Perón convocó a los trabajadores de varios sectores. Como el representante de los serenos era medio callado le pidió a su sobrino que lo acompañe. Éste tenía ya 16 años pero como era lampiño, su madre no le permitia usar pantalones largos, hasta que tuviera pelos en las piernas... a la reunión con Perón fue avergonzado, pero justo ese detalle hizo que el entonces Coronel lo hiciera pasar al frente a hablar... y el chico no se quedó callado, al punto que Perón lo abrazó de la emoción...este chico va a ser un buen sindicalista! dijo entonces. Del libro "Yo conocí a Perón"
5:00 a.m. Evita y su trabajo incansable en la Fundación Eva Perón Cuenta el mismo Perón: “Eva se puso inmediatamente al trabajo; desde aquel momento perdía prácticamente a mi mujer. Nos veíamos raramente y de pasadita, como si viviésemos en dos ciudades distintas. Eva, efectivamente, pasaba con mucha frecuencia la noche en su oficina y volvía a casa al amanecer. Yo, que de ordinario salía de la villa a la seis de la mañana para ir a la Casa Rosada, me la encontraba en la puerta, un poco cansada pero siempre satisfecha de sus fatigas. Un día le dije - Eva, descansa y piensa que también eres mi mujer. Ella se puso seria y me respondió: ’Es justamente así como me doy cuenta de que soy tu mujer’…” Perón, J. D.- Como conocí a Evita y me enamoré de ella, Publicación del Instituto Nacional Juan D. Perón, Buenos Aires, 2006, pag. 8
Casas para Pobres Cuenta un testigo que a fines de los años ´40 unos reconocidos arquitectos argentinos se acercaron a Evita para presentarles un modernísimo sistema de construcción de viviendas prefabricadas que en ese momento se utilizaba masivamente en Europa para reconstruir las ciudades afectadas por la guerra. Evita quería saber exactamente cómo eran esas viviendas y ante las explicaciones de los arquitectos consideró que esas viviendas, que eran los típicos bloques de hormigón con cientos de viviendas anónimas, no eran suficiente para ¨sus grasitas". El tradicional chalet californiano con techo de tejas era lo que deseaban las familias peronistas y así comenzaron a construirse cientos de barrios. Evita no se equivocó, los bloques modernos se dejarían de construir en Europa 20 años mas tarde y muchos serían demolidos poco después. Los que aun sobreviven siguen siendo un estigma donde nadie quiere ir a vivir. Mientras que el chalet se mimetizó en las ciudades y aun siendo un modelo de arquitectura querido por todos los argentinos hasta hoy en día.
Paco Paco Jamandreu describió el primer encuentro con Eva y con Perón en su libro "Fuera del Balcón": “Su departamento me hizo acordar a las casas burguesas de mi pueblo. De entrada uno se topaba con un juego de comedor estilo 1940. No había detalles de buen gusto. Pero ella lo llenaba todo con su atracción. A los pocos minutos todo me pareció muy lindo, hasta sus pantalones de satén que nada tenía que ver con sus zapatos de corcho”. Luego de las explicaciones introductorias, Eva le mostró su vestuario y rápidamente se presentó Perón. Perón, recostado en la cama, comía sándwiches de chorizo y tomaba vino. Confieso que de entrada me deslumbró su gran simpatía, con su enorme sonrisa. ‘¿Así que vos sos el famoso Paco?. Pero sos un pibe y haces modas para mujeres. Mirá que te elegiste una muy difícil, ¿eh? ¿Qué te parece?, ¿qué te parece Eva?, con ella podrás lucirte, ¿no es cierto?’”.
Fantasía El diseñador Paco Jamandreu, quien vistió a Evita durante muchos años, contó una cómica anécdota sobre “la abanderada de los humildes”. En 1946 España homenajeaba a Argentina con motivo de un nuevo aniversario de su independencia y condecoraba al entonces presidente Juan Domingo Perón. Evita encargó el vestido a Paco, un modelo de jersey muy sobrio, verde, marrón y beige. Pero le aclaró que no quería usar joya alguna. Jamandreu decidió entonces que lo indicado era algún collar de fantasía. En Callao y Santa Fe el modisto dio con el indicado: un negocio bautizado “Sensación” exhibía uno con los colores del vestido. Tanto Evita como Paco quedaron más que conformes con el look. Durante la ceremonia, los nervios hicieron que Eva mordiera una de las cuentas. Las carcajadas de Perón le advirtieron que algo pasaba: tenía la lengua verde; el collar era de fideos pintados.
Carne En un reportaje Perón cuenta esta anécdota desarrollada en torno al precio de la carne de exportación y como pudo quitarle parte del negocio a los ingleses y acrecentar los beneficios para la Argentina. "Nosotros vendíamos nuestra carne a 250 dolares la tonelada (cuando en Chicago valía 750 dólares la tonelada), como consecuencia de que las únicas líneas de frío que podían sacar esa carne eran los barcos ingleses; nosotros no teníamos líneas de frío para sacar nuestra carne. Naturalmente que Alberto Dodero tomó inmediatamente en sus manos el asunto y aprovechando que había terminado la guerra y que todos los astilleros estaban sin trabajo, sacamos esos barcos casi a precio de costo, lo que era negocio para los astilleros que podían conservar su personal después de esa paralización. Porque en la guerra algunos astilleros estaban botando hasta un barco por día (...). Pues bien, fue así que nosotros rápidamente tuvimos una Marina Mercante que pasó las 100 mil toneladas, con lo cual tuvimos líneas de frío, y entonces a los ingleses yo los llamé y les dije "bueno, ahora la carne vale 500 dólares la tonelada". Ellos dijeron "no la pagaremos". Yo dije:"Veremos". Me dicen: "Ustedes no van a aguantar, se les van a llenar los campos de hacienda", a lo que yo les contesté: "vea, nosotros tenemos la carne, ustedes tienen el apetito, veremos quien aguanta mas". Efectivamente, los ingleses pagaron los 500 dólares la tonelada.
Piratas Uno de los hechos mas importantes realizados por la revolución Peronista fue la compra de los Ferrocarriles ya que es visto como un logro clave para la consolidación de la independencia económica. Nos cuenta el mismo Perón "......los ferrocarriles se compraron con una habilidad extraordinaria de Miguel Miranda... Él, hizo primero correr la voz de que nosotros compraríamos los ferrocarriles. Los ingleses que habían terminado la guerra y andaban un poco pobres se vinieron enseguida a venderlos. Cuando llegaron, Miranda les dijo: no, nosotros no dijimos nada... bueno pero si ustedes los vendieran y nosotros los compraríamos ¿cuál sería el precio? y le dijeron: el valor de la libra y cuánto es el valor de la libra, diez mil millones de pesos argentinos. Miranda los miró y se rió y les dijo: ¿cómo vamos a pagar diez mil millones de pesos por fierros viejos? Pero no eran fierros viejos... Un día cometieron un error [...]" Los ingleses se fueron enojados con la discusión, pero todo estaba dentro del plan de Miranda. Los trabajadores esperaban ansiosos la nacionalización y cuando vieron que no se concretaba empezaron un plan de lucha que pronto hixo volver a los ingleses a la mesa de negociación.El 1° de mayo de 1948, el entonces Presidente Juan Domingo Perón anunciaba la nacionalización de los ferrocarriles argentinos.
Zoológico Perón había nombrado a su hermano Mario como director del zoologico de Buenos Aires. Le gustaba pasearse por ahí y distenderse cuando el zoologico estaba cerrado. Una vez hablando de su hermano y su relación con los animales Perón contaba: "A mí me gustaba verlo entrar a la jaula del gorila: había allí un gorila negro y grandote, animal furioso al que todos temían. Sin embargo, se dejaba tocar por él y hasta se convirtió en su amigo. Esa fue la única vez que los Perón tuvimos un amigo gorila".
Protegido En un barrio por demás humilde, la lluvia y el frío se hacían sentir con mayor intensidad. Dentro de una habitación, un hombre pobre se debatía entre la vida y la muerte. Un amigo decide transportarlo sobre sus hombros hasta el hospital más cercano. Los acompañaba su mujer que, desesperada, veía como su esposo estaba a punto de morir. "De pronto -cuenta Demitrópulos- esa atroz calle de un barrio pobre de Avellaneda es iluminada por los potentes faros de un auto que se aproxima. ¿Quién podía andar a esas horas y en el barrial? Los autos no circulaban en esa calle ni siquiera en pleno día. Era extraño; más bien increíble. Pero el coche ha llegado hasta ellos y una voz de mujer, clara y vibrante dice: -Si es un enfermo suba, rápido. Se acercan. Agradecen. Si, necesitamos urgente atención para este enfermo que se muere: una úlcera perforada. La esposa agrega: -No tenemos adonde llevarlo, no tenemos recomendación para algún hospital. Del coche baja una joven, se ve a la luz de los faros que es bella y que está vestida con elegancia. Ayudó a subir a los tres. -No se preocupen. Yo conozco un médico de un hospital. Vamos allá". La mujer dio la orden al chofer de dirigirse a un hospital de la Ciudad de Buenos Aires. La mujer del enfermo, al recordar a los niños que han quedado solos en su casa llora, lo que llama la atención de la otra, quien le pregunta si sufre. Llegados al hospital, la joven baja del auto y requiere la presencia de un médico: "Dígale que Eva Duarte trae un enfermo grave". El médico, que se hizo presente, explicó que hombre necesitaba una urgente operación: "Ah, Evita, quien pudiera ser uno de tus protegidos", le dijo. El hombre fue operado y Eva se marchó ya que, dijo, estaba filmando una película, pero volvió a diario para visitarlo y llevarle los remedios que necesitaba y comida para su mujer y sus hijos". "El hombre -concluye la autora- era un obrero ferroviario y, como la mayoría de los trabajadores de ese gremio era un anarco-sindicalista, descreído y escéptico. Eva Duarte y el obrero se hicieron amigos, conversaron mucho sobre la situación política del país del que Eva ya tenía ideas muy claras y, a partir de entonces, la vida que los había cruzado los hizo actuar en muchas circunstancias críticas para ellos y para la Patria, hasta que, finalmente, los separó con la muerte de ella, once años después" Esta anécdota fue recogida por Libertad Demitrópulos, biógrafa de Evita, en su libro "Eva Perón".
Visita al Hospital Uno difícilmente podría imaginarse hoy como Evita a fuerza de poner el cuerpo cambió radicalmente las cosas en un país acostumbrado a ningunear y maltratar a los desamparados. La anécdota en esta viñeta la contó Lala García Marín, amiga de Eva, y militante peronista hasta el último de sus días. Lala trabajaba en la guardia de una farmacia y un día Evita apareció irreconocible, con el pelo suelto y anteojos a las dos de la madrugada y le pidió a Lala que la compañara al Policlínico Presidente Perón. La historia está en la viñeta. Después aparecieron los médicos medio dormidos y Evita solicitó el Libro de Reglas del hospital, donde se anotan todas las infracciones. Después se tomó el tiempo para visitar a algunos pacientes para preguntarles “¿Cómo te están tratando? ¿Le dieron la medicina que se suponía que debía tener? ¿Se realizó el análisis? Por supuesto, para los pacientes todo parecía un sueño. Tan pronto como se despertaron lo suficiente como para darse cuenta de que realmente estaban hablando con Evita, comenzaron a pedirle cosas para sus hijos o nietos.
Dr. Carrillo Cuando en el ´46 Carrillo le presentaba a Perón un plan para combatir el Paludismo, ya había años de experiencia tanto en el extranjero como en la Argentina. Sin embargo, los gobierno anteriores por seguir literalmente las soluciones europeas no lograban mitigar el problema, y en muchos casos hasta lo agravaron, como constataría el Doctor Alvarado, quien fue luego el responsable de reducir, ante el asombro (y también de la incredulidad) de la comunidad internacional el problema de una forma espectacular. Una cosa que entendió Carrillo es que los problemas argentinos hay que solucionarlos con respuestas argentinas. Esta fue la base de todo el sistema de salud pública peronista que entretanto llevaba adelante como ministro del Perón, y que hoy debemos agradecerle.
Viaje a Europa Hacía unos meses que el Gobierno argentino había recibido una invitación oficial del entonces presidente de España Francisco Franco para visitar ese país. Quería, de esta forma, agradecer a Perón la ayuda que le había prestado y que seguía prestando a España. La decisión de que fuera Eva quien viajara a España venía condicionada por varios factores. Primero, la situación política en Argentina. Había un sector dentro de las Fuerzas Armadas, sobre todo los representantes de las clases más acomodadas, que no veía con buenos ojos las estrechas relaciones del presidente con los sindicatos. Perón, que había ganado las elecciones poco antes con un 52 por ciento de los votos, temía que una ausencia tan larga pudiera ser aprovechada por sus opositores. Y segundo, las complicaciones diplomáticas que podría acarrear una imagen suya con un dictador como Franco, al que se relacionaba con los regímenes fascistas de Alemania e Italia. Tras la sorpresa inicial por el ofrecimiento de su marido, había empezado a sentir la satisfacción derivada de una posibilidad única para demostrar quién era y exhibir toda su valía. Su felicidad era absoluta y no pensaba hacer nada por disimularla. Al ofrecimiento de España, que correría con todos los gastos, se habían sumado las invitaciones de Portugal, Francia, Italia, Mónaco, Suiza, Brasil y Uruguay. Claro está que el Gobierno argentino también había movido los hilos para que el viaje trascendiera los límites de un país dictatorial y se presentara como una gira por todo el continente.... El texto de aquí arriba y la dramatización del momento en que Perón le pide a Eva que haga el viaje sola está inspirada en la novela histórica de Ángeles Blanco, "Los dos viajes de Evita"
8 de Junio de 1947 Evita llegó a Madrid el 8 de junio de 1947, en pleno cerco internacional del Régimen de Franco, y más de un millón de personas se echaron ese día a la calle, cubriendo todos los espacios posibles desde Barajas al Palacio ,del Pardo entre un fervor sorprendente. Evita además de su belleza y su simpatía personal, había llegado a España acompañada de barcos argentinos cargados de cereales y carnes. Para esos españoles que hasta ese día solo tenían permitida una ración de pan diario de 150 gramos, las cosas serían muy diferentes luego de la llegada del peronismo a sus tierras. Evita cuenta la anécdota de esta viñeta meses después a su peluquero Julio Alcaraz. Lo que queda mas que claro siempre es que para Ella, el viaje tenía sentido por el pueblo Español que sufría hambre y no por sus dirigentes, como bien quedó claro en el discurso de Evita en la Dehesa de la Villa de Madrid ante 100.000 trabajadores: “En el trigo que con tanto amor cultivaron los descamisados de mi pueblo, les traigo el mensaje de amor, de solidaridad y de hermandad y el abrazo cariñoso de un pueblo grande a otro pueblo grande. Sepan, obreros españoles, que mientras en nuestros trigales haya una espiga, esa será compartida con vosotros, con nuestra solidaridad expresión de paz, de cristiandad, y de justicia social. Por eso, a pesar de las Potencias opresoras, el Gobierno Justicialista del General Perón se ha fijado una consigna: en España no habrá ningún hogar sin pan, ningún niño sin leche. Mi pueblo es humilde y bueno, como sois vosotros. Pero orgulloso y altivo, como también sois vosotros. Tened siempre presente que sólo la solidaridad entre los humildes nos hará fuertes para enfrentarnos a la voracidad insaciable de los poderosos.”
Por los votos En Junio de 1947 llegaba Evita a España y comenzaba su gira europea. El encuentro de esa chinita argentina de 28 años con el Viejo Mundo no le movió un pelo. Aunque muchos dicen que después del viaje Eva se convirtiría en Evita las anécdotas recopiladas de esos días nos muestra a la misma Eva desenfadada y desprejuiciada de siempre. Como la que le contó, ya en la Argentina, a su peluquero Julio Alcaraz, sobre su encuentro con la mujer de Franco. -A la mujer de Franco no le gustaban los obreros, y cada vez que podía los tildaba de "rojos" porque habían participado en la guerra civil. Yo me aguanté un par de veces hasta que no pude más, y le dije que su marido no era un gobernante por los votos del pueblo sino por imposición de una victoria. A la gorda no le gustó nada. El de aquella tarde fue el primer round de una pelea que iba a prolongarse durante toda la estadía de Eva en España.
Tortilla y Oro Tantas cosas se inventaron sobre Evita y Perón que ya son parte también de la historia del peronismo. Entre ellas las dos que recreo en esta viñeta. Imagino que ellos en su intimidad se reían de las estupideces que decían los gorilas. La tortilla de 10 mil dólares fue la que según esas lenguas de víbora Evita le habría cocinado a Onasis en un romance con el millonario durante su viaje europeo. Entretanto Perón caminaba sobre lingotes de oro que habrían dejado los gobiernos anteriores y que "el tirano" despilfarraba entre los cabecitas negras para que lo votaran.
Mono y Gorilas Le decimos todos "Mono", pero ese era el insulto de las clases altas para José María Gatica, porque odiaba que lo llamen así. "Tigre" le decía el pueblo peronista, que lo adoraba. Perón le tenía un gran aprecio y siempre lo iba a ver al Luna Park, y al final no faltaba la mano fraterna del General colándose en el ring para saludarlo. Cuentan que cuando se lo presentaron Gatica le dijo "dos potencias se saludan, General", frase que ya quedó en la historia. Se dice que una vez Hugo del Carril salió en defensa de Gatica diciendo que si él era aun mono, los que lo insultaban eran gorilas. La anécdota llegó a la radio en donde parodiaban una famosa pelicula de Hollywood sobre Afríca. En 1985, Aldo Cammarota contó el hecho en una columna escrita para el diario Clarín: En marzo de 1955, hice por radio (en La Revista Dislocada) una parodia de Mogambo, una película con Clark Gable y Ava Gardner, que sucedía en África. En el sketch había un científico que ante cada ruido selvático, decía atemorizado: «deben ser los gorilas, deben ser». La frase fue adoptada por la gente. Ante cada cosa que se escuchaba y sucedía, la moda era repetir «deben ser los gorilas, deben ser». Primero vino un fallido intento de golpe y luego el golpe militar de 1955. Al ingenio popular le quedó picando la pelota: «deben ser los gorilas, deben ser».
Revelación Carlos Mugica nació en Buenos Aires el 7 de octubre de 1930, en el seno de una familia de clase alta. Su padre, Adolfo Mugica, fue diputado conservador entre 1938 y 1942 y posteriormente, en 1961, ministro de Relaciones Exteriores, durante la presidencia de Arturo Frondizi. Por otra parte su madre, Carmen Echagüe, pertenecía a una familia de ricos estancieros bonaerenses. Se ordenó como sacerdote en 1959, pocos años después de haber participado –según sus propias palabras- "del júbilo orgiástico de la oligarquía por la caída de Perón". Pero Mugica también sabía reconocer sus contradicciones. Relataba que en una ocasión, caminando por un pasillo oscuro de un conventillo, vio una leyenda escrita en la pared que lo conmovió profundamente: "Sin Perón no hay Patria ni Dios. Abajo los cuervos". Los cuervos eran los curas. Quizás en ese momento tuvo casi como una revelación y se dió cuenta que si permanecía en el lugar de siempre estaría en la vereda de enfrente de "la gente humilde". Desde ese día Mugica se hizo peronista.
En el aire Los primeros años del General Perón en el exilio no fueron nada fáciles. Por un lado Perón no quería alejarse de la patria pero por el otro las presiones políticas para los gobernantes de cada lugar donde aterrizaba hacían visible el poder que ese hombre en el exilio todavía ejercía a pesar de que ya no contaba mas que con una valija con ropa y algunos pocos dólares. El 2 de Noviembre de 1955, el ex-presidente salía de Paraguay hacia Nicaragua en el avión presidencial del país hermano, pero durante el vuelo los planes fueron cambiando al punto de tener que dormir en el avión en algun que otro aeropuerto alegando falsos desperfectos, en busca de algún país que recibiera a Perón. El texto de la última viñeta surge en parte de la biografía de Perón escrita por Enrique Pavón Pereyra
Peronistas Desde "Ciudad Trujillo" el 3 de febrero de 1958, Juan Perón dio una conferencia de prensa a los medios internacionales para recomendar al Movimiento de votar a la fórmula Frondizi-Gómez cambiando la estrategia de las votaciones anteriores de apoyar el voto en blanco. El 7 de febrero de 1958, Ramón Prieto voló a "Ciudad Trujillo" desde Río de Janeiro con la misión de relatarle a Perón, entre otros temas, lo que estaba sucediendo con sectores de su Movimiento, en lo político y sindical con respecto al voto en blanco. Muchos sectores del peronismo no deseaban votar por Frondizi. Querían seguir peleando contra la ilegalidad, especialmente aquellos que habían estado muy unidos a los grupos de la Resistencia. Aunque Frondizi sacó más de cuatro millones de votos, casi doblando en cantidad a Ricardo Balbín, el voto en blanco fue masivo: casi un millón de votos. Unos días más tarde del 23 de febrero de 1958, preguntado Perón por un periodista sobre qué pensaba de los dirigentes que habían propiciado el voto en blanco, contestó: "¡Ah! Esos son más peronistas que yo!".
Panama, 1957 El General llevaba ya algunos meses viviendo en la pobreza, acompañado por algunos pocos hombres. Uno de ellos, Ramón Landajo, encontró una cantina de un argentino dispuesto a darle de comer a cambio de que Perón engalanara su local. Perón iba de mesa en mesa, saludaba con los brazos en alto, se sacaba fotos y firmaba autografos a los turistas que se acercaban a ver a aquel ex presidente en el exilio
Vecinos En la primer vivienda de Perón en Madrid, en Avenida del Doctor Arce 11, el General tendría de vecina a la actriz Ava Gardner. La cordialidad de los primeros días de vecindad no tardó en romperse en el momento en el que empezaron las legendarias fiestas de Gardner. Las llamadas de Perón al cuartel de la Guardia Civil se hicieron habituales así como los gritos y discusiones. Cuenta una leyenda que mientras Perón ensayaba sus discursos en el balcón (pensando en un posible regreso triunfal a Argentina) Ava Gardner le insultaba en un castellano impecable llamándole “marica”.
El General en Madrid Cumplidos trece años en el exilio, en 1968, el ex presidente comienza a ser un misterio, un ente nebuloso para las jóvenes generaciones de argentinos. Para desentrañarlo, un redactor de Siete Días (Alberto Agostinelli) tuvo acceso a su refugio en Puerta de Hierro: por primera vez Perón concede una entrevista basada en el exclusivo propósito de trazar un cuadro de su vida doméstica. El General se había construido, después de mudarse de un lugar a otro en Madrid, una casa rodeada de parque en el aristocrático barrio de Puerta de Hierro. Era la mítica quinta 17 de Octubre. "«La zona es aristocrática, no lo voy a negar reconoce el genera l-. Pero mi casa no tiene nada que ver con todo esto: es más modesta que la que poseen muchos industriales argentinos de medio pelo en Florida, Martínez o La Lucila. Cualquiera puede comprobar con sus propios ojos que no me estoy haciendo el farolero."
Stratocaster Pocos saben que el rock español también tiene algo de peronista. En el '63 el grupo musical Pekenikes, muy solicitado en fiestas de la época de la capital ibérica recibió el pedido de actuar durante una reunión en la Quinta 17 de Octubre en el barrio madrileño de Puerta de Hierro. Eran tiempos de la dictadura de Franco y conseguir instrumentos de rock no les era fácil a los jóvenes músicos locales. Parece que en las tratativas, el grupo dejó caer esta falencia. El General ni lerdo ni perezoso les dijo que le hicieran una lista de lo que necesitaban, Aunque los jóvenes músicos del grupo lo consideraron nada mas que ua fanfarronería de aquel exótico "tirano" en el exilio le hicieron llegar la lista a Perón. Pocos días después un camión llegó a la sala de ensayo de la banda y descargó al menos una guitarra Fender Stratocaster y un bajo Fender Jazz Bass, que serían los primeros instrumentos de esa marca en España. Era un regalo de Perón al rock español, y a los Pekenikes que desde ese día comenzarían a sonar como ningún otro grupo local. Esta anécdota se cuenta todavía en el mundo del rock español y fue confirmada hace poco por uno de sus protagonistas, quien sacó un libro sobre la historia de Pekenikes.
Desgraciados Luego del derrocamiento de Perón en el ´55 el país navegaba sin rumbo y a los saltos entre gobiernos militares y democracias parciales. El General, primero desde latinoamérica y luego desde Madrid seguía profundamente comprometido con el país conduciendo desde la distancia al Movimiento peronista. A mediados de los ´60 muchos parecían querer deshacerse de Perón. Por un lado el sindicalista Timoteo Vandor hablaba de un "peronismo sin Perón" y por el otro Onganía asumía la presidencia de la Nación con un proyecto que quería replicar al Franquismo, con la idea de perdurar como el caudillo. En esta viñeta quise transmitir la claridad política del General Perón a pesar de la distancia y los años transcurridos fuera de la Patria. Quise imaginarlo en su mundo cotidiano, entre su mujer y sus 20 canarios, pero con su mente sumergida en la encarnizada contienda política que se disputaba en el país, en la que él seguía siendo el eje sobre el que todo giraba.
Unidad a toda costa John William Cooke sería designado en 1956 como delegado y sucesor de Perón por el mismo general durante su exilio en el exterior. El intercambio epistolar que se produjo entre ambos hombres fuertes del peronismo, entre 1956 y 1966 es hoy una fuente fundamental en donde abrevar para comprender aquel momento histórico, pero también el actual, ya que el General se verá interpelado por un interlocutor brillante y sagaz. En el ir y venir de esas cartas se encierran reflexiones sobre el peronismo, la Argentina, Latinoamérica y el camino a seguir para la tan ansiada liberación nacional de manos del peronismo.
De Gaulle "Recíbanlo como si fuera yo". Esas fueron las instrucciones de Perón desde su exilio en Madrid al peronismo por la visita del General De Gaulle, presidente de Francia a la Argentina. Corría el mes de octubre de 1964 y el viejo héroe de la resistencia francesa durante la 2da Guerra Mundial recorría Hispanoamérica con una consigna, buscar aliados en su "Tercera Posición" para alejarse del mundo bipolar que imponían los EEUU y la URSS. Algo que Perón había vaticinado y por lo que había luchado una década antes. Los dos generales conocían su posición y habían intercambiado correspondencia en esos últimos años. En la Argentina gobernaba el radical Arturo Illía, y por orden de Perón, el peronismo todavía proscripto, aprovechaba la ocasión para mostrar su músculo popular intacto. La CGT expresó la bienvenida al general. Las movilizaciones fueron masivas. Así lo confirman los noticieros de la época y los testimonios de los testigos. Los actos en Plaza de Mayo y Plaza Francia y las manifestaciones en las calles céntricas de la ciudad fueron ruidosos y en la mayoría de los casos culminaron con refriegas entre la policía y los manifestantes.
2do Encuentro. 1966 “El Che estaba disfrazado, irreconocible, afeitado y casi calvo, con anteojos de marco oscuro y cristales algo ahumados. Iba de paso hacia Bolivia y pasaba por Europa porque debido al bloqueo de Cuba los viajes debían necesariamente conectar con países socialistas. Durante la entrevista le contó a Perón su plan de insurgencia en el Alto Perú. Perón se mostró sorprendido y al principió no le creyó, o se hizo el que no le creía. ‘Esto va en serio’, dijo el Che, y dio los detalles de la operación. Perón le recomendaría entonces “Yo conozco bien la zona porque allí cursé el segundo año de la instrucción militar que hicimos en Brasil, en Bolivia y en Chile”, le dirá y luego pronosticará con dramatismo: “Disculpe Comandante que sea franco con usted, pero usted en Bolivia no va a sobrevivir. Es contra natura. Suspenda ese plan. Busque otras variantes.” Luego de algunos segundos de silencio agregó, grave: “No se suicide”. Esta singular anécdota la contaría Enrique Pavón Pereyra, entonces secretario de Perón en Madrid, tomando café en un bar de Buenos Aires, a Pacho O Donell poco antes de su fallecimiento.
Fumar “En un momento el General le pidió un cigarrillo al guardia que le tenía el atado, porque el atado siempre se lo tenía un guardia que le daba a horario los cigarrillos. Creo que era uno a la mañana, después del desayuno, otro después del almuerzo, otro a la tarde y el último después de la cena. López Rega se acercó, y le dijo: ‘General, usted ya se fumó el de la tarde’. Se ve que le marcaba de cerca los cigarrillos. ‘No, Lopecito –dijo Perón–, si es para la gilada. ¿No ve que me están haciendo fotos? El cigarrillo es para que no piensen que estoy chacabuco. ¿No vio que andan diciendo que estoy chacabuco?’” (“Pasen y vean. La vida de Leonardo Favio”, por Adriana Schettini).
Operativo Retorno En la madrugada del 2 de diciembre de 1964, dos hombres ayudaron a Perón a meterse en el baúl de un auto. Así salió de su quinta del exilio en Madrid, para que no lo vean los periodistas y para que la información del regreso no llegara a la Argentina. Cerca del aeropuerto lo esperaba una furgoneta de Iberia que lo trasladaría al avión. A pesar del esfuerzo, Illia, presidente entonces de la Argentina se enteró a tiempo y logró detener el retorno del General en Brasil donde el avión de Perón hacía una escala.
17 de Noviembre 1972 Cada 17 de Noviembre los peronistas volvemos a recordar aquel día en 1972 en el que el General, después 18 años en el exilio por causa de la proscripción y persecución de los odiadores de ayer y de siempre, volvía a pisar suelo argentino. Ese día llovía y todo el pueblo se llenaba de esperanza otra vez al recibirlo en un país desvastado por los odiadores que creían que sin Perón todo era mas fácil y mejor. Perón venía a a pacificar el país, éste gran conductor volvía al final de su vida a reorganizar el país y a reforzar lo que se había construido durante sus dos primeros mandatos.
Si me pasa algo Un 25 de Septiembre de 1973, dos días después del triunfo de Perón en las elecciones presidenciales, un comando asesinaba a José Ignacio Rucci, el entonces secretario general de la CGT. Rucci era "como un hijo para mi" diría el General. Era un leal a toda prueba que en los últimos años había trabajado arduamente para lograr el regreso de Perón a la Patria. "Si Perón da un paso adelante, yo doy un paso adelante, si va a la derecha, voy a la derecha, y si va a la izquierda, voy a la izquierda" les diría a los dirigentes de la llamada izquierda peronista en una reunión en la CGT buscando la conciliación. Mucho se ha dicho y se sigue diciendo de su muerte, porque es una espina dolorosa clavada en la misma interna del Movimiento de aquellos años, de izquierda a derecha es una herida que no cerró nunca. Que Rucci era un mafioso, que fue responsable de la masacre de Ezeiza, que era la "derecha peronista". Que lo mató Montoneros, que fueron las FAR, que la Triple A, que la CIA, que le tiraron un muerto a Perón para disputarle poder. Es imposible avanzar sino admitimos que la única respuesta reconocida por todos es que José Ignacio Rucci fue un ejemplo de lealtad, a tal punto que literalmente dió la vida por Perón sin empuñar un arma. Desde ese día la Argentina fue más violenta, mas intransigente, menos tolerante al otro, lo que desembocaría en la mas cruenta dictadura de nuestra historia.
Meter las patas en las fuentes de la historia del peronismo. Esa es la aventura que emprendí hace un año y que encontrarán en esta publicación. Desde la misma infancia de Juan Perón y Eva Duarte. Porque mas allá de la fantasía o las recreaciones personales, todas las viñetas son interpretaciones que surgen de fuentes reales, anécdotas recolectadas por diferentes personas ya sea investigadores, biógrafos o personas cercanas a los actores principales de esta aventura, que recorre gran parte del siglo XX de la Argentina. Juan Alonso