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4 ¿Es tu mente el enemigo de tu relación? Nuestros pensamientos influyen en nuestra forma de interactuar, en nuestras decisiones y acciones. Si los que nos dominan son tóxicos, será muy difícil que tengamos una relación sana.
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ay quienes dicen que la vida no es complicada, que nosotros mismos nos la hacemos difícil; son nuestras perspectivas y actitudes lo que nos complica la existencia. Y si bien es verdad que hay circunstancias fuera de nuestras manos, que pueden poner a prueba incluso a la persona con la actitud más positiva; lo cierto es que con mayor frecuencia de la que creemos son nuestros pensamientos y suposiciones lo que nos hace infelices. Damos interpretaciones a lo que ocurre a nuestro alrededor, analizamos palabras y acciones, y sacamos conclusiones que tomamos como certezas; en lugar de permitir un diálogo que nos ayude a aclarar cualquier malentendido que pudiera haber. Lo que hace que surjan conflictos o agrava los que ya había. Con frecuencia lo que pensamos no corresponde a la realidad y si bien, hay muchas cosas que no dependen de nosotros, lo cierto es que nuestros pensamientos tienen más impacto de lo que creemos en nuestros problemas; especialmente si se trata de relaciones. A veces puede parecer que nuestra mente tiene voluntad propia; antes de que nos demos cuenta nuestros pensamientos ya nos llevaron por caminos insospechados y de pronto es probable que nos encontremos reclamando a nuestra pareja por una historia que hemos creado en nuestra cabeza. Los pensamientos tóxicos son como un hábito, regresamos a ellos por inercia, pero combatirlos es posible.
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Estamos acostumbrados a la idea de que la mente avanza sola y que los pensamientos simplemente llegan.Pero lo cierto es que somos responsables de lo que pensamos y si queremos evitarnos muchos problemas, un primer paso es ser conscientes del tipo de ideas que estamos dejando que nos gobiernen. Es necesario prestar atención para identificarlos en el momento que surjan y para ello conviene cuestionarnos qué hay detrás de nuestros conflictos. Si bien puede haber razones muy válidas para que estés enojado con tu pareja, el problema viene cuando los pensamientos tóxicos interfieren en la discusión; ya que dañan la posibilidad de una comunicación asertiva y hacen el conflicto más grande. Cuando te atrapes teniendo un pensamiento tóxico, toma un momento para respirar profundamente y trata de ver las cosas con una perspectiva más clara. Somos nosotros mismos quienes de forma inconsciente nos hemos puesto en esa posición y está en nuestras manos decidir tomar el control de nuestra mente, para asegurarnos de llevarla en una dirección que nos permita tener una vida más plena.
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Formas de ejercitar Tu cerebro
Nuestro cerebro también requiere ejercicios para estar en forma.
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l cerebro es el centro de operaciones de nuestro cuerpo; todo lo que hacemos, desde lo más básico y automático –como la respiración– hasta las actividades complejas –como crear una obra de arte– pasa por el cerebro. Sin embargo, no todos lo ejercitamos en la misma medida y como cualquier otro órgano, si no se utiliza lo suficiente, se desgasta. El paso del tiempo es inevitable y es esperable que exista un deterioro en nuestros órganos. Sin embargo, esto no significa que debamos resignarnos; así como hacemos ejercicio para mantener nuestro cuerpo sano y con energía, es conveniente hacer ejercicios que permitan mantener a nuestro cerebro en forma. Arma rompecabezas, haz crucigramas o resuelve sudokus. Este tipo de juegos ayudan a tu cerebro a mantenerse ágil y retrasar su desgaste. Además de que son una excelente forma de pasar el tiempo. Aprende otro idioma. Nunca es demasiado tarde para aprender. Y además de que puede ayudarte a impulsar tu carrera o ampliar tu panorama del mundo, el aprendizaje de un segundo idioma te ayudará a fortalecer tu memoria, mejorar tu capacidad de concentración, retrasar el envejecimiento cerebral e incluso prevenir la aparición de enfermedades, como el Alzheimer. Aléjate de la rutina. Haz algo diferente cada día, por pequeño que sea; cambia la ruta a tu trabajo, siéntate en un lugar diferente a la hora de comer, prueba cosas
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nuevas. La novedad estimula a nuestro cerebro y fortalece nuestra capacidad de prestar atención a las cosas; pues en lugar de ir en automático por la vida, estamos en un constante aprendizaje –que también hace nuestras vidas más ricas e interesantes–. Cambia la mano con la que escribes. Si empleas con más frecuencia la derecha, intenta hacer las cosas con la izquierda, y viceversa. Esto generará nuevas conexiones neuronales en tu cerebro. Haz ejercicio. El ejercicio físico no sólo beneficia a nuestros músculos, sino que también ayuda a tu cerebro a mantenerse en estado óptimo; ya que favorece la coordinación, el equilibrio y produce sustancias que mantienen a tu cerebro sano. Deja el celular a un lado y apaga la televisión. La tecnología tiene la misión de facilitarnos la vida, pero cuando excedemos su utilización y dependemos demasiado de ella podemos dejar a nuestro cerebro en desuso. Leer en lugar de pasar todo el tiempo pegado a la televisión, memorizar los teléfonos o hacer las cuentas mentalmente, en lugar de recurrir a la calculadora del celular, son cosas que pueden ayudarnos a tener un cerebro más activo.
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10 El salario emocional Gran parte de nuestra vida la pasamos en el trabajo; qué mejor si disfrutamos ese tiempo.
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stamos en el trabajo aproximadamente una tercera parte de nuestro día; compartimos más horas con nuestros compañeros que con nuestra familia. El trabajo es parte importante de nuestra vida, pero además de brindarnos los recursos económicos para cubrir nuestros gastos, un buen trabajo debe ser un entorno que nos permita crecer, profesional y personalmente, que favorezca nuestra calidad de vida y que nos haga sentir satisfechos. Quizá no estemos en el trabajo de nuestros sueños, tal vez las cosas no son como las habíamos imaginado, pero eso no significa que debamos sufrirlo. Estar en un ambiente laboral que nos impulse y nos motive es fundamental para trabajar bien; pues no sólo queremos un sueldo que nos alcance para vivir, sino que lo que hacemos para obtenerlo nos haga sentir útiles y realizados. El salario emocional se refiere a todos esos beneficios que nos brinda un trabajo, más allá del sueldo y las prestaciones. Cuando falta, los empleados están desmotivados, el ambiente es pesado, la productividad es baja y el deseo de salir corriendo, muy alto. Hay diversos factores que conforman e intervienen en el salario emocional, entre ellos: La distancia al trabajo. En una ciudad tan caótica como la nuestra, los desplazamientos consumen gran parte del día. Si el tiempo que nos toma ir de la casa al trabajo y viceversa no nos permite tener una vida fuera de la oficina, nos sentiremos muy desgastados y
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desmotivados. Por eso es importante tener un trabajo relativamente cerca de casa e incluso, si la empresa brinda la opción, trabajar a distancia algunos días. Retos constantes y posibilidad de crecimiento. Un trabajo rutinario y sin posibilidades de cambio termina por hartar a cualquiera. Es importante que el trabajo ofrezca desafíos, que favorezca la creatividad y el aprendizaje constante. Si caemos en la monotonía, nos sentiremos frustrados. Sentirse valorado. No somos máquinas que viven para trabajar, y es importante que el trabajo no nos haga sentir que así somos percibidos. Cuando el trabajo ofrece equilibrio entre nuestra vida personal y profesional, cuando la empresa se preocupa por nuestras necesidades e intereses, cuando nos hacen sentir que nuestras opiniones son valoradas y existe la posibilidad de implementar nuestras ideas para mejorar las cosas, nos sentimos mucho más satisfechos. Victor Pauchet, un médico francés que impulsó innovaciones quirúrgicas, decía que “El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento”. Si no te sientes satisfecho en tu trabajo, quizá sea necesario cuestionarte qué es lo que te hace falta.
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12 Adicción a las cOmpras Vamos a la tienda a comprar algo que nos falta o quizá para pasar el rato, pero ¿qué ocurre cuando eso que parece tan ordinario se convierte en una compulsión?
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n un mundo capitalista donde todo tiene un precio, hacer compras resulta inevitable. Sea porque necesitamos resurtir la despensa, comprar un regalo de cumpleaños o quizá simplemente porque tenemos ganas de consentirnos; ir de compras forma parte de la vida. Sin embargo, para algunas personas, las compras son algo más que un medio para cubrir necesidades; son una necesidad en sí misma. La adicción a las compras, como cualquier otra, está íntimamente ligada a factores emocionales; se busca escapar de la depresión, la incomprensión o tal vez de la soledad. De acuerdo con Donald Black, de la Universidad de Iowa, cerca de dos tercios de las personas con problemas de adicción a las compras sufren de depresión y ansiedad. Los compradores compulsivos encuentran en esta actividad una forma de mitigar el dolor, llenar un vacío y escapar de sus problemas; aunque sea por un rato.
No necesariamente se trata de grandes gastos; más que lo que se compra, la satisfacción la encuentran en el acto mismo de comprar. Incluso si la persona sabe que no necesita el producto, aunque dentro de sí sepa que se trata de una compra inútil, la compra parece ser la única cosa que puede calmar sus tristezas y ansiedades. Es tras ese momento en que se completa la transacción, que la persona siente que se libera la tensión; sin embargo, el efecto dura poco y con frecuencia viene seguido de sentimientos de culpa. Los adictos a las compras no suelen disfrutar aquello que han adquirido; pues la culpa no los deja. De hecho, no es raro que regresen los objetos a la tienda o que los acumulen en un rincón del hogar sin llegar a usarlos. Uno de los problemas con esta adicción, es que puede resultar difícil identificarla. No existen manifestaciones físicas visibles como en otro tipo de adicciones y las compras no parecen ser tan diferentes de las que realizaría cualquier otra persona. Hay gente que ama comprar y puede gastar mucho en una visita al centro comercial, pero esto no necesariamente significa que la persona sea adicta a las compras. Es cuando se convierte en un deseo irreprimible que nos encontramos ante un problema. Pero existen algunos síntomas que nos pueden ayudar a identificar si alguien podría ser adicto: gastar más de lo que tienen, utilizar “terapia de compras” para lidiar con la tristeza o el enojo, sentimientos de euforia mientras compran, conflictos con seres queridos debido a su forma de comprar, sentimientos de vergüenza tras ir de compras; que incluso los llevan a mentir o guardar el secreto respecto a sus gastos. Si una persona no busca ayuda para su adicción, no sólo quedará hundido en deudas, sino que es posible que pierda amigos y seres queridos en el camino. Lo primero, es ser consciente de que el problema existe.
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14 Test: ¿Qué tan creativo eres? La creatividad es una cualidad intrínseca del ser humano. Todos nacemos con la capacidad de crear, de hallar conexiones donde nadie más las había visto, de tener ideas. Asociamos la creatividad a los niños y a los artistas, pero en menor o mayor medida, todos somos creativos. La cuestión es ¿qué tanto? Averígualo con este test*. Califica qué tanto coincides con las siguientes afirmaciones: MUCHO si estás de acuerdo, POCO si estás indeciso y NADA si no estás de acuerdo. 1. Es una pérdida de tiempo hacer preguntas si no espero obtener respuestas. 2. Me concentro más en lo que me interesa que la mayoría de las personas. 3. Creo que un método lógico paso a paso es la mejor forma de resolver problemas. 4. Paso mucho tiempo cuestionándome lo que otros piensan de mí. 5. Prefiero hacer lo que considero correcto, que tratar de ganar la aprobación de otros. 6. Sé cómo mantener mis impulsos controlados. 7. En ocasiones soy extremadamente entusiasta. 8. Con frecuencia tengo las mejores ideas cuando no estoy haciendo nada en particular. 9. Sigo mi intuición sobre lo que es “correcto” cuando busco una solución. 10. Me gustan los pasatiempos que implican recolectar cosas. 11. Soñar despierto ha sido el inicio de muchos de mis proyectos. 12. Me agrada la gente que es objetiva y racional. 13. La inspiración no tiene nada que ver con la resolución de problemas. 14. Me interesa más tener nuevas ideas que tratar de vendérselas a otros. 15. No me gusta que las cosas sean inciertas o impredecibles. 16. Creo que las personas que buscan la perfección son tontas. 17. Me gusta más trabajar en equipo que solo. 18. Los problemas de la vida no siempre tienen soluciones correctas o incorrectas. Califica tus respuestas y suma tus puntos. Mucho Poco Nada Pregunta 1
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-7 No creativo *Basado en ejercicios del libro Developing Management Skills de David A.Whetton y Kim S. Cameron
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La creatividad se puede desarrollar; si quieres inspirarte y saber más sobre el tema, visita: SuperMujer.com.mx/creatividad
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