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4 ¿Tus pensamientos te limitan? La primera barrera que debemos superar para lograr nuevas cosas, son nuestros propios pensamientos.
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orrest Gump (Tom Hanks) está sentado en la banca de un parque y cuenta su vida a varios desconocidos. En una escena, Forrest monta un fusil a gran velocidad y ante la pregunta de por qué lo hizo tan rápido, responde “Porque usted lo ordenó, mi sargento”. Forrest es un hombre de mente simple, no reflexiona a fondo sobre las implicaciones de lo que hace, simplemente pone todo su esfuerzo en hacerlo y precisamente porque no lo piensa demasiado, es capaz de lograr cosas que otros no considerarían. El principal obstáculo que solemos enfrentar somos nosotras mismas, nos hemos dicho lo que podemos o no lograr, hemos determinado límites y resulta muy difícil romper con esas ideas que nosotras mismas establecimos. Somos tan convincentes, que incluso encontramos justificaciones y excusas plausibles para explicar nuestras limitantes; y como no hay nadie dentro de nuestra cabeza para contradecirnos, estos límites permanecen. Uno de los puntos donde se reflejan más claramente estas limitantes es en la actividad física. “No soy capaz de correr un maratón”, “no soy buena para bailar”, “nunca podré ser tan ágil como…”. Hemos determinado límites de lo que creemos que podemos hacer y no intentamos ir más lejos porque, “no tiene caso”, “no puedo hacerlo”. Nuestra autoimagen y autoestima juegan un papel crucial en lo que nos consideramos capaces de lo-
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grar, si nuestra autoestima es baja, no nos consideramos capaces de muchas cosas y establecemos límites por debajo de nuestro verdadero potencial. Una de las mejores formas para romper estas barreras, es empezar por los límites impuestos al cuerpo; después de todo, son los más fáciles de romper, ya que existe una forma de probarle a esa voz interna lo equivocada que está: atreverse a hacerlo. Existe una influencia entre nuestro cuerpo y mente que podemos aprovechar; al decidirnos a empujar los límites de lo que creemos y atrevernos a hacer cosas que no pensábamos posibles, nos empezamos a cuestionar sobre qué otras cosas nos hemos estado limitando y es posible llegar más lejos tanto física como mentalmente. Superar el reto se siente bien, nos incita a esforzarnos más y nos hace conscientes de que los límites los ponemos nosotras. Por supuesto no es fácil, tomará esfuerzo y en más de una ocasión es posible que nos cuestionemos si de verdad seremos capaces de superarnos; sin embargo, si dejamos de pensar y empezamos a actuar, pronto nos daremos cuenta de que tenemos más capacidad de la que nos damos crédito.
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6 Los mensajes de tu cuerpo Nuestro cuerpo puede ser el mensajero de aquellas emociones que queremos ignorar.
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al Waxman (Woody Allen) era un director de cine destacado, pero su carrera cayó en el olvido. Su oportunidad de regresar a la gran pantalla llega de la mano de su ex-esposa (Téa Leoni), quien le propone dirigir una película. Pero justo antes de iniciar el rodaje, Val queda ciego y parece que la causa está en su mente, en El ciego. Pasamos mucho tiempo prestando atención a nuestros pensamientos y muy poco tratando de entender nuestras emociones. Nos han enseñado que debemos manejar lo que sentimos y esto a menudo se confunde con reprimirlo. Pero nuestro cuerpo es consciente de las emociones que nuestra mente quiere bloquear y lo manifiesta. La presencia de un dolor crónico puede ser un llamado de atención, pues esas emociones se almacenan en la forma de malestares y tensión. El cuerpo recibe información que la mente procesa y al mismo tiempo, las emociones tienen impacto en el organismo. Para nuestro cerebro, es lo mismo el dolor físico que el emocional; las mismas áreas del cerebro se activan independientemente de la causa de nuestro dolor, e incluso el dolor ajeno genera respuesta. Es en el cerebro donde se unen pensamientos, emociones y reacciones físicas, no como entes separados, sino que complementarios. Sin embargo, en ocasiones, los mensajes no logran ser interpretados por la consciencia y en su lugar
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sentimos “un peso en los hombros”, “un nudo en la garganta” o ese ardor en el estómago cuando tenemos enojos y resentimientos. Hemos aprendido a ignorar o enmascarar esas emociones “negativas”, no queremos escuchar, hemos decidido que debemos liberarnos del dolor, fingir que no existe; pero a la larga, si no escuchamos lo que nuestro cuerpo tiene que decir, los síntomas pueden agravarse, pues el mensaje debe llegar de alguna forma. Los dolores emocionales, también son físicos y estar en contacto con lo que nuestro cuerpo intenta comunicar es clave; estar atenta a nuestras emociones. No hay emociones negativas o positivas, cada experiencia brinda aprendizajes y lo que deberíamos hacer es aceptar y aprender de lo que sentimos. No rechazar el dolor sino verlo de frente y tratar de comprenderlo. Alcanzar una consciencia de nuestras emociones, nos ayudará a lograr un balance que también mejora nuestro estado físico. Se ha visto que las personas que practican con frecuencia la gratitud y buscan las emociones positivas, tienden a vivir más y con una mejor calidad de vida. Se trata de aprender a escuchar los mensajes de nuestro cuerpo.
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8 Autoconocimiento y bienestar Para lograr ese balance entre cuerpo y mente es necesario darnos el tiempo para reflexionar sobre nosotras mismas.
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uss Duritz (Bruce Willis) es un asesor de imagen en apariencia exitoso; sin embargo, está solo, con un gran vacío y una actitud antipática ante quienes le rodean. Hasta que aparece en su casa un niño, Rusty (Spencer Breslin), que es en realidad él mismo. Russ cree que su misión es ayudar a su pequeño yo, pero es Rusty quien finalmente ayuda al adulto a redescubrirse y encontrarle un nuevo sentido a su vida, en Mi encuentro conmigo.
La Organización Mundial de la Salud afirma que cerca del 80% de las enfermedades actuales son psicosomáticas, es decir, nuestros pensamientos y emociones tienen gran influencia en nuestro estado de salud. El problema es que no dedicamos el suficiente tiempo a cuestionarnos y entendernos nosotras. No nos conocemos realmente, ni nos detenemos a pensar lo que sentimos. A menudo, buscamos cumplir con expectativas que el mundo tiene, nos preocupamos por lograr lo mejor para los demás y no es raro que nos dejemos nosotras mismas de lado; surgen conflictos internos que pueden manifestarse como enfermedades psicosomáticas. La falta de autoconocimiento es causa de muchos malestares. No somos conscientes de lo que sentimos y esas emociones se reflejan en nuestro organismo; tratamos de ignorarlas, pero nuestro cuerpo encuentra la forma de decirnos que las cosas no están bien. Así mismo, cuando intentamos enmas-
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carar lo que sentimos, probablemente recurrimos a conductas dañinas como una mala alimentación o vicios; queremos cubrir un vacío emocional con algo físico que sólo brindará un alivio temporal. El autoengaño no sólo es dañino emocionalmente, también afecta la salud física. La falta de consciencia del yo, nos hace descuidarnos y decirnos que "no nos pasará nada", sentimos ansiedad o tristeza, pero nos cuesta entender qué pasa. Vamos por la vida creyendo nuestras propias mentiras y permitimos que nos sigan haciendo daño. Debemos recordar que la salud implica cuerpo y mente, los problemas son tanto físicos como emocionales y es necesario hallar el balance para lograr el bienestar. Una forma de lograrlo es lo que en psicología se llama mindfulness, es decir, estar atento al momento presente. La atención plena al instante puede ser el primer paso para conocernos mejor; es necesario no divagar en nuestros recuerdos o necesidades futuras, sino centrar nuestra atención a lo que estamos viviendo en el momento, de esta manera podemos estimular una actitud más reflexiva y disfrutar más la vida.
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12 Mente sana en cuerpo sano Cuando cuidamos nuestra salud física, el beneficio también es para nuestra mente.
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uando el señor Miyagi (Pat Morita) acepta enseñar karate a Daniel Larusso (Ralph Macchio), los primeros días le asigna una serie de tareas como pintar la cerca o encerar el carro; cuando se desespera de no estar haciendo un entrenamiento “real”, el señor Miyagi le hace ver que más que prepararlo para pelear, busca enseñarle el karate como una forma de vida. Al tiempo que mejora en este arte, Daniel supera sus temores, crece interiormente y logra entender el significado del balance, en Karate Kid. Aunque tendemos a distinguir entre mente y cuerpo, quizá porque así nos hace más sentido, lo cierto es que son inseparables. Nuestro cuerpo no estará del todo sano a menos que nuestra mente encuentre equilibrio y bienestar, lo mismo ocurre a la inversa: un buen cuidado de nuestra salud física nos ayudará a sentirnos mejor emocionalmente. La frase “Mente sana en cuerpo sano”, de origen griego, tiene cerca de 2,000 años; las investigaciones de la actualidad respaldan esta noción de la influencia mente–cuerpo. Desde hace algún tiempo se sabe que hacer ejercicio produce endorfinas, lo que nos ayuda a sentirnos más felices; pero además se ha visto que la actividad física, especialmente el ejercicio cardiovascular, puede mejorar la capacidad cognitiva del cerebro, ya que brinda mayor oxígeno y nutrientes.
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Por su parte, la meditación mejora la respuesta inmunitaria de nuestro cuerpo, combate el estrés –y todos los daños que éste conlleva– reduce malestares como dolores de cabeza, insomnio o problemas musculares, y brinda energía. El estrés, las emociones alteradas y el hecho de no siempre obtener lo que queremos, pueden afectar no sólo nuestro estado mental, sino que tienen impacto en la salud física. Hacer ejercicio, ser conscientes de nuestras emociones, tomar agua, y practicar la autoconsciencia –entre otras–, son acciones igualmente importantes para tener un estilo de vida sano, que nos permita tener un bienestar físico y mental; lo que nos ayudará a ser más felices. Pero, ¿qué es primero? ¿La búsqueda de un cuerpo sano o el alcance de el equilibrio mental? Tal como nuestra salud física afecta nuestro desempeño intelectual, los problemas de nuestra mente –como ansiedad o estrés– pueden afectar al cuerpo: la relación es en ambos sentidos, la clave es hallar el balance. Sin embargo, tal vez resulte más sencillo tratar con nuestro cuerpo que con nuestra mente; establecer objetivos físicos puede ser un primer paso para lograr el equilibrio físico y mental.
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14 Test: ¿cuerpo, mente o emociones? Nuestras decisiones están influenciadas por diversos factores; pensamientos, emociones, así como el entorno, pueden ser determinantes. Sin embargo, es común que confiemos o le demos más peso a uno de estos aspectos, ¿eres más física o mental?, ¿escuchas más a tus pensamientos, emociones o sensaciones? Descúbrelo con este test. Paso más tiempo pensando en: a) Comida. b) Alguien que amo. c) Cómo mejorar mi vida. ¿Qué te interesa más tener en tu vida? a) Experiencias y aventura. b) Relaciones significativas. c) Aprendizaje y sabiduría. Cuando estás viendo una película ¿qué tanto te afecta lo que le ocurre a los personajes? a) Me puedo relacionar con la mayoría de los personajes. b) Siento todo lo que el personaje principal está sintiendo. c) Analizo a los personajes y sus acciones. ¿Qué se te queda más grabado de una experiencia? a) Las sensaciones que me generó. b) Lo que me hizo sentir. c) Lo que me hizo pensar. ¿Qué haces cuando te sientes estresada? a) Salgo a caminar o hago ejercicio. b) Hablo con alguien de lo que siento. c) Busco un lugar tranquilo para reflexionar y relajarme. ¿Qué pregunta te haces al tomar una decisión? a) Qué tan difícil es implementarla. b) Cómo me hace sentir. c) Cuál es el resultado más probable. Si tuvieras dos horas para hacer una de las siguientes actividades, ¿cuál elegirías? a) Comer mi comida favorita y consentirme. b) Pasar tiempo con alguien que quiero. c) Leer un libro o ver una película que me haga reflexionar. ¿Qué es lo que primero que piensas cuando se habla de flores? a) En su aroma. b) En un gesto romántico. c) Visualizo la planta.
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Tiendes a : a) Impulsar a las personas. b) Entender a las personas. c) Estudiar a las personas. Mayoría de A: Sensorial Prestas más atención a tu cuerpo que a tu mente, las sensaciones tienen una gran influencia en lo que decides. Es probable que a veces actúes antes de pensar, quizá te convenga de vez en cuando detenerte un poco a reflexionar. Mayoría de B: Emocional Sigues a tus emociones y tienes gran capacidad de empatía; sin embargo, es probable que en ocasiones te dejes llevar por lo que sientes, sin cuestionar qué tan lógica o conveniente es tu decisión. Mayoría de C: Analítico Confías más en tu intelecto que en otra cosa para tomar decisiones, es probable que a veces descuides tus necesidades físicas y emocionales. Intenta entrar en contacto con lo que sientes más a menudo y disfrutar las pequeñas cosas, Empate: Balance ¡Felicidades! Tienes control de tus emociones, deseos físicos y eres capaz de mantener tus pensamientos en orden. Gracias a este balance eres capaz de tomar buenas decisiones. Sin embargo, el no tener una inclinación particular también puede dificultar un poco la elección.
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