Te ca Bo ma sq ch ue alc s d oe l Int as erl Lo om ma as s-L -La om He as rra de du Ch ra ap -Sa ul nt te a F pe e c
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hábitos para cultivar en el año que empieza va, e u n vida , o v a de e u m n r o Año mejor f que os. o i e b u yq cam os hábit l e r inicia ndo buen a cultiv
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ada inicio de año nos brinda energía renovada y se presenta como una oportunidad para empezar de nuevo. La distancia entre dos días resulta mucho más significativa y tenemos ante nosotros un nuevo punto de partida. Con esta perspectiva de volver a empezar, es probable que nos determinemos adquirir nuevos y mejores hábitos. Seguramente te planteaste entre tus propósitos de este año cosas como dejar de fumar, salir de viaje o aprender algo nuevo. Aquí te queremos proponer algunos hábitos que podrían mejorar tu vida –si es que aún no los habías contemplado–. Ser agradecido. Con frecuencia prestamos atención sólo a lo malo y damos por sentado muchas cosas buenas. Pero darnos el tiempo de encontrar algo por lo que agradecer cada día puede cambiar nuestras perspectivas y hacernos mucho más felices. Agrega unos minutos de gratitud a tu agenda y te sentirás menos estresado, más determinado y con mejor actitud.
Hacer ejercicio. Este es con seguridad uno de los propósitos de año nuevo más prevalentes y si en años anteriores lo cumpliste, felicidades sigue así. De no ser así, debemos insistir en que hagas el esfuerzo. No por deshacerte de los kilos acumulados en las fiestas o porque “es lo más sano”; sino porque te brindará satisfacción, energía y una mejor calidad de vida. La clave está en encontrar algo que disfrutes y no veas como un sacrificio realizar. Ir al gimnasio quizá no sea para todos; pero puedes probar diversas cosas hasta que encuentres el ejercicio ideal para ti.
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Dormir lo suficiente. Vivimos en un mundo acelerado y una de las primeras cosas que tendemos a sacrificar cuando el tiempo no nos alcanza para todo, es el sueño. Pero si no dormimos lo suficiente, perjudicamos tanto nuestra salud física como emocional. Plantéate el objetivo de dormir no sólo las horas necesarias, sino de la mejor forma posible. Hacer un ritual antes de dormir puede ser una buena forma de facilitar el sueño y descansar mejor. Ahorrar. Sea que tengas un objetivo en mente o solo busques ser previsor, ahorrar es un hábito que vale la pena cultivar. Pues además de beneficiar a nuestras finanzas, también fomenta la autodisciplina y la autoconfianza; nos brinda tranquilidad, satisfacción e incluso puede mejorar nuestra relación de pareja, al haber una mayor claridad en el aspecto financiero. Ser constante. Plantearnos nuestros objetivos como hábitos es una de las mejores formas de cumplirlos. Pero recuerda que se necesita tiempo y repetición para crear un hábito, así que no te satures queriendo cambiar tu vida de un día para otro –por eso luego no funcionan los cambios–.Puedes ir poco a poco; empezar con un hábito y después incorporar otros. No hay prisa, lo importante es ser constante una vez que empiezas.
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6 ¿Sientes que tu vida necesita un cambio? Se acabaron las fiestas y es momento de regresar a la rutina. Pero ¿de verdad quieres volver a esa rutina?
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as situaciones que marcan un cambio –como el año nuevo– nos invitan a poner en perspectiva el lugar en el que estamos y nos motivan a iniciar transformaciones. Por eso existen los propósitos de año nuevo, las limpiezas por cambio de estación y el empezar la dieta en lunes. Nos comenzamos a cuestionar sobre el camino que ha tomado nuestra vida y es posible que nos encontremos con que en realidad no estamos del todo satisfechos. Lo cierto es que la mayoría de las personas no está haciendo lo que realmente quiere.Vivimos como por inercia, cumpliendo un camino que nos ha sido indicado. Y ya sea que estemos en un trabajo al que llegamos casi por casualidad o nos encontremos –a los ojos de los demás– en la cima del éxito, es posible que sintamos que algo le hace falta a nuestra vida. Algo dentro de nosotros nos dice que es momento de un cambio; el problema es que no sabemos hacia dónde o qué forma debería tomar ese cambio. Todos queremos hallar algo que le de sentido a nuestra vida, que nos llene de entusiasmo y nos haga sentir ansiosos por lo que nos espera; que nuestra vida no sea una sucesión de días cada uno parecido al anterior, sino que podamos sentirnos realmente felices con lo que hacemos, aunque haya días difíciles. No trabajar por cumplir o para poner comida en la mesa, sino vivir haciendo lo que amamos.
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Pero, ¿cómo encontrar ese motivo? ¿cómo descubrir nuestra pasión? ¿cómo saber “para que fuimos hechos”? Uno de los criterios más recurrentes es cuestionarnos para qué somos buenos; sin embargo, no siempre nuestras habilidades están ligadas a nuestra pasión y si queremos hallar ese fuego interno, la cuestión va más allá de nuestras habilidades, se trata de un verdadero trabajo de introspección. En el fondo sí sabemos lo que en verdad deseamos, pero no lo admitimos; y existen muchas razones. Puede ser que hayamos confundido las expectativas de los demás con nuestros propios sueños y tomamos un camino que no es el nuestro –pero sentimos que es tarde para cambiar el rumbo–. Tal vez dudamos de admitir nuestros sueños porque si lo hacemos, no quedará otra que perseguirlos –y puede resultar muy atemorizante, ya que implica riesgos que somos demasiado cautos para tomar–. Quizá creemos que defraudaremos a alguien si hacemos lo que realmente queremos o tenemos miedo de estar equivocados respecto a nuestra verdadera pasión. Pero si decidimos no escuchar esa voz interna que nos pide un cambio, seguiremos sintiendo que algo nos falta; por eso, quizá sea momento de prestarle atención.
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10 Deshazte de lo que no necesitas y haz espacio para lo nuevo Si queremos lograr un cambio en nuestras vidas, un buen punto de partida puede ser ordenar nuestra casa.
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l exterior puede reflejar lo que sentimos o lo que pensamos, y esto no se refiere solo a la imagen personal sino también a nuestros entornos. Nuestra casa es un espejo de nosotros, pero también influye en cómo nos sentimos. Para renovar tu energía este año y que recibas muchas cosas nuevas, una de las primeras cosas que puedes hacer es liberarte de lo que no necesitas. Marie Kondo, autora del libro La magia del orden: herramientas para ordenar tu casa... ¡y tu vida!, señala que a través de la organización del entorno, también logramos un mayor equilibrio interno y somos capaces de sanar. Sin embargo, uno de los problemas a los que nos enfrentamos cuando ordenamos nuestros espacios es deshacernos de aquello que no necesitamos, pero que por cuestiones de apego conservamos.
A veces guardamos las cosas porque tenemos la creencia de que en algún punto podríamos necesitarlas o nos decimos que un día arreglaremos lo que tenemos arrumbado en un rincón. Pero es importante ser sinceros con nosotros mismos y darnos cuenta de cuál es la verdadera razón por la que nos aferramos a esos objetos. En el fondo, suele ser miedo al futuro lo que nos hace aferrarnos a esos pequeños fragmentos de pasado. Pero cuando nos aferramos a una idea o a lo que representa un objeto, lo más seguro es que estemos impidiendo que lleguen nuevas cosas a nuestra vida. Dejar ir lo que no necesitamos ayuda a que las cosas tomen su lugar y esto aplica tanto para los objetos, como para la vida diaria. Para deshacerte del caos en casa, Marie Kondo propone un método –KonMari– que puede ayudarte a liberar espacio y consiste básicamente en dos pasos: primero, tienes que poner todo lo que poseas de una categoría –este método se realiza una categoría a la vez–, por ejemplo la ropa y preguntarte con cada prenda si “te brinda alegría”; una vez que clasifiques todo y elijas sólo lo que te hace feliz, puedes guardar lo que has decidido conservar y para lo demás encontrar la mejor forma de deshacerte de ello, quizá donarlo a la caridad y agradecer por el servicio brindado. Kondo propone iniciar con la ropa, pues es con la que solemos tener menor apego emocional, posteriormente podríamos hacer los libros o las fotografías. Lo cierto es que es un método que toma tiempo y será necesario hacer espacio en tu agenda; sin embargo, resulta una buena alternativa para liberar tus armarios y darte cuenta de qué es lo que realmente necesitas.
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12 ¿Por qué subí de peso si estoy haciendo ejercicio? Algunas personas han notado que tras comenzar a hacer ejercicio en lugar de bajar de peso suben ¿Es tu caso?
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l iniciar el año los gimnasios se llenan de personas con el objetivo de bajar de peso y tener una vida más sana; sin embargo, con el paso de los meses –o días–, algunos se desmotivan pues no ven grandes cambios y hay quienes incluso suben de peso. Pero para que no dejes de hacer ejercicio, te explicamos por qué ocurre y qué hacer al respecto. Eric Ravussin, profesor de diabetes y metabolismo en la Universidad del Estado de Luisiana, señala que en realidad el ejercicio no es de gran ayuda para perder peso. Si bien tiene impacto en el metabolismo y ayuda a quemar calorías –lo que en teoría debería favorecer la pérdida de peso–, por sí solo no hará gran diferencia. Cuando una persona, que hasta entonces ha sido sedentaria, comienza a hacer ejercicio su cuerpo produce varias hormonas que incrementan el apetito; esto se debe a que está gastando más energía de la que solía emplear y necesita recuperarla. Por eso no es raro sentirse con mucha hambre después de una rutina. El problema es que con frecuencia nos decimos que merecemos “premiarnos” por el esfuerzo realizado y terminamos ingiriendo más calorías de las que quemamos. Así mismo, algunos estudios han visto que sin planearlo o hacerlo consciente, las personas que comienzan a hacer ejercicio, pueden caer en una ma-
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yor inactividad el resto del día. Los científicos se refieren a esta reacción como “inactividad compensatoria”, lo que puede llevar a que la persona consuma, a lo largo del día, incluso menos calorías que si no hubiera hecho ejercicio. En resumen, cuando empezamos a hacer ejercicio comemos más y nos movemos menos, lo que resulta en un aumento de peso. Pero esto no quiere decir que no debamos hacer ejercicio, al contrario, si queremos estar en nuestro peso ideal hacer ejercicio es sólo la mitad de la fórmula. Estos estudios solo reafirman lo que ya sabíamos: para obtener los resultados que deseamos es necesario combinar dieta y ejercicio. No basta con hacer ejercicio –y tampoco basta con hacer solo dieta–; se requiere un cambio de hábitos integral que incluya buena alimentación, suficientes horas de sueño, tomar agua, no fumar, entre otros. Así, además de alcanzar nuestro peso ideal, podremos tener una mejor salud y calidad de vida.
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14 Test: ¿Qué emoción –negativa– te domina? Sentir es parte de la naturaleza humana, pero mientras que unos se ven abrumados y sobrepasados por sus emociones, otros apenas si se permiten sentir; unos cuantos han aprendido a expresar de forma asertiva lo que sienten. Pero más allá de cómo las experimentemos, todos tenemos emociones predominantes que permean nuestra visión del mundo; sin embargo, si no sabemos manejarlas, pueden afectarnos. ¿Estás dominado por una emoción “negativa”? ¿Cómo te sientes por las mañanas? a) Molesto por tener que levantarme temprano. b) Preocupado por llegar tarde. c) Sin ganas de levantarme.
¿Cuál es tu mayor miedo? a) Sentirme impotente. b) No ser suficientemente bueno. c) Perder a la gente que quiero.
¿Cuáles de estas características crees que se relacionan más contigo? a) Controlador e impaciente. b) Trabajador y perfeccionista. c) Apegado y muy entregado.
¿Cuál de estas frases es más probable que digas? a) “Las cosas no deberían ser así”. b) “Pero qué tal si las cosas no salen bien”. c) “Las cosas han cambiado mucho”.
¿Cuál de estos es más importante para ti? a) Justicia. b) Tranquilidad. c) Consistencia. Mayoría de A: Enojo
Mayoría de B: Miedo
Mayoría de C:Tristeza
El enojo sirve para establecer límites y darnos cuenta cuando hay que cambiar algo. Sin embargo, alguien que está dominado por esta emoción, cualquier cosa puede hacer que se sienta atacado. Son personas que muestran un alto nivel de autoexigencia y pueden ser muy impacientes, críticos y controladores. Pero, no todas las personas dominadas por el enojo se muestran explosivas, hay quienes no lo expresan e incluso pueden parecer muy complacientes; sin embargo el enojo se internaliza y puede manifestarse de forma psicosomática. Ambos tipos de enojones necesitan cultivar mayor empatía y flexibilidad.
El miedo tiene la función de protegernos de los peligros, pero cuando nos domina, pareciera que todo es una amenaza. Las personas controladas por el miedo mantienen distancia con quienes les rodean, pues temen al rechazo y la traición. Con frecuencia son perfeccionistas; pueden tener Síndrome del Impostor, con el constante temor de que alguien descubra que no son suficientemente buenos. Para combatir ese temor latente, la persona debe desarrollar una confianza en sí misma, vincularse con su yo más profundo desde la aceptación y no desde la crítica.
La función de la tristeza es ayudarnos a cerrar ciclos y sanar las heridas. Llorar es sano y nos permite limpiarnos. Pero cuando no nos decidimos a soltar quedamos atrapados en la tristeza. Es posible que estas personas teman olvidar –o ser olvidadas– y que piensen que dejar ir, es rendirse. Quienes están dominados por esta emoción tienden a sentirse solos y les cuesta mucho decir adiós. Pueden estar desganados y con frecuencia se trata de personas muy dependientes con miedo constante de perder a quienes les rodean. Lo que estas personas necesitan es cultivar la esperanza.
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