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Prudencia en el manejo de la diabetes Para controlar o prevenir la diabetes es necesario aprender a tomar decisiones más saludables.
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a prudencia es una virtud importante en el cuidado de la salud, especialmente si ha sido determinada la presencia de una enfermedad como la diabetes, en la que los hábitos juegan un papel importante. Los consejos que reciben las personas que acaban de ser diagnosticadas con la enfermedad suelen ser en torno a la importancia de cuidar su forma de alimentarse y la necesidad de hacer ejercicio. Será necesario hacer una transformación en el estilo de vida que implique una mayor prudencia en la toma de decisiones. • Cuidar la alimentación • Hacer ejercicio • No fumar • No beber alcohol • Tomar sus medicamentos • Hacerse revisiones médicas periódicas Al ser diagnosticado con diabetes, la persona deberá adquirir un nuevo estilo de vida. Pero esto no significa que ya no podrá disfrutar de la comida o que deberán esclavizarse al cuidado de su salud; sino que necesita aprender a tomar mejores decisiones que le permitan tener una vida más plena. Ser más cuidadoso en cuanto a lo que se come y la frecuencia con la que puede disfrutar ciertos alimentos, aprender a aplicar la prudencia en el cuidado de su salud; escuchar los consejos de los doctores y aprender a construir hábitos más salu-
dables. De esta forma se podrá tener controlada la enfermedad y evitar complicaciones. El problema con la diabetes es que se trata de una enfermedad sin síntomas, por lo que resulta muy fácil pasar por alto los consejos e instrucciones de los doctores; por otro lado, muchas personas pueden pasar años sin saber que tienen diabetes y cuando comienzan a presentar malestares, la enfermedad ya ha avanzado mucho, por lo que hay complicaciones. Es necesario ser conscientes de la enfermedad y la importancia de cuidarse. Tomar las decisiones correctas en torno a la salud, no solo ayuda a las personas con diabetes, sino también a aquellas que no han sido diagnosticadas. Aún antes de que se desarrolle la enfermedad, si tenemos antecedentes familiares o factores que favorezcan la diabetes, es aún más importante ser conscientes respecto al cuidado de nuestra salud. La diabetes es una enfermedad de hábitos por lo que ser más prudentes en torno a nuestras decisiones es sumamente importante. Ante cualquier duda, es conveniente acudir al médico.
Dr. Edgar Fuentes Pintado Centro de Especialidades de Medicina Interna Camino Sta. Teresa 1055 Consultorio 304 Col. Héroes de Padierna Torre III Hospital Ángeles del Pedregal Tels. 56 52 22 22 / 56 52 22 00
4 La ciencia de la generosidad Tenemos un impulso innato a ser generosos, -aunque varía de persona en persona- ¿qué nos motiva a ser desinteresados?
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espués de una sentencia de 19 años, Jean Valjean (Hugh Jackman) es puesto en libertad, pero al ser un ex convicto es rechazado y el único que le muestra compasión es el obispo de Digne (Colm Wilkinson), quien le ofrece comida y refugio. Sin embargo, Valjean roba su vajilla de plata y es atrapado; cuando la policía lo lleva ante el obispo, éste afirma que él le obsequió la plata y le regala dos candelabros más. Con su generosidad, el obispo asegura la libertad de Jean Valjean y le ofrece una nueva oportunidad de vida en Los Miserables.
Dar se siente bien, más allá de las recompensas que pueda o no tener, las palabras de gratitud o la reciprocidad. El simple acto de brindar a los demás, es quizá una de las mayores satisfacciones en la vida. ¿Qué nos impulsa a ser generosos? ¿Por qué algunas personas parecen tener un mayor grado de altruismo? Un estudio dirigido por Paul J. Zak, neuroeconomista de la Universidad de Claremont, señala que la respuesta puede estar en la oxitocina. El estudio partió del juego del ultimátum; un experimento social que consiste en agrupar dos jugadores que tienen una sola interacción: al primero se le propone repartir una cantidad de dinero con el segundo, según le convenga, si el segundo jugador acepta la propuesta, se reparte el dinero acorde a lo sugerido, si no acepta ninguno recibe nada. El investigador notó que, en promedio, la oferta suele ser de un 30% del total.
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Para su experimento, el estudio dirigido por Zak añadió un paso al ejercicio. Se aplicó oxitocina por vía nasal a la mitad de los participantes, la otra mitad recibió agua salina; ninguno sabía si tenía oxitocina o placebo. Los resultados mostraron una mayor generosidad en los participantes que recibieron oxitocina, quienes incluso ofrecieron más de lo que su compañero esperaba recibir como mínimo. Evidentemente la oxitocina no actúa en solitario; existen factores sociales y aprendizajes que refuerzan de forma positiva o negativa nuestra tendencia a la generosidad. Sin embargo, sí parece jugar un papel importante. La oxitocina nos conecta con los demás, diversos estudios han señalado su rol en el apego, la confianza y la empatía, factores vinculados a ser generosos. Se ha llamado a la oxitocina, hormona de la felicidad, lo que explica en parte porque nos gusta dar. Pero además de sentirse bien, la generosidad también brinda beneficios al organismo como una menor presión arterial, reducción del estrés e incluso un aumento en la esperanza de vida. Por lo que dar nos beneficia y al tiempo que damos a los otros, se produce más oxitocina, lo que genera un círculo virtuoso de mayor generosidad.
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8 ¿Generosidad o conveniencia? Ser generoso no reside en el acto de dar, sino en lo que nos motiva a hacerlo.
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ichael Oher (Quinton Aaron) es un joven de 17 años que ha estado al cuidado de diversas familias debido a la drogadicción de su madre, pero siempre huye. Cuando el padre de un amigo convence al entrenador de futbol americano del Wingate Christian School, Burt Cotton (Ray McKinnon), para que ayude a Michael a ser aceptado en la escuela, su vida comienza a cambiar. Michael no tiene casa, pero Leigh Anne Tuohy (Sandra Bullock), le ofrece no sólo un techo; sino un hogar y una familia. Sin embargo, cuando es aceptado en la Universidad, la National Collegiate Athletic Association pone en duda que las intenciones de los Tuohy hayan sido completamente altruistas en Un sueño posible. A veces, la generosidad puede causar miradas sospechosas. Dudamos de las buenas intenciones de la gente y si bien, no todos tienen motivos ocultos; algunas personas brindan con una expectativa. En ocasiones se ve a la generosidad como una especie de moneda, la persona “invierte” en favores a los demás con la expectativa de recibir una recompensa, tangible o intangible; contar con que en algún momento podrá “cobrar el favor”, quizá promover determinada imagen o afirmarse una idea que tienen de sí mismos. No se da porque se quiere, sino por cumplir un objetivo. También existen las variables patológicas. El psicoanalista Salman Akhtar realizó una clasificación de las formas en las que se puede manifestar esta generosidad no sana:
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Generosidad resentida. Es aquella en la que la persona que da espera recibir constantemente la gratitud por su acción y a menudo le recuerda al otro sus enormes sacrificios y las dificultades que atravesó para darle lo que quería. Generosidad controladora. En esta, el obsequio tiene condiciones, la persona que está brindando “su generosidad” exige a quien lo recibe que aquello que recibió sea utilizado de la forma en que el dador lo determine. Generosidad implacable. Tiene un carácter compulsivo que lo lleva a dar hasta sentirse vacío y cuenta con un elemento de control sobre el otro; esta forma de dar también debilita a quien recibe, pues lo convierte en dependiente. Una generosidad saludable no está fundada en el ego o en la importancia que nos damos, es un acto de humildad que no busca recompensa de ningún tipo. No se trata de "llevar cuentas" o dar hasta agotarse, sino del deseo de hacer algo positivo. Decía Simone de Beauvoir, “Eso es lo que yo considero verdadera generosidad: das todo de ti y aun así siempre sientes que no te cuesta nada”.
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10 ¿Es tan malo ser egoísta? Una pequeña dosis de egoísmo puede ayudar más de lo que creemos.
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uzco, es un emperador cuya única preocupación es él mismo. Cuando el plan de Yzma, su consejera, para matarlo sale mal y queda convertido en llama, Kuzco recurre a la ayuda de Pacha, un campesino, y en el trayecto aprende un poco de humildad; en la película animada de Disney, Las locuras del emperador.
La imagen que tenemos del egoísta es de una persona a la que no le importa nadie salvo él mismo; sin embargo, si somos estrictos, etimológicamente egoísmo se refiere a “la práctica de uno mismo”; la connotación negativa es algo que añadimos con el tiempo a la definición. Y es que la diferencia entre amor propio y el “excesivo amor a sí mismo” –como define al egoísmo la Real Academia Española– parece difusa. “Hacer algo por los demás es bueno; hacer algo por nosotros mismos, es malo” por muchos años este tipo de pensamiento ha guiado nuestras acciones, de manera que a veces nos sentimos culpables por buscar nuestro bienestar, mientras que las personas que dan todo de sí –incluso al punto de la sumisión– son vistas como “buenas”. Todo en exceso es malo y quizá sea necesario aprender a desarrollar un egoísmo positivo. La búsqueda del bien común y el beneficio de la sociedad nos han sido inculcados desde pequeños, nos han dicho que el egoísmo se contrapone a cualquier forma de generosidad, pero lo cierto es que
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esta noción parece olvidar que es necesario que nosotros estemos bien primero para que ayudemos a que los demás estén bien. Seguir nuestras propias convicciones y necesidades no nos hace menos bondadosos. Nos hemos centrado en el aspecto negativo del egoísmo por mucho tiempo. A veces nos sentimos culpables de decir no –o nos da miedo hacerlo– pues no queremos afectar a los demás; sin embargo, no nos damos cuenta de cómo puede afectarnos a nosotros mismos. Como aquellos padres que tienen miedo de dañar a sus hijos si se divorcian, dispuestos a permanecer en una relación desgastada, tal vez tóxica, sin darse cuenta de que a la larga la decisión de “aguantar por los niños” también les afectará a ellos. El egoísmo no significa pasar por encima de los otros, puede incluso impulsarnos a la generosidad, pues la sensación de bienestar al dar es un gran estímulo para seguir dando. Generosidad y egoísmo pueden convivir en tanto encontremos ese balance entre las necesidades de los demás y las nuestras. En esta era de introspección, búsqueda del yo, mejora de autoestima y bienestar propio, podemos entender como un poco de egoísmo positivo puede ayudar a todos.
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12 Lo mejor para ti es lo mejor para todos La generosidad parte de estar bien contigo mismo.
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urante la época de la gran depresión en Estados Unidos, Mildred Pierce (Joan Crawford) se separa de su marido y se va con sus hijas para buscar una mejor vida. Consigue trabajo como mesera, pero su hija mayor, Veda (Ann Blyth), se avergüenza del trabajo de su madre –aunque no tiene problemas en recibir el dinero que le proporcione–. Veda demuestra ser manipuladora y codiciosa, mientras que Mildred se sacrifica constantemente para complacer a su hija, incluso a costa de su felicidad. Dicen que la paradoja de la generosidad consiste en que entre más das, más recibes. Sin embargo, esto no se refiere a cantidad, sino a la forma en la que damos. Todavía vivimos en una sociedad que espera de las mujeres el sacrificio y la abnegación; anteponer las necesidades de nuestra familia a las propias, pero lo cierto es que la generosidad más que en el sacrificio, debe estar fundada en el amor propio. La manifestación de la generosidad quizá esté en aquello que damos; sin embargo, su verdadera esencia está en el desprendimiento; dar sin sentirnos disminuidos o vernos afectados por ello. En su Ética como amor propio, Fernando Savater afirma que el amor a sí mismo debe ser el origen de la moral. En contraposición con la idea de renunciación en favor de los demás. No se trata de egoísmo –en el sentido negativo que comúnmente le damos– sino de ser generosos a partir de un acercamiento
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a nuestra individualidad y la búsqueda de un crecimiento personal. Dicen que no podemos amar a los demás si no nos amamos a nosotros mismos y lo mismo aplica para la generosidad. Si buscamos lo mejor para quienes nos rodean, es necesario que también consideremos nuestro propio bienestar. Los filósofos griegos describieron cuatro clases de amor; uno de ellos es el ágape, cuya esencia es el auto sacrificio. Sin embargo, este no se refiere a un sacrificio autodestructivo, sino a un amor que nos nutre. Es incondicional, compasivo y el tipo de amor que nos impulsa a la generosidad, ya que encuentra su placer en el acto de dar. Hacer algo bueno por los demás se siente bien, si nuestro acto de generosidad no se siente así, si es desgastante o incómodo es posible que haya algo que no estamos percibiendo. Es importante ser conscientes de nosotros mismos, de nuestros pensamientos, emociones, nuestra salud, espiritualidad y estilo de vida. Si no cuidamos de nosotros mismos, no podemos cuidar de los demás; solo cuando nos sentimos plenos, podemos dar todo de nosotros, sin vaciarnos.
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15 Test: ¿Por qué das? A veces hacemos las cosas por inercia, pero no nos detenemos a pensar qué es lo que nos impulsa a actuar de tal o cual forma. Nos han enseñado que debemos ser generosos, que tengamos consideración de los otros y que esto también tiene beneficios para nosotros como dadores; descubre con este test cuáles son tus principales motivos para dar. Es bueno dar porque: a) Puede retribuir en el largo plazo. b) Se siente bien hacerlo. c) Le caes mejor a la gente.
Tengo más miedo a: a) El fracaso. b) La falta de sentido en mi vida. c) La soledad.
Me esfuerzo más en las cosas cuando: a) Puedo obtener una recompensa. b) Me gusta lo que estoy haciendo. c) Hago feliz a alguien.
Mayoría de A – Por karma
Las relaciones son importantes porque: a) Nunca sabes quién te puede ayudar. b) Brindan bienestar a la vida. c) No podemos vivir sin los demás.
Para ti dar implica poner cierto “crédito” a tu favor. No es que veas los favores como deudas, pero estás consciente de que nunca sabes cuándo puedes necesitar de alguien y es mejor estar en buenos términos con las personas. Mayoría de B – Por autorrealización
¿Cuál de estas situaciones es más incómoda o molesta para ti? a) Sentir que estoy en deuda con alguien. b) Sentir que no soy capaz de hacer algo. c) Sentirme culpable por fallarle a alguien.
Tu principal motivación es hacer aquello que se sienta bien; haces las cosas sin pedir algo a cambio, un “gracias” te puede alegrar, pero si no lo recibes, no te sientes mal pues sabes que lo hiciste por tu propia satisfacción.
¿Qué te hace más feliz? a) Recibir algo que no esperaba. b) Sentirme satisfecho con algo que hice. c) Saberme querida por las personas.
Mayoría de C – Por amistad
¿Cuál de estas frases se apega más a tu idea de generosidad? a) Si no somos generosos, no podemos esperar que otros lo sean. b) Todo lo que hacemos lo hacemos por nosotros mismos, incluso ser generosos. c) La generosidad fortalece los lazos con la gente.
Lo más importante para ti son las relaciones, valoras mucho a tu familia y amigos, eres empático y buscas el bienestar de los demás. También brindas para agradar a la gente, para ti ser generoso es una buena forma de hacer amigos.
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