Pionerasdelturismo

Page 1

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica

Camilo RodrĂ­guez Chaverri


Primera edición, San José, Costa Rica, setiembre del 2006 © 2006, Camilo Rodríguez Chaverri ventanario@yahoo.com Entrevistas y redacción: Camilo Rodríguez Apoyo en edición periodística: Evelyn Ugalde Revisión final: Rafael A. Rodríguez Diagramación: José Ismael Medina Obando joseismael@ice.co.cr

2

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica

Camilo RodrĂ­guez Chaverri Camilo RodrĂ­guez Chaverri

3


4

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Para Lorena González, la Tía Lo, madre de la idea Para Marcelle Laporte, quien me transmite amor por el turismo Para Carolina Trejos, con quien conocí de cerca al sector

Camilo Rodríguez Chaverri

5


6

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Muchas gracias a la periodista Evelyn Ugalde, sin cuya ayuda este libro no habría aparecido; a Maya Suárez y Felicia Morales. colaboradoras y soportes de mis proyectos; a Georgina Dengo, por su compañía

Camilo Rodríguez Chaverri

7


8

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Introducción Cuando le comenté a la señora Lorena González, de la junta directiva de la Cámara Nacional de Turismo (CANATUR), de mi interés por escribir un libro sobre pioneros del turismo, ella me abrió un mundo nuevo. En el camino, decidí escribir dos libros en lugar de uno. Un libro sobre mujeres pioneras del turismo en Costa Rica y un libro de pioneros en general. Dos libros porque no caben tantas historias en uno solo, y separados por género para visibilizar el aporte de las mujeres, pues usualmente dejamos su contribución y sus luchas en una orilla, ante el machismo en que se desarrollan todos los sectores de la economía y de la sociedad de Costa Rica. He aquí una veintena de entrevistas a mujeres sobresalientes, mujeres extraordinarias, mujeres que han tomado las riendas de sus destinos y han salido adelante. Casi todas están escritas en primera persona por mi interés en que usted reconozca sus particularidades verbales, dada la riqueza de la palabra de estas mujeres y la originalidad con que cuentan sus vidas. Al final, hay dos o tres textos escritos en mi estilo periodístico tradicional debido a que son textos que publiqué antes, en periódicos. Me llama la atención la cantidad de mujeres solas, mujeres a las que la sociedad les cobra el Camilo Rodríguez Chaverri

9


ser tan exitosas. Rescato sus grandes dotes para la comunicación, su espíritu de sacrificio, su capacidad de asombro, la energía con que enfrentan los retos y el entusiasmo con que asumieron y siguen asumiendo sus responsabilidades a favor del desarrollo del turismo en Costa Rica. En el proceso de edición de este libro conté con el apoyo de mi gran amiga y admirada colega Evelyn Ugalde, sin duda la joven y más firme promesa de la promoción cultural en nuestro país y una muchacha tan trabajadora y singular como quienes aparecen en esta obra. Evelyn ha hecho una gran labor por la literatura desde el Club de Libros que dirige. Ella me hace el honor de colaborar en el proceso de realización de las entrevistas. Espero publicar el próximo año el libro de semblanzas a los pioneros del turismo. Tengo interés especial por el turismo sobre todo por su vínculo con el ambiente. Le tengo mucha fe al ecoturismo. Respeto y admiro a quienes entienden que la mayor riqueza de Costa Rica está en los parques nacionales y en la forma de ser de nuestro pueblo. El turismo permite que la población del mundo conozca a un pequeño país que tiene una cuarta parte del territorio protegido, que tiene más aves que Europa, que paga por cuidar el ambiente y premia a quienes conservan los bosques, que no tiene ejército, que tiene una forma muy especial de ahorrar y 10

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


ponerse de acuerdo que se llama solidarismo, que ha desarrollado a sus zonas rurales más prósperas gracias al cooperativismo y que ha consolidado un espíritu democrático como no hay otro en América Latina… Un país que se siente orgulloso de su clase media, que no tolera las grandes diferencias ni los abusos, que tiene el mayor sustento de su civismo en una educación pública fuerte, un sistema de salud generalizado entre la población y el derecho a la propiedad… Un país de pequeños y medianos empresarios, un país que permite la oportunidad de hacer algo en la vida. El turismo es la principal fuente de divisas del país, pero para ello debe aliarse al ambiente y al campesino, al paisaje y a la zona rural. Es decir, que el turismo necesita del bienestar del agricultor; de la salud de los bosques, las playas y los ríos; de la capacidad del país para formar en las aulas a las nuevas generaciones en los campos y en las ciudades, para mejorar los niveles de los servicios y para darle espacio a los empresarios de las comunidades. De mis cuarenta libros publicados y de mis veinte libros de entrevistas, este es el primero en que aparecen solamente las historias de las mujeres. Espero que vengan muchos más, porque hay una gracia y un colorido especial en todo aquello que cuentan. Camilo Rodríguez Chaverri

11


OjalĂĄ que este libro colabore en la lucha por dejar para la historia la obra, el testimonio de vida y el legado de tantas mujeres heroicas que ha tenido Costa Rica. Camilo RodrĂ­guez Chaverri periodista y escritor

12

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


ÍNDICE

Introducción.......................................................................................... 9 Yadyra Simón Rojas..........................................................................19 Tengo un espíritu de aventura................................................ 19 Rumbo desconocido................................................................... 21 Mi destino fue viajar . ................................................................. 24 Primeros pasos en el ICT............................................................ 25 Bienvenida una nueva vida....................................................... 27 La ayuda social.............................................................................. 29 ¿Qué le falta al turismo en Costa Rica? . .............................. 30 Silvia Carboni Aguiluz....................................................................32 La sangre que corre en mis venas es de sensibilidad social................................................................................................. 32 Soy una de las primeras graduadas en turismo en Costa Rica........................................................................................ 34 Metas profesionales y familiares............................................. 36 Honores, distinciones y premios............................................. 38 ¿Qué le falta al turismo? ........................................................... 39 Sandra Orfila Araya........................................................................44 Creo mucho en este país........................................................... 44 El lugar de los grandes acontecimientos............................. 46 La aventura de los nuevos mercados.................................... 48 Yo creía que era la dueña........................................................... 49 Amo el turismo.............................................................................. 50 ¿Qué la falta al país en turismo? ............................................ 51

Camilo Rodríguez Chaverri

13


Patricia Duar..........................................................................................53 El turismo se metió en mí.......................................................... 53 Mis primeros pasos en el turismo........................................... 55 Al inicio el turismo era muy limitado.................................... 58 En Los Ángeles.............................................................................. 59 Del ICT a LACSA............................................................................. 61 No más vida de gitana................................................................ 62 Fundamos ACOPROT................................................................... 64 Limitaciones para las mujeres… ........................................... 65 Marilena Zúñiga..................................................................................67 Enamorada del turismo.............................................................. 67 El amor de mi vida....................................................................... 68 Las vueltas que da la vida ........................................................ 72 Primeros pasos en el turismo................................................... 73 Yo quería que se enamoraran de Costa Rica...................... 75 Recuerdos de antaño.................................................................. 76 Barceló.............................................................................................. 78 María Amalia Revelo Raventós.................................................80 El turismo y la hotelería son mis pasiones.......................... 80 Estudié Estadística ...................................................................... 81 Fiesta y mercadeo turístico....................................................... 83 Sueños y vuelos............................................................................ 86 Mi etapa como abuelita............................................................. 87 Lorena González................................................................................89 Me apasiona el turismo.............................................................. 89 Dolores y flores en Honduras................................................... 91 Empieza mi entrenamiento en turismo.............................. 93 Cuentos negros y de colores.................................................... 96 28 años en CANATUR…............................................................. 99 ¿Qué le falta al turismo en Costa Rica?...............................100 14

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Estela Fuentes Alvarado . .................................................. 102 Tengo la energía bien puesta todavía.................................102 Excombatiente y periodista....................................................104 Periodismo en Estados Unidos..............................................106 Primeros pasos en turismo.....................................................108 ‘Costa Rica, el Caribe desconocido’......................................110 La escritora....................................................................................112 Vivo una etapa de plenitud....................................................114 Anécdotas.....................................................................................117 Emilia Gamboa Arguedas........................................................... 119 El turismo es mi vida.................................................................119 Inicio de una vida dedicada al turismo..............................121 Los primeros pasos....................................................................122 De secretaria a gerente............................................................123 El boom del turismo..................................................................124 Aportes de Swiss Travel............................................................126 Limitaciones y fortalezas.........................................................128 Anabelle Granados....................................................................... 129 Conozco más de cincuenta países.......................................129 Fui muy activa desde niña.......................................................130 Miss Amistad en Miss Universo.............................................131 Desde los cielos hasta el turismo..........................................133 Después de aeromoza..............................................................134 Universidad de la vida..............................................................136 El turismo significa todo para mí . .......................................137 ¿Qué le falta al turismo de Costa Rica?...............................139 Ana Margarita Forero................................................................. 140 Dios viaja con Horizontes........................................................140 Bienvenida Marabunda............................................................142 Nos une el amor por nuestras tierras..................................144 En el castillo de veraneo de Hitler........................................146 Camilo Rodríguez Chaverri

15


Existen las Diosidencias...........................................................147 Tamara Budowski............................................................................ 149 Oí una palabrilla mágica, que me encantó: ¨turismo¨.......... 149 Compartir pasiones...................................................................150 ”El turismo no se estudia”, decía todo el mundo.............153 Lorena Orfila Araya...................................................................... 158 No soy muñeca de oficina.......................................................158 Yo soy la peleona........................................................................160 Herradura y San José Palacio.................................................161 Historias de historias . ..............................................................162 En rent a car, pero sin licencia................................................164 Me decían Ministra Tatcher y Alka Seltzer.........................165 El personal es la cara del hotel..............................................166 ¿Qué le falta al turismo?...........................................................167 Ileana Lines Sancho....................................................................... 171 Vivo un romance con mi trabajo...........................................171 Mi infancia y mi adolescencia................................................173 Todavía me siento muy joven................................................175 Agencia de viajes........................................................................177 Tengo pasión por lo que hago..............................................178 Soy un libro abierto...................................................................179 ¿Qué le falta al país en turismo?...........................................180 Anabelle Incera Aguilar............................................................ 183 Para mí, el turismo es todo ....................................................183 Me encanta el trabajo que hago...........................................186 Me siento muy satisfecha . .....................................................187 Marie Janne Oliger Salvatierra............................................. 189 Periodista enamorada del turismo.......................................189 16

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


¿España o Costa Rica? . ............................................................192 Redactora y asesora .................................................................194 Sueños y revistas .......................................................................195 Sa­ra El­via Ma­dri­gal Po­rras..................................................... 198 Pio­ne­ra del tu­ris­mo en mu­chos cam­pos...........................198 Ofi­ci­nis­ta de la Con­ta­bi­li­dad Na­cio­nal...............................201 La lu­cha por es­tu­diar.................................................................203 Un nue­vo tra­ba­jo........................................................................205 Ini­cios en Via­jes Co­lón..............................................................207 En me­dio de una cri­sis..............................................................210 Muy tra­ba­ja­do­ra.........................................................................214 Caridad Zúñiga................................................................................. 217 Ella bautizó a San Gerardo de Dota.....................................217 El sitio de las abras.....................................................................219 Rancho de vara en tierra . .......................................................221 La historia del primer colchón...............................................223 Grata sorpresa.............................................................................226 A manera de Recuadro................................................................ 229 Relato de Efraín Chacón, esposo de doña Caridad Zúñiga............................................................................................229 “Mi esposa le puso el nombre al pueblo”..........................229 Historia del Hotel Savegre.......................................................232 De una cabina a un gran hotel..............................................235 El paraíso del quetzal................................................................237 Sobre el autor................................................................................... 241

Camilo Rodríguez Chaverri

17


18

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Yadyra Simón Rojas Tengo un espíritu de aventura Nací en Cartago un 13 de noviembre. Soy hija de Inés Rojas Jiménez, quien tiene 89 años, y de Melitón Simón Cot, un catalán. Papá murió hace veinticuatro años. Tengo seis hermanos, Ibel, Virginia, Rosa Elena, Allan, Danny y yo. Crecí en Cartago. Mi papá se dedicó a hacer las primeras prensas de ropa que hubo en este país. Fundó la fábrica en 1948. Allí creaba muebles torneados, sillas, cabos de hacha y martillos. Estudié en la Escuela Jesús Jiménez. Mi infancia fue de las infancias lindas, de disfrutar, de subirse a los árboles, de caer en una quebrada, de ir a pescar olominas. Fue una infancia de huracanes. Todos estos rayos y truenos de cuando llueve me recuerdan mucho la infancia. Era como para meterse debajo de la cama porque los rayos eran muy fuertes. Mi infancia fue de disfrutar en la calle, de jugar “bate”, “el escondido”… Era parte de toda una barriada de chiquillos. Mi infancia fue realmente sana, alegre y divertida. En la Escuela Jesús Jiménez estaban de un lado las mujeres y del otro los hombres. Yo gustaba de participar en los actos públicos. Salía en todas las Camilo Rodríguez Chaverri

19


obras y también tocaba en la banda de la escuela. Lo más divertido fue cuando estaba tocando durante el desfile del 15 de septiembre y uno de los platillos salió volando. Era buena estudiante. Recuerdo que nunca tuve malas notas. Otra historia divertida que recuerdo es que, estando en la época de la escuela, junto con una de mis buenas amigas fuimos al patio de la casa donde había una chayotera e hicimos un cigarro de la hoja seca del chayote. Lo envolvimos en el papel del cuaderno de la escuela y lo que salió fue la gran llamarada, casi un incendio. Otra vez, recuerdo salir a las cinco de la tarde con una amiga, Norma Evans, bajo la lluvia torrencial. Nos quedamos en el Teatro Apolo de Cartago, donde había un tubito del que salía el chorro de agua. El bulto cargado de cuadernos se mojaba todo y nosotros caminábamos para la casa, empapadas. Gozábamos mucho, nos divertíamos montones. Cursé el colegio en varias instituciones. Durante el primer año estuve en el Colegio San Luis Gonzaga y el segundo año estuve en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús, en San José. Este año lo hice en el internado. El primer año fue muy divertido. Íbamos a la misa todos los días. Jugábamos baloncesto. Yo era defensa. Formamos un grupo de amigas llamado Azososi, integrado por Virginia Azofeifa, de Santa 20

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Cruz de Guanacaste; Dinorah Apuy, de Cañas; Patricia Solís Ureña, de Santa María de Dota, y yo. Algo curioso de la vida es que en ese año de internado conocí a una persona importante. Había en ciertas épocas del año, una chiquita, de pelos todos enredados, rubia, que estaba ahí, con nosotras, y que al cabo de los años resulta ser una de mis mejores amigas. Se llama Asunción Vitoria. Los papás se iban para Europa y la dejaban interna. Luego, salí del internado, pero seguí en el Sagrado Corazón. Continué como jugadora de la selección del colegio. Cuando uno ve que las cosas no salen como uno quisiera, se da cuenta que la vida es difícil. Yo era defensa. No era buena encestadora.

Rumbo desconocido Cuando salí del colegio, comencé a trabajar en el hotel Irazú como recepcionista, mientras empezaba a estudiar. En esa época, llevaba los cursos de Estudios Generales y llevaba cursos de geología, pero cuando llegué a las físicas, dejé la carrera. Trabajando en el Hotel I razú, surgió la oportunidad de estudiar hotelería en Guatemala. Me fui de aventurera, con seiscientos colones en el bolsillo, cuando tenía 22 años. Estaba soltera. Me fui con un boleto que me lo había ganado como la mejor empleada del mes. Camilo Rodríguez Chaverri

21


Me fui sin saber realmente a qué iba. Lo único que sabía era que viviría en la residencia de una congregación religiosa llamada Opus Dei. Hice la carrera de administración de instituciones, ahora se llama Administración de Empresas de la Hospitalidad, una carrera dirigida a hotelería, hospitales, residencias de estudiantes y restaurantes. Estuve allá cuatro años. Estudiamos con el Opus Dei, en el Instituto Femenino de Estudios Superiores, con el aval de la Universidad de San Carlos. No me compenetré con esa filosofía o forma de religión. Fue una experiencia muy interesante. Pienso que es una experiencia que guardo con mucho cariño, pero fue muy difícil adaptarme a un país como Guatemala, tan cerca de Costa Rica pero con una mentalidad tan diferente a la nuestra. Me parece que las clases sociales estaban muy marcadas. En la mente de los costarricenses eso no existía. Tuve un período de adaptación de casi un año, durante el cual me quería venir todas las semanas. Mi mamá siempre me decía, “no, eso se te va pasar, seguí, no te dejés vencer”. Continué y terminé. Recuerdo que había problemas políticos. Algunas de mis compañeras hasta llegaban con guardaespaldas. Otra cosa muy interesante fue subir el Volcán de Agua. Comenzamos subiendo a las tres de la 22

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


mañana y llegamos a las diez. Luego bajamos en tres horas. Después, no podíamos subir ni las gradas del bus, ni las gradas de la residencia… También subimos el volcán Pacaya. Íbamos a Chichicastenango, a Huehuetenango, donde pasaba la Semana Santa. Fuimos a las playas de Aventón. Luego me fui a vivir con una señora, Concha Mendoza, porque lo que yo ganaba no alcanzaba para la residencia. Trabajé como recepcionista en el Hotel Conquistador Sheraton. Era una época en que había amenazas de bombas, donde los dueños llegaban con carros blindados porque estaban bajo amenaza. En una ocasión, explotó una bomba, hiriendo a una azafata, a una camarera de Panamerican Airlines. Recuerdo que uno de los lugares de moda era el Mostachón, un bar que todavía existe. Es un bar para extranjeros. Llegaban quienes estaban sacando petróleo, iraníes, neozelandeses, australianos… Era un lugar de encuentro. Me hice de más de un novio allá. Tuve un novio escocés, otro español, un iraní y otro guatemalteco que fue piloto y se estrelló en un avión, aterrizando en el aeropuerto de Guatemala.

Camilo Rodríguez Chaverri

23


Mi destino fue viajar Mi destino fue viajar, sin que yo lo buscara. Tal vez tenía un espíritu de aventura, igual que mi papá. Mi papá era catalán. Se vino de catorce años junto a su familia. Mi papá tiene un libro escrito, se llama “Ellos y ellas”. Después la familia regresa, las dos hermanas y un hermano se devuelven, pero él se queda aquí. Trabaja en la construcción del ferrocarril al Atlántico, luego en un quebrador y en la construcción de la carretera a Zarcero. Allí conoce a mi mamá. Duran tres meses de novios y se casan. Se vienen a vivir a Aserrí y después se van para La Suiza de Turrialba. Yo decía que uno de mis sueños era llegar a cien años, porque quiero escribir un libro, pero de cien años se le olvida todo a uno. Me encanta escribir. Imagínese que a un enamorado le hice tres poemas en inglés. Con él, viví una noche muy romántica en Tortuguero. Lo recuerdo como si fuera ayer. Eran las diez de la noche, caían los rayos de luna en el mar… Nunca me he casado. Soy una mujer libre. Tengo una hija. Soy padre y madre. Mi hija está soltera, se llama Silvia Simón, estudió turismo y trabaja en TAM.

24

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Cuando llegué de Guatemala, me puse a trabajar en organizar un congreso de gerentes, aquí en San José. Trabajé en el INA como instructora de camareras y recepción, luego consigo una beca y me voy a Austria a hacer un curso de hotelería. Ya en ese viaje llevaba mi bebé adentro. Me fui porque pensé que nunca más volvería a Europa. Me equivoqué porque volví como veinte veces. Desde el punto de vista de prestigio profesional, me iba a servir. Fui a Salzburgo, Austria, a pesar de que estaba embarazada. Por dicha no me perturbaron mucho los achaques, o no les di gusto. Disfruté compartiendo con gente de tantos países, de África, de Asia, de América Latina... Viajé por toda Europa. Al inicio, la beca era por cuatro meses, pero se amplió a ocho meses. Fue una etapa importante. Me tocó ser papá y mamá. Mi hija conoció a su papá a los diecisiete años de edad.

Primeros pasos en el ICT Lu e g o e n t ré a t r a b a j a r e n e l I n s t i t u to Costarricense de Turismo (ICT), en 1980. Trabajé ahí seis años en el área de servicios turísticos y en hotelería. Me tocaba hacer inspecciones. La primera categorización hotelera la trabajamos entre Patricia Duar y yo. Era la encargada de toda Camilo Rodríguez Chaverri

25


la parte de inspecciones de hoteles, es decir, de ver lo de la actualización de las tarifas hoteleras y los incrementos anuales. Después pasé al Departamento de Mercadeo y Ventas, en el área de congresos y convenciones. Estando en el ICT, me fui a Japón con una beca de dos meses. Fue una experiencia increíblemente linda. Mi mamá me cuidó a mi hija. Ella es una señora muy rigurosa y conservadora, una mamá muy luchadora, de mucho carácter y muy fuerte. Después del ICT me fui al Hotel Herradura como gerente de ventas internacionales. Los dueños eran un poco cerrados, estrictos y desconfiados, pero el hotel estaba surgiendo y era uno de los mejores hoteles en ese momento. Los dueños eran una pareja, él, filipino, y ella, suiza. Allí estuve un año. Al salir de allí, me contrataron en Expotour como Directora Ejecutiva, donde trabaje por siete años. En el ínterin de esos siete años, en 1989, me fui a Suiza a recibir un curso sobre organización de congresos y convenciones, y continué con Expotour. También hacía algunas consultorías en hotelería, por ejemplo en Malibú Caribe; un hotel en Quepos; Rincón del Valle, en Sabana Sur, un hotel que ahora es de Barceló… 26

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Expotour para mí significó dar alma, vida y corazón por una actividad. Mi meta era que Costa Rica pudiera tener una actividad de calidad mundial. Me dediqué con mucho ahínco a salir a promover la actividad turística, sin un cinco porque en se tiempo no había plata. Logré hacer convenios con aerolíneas como Iberia, KLM, TACA y Lacsa. Toqué muchas puertas sola, y empecé a hacer las cosas como Dios manda. El objetivo era lograr que una actividad como Expotour tuviera renombre internacional. Expotour les abrió las puertas a los centroamericanos para que empezaran a promoverse. También hice que los empresarios empezaran a mejorar y aprendieran a presentar su producto turístico para que compitieran internacionalmente. Al principio, la gente llegaba con material poligrafiado. Se les fue dando capacitación y se les enseñó a mejorar. Sí se ha logrado. Expotour significó una actividad que suscitaba envidia en otros países, pero que, además, me desgastó en mi vida, por envidias personales.

Bienvenida una nueva vida Estuve en Expotour durante siete años, del año 85 hasta el año 93.

Camilo Rodríguez Chaverri

27


Me dolió mucho salir de Expotour. Era salir de un lugar donde he dado toda la vida. Pero me pusieron una demanda y eso fue muy desgastante. Luego de renunciar ahí, monto mi empresa, llamada “Interacción S.A.”, especializada en organización de congresos y convenciones. Además, daba consultorías turísticas. Me dedico durante diez años a organizar todo tipo de actividades, lo que llamamos “eventos” turísticos. También trabajo para las cumbres de presidentes, para los traspasos de poderes, congresos de médicos, seminarios especializados en organización de congresos… Además, me voy por América Central, Ecuador, Perú... con mi empresa. Realmente me gusta capacitar a la gente. Voy dos o tres veces por año por Centroamérica. Me involucro también en trabajar en la conformación de la Federación de burós de congresos y convenciones. Después fui presidenta por casi una década de la Asociación Costarricense de Organizadores de Congresos. Formé parte de la comisión directiva de la Confederación Latinoamericana de Organizadores de Congresos y Convenciones. Todavía tengo la empresa, pero desde hace poco más de un año también trabajo en el Hotel Balmoral, donde soy la gerente de operaciones.

28

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


La hotelería siempre me ha gustado muchísimo, tiene variedad de situaciones por resolver todos los días y es una actividad muy dinámica.

La ayuda social Adicionalmente a todo esto, en mí está la parte de ayuda, de bien social. Desde hace dieciséis años pertenezco a la Asociación Voluntaria de Ejecutivos en Turismo. Nos dedicamos a labores de beneficencia, a obras de bien social, especialmente para los niños y para trabajadores del sector. Eso me ha dado un complemento interesante en la parte profesional. Por ejemplo, hemos traído oftalmólogos de Estados Unidos para llevarlos a Santa Cruz de Guanacaste, a que ayuden a una población con problemas de visión. Hemos ayudado a indígenas, a los que sufrieron por las inundaciones en Parrita. Hemos colaborado con el proyecto “El último deseo del niño en etapa terminal”, con el proyecto de nutrición de los niños que salen del Hospital de Niños, hemos ayudado a varios albergues del PANi en mejoras de instalaciones, a las Aldeas SOS en Tres Ríos, a niños de precarios, de los Guido, de La Capri… Les hemos regalado uniformes.

Camilo Rodríguez Chaverri

29


¿Qué le falta al turismo en Costa Rica? Al gremio turístico le falta ser más emprendedor y defender más los derechos del sector. Al turismo le falta la voluntad política para mejorar todo lo que esté en función de atraer más turistas al país. Todavía se cree que trabajar en turismo es vivir en fiestas. Creo que el turismo de este país no tiene muy claro que es de servicio, y por ende, que están involucradas cien por ciento las relaciones públicas, la relación humana… Todos los que trabajamos en turismo, trabajamos para que otros se diviertan y disfruten… En el gobierno nunca han tenido claro esto. Sí hace falta un gran centro de convenciones, pero tiene que estar pegado a un esfuerzo promocional del país, como destino de centro de convenciones. Si no, se convertiría en un elefante blanco. ¿Por qué ATLAPA, el centro de convenciones que tiene Panamá, funciona para torneos de boxeo y de belleza, y se acabó? Por falta de la planificación y la organización de la que estoy hablando. Desde ya hay que pensar con varios años de anticipación, porque los congresos se definen entre dos y cinco años antes de realizarse, y las grandes organizaciones tienen programados diez años de congresos. ¿Qué significa el turismo en mi vida? Significa esa relación y servicio a los demás. Por eso estoy 30

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


en turismo. Sin embargo, el turismo se tiene que cuidar. ¿El tipo de turismo que debe tener Costa Rica? No se puede permitir un país que se enfoca al turismo sexual, donde no hay conciencia realmente de lo que implica eso para un país.

Camilo Rodríguez Chaverri

31


Silvia Carboni Aguiluz La sangre que corre en mis venas es de sensibilidad social Me llamo Silvia Carboni Aguiluz. Nací en San José el 21 de junio de 1956. Mis papás se llaman Antonio Carboni Granados y Marina Aguiluz Orellana. Mi papá ya falleció. Mi abuelo materno, Pompilio Aguiluz, era político liberal de Honduras y peleó contra la dictadura de Tiburcio Carías por lo que tuvo que salir huyendo hacia El Salvador, así que perdió sus fincas y todos sus bienes. Por parte de mi papá, mi familia era de origen italiano. Mis abuelos tuvieron negocios de importación de cueros de Italia y administraron varias farmacias, una en Cartago y la famosa Farmacia Iris, en la capital. M i mamá es maestra de escuela y está pensionada, vino graduada de 18 años, de La Ceiba en Honduras. Mis papás se conocieron en San José. Mi abuelo, Pompilio Aguiluz, tenía un negocio famoso, por donde está el Telar Los Leones. Mi otro abuelo, Antonio Carboni, tenía unas casas y el negocio por esa misma área, y ahí se conocieron. Fuimos tres hermanas, la mayor, María Lorena Carboni Aguiluz, quien murió de 53 años; 32

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Antonieta, quien es arquitecta, y es la segunda, y yo que soy la menor. Asistí a la Escuela Perú. Fui compañera de Elisa Chaves, mi mejor amiga; además de Jeanina Delcore y Roxana Robert. Fui al Colegio La Salle. Ahí fui compañera de Eleonora Badilla Saxe, Milena Alfaro, Rodrigo Fournier, Mario Arce Montiel, Gerardo Brutín, Eric Capra… En el año 72 fuimos la primera generación mixta del Colegio La Salle. Allí conocí a Leonardo Garnier, Marco Vinicio Ruiz y Fernando Berrocal. De las mujeres que conocí en La Salle, recuerdo a Mayi Antillón, actual diputada y jefa de fracción del partido de gobierno; Nono Antillón, periodista; Laura Chinchilla, actual vicepresidenta de la república. Salí del colegio y entré en el 74 a la Universidad de Costa Rica, donde estudié derecho por año y medio, pero decidí irme a España de vacaciones porque tenía un primo que vivía allá. Cambié de parecer y empecé a estudiar turismo en España. Antes de eso, siempre quise viajar. Primero quise ser aeromoza de LACSA, pero mis papás se opusieron. Así que me fui a España y cursé la carrera de técnico en administración de empresas turísticas en un instituto técnico privado, Camilo Rodríguez Chaverri

33


Soy una de las primeras graduadas en turismo en Costa Rica Era como una locura, era lo de moda en España. En Europa, estaba como surgiendo la palabra turismo. Por una circunstancia rara de la vida, me fui para Europa, donde estuve casi cuatro años. Me fui en junio del año 75 y regresé a finales del año 78. Cuando regresé, quería trabajar en el ICT, así que me contacté con la gerencia, cuando estaba ahí don Carlos Manuel Guardia. Aceptaron y me hicieron un contrato para apoyar en la coordinación del primer curso para la formación de guías de turismo. Había un montón de guías empíricos. Me contrataron para coordinar el primer curso de formación de guías profesionales de turismo. Era un convenio entre el ICT y el INA. Daban una licencia del ICT y se abrió la primera regulación para dar los carnets oficiales de turismo. Después, en el año 79, concursé en una plaza que tenía el INA como jefe del programa de hotelería y turismo. Era por el Servicio Civil. Entonces, me nombraron jefe del Centro de Hotelería y Turismo en el Paseo Colón, frente a la empresa de carros de la marca IBM. Ahí surgió un convenio en 1979, entre el INA y el ICT, con el apoyo del sector privado, para

34

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


que funcionara ese primer centro de capacitación hotelera y turística. Entonces, para darle forma a ese proyecto duré doce años al frente de ese centro. Pedimos ayuda al gobierno español. Durante casi cuatro años, trabajamos con expertos españoles para montar los programas de formación profesional en hotelería, con los cuales formamos más de cuatro mil trabajadores en todo el país. En el período del año 78 al año 82, Carlos Alberto Patiño fue el presidente ejecutivo de ICT. Allí montamos programas muy intensivos. Por ejemplo, montamos unos seminarios para taxistas y policías sobre el tema de información turística, para ir creando cultura turística. Teníamos un comité de trabajo integrado por el ICT y por el sector privado, los representantes de los hoteles. Así surge la idea de que Costa Rica necesitaba de un verdadero centro de formación en hotelería y turismo. Luego, la presidencia del INA me encomendó la formulación de un proyecto para la creación de este centro, que es el famoso Centro de Hotelería, que está ubicado detrás de la estatua de San Martín. Para elaborar este proyecto, me enviaron a América del Sur, donde conocí diversos centros de formación. Fui a Colombia, Chile, Brasil y Perú, para conocer cuáles eran las experiencias que tenían en este campo. De ahí surge la definición de crear Camilo Rodríguez Chaverri

35


ese centro, para lo cual el INA asignó más de cien millones de colones. Se construyó un edificio que fue inaugurado por don Óscar Arias Sánchez, el 23 de abril de 1990. Luego se dio un cambio, cuando entró Calderón y el presidente ejecutivo, Guillermo Vargas, quien dijo que el sector turismo no requería de todo el edificio, por lo que se complementaron acciones, cursos de comercio y servicios. Luego, se le ampliaron dos plantas más en el gobierno de don José María Figueres, con doña Clara Zomer como presidenta ejecutiva de la institución. Se volvió a reinaugurar como centro de hotelería y turismo. Se dan lecciones de cómputo e inglés, y se tiene un restaurante y una escuela especializada.

Metas profesionales y familiares Cuando salió don Óscar Arias, como vi que Guillermo Vargas quería quitarnos el edificio, decidí que había cumplido mi meta profesional y mi aporte al país mediante la creación de un proyecto que es de vital trascendencia para el desarrollo sostenible de una actividad, porque el recurso humano es el pilar para el adecuado funcionamiento de la industria. El turismo es una industria de servicios. En el año 93 y el año 94 empezó a darse un boom turístico. Fue entonces cuando salí del INA y con 36

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


el apoyo de mis padres monté mi oficina particular de consultoría en turismo y administración. Para esa época, ya había concluido mis estudios de Administración de Negocios con énfasis en Mercadeo, en Nacional University. En el año 93, me asocié con dos personas y abrimos un negocio hotelero en Heredia. Se llamó Apartotel Valle Verde. Eran apartamentos de lujo. Al poco tiempo se vendió. También tuve un restaurante en Escazú, llamado María Alexandra. Me casé en noviembre de 1981. Mi hijo nació en el 82. Se llama Fernando Antonio. Me he dedicado en los últimos diez años a trabajar con mi firma consultora. He apoyado a más de 270 empresas a lo largo y ancho del país. Les he colaborado en la creación de nuevas empresas, hoteles, agencias de viajes, rent a car, agencias de viajes y en actividades turísticas en variados aspectos de análisis de la inversión. Mi trabajo ha estado ligado y comprometido con el sector, especialmente con la pequeña y mediana empresa. Por ser yo una pequeña empresaria, me ha gustado mucho apoyar a los empresarios costarricenses, aunque también he tenido muchos clientes extranjeros. Mi apoyo a la pequeña y mediana empresa turística se debe a mi creencia de que es importante la democratización económica y a mi sensibilidad social. Camilo Rodríguez Chaverri

37


Mi orientación ha estado muy ligada a apoyar a empresarios nacionales. Creo que es muy importante la participación del costarricense por el efecto que esta conlleva para promover un mayor desarrollo de las comunidades. Creo que debemos seguir un modelo de turismo sostenible y, además, responsable, con una adecuada integración de los habitantes de cada una de las regiones, en donde se les permita una participación de los efectos del dólar turístico. Apoyar el desarrollo de microempresas turísticas, y de pequeñas empresas, para que los costarricenses puedan participar de los efectos positivos del dólar turístico, me parece que es el camino. Aparte de eso, he combinado mi actividad profesional con un trabajo ad-honorem por espacio casi de veinte años en la Cámara Nacional de Turismo, (CANATUR), donde he estado de directora durante diez años consecutivos. Además, he fungido como tesorera, secretaria, vicepresidenta y fiscal. A los diez años pasé a tener el cargo de directora permanente.

Honores, distinciones y premios He tenido el honor de participar en otras organizaciones, tanto de turismo como también de otras áreas. Por ejemplo, pertenezco a la cámara de corredores de bienes raíces. Me desempeño 38

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


en algunos campos como asesora en el tema inmobiliario y soy miembro, fundadora y promotora de la Asociación Costarricense de Profesionales en Turismo (ACOPROT), donde fui miembro de la junta directiva por seis años consecutivos. En el 2003, recibí el “Premio al M ér ito Profesional”, de ACOPROT. En CANATUR, he recibido muchas distinciones. En el año 2005, la junta directiva me nombró como representante internacional de ACOPROT ante la Unión Iberoamericana de Profesionales en Turismo, que va a ser un órgano que se va a inscribir a la secretaría del organismo de la Cumbre de Presidentes Iberoamericanos. El representante es Enrique Iglesias, quien estuviera al frente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La segunda es una costarricense de apellido Ortiz. La secretaría funciona aquí. Actualmente estamos formalizando los estatutos, el protocolo de creación. Nace con el objetivo de lograr una mayor unión entre los países iberoamericanos y tratar de implementar nuevos programas de formación turística, para apoyar el desarrollo de los recursos humanos a todo nivel.

¿Qué le falta al turismo? Al turismo le falta bastante porque el desarrollo que hemos tenido, si bien es cierto que tenemos Camilo Rodríguez Chaverri

39


un modelo actual, el punto es que trabajamos en un esquema sin una adecuada planificación a largo plazo. Requerimos hacer la implementación de las políticas que se han previsto en el plan nacional de desarrollo turístico 2002-2012, que permita una planificación más ordenada del territorio y, sobre todo, de la participación de las comunidades. Nos falta mucho en infraestructura. Creo que hay necesidad de realizar un arduo esfuerzo para fortalecer la cultura turística, ya que tenemos una gran base, que es la hospitalidad innata del costarricense. Debe complementarse con una mayor información y formación que abra las ventajas y beneficios que aporta el desarrollo de la industria turística en el contexto integral del desarrollo económico y social del país. El turismo tiene que comprenderse como una actividad que permea y apoya el desarrollo de otras actividades productivas y genera una serie de encadenamientos productivos que deben beneficiar sobre todo a las microempresas y a los pequeños empresarios, en campos como el comercio, los servicios, el transporte, y hasta la agricultura y la ganadería. Son los insumos básicos que requiere el turismo. Hay también otras áreas que es fundamental que sean fortalecidas a lo interno: todo lo correspondiente a la infraestructura de carreteras, puertos y aeropuertos internacionales y nacionales, 40

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


porque mucha de la demanda internacional prefiere desplazarse vía aérea para tener un mayor aprovechamiento del tiempo. También es importante reforzar las acciones para la seguridad del turismo. Se va a crear la policía del turismo, que existe en países con alto nivel de desarrollo turístico. Hay un aspecto que, para mí, es relevante, y esperamos que se logre alcanzar en esta administración: es darle seguridad jurídica a los inversionistas extranjeros y nacionales, que el turismo sea una política de Estado, lo cual permitiría darle mucha estabilidad en el largo plazo, no que lleguen con ocurrencias de cada gobierno. Debemos trabajar muy fuertemente para integrar a diversas comunidades que cuentan con una gran riqueza de recursos naturales y de atractivos turísticos para que se permita una mayor participación del costarricense. Se trata de zonas que tal vez están alejadas, como en el Pacífico Sur, donde he viajado dos veces, o por ejemplo Puerto Jiménez, la zona de Golfito, Palmar Sur… Allí se cuenta con una gran riqueza, y hay que tratar de que los costarricenses participen, pero con un enfoque de turismo responsable y sostenible. La Península de Osa es un lugar precioso, es uno de los lugares más lindos. Ojalá que no quede en manos de extranjeros. Todavía se puede hacer mucho, puesto que están en pañales. Camilo Rodríguez Chaverri

41


Podés preguntarte si me ha costado más todo lo que he conseguido por el solo hecho de ser mujer. He sentido que debemos dar una lucha mucho más fuerte sólo por ser mujeres. En muchos casos, he logrado diversas posiciones porque me he permitido mantenerme en una postura muy seria e inflexible en mis creencias. Sin embargo, el gremio nuestro ha estado dirigido por hombres, y puede ser que las mujeres hayamos tenido la culpa de que eso haya pasado. Las mujeres no hemos tenido papeles más protagónicos que los hombres, y eso tiene que ver con la cultura costarricense. Los tiempos están cambiando, pero siento que todavía hay mucho machismo. En mi negocio personal, el noventa por ciento de mis clientes son hombres y el diez por ciento son mujeres. Por eso, creo mucho en el apoyo a la microempresa turística, que permita una mayor participación de la mujer en actividades productivas. Es en este campo donde quiero colaborar. He ofrecido mi colaboración personal, ad-honorem. No quiero entrar todavía en política, más adelante tal vez sí, pero ahora me interesa ayudar directamente en mi sector. Todo tiene su tiempo. Me gustaría tener, en algún momento, una posición más fuerte como dirigente política para promover programas y proyectos que 42

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


permitan una justa y equitativa participación de la mujer en la industria turística. Hace poco se llevó a cabo la primera reunión de la Red Latinoamericana para el desarrollo de la micro, pequeña y mediana empresa turística. La organización recibió el apoya de la OEA, el ICT y la sección de turismo de la OEA para establecer las estrategias de la micro, pequeña y mediana empresa turística, en donde se va a buscar cuáles son las estrategias en los temas de formación, tecnologías, calidad y comercialización. Más del 80 por ciento de la empresa turística es micro, pequeña y mediana empresa. Sólo un 20 por ciento es gran empresa. Por razones personales y por la sangre que corre en mis venas, de revolución y de sensibilidad social, mucho de mi aporte actual y futuro va a estar encaminado a apoyar el desarrollo de las MIPYMES, las micro, pequeñas y medianas empresas, y, sobre todo, a la mujer que está en el campo del turismo.

Camilo Rodríguez Chaverri

43


Sandra Orfila Araya Creo mucho en este país Me llamo Sandra Orfila Araya. Nací en San José el 5 de febrero de 1941. Soy hija de Ricardo Orfila Lievich y de Esther Araya Carvajal. Somos seis hermanos y yo soy la mayor. Mi hermana Lorena Orfila Araya, también está en el área hotelera. Es la gerente de El Tucano. Las dos empezamos en el hotel Cariari en el año 1972. Crecí parte de mi adolescencia entre Golfito, Quepos y Coto. Mi papá trabajaba con la bananera. Era pagador de las fincas. Nos criamos en las zonas americanas. Aprendimos a hablar inglés, jugábamos golf y tennis, viajábamos en avioneta y nadábamos mucho. Estudié en el Colegio María Auxiliadora, donde estuve interna, primero en Alajuela, donde me tocó eso de ser interna, y después en San José, donde era semi interna. En esos internados, sólo se salía para las vacaciones de quince días y de tres meses. Recuerdo que nos bañábamos con camisón y no nos dejaban hablar con las que querían hacerse monjas. Siempre debíamos salir vestidas de civil, con mangas hasta aquí, hasta la muñeca, con cuello hasta aquí, hasta el cuello…

44

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Aún así fue una experiencia muy linda. Yo era buena estudiante. No había otra opción. Era un colegio interno, por lo que hacíamos era estudiar, rezar, dormir y hacer votos de silencio. Los domingos salíamos a pasear a diferentes fincas cercanas. Siempre salíamos en hileras, en filas, sin un solo muchacho cerca. Nadie nos podía volver a ver. Ver a un muchacho era un gran pecado. Terminé el colegio y a los dos años me casé. Nos divorciamos y hace poco murió mi ex marido. Lo conocí en el aeropuerto. Él trabajaba con LACSA. Nos conocimos en el aeropuerto de El Coco, ahora Juan Santamaría. Lo conocí luego de que mi padre murió a la edad de 49 años de un infarto. Todos debimos buscar trabajo y yo vi un anuncio en que se buscaba sobrecargos para trabajar en TACA. Vinicio Fernández era el gerente. Mi familia vivía cerca de su casa, por lo que le propuse trabajar con ellos y él me dijo, “¡claro, las ticas son bienvenidas!” Me mandaron a hacer la entrevista a TACA de El Salvador. Yo era muy flaca, sabía inglés y tenía 18 años. Me aceptaron. T r a b a j é d o s a ñ o s a l l í . TA C A v o l a b a Centroamérica, Belice, Panamá y México. En ese ir y venir conocí al que fue mi esposo, Fernando Pacheco, que trabajaba en el aeropuerto Camilo Rodríguez Chaverri

45


con LACSA. Era cinco años mayor que yo. Cuando nos casamos, yo tenía 20 años, y él, 25. Fue así: me enamoré, dejé TACA, dejé todo, y me casé. Así no más. Un año antes de casarme, dejé la aviación. Trabajé con Marcos Gutiérrez Chamberlain, de la empresa Publicidad Norte. Era recepcionista y aprendí algo de publicidad. Al tiempito quedé embaraza y dejé de trabajar porque me dediqué a ser ama de casa. Me llené de hijos. Tengo cuatro, que se llaman Hernán, abogado de Pacheco Coto bufete; Alejandro, quien trabaja en varios negocios; Laura y Mauricio. Los tres primeros están casados. Tengo nueve nietos. Fuimos un matrimonio feliz. Él era guapísimo, y yo, guapísima. Éramos la pareja ideal. Pero a los trece años de casados, al tener yo 33 años, nos divorciamos. Me dediqué a trabajar. No me volví a casar, he tenido pretendientes y algunos novios, pero no me volví a casar.

El lugar de los grandes acontecimientos Cuando empezaron a funcionar el Club Cariari y el hotel Cariari, Rubén Pacheco, primo segundo de mi marido, me invitó a trabajar allí, ya que yo hablo muy bien el inglés. Empecé a trabajar en agosto del año 72 como secretaria de Rubén. Estuve ahí más de veinte años. 46

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Fui secretaria como dos años. Luego, fui gerente de ventas para Costa Rica, y después gerente general de ventas. El turismo era divino. Fuimos los pioneros. Empezamos de cero. El Cariari era un grupo muy poderoso, económicamente fuerte. Los dueños eran Rodrigo Crespo, Antonio Macho Peña, Fernando Arango, Rodrigo De Bedout y Miguel Barzuna. Creo que me faltó alguno más. Que disculpe mi olvido. Se destinaba mucho dinero para la promoción y ya estaba el campo de golf, que fue el primer campo de golf de diecinueve hoyos del país. Empezamos a hacer eventos de la Profesional Golf Asociation (PGA), por lo que venían muchas personalidades como Chichi Rodríguez, Tatoo, José José, José Luis El Puma Rodríguez, José Luis Perales y Cutico Larrinaga. También apoyamos a los artistas nacionales. El Cariari era un lugar al que siempre asistía Paco Navarrete y fuimos nosotros los que lanzamos a Marfil. Esta fue una manera de promocionarnos. Apoyábamos los traspasos de poderes, recibíamos a los presidentes extranjeros, y dimos alojamiento a Reagan, Kissinger y otras grandes personalidades políticas del momento. Recuerdo la famosa cumbre de presidentes en la antigua administración de Arias. La gente le llamaba a nuestro hotel, “el lugar de los Camilo Rodríguez Chaverri

47


grandes acontecimientos”. También organizábamos las reuniones y convenciones tanto nacionales como internacionales.

La aventura de los nuevos mercados Después, junto a un grupo de colegas, incluyendo a María Elena Zúñiga, Oscar Keith y Cano Salazar, comenzamos a buscar otros mercados en Europa. Empezamos a viajar a España, para tocar puertas. Madrid fue la primera ciudad, luego Milán, Berlín, por supuesto varias ciudades de Estados Unidos y muchas ferias turísticas. Como país, en aquel momento no teníamos mucho qué ofrecer al turista. Lo más eran tours al volcán lrazú, a Orosi, al Mercado Central, al volcán Poás, al zoológico, el Teatro Nacional, el jardín Lánkaster y Puntarenas. En esa época, los hoteles eran muy pequeños, por lo que los tour operadores eran los que se encargaban de organizar estos viajes. A nosotros, simplemente nos interesaba que se quedaran en nuestro hotel al llegar a San José. Además, había muy pocas líneas aéreas que volaran al país. Por ejemplo, Panamerican, E a s t e r n , C o p a , TA C A , L A C S A , S A H S A , SAM, AVIATECA, Aeronica, muchas de las cuales luego fueron asumidas por el grupo TACA. Nosotros abrimos Iberia. Comenzamos 48

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


a entusiasmarlos, pero Lacsa se oponía, ya que los cielos abiertos eran algo prohibido en el país. Fue una época muy linda para el turismo. Parece mentira, pero lo más importante es que no teníamos la cantidad de problemas que tenemos hoy. En esa época, teníamos una gran afluencia de turismo centroamericano. La gente llegaba en Semana Santa o en Navidad, y en vacaciones de quince días. Te encontrabas muchos automóviles con placas centroamericanas. A muchos les gustaba venir aquí a pasar sus vacaciones, pero eso se murió por la inseguridad en los años 70 y 80, por el mal estado de las calles y porque comenzaron a aparecer más facilidades en el transporte aéreo.

Yo creía que era la dueña Estuve en el Hotel Cariari hasta que se lo vendieron a los japoneses y nos despidieron. Yo lloraba porque hasta en ese momento me di cuenta que era empleada. Yo creía que era la dueña, o una de las dueñas del Cariari. Así lo sentía. Después de ahí, empecé a trabajar con los ministros de turismo. Trabajé con Carlos Roesh, que había sido gerente del Cariari. Él fue el primer ministro con el que trabajé. Desde el gobierno de José María Figueres, he estado al lado de un montón de ministros: Aida Fishman, Eduardo León Páez,

Camilo Rodríguez Chaverri

49


Wálter Niehaus, Rubén Pacheco, Rodrigo Castro y Carlos Ricardo Benavides.

Amo el turismo En primer lugar, amo el turismo. También amo mi trabajo. Esta es una manera de servir, a través de los ministros, al sector turístico. Como vengo del sector, soy de gran ayuda para los nuevos ministros. Les sirvo de enlace. Le coordino al ministro las citas, las visitas, los programas, los viajes al exterior… Y a muchos de ellos hasta los acompaño. Para mí, el turismo es tanto, tanto, tanto... En primer lugar, siempre me he sentido muy orgullosa de mi país. Al sentirse muy orgullosa de su país, uno quiere mostrar todas esas bellezas que tenemos, empezando por la gente. Yo creo que los seres humanos somos como es un país. Como yo siento una gran admiración por nuestro país y nuestra gente, creo que esta es una manera de dar a conocer lo que somos, lo que tenemos, y hacia donde vamos. Me siento muy orgullosa de mi familia, de mis hijos, de mis nietos y de haber trabajado tantos años. No me extraña que, dentro de poco, vaya a ser bisabuela. Imaginate. Es una nueva ilusión. Creo mucho en este país, creo mucho en mí y creo mucho en la vida. 50

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


¿Qué la falta al país en turismo? Yo creo que la oferta turística es muy linda en el país. En este momento, lo que nos está faltando es tener más fondos, más presupuesto, para promover más este destino tan importante. Pero antes que todo, tenemos que ver qué hacemos con la seguridad y la infraestructura, qué hacemos con las carreteras. Lo que más vende en este país es la gente. Si vos se lo preguntás a los turistas, te dicen que este es el país más feliz. Yo estoy de acuerdo, siempre estoy sonriendo, y la gente también. Vieras cómo me gusta lo que hago. ¿Cómo no voy a sonreír? Como me gusta tanto lo que hago, siempre estoy sonriendo. Soy acuariana. Qué importante es hacer lo que a uno le gusta. Mi mamá me decía, ´Sandra, ¿cómo hacés vos con cuatro muchachos adolescentes, trabajando tanto, estando en México, en Nicaragua, en Panamá? Yo pienso que qué tristeza debe ser que no te guste lo que hacés. Debe ser espantoso. Fijate vos que a estas edades yo salgo a las siete, ocho de la noche. Si me dan las nueve no me importa. Ahora tengo más libertad. Vivo con el hijo menor. Todo el tiempo estoy ahí para lo que el ministro necesite. Para mí, todos han sido magníficos. Con todos he tenido experiencias muy interesantes: Carlos Roesh ni te puedo explicar; Aida, una mujer muy fuerte; Walter venía de ser vicecanciller, y Camilo Rodríguez Chaverri

51


eso le ayudó; Rubén, con quien trabajé tantísimos años, diay, qué te diré, somos hermanos del alma; con Rodrigo ni te puedo decir, y Carlos Ricardo es muy joven, muy dinámico, con muchísimas ganas de incursionar en este sector. Quiero trabajar muchos años más. Ya estoy pensionada, y estuve muy mal de salud, pero no puedo dejar de trabajar. Actualmente trabajo con Porter Nobelli, que es una empresa de relaciones públicas. Y lo doy todo porque amo el trabajo y me fascina el turismo…

52

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Patricia Duar El turismo se metió en mí Me llamo Patricia Duar Ugalde. Nací en San Pedro de Poás de Alajuela. Mis papás se llamaron Rodrigo Duar Palavisini y Maya Ugalde Cortés. Realmente, mamá se llamó Josefa Ángela. Nací el 16 de mayo de 1949. Desde chiquititos nos criamos en San José. Fui a la Escuela Juan Rafael Mora, ubicada cerca de la calle 20, hasta segundo grado. Luego me trasladaron al Conservatorio Castella, donde me gradué. Recuerdo cuando en la escuela, don Nico Baker, montó “El Pájaro A zul” y llevamos l a p u e s t a a N i c a r a g u a y E l S a l v a d o r. Fue mi primera experiencia turística, bien interesante. Por primera vez pude comparar lo que era mi país con los otros. Por ejemplo, al ir al Palacio de Gobierno de Nicaragua vi cómo estaban varios hombres armados con bayonetas y en El Salvador, para que no nos asaltaran, se montaron hombres armados atrás y delante del autobús, y esto me impactó mucho. En secundaria, me pasaron con las monjas. Me gradué del Colegio María Auxiliadora, que estaba ubicado en barrio Don Bosco.

Camilo Rodríguez Chaverri

53


M i padre, R odr igo D uar, fue contador ; mi madre, Maya Ugalde, ama de casa. Tengo dos hermanos menores, una hermana llamada Rita María, que es abogada, y un hermano, Rodrigo, que es administrador. Mi papá trabajó con Alex Murray por años. Exportaban café a Inglaterra. Por muchos años tuvo que ver con el registro de marcas de fábrica. Aún es de lo que se mantiene hoy. Mi hermano y mi hermana ven la empresa. En la Universidad de Costa Rica estudié varios idiomas, saqué mi bachillerato en enseñanza de inglés y dos años más de carrera de francés. ¡Me encantaban los idiomas! En la casa siempre hubo inclinación por el inglés. En 1970, empecé en el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) como recepcionista. Yo , a d e m á s d e e s t u d i a r, f o r m a b a par te del coro de la U, era soprano en el c o r o d e l a U C R , y f u i b a i l a r i n a d e l I C T. Todavía hoy tengo queridos amigos del coro. Éramos como ochenta. Viajábamos por todo el país haciendo conciertos en las iglesias. Era un grupo grande, con un repertorio muy clásico de música sacra. También un poco de música no tan sacra, más popular… Recuerdo que fuimos a Limón, Liberia, Golfito, San Isidro de El General, Puntarenas… De verdad que anduvimos por todo el país. 54

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Con el grupo folclórico de baile también viajábamos. Íbamos a ferias internacionales, como por ejemplo a Ecuador, Panamá, Colombia, Nicaragua. Éramos como cinco parejas: ´Coqui Bello´, Álvaro Conejo, “Coqui” Sauma, Rodrigo Mora, José Rodríguez y algún hombre más… En cuanto a las mujeres, éramos Norma Delcore, Libia Pacheco, Ana Volio, Viqui Ramírez, mi hermana Rita María y yo.

Mis primeros pasos en el turismo Uno de los muchachos con que bailaba, José Rodríguez, me dijo que su prima, Pilar Rodríguez de Nahrgan, se iba a casar y que necesitaban a alguien que hablara inglés. Aunque yo no sabía mucho de mi país, por lo menos para ser una orientadora, no le tuve miedo al reto. Pilar en un librito me apuntó lo que había aprendido por diez años: los horarios de los buses, los tours. Tuve que aprenderme el horario del bus que iba hasta el Volcán Iraza. Debí aprender a leer el mapa al revés y tenía que ubicar los lugares de interés. Al revés porque, en una mesa, estás frente al turista, le tenés que poner el mapa en posición de lectura para él y saber exactamente dónde está cada lugar. En esa época, me sabía los itinerarios de los trenes, los parqueos para las casas móviles… En ese Camilo Rodríguez Chaverri

55


tiempo, el tráfico de México hacia Costa Rica era en caravanas, andaban en casas móviles. Yo necesitaba saber de datos como que si los parqueos tenían las instalaciones para agua, gas, duchas, etcétera. Trabajé allí del año 70 al año 74. Éramos como cuarenta y dos empleados. Estaba recién creada la ley de pensionados. El lema era “Costa Rica, Jardín de las Américas”. De ahí, me fui durante un año con una beca a FIU, donde me gradué con un máster en administración hotelera. En el año 75 volví para trabajar en servicios turísticos, con Carlos Lizama, que venía llegando de su natal Chile, donde ocupó el cargo de ministro de Turismo. Allí estuve por poco tiempo, ya que Chale Lara, quien fue el primer presidente ejecutivo del ICT, inició la primera campaña promocional en los Estados Unidos, y me ofreció estar en la oficina y manejar las consultas y las respuestas. Casi todos los anuncios tenían una ventanita para que la gente apuntara nombre, dirección, lo que le interesaba… Cada anuncio tenía códigos. Todo eso se manejaba con manual. Entre el año 76 y el año 77 estuve viviendo cortitos períodos en Miami. Estaba de acá para allá y de allá para acá. En el año 78, durante todo el año, me fui con una beca a Italia, para estudiar Planificación Turística. 56

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


La universidad estaba en Viterbo. Era un curso muy interesante. Estaba dirigido al Tercer Mundo. Lamentablemente así nos llamaban y nos siguen llamando. En ese curso, conocí a gente de Brasil, Argentina, Colombia, Uruguay, Nicaragua... Tuvimos que corregir al profesor y que no llamara a nuestros países como países tercermundistas, sino en vías de desarrollo. Mis compañeros tenían todos títulos universitarios, algunos hasta eran directores de turismo. Aprendí muchísimo a partir de sus experiencias. Yo regresé en el año 79 y estuve de jefa de congresos y convenciones. Elaboré un manual sobre congresos y acontecimientos. Además, trabajé en servicios turísticos, en un manual de categorización hotelera. También hice un calendario de actividades en el país, fiestas en los pueblos, días de Santos… Lamentablemente nunca conseguía una cartelera cultural anticipada, ni los museos ni los teatros la daban, nadie daba esa información. Tuvimos las campañas cooperativas en el exterior que trabajaban de la siguiente forma: si era con un tour operador, la empresa aportaba, la aerolínea también y el IC T. Al final, lo que ocurría es que se multiplicaba el dinero, y se lograba vender producto directamente. Nuestra presencia en el exterior hacía que todo Camilo Rodríguez Chaverri

57


fuera mucho más efectivo. Salíamos en los mejores medios del sector turístico.

Al inicio el turismo era muy limitado Cuando empecé, el turismo era limitado. Se recomendaba mucho el viaje a Puntarenas en tren o el viaje a Limón en tren, que duraba seis horas,, pero no había hospedaje decente e n L i m ó n . Yo l e s r e c o m e n d a b a q u e s e bajaran en Siquirres y se devolvieran en bus. Recomendábamos la visita al Museo Nacional, el Teatro Nacional, el Mercado Central, el Volcán Irazú y el Volcán Poás.. Fue así hasta el año 87. Trabajábamos con campañas cooperativas. El presupuesto de mercadeo era el más grande de la institución, pero también era la caja chica del presidente del ICT y de la Presidencia de la República. Era muy frustrante firmar documentos con los que yo no estaba de acuerdo. Qué sé yo… El gobierno había dado una fiesta para 300 personas, el ICT la pagaba, luego teníamos que justificarlo nosotros buscando nombres hasta de la guía telefónica. Había que inventar nombres, hasta llegar a por lo menos 150 personas. Si no, no lo aprobaba el auditor, que era lo más recto e íntegro que ha habido en la vida, don Juan de Dios Umaña.

58

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Yo le decía, vea, don Juan, vea, necesitamos hacer este gasto de veinte mil dólares, la orden viene de la presidencia, yo sé que no se puede, dígame cómo le entramos… Al final, él me ayudaba.

En Los Ángeles Pedí que me trasladaran al exterior ya que teníamos oficina en París, Los Ángeles y Miami. Don Roberto Lobo, quien era el presidente ejecutivo, me ofreció un campo de asistente en Los Ángeles. Le dije que si me quería botar, me botara, pero que no me ofreciera algo menor a lo que yo ya era. Aún así me fui a Miami y fui la asistente de Roberto Morales. Después él fue mi subalterno en ACOPROT, la Asociación Costarricense de Profesionales en Turismo. Él fue el gerente, cuando yo fui la presidente. En Miami éramos tres personas. Nos tocó ser muy creativos. Trabajábamos en todo desde el chofer, el mandadero, hasta los encargados de hacer las presentaciones de Costa Rica. Mi territorio de acción estaba compuesto por los Estados de Texas, Nueva Orleáns y Puerto Rico. Lo que teníamos que hacer era estar promocionando al país, sobre todo con los mayoristas, y, por supuesto, íbamos adonde nos pidieran hablar. Teníamos que participar en actividades promocionales, shows y cosas así. Camilo Rodríguez Chaverri

59


Estuve en estas labores desde el año 87 hasta el año 90. Luego empezaron a cerrar oficinas. Por ejemplo, cerraron la de Paris y la de Los Ángeles. Lo q u e q u e r í a n e ra q u i t a r n o s, p o rq u e decían que los puestos de Roberto y el mío eran puestos políticos. Roberto tenía unos siete u ocho años y yo tenía veinte años de estar en el ICT. Nuestros salarios eran buenos salarios por la antigüedad en nuestros puestos. Trataron de meter gentes que ni pudieron con el trabajo que había, ni se acomodaron con el salario o los viáticos. La secretaria, Cecilia Luna, se quedó un año más porque los nuevos no podían manejar la oficina. Ahora, ella tiene una empresa mayorista, Zurquí Travel, que trae grupos de ticos. Es una empresa muy dirigida a un mercado muy latino. Trae muchos nicaragüenses, salvadoreños y ticos. En algún momento, tuvimos hasta cuatro personas más por lo que la oficina se convirtió en un centro de distribución de material, de acopio de información. Por unos cinco años debimos haber sido lo más instrumental del ICT como brazo fuera del país. Por ejemplo, logramos hacer muchas actividades con LACSA.

60

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Del ICT a LACSA Cuando nos botaron, LACSA me adoptó allá mismo. Seguí en Estados Unidos. Me quedé en el depar tamento de ventas de LACSA durante tres años. Allí no era sólo vender Costa Rica, era pensar en la región. En el momento en que LACSA pasó a ser parte de TACA, seguí con TACA en el departamento de Desarrollo de Producto, hasta el año 99. Trabajé con ellos desde el año 87 hasta el año 99, o sea, que estuve doce años con LACSA y TACA. Soy una persona muy estable. En algún momento, soñé con ser aeromoza, p e ro m i p a p á j a m á s m e l o p e r m i t i ó. M e decía que las aeromozas eran las sirvientas de los aviones. La verdad es que fue muy glamoroso, aunque ahora no lo es tanto. Hasta el 98 o inicios del 99, trabajé con TA C A . C e r r a r o n e l d e p a r t a m e n t o d e Desarrollo de Producto, por lo que me fui con una mayorista que vendía buceo a América Central, principalmente a Belice y Costa Rica. Estuve manejando un programa muy interesante con la tarjeta Visa. Se vendía paquetes completos a todo Centroamérica, en combinación, BeliceCosta Rica, Honduras-Costa Rica, HondurasGuatemala. Pero los que más se vendían eran los paquetes que integraban a Belice y Costa Rica. Camilo Rodríguez Chaverri

61


Pasé un año volando mucho. Lamentablemente ese era el tipo de vida de mercadeo y ventas. Durante uno de esos viajes, en 1998, mi papá murió. Yo estaba en Houston, Texas, y pasé tres horas tratando de montarme en un avión para venir a enterrarlo. Tuve que correr mucho en Miami. Gracias a Dios pude llegué llegar. Decidí que ya no iba a hacer más vida de “gitana” y al siguiente año me vine para Costa Rica.

No más vida de gitana Estuve seis meses de vuelta en el ICT. En ese momento, el presidente de la institución era don Eduardo León Páez, y me llevó como asesora. Nuevamente trabajé durante seis meses en mercadeo y promoción. Cambió mi vida radicalmente. Me fui con mi mamá, mi hermana y mi sobrina, Rebeca, a vivir a una quinta que está carretera a Guacalillo, por Orotina. Tuve que cambiar mis herramientas de oficina por herramientas de campo, como palas y picos. Mi prioridad nunca fue el matrimonio. Sí estuve por casarme, pero no fue algo que me quitara el sueño, ni los hijos, tampoco. Mis prioridades fueron viajar y estudiar. Los novios que tuve difícilmente me aguantaban que estuviera viajando tanto.

62

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Desde mis inicios, me ha tocado ser la única mujer en muchas actividades: fui la primera mujer en ser presidenta de ACOPROT y por muchos años fui la única que tenía puesto de jefatura en el ICT. Hace dos años recibí la nominación para la presidencia de ACOPROT debido a que soy de las socias fundadoras. Cuando ocurrió el chasco de tener que andar corriendo para ver cómo acompañaba a mi familia en el momento de la muerte de mi papá, yo decidí darme un año sabático para estar con mi mamá. A los tres años de estar ahí, en Orotina, las cuatro, mamá, mi hermana, mi sobrina y yo, dándonos una vida diferente, en el campo, le encontraron un cáncer gástrico a mamá. Duró sólo cinco meses. Gracias a Dios no sufrió. Casi ni se enteró. No tuvimos ni que darle morfina. Tuvo calidad de vida en esos tres años en que vivimos con ella. Todavía tenemos la casa de Orotina. Se hizo una casa demasiado grande. La casa parecía un hotel, siempre había primos, familiares, amigos… Fue fuerte lo de mi mamá. Pero tenía que reponerme para seguir adelante, en la vida. Me vine para San José. Estuve en el Club Unión como directora de mercadeo, pero mis funciones como presidenta de ACOPROT no me permitieron seguir. ACOPROT me demanda mucho tiempo. Camilo Rodríguez Chaverri

63


Fundamos ACOPROT En el año 82 fundamos ACOPROT. Como éramos recién llegados, como éramos cinco graduados en el exterior, se nos ocurrió que debíamos darle un nivel, una categoría, y presentar servicios interesantes. ACOPROT ya va a cumplir 25 años de fundada. En el año 84 hicimos el primer Expo Tour. Era prohibido decir que estábamos en Centroamérica porque la zona estaba en medio de guerras. Nosotros decíamos que éramos parte del Caribe. De hecho, fuimos parte de la Asociación Caribeña de Turismo y la Asociación Caribeña de Hoteles. En el año 84, cuando hicimos el primer Expo Tour, lo que pensábamos era traer a los mayoristas. Íbamos al exterior a convencer a los mayoristas de que Costa Rica era muy lindo. Si lo ven, lo adoran; si lo llegan a conocer, lo aman. Así pensaba yo. Nunca pensamos en el año 84 que Expo Tours se convirtiera en lo que es, la primera ventana de promoción de Costa Rica. Para mí, el turismo ha sido un modo de vida. He descubierto que para mí es muy satisfactorio poder hablar de Costa Rica y hacerlo con tanto orgullo. Nunca pensé que el turismo iba a ser una actividad tan fuerte dentro del país y dentro de mí. El turismo se metió en mí, se apoderó de mi corazón y de mi vida, y logré hacer carrera.

64

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Limitaciones para las mujeres… Siento que las limitaciones se las puede poner una misma. Nunca imaginé que podía llegar a escalar posiciones dentro del ICT. Es cierto que sufrí acoso por parte de algunos hombres y mucha gente ha dicho que he escalado posiciones por favores sexuales. Aún entre las mismas mujeres existe esa creencia. Pero una se da su lugar y no hay quien pueda con una mujer que dice no. Olvídate. Que hay limitaciones, posiblemente, pero una también se las pone. Por limitaciones, tenemos cientos de excusas, pero lo mejor es ponerte metas y salir a conseguir cómo alcanzarlas. Creo que, en este momento, es mucho más fácil. En el pasado era más difícil. Ahora, el haber estudiado afuera hace que una asuma los retos de manera diferente. Creo que afuera una entiende mejor que las oportunidades están para todos. ¿Qué le falta al turismo en Costa Rica? Una política de Estado que estimule realmente las iniciativas privadas. El gobierno no le ha puesto de esa manera la mano al inversionista extranjero. Hay que acabar con tanto trámite. Hay que facilitar las circunstancias y crear condiciones. Urge mejorar la infraestructura vial y la aeroportuaria, así como dar las herramientas al ICT y los fondos para que sea una institución proactiva, que enlace esfuerzos de varios sectores o de varias empresas. Camilo Rodríguez Chaverri

65


Y por parte nuestra, hay que ser responsables. Tenemos que saber cuidar la naturaleza, respetarla, educarnos y que no seamos generadores de tantísima basura. El turismo es mi gran pasión y mi vida. Quisiera que cada día, todos y todas aportemos muchísimo más para que mucha gente venga a conocer este lindo país que tenemos.

66

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Marilena Zúñiga Enamorada del turismo Me llamo Marilena Zúñiga Jiménez. Nací en la Clínica Bíblica, en San José, el 24 de enero de 1943. Soy hija de Álvaro Zúñiga Quijano, quien murió a los 53 años en un accidente, y de Ana Isabel Jiménez Montealegre, quien actualmente tiene 90 años. Somos tres hermanas: Anabel, Lorena y yo. Anabel es la mayor, fue profesora de la Universidad de Kansas como por 35 años. Todavía vive allá. Lorena está divorciada, estuvo casada con Rolando Laclé Castro, un político muy reconocido, y vive en Costa Rica con sus cuatro hijos. Mi papá fue el primer distribuidor que hubo en Costa Rica de la Westinghouse. Después trajo la línea aérea Boag, y fue el representante de esa empresa por muchos años. Luego montó una fábrica de acero en Nicaragua. Ahí fue donde tuvo el accidente, viniendo para Costa Rica un fin de semana. Mi mamá nunca trabajó. He ahí la salud que tiene, ja, ja, ja. Siempre ha sido una persona muy feliz, muy sociable. Empecé la escuela en el kínder de doña Hermidita Gallegos, que estaba ubicado en el Parque Morazán. Tenía como compañero a ´Caqui´ Campabadal, Camilo Rodríguez Chaverri

67


quien fue mi primer novio. Me tenía horror porque me le lanzaba a darle besos. Isabelita Campabadal fue mi gran amiga. Después, estuve en la Escuela República del Perú. Fui compañera de Lorena Clare, la ex primera dama de la república. Al poco tiempo, me fui para Miami, Estados Unidos, y allá estuve en una academia. Se llamaba Sunshine Academy. Fue que a mi mamá la nombraron Cónsul General de Costa Rica y nos fuimos para allá. Posteriormente me pasé a Inmmaculate Academy, donde me gradué. Luego me fui a estudiar a Sharon Williams Comercial Collegue, donde estudié Secretariado, Economía y Finanzas durante cuatro años. Todas las vacaciones las pasé siempre en México, país al que quiero mucho, Mi mamá era feliz en ese lugar. No volví a Costa Rica sino hasta que conocí a mi marido, en un avión.

El amor de mi vida Yo lo vi y me encantó. Él pasó por el pasillo y con el dedo me dijo, “con esos ojos me caso”. Yo tenía 17 años y él, 28. Yo acaba de salir de Sharon Williams Commercial College. Lo conocí el 28 de diciembre y el 31 de diciembre me dio el anillo en el baile de fin de año. Murió hace 34 años y 68

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


soy mujer de un solo hombre. Se llamaba Carlos Manuel Pacheco Sánchez. Era primo hermano del presidente Oscar Arias Sánchez. Yo puedo formar a mi marido con la cara de mis tres hijos. Se forma el retrato de mi marido con la cara de ellos. Siendo novios, me escribía poemas en la finca. Recuerdo uno. Te lo voy a decir. “Mi mujer, la mujer completa, que como una vaca vegeta y espera a su macho, como lobo a su presa, pero que siempre expresa, el amor a su titán”. Todavía los recuerdo. Fuimos novios durante tres meses. Era ingeniero agrónomo y piloto. Murió en la Hacienda Taboga, cuando iba a aterrizar. Vivía conmigo en la hacienda Zapotal, en Miramar de Puntarenas. La hacienda es de los Sánchez, de la mamá de Oscar Arias y de la mamá de él, así como de los tíos Sánchez, Edgar, Milton y Julio. Lo llamaron ese sábado por la mañana, para que fuera a dejar la plata del pago de las planillas y no regresó. Fue un 3 de noviembre. No puedo olvidar ese sábado… Teníamos seis años y medio de estar casados. Ser viuda es la condición más honorable de una mujer. Carlos Manuel fue una persona muy especial. Era muy alegre. Era como es mi hijo Álvaro. Álvaro tiene 35 años. Tengo dos hijas, Luisana, de 38 años, y Maricruz, de 40. Camilo Rodríguez Chaverri

69


Álvaro tenía un año cuando murió Carlos Manuel. Para el día del padre, siempre me da regalo. Por ejemplo, en uno de esos regalos, en un libro, me escribió esta dedicatoria: “para mami, el mejor papá de todos…” Mientras vivimos juntos, mi marido estaba haciendo la finca, sembrándola de caña. Vivíamos montados en un tractor. El día antes del día de San Carlos, estábamos cocinando para hacerle una fiesta, ya que los dos nacimos en enero. Ese día se fue y me dijo que regresaba antes de las diez de la mañana. Al poco tiempo escuché en las noticias de Radio City que había caído una avioneta en el campo de aterrizaje y, pensé. “pobrecito Carlos Manuel, por eso no ha vuelto”. Al rato volvieron a dar la noticia y dieron el número de matrícula, además del nombre del piloto. De esa forma me enteré de la tragedia. Al mismo tiempo, Maricruz cayó de una hamaca y se quebró el codo. Creo que fue en el preciso momento en que murió su padre. Del entierro, lo único que recuerdo es que empezó a llover, y a llover, y a llover. Me senté en la tumba, y llovía muchísimo. La muerte de Carlos Manuel todavía me golpea. Yo me comunico con él todo el tiempo, pero la que más comunicación tiene con él es Maricruz. Maricruz lo llama a todas horas. 70

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Para el día de la boda de mis hijos, Carlos Manuel estuvo presente. Llegaba con su olor. Yo le dije a mi hijo, ´esta siempre será su casa y le di la bendición´. De inmediato, estalló un olor, hasta el punto que la nana, Carmen Sibaja, que fue la nana de él y que trabajó 40 años conmigo y se acaba de pensionar, me dijo, “aquí está don Carlos, este es el olor de él”. El día que Alvaro se casó, el olor se expandía por toda la casa. Tuve que ir hasta donde Sor María Romero porque Carlos Manuel no se despegaba de la casa. Caminaba por donde yo caminaba. Yo veía las dos sombras, la de él y la mía. Sor María vino a la casa, me sentó con un rosario que me puso en el pecho , empezó a rezar por toda la casa, a pedirle que tuviera tranquilidad, y a contarle cómo era que él había muerto. Seguramente él andaba penando. Llegó con un montón de novicias que rezaban por toda la casa, hasta que de un momento a otro, sonó como un estruendo, como si el techo se hubiera desprendido. Ella me dijo, “puede estar tranquila, ya él descansó, pero eso sí, usted siempre tiene que prender velitas blancas, para que Dios le dé luz”. Decía Sor María que la persona que muere en un accidente no lo entiende. La noche antes de morir, pasó muy ansioso. Se dormía y se despertaba. Me decía a cada rato, “toda Camilo Rodríguez Chaverri

71


la noche he soñado con papá”. Su papá tenía tres meses de muerto. Esa mañana, cuando él se fue, llamó don Julio, el tío, para que le fuera a pagar las planillas. Pasó por la ventana donde estaba yo, y me tiró un beso. Antes de salir, me pidió que me persignara y que lo persignaran los hijos. Presintió su muerte. Murió el 3 de noviembre de 1972. A Maricruz, un día se le metieron a robar. Ella tiene una foto de él en la cocina y le reclamó, porque le robaron el aguinaldo, el nebulizador y un montón de artefactos. Para mí, la mortificación era el aguinaldo y el nebulizador. Ella le reclamó a su papá, viéndolo en la foto. Al ratito, sintió que le decía que fuera por la cancha de tennis, salió y ahí estaban el nebulizador y la plata. Recuerdo que fue un 22 de diciembre.

Las vueltas que da la vida E m p e cé a t ra b a j a r co m o s ecretar ia de administración en el Colegio Lincoln, donde estaban mis hijos. Trabajé ahí diez años. Luego, me fui a trabajar con don Omar Dengo Obregón, en el Banco Divisas de Centroamérica, hasta que un día nos asaltaron en el banco. Creo que fue el primer asalto bancario que hubo en el país, con pistola y todo. 72

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Andaba con el anillo que me dio Carlos Manuel. Del susto, donde vi al ladrón, me metí en anillo a la boca, para que no me lo robara. Preferiría tragármelo a que me lo robaran. Preferiría ahogarme. Cuando era niña, trabajé en el Hotel Costa Rica porque mi abuelo Luis Paulino Jiménez fue el fundador, además de ser el fundador del ICT. Fue médico de profesión y trabajaban con la United Fruit. Allí se dio cuenta que se necesitaba alojamiento para los señores de la United, por lo que fundó el Hotel Costa Rica. Después de que salí del banco, me fui un año de cónsul a los Estados Unidos para que mis hijos practicaran el inglés en Palm Beach, Miami. En ese año, hice cursos de marketing. Francisco Escobar Crespo estaba en ese momento inaugurando el Centro Comercial del Sur. Trabajé con él como ocho meses. Después me fui al Hotel Costa Rica.

Primeros pasos en el turismo En ese entonces era de mi mamá y de la mamá de Luis Manuel Chacón. Ahí trabajaba mi hermana Lorena. Rodolfo Jiménez Borbón era codueño. Empecé en el año 78 a trabajar en el área de mercadeo. En el 77 hubo momentos en que no había un solo huésped, pero al poco tiempo amanecían dieciocho cuartos ocupados de los cien cuartos que tenía. Camilo Rodríguez Chaverri

73


Vienen la crisis de Carazo y la revolución sandinista, y empecé a hacer marketing en Europa. Tenía buenas relaciones con Iberia. Nosotros fuimos los que firmamos el convenio de cooperación por primera y única vez. En ese entonces, Iberia tenía un solo vuelo de Costa Rica. Pasaba por Santo Domingo, en Santo Domingo se bajaban todos los turistas y el avión se venía sin turistas. Luego de un convenio de cooperación entre el gobierno de Costa Rica y el gobierno de España, todo se consiguió más fácilmente. Yo le propuse a Paco Ramos, el gerente de Iberia en Costa Rica, que necesitaba promover nuestro país. En el año 83 las ganancias eran de 58,8 millones, ahora son de 1600 millones. La primera vez que fui a España me enteré que venían 365 turistas por año, es decir, uno por día. Cuando me vine, le dije a Carlos Lizama, “tenemos que hacer una ventana al mundo, como lo hace Cuba”. Entonces fue cuando empezamos a programar.

74

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Yo quería que se enamoraran de Costa Rica Al poco tiempo se dieron cuenta que el turismo español en Costa Rica ya estaba creciendo en el mercado. En Cuba Tours, había conocido a don Juan Aguilar, el gerente general del hotel Princesa Plaza de Madrid. Le propuse que nos diera el hotel gratis, y que yo le hacía un festival gastronómico, de una semana, con comidas costarricenses. El trato era que me hacía cargo de hacerle el festival, y que ellos nos dieran el hospedaje gratis, que él podía cobrar pero me tenía que dar una mesa, para invitar yo a agentes de viajes para poder promover mi país. Una noche llevaba a gente de Iberia y otra noche a gente de Meliá, a banqueros, y a gente de agencias de viajes. Don Juan Aguilar quedó encantado con el festival gastronómico. Iberia me regaló los tiquetes ese año, y me llevé a Marfil. Hablé con Carlos Salazar, gerente del Cariari, porque ya no me alcanzaba con los cuartos del hotel Costa Rica y empezamos a llevarlos al Cariari. También hablé con Skytours y el hotel El Ocotal, para tener playa. También vinculé a Cristina León, dueña de una agencia de viajes y así empezamos a promover a Costa Rica como país. Habilitamos un carro del tren de Limón. Allí invitaba a los agentes de viajes y a través del Camilo Rodríguez Chaverri

75


convenio de cooperación que firmamos con Iberia, que nos permitía contar con ocho grupos de agencias de viajes al año en Costa Rica, se empezó a conocer a nuestro país. En el viaje del tren les servíamos frutas. Nos acompañaban grandes grandes comerciantes como José Carlos Lacasa, dueño de chocolates Lacasa, al que le gustó tanto que empezó a contratar grupos de viajes de incentivo para los mejores vendedores de la empresa. Así fue como se iniciaron los viajes de incentivos a Costa Rica. Pasé muchos años promoviendo Costa Rica. Se renovó el convenio por cuatro años, después no quisieron volver a renovarlo. Pasé diez años, del 78 al 88, en el hotel Costa Rica. Fue cuando lo vendieron. Me quedé un año más, hasta que le diéramos el finiquito. Me despidieron hasta con mariachis. Yo lloré mucho.

Recuerdos de antaño Siempre recuerdo cuando de quince años, íbamos de paseo a México. En México estaban muchos estudiantes de Medicina. Recuerdo a los gemelos Campos, los gemelos Ferraro, Federico Sobrado, Manfred Amrheim y al veterinario Arturo Enrique Echandi. Ibamos a un barcito donde cantaban Agustín Lara y Chavela Vargas. 76

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


La señora daba una vuelta con una enagua muy ancha y empezaba a cantar, “ponme la mano aquí, macorina”, ¡qué cosa más divina! Al poco tiempo de salir del hotel, empecé a trabajar en Barceló. Durante seis años, antes de que el hotel se vendiera, yo fui todos los años a ver a don Gabriel Barceló, a la feria de FITUR, Feria Internacional de Turismo. Iba y le preguntaba a don Gabriel que si ya estaba listo pata invertir en Costa Rica. Siempre recibí la misma contestación, “no, directora, estoy invirtiendo en Punta Cana, en República Dominicana”. En 1987, Oscar Arias se ganó el Premio Nobel de la Paz. Como es padrino de mi hija Luisana, aproveché y le pedí tres cosas: que cuando él fuera a recibir el Premio Nobel, visitáramos Iberia, para pedirle aumento de vuelos a Costa Rica. Aceptó. Fuimos y lo concedieron. La segunda petición para Óscar es que me aceptara tener un almuerzo con gente que invirtiera en Costa Rica. Accedió también. Entre los invitados estaban el presidente de Meliá y el presidente de Barceló. La tercera petición era que invitara a don Gabriel Barceló y a Gabriel de Meliá a venir a Costa Rica, y que me hiciera el favor de recibirlos y pasearlos por Costa Rica. Estaba seguro que si venían a nuestro país se iban a enamorar. Así fue. Mirá cómo los dos invirtieron aquí. Camilo Rodríguez Chaverri

77


Barceló Empecé a trabajar directamente con Barceló, mientras trabajaba en el hotel Costa Rica. Fui a una promoción en Alemania, don Gabriel Barceló me llamó y me invitó a ir a Palma de Mallorca, para que hablara con él. Fui con Doris Falconer, mi gran amiga, que trabajaba en el Instituto de Turismo. Fue cuando don Gabriel me ofreció trabajo. Tuve que pasar un examen, un examen terrible. Trabajé en Barceló 15 años. Mi cargo era de Directora Internacional de Ventas de Barceló, de Costa Rica para el mundo. Comencé a traer turismo de todo el mundo, y empecé a viajar por todo el mundo. Algo muy importante para mí fue el haber inaugurado el hotel San José Palacio con un 85 por ciento de ocupación. Después de quince años, ya quería lo que nunca había hecho con mis hijos: disfrutar tiempo con ellos. Ahora dedico más tiempo a mis nietos. Maricruz es soltera, Alvaro tiene dos chiquitas, y Luisana tiene tres. Tengo cinco nietas y un nieto. Nunca en mi vida he ido al doctor. Nunca he estado en un hospital. Nunca he tenido que hacerme nada. Bueno, lo único son unos anteojos para leer, gracias a Dios.

78

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Creo que es porque he sido muy feliz en mi vida.

Camilo RodrĂ­guez Chaverri

79


María Amalia Revelo Raventós El turismo y la hotelería son mis pasiones Me llamo María Amalia Revelo Raventós. Nací el 18 de agosto de 1955 en San José. Soy hija de Fernando Revelo Sáenz, quien ya falleció en el año 97, y de Nelly Raventós Coll. Papá tenía una farmacia en los bajos del teatro Raventós, hoy conocido como Melico S a l a z a r. E r a u n a p e r s o n a m a r a v i l l o s a : Mi mamá tiene 91 años. Es ama de casa. La familia funciona alrededor de mi mamá. Somos tres hermanas. Mi hermana mayor se llama Ligia, y mi hermana menor se llama Lilliana. Crecí en Barrio Escalante. Recuerdo cuando se podía andar en bicicleta, en patines, jugar bola, jugar “llamo”, escondido y otros juegos tradicionales. Era un barrio muy lindo. Yo tenía muchos amigos y amigas. Siempre en las vacaciones inventábamos hacer el famoso club con todas las tablas viejas que nos encontrábamos en los cafetales. Ahí crecí muy feliz, en un hogar muy estable, con unos papás maravillosos. Estuve en la Escuela Angloamericana. Aún hoy día tengo amigas de esa época, como Victoria Andreoli, Anabel Hitt y Patricia Loría. 80

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


En el colegio Saint Clare también tuve grandes amigas, como Victoria Anglada. Era buena estudiante y participaba en muchas actividades. Recuerdo que teníamos un trío llamado Saint Clare de guitarra, con Livia Jiménez y Gabi Echeverría. También estaba con Lil Mena en el periódico del colegio. Fue una época bastante revolucionaria porque la directora del Saint Clare era muy de avanzada y nos dio el gobierno del colegio por dos años, lo que funcionó de maravilla. Siempre fui muy activa. Era la presidenta de la clase, estaba en el club de periodismo, teníamos el trío y participé muy activamente en el movimiento de encuentros de promoción juvenil. Los organizaba un padre que se llamaba José María. Había un ambiente muy espontáneo, una religiosidad y una alegría muy del día a día. De ese movimiento tengo un grupo de amigas que todavía nos reunimos: Olga Redondo, María Marta Pacheco y María Cecilia Matamoros.

Estudié Estadística Entré en 1973 a la Universidad de Costa Rica a estudiar Estadística. Fue una época muy activa. En la universidad se sentían los aires de ALCOA y ya pronto llegaría la Revolución Sandinista.

Camilo Rodríguez Chaverri

81


En la universidad, continué participando en el movimiento de encuentros de promoción juvenil. A los 19 años comencé a trabajar en Lacsa, haciendo encuestas a bordo. Me tocaba irme en los vuelos a Caracas, a repartir encuestas. Como el vuelo hacía escalas en Panamá, en Barranquilla, en Maracaibo y llegaba a Caracas, yo repartía mis papeles antes de que empezaran a servir tragos y comida. Estudiaba de noche. Las clases de Estadística eran de cinco de la tarde a diez de la noche. A los 20 años de edad, me casé con Guillermo Martí Volio, economista agrícola, pero a él no le gusta que le digan que es economista agrícola, ya que se ha dedicado a tener fincas toda su vida. Muy jovencito, compró fincas, y a eso se ha dedicado siempre. Tiene lecherías, y siembras de frijoles y de arroz. Luego de casarme, seguí trabajando y estudiando. Tuve tres hijos, Felicia, quien actualmente tiene 28 años; Marcela, de 26, y Juan Carlos, de 20 años. Ellos son lo más lindo que me ha pasado en mi vida. Son tres hijos maravillosos. Recibí mi bachillerato en Estadística antes de que naciera Felicia, mi hija mayor. Como al año de estar en Lacsa, pasé a ser jefe de Estudios Estadísticos dentro del Departamento de Planificación Comercial, área encargada de realizar las estrategias de ventas, la asignación 82

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


de cuotas de ventas, los estudios de mercado para apertura de rutas y el análisis para cambio de flota. Yo era muy joven, pero aún así me encargué de ese departamento, y conocí desde el Bac 1-11 y el Boeing 727 hasta el Airbus. Estuve en todos los cambios de flota. En treinta y dos años que llevo de trabajar, veintitrés años los he dedicado a la aviación, y nueve años a la hotelería, el ICT y todo lo demás.

Fiesta y mercadeo turístico Seguí en el área de planificación hasta que me dieron la gerencia de Mercadeo. Mi último puesto en Lacsa fue el de directora de Mercadeo y Ventas. Fue en el año 91, cuando tenía 35 años. Recuerdo que estaba a cargo de todas las estaciones de Lacsa y me tocó abrir Perú, Ecuador y Chile, es decir, me tocó toda la expansión de Lacsa a Sudamérica. En el año 91 me divorcié. Se complicó la relación porque viajaba muchísimo. Me quedé un año más en Lacsa porque quería estar más con mis hijos. Quería tener más tiempo para ellos y tener un cambio.en mi vida. Al poco tiempo, Rubén Pacheco me ofreció ir a trabajar con él como vicepresidenta comercial en el hotel Fiesta, que estaba apenas expandiendo a su segunda etapa. Camilo Rodríguez Chaverri

83


Fue muy divertido porque un día me dice, “María, necesito alguien así como vos”, y yo le dije, “Don Rubén, ¿cuáles son las condiciones?, ¿se vale no viajar? ¿puedo traer alguien que trabaje conmigo y que sea la persona que viaje?” Aceptó estas condiciones, y me traje a Roberto Oreamuno que trabajaba conmigo en Lacsa. Realmente fue una época en que pude estar más con mi familia. Viajaba relativamente poco, como dos veces al mes, no todas las semanas, como antes. Fue una época muy bonita. Aprendí mucho de hotelería, de mercadear un hotel en el exterior. También hice paquetes para costarricenses. Fue una época muy activa. Trabajé con Rubén tres años. Con Luis Guillermo Montero formamos el Comité de Mercadeo de Costa Rica. Fue como un comité que formamos con CANATUR para que el sector privado tuviera voz y ojalá voto en las decisiones de cómo mercadear el país como destino. Además, en ese tiempo apareció la famosa “Green Season”. Mi oficina estaba en San José, pero viajaba montones a la playa. Pasaba muchos fines de semana atendiendo gente. La ventaja es que fue una época muy bonita porque mis hijos podían disfrutar. Yo trabaja y ellos disfrutaban. Me los llevaba todos los fines de semana. Estuve en el Hotel Fiesta hasta noviembre del 95. En ese momento, el ministro Carlos Roesh me pidió 84

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


que me fuera con él para darle una asesoría en la parte de mercadeo turístico. Fue una época muy interesante. Se consiguieron muchos fondos para promocionar a Costa Rica como destino y por primera vez se hizo una campaña de clase mundial. Costa Rica no necesita de ingredientes artificiales. Lo bonito de esa campaña fue que vinieron equipos creativos de todas partes del mundo que crearon doce campañas. La empresa eligió tres de esas doce campañas, las cuales fueron probadas en el mercado de los Estados Unidos. Era nuestro público meta. Estuve tres años, hasta que se terminó el gobierno y me quedé sin trabajo. Durante mi paso por la función pública disfruté y aprendí mucho. A pesar de las trabas burocráticas, si se trabaja en forma profesional se pueden lograr grandes cosas. Por ejemplo, para las campañas cooperativas con el sector privado, nosotros fuimos a explicarle a la Contraloría General de la República de qué se trataba. Mi cargo era de asesora del ministro en el área de mercadeo. Tuve que explicarles por qué razón había que pasar de la publicidad de imagen a una publicidad de producto en conjunto con el sector privado. La Contraloría lo entendió. Las personas entienden que tenemos que ser eficientes y ser productivos con los recursos del Estado. Camilo Rodríguez Chaverri

85


Sueños y vuelos Cuando terminó el gobierno, puse una empresa de consultoría en mercadeo turístico, porque me di cuenta que había muchos hoteles pequeños y otros no tan pequeños que estaban trabajando en mercadeo y tal vez no tenían una guía de cómo invertir sus recursos y ser más eficientes y efectivos a la hora de utilizar su dinero. Entonces, yo les hacía el plan, les ayudaba con la estrategia de mercadeo. Luego, les daba una asesoría de cómo medir los resultados, cómo tener estadísticas para ver donde estaban siendo eficientes, y tuve bastantes clientes que son también gente con la que tengo buena amistad, por ejemplo, Punta Leona, Punta Islita, Sol Playa Hermosa y otros. En ese entonces, también trabajaba como direc tora ejecutiva de la Corporación de Mercadeo de Guanacaste, que se había creado por parte del sector privado para posicionar a Guanacaste como destino turístico. Allí estuve seis meses, y luego me ofrecieron la dirección de ventas de los hoteles Marriot para Costa Rica. Fue una etapa muy bonita porque viví el proceso de construcción y promoción de los Sueños Marriot. Empecé a trabajar para ellos en noviembre del año 98. Fue una gran experiencia. Aprendí un montón. Aprendí de lo que es trabajar en una cadena. 86

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Aprendí de los procesos que ellos tienen. Aprendí de la importancia de la consistencia en el servicio. Trabajando para Marriot, en octubre del año 2001 me llamó don Enrique Beltranena, de TACA, para decirme que tenía un puesto en TACA que tenía mi nombre y apellido, así como te lo cuento, ya que estaban creando la dirección de ventas de mercados vacacionales en TACA. Aunque me gusta mucho la hotelería, la aviación es mi pasión. Imposible decir que no. Actualmente estoy en TACA, en la dirección de ventas de cuentas clave y estoy a cargo de la relación con cuentas especiales, con la responsabilidad de la relación comercial con United Airlines, Iberia, Tam y Avianca. Además estoy a cargo del mercadeo vacacional y en el sistema a cargo de las ventas de TACA en Europa y Asia, y de las ventas de las agencias de viajes virtuales.

Mi etapa como abuelita Ahora me volví abuelita porque mis dos hijas están casadas. Felicia está terminando arquitectura, es administradora de empresas, se casó con Jorge Figueroa, abogado peruano, dueño del restaurant Chancai. Tengo dos preciosos nietos, Isabel, de dos años y medio, y Rodrigo, de diez meses. Ellos son lo más lindo que me ha pasado en la vida.

Camilo Rodríguez Chaverri

87


Marcela se casó este año, es doctora, médico, se está especializando en geriatría. Se casó con el doctor Federico Rubinstein, quien es odontólogo, especializado en tratamientos estéticos. Juan Carlos estudia aviación y diseño industrial en el Instituto Tecnológico. Estoy a dos materias de terminar la maestría ejecutiva del INCAE. Sacar esta maestría ha sido uno de los sueños de mi vida. Me lo había propuesto para cuando mi hijo menor tuviera 18 años. He estudiado mucho pero también he disfrutado mucho y he sufrido mucho. No importa. Así es la vida. He vivido plenamente.

88

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Lorena González Me apasiona el turismo Me llamo Lorena González Córdoba. Nací el 15 de febrero de 1940, en Santo Domingo de Heredia. Mis papás se llamaron Adrián González Camacho y Julita Córdoba Vargas. Viví mis primeros nueve años en Santo Domingo de Heredia, un pueblito precioso. Soy una niña del 48. Tenía ocho años para el tiempo de la Guerra Civil. Vi la revolución desde que empezó. Me acuerdo perfectamente de las elecciones del 44. Recuerdo que participe en la Huelga de Brazos Caídos con mi papá. Aunque parezca mentira, al lado de mi papá oculté combatientes, guardé radios, y hasta fui al Desfile de la Victoria de Liberación Nacional. Antes, participamos en la campaña de Otilio Ulate, muy activamente, porque mi papá era primo hermano de don Otilio. Mi papá es de una familia de comerciantes, los González Camacho. Mi tío Miguel Ángel y mi abuela vivían en Barrio Otoya. Ahí conocí al doctor Calderón Guardia, y a don Ricardo Toledo, el abuelo de Ricardo Toledo el ex diputado y ex candidato a la presidencia. El señor Toledo había sido canciller del Doctor Calderón Guardia. El doctor Calderón era el médico de todos nosotros, especialmente de mi abuela. Camilo Rodríguez Chaverri

89


Fue una revolución en que las familias estuvieron unas contra otras. Recuerdo cuando mi papá, en el 48, puso un gran rótulo en la casa, que decía ‘Soy Neutral’. Esto porque éramos muy calderonistas y primos de Otilio Ulate. Era difícil manejar las dos cosas a la vez. Para ese entonces, el Doctor Calderón les había dado la concesión para recoger la basura de San José. Mi papá nació en Naranjo y se crió en La Soledad. En La Soledad vivían los González, los Camacho, los Campos, los Calderón, los Pacheco e innumerables familias de San José de la primera década del siglo XX. Mi tío Miguel Ángel fue compañero de escuela del doctor Calderón Guardia. Para ese entonces, San José era muy chiquitico. Todas las familias se conocían. Cuando había campañas políticas, a veces unos estaban de un lado y otros del otro. Cambiaban según las circunstancias de la política. Mamá era maestra de kínder. Había fundado el kínder de Santo Domingo. Estaba entre el primer grupo de maestros que recibieron cursos de unos chilenos del método Montessori. En la escuela de Santo Domingo hay una placa que recuerda esos hechos de mi mamá. Ella era un personaje en Santo Domingo. Soy hija única, pero tengo dos hermanas por parte de padre, a quienes conocí siendo ya mayores, Julia y Alejandra González Carranza. 90

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Mi padrino era el doctor Ángel Chacón Chacón, que había estudiado en Bélgica, junto con el doctor Calderón Guardia. Fueron compañeros de universidad. Él ayudó a que me superara, ya que constantemente decía, “ella tiene que hablar francés”. Fue así, como en 1947, entré al Colegio de Sión, donde estuve hasta cuarto año. Fueron diez años. En esos tiempos, la educación era muy difícil, pero también fue una época muy linda. Nunca olvidaré ese colegio, que se encontraba ubicado en donde está la Asamblea Legislativa. Mis compañeras eran Ileana Lines, pionera del turismo en Costa Rica; Clotilde Obregón, gran historiadora; Lucía Lutz París; Cármina Fuscaldo; Flora Nieto, directora de enseñanza especial en Costa Rica; dos biólogas, Mary Morales y Doris Fernández, y mis dos más cercanas amigas, María Teresa Domínguez y Consuelo Armijo.

Dolores y flores en Honduras Después de cuarto año de secundaria, en abril de 1957, me fui a vivir a Honduras con mis padres. Vivíamos allá porque las hijas de la mejor amiga de mi madre, Flory y Maruja Brenes, se habían casado con dos hondureños. Papá decidió emigrar, decidió irse para allá porque las conocía.

Camilo Rodríguez Chaverri

91


Mi papá siguió en el comercio. Mi papá hacía de todo: recuerdo que cuando lo de la basura, sacaron el crematorio que estaba frente a la escuela Ricardo Jiménez y lo trasladaron a Paso Ancho e hicieron el crematorio más impresionante, una de las instalaciones más modernas. Separaban la basura, la reciclaban y recogían la comida de los hoteles. Había una cría de chanchos en la que aprovechaban esa comida, mientras que la basura que enterraban y procesaban, servía para los jardines de rosas y los naranjales. En Honduras, terminé el colegio. Me gradué de bachiller en enero de 1959. Y el siguiente año entré a la Universidad Autónoma de Honduras, donde estudié por cinco años la carrera de Medicina. En esa época, sucedió el accidente de Choluteca. Entre las que iban, estaba mi amiga Silvia Carboni, quien formaba parte de ese ballet, y sobrevivió. Murieron treinta y dos personas. Ada Aguiluz era la presidenta de la liga de la polio. Fueron los que llevaron a doña Coralia Romero a hacer una presentación en Tegucigalpa. El accidente se debió a un desper fecto mecánico que hizo que el bus se metiera en un potrero, pegara con una piedra y se volteara. Luego tuve un gran problema en mis estudios. Tenía que repetir unos cursos fuera de Honduras y yo no podía repetirlos porque estaba en un curso piloto de patología clínica. No me dejaron irme fuera de 92

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Honduras por lo que simplemente dejé la carrera. Por despecho. Fue en ese momento cuando empecé con una amiga una floristería. No existían floristerías en Honduras, por lo que fue un éxito. Fui muy feliz en ese país, porque allí la gente es maravillosa. Cuando aterrizo en Tegucigalpa estoy en un solo temblor, como si fuera a ver a un novio después de muchos años. Llego a la casa de uno de mis amigos y es como si nunca hubiera salido de ahí. Fueron diez años muy importantes de mi vida, hasta que, en 1969, me vine a Costa Rica. Nunca olvidaré esos años. Serán años que forman parte de mi vida. Me vine para acá y de inmediato empecé a trabajar con el esposo de una prima, Carmen María, Óscar Andreoli, en un negocio que se llamaba Transcomercial, que era la primera venta de antigüedades ahí en el Colegio de Sión, cuando lo quisieran hacer centro comercial. Después trabajé con la empresa KEM Centroamericana, una compañía de productos químicos. Era asistente de la gerencia. Nunca fui secretaria porque nunca pude escribir a máquina.

Empieza mi entrenamiento en turismo Una amiga que trabajaba en COPA, Vicky Beeche, me recomendó para un puesto que había en TACA. Empecé a trabajar en TACA a mediados Camilo Rodríguez Chaverri

93


del año 1969, cuando don Vinicio Fernández era el gerente. Trabajaba en el counter. Un año después era supervisora de tráfico y ventas, puesto que tuve hasta el 75. Allá por el año de 1974 monté Air France en Costa Rica, estando en TACA. TACA tenía la representación para Costa Rica de Air France. Por eso me correspondió esa tarea. Trabajé en SAHSA como un año. Luego, trabajé dos años en Vélsicol, una compañía de productos agrícolas. Después, en 1977, empecé a trabajar con viajes El Cano, de Madrid. En realidad, ahí empezó mi entrenamiento en el campo turístico. Era la representante de viajes El Cano, que era una compañía operadora de turismo en Europa. Me ocupaba de entrenar a la gente de Centroamérica. En ese momento, se iniciaron las grandes compañías de turismo receptivo en Europa. Recuerdo cuando empezó Barceló a llevar gente. Luego empezó Meliá. Viajes Ecuador y Viajes El Cano de Madrid eran de esas empresas. He ido a Europa unas doce o trece veces. En el año 78, compramos con Franca Borsani, y otras dos personas, Excursiones Águila Dorada, que fue mi primera agencia de viajes. Al poco tiempo, vendí mis acciones de e s a a g e n c i a , p e ro a l g o m u y i m p o r t a nte pasó durante el lapso en que estuve ahí. Fui la representante de esa agencia ante la asamblea 94

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


de CANATUR, donde fui elegida la secretaria de la junta directiva. Desde entonces, desde hace 28 años, estoy en esa junta. Por eso soy directora permanente y soy la que tengo más años. Después, empecé a trabajar con una compañía que se llamaba Costa Rica Tours, que la había comprado el italiano Lamberto Micangeli, dueño del edificio Cristal. Empecé a trabajar ahí como gerente de ventas. En febrero de 1980, Micangeli prácticamente me regaló la agencia de viajes. No tuve que darle dinero. Simplemente me hice cargo de algunas obligaciones de la agencia. Fue el 15 de febrero de 1980, el día que cumplí cuarenta años. La tuve hasta 1987. Mi experiencia durante los años en que manejé esa agencia fueron increíbles. Era una agencia emisora. Recuerdo que con José Luis ´El Rápido´ Ortiz hicimos innumerables negocios de llevar gente a los partidos de la eliminatoria del mundial de México. Fue lindísimo ir en un avión sentada con jugadores como Juan Cayasso, Álvaro Solano, Oscar Ramírez y Evaristo Coronado. Los llevamos a Guatemala, a Cuba, dos veces a Canadá, dos veces a Guatemala… El viaje a Cuba fue inolvidable.

Camilo Rodríguez Chaverri

95


Cuentos negros y de colores Unos de los cuentos negros de mi vida fue en 1987, cuando debí vender la agencia. Fue muy difícil para mí. LACSA me quitó los boletos porque me atrasé en un pago y se me acumularon una serie de deudas. Si te quitan la mercancía, ¿cómo hacés funcionar el negocio? Le vendí la oficina a Challenge Airways, donde trabajé durante un año como Gerente de Ventas. El gerente de esa compañía era Ricardo Martínez, que hoy es Ministro de Turismo de Honduras. Me fui a trabajar como Gerente de La Vida Spa, en el Hotel Herradura, que era un spa que tenía los productos de la doctora Aslan, de Rumanía, unos famosos rejuvenecedores. Era una fórmula secreta. Los actores y los políticos iban hasta Rumanía a hacerse el tratamiento. Lo vendíamos en ese spa. Estuve ahí como dos años. Luego trabajé como Directora Ejecutiva de Expo Tour por un espacio como de seis meses, y me fui de Gerente de Ventas del Hotel Costa Rica. El Gerente General era Manrique Gómez, quien fue Presidente de RECOPE. Ahí pasé Italia 90, dando vueltas de carnera por todas las escaleras del Hotel Costa Rica. Trabajé dos años junto a Cristina León, quien fue una de las pioneras del turismo 96

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


de Costa Rica, y que actualmente vive en Bolivia. Era la dueña de Turistas Amigo S.A. Tenía yo un amigo que había conocido por asuntos de CANATUR, Bill Chasey, un lobista de Washington. Habíamos empezado a atender a una compañía Japonesa, Tokuei Shoji, y finalmente en el año 92 pusimos una oficina en San José. Atendimos esa compañía dos o tres años. Compramos una finca muy grande, de 1750 hectáreas, en Guanacaste, y así me fui a Japón de negocios. Una mujer de negocios en 1992 en Japón era todavía una rareza. Después de eso, en el año 94 fui Directora Ejecutiva de Expo Tour otra vez, hice el Expo Tour de 1994. Fue una experiencia inolvidable, por su complejidad, por sus implicaciones, por una serie de circunstancias para el país. En esa época empezaba el boom turístico. Después del 94, tuve la representación en Costa Rica de una compañía. El dueño era un médico chino, educado en Harvard, que quería poner un Spa de medicina alternativa en Costa Rica. Lamentablemente no era el tiempo todavía. Regresó a los Estados Unidos dos años después. Trabajé en viajes Tikal durante dos años, donde inicié una serie de esfuerzos por hacer un turismo con la gente de la tercera edad. Luego me fui de gerente al Arenal Vista Lodge. Mi buen amigo Efraín Roldán me llevó como gerente. Camilo Rodríguez Chaverri

97


Tenía de socio a Raúl Blanco Martín, hijo del doctor Blanco Cervantes, muy amigo de papá y mi tío Ricardo González, “El Manchado” González, primer y más famoso portero de Costa Rica en los años 30, que tuvo la joyería Scriba y González. El otro socio era Mario Mora. Los socios dijeron “esa mujer no dura ni dos meses porque es demasiado lejos”, y duré dos años. Era puro campo, y no pensaban que podía vivir en el campo. Luego me contrataron como gerente residente del hotel Selva Verde. Estuve tres años viviendo en Sarapiquí. Me vine para San José el 31 de marzo del 2003, y en abril me fui a Indiana, en los Estados Unidos, porque me contrataron para darle una asesoría a una compañía americana que tiene unos hoteles allá. Regresé cinco meses después, a final de año, y empecé una compañía que se llama Costa Rica Map, del chileno Alfredo Labarca, quien tiene una página de reservas por Internet. Ahora están montando los servicios de una compañía de veleros en el Golfo de Papagayo. Labarca se vino desde niño para Costa Rica. Ahora somos socios. Yo me encargo de las ventas de compañías relacionadas al turismo. Él tiene más negocios. Por ejemplo, tiene otra compañía que se llama Dircos, que maneja los displays de los supermercados fuera de San José, para muchos 98

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


productos importantes como los de la Cervecería Costa Rica, Café Rey y Pastas Roma.

28 años en CANATUR… Trabajar con CANATUR ha sido la oportunidad de servir a mi país. Considero que lo poco o mucho que se pueda medir de mi participación se debe sintetizar en que ha sido un esfuerzo por luchar para que esta industria crezca. He creído en ella desde el principio. A pesar de haber tenido durante muchos años una compañía emisora, en los años 80, creo que todos los días se aprende algo. También soy miembro fundador de ACOPROT, soy la socia número diecinueve, y de Expo Tours. En todo eso he sido pionera, junto a algunas compañeras que han sido grandes amigas mías. He participado en las caravanas de promoción de LACSA, las ferias internacionales, como el World Travel Market, en Londres; la BIT, de Milán; la ITB, de Berlín; y FITUR, en España. Me apasiona el turismo. Como mujer, no me ha costado mucho que se escuchen mis ideas, mis propuestas. Fue mucho peor el inicio de las mujeres en otros campos. Cada día tenemos más fuerza y más peso. La visión de las mujeres que hemos estado en estos lugares de liderazgo ha tenido verdaderamente acogida desde un inicio. Camilo Rodríguez Chaverri

99


Que nuestra voz tenga la misma influencia y la autoridad que la de los hombres ha sido la lucha más grande.

¿Qué le falta al turismo en Costa Rica? La industria del turismo es una industria que ha crecido espontáneamente, muy a la tica, a punta de esfuerzo, de sudarse la camiseta, de ser innovadores. Por eso, al día de hoy, el 96 por ciento del turismo son medianas y pequeñas empresas. Es decir, esta industria ha sido de gente que se ha arriesgado. Pienso que vale la pena el esfuerzo, la lucha, pero falta organizarnos más, ponernos de acuerdo. Actualmente estoy organizando el congreso de setiembre, que tiene esa meta: tomar el plan de desarrollo y llevarlo a cabo, hacerlo funcionar, para que de aquí en adelante el desarrollo sea parejo, que penetre las comunidades, todas las regiones, y pueda ser verdaderamente sostenible, que es lo que necesitamos. Con CANATUR también participé mucho al principio. Del año 78 al año 85, participé en las reuniones de FEDECATUR, la Federación de Cámaras de Turismo de Centroamérica. Somos los más desarrollados de la región. Cuando empezamos, en los años 80, Guatemala nos llevaba delantera. El punto es que empezó a 100

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


tener problemas con las guerrillas y eso hizo que se atrasara muchísimo. El Premio Nobel de la Paz para Óscar Arias fue muy importante y cada Mundial de futbol al que Costa Rica va también lo es, pero en especial Italia 90. Espero que muchos millones de gentes puedan tener la oportunidad de ver lo que somos y lo que tenemos. Cuando regresé de Estados Unidos, en el 2003, ACOPROT me dio el reconocimiento al mérito profesional, junto con Silvia Carboni, Gabriela Sobrado y Sandra Orfila. Todo se lo debo en primer lugar a Dios, que es la razón principal de mi vida. Y después a mi vitalidad, mi energía de trabajo y mi empuje. Imaginate que empecé a aprender a manejar a los cinco años de edad. A los nueve años, mi papá me dejó manejar sola frente a la ladrillera de La Sabana, me fui manejando hasta Santa Ana y regresé. Aprendí a andar a caballo en el crematorio de basura de mi papá y mi tío. Y así como me fue con los carros y los caballos, gracias a Dios me ha ido de lo más bien en todo porque no le temo a los retos y le pongo las mejores ganas a todo lo que me trae la vida.

Camilo Rodríguez Chaverri

101


Estela Fuentes Alvarado Tengo la energía bien puesta todavía Me llamo Estela Fuentes Alvarado. Nací en San José el 29 de agosto de 1931. Tengo 75 años, y también tengo la energía bien puesta todavía. Mi papá murió cuando yo tenía cinco días. Imaginate. Se llamó Manuel Fernando Fuentes. Mi mamá se llamó Angelina Alvarado Alpízar. Ella murió hace dos años, de 93 años de edad. Mi papá murió de 31 años. Era ingeniero. Construyó el puente del río Barranca. Durante la construcción cogió amebas, que en aquella época no se podían curar. Murió con cirrosis hepática. Su única hija fui yo. Mamá quedó viuda de 21 años de edad. Mi mamá se volvió a casar cuando yo tenía 18 años. Mi única hermana se llama Ana Lucía Villegas Alvarado. Es menor que mi hija mayor. Tengo cinco hijos, dos mujeres y tres hombres, de quienes uno murió hace un año. Nada duele tanto como perder un hijo. Tengo diez nietos. Crecí en San José centro, 150 metros al sur del Colegio de Señoritas ó 350 metros al sur del Teatro Nacional. Fui a la Escuela República del Perú y al Colegio Superior de Señoritas, que me quedaba a una cuadra.

102

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


De las compañeras de la escuela, casi todas han muerto. La maestra Lidia Poltroniere de Castro Jenkins no me quería. Pero me la fui jugando. Algo importante es que, como mi padre murió siendo yo una bebé, el único padre que conocí fue mi padrino, Alfonso Jiménez Rojas, ex magistrado. Apenas me duró cinco años y medio, pero me dejó todas las enseñanzas. Puse en el libro mío que le agradecía porque me había enseñado la vida en letras tan sencillas, como el mar, como la lluvia, como el sol. Guardo muy lindos recuerdos. Le gustaban mis libros. Cuando fue a morir, me puso en clases con su cuñada, Auristella Castro de Jiménez, una gran poetisa, quien me estimuló a escribir los primeros poemas, poemas de niña de cinco años. En el colegio, era compañera de Rima Rothe, conocida ahora como Rima de Vallbona, gran escritora costarricense. En el colegio también conocí a Carmen Naranjo, que era unos años mayor, pero que es una gran escritora, una gran poetisa, una gran maestra… La aprecio muchísimo. También recuerdo a Matilde Marín, la mamá de Ana Istarú, muy querida, muy apreciada… Nosotras fuimos bachilleres regaladas. Me explico: en 1948 nos regalaron el bachillerato. Presentamos dos exámenes de bachillerato pero vino la contrarrevolución y la junta de gobierno decidió darnos por hecho el bachillerato. Camilo Rodríguez Chaverri

103


Excombatiente y periodista Soy ex combatiente. No combatí en las trincheras, pero soy ex combatiente. Hicimos un trabajo para la JUCO (Juventud Universitaria Cívico Oposicionista), antes de ´Los Hechos del 48´ y durante esa época. Íbamos siempre al Centro de Estudio de los Problemas Nacionales. A veces aprendíamos, a veces tratábamos de enseñar a otros. Mi actividad política comenzó a los cinco años, porque mi familia era cortesista. Mi padrino me llevó a ver la toma de posesión de un presidente, en el antiguo congreso, para complacerme. Después seguí en esas cosas. En la escuela repartíamos propaganda cortesista. Eso me hizo anticalderonista. Pertenecí al grupo de mujeres del 2 de agosto de 1947. Emma Gamboa era la líder. Estaba Victoria Garrón de Doryan. Estuvimos todo el día frente a la Casa Presidencial. Cuando nos dieron seguridad de haber aceptado nuestras sugerencias, y ya nos íbamos, nos volaron bala, aunque sólo hirieron a una compañera, en un pie. Eso te marca mucho. El Parque Nacional está en alto. Salimos corriendo y escuchamos las balas donde pasaban. Fue la primera y única vez que quise matar a alguien. Un policía nos siguió y lo tratamos de ahorcar. Lo agarramos entre dos. La 104

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


otra que atacó al policía fue Margarita Guardia. Pasamos por la esquina donde estaba el Consulado de Colombia para refugiarnos. El consulado había puesto alambres para que no entráramos. Pasamos toda la noche en unas casas que quedan en alto, al frente del Tribunal Supremo de Elecciones, bajando. Yo tenía 16 años. Más bien, iba a cumplirlos. Entré a la Universidad de Costa Rica, a la Escuela de Derecho y a la Escuela de Periodismo. Es la escuela de periodismo que puso don Carlos Monge Alfaro, y que no duró ni un año. Mi mejor profesor ha sido Everardo Gómez, profesor de literatura. Me marcó mucho, era profesor en esa Escuela de Periodismo. Recuerdo algunos compañeros, Ronald Odio, actual abogado, con quien compartí mucho en la Escuela de Derecho. Éramos sólo seis o siete mujeres entre cuatrocientos hombres. Eugenio Rodríguez Vega estaba en quinto año. Cuando se me presentó la oportunidad de ir a estudiar Periodismo a los Estados Unidos, pensé en estudiar Derecho a mi regreso, en dejarlo para más adelante. Diez años después, cuando pude hacerlo, ya tenía otro criterio de lo que era el derecho. Encontré a mis compañeros convertidos en lo que yo no quería ser.

Camilo Rodríguez Chaverri

105


Periodismo en Estados Unidos Fui a estudiar Periodismo en la Universidad de Southern California, en Los Ángeles. Estudié allá durante dos años. Me hubiera graduado, pero tenía que graduarme en inglés, lo que significaba para mí un poco más de tiempo de preparación. Me traje todo lo que era técnico y no me gradué porque encontré allá el amor. Me casé allá con un ecuatoriano. Pasé de Los Ángeles a Ecuador. Viví en América del Sur durante nueve años. Traté de estudiar periodismo allá, porque allá estaba la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa), pero en Ecuador no estaban acostumbrados a que una mujer estudiara en la universidad. El cambio de Costa Rica a Los Ángeles y de Los Ángeles a Ecuador fue muy duro. Estudié inglés en Ecuador, para perfeccionar el idioma. No hice nada importante porque allá no les gusta que estudie una mujer “seria”, poné “seria” entre comillas. Mis cuatro primeros hijos nacieron en Ecuador, la quinta nació aquí. Yo huí del Ecuador, del ambiente, de un mal marido, de algunas costumbres a las que una no se adapta. Vivía en Quito. La ciudad es muy linda, pero los problemas con los indígenas son muy difíciles de aceptar para alguien que iba de una sociedad más igualitaria, como la nuestra. 106

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


En ese tiempo, en Ecuador, trataban a los indígenas como animales. Mi suegro vendió una finca con ganado y con tres mil indios laborables. Al indio lo trataban allá tan mal que era algo que yo no podía aceptar. Me vine con cuatro hijos y un embarazo de la quinta. Mi marido se vino para Costa Rica, se quedó aquí, pero después se casó con tres costarricenses. Imaginate qué clase de desastre. Crié a mis hijos primero trabajando como periodista, en una época dificilísima. Los periodistas éramos “camaroneros”. Trabajé en el Diario de Costa Rica donde no me pagaron mi trabajo porque en eso el periódico quebró. También laboré en La República, y tenía que vender anuncios para que me pagaran. Estamos hablando de los años 60. En esa época también trabajé en el periódico de la Cámara de Industrias. Tenía programa de televisión, en el famoso Canal 7 de aquellos años. El programa se llamaba ´Con fe en el futuro`. El eslogan era ‘compre y use lo que el país produce’. Para la época de la llegada de Kennedy, el gobierno me contrató para hacer la revista ´Kennedy en Centroamérica´, junto con un socio, que me estafó. En esa revista tuve toda la experiencia que puede tener un periodista, desde tratar de conseguir papel, corregir pruebas, entrevistar a todos los Camilo Rodríguez Chaverri

107


presidentes centroamericanos, hasta hacer reportajes especializados en el tema de la industria y en el tema del Mercado Común Centroamericano. Con eso mantenía a mis hijos. Comencé a trabajar también capacitando voluntarios del Cuerpo de Paz, enseñándoles cómo vivir en Costa Rica, enseñándoles costumbres, alimentación, idiosincrasia del costarricense. Estuve cinco años ahí con ellos. Un día de tantos decidí que yo quería trabajar para costarricenses. Así llegué al Instituto Costarricense de Turismo (ICT), donde necesitaban una secretaria de actas. Corría el año de 1971.

Primeros pasos en turismo Mi experiencia como periodista me sirvió mucho en mi nuevo trabajo como secretaria de actas del ICT. Fui secretaria de actas durante siete años, hasta que se presentó la oportunidad de trabajar en Relaciones Públicas en esa institución. Para entonces estaban creando la ley del Colegio de Periodistas, que exigía que los jefes de Relaciones Públicas tuvieran que ser periodistas colegiados. Nunca estuve de acuerdo con eso. Me parecía lo más arbitrario del mundo. Tomé cursos de Relaciones Públicas en la Universidad de Costa Rica durante nueve meses. No me quedó otro camino. 108

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Trabajé en Relaciones Públicas. Recuerdo que formamos la Asociación Costarricense de Relacionistas Públicos, ACOREP. Ahí estábamos los relacionistas públicos de todas las instituciones, públicas y privadas, e iniciamos la primera escuela de relaciones públicas, escuela independiente, no supeditada a la de periodismo. Lamentablemente no sobrevivió. Desde aquel entonces, desde 1971, estoy en el Instituto Costarricense de Turismo. Lo he visto crecer, y he visto crecer el turismo en Costa Rica. Estuve en Relaciones Públicas del ICT desde el año 78 hasta el año 2002, que fue cuando me pensioné. Gracias a mi trabajo en el ICT eduqué a mis cinco hijos. Hace cuatro años me pensioné, cuando entró Rubén Pacheco. Pasé veinticuatro años en Relaciones Públicas del ICT. Cuando empecé, éramos 67 empleados, estábamos en un caserón viejo detrás de donde fue el Cine Rex. El ICT tenía quince años de fundado. Sin embargo, estaba en sus comienzos. El director del ICT era también el gerente, Carlos Manuel Guardia. Cuando eso no había presidente ejecutivo ni ministro. Se creó la presidencia en tiempo de Oduber, casi ocho años después. El ICT se manejaba como una familia. El turismo era muy insipiente. Me interesé mucho en el pasado del ICT, para ayudarle al personal a identificarse con la historia de la institución. Camilo Rodríguez Chaverri

109


Antes del ICT, hubo una junta de turismo. Entrevisté a algunos miembros de la junta. El turismo estuvo en pañales por muchos años. Imaginate que, estando ya yo en la institución, llegaban los turistas a preguntar qué hacían. Lo más que podían estar era tres días. En esos tres días los mandaban un día al Volcán Irazú, que era el único que tenía carretera; otro día a Ojo de Agua, y el tercer día al Museo Nacional y el Teatro Nacional, y en la tarde a ver una película mexicana. Eso era toda la oferta turística de Costa Rica antes del ICT… ¡Qué increíble!. En un cuarto de siglo en el ICT, vi todo el cambio y el progreso que experimentó el turismo en Costa Rica. Todo cambió mucho. En el extranjero, cuando yo estudiaba en Estados Unidos, nadie sabía donde quedaba Costa Rica. Tardamos mucho, había que aumentar la oferta turística, aumentar la publicidad, dar a conocer el país.

‘Costa Rica, el Caribe desconocido’ Es interesante promocionar un país en el extranjero. Me tocaron todos los años de la guerra centroamericana. Inclusive, para evitar que nos confundieran con Centroamérica, los jerarcas del ICT decidieron apoyar una estrategia por la cual el eslogan decía, ´Costa Rica, el Caribe desconocido`. 110

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Me da una lástima por Guatemala, un país tan hermoso, pero con problemas tan graves de seguridad, problemas que hemos ido heredando, porque ya no tenemos la seguridad que teníamos antes. En los años 79 y 80, atendí una delegación panameña en reuniones de turismo. A las dos de la mañana los despedí en el Gran Hotel Costa Rica. Me dirigí a mi casa a pie porque seguí viviendo por el Colegio de Señoritas. Me dicen los panameños, ´pero ¿cómo se va a ir sola a estas horas?´ Les contesté, ´es que esto es Costa Rica´. “Para darte una idea de lo que era la seguridad en Costa Rica, en la década del 60, mis hijos estaban en la escuela. Yo los atendía durante todo el día. A las seis de la tarde me iba a trabajar a mi oficina, ubicada en el Paseo de los Estudiantes, más o menos hasta las dos de la mañana. A esa hora salía de regreso a mi casa. Caminaba sola, pasaba por uno de los ´night clubs´ más conocidos de Costa Rica, La Orquídea. Ni los borrachos ni nadie te faltaba el respeto. De repente te aparecía un borracho porque estaba lloviendo, que te ofrecía un paraguas y vos le dabas algo. Esa era la seguridad en Costa Rica, donde las casas permanecían con las puertas abiertas, las personas entraban diciendo ´upe´ hasta el final… Yo creo que eso lo perdimos. Camilo Rodríguez Chaverri

111


Era un país del que la gente se enamoraba por la tranquilidad y la paz, a pesar de la sencillez. Durante las campañas, teníamos que ir con el dinero en la mano a pagar los stands. No estábamos acostumbradas. Más de una vez nos robaron en el extranjero. Es que aquí no teníamos que tomar medidas de seguridad. Los dos robos que sufrí fueron uno en Miami y el otro en España. Últimamente iba mucho a Colombia. Las compañeras no querían viajar a Colombia. Colombia es un gran país con un gran problema de seguridad. Con las campañas de promoción fui a España; a Hamburgo, Alemania; a los Estados Unidos... Durante veinticuatro años fui jefe de relaciones públicas del ICT. A regañadientes me pensioné de 71 años. Es más, hubiera seguido ahí, pero se me presentaron asuntos muy personales que también había que resolver. Se me olvidó contarte que no me volví a casar. Con cinco hijos tenía mucho que atender.

La escritora Cuando se graduó la última hija mía, me preguntó, “¿qué vas a hacer cuando te pensionés?” Le dije que muchas cosas, que estudiar más, que escribir. Tenía muchos cientos de poemas sin publicar. Me dediqué a revisarlos y siempre sigo activa escribiendo.

112

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Me tomó un buen rato editar mi primer libro de poesía, que lo había hecho esperar desde que tenía cinco años y medio, que fue cuando escribí mis primeros poemas. Ahora tengo uno de poesía y otro de cuento. Espero, nada más que alguien me empuje como me empujó el escritor Jorge Charpantier, mi hermano del alma. Fuimos amigos durante mucho tiempo. Hace ya muchos años, él me dictó un curso de narrativa. Fue mi gran compañero en el amor por la poesía. Murió en la más triste y absoluta soledad. Lo llamé un lunes, no apareció. Lo llamé un martes, no apareció. El miércoles abrí y me encontré muerto a mi amigo y a la perra que tenía, cuidándolo, desde atrás, al pie de la cama. Murió y nadie se dio cuenta. ¿Te podés imaginar un final más triste para uno de los poetas más importantes de nuestra historia? Las dos pasiones de mi vida son el turismo y la poesía, sin duda. El turismo ha sido exitoso en Costa Rica porque tenemos un pueblo noble, y teníamos una seguridad ciudadana envidiable, yo diría que única en el mundo. La gente sigue siendo amable y atenta con los turistas, pero ya sufrimos de violencia y delincuencia. Aún así, Costa Rica está muy por encima de todos los países de la región. Por ejemplo, en los Estados Unidos yo tenía especiales para los adultos mayores. Les ofrecía seguridad, alimentos Camilo Rodríguez Chaverri

113


sanos, un lugar donde no se piensa en ´gringos no´. Aquí apreciamos a todo el extranjero. En cambio, en toda Centroamérica muchos les decían, ´gringos, go home´. Aquí la gente es amable, los servicios médicos son excelentes, y mucho más baratos que en los Estados Unidos. Aunque parezca mentira, eso se ha convertido en una gran ventaja. ¿Qué nos falta? Primero, volver a tener la seguridad que tuvimos. Creo que todo lo demás, empezando por la infraestructura, porque faltan carreteras y aeropuertos, y el turismo se queja mucho de eso, todo lo demás, incluyendo este problema, se puede solucionar con sólo que nosotros nos pongamos de acuerdo. Tal vez te estés preguntando si, como mujer, me costó hacer una carrera en el turismo, así como al principio en el turismo. Nunca he pensado en eso. Como fui por mucho tiempo hija única, hasta que me casé, incluso, creo que las mujeres podemos lograr mucho si nos lo proponemos.

Vivo una etapa de plenitud Mi libro, ´Islas en la lluvia´, me ha traído muchas satisfacciones. Como te contaba hace un rato, mis primeras poesías las escribí a los cinco años y medio. Desde que tengo uso de razón, escribo y escribo. De repente tuve quinientos poemas engavetados. Al principio no pensé en publicar 114

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


porque siempre me preocupó qué iban a pensar mis hijos. Después pensé que mis hijos podrían pensar que fui joven, como ellos, y que tuve intenciones e ilusiones de persona joven. Hace pocos días, me pidieron que concediera una entrevista sobre mi vida, para un libro de tercera edad. Allí analicé la vida de la siguiente manera: la niñez es de asombros y más asombros, la adolescencia de sueños y más sueños, la juventud de esfuerzos y realizaciones, la madurez de logros, y esta última etapa, de plenitud. Disfruto mucho de la vida, de los recuerdos de mi paso por el turismo, de la poesía y de mi casa. Me la dejó mi padrino cuando murió. Tiene todo el sabor que tiene todo lo viejo. Mi primo me heredó un montón de colecciones, de arqueología, de muebles antiguos, de santos… Tengo dos bodegas llenas de objetos interesantes y con mucha historia. En mi casa, he conservado lo que he podido: cuadros de todas las épocas, obras de nuestros grandes artistas, en fin. He pasado algunas obras a los museos. El Museo de Arte adquirió algunas de Ezequiel Jiménez Rojas, hermano de mi padrino, precursor de la pintura, el primer pintor que salió con sus pinturas a pintar el paisaje costarricense. La Caja Costarricense del Seguro Social me compró otras, y todavía tengo un cuadro que pertenece a Costa Rica: una obra de Aquiles Bigot, el francés que vino a Costa Rica a enseñar pintura Camilo Rodríguez Chaverri

115


en 1860 y pico, el único autorretrato que hay de él. Le enseñó a Quico Quirós, a Ezequiel Jiménez. Busqué en el directorio telefónico, y resulta que tiene familia en Cartago. Empecé a buscarla, Un día, una señora me llamó y me dijo, ´yo soy Yolanda Bigot´. Es la tataranieta. El cuadro está firmado en 1867. Mi casa debe tener ochenta y cinco o noventa años. He logrado reunir ahí todas las antigüedades que he podido. Las antigüedades son parte de nuestra historia. Ahora colecciono antigüedades, historias y pinturas. En mi bodega, me he encontrado las cosas más increíbles: una colección de El Diario de Costa Rica, una colección de La Tribuna, el logotipo original de la Fábrica Nacional de Licores, que diseñó Ezequiel Jiménez… También vi la colección de la revista que editaba Elías Jiménez Rojas sobre asuntos nacionales. Hay tres armarios que no he podido abrir. Un día de estos fui a la bodega donde guardo todo ese tesoro y me traje quinientos libros… alguna vez un periodista entrevistó a mi padrino, al que me heredó todo eso. Le preguntó que si era político, a lo que mi padrino le contestó, “somos políticos, y el político que no ha tenido un puesto de gobierno, puede hablar de política con más propiedad e independencia. 116

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Anécdotas Tengo infinidad de anécdotas. Por ejemplo, Don Carlos Manuel Guardia se dormía en las sesiones de la junta directiva del ICT. Un día estaban discutiendo por donde hacer el camino de entrada al polo turístico de playas de Doña Ana. Estaba la roca de Carballo, y detrás estaba el polo turístico. Los directores querían saber si la entrada iba a ser por el puente o por la roca de Carballo. En eso, don Carlos Manuel, que se despertó, dice, “¿de qué señora Carballo están hablando ustedes, a ver si la conozco?”. Como periodista, don Carlos Manuel me hizo una que no le perdono. Le escribí un discurso para la inauguración de la Asociación Costarricense de Agencias de Viajes. Se lo escribí con letra grande, y le ponía coma, dos puntos, pausa, para que él supiera cómo leerlo, y lo leyó diciendo “buenas noches, coma, les saludo en nombre de la institución, coma, estimados señores, dos puntos…”. Casi lo mato. Otro personaje muy interesante era Luis Manuel Chacón. Él tenía un armario con el licor que gastaba, y con su salario pagaba su secretaria y su chofer. Nunca tomó un centavo del ICT. Una vez no alcanzaron los viáticos en una actividad fuera de la institución, y él pagó con su tarjeta.

Camilo Rodríguez Chaverri

117


Creo que fue uno de los mejores presidentes ejecutivos y ministros del ramo que hemos tenido… Llegábamos con un proyecto, le decíamos, “queremos hacer esto y esto”, escuchaba y decía, “sí, ejecútelo”. Siempre nos aceptaba las sugerencias y nos oía. Creo que por la visión de don Luis Manuel Chacón, y por el Premio Nobel de Óscar Arias, y el Mundial de Italia 90, el turismo creció. De todo, creo que el Nobel de la Paz fue lo más importante. Por cierto que durante el gobierno de don Óscar Arias, en 1989 trabajé en el Primer Festival Internacional de las Artes, que fue formidable, por cierto. Durante seis meses trabajé en ese bendito FIA, prestada por el ICT. En el 90, heredó Calderón todo eso, y se dio el mayor auge del turismo del país. Fue cuando más creció el turismo, no hay duda… Y el ministro Luis Manuel Chacón supo aprovechar la oportunidad que, en ese momento, se le estaba presentando a Costa Rica. Quiero dejar claro, antes de que terminemos de hablar, que el ICT es parte de mi vida, y que me siento muy orgullosa de la institución. Antes del ICT, Costa Rica no existía. Hemos hecho un gran esfuerzo, paulatino, pero ha sido un gran esfuerzo. Yo me siento parte, todavía, del gran trabajo que hemos hecho por dar a conocer las bellezas de Costa Rica. 118

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Emilia Gamboa Arguedas El turismo es mi vida Me llamo Emilia Gamboa Arguedas. Nací en San José el 17 de abril de un año del que no me acuerdo. Mi mamá se llama Clara Arguedas. Es ama de casa. Mi papá se llamaba Gerardo Gamboa. Ya murió. Tenía un taller de enderezado y pintura. A eso se dedicó toda la vida. Somos seis hermanos, de quienes yo soy la número tres de mayor a menor. Crecí en San Antonio de Desamparados. Asistí a la escuela República de Panamá y al colegio Nuestra Señora de Desamparados. Terminé en una high school en Estados Unidos, en Sacramento, California. Era muy buena estudiante. Era de cien corrido. ¿Qué te creés? Bueno, no, esperate. Era de cien corrido excepto en conducta. Era mal portadilla, ja, ja, ja. Mejor no se lo digás a nadie. Después del colegio, estuve en la Universidad de Costa Rica. Empecé la carrera de biología, pero no la terminé. ¿Sabés por qué? Yo sé que lo sabés: por casarme. Me casé a los 18 años con un costarricense. Al casarnos nos fuimos para España de vacaciones, pero cuando estábamos allá decidimos quedarnos en España a ver si se arreglaba la situación marital, que, desde el principio, estuvo muy mal. Camilo Rodríguez Chaverri

119


Me divorcié cuando nació mi hija, en 1973. Desde ese año estoy sola. Cuando vos estás solo te esforzás demasiado, tenés metas en tu vida… En el caso mío, tenía una hija y tenía que sacarla adelante. Mi abuela decía “la necesidad tiene cara de perro”. Bueno, la obligación, la adversidad, todo eso me ayudó en la vida para salir adelante. Mi hija se llama María José Céspedes Gamboa. Es gerente de la agencia de viajes Cielo Azul, que es parte de la corporación Swiss Travel, de la que soy presidenta. Te quiero contar mi historia en orden. Mientras estuve en España, trabajé durante nueve años en una línea aérea británica llamaba British Caledonian Airways. Luego, regresamos a Costa Rica y al darse cuenta mi hija que tenía familia aquí, no quiso regresar. Así que renuncié por teléfono y empecé una nueva vida. Durante una fiesta me encontré con un ex compañero de Firestone, donde yo trabajé por dos años como secretaria ejecutiva, antes de irme para España, y me dijo que por qué no le ayudaba en unos asuntos relacionados con Myers de Centroamérica, otra empresa de llantas. Luego trabajé un año y medio como relacionista publico del hotel Los Portales.

120

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Inicio de una vida dedicada al turismo Un día, hablando con el jefe directo mío, ahí en el hotel Los Portales, Archie Fields, me contó que él tenía una licencia de una agencia, pero que la tenía como muy pasiva. Nos pusimos a hablar de lo que yo hacía en España y me dijo que si yo me arriesgaría a irme con él a la agencia de viajes, a levantar el negocio. La agencia estaba en el lobby del hotel Irazú. Eso fue en diciembre de 1977. En esa época, aquí en Costa Rica nadie entendía lo que era el turismo. Tenían un city tour, que era una visita al museo y al teatro. En ese entonces, me tocó empezar a organizar tours a la fábrica de Sarchí; a Ojo de Agua; el Jungle Train, que era un paseo a Limón en tren; al Volcan Iraza; al Poás; al valle de Orosi… La compañía trabajaba con una mayorista. Estábamos enfocados a ventas locales. Poco a poco, empezamos a crecer, y se empezó a reactivar la compañía. Empezamos a hacer contactos y a realizar visitas. R ecuerdo que en 1978 me contac tó la pr imera compañía de cruceros, la World Explorer Cruicers. Operamos el primer barco el 7 de julio de ese año en Puntarenas. De ahí arrancamos con la par te de cruceros. Después, ya fuimos creciendo. Nos fuimos haciendo Camilo Rodríguez Chaverri

121


de más cuentas de pasajeros individuales. Se creó el departamento de grupos e incentivos y en 1985 se fundó “Cielo Azul” como agencia de transportes.

Los primeros pasos Recuerdo que mientras teníamos una oficinilla a la par del hotel Irazú, murió Somoza y él tenía un apoderado aquí. El hombre llegó y dijo que él necesitaba esas oficinas. Nos dijeron, “tienen que desalojar”, porque esta casa la van a ocupar. Fue de un día para otro. Somoza algo tenía que ver con el edificio. Luego nos conseguimos una oficinilla en el segundo piso del Pollo Cervecero. Durante esa época, ya estaban nuestros nuevos socios, a quienes integramos en el proyecto: Dieter Melchior, quien era gerente general; Enrique Castillo, el abogado y escritor, y Thea Poll, la mamá de Claudia y Sylvia Poll. Entre ellos y yo decidimos comprarle la compañía a Archie en 1982. No me volví a casar, estuve a punto una vez, pero soy muy terca, muy decidida. Creo que mi empeño por salir adelante repercutió en que siguiera sola. Todo ha sido con base en mucho esfuerzo. Por ejemplo, recuerdo los primeros tres buses que tuvimos, allá por 1977. Eran microbuses Volkswagen. Eran una novedad para el turismo de la época. Estaba muy ilusionada con el proyecto, y en eso Archie Fields me dijo que la quería vender porque 122

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


estaba aburrido y cansado, así que me asocié con Bernardo, el esposo de Thea, que en paz descanse, y con Enrique, y con ellos dos junté la prima. Ya después entró Ditier como socio. Ditier fue mi contacto para el primer barco que atendimos en Costa Rica. Él era ferretero. Le estaba haciendo un trabajo a otro amigo que era representante de líneas cargueras y así le llegó un crucero por rebote. Nos hicimos amiguísimos. Después de estar ahí, compramos en unos condominios que hicieron en el Hotel Corobicí. Ahí teníamos dos locales en la primera planta y cinco junto al parqueo.

De secretaria a gerente Empezamos a crecer y de inmediato vimos la necesidad de tener más espacio. Fue cuando construimos camino a Ciudad Colón. Nos trasladamos en 1987, época en la que el turismo empezaba a ser un boom. Pero la gente pensaba que estábamos relocos, que eso de salir de San José para irse al monte, a Ciudad Colón, era una tontería. Teníamos más de trescientos empleados. Despuecito de eso, abrimos en Guanacaste otra infraestructura, cerca del aeropuerto. Ya tenemos más de doce años de estar allá. Cuando empezamos a construir en Guanacaste, nos dijeron que estábamos locos, de nuevo. Nos Camilo Rodríguez Chaverri

123


decían, “¿cómo se les ocurre hacer una inversión de ese calibre en Guanacaste?”. Eran otros tiempos. Los poquitos hoteles eran los viejos. Nosotros invertimos en Guanacaste porque vimos una oportunidad a futuro. Luego, en 1999, entramos a Nicaragua con una agencia llamada Careli Tours. No teníamos infraestructura. Bueno, todavía no tenemos. Alquilamos oficinas. Yo no le tengo miedo a los retos porque siempre he tenido que asumirlos. Fijate que empecé como secretaria de Archie, a los meses ya era la gerente de la compañía y al final terminé comprándosela. A partir de que compramos nosotros, me nombraron presidenta. Enrique Castillo y Thea Poll siguen siendo parte de la sociedad.

El boom del turismo El turismo creció mucho por el Premio Nobel de la Paz, que ganó Oscar Arias. Nosotros teníamos mucha comunicación con las líneas aéreas, hacíamos shows con ellos y con otras agencias locales y hoteles de la camada de Carlos Roesh, Rubén Pacheco, Carlos Salazar, Sandra Orfila, María Elena Zúñiga y Marco Sibaja, que trabajaba con Lacsa. Uno de los proyectos más interesantes eran las caravanas. Digamos un ejemplo. Lacsa organizaba 124

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


una caravana, nos poníamos de acuerdo, íbamos a dos o tres Estados de Estados Unidos, o sólo a la Florida, o sólo a la costa oeste, dependiendo con quien fuera. En el caso de Panamerican, íbamos a la costa oeste. A como fueron entrando más líneas aéreas, se nos fue abriendo el panorama. El boom nos agarró desprevenidos, porque ni nosotros ni el ICT estábamos preparados. No aprovechamos el Premio Nobel de la Paz como debimos haberlo hecho. No había planes de mercadeo definidos y presupuesto menos. No se le dio la cobertura que debimos haberle dado. También ayudaron mucho los éxitos de Silvia Poll y la participación de Costa Rica en el mundial de Italia 90. Por cierto que para este último mundial mandamos camisetas a todos los clientes mayoristas y a las líneas de cruceros. Fue una tristeza que la selección tuviera un papel tan malo. Pero siempre tenemos suerte, porque el haber empezado con Alemania nos dio mucha publicidad como país. Estamos muy comprometidos con nuestro trabajo. En este momento, estamos metidos muy fuerte con el CST, Crecimiento del Turismo con Sostenibilidad. Entre las cosas que hemos venido haciendo, como empresa, es que nos proyectamos muchísimo a la comunidad. Un porcentaje muy alto de nuestros empleados son de la zona, de Piedades Camilo Rodríguez Chaverri

125


de Santa Ana, de Ciudad Colón, de Puriscal, de Santa Ana… También trabajamos fuerte en lo que es ayudar a la comunidad de manera directa. Por ejemplo, nos proyectamos con la escuelita de Brasil de Mora.

Aportes de Swiss Travel Somos la agencia de turismo más grande del país y nuestro éxito se debe a que reinvertimos en el país. Hemos ido midiendo el crecimiento, vamos consolidando departamentos, vamos abriendo proyectos nuevos… Tenemos salones para eventos especiales en Brasil de Mora, camino a Ciudad Colón, y en Guanacaste. En este último hemos hecho muchas fiestas de hoteles, de líneas aéreas, muchas bodas, pero no con la frecuencia ni con la magnitud con que se realizan aquí, en nuestras instalaciones principales. Nos hemos diversificado. Tenemos departamentos de ventas individuales, ventas locales que se atienden en los lobbies de muchos hoteles, en San José y en Guanacaste. Tenemos la división de grupos, división de incentivos, gestión de calidad, sostenibilidad, entrega de servicios, mercadeo y ventas, departamento de cruceros, one day tours, eventos sociales, transportes, Cielo Azul y más. Este último proyecto es el que administra mi hija, 126

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


María José. Ella está casada y tiene una hija llamada Camila, de cinco añitos. ¿Qué es el turismo para mí? Es mi vida. Por ejemplo, para mí es un orgullo ser tica y salir a vender nuestra tierra con entusiasmo. Soy feliz de mostrarle a la gente lo lindo que es este país. Ojalá nos ayudara un poquito el gobierno con más seguridad e infraestructura. Las carreteras son un problema. Si alguien se me atraviesa en la calle, para bajarme, yo me lo llevo, pero igual caés en un hueco. Al país le falta infraestructura y seguridad. El resto lo tenemos todo. ¿Dónde encontrás un país más lindo que este? No hay, no he visto un país más lindo que este. He ido a Europa, conozco bien Estados Unidos. Aquí es muy lindo. Aquí está todo muy cerca. Nicaragua está como estuvimos nosotros hace 34 años, apenas empezando. Es un país muy bonito. Está arrancando. Hay mucha voluntad política, mucha ayuda del INTUR, el instituto de turismo de allá, pero le falta mucho desarrollo de producto. Si nos descuidamos, América Central nos va a alcanzar y cuidado con Cuba… Vea el caso de Panamá. Hace unos añitos estaban en pañales, muy lejos de nosotros. Ahora ellos tienen una serie de incentivos.

Camilo Rodríguez Chaverri

127


Limitaciones y fortalezas El problema de nosotros es que cada cuatro años tenemos que volver a empezar. No hay continuidad en los programas de gobierno. Los ministros pueden tener planes pero o no hay presupuesto o no hay voluntad política. Necesitamos mucho más apoyo. Por ejemplo, en el gobierno de José María Figueres, cuando estaba Carlos Roesh, caminaron bien las cosas. La llegada de Roesh fue muy importante ya que conocía el sector. La verdad es que también tenemos muchas limitaciones con el ICE. Lo cierto es que las debilidades son infinitamente inferiores a las fortalezas de Costa Rica: la gente, la belleza natural, la flora y la fauna, eso sí, te lo dejé para el final, ¡la gente sigue ocupando el lugar número uno!

128

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Anabelle Granados Conozco más de cincuenta países Me llamo Anabelle Granados Salazar. Nací en Naranjo de Alajuela el 27 de febrero de 1940. Soy hija de José Granados Beer y de Anita Salazar Ramírez. Ya los dos fallecieron. Mi padre no pudo ser médico por culpa de las circunstancias de la guerra mundial, que impedían la salida del país, pero estudió Enfermería y trabajó como enfermero de la Caja del Seguro Social. Fue uno de los fundadores de la Caja en Alajuela. Después administró un restaurante llamado “Pencho”. Escogió este nombre porque él se llamaba José Prudencio, pero se quitó el Prudencio. Aún así la gente le seguía diciendo Pencho Alvarado. Mamá fue ama de casa. Fuimos tres hermanos. Mis hermanos se llaman Roberto, que ya murió, y Berta Emilia, la menor. Crecí en Alajuela. Me trajeron de Naranjo de tres años de edad. Papá trabajaba en la Unidad Sanitaria en tiempos de don León Cortés, pero cuando abrieron la Clínica del Seguro, se trasladó. El doctor Mourelo, el papá de Néstor Mourelo, era un médico español, y fue el primer doctor del Seguro en Alajuela. Eran cuatro empleados, doña Lola, la farmacéutica, quién además fue la mamá Camilo Rodríguez Chaverri

129


adoptiva de José León Sánchez; Tomás Salazar, Tomasito, que era el chofer; Chalia Rivera, Rosalía, enfermera y secretaria, y papi, que era el enfermero. Realicé la primaria en la Escuela Bernardo Soto y la secundaria en el Instituto de Alajuela. Llegué a ser segundo promedio del colegio. El primer promedio fue Antonio Pacheco, quien luego fue rector de la UNA. Luego me expulsaron, pero por solidaridad, no por maldad. A un compañero le pusieron una amonestación horrible, algunos de mis compañeros rompieron la hoja de clase. Llegaron a averiguar, no dijimos quién había sido, una compañera nos acusó, nos echaron a todos tres días del colegio, nos pusieron un cinco de conducta. Mi papá me preguntó y yo le conté toda la verdad. Me dijo que uno en la vida tenía que ser solidario. Recibí una educación muy linda, muy estricta pero muy abierta, muy comprensiva de parte de mis padres.

Fui muy activa desde niña Fui muy activa desde niña, toda una líder. Fui deportista y bailarina. Desde los seis años vendía de todo, empezando con los cromos y las postalitas. Recuerdo que hasta vendía unos chupones para muñecas construidos 130

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


por mí mismo. Los frasquillos de penicilina venían grabados por fuera. Tenían un tapón. Con alambrina, yo les quitaba las letras. Ponía el tapón al revés y los vendía como chupones para muñecas, a cinco y diez centavos. La ventana que daba a la calle parecía un bazar del montón de chunches que tenía. Tenía una pulpería en el garaje de la casa. Vendía por onzas: arroz, frijoles, yuca y azúcar. Estábamos a media cuadra de la unidad sanitaria de Alajuela. Para la Segunda Guerra Mundial mandamos unos estañones de leche en polvo de cartón riquísima. En la escuela, siempre ayudaba con las ventas de caridad. Me hacía cargo del comercio, ya que me encantaba. Siempre fui muy social: me vestían de la Virgen de Fátima, de la reina de la patria, de angelito, la Samaritana, la Verónica…

Miss Amistad en Miss Universo Fui Miss Costa Rica en 1956, hace cincuenta años, cuando tenía 16 años. Me alteraron la fecha de nacimiento para que pudiera ir al concurso de miss Universo a Long Beach, en California. Me eligieron Miss Amistad. Soy la única costarricense que ha ganado algo así en un concurso de Miss Universo. Camilo Rodríguez Chaverri

131


Resulta que el Alcalde de San Francisco invitó a varias latinas a una recepción. Íbamos Miss Brasil, Miss Paraguay, Miss Chile, Miss Colombia, Miss República Dominicana, Miss Perú, Miss México y yo. Mi papá iba conmigo. Muchos periodistas preguntaban por Costa Rica. Creíamos que era por el galardón de Miss Amistad, pero se debió a que una de las candidatas que perdió mandó un mensaje diciendo que me tenían que quitar el premio de Miss Amistad porque no tenía la edad correcta. Les dije que en Costa Rica a los 16 años se adquiría la mayoría de edad y de inmediato empezaron a aplaudir. Me dieron el premio porque hablé media hora de Costa Rica en espanglish. Gané un montón de premios por Miss Amistad, pero lo principal fue el contrato para estudiar arte dramático en el Actors Studios, donde estudió Marlon Brando. También me gané un contrato de dos años para trabajar en Estudios Universal, con un sueldo de 2250 dólares a la semana. Pero Maureen O´Hara, la actriz irlandesa, le dijo a papá que ni se le ocurriera dejarme, que lo que querían los productores era abusar de mí. Además, mi novio me fue a alcanzar allá, así que me casé antes de llegar a los 17 años de edad con Rodrigo Trejos Zamora, pariente de don José Joaquín Trejos. 132

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Rodrigo era siete años mayor que yo, por lo que a los 18 años y medio ya estaba divorciada. Duré más de novia que de esposa. Él se fue a vivir a Estados Unidos. No quería que yo tuviera chiquitos, para que no se me desfigurara el cuerpo, fijáte qué tal.

Desde los cielos hasta el turismo Desde que estaba separada de él, empecé a trabajar como aeromoza en Lacsa. Fui la primera mujer junto con una prima hermana mía, María Isabel Ramírez Granados. Fue cuando empecé a trabajar, en algo relacionado con turismo. Vinimos a México de regreso, el actor Crox Alvarado, que en paz descanse, me hizo una fiesta. Me presentaron a Cantinflas quien iba a filmar una película que se llamaba “El Bolero de Raquel”. Él quería que trabajara ahí. Ahora estoy leyendo una novela de él que se llama “Si el águila hablara”. Me recordó los años en los que viví en México. Me casé de nuevo a los 20 años con un mexicano, padre de mi hijo. Mi segundo esposo se llama Manuel Llaguno Torres-Landa. Eran ganaderos. Manuel ya murió. Los Llaguno eran muy conocidos porque tienen ganadería de reses bravas, toros de lidia y los Torres-Landa eran conocidos por la política. El tío de Manuel, Juan José Torres-Landa, ha sido gobernador de Guanajuato. Camilo Rodríguez Chaverri

133


Estuve casada con él como siete años. Me divorcié por segunda vez. Ahora se murieron los dos, primero Manuel y después Rodrigo. Soy dos veces viuda. Quedé sola muy jovencita. Nunca más me casé. No me quedaron ganas. Tuve enamorados, pero he sido muy cerebral. Tengo muchísimas amistades, pero he sido muy estable emocionalmente. Me quedó mi niño, José Enrique. Lo crié sola, con mis padres. Ahora tengo cuatro nietos, José Julián, de 20 años, que cursa tercer año de Ciencias Políticas en la Universidad de Costa Rica; Esteban, de 18 años, que estudia Administración en la Universidad Nacional; Analizza, de 15 años, y Francisco, de 13 años, los menores, que estudian en el Colegio Los Ángeles.

Después de aeromoza Primero fui aeromoza durante un año y siete meses. Trabajando de aeromoza, conocí a un ejecutivo, quien me contrató para trabajar en una fábrica de fajas y sostenes, ganando el doble de lo que ganaba en Lacsa. La empresa se llamaba Exquisit Form. Luego, trabajando con esa compañía, conocí en un avión a un alto ejecutivo francés, de Lancome, de México, y me contrató por el doble de lo que ganaba en ese momento.

134

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Nunca trabajé en Lancome porque cuando iba a empezar el entrenamiento en México, conocí a Manuel, nos enamoramos y en menos de tres meses nos casamos. Era siete años mayor, divorciado y con un hijo llamado Manuel. Un niño de pelo blanco, de ojos turquesa, al que crié y al que veo cuando voy a México donde tengo un montón de nietos afectivos, ya que se ha casado tres veces. Del lado de él tengo cinco nietos, cuatro varones y una niña. Mientras estuve casada no trabajé, porque mi esposo no me dejaba, ya que era un machista, igual que Rodrigo. Cuando me divorcié, me quedé en México trabajando. Fui una de las primeras gerentes de zona de House of Fuller, que es una empresa en la que se trabaja vendiendo de casa en casa. Venden productos de limpieza, cepillos y hasta cosméticos. El gerente era don Alberto Cuevas, padre del famoso pintor José Luis Cuevas. Ahí lo conocí, por cierto. Don Alberto fue el primer presidente de la House of Fuller. Me pasé a trabajar con mercadeo y promociones, y tuve la oportunidad de hacer investigación para la televisión por cable en México, llamada en ese tiempo Cable Visión. Ahora se llama Galaxy y es propiedad de Televisa. Estando en mercadeo y promociones, en una compañía que se llamaba General de Promociones, hice una investigación de mercado para otra empresa de los familiares de los señores Azcárraga, Camilo Rodríguez Chaverri

135


los mayores accionistas de Televisa. Les gustó y, entonces, me contrataron de Gerente de Ventas de Intelcom. Allí ganaba mucha plata ya que vendía las centrales telefónicas, centrales de tarjetas. Fue en el año 70. Yo viví el Mundial de México 70, donde se coronó Pelé rey de todos los tiempos, y también estuve en las Olimpiadas del año 68. Recuerdo que para el Mundial vi los mejores partidos. Trabajé vendiendo los programadores para números de teléfonos. Siempre viví con mi hijo allá. Mi madre se fue a vivir conmigo y pasaba temporadas aquí y temporadas en México.

Universidad de la vida Luego trabajé de Gerente Residente en un hotel de Mazatlán. Estudié en la “universidad de la vida”. No tengo ninguna carrera universitaria. Saqué mercadeo y ventas pero en una escuela de mercadeo. Además tengo montones de seminarios de motivación y mercadeo. Estuve seis meses en el hotel hasta que murió mi mamá y me vine para Costa Rica porque papi estaba solo. En 1974 volví de México y empecé a trabajar en agencias de viajes en Costa Rica, hasta la fecha. Tengo actualmente treinta y dos años de trabajar en esto. 136

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Empecé con VIRSA, el grupo de Costa Rica Express, y Sercovia, que ya está cerrado. De ahí me fui para Super Viajes. La compré a los años. Me volví a ir a México en el 79, cuando la crisis económica durante el gobierno de Rodrigo Carazo. Estuve año y medio en México, también con agencias de viajes, con Turismo Costa de Oro. También estuve seis meses en Miami, con un operador turístico, Planning Tours, que promovía Miami viajando por Centroamérica y el Caribe. Vendía todo lo que era Florida. En una de esas me quedé, siempre trabajando en agencia de viajes, en Super Viajes. Pasó un tiempo, la compré, luego la vendí, y me pasé a Diary Tours. Desde hace dos años y medio estoy de Directora Ejecutiva de la Asociación Costarricense de Agencias de Viajes, de la cual fui Presidente dos años.

El turismo significa todo para mí ¿Qué significa el turismo en mi vida? Prácticamente todo, más viviendo en un país como Costa Rica, que tiene tantísimo que ofrecer. He pasado muy entretenida. Más que nada he estado en turismo emisor, vendiendo excursiones, viajes a todas las partes del mundo… Durante muchos años llevé grupos a Europa, América del Camilo Rodríguez Chaverri

137


Sur, al Pacífico, Estados Unidos, el Caribe en los cruceros, África, Tierra Santa, Egipto, todo lo que es Oriente Medio… Conozco más de cincuenta países. No conozco Rusia, Libia, Albania, Australia, Nueva Zelanda, Alaska, Libano, Irak, Afganistán… Conozco desde Canadá hasta tierra del fuego, todo el Caribe. A Europa he ido veinticuatro veces. Conozco los países nórdicos. He estado hasta en Finlandia y en los Países del Este de Europa. Todos los países tienen su encanto. España me encanta. A México lo adoro. Es mi segunda patria. Tengo el corazón partío entre México y Costa Rica. Podrías preguntarte que si el hecho de ser mujer me ha afectado en el turismo. Te voy a contestar con una frase: en lo más mínimo. No me ha afectado, de verdad. En ningún sentido. Más bien, en lo personal me ha abierto las puertas. El turismo es un campo apropiado para la mujer porque se trabaja con familias, y tenemos una sensibilidad especial. En el turismo es fundamental el cuidado de los detalles. Las mujeres somos más acuciosas y más observadoras. En lo personal, siempre le he dicho a mis clientes, cuando salgan de su casa, si no tienen presupuesto para estar igual que en la casa, mejor se esperan un poquito más, ahorran y luego salen. 138

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Conozco más México que Costa Rica. Hasta ahora voy a empezar a conocer nuestro país. Debería darme vergüenza decirlo. No conozco Tortuguero, no conozco Monteverde, ni la Península de Osa.

¿Qué le falta al turismo de Costa Rica? Al turismo como actividad en Costa Rica le falta infraestructura. Estamos seguros en el sector privado. Somos competitivos. El problema es que los gobiernos no establecen programas a largo plazo. Esperemos que este gobierno sí nos ayude a salir adelante con mejores carreteras y seguridad. Falta integración de la empresa privada con los gobiernos locales a través de las municipalidades. Además, falta mayor preparación del personal de turismo en los hoteles y restaurantes, sobre todo los que están dentro, en los lugares retirados. En esto el INA está teniendo un gran papel. Va a retomar un montón de elementos, y va a tener más formación técnica en turismo. Me parece que el sector está muy integrado con el ICT y el ICT tiene que ser como una esponjita, para atender todas las sugerencias. Pero si el gobierno no invierte en carreteras, puertos y seguridad, seguimos guindando, o jodidos. Ponélo en los términos que vos querás.

Camilo Rodríguez Chaverri

139


Ana Margarita Forero Dios viaja con Horizontes Me llamo Ana Margarita Forero. Nací el 18 de agosto de 1960, en Alajuela. Pero soy herediana de corazón, porque es allí donde he vivido la mayoría del tiempo. Mi mamá vive, mi papá murió hace poco. Papi trabajó como empresario en derivados de petróleo durante muchos años. Tuvo en administración la gasolinera del aeropuerto. Fue la primera vez que abrieron esa bomba. Mi papá se llamaba José Forero Schlotterhausen. Mi abuelo paterno era colombiano, de un lugar que se llama Montería. Al llegar a Costa Rica conoció a mi abuela, que era hija de alemanes. Y se casaron. Mi mamá se llama Rita Cabezas Solera. Fue maestra de la Normal. Nunca trabajó. Se dedicó a varias cosas, como el Club de Jardines. Ha estado en el consejo de jueces para arreglos florales, en política, en la junta directiva de la Mutual de Vivienda de Heredia, en la Asociación de Desarrollo de Barrio Corazón de Jesús y mucho más. Somos seis hijos, tres hombres y tres mujeres. Yo soy la mayor. Si algo le tengo que agradecer a Dios es la familia que tengo, porque mis papás toda la vida pelearon por la unión. Siempre tratamos 140

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


de reunirnos, aunque sea una vez a la semana. Mi papá nos enseñó a valorar y a disfrutar juntos, a vivir la vida intensamente, pero sin apegos. Siempre decía “vivamos la vida, cada quien viva y nadie atrase a nadie”. Hice la escuela en Heredia. Luego realicé la secundaria en el Colegio Saint Francis. Me sentía la pueblerina que llegaba a la capital. Durante los primeros tres años de colegio fui muy buena estudiante, pero los últimos años disfruté un poquito más de la cuenta. Entré a la Universidad de Costa Rica. Estaba segura de querer estudiar odontología, porque mi abuelo, Édgar Cabezas Solano, el papá de mi mamá, era dentista. Tuvo una gran influencia en mi. Fue rotario y masón. Tiene una chispa intensa. Es como de la época de grandes hombres como Jorge Manuel Dengo. Ahora tiene 94 años. Fue gobernador de Heredia después del 48. Desde que tengo memoria, tengo una gabacha puesta con un nombrecito en la bolsa, donde decía “Dra. Ana Margarita Forero”. Durante las vacaciones de la escuela y el colegio, le trabajaba a la asistente de mi abuelo para que ella se fuera de vacaciones. Ayudaba hasta en cirugías, y empíricamente sabía sacar muelas. Pero mientras cursaba Estudios Generales y algunos cursos de Preodontología, empecé con fuertes dolores de cabeza. Mi familia me llevó a Camilo Rodríguez Chaverri

141


Estados Unidos para hacerme un TAC. El psicólogo me decía que a nivel inconsciente no quería estudiar odontología. Yo ni siquiera me imaginaba en otra cosa. Me acuerdo que cuando me preguntaban que me gustaba hacer, yo respondía que viajar. Fu e e n 1 9 7 8 , c u a n d o p e n s é e n Tu r i s m o. Empecé a buscar donde daban esta carrera y me enteré que la daban en España. Iba a empezar a averiguar en la embajada, cuando me cuentan que en Cartago también impartían esa carrera, en el Colegio Universitario de Cartago, el CUC. Era a finales del 78. Las clases empezaban en marzo y terminaban en noviembre. Era como un colegio, con un horario de cinco de la tarde a diez de la noche. Cuando me dieron la información del contenido de la carrera, me fascinó.

Bienvenida Marabunda Esa fue una de las mejores épocas de mi vida. Tenía muchas amistadas, por ejemplo, recuerdo desde entonces a Tamara Budowski. Del grupo de amigas mías, Gabriela Sobrado fue la primera que se casó. Estudiábamos todas en las casas de la mamá de cada quien, pero cuando Gabriela se casó, entonces íbamos a dar donde ella. Era más tranquilo por la confianza. El pobre 142

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


marido iba de compras con ella para la semanita, y al llegar todas a estudiar, nos comíamos lo que había. La mamá de Gabi le decía, “hoy llegó la mar abunda”. Hace tres o cuatro años, una del grupo se fue a vivir a Honduras, porque el marido trabaja en banano. Hace dos años decidimos hacer reunión de “la mar abunda” de viaje y nos fuimos a San Pedro Sula, en ese país. Cuando llegamos al aeropuerto, había dos hombres con una manta que decía “Bienvenida Marabunda, 1979-2003.” Los papás, los amigos y todo el mundo sabe que aquí en Horizontes trabajamos juntas cuatro “marabundas”: Tamara, Gabi López-Callejas, Melba Villalobos y yo. Recuerdo la magia de las giras que llevábamos dentro de la carrera, de la belleza del Arenal, y de las tierras aledañas, las que vimos inundándose. Me encantaba conocer los pueblos y las culturas. Muchos de los amigos de la escuela y el colegio creían que mi profesión era una vagabundería, decían, “Margarita estudia turismo para seguir en pelón”. Antes de terminar la carrera, comenzamos a pensar en el tema de la tesis. Dentro del grupo de “la mar abunda”, a casi todos les encantaba la hotelería, pero yo prefería, al igual que Tamara, las agencias de viajes. Camilo Rodríguez Chaverri

143


Hablando sobre el tema, pensamos en qué bueno sería tener una oficina de información turística en el aeropuerto, en la que se le informara a cada turista las maravillas de nuestra tierra. Estudiando en el CUC, nos fuimos un grupo de personas, tres de la mar abunda, a Inglaterra, a estudiar inglés. Estando allá, se me notaba mucho la pasión que sentía por mi país. Se me desbordaban las ganas de hablar de las bellezas de este país, desde ver una carreta con bueyes, una montaña o un río, hasta conversar sobre el espíritu de aventura para andar por el monte o entre las playas.

Nos une el amor por nuestras tierras Con Tamara, me unió ese amor por nuestro país, por lo que nos asociamos. Ella era la que administraba. Mientras trabajábamos en la tesis, llamada “Análisis de la información turística en el área metropolitana”, en la que levantamos un inventario de todos los folletos turísticos que los hoteles ofrecían, hablábamos de la agencia que íbamos a poner. Tamara averiguó y en M iami había una especialización en Mercadeo Turístico. El destino empieza a moverte. Dios teje tu destino. Fue cuando se vino la devaluación de 1981, el llamado “carazazo”, la crisis económica dentro del gobierno de don Rodrigo Carazo. E n e s a é p o c a , y a h a b í a m o s t e r m i n a d o. 144

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Fuimos la cuarta y la quinta en graduarnos. Fue todo un logro porque no todo el mundo terminaba la tesis. Sufrimos mucho con la devaluación, por lo que debí quedarme en Costa Rica. Tamara se fue a estudiar mercadeo a Miami. Planeamos que mientras ella estudiaba allá, yo comenzaba a buscar trabajo acá, por lo que abrí el periódico un día y leí un anuncio que decía que necesitan una relacionista pública para el Parque Nacional de Diversiones. Así, estuve en el Parque Nacional de Diversiones como relacionista pública. Me tocó inaugurar el parque. Organicé mucho de lo que contemplaba la inauguración oficial. Recuerdo que me traje a mis amigas y hermanas a trabajar de gratis. Logré tener veinticinco guías de gratis. Estando en el parque, me llaman del Instituto Costarricense de Turismo porque tenía los documentos listos para ir me a Estados Unidos. No me había ido porque económicamente mis padres no me podían pagar. Averigüé que el gobierno de Austria y la OEA tenían un programa de becas para América Latina. Eran siete becas para estudiar una especialización de turismo en Salzburgo, durante once meses. La especialización era en administración de empresas turísticas. Me voy al ICT, me dan todos los papeles, hago todas las vueltas, voy a la Casa Amarilla, sigo trabajando en el Parque Nacional de Diversiones, y por fin Camilo Rodríguez Chaverri

145


un día me dice mi mamá, “hay algo para usted debajo de la almohada”. Era un sobre anaranjado, con letras en alemán, que decía, “el gobierno de Austria y la OEA tienen el honor de informarle que fue elegida...”. Lo único era que el boleto de regreso lo teníamos que pagar, pero por dicha mis papás me dijeron que sí, que claro.

En el castillo de veraneo de Hitler La universidad estaba en el castillo de veraneo de Adolfo Hitler. Allí llevábamos diez materias y teníamos clases de nueve de la mañana a siete de la noche. El castillo donde cenábamos y almorzábamos era un hotel de cinco estrellas. Las dos carreras que daban eran hotelería y administración de empresas turísticas. No se puede desperdiciar cada oportunidad que nos da la vida. Fue una experiencia lindísima, de crecimiento espiritual. Fue tan lindo sobre todo porque conocí a mucha gente de diferentes religiones, de diferentes partes del mundo. Eso te permite una apertura total y nos ayuda a acabar con cierta intolerancia de una sociedad conservadora. Hay que valorar las diferencias, son las que te hacen crecer. Envejecer es obligatorio, crecer es opcional. ¿Cuántas veces nos pasan por la vida situaciones 146

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


que nos permiten crecer? Pero uno crece sólo si uno quiere. Recibí mi título y me devolví a Costa Rica. Al llegar me encuentro con Tamara. Ella llegó tres o cuatro meses antes que yo, y ve n í a e s p e c i a l i z a d a e n m e rc a d e o. Yo en Europa estudié administración. Estas son las dos más importantes áreas necesarias para crear una agencia.

Existen las Diosidencias Nosotras dijimos, “existen las Diosidencias. Decidimos que Diosito viaja con Horizontes”. Horizontes es nuestra agencia de viajes, y Diosito ya lleva veintidós años de viajar con nosotros y Dios guarde se baje, se lo tenemos prohibido. En 1983 empezamos con la agencia. Tamara me dijo que teníamos que empezar vendiendo boletos porque para turismo receptivo hay que viajar, tener folletos, jalar gente… Lo que queríamos era traer gente a conocer esta maravilla de país. Yo soy la soñadora, ella la ubicada y siempre buscamos un punto de equilibrio. Mi papá tenía un amigo de toda la vida, Guillermo Miranda, un señor sumamente visionario, que para ese año, 1983, tenía unos ocho años de haber comprado una propiedad en Corcovado, lo que hoy en día es Marenco. Camilo Rodríguez Chaverri

147


Don Memo me presentó a Sergio Miranda, su hijo, que venía de Estados Unidos a Costa Rica y que ama la naturaleza como nosotras. Hablamos con él en una fiesta, toda la noche, y nos dijo que lo que quería era poner un hotel en Marenco. Para nosotras, fue la unión que esperábamos. Sergio le habló a su hermano Roberto, se encargó de buscar el capital, y empezamos a hacer tours a Marenco. Uno de mis primeros jefes fue Eduardo Villafranca, quien ha estado en Punta Islita últimamente, y que ha hecho maravillas en ese lugar. También fue presidente de la Cámara Nacional de Turismo, CANATUR. Aprendí mucho de él. Lo cierto es que empezamos con los Miranda, y Marenco se convirtió en una gran puerta, una puerta a un mundo enorme, para nosotras. Poco a poco, nos fuimos encaminando hacia lo que nos gusta. Ahora seguimos solas, Tamara y yo, y hemos hecho brecha en el ecoturismo. Estamos felices con Horizontes. Dios sigue volando con nosotras, y todos los días tenemos nuevos motivos para estar contentas.

148

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Tamara Budowski Oí una palabrilla mágica, que me encantó: ¨turismo¨ Me llamo Tamara Budowski Palma. Nací en San José, el 15 de abril de 1960. Mi papá se llama Gerardo Budowski. Es un conservacionista muy conocido, ahora retirado. Mi mamá se llama Thelma Palma. Es ama de casa. Estudió nutrición y sociología rural. Somos dos hijas. Mi hermana se llama Liliane, quien es odontóloga, especialista en niños. C re c í e n Co s t a R i c a . Lo s p r i m e ro s c i n co años los viví en Turrialba, porque mi papá trabajaba en el CATIE, en ese entonces IICA. Después vivimos poco más de medio año en California porque mi papá se fue a estudiar en la Universidad de Berkeley. Mi papá nació en Alemania. Luego tomó la nacionalidad francesa en la época de la Segunda Guerra Mundial. Después se nacionalizó venezolano. Llegó aquí como ingeniero forestal a sacar una maestría. Aquí conoció a mi mamá, que trabajaba para la FAO, en un proyecto en el IICA, ahora CATIE. Mi mamá estaba ahí por un año. Mi papá vino a estudiar, y aquí encontró el amor. Realmente encontró varios amores: se enamoró de quien fue poco después su esposa y se enamoró de Costa Rica. Camilo Rodríguez Chaverri

149


Vivimos en Costa Rica primero en Turrialba, luego en California seis meses, después en París tres años y luego en Suiza seis años. Aprendí inglés y francés de niña. Pequeña estudié alemán. Hablo inglés, francés, español, y también estudié otros idiomas como el portugués, italiano y alemán. En Francia, terminé la primaria, y en Suiza casi termino la secundaria. Aunque fueron seis años, cuando regresamos no tenía título de colegio y tuve que venir al Colegio Franco a terminar. Al entrar en la universidad, empecé parcialmente con dos carreras, Biología e Idiomas, pero las abandoné. Oí una palabrilla mágica que me encantó: turismo, y aproveché que acababan de abrir la carrera de turismo en el Colegio Universitario de Cartago (CUC). Ahí saqué el título de diplomada en empresas y actividades turísticas. Después me fui a Estados Unidos y luego de año y medio saqué una especialización en mercadeo turístico. Estuve en Babson Park, un pueblito pequeño en Florida, en Webber College.

Compartir pasiones Me vine para Costa Rica cuando tenía 22 años y trabajé un año en OTEC. Fue una experiencia muy linda. Su filosofía de promover las tarifas más baratas posibles para que los jóvenes viajen 150

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


y buscar que las personas estén más abiertas a diferentes culturas, a experimentar, a respetar, a tolerar, a valorar, a crear amistades en una forma más espontánea y favorecer la paz mundial alimentando sentimientos de respeto… Todo eso me encantó. Entonces, llegó mi mejor amiga, Ana Margarita Forero, que estaba especializándose en Austria en administración de empresas turísticas. Nos conocimos en el CUC cuando estudiábamos. Yo vivía en San José, ella en Heredia. Viajábamos a Cartago de noche, lo cual era super inusual. Viajábamos entre bus y vehículo. Margarita viajaba con vehículo. Yo andaba a pie, al trole. En el año 83, cuando tenía 23 años, iniciamos el concepto para crear “Horizontes”. Cuando fuimos estudiantes de turismo, nos tocó hacer muchas giras en el país. Compartíamos la pasión, el interés y la fascinación por las áreas naturales y por la gente de este país. Queríamos compartir estas maravillas con nuestros visitantes, por lo que nos decidimos optar por una licencia de agencia de viajes receptiva. Como no teníamos mucho capital, porque esto toma tiempo, pensemos que el turismo receptivo en ese tiempo se tenía que trabajar con un año de anticipación, entonces sacamos la licencia emisora para vender tiquetes y cruceros. No había licencias emisoras. El ICT decía que ya había demasiadas en Camilo Rodríguez Chaverri

151


el país. Hicimos una solicitud a la junta directiva para que vieran el caso nuestro como un caso especial. Para eso nos basamos en que creo que somos la tercera y cuarta graduada en turismo. Es decir, muy pocas personas se graduaron en turismo antes de Ana Margarita y yo. Creo que estamos entre las cinco o diez primeras graduadas en el país. Habíamos hecho una tesis juntas, sobre información turística, a pesar de que el país estaba totalmente cerrado en ese sentido. Teníamos muy claro lo que queríamos. Fuimos a la junta directiva, solicitamos un permiso especial, que reabrieran el otorgamiento de licencias emisoras, y nos la dieron Empezamos en el edificio Cristal. Éramos tres personas, porque iniciamos la empresa junto con una muchacha que volvió con nosotras hace unos años, Gabriela López-Calleja, que también era compañera nuestra del CUC. Nos fue muy bien. Al principio costó muchísimo. Empezamos en el año 84. Habíamos tenido una oportunidad de entrevistar a muchos gerentes de líneas aéreas. Teníamos muy claro el panorama.

152

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


”El turismo no se estudia”, decía todo el mundo. Rápidamente tuvimos cierta credibilidad. Aunque no teníamos la licencia IATA para emitir boletos, nos daban crédito para comprarlos. En cinco o siete años, llegamos a ser una de las primeras cinco empresas del país en turismo emisor. Teníamos mucho trabajo. No hay nada gratis. Hicimos sacrificios personales y desde siempre contamos con muy buen personal. Estábamos contratando a gente profesional, muchos de los cuales habían estudiado turismo. Eso sigue ocurriendo así. Lo importante es tener mucha agresividad. En el sentido de ir a tocar puertas. Le vendíamos boletos a los ministerios, a las empresas, a las ONGs, a las instituciones educativas, a los organismos internacionales, a todos... Empezamos a diversificar el mercado y buscamos tener una cartera de clientes muy variada. A pesar de que creamos esta estructura para financiarnos, la pasión nuestra y la intención realmente era dedicarnos al turismo receptivo, para enseñarle a los turistas las bellezas naturales de Costa Rica y la hospitalidad de su gente. Por eso, muy pronto, en el año 86, entablamos relaciones con algunas empresas mayoristas, ofreciéndoles itinerarios o programas que incluyeran Camilo Rodríguez Chaverri

153


los parques nacionales de Costa Rica, con guías especializados. Arrancamos en diciembre del 86 con nuestro primer grupo de amantes de la naturaleza, y a partir de entonces no hemos dejado de crecer en ese campo. Disfrutamos de los paisajes y de la naturaleza, pero realmente ni siquiera sabíamos lo que estaba sucediendo. Es a través de la investigación que tuvimos que hacer de estos lugares, como Monteverde, Palo Verde, Santa Rosa, Corcovado, que empezamos a descubrir lo extraordinario de los bosques de Costa Rica. Son extraordinarios en su biodiversidad y en cómo podían convertirse en un imán que sentara las bases para el desarrollo de una industria turística cimentada en la apreciación de la naturaleza. Acaba de caer un pájaro. Aquí mismo, desde mi oficina, la acabo de ver. Del cielo hizo así: uuuuuu. Y ya volvió a subir. Qué maravilla. Qué belleza. Sigamos. También entendimos que para que esta belleza pudiera ser aprovechada por muchos más, costarricenses y extranjeros, en el futuro, teníamos que conservarla, protegerla y estudiarla para transmitir mejor lo extraordinaria que es. Nosotros empezamos y dijimos, ´ay, mirá, qué lindo´. Qué bonito hacer un turismo más cercano a la naturaleza y a la gente. Estoy pensando en Cahuita, en el parque nacional, la gente, la nota social, el calypso. Pero no pensábamos, porque no 154

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


lo sabíamos, en que hay ahí un arrecife de corales de gran importancia, y que esos bosques protegen a una población de monos muy importante. Igual en Monteverde, con la población nacional, la población que llegó del exterior, los quetzales, los acuíferos… En Corcovado, con las lapas, con los jaguares, con la belleza escénica, con los árboles. Es que este país es una fiesta para los sentidos… Aquellos árboles, con aquellas gambas, que ves para arriba y no te alcanzan los ojos. Palo Verde es un parque que nos inspiró muchísimo. Vas en una lanchilla del río Tempisque, de repente ves aquellos cocodrilos, aquellas iguanas de dos metros, animales prehistóricos… Te cuento una anécdota… Hacemos un paseo de fin de año cuando cumplimos veinticinco años. Un paseo con una turba de amigos, novias, novios, etcétera… Todo el mundo hace una banca para alquilar una lancha. Nos vamos para Palo Verde. Estamos en la lancha, vos vas viendo cocodrilos de tres metros, iguanas trepadas en los árboles, cientos de aves, que al atardecer vuelan de un lado para otro, en aquellas planicies de Guanacaste… Es de rasgarse las venas. Al final, nos dimos cuenta que era uno de los humedales más importantes de Centroamérica, porque es un sitio de migración y de anidación de un montón de especies, hasta aquí llegan las lapas, porque han sido totalmente extinguidas en el resto de Centroamérica, las Camilo Rodríguez Chaverri

155


cigüeñas Jabirú, en vías de extinción, y unas aves divinas, rosadas, que se llaman “espátulas rosadas”. ¿Vos te podés imaginar un vuelo de espátulas rosadas en el atardecer? Y una isla que se llama “Isla Pájaros”, a la que no le cabe ni un pájaro más. Así te puedo hablar de cada parque nacional. Me parece que Margarita, mi socia y amiga, y yo, deberíamos escribir un libro sobre ecoturismo, no porque nos guste, sino porque es una responsabilidad. Cada vez que íbamos conociendo una nueva región, investigábamos y nos parecía extraordinario todo lo que encontrábamos. De alguna manera, nos íbamos educando sobre la importancia y el potencial que tenía ese atractivo, y sobre la inminente necesidad de protegerlo. Estoy repitiendo lo que te dije hace un rato, pero estoy tratando de cerrar la idea. Ese efecto que tuvo la naturaleza en nosotros es justamente a lo que estamos avocados nosotros en Horizontes, y es el efecto que tiene la naturaleza en todos los visitantes, los turistas. Eso mismo que sentimos Margarita y yo, aaah, guau, qué increíble, lo sienten y lo piensan los turistas. Esa reacción tienen los visitantes. Es lo que tratamos de generar en todos nuestros visitantes, no sólo para que conserven Costa Rica, sino porque en sus países de origen también deben tener lugares muy ricos, de extraordinaria belleza e importancia 156

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


biológica o cultural, y que deben ser protegidos y conservados. En los primeros años, la gente creía que estábamos desquiciadas, y nosotras, mirá, pero sin el mayor gramo de duda de que esto tenía un potencial increíble, y que además, se podía convertir en un modelo, que muchos, muchos países podían adoptar.

Camilo Rodríguez Chaverri

157


Lorena Orfila Araya No soy muñeca de oficina Me llamo Lorena Orfila Araya. Nací el 15 de octubre de 1946 en Golfito, porque mi papá era bananero. Los tres hijos menores nacimos en Golfito. Somos seis hermanos, cuatro mujeres y dos hombres. Crecí en la zona americana de Golfito. Me encantaba ese lugar. No hay palabras para describirlo. Allí vivíamos pocas familias a las que la escuela nos quedaba muy cerca. Aprendimos muchos deportes. Recuerdo que jugaba tennis, golf, boliche, pool y ping pong. Mi mamá era campeona de boliche. Me vine de Golfito a los trece años porque a mi papá le dio un derrame. Nos costó mucho a los cuatro menores porque veníamos de una escuela americana. Al llegar a la escuela México se suponía que iba para sexto grado, pero el Ministerio de Educación nos hizo exámenes y nos devolvieron dos años. Primero fuimos a la Escuela Manuel Belgrado. Después nos fuimos a vivir a Aranjuez. En la escuela era buena estudiante porque me encantaba estudiar. Mi materia favorita era la ciencia, todo lo que tenía que ver con ciencias.

158

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Luego, estuve en el Colegio Rosario, donde recuerdo que los uniformes eran espantosos. Además del uniforme, nos ponían un delantal de manta encima para que no nos ensuciáramos. La enagua llegaba al tobillo. Además, nos obligaban a usar las medias que se ponían las abuelitas. Así como te lo digo. No estoy exagerando. Estuve en la universidad como tres años. No realicé ningún estudio especial en turismo y, para serte sincera, nunca terminé. Cuando yo cumplí los 16 años, mi mamá quedó viuda con seis hijos, por lo que todos comenzamos a trabajar para ayudar. Para apoyar a la familia, empecé a trabajar como operadora de teléfono en la Casa Presidencial. ¿Cómo entré a la hotelería? Cuando cambió el gobierno que estaba en el poder, debieron despedir a muchos empleados porque llegaban los del otro par tido. Yo venía bajando Cuesta de Moras, llorando y pensando qué le iba a decir a mi mamá. Al pasar al frente del Hotel Presidente, me encontré una amiga, llamada Silvia Arana, con la que crecí en Golfito. Le conté mi historia y me dijo que se iba de casar con un americano y que no la iban a dejar que se fuera hasta no llevar a alguien que la reemplazara. Así, en el año 66, empecé a trabajar en el Hotel Presidente, en la central telefónica. Aprendí rapidísimo, aunque esas centrales estaban llenas de claves y manejarlas era un enredo. Camilo Rodríguez Chaverri

159


Un día, le dije al gerente que yo quería ser recepcionista. Era un puesto en que se trabajaba como cajera y como recepcionista. Además, manejé reservaciones. Ahí me quedé ocho años de mi vida. Trabajando en el Hotel Presidente, en el año 1974, tuve a mi hija Paola. Soy mamá y papá, además fui como el esposo de mi madre, cuando papi murió.

Yo soy la peleona Por el carácter fuerte y por no dejarme de nadie, mucha gente piensa que yo soy la peleona, pero también soy muy dadivosa. ¡Dios guarde yo con plata, porque me gusta mucho regalar! Me gusta ayudar a la gente necesitada. Cuando yo sé que alguien tiene una necesidad económica y puedo ayudar, lo hago. En 1974, me pasé al Hotel Cariari, donde trabajé dieciocho años. Empecé como jefa de recepción y de reservaciones. Después fui gerente de operaciones, y también trabajé como sub gerente. Cuando vendieron a los japoneses, me quedé un tiempillo, pero después no me gustó la forma de trabajar de ellos y me fui. El hotel Cariari fue una escuela para mí. Ahí sí que viví cosas, ¡qué barbaridad! Rubén Pacheco estuvo de gerente cuando yo era la sugerente. Fue gran

160

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


profesor para mí, me enseñó muchísimo. Es una persona que yo quiero y admiro muchísimo. Cuando llegaron los japoneses descubrí que no era dueña del hotel Cariari. Siempre me apasiono con mi trabajo y me siento parte importante de lo que hago. Sandra, mi hermana, también trabaja en hotelería y turismo. Lo que pasa es que somos como el agua y el aceite. Ella es de Relaciones Públicas, de diplomacia, mientras que yo soy de decisiones, de carácter más fuerte.

Herradura y San José Palacio Luego Germán Berná se pasó al Hotel Herradura como gerente general y yo me pasé como gerente de operaciones. Ese departamento siempre ha sido mi fuerte. Cuando estuve en el Herradura, me llamó mi amigo Jorge Salgado, que trabajó conmigo en el Cariari, y me dijo que se había pasado como gerente general del Barceló San José Palacio y me ofreció irme para ese hotel con un mejor salario. E inmediatamente acepté. En esta ocasión no lo pensé tanto con el corazón, sino con la cabeza. En el Herradura estuve un año y medio y en el Barceló también año y medio. Me fui porque Rubén Pacheco me llamó para que fuera a trabajar al hotel Fiesta. Me dice “Lorelay”. En aquel momento, me

Camilo Rodríguez Chaverri

161


preguntó, “doña Lorelay, ¿usted no se vendría con nosotros?” Yo le respondí, ¡claro, vamos pa´ la playa, ni se duda! Ahí trabajé cuatro años y medio, ¿Qué si me gustó? Me encantó, fue divino. La hotelería es un trabajo de estrés, pero hay que aprender a vivir con él. La persona que no acepta eso, que busque otro trabajito. Yo disfruto enormemente. Los que trabajamos en hotelería somos como marionetas. Siempre tenemos que estar sonrientes, sean días buenos o malos. Siempre hay que sonreírle al cliente.

Historias de historias Mi vida está llena de historias. Te las voy a contar, a la mano de Dios. Por ejemplo, en el Hotel Cariari yo era íntima amiga de Caro Quintero y viví de cerca el caso de Elizalde, quien tenía tres suites y como dieciocho habitaciones. Siempre me gusta averiguar todo lo relacionado con los huéspedes en los hoteles en donde trabajo. Todos los casos raros, yo los perseguía a ver qué pasaba. Yo sería feliz trabajando en la DEA. Por este trabajo de hotelera, hace algunos años estuve muy en contacto con el FBI y la OIJ. Me encantan

162

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


dos profesiones: la Medicina Forense y el Derecho Penal. Me encantaría ser abogada penalista. Y amo la medicina forense: vos te imaginás lo lindo que debe ser investigar qué se comió y por qué se murió. Hasta compro libros especializados y veo programas de televisión relacionados con este tema. En el Cariari, viví millones de historias. Cierta vez, se murió un señor en una de las habitaciones del hotel. Le tocaron la puerta y no contestó, por lo que la camarera entró. De inmediato me llama y me dice, “doña Lorena, un señor se murió” ¿Cómo que está muerto?, le dije yo. Me voy en carrera y el señor estaba muerto. Tenía una tira amarrada en la cabeza. Le digo a la camarera, “¿quién le puso eso?”, y dice la camarera, “ay, pobrecito, tenía la boca abierta”. La mandé a quitarle el pañuelo ese de inmediato. Yo siempre le digo a mis empleados y a mi familia que uno debe andar siempre la palabra “malicia” impresa en la frente. Por ejemplo, cuando un señor empieza a regalar perfumes, flores, hay que sospechar. Nadie da nada por la cara bonita. Eso me pasó con un cliente, que tenía un cargo diplomático o algo así. Era de Europa y pasaba temporadas en Costa Rica. Era guapísimo y siempre vestía de gabardinas blancas. Cuando yo no estaba, me mandaba a traer a la casa con su chofer privado, Camilo Rodríguez Chaverri

163


para que viniera a ver las cuentas. Pero una vez se fue sin pagar. Era una última cuenta, bien grande. Este tipo de personas buscan hoteles de muy alta categoría, porque saben que no va a estar migración revisando un libro.

En rent a car, pero sin licencia Un día, estando en el Cariari, mi amigo Miguel Trejos me invitó a trabajar con una oficina de Avis Rent a Car en el Hotel Cariari. Le dije, “sólo hay un problema, no sé manejar”. Me responde, “¿cómo que no sabés manejar?”. Le contesté, “bueno, eso es problema mío, no suyo”. Hasta la fecha no manejo. Odié manejar toda la vida. Me malacostumbraron en el hotel Cariari, porque siempre me ponían el taxi para hacer los mandados. ¿Sabés que es lo más divertido? Que mandé a comprar un carro a Estados Unidos cuando todo el mundo traía carros de allá. Era la moda. Lo tuve una semana en el parqueo del Cariari. En Avis Rent a car estuve como ocho meses y fui una de las mejores vendedoras. Me fui porque no soporté estar encerrada en un escritorio. No soy muñeca de oficina.

164

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Me decían Ministra Tatcher y Alka Seltzer Mis empleados siempre me han querido mucho. En el Cariari, todas me decían madre, y a veces ministra Tatcher. En el Hotel Presidente me decían, ´Alka seltzer´. Me salí del hotel Fiesta porque me cansé de la hotelería. Dije, “no más, hasta aquí llegó Lorena”. Y llegó Orlando, un hermano mío, para invitarme a participar con él en una lavandería industrial para hoteles llamada “Iceberg”. Era feliz, iba en tennis, con buzo, no me pintaba, y nunca me maquillaba. Me encantaba esa libertad. Allí trabajé como cinco años, pero claro que continuaba con asesoramientos en turismo, en hotelería, con entrenamientos de amas de llaves, recepción, botones, lavandería, seguridad, todo lo relacionado a la hotelería… En una de esas, me llama una prima mía, Evelyn Soto, para que le ayudara en el Albergue Rincón de la Vieja durante tres meses y yo de inmediato le dije a mi hermano, “usted va a dejar de ver este caramelito durante tres meses”. Mi hermano tiene un carácter muy fuerte y yo soy muy jovial con el personal. Para mí, el personal es importantísimo. Todos mis empleados me quieren mucho. Me dan muchos regalos.

Camilo Rodríguez Chaverri

165


Son gente muy humilde y sencilla. Siempre me dan regalitos, un pichelito de cerámica, una pulserita, un limpión… ¿Cómo no voy a apreciar esas cosas? Eso sí, yo soy muy disciplinada. Si hablo, hablo una vez. Me gusta la justicia y siempre les digo, “el ayote hay que partirlo por la mitad”.

El personal es la cara del hotel El personal es el que hace la empresa, es la cara del hotel, no es el gerente, ni las instalaciones, ni el grillito, ni la chicharra, ni la playa, no: la cara del hotel es el personal. Estuve tres meses en Albergue Rincón de la Vieja. Es un lugar soñado, pero en el que tuve que tener mucha paciencia, porque había mucho qué enseñar. Al regresar, continué con la lavandería, pero al rato me volvieron a llamar del Hotel las Espuelas, en Liberia. Allí estuve tres meses. Regresé a la lavandería otra vez, y como a los cuatro años y medio, me llamó otro amigo de la hotelería, William Rojas, con quien trabajé en el Cariari, y me dijo que me necesitaba por unos meses para la apertura de Costa Esmeralda. Me llamó como gerente general. Él era gerente de Papagayo y yo gerente de Costa Esmeralda. Entré

166

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


en noviembre, pensando estar allí solamente dos meses. Al final me quedé como seis. De ahí, como iban a cerrar Costa Esmeralda para la remodelación, el director general decidió pasarme al Hotel El Tucano, y al llegar aquí me enamoré del lugar. Estaba como indecisa, porque yo venía de hotel de playa, pero me encantó el lugar y, sobre todo, me encantó la gente. Me fui quedando y ya llevo cuatro años y seis meses. El personal es de años. Hay camareras, encargados de seguridad o de la cocina, que tienen años de estar aquí. Hay un botones que tiene quince años. Tengo cuarenta años de ser hotelera. La hotelería para mí es la vida. La verdad es que me he terminado de criar entre los hoteles. Para tener un trabajo de estos, hay que amar lo que uno hace. Por ejemplo, yo vivo en el trabajo. En los únicos hoteles en los que he vivido es en Costa Esmeralda y aquí. Así, si me dicen a las dos o tres de la mañana, “doña Lorena, que hay un señor borracho, pegando gritos, me visto de inmediato, y de inmediato me voy a atender el problema.

¿Qué le falta al turismo? Entre los nuevos hoteleros hay muchachos muy jóvenes que quieren empezar de gerentes Camilo Rodríguez Chaverri

167


de hoteles grandes y ganar medio millón de colones. Yo empecé como operadora de teléfonos y aquí estoy. Hay que chollarse las nalgas. Yo pongo a los muchachos que vienen a hacer práctica a cortar zacate, a tender camas, limpiar baños, manejar máquinas de lavandería… No se salvan ni de uno de los trabajos de mantenimiento. Creo que si usted quiere ser gerente de operaciones tiene que saber cómo se hace todo eso. Ahora, la mayoría de esos chiquitos que aprendieron a hacer de todo, son gerentes de hoteles. Yo ayudo a entrenar a estudiantes del Colegio Universitario de Cartago. De veinte que me mandan, sólo a seis recomiendo. A los demás, los devuelvo rapidito. Me gusta mucho ayudar a los colegios del área. Tengo haciendo práctica a muchachos de Venecia, de Pital, y tuve a un muchacho de Guápiles, que me llamaba todos los días y era muy insistente. Lo acepté y le envié a limpiar baños y ventanales. Al final, nos resultó tan inteligente que lo metimos en el Departamento de Contabilidad. Ahora está encargado de costos de Costa Esmeralda. Hay gente que quiere aprender, pero la mayoría no. Si usted no disfruta lo que está haciendo, no sirve. Esa energía que yo tengo para trabajar día con día es la que yo le transmito a mi personal. 168

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Hay consejos importantes que los jóvenes deben saber. Eso lo da la experiencia. Por ejemplo una camarera nunca debe atender el teléfono. Escuche esta historia. Un día, al salir un cliente de la habitación, la camarera contestó y era la esposa, que se enfureció al saber que una mujer contestaba en la habitación de su marido. En mis años de trabajar en la hotelería, he resuelto muchos conflictos, que van desde enredos de faldas, hasta de agresión intrafamiliar. Una vez, llega una señora y me dice, “mire, doña Lorena, usted es la gerente, tengo que contarle la verdad. Estoy en un serio problema. Mi esposo está hospedado en este hotel junto a la querida. Yo quiero subir a la habitación”. Le dije que yo no podía hacer eso, porque cuando un cliente paga por una habitación, es el dueño de ese espacio. Pero también le dije que le iba a ayudar, pero que me esperara en el lobbie. Llamé al señor, lo llevé a mi oficina, le dije, “mire, usted está con su querida, amiga o como quiera llamarle, pero su esposa está en la recepción”. Le pedí que sacara a esa mujer del hotel, de inmediato, si quería que yo le ayudara. Luego le aconsejé que le dijera a su esposa que estaba solo, y así salimos adelante. Cualquiera puede decir que yo lo “alcahuetié”, pero no es exactamente así. Yo me cuidé de la seguridad del hotel, simplemente. Camilo Rodríguez Chaverri

169


Otra vez, llegaron dos venezolanos como de revista, una pareja de modelos. Entraron a un cuarto, y de un momento a otro empiezan a caer pedazos de vestido. Al final, sale el guapo, paga la cuenta y se va. Dejó a la muchacha en la habitación, sin un cinco y sin ropa. La dejó sin papeles. Tuve que ir a comprarle ropa, mandarla a la Embajada de Venezuela para que consiguiera un salvoconducto y hasta invitarla a comer. Todo fue porque el carajo se le puso celoso por un ex novio. Otra vez, llegó un gringo con dos chiquitos. En la noche, se pegó una borrachera y los agredió. Sufrimos horrores para quitárselos de encima. Al final, resultó que era alcohólico, estaba divorciado, le pidió los chiquitos a la ex esposa para viajar, después se emborrachó y los agredió. Tuve que ir a la Embajada de Estados Unidos, y sacamos a los chiquitos prácticamente antes de que el señor se diera cuenta. En ocasiones, me siento un poco el hada madrina de los clientes del hotel, y eso me realiza. Tengo cuarenta años de dedicarme a la hotelería, y todavía me entretiene.

170

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Ileana Lines Sancho Vivo un romance con mi trabajo Me llamo Ileana Lines Sancho. Nací en Cartago, el 11 de abril de 1940. Mis papás se llaman Vernor Lines LópezCalleja y Virginia Sancho Genet, quien ya falleció. Somos tres hermanos. Mi hermana se llama Lorena y mi hermano, Vernor. Yo soy la mayor. Lorena es ama de casa y Vernor es arquitecto. Crecí en San José. Nos vinimos cuando yo tenía un año. Sin embargo, tengo unos lindos recuerdos del mercado de Cartago. Yo era una gorda divina. A mi abuela le encantaba llevarme al mercado con una canasta. Me veía toda coqueta. Recuerdo ese mercado, así como recuerdo muchas edificaciones viejas. Destruyeron todos los edificios antiguos y valiosos, y esto ha hecho un impacto en mí. Decía mamá que, de chiquita, siempre andaba tocando las puertas y las texturas. Finalmente, acabé decorando y haciendo jardines. Soy muy creativa. En mi negocio he ejercido la creatividad. Me ha afectado siempre mucho que aquel San José y aquella Costa Rica ya no existan. Vivo recordando mis tiempos de tranvía. Recuerdo el olor a bazar de la casa que teníamos en la Avenida Central. Cuando entreno a la gente les digo que quiero que llenen los sentidos, que llenen la vista con bellos Camilo Rodríguez Chaverri

171


colores; el oído con música linda; para el tacto, démosles frutas, que con las manos sientan telas, cosas que la gente toque, collares, pulseras; que se despierte a los sentidos, al olfato, con ricos olores; al gusto, sabores inolvidables… En este negocio en que he estado, ese es el secreto. No podés hacer las cosas por hacerlas. Tiene que haber una razón. Es algo mucho más sensual, más importante. Si estamos en el río, la balsa tiene que ser inmaculada, el guía debe estar vestido de safari y ser un excelente guía; que haga que el turista vea los cocodrilos y escuche los pájaros… El complacer los sentidos es algo importantísimo en turismo. Los grupos de incentivos son muy importantes: las grandes empresas del mundo, especialmente en Estados Unidos, premian a los vendedores. Los viajes son los premios más importantes. Por ejemplo, Motorola premia a sus vendedores con viajes. Tenés que crear una fantasía para ellos. Ahí podés desarrollar y echar a volar toda tu creatividad. Yo hago la noche de Rainforest; la famosa Pachanga, la historia de los bailes latinoamericanos, desde tango, bolero y cha cha cha hasta reggae… Hay un show de media hora de bailes donde nuestros muchachos te llevan en un viaje de bailes latinoamericanos.

172

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Mi infancia y mi adolescencia Hice la primaria en la Escuela República del Perú, después estuve donde las monstruosas monjas del Colegio de Sión. R ecuerdo que cada vez que mis papás viajaban a Europa, me dejaban de interna en el colegio. No puedo olvidar que nos obligaban a bañarnos con batón, porque, según ellas, era pecado que te vieran y también que te vieras. En mí causó una reacción totalmente contraria. Por ejemplo, ahora no voy a misa. Tengo compañeras muy católicas, con las que aún me reúno. Vamos a cumplir cincuenta años de graduadas. Tuve una gran amiga llamada Hermida Acosta. Fuimos muy amigas, pero después te separa la vida. Las monjas trataban de forzarte en tu manera de ser, tu personalidad… Lo que lograban era retorcértela. Hace diez años hice una reunión de compañeras. Luego de llevarlas al hotel Costa Rica Marriot, que estaba creando yo con mi marido, nos sentamos las treinta o cuarenta debajo de un árbol de guapinol. Allí llegué a una conclusión: que la educación que nos dieron las monjas sí nos formó. Pocas entre nosotras estaban divorciadas, muchas habían tenido éxito y muchas hasta tienen dos o tres profesiones, Camilo Rodríguez Chaverri

173


lo cual nos lleva a pensar que el método de criar a los hijos antes era mejor que ahora. Así crié a mis hijos, bajo el concepto de que la disciplina y los principios son importantísimos. No podés criarlos como ahora, que cada criatura puede hacer lo que le da la gana. Mis hijos desde chiquitos sabían comer con tenedor y cuchillo, eran obedientes, y educados. Me casé hace cuarenta y siete años, a la edad de 19 años. Tengo tres hijos. Primero nacieron los gemelos, Mauricio y Federico, y en 1963 nació Denise. Al año de haber nacido mi hija, empecé a trabajar. Cuando salí del colegio, mi papá me mandó a estudiar a Estados Unidos. En esa época uno no se iba porque quería irse. Mi papá me mandó, y punto. En esos tiempos, si tu papá te mandaba, te mandaba, y si no, no te ibas. La rigurosidad de la casa era tal que uno no desarrolla ese espíritu emprendedor, no te lo incentivan. Si mi papá decía que no salía, pues no salía. L a s m u j e re s n o e s t u d i a b a n . E s o n o s e acostumbraba. Recibíamos clases de cocina o de tejido. Por eso destaco el hecho de que mis compañeras de colegio lo hicieran, aunque ya fuera de grandes. Somos una generación de ruptura. 174

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Yo quería ser historiadora. Por eso dije “ahora voy a Europa y no quiero volver más, hasta que venga graduada de historiadora”. Eso de ser historiadora era un pensamiento. Me encantaba leer, vengo de una familia de intelectuales y de gente culta. Mi mamá era una lectora ávida, y en historia era una mujer impresionante.

Todavía me siento muy joven Pero en dos minutos conocí a mi marido y me casé. Fuimos novios por cuatro años. Mi abuela Eva, la francesa, tuvo una gran influencia en mí, y era mi chaperona. Guido era guapísimo. Las dos, mi abuela y yo, nos enamoramos de él perdidamente Soy muy parecida a ella en varias cosas… Por ejemplo, me refresca la gente joven. A ella le encantaba andar con una pandilla de chiquillos. Le encantaba ser la chaperona de los chiquillos, quienes la idolatraban. A mi marido, Guido Castro Guier, lo conocí en la calle. Él trabajaba en Panamerican. En ese entonces, los funcionarios de Pan Am, andaban vestidos como pilotos y así se veía mucho mejor. Guido era muy bien parecido. Yo tenía 15 años; él, 23. Me lleva ocho años. Un día. en el Costa Rica Country Club, me sacó a bailar y yo le dije que no porque estaba aterrorizada. Yo era muy niña. Fue con el tiempo Camilo Rodríguez Chaverri

175


cuando esta chiquita de 16 años se hizo una mujer. Eran otros tiempos. No existían los malls. Me compraban las telas en La Gloria, teníamos una costurera o mi mamá nos cosía. Recuerdo que, en ese baile, yo andaba con una enagüilla como de cuadritos, color mostaza con negro, y una blusita negra. Me sacó a bailar y a mí me dio un ataque de pánico, y le dije que no. Por supuesto que hacerle eso a un hombre es mágico. Decíle a un hombre que no y lo tendrás ahí, para vos. Ya siendo novios, me mandaron para Nueva York, para alargar mi vida de soltera. Antes, durante un tiempo nosotros nos vimos a escondidas. Resulta que papá traía carros. Era el dealer de la Crysler. Un día, una señora de la Northern le dijo a papá, “ahí veo a tu hija pasar todos los días con un novio guapísimo”. Papá se puso frenético. Mamá me tuvo que mandar un papel que decía, “hoy no te vengás caminando con Guido”. Yo entendí que algo había pasado, e hice caso. Al tiempo me casé y tuvimos hijos como se tenían antes: inmediatamente que te casabas. Te casabas para tener hijos. Pero resulta que el destino me tenía una trampa. Yo iba a ser más que una mamá.

176

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Agencia de viajes En el año 64 le propuse a mi marido q u e p u s i é r a m o s u n a a g e n c i a d e v i a j e s. Él trabajaba en una agencia de viajes, era agente en Costa Rica Express y tenía mucho éxito. Yo quería seguir el ejemplo de mi padre, que además de tener una vida familiar muy intensa, tenía una empresa propia. Empezamos en el año 64, cuando en San José teníamos aún el tranvía. Tuvimos que reinventar el negocio con el tiempo. La agencia de viajes se llamaba “Tierra, Aire y Mar”. Con el tiempo, dejamos el nombre en TAM porque la gente se confundía: algunos decían bien, pero otros escribían en los cheques o las facturas, “Mar, Tierra y Aire” o “Aire, Tierra y Mar”. Era una pequeña agencia de viajes, de turismo emisor, que era en el campo donde Guido tenía gran experiencia. Yo simplemente me sentí su voluntaria: limpiaba, hacía mandados, atendía los detalles del negocio y era cajera. En realidad, ni yo misma estaba convencida de que estaba calificada para hacer algo más. No había estudiado ni tenía profesión. No estaba segura si tenía la fuerza interna para hacerlo. Empezamos solitos, nosotros dos. Rápidamente empezamos a tener empleados y logramos ser muy

Camilo Rodríguez Chaverri

177


exitosos en la agencia de viajes, prácticamente desde el principio.

Tengo pasión por lo que hago Las mujeres somos mucho más románticas y más prácticas. En todo lo que uno haga en la vida hay que tener una gran pasión. El trabajo se transforma en un romance. Nunca he dejado de trabajar y espero que así sea hasta el día que me muera. Pero la pasión que tuve ya no es igual, porque uno evoluciona como mujer. Mi esposo y yo hemos sido socios toda la vida, y más que socios, siempre fuimos compañeros de trabajo. Yo creo que él admira esa intensidad con que asumo mi trabajo. Eso sí, hay momentos que no le gustan a ningún compañero. En una época, salía a las dos de la mañana a recoger guías y me iba para el muelle, en Limón. Volvía a las diez de la noche, recogía ropa y salía para Caldera. Eso lógicamente es complejo en una pareja. Él tenía un trabajo más estable en la oficina. Yo soy intensa; él es más tranquilo. Mi vida está íntimamente unida a él. Es un camino muy largo. Además, tengo que decirte que soy una viajera incansable. Cada excursión ha sido un balance en mi vida. 178

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Estuve mes y medio en África, hace poco. Estuve en Kenia, Tanzania, África del sur, Bostwana, Zimbawe y Zambia. Africa es apasionante, un continente lleno de pasión y de cultura. Sólo sentirte allá ya es impactante. Estuve en un safari privado mes y medio. Recuerdo salir a las cinco de la mañana a ver a los leones comerse a las gacelas. Nunca olvidaré a los negros con sus coros. Tienen voces privilegiadas. Ahora yo me canso, pero tengo 66 años, por lo que tengo derecho de cansarme. Cuando abrimos en Guanacaste tenía miles de amistades en Liberia. Me encantaba sentarme en las mecedoras a conversar con ellos. El conversar me parece uno de los acontecimientos más importantes de la vida. Como andaba siempre o muy a menudo en el campo, uno de mis placeres era tener tiempo para conversar y conversar, y no tener hora límite. Me desesperan las horas límite y las imposiciones. Ya de grande seguí visitando Cartago porque recuerdo que las tertulias eran una belleza.

Soy un libro abierto Las relaciones tienen dos facetas: una es el aburrimiento, la cotidianeidad; la otra es el amor, el hilo del cariño, la amistad que se va consolidando

Camilo Rodríguez Chaverri

179


en la pareja. La longevidad de esta relación uno no la ve todos los días. La mujer está capacitada para vivir sola, pero el hombre no es capaz de vivir feliz solo. La felicidad es de momentos, son chispazos, no es un estado permanente. He luchado por tener esos momentos de felicidad con Guido y he encontrado esos chispazos también en el turismo. El turismo es un reto para mí. Especialmente era un reto cuando empecé, en un país que no estaba preparado para el turismo. No se tenía infraestructura humana. Creo yo que la infraestructura física es menos importante que la humana. Los seres humanos que trabajan en turismo tienen que enamorarse de lo que muestran. Alguien que enseña este país al mundo tiene que estar absolutamente enamorado de Costa Rica. Yo me enamoro de las cosas. Siento el pulso de las ciudades. En su momento, me enamoré de Nueva York, pero ya no quiero ni verlo. Los Estados Unidos es algo que se salió de mi vida.

¿Qué le falta al país en turismo? Si te preguntás qué le falta al país en turismo, te dirá alguien con mi experiencia que le falta infraestructura, le falta capacitación, le falta el concepto de servicio, que es lo que tienen, por ejemplo, los mexicanos, de manera exacerbada. 180

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


En mi vida, el turismo significa todo. De mis 66 años de edad, tengo 42 años de estar en esta actividad. Dediqué mi vida al turismo. Esa es la verdad. Dediqué mi vida al turismo y a mi familia. Mis hijos son un inmenso orgullo para mí. Mauricio y Federico están en el mundo de las agencias de viajes. Mediterráneo es de los dos, de Mauricio y Federico, y Carlson Wagonlit es de Mauricio. Por su parte, Denise es ama de casa, altamente creativa. Siempre tiene algo entre manos. Estudió fotografía en Roma y en Nueva York. Tengo seis nietos, Denise tiene dos hijos, Federico tiene uno y Mauricio tiene tres. Son cuatro varones y dos mujeres. Dos de los nietos ya están en los Estados Unidos, en la universidad. Durante los 42 años que he estado en turismo no he hecho más que promover apasionadamente a mi país. En el área de turismo, somos muy incomprendidos por los gobiernos. Hay cosas injustas, y que me duelen. El pulso sólo lo tiene la industria, y esto no se valora. Si yo fuera ministro, haría una magna reunión, de tres días, o de ocho, con todo el sector. Nunca han hecho algo así, nunca jamás. Ni lo llaman a uno. He conocido casas de geishas, he estado en un matrimonio en la India, en un palacio de Camilo Rodríguez Chaverri

181


Marruecos. En todos estos lugares he vivido grandes experiencias. Una vez, en India, quería ir a una fiesta que estaban organizando para la noche. Me puse en el lobby a esperar que algún hombre guapo aceptara entrar conmigo a la fiesta. Ligerito lo conseguí. Resulta que, para ellos, es buena suerte que un extranjero llegue a la boda, pero tiene que ser espontáneamente, como lo hice yo. Todos me observaban. Pensé, “¿por qué me verán como marciana?”. Bueno, al final acabé siendo más importante que la novia. Mi amigo y yo terminamos tocándole la puerta del hotel a mi marido, le enseñamos a mi amigo fotos y postales de Costa Rica, y nos hicimos íntimos. Ahora quiero ir a Petra en Harley Davidson. Disfruto de andar en motocicleta. Me voy con todos los tatuados. Mis nietos me llaman “Yaya”. A veces conversan conmigo, me oyen contar historias y me dicen que soy lo más cool. Este es mi nuevo proyecto de vida: tener tiempo para mí, porque nunca en mi vida tuve tiempo para mí. Yo era siempre la última. Me desespera la inercia en este país. Uno tiene que vivir la vida cada día, como si fuera el último día, levantarse y decir “today es my day”.

182

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Anabelle Incera Aguilar Para mí, el turismo es todo M e l l a m o A n a b e l l e I n c e r a A g u i l a r. Nací en San José, el 27 de junio de 1947. Mis papás se llaman Rafael Ángel I n ce ra Ve g a y Cat a l i n a Ag u i l a r Araya . Somos tres hermanos. Yo soy la mayor. Éramos tres mujeres, Giselle, quien ya murió, Jeannette y yo. Tenemos un hermano que se llama Rafael Ángel. Crecí en Barrio México. Mi papá trabajaba en maquinaria pesada y mi mamá e r a a m a d e c a s a . É l te n í a u n a v a g o n e t a y un trac tor. Tuvimos un hogar sencillo. Fui a la Escuela República de Argentina y al Liceo San José. Me fui a Estados Unidos cuando terminé el bachillerato. Estuve por allá un año. Regresé. Conocí a mi esposo, nos casamos y nos fuimos a vivir a Estados Unidos. Vivimos allá 18 años, durante los cuales nacieron mis hijos. Mi esposo se llama Carlos Castillo Hernández. Actualmente estamos divorciados. Tengo tres hijos, dos mujercitas y un varón. El mayor se llama Enrique Arturo, tiene 37 años; Mónica tiene 30 y Catalina 23. Cuando regresé, me puse a estudiar administración de negocios, pero no terminé. Hace 25 años me vinculé al turismo. Estaba apenas Camilo Rodríguez Chaverri

183


regresando a Costa Rica cuando empezamos a trabajar en turismo. Empezamos en Tortuguero. Cuando estábamos en Estados Unidos, conocimos a Car los O choa, que conocía muy bien el área de Tortuguero, por lo que e m p e z a m o s co n e l H o te l J u n g l a Lo d g e. En esa época, el acceso era muy difícil. Se duraba ocho horas entrando a Tortuguero, por Moín. Al llegar nos hospedábamos en las cabinas de Sabina. Empezamos de cero. Al principio, solamente había diez cabinas, pero al terminar dejamos cincuenta y dos totalmente habilitadas. Era el segundo hotel más grande de la zona, después de Tortuga Lodge. Al terminar la operación, en Jungla Lodge, ya estaban Mawamba, Laguna, Ilan Ilan y muchos otros hoteles. Cuando empezamos, además del Hotel Tortuga Lodge, estaban las cabinitas del pueblo, las de Sabina, que le acabo de contar, y yo me identifiqué mucho con ella. Sabina es una señora mayor, nicaragüense, que se crió ahí, en la zona de Tortuguero. Al inicio fue muy difícil para nosotros. Los visitantes llegaron poco a poco. Pero en los años ochenta impulsamos mucho el turismo. Tuve que arrancar de nuevo en los mismos días en que me divorcié. Empezar de cero fue doloroso y triste, pero fui recobrando la ilusión y la esperanza. 184

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Vendimos el Jungla Lodge por los contratiempos ocasionados por el divorcio y arrancamos un nuevo hotel, el Pachira Lodge, allá por el año 1995, hace poco mas de diez años. Tuve que irme a vivir allá. Pasamos mucho tiempo viajando por las noches. Cuando empezamos Pachira Lodge, tuvimos que abrir el terreno y analizar los mejores lugares para ubicar las cabinas. Todo eso lo hice yo sola. En Pachira, empezamos en enero de 1995, con diez cabinas y un restaurante pequeño. A finalizar ese año, realizamos el primer tour y la primera agencia de viajes creyó en nosotros. Fue una experiencia bonita porque invitamos a muchas agencias de viajes para que conocieran el área y el hotel. Teníamos un único inconveniente y es que se fue la luz. Fue una situación acongojante, pero salimos adelante. En esa ocasión, como no había luz, no pudieron ni bañarse. Tuvieron que devolverse embarrialados. Fueron al cerro de Tortuguero de paseo y, cuando llegaron, la luz no había llegado. Viera qué clase de congoja. Fuimos creciendo y gracias a Dios empezó a aumentar la demanda. Nos pedían cada vez más cabinas. Fuimos construyendo poco a poco hasta que ahora tenemos ochenta y dos cabinas. Lo logramos gracias a una sociedad con mi hermano, Rafael Ángel, mi hijo, y dos socios más, Camilo Rodríguez Chaverri

185


que tenemos, Guillermo Ortiz Acuña y Enrique Castillo.

Me encanta el trabajo que hago Para mí, el turismo es todo. Es muy importante recibir la gente, cuidarlos, chinearlos y que se lleven la mejor impresión de Costa Rica. Mi mayor satisfacción es que se vayan felices. Lucho mucho por alcanzar la excelencia. Es muy difícil, pero se logra. Ahora tengo tres hoteles. El segundo fue el Ever Green, que lo empezamos hace siete años. Cuenta con treinta habitaciones y está ubicado en Laguna Penitencia, detrás de Pachira. Siempre recibí apoyo de mi hermano y de los socios. Lo hicimos con mucho sacrificio y ahorrando mucho. Yo estuve al frente de la construcción. Siempre me involucro en todo el proceso. Ahora estoy trabajando junto a mi hermano en la construcción de otro hotel, el cual aún no está terminado ni tiene nombre. Yo ayudo principalmente en la administración. Tor tuguero es un paraíso. Tenemos que protegerlo para mantener el ecosistema, conservar la fauna, las aves, la vegetación… En mi oficina, trabajan mis hijas: Catalina, la menor, se encarga del Ever Green, de la contabilidad, las 186

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


reservas, la administración y todo; Mónica es la encargada de los recursos humanos y la que lleva las planillas. Estoy muy orgullosa de ellas. Mónica estudió administración y Catalina también, pero además es decoradora de interiores. Mi hijo, Enrique, estudia un doctorado en finanzas y actualmente trabaja en Lachner y Saenz. Primero fue gerente de repuestos. Ahora es gerente regional de América Central.

Me siento muy satisfecha Me siento muy satisfecha de todo lo que he conseguido. Tener más de doscientos empleados me llena de orgullo. Hay gente que tiene facilidad de palabras y yo no, pero amo el turismo, y amo lo que hago. Agradezco tanto a mis empleados, porque por ellos he podido salir adelante y he podido crecer. Por ejemplo, a través de una agencia de viajes, últimamente estoy trabajando con cruceros. Es un nuevo reto. Las agencias de viajes me han ayudado mucho. Les agradezco muchísimo su apoyo porque entiendo que es gracias a la confianza que han tenido en nosotros. En Tortuguero, contamos con 145 habitaciones entre todos los hoteles. Somos los más grandes. Me siento muy orgullosa y le doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de hacer felices a Camilo Rodríguez Chaverri

187


tantas personas, que vienen a conocer este paraíso o que tienen trabajo gracias a nuestras actividades. Sobre todo eso, porque la gente mantiene bien a su familia, y porque los turistas siempre salen muy contentos… También me ha ayudado mi mamá. Siempre me apoya, nos tiene muy pendientes en sus oraciones y nos da ánimo. Mi trabajo es una bendición y el turismo es algo maravilloso para Tortuguero y para Costa Rica.

188

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Marie Janne Oliger Salvatierra Periodista enamorada del turismo Homenaje póstumo No podemos concluir un libro sobre pioneras del turismo en Costa Rica sin mencionar a Marie Janne Oliger Salvatierra, gran promotora periodística de este ámbito en nuestro país. Por respeto a su memoria, escribimos su artículo en tercera persona. Marie Janne Oliver Salvatierra nació en Chile. Su papá se llamó Jean Oliver. Era un agricultor francés que llegó a Chile en el año 30. Murió en 1951 de cáncer, a la edad de 54 años. Su padre vivió dos guerras europeas, la Guerra Franco Alemana a finales del siglo XIX y la Primera Guerra Mundial. Fueron guerras en el territorio de La Lorraine, de donde era originario. Su mamá se llamaba Aurelia Salvatierra. Murió hace muchos años. Ella también era de origen francés, pero había nacido en Chile. Luego se educó en Francia. Allí se conocieron sus padres. Doña Aurelia hizo mucha presión para que se fueran para Chile. Al final, se fue el marido y se fueron los hermanos del marido. Camilo Rodríguez Chaverri

189


Marie Janne era la menor de una familia muy numerosa. Eran seis hermanos. El mayor ahorita tiene 77 años. Por muchos años ocupó el papel del padre, ya que él murió cuando ella Marie Janne nació. Vivió la infancia en el sur de Chile. Su familia trabajaba en la agricultura. Trabajaban el trigo y el cultivo de frutas. Tenían ganado lechero y de carne. Sembraban la grosella, una especie de fresa, y producían mermeladas, que eran típicas del campo francés. Marie Janne asistió a una escuela en Santiago. Después de la muerte del papá, tuvieron que vender la hacienda, y se trasladaron a la capital. E n e s a é p o c a , p a s a b a n p o r p ro bl e m a s económicos, por lo que tuvo que estar en un colegio público, que era propiedad del gobierno francés, por lo que su educación fue en ese idioma. Luego, empezó a estudiar en la Universidad Católica de Chile la carrera de periodismo. Empezó trabajando en dos lugares: en radio Candelaria, una emisora de Santiago, la capital de su país, y como asesora de prensa del partido Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU), de izquierda. El que sería su esposo, Carlos Lizama, también formó parte de ese partido, que era una escisión de la Democracia Cristiana. Se habían separado de la Democracia Cristiana varios años antes. 190

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


En medio de ese trabajo político, se conocieron y se enamoraron Carlos Lizama y Marie Janne Oligger. En ese momento, ella era una periodista de 20 años de edad y él le llevaba diez años. Quienes la conocieron, dicen que Marie Janne era una persona muy entusiasta, muy alegre, muy comprometida socialmente. Carlos, su futuro marido, representaba al partido MAPU, de Salvador Allende, que era el partido de la gente pensante, de izquierda, de la intelectualidad. El actual secretario de la OEA, Inzulza, era de ese partido. Desde que se conocieron hasta que contrajeron nupcias transcurrieron dos años. Casaron en 1973, el año en que derrocaron al gobierno democrático de Allende. Carlos Lizama había sido Director Nacional de Turismo, que era como decir ministro, a inicios del gobierno del presidente Allende. La elección fue en septiembre del 70 y el 11 de setiembre del 73 fue el golpe. Carlos Lizama fue director de turismo dos años y medio, porque decidió regresar al partido, a trabajar en proselitismo, específicamente en el área de las finanzas. “La idea era quedarnos en Chile porque nos íbamos a casar en setiembre del 73, pero lo tuvimos que postergar hasta diciembre, porque yo quería irme a Francia a sacar un post grado”, explica don Carlos Lizama. Camilo Rodríguez Chaverri

191


“El ambiente era muy complicado, pero nos quisimos quedar allí, a pesar de que corrimos peligro extremo como otra gente que había estado en el gobierno. Era complicado desde el punto de vista laboral y de negocios”.

¿España o Costa Rica? Se fueron complicando más las cosas, por lo que empezaron a analizar posibilidades para salir de Chile, y don Carlos tenía la opción de dar cátedra en el Instituto de Estudios Turísticos de Madrid. ”A pesar de que era época franquista, teníamos toda la intención de irnos para España. No teníamos dinero para el pasaje, por lo que fuimos a una agencia a comprar los boletos a crédito. Fue allí donde el dueño nos preguntó por qué nos íbamos para España, y nos sugirió Costa Rica. “Él era pinochetista, estaba de acuerdo con el golpe militar, pero había hecho inversiones grandes en Costa Rica durante el gobierno de Allende, había dejado los negocios medio abandonados cuando el golpe de Pinochet, y estaba preocupado porque necesitaba a una persona en Costa Rica que tomara control de los negocios. Nos ofreció ese trabajo”, cuenta don Carlos. “La oferta era muy buena pero preferimos investigar un poco. Yo era muy amigo del director de turismo y gerente del ICT, Carlos Manuel 192

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Guardia, y de Álvaro Martín Valverde, miembro de la junta directiva del ICT. “La respuesta fue muy positiva. Sentimos que aquí íbamos a contar con mucho apoyo, por lo que nos decidimos por Costa Rica”. Llegaron a Costa Rica el 20 de marzo de 1974. Los negocios del amigo estaban muy mal, más mal de lo que él creía, había acciones al portador y le habían robado la clave de la caja del Banco Anglo donde guardaba las acciones. Le habían robado los negocios. Lo que quedaba era poco en relación a la inversión que tenía. Carlos Lizama se dedicó a liquidar lo que quedaba, y a recuperar algunas cuentas. En agosto de ese año, habían concluido el trabajo, por lo que se irían para España. Pero, en esa misma época, el ministro Danilo Jiménez Veiga y Carlos Lara, presidente ejecutivo del ICT, conocieron a Carlos y le pidieron que les ayudara con un proyecto muy importante que tenían, crear una escuela de hotelería en el INA. En forma gratuita, Carlos Lizama les hizo un perfil del proyecto, con algunas indicaciones, y cuando se fue a despedir de ellos, le dijeron que se quedara en Costa Rica un tiempo más como consultor del INA y del ICT, para diseñar el proyecto que ellos llamaban “hotel escuela”.

Camilo Rodríguez Chaverri

193


Redactora y asesora Mientras tanto, la carrera de Marie Janne estaba en pausa. No pudo trabajar como periodista durante algún tiempo. Tuvo a su primer hijo, Gabriel, quien ahora es abogado. Ella ayudaba a llevar ingresos al hogar haciendo traducciones de español a francés. Por ejemplo, le tocó hacer la traducción de tesis de doctorado del politólogo y escritor Rodolfo Cerdas, de la Universidad de París. Al poco tiempo, Marie Janne conoció a Javier Solís, que tenía un periódico llamado “Pueblo”. Solís le dijo que quería fundar una revista llamada “Respuesta”, por lo que convocó a una serie de personalidades y periodistas. La invitó a ser redactora. Marie Janne trabajó en la revista durante un año y medio. La revista debió cerrar tal vez porque el país no estaba preparado para un medio de opinión y de análisis de esa naturaleza. Luego, trabajó como redactora y editora en el periódico La República, en la época en que el director era Yehudi Monestel. Allí estuvo por varios años, hasta que se formó la Cámara Nacional de Turismo, CANATUR, y el presidente de la junta directiva, José Miguel Castro Echeverría, le pidió que le ayudara en la parte de asesoría de prensa.

194

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Fue la primera asesora de prensa de CANATUR. Estuvo en la institución desde su fundación, en 1974. Trabajó allí hasta el año 86. También asesoraba gratuitamente a la Asociación de Agencias de Viajes y a las organizaciones de empresarios del turismo. Se encargaba de editarles las memorias y hacerles los comunicados de prensa. Mientras tanto, su esposo se quedó en el ICT como asesor primero y luego como Director de Desarrollo y de Recursos y Servicios Turísticos, hasta el año 89.

Sueños y revistas Se asoció con la periodista Vilma Aguiluz, y editaron durante tres años un suplemento turístico en La República, llamado “Turismo”. Vilma era la editora jefa, y Marie Janne era la redactora. En el año 85, fundó la revista Tecnitour, de Acoprot, de la Asociación Costarricense de Profesionales en Turismo. Llegó a tener una difusión internacional muy fuerte. Era la revista más importante del sector turístico del país. Dirigió esa revista desde el año 85 hasta el año 92. En esos años, fue fundadora de la Asociación Costarricense de Prensa Turística (ACOPET), junto con Lorena Argüello, Vilma Aguiluz, Beltrán Meza y Fernando Naranjo, el periodista. En esa época

Camilo Rodríguez Chaverri

195


tuvo mucho peso y logró involucrar a muchos periodistas. Organizaban actividades entre la prensa turística. Por algún tiempo, Marie Janne fue la presidenta. Eso la llevó a que fuera elegida como miembro de la junta directiva de la Confederación Latinoamericana de Prensa Turística (CLAPTOUR), una organización muy grande, con enorme prestigio. Lamentablemente los periodistas de Costa Rica no participaron lo necesario. Una explicación para esa situación es que en el país no se acostumbra tener periodistas especializados en el área del turismo. Mientras tanto, su marido se integró a Lacsa en 1989. Primero fue asesor de la presidencia, luego fue vicepresidente ejecutivo en el área comercial de la empresa. Marie Janne empezó a colaborar en su trabajo. Ayudó en Lacsa, en la parte de asesoría en comunicación. Estuvieron en Lacsa hasta que TACA adquirió la empresa, en el año 94. Don Carlos siguió como asesor en el tema de mercadeo y comercialización, hasta el año 97, cuando lo enviaron a Chile, a hacerse cargo de crear el grupo TACA en su país. Ya en Chile, fue muy complicado para Marie Janne el ejercer su carrera. Eran muchos años de estar fuera. Al final, no pudo integrarse al mercado laboral. Marie Janne enfermó gravemente. Los dos últimos años de su vida fueron de dolor y de enfermedad. 196

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Pasó enferma un año en Chile y un año en Costa Rica. Murió en Costa Rica en el año 2003, después de tres años con cáncer en hígado y de riñones. Su gran aporte al turismo de Costa Rica fue el haber desarrollado, en conjunto con varios colegas, medios de comunicación especializados en turismo, por ejemplo, el primer boletín turístico de CANATUR. Antes de ella, nadie había hecho publicaciones especializadas. Además, fue la primera persona que desarrolló labores de asesoría comunicacional para organizaciones turísticas. Ha dejado un gran vacío. Hay gente joven muy buena, pero dejaron de existir aquellos medios. Junto a eso, se ha perdido la organización gremial de los periodistas del turismo.

Camilo Rodríguez Chaverri

197


Sa­ra El­via Ma­dri­gal Po­rras Pio­ne­ra del tu­ris­mo en mu­chos cam­pos Su ca­sa siem­pre es­tá lle­na de gen­te, por­que ella re­ci­be a la gen­te en su ho­gar co­mo quien da cons­tan­ cia de que ya los re­ci­bió en su co­ra­zón. Es de una dul­zu­ra que de­rri­te y de un ca­ris­ma so­bre­sa­lien­te. Me ofre­ce al­go de to­mar, y cuan­do pi­do un té, me trae una ca­ja enor­me de in­fu­sio­nes. Só­lo en al­gu­nos res­tau­ran­tes he vis­to al­go así. Atrás, hay mú­si­ca ins­ tru­men­tal y en su ca­ra, una son­ri­sa tien­de los puen­ tes y abre las puer­tas en­tre ella y yo. Esa son­ri­sa es un di­bu­jo abs­trac­to de un abra­zo. Lo sien­to en las ma­nos. -Hoy al­muer­zan aquí unas do­ce per­so­nas. To­dos los jue­ves nos reu­ni­mos los hi­jos y otra gen­te, y to­dos los días hay gen­te de afue­ra, ex­pli­ca nues­tra an­fi­trio­na. Pien­so que en otra vi­da fue rei­na, o prin­ce­sa, pe­ro só­lo lo pien­so. Si agu­di­zo lo que sien­to y per­ci­bo, me pa­re­ce que, más bien, en otra vi­da fue ha­da ma­ dri­na. Do­ña Sa­ra Ma­dri­gal es una de las más im­por­tan­ tes pio­ne­ras del mun­do del tu­ris­mo y las agen­cias de via­jes en nues­tro país. Gra­cias a su sa­bi­du­ría y es­pe­cial don de gen­tes, la em­pre­sa Via­jes Co­lón, en sus dis­tin­tas ra­mas, sur­gió de la na­da con ba­se en el tra­ba­jo, el es­fuer­zo y la in­te­li­gen­cia de ella, y 198

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


su ca­pa­ci­dad de ro­dear­se de gen­te va­lio­sa. Aho­ra, el ne­go­cio es­tá en ma­nos de sus dos hi­jas y su hi­jo, pe­ro ella no de­ja de ir ni un so­lo día a la ofi­ci­na, fir­ma ca­si to­dos los che­ques de la em­pre­sa y es­tá pen­dien­te has­ta de los más pe­que­ños de­ta­lles. Sa­ra El­via Ma­dri­gal Po­rras na­ció en Es­ca­zú, el 23 de ma­yo de 1943, hi­ja de Car­men Po­rras Ara­ya y Ama­do Ma­dri­gal Rol­dán (qdDg). “Pa­pá fa­lle­ció cuan­do yo era una chi­qui­ta. “Cre­cí en Es­ca­zú. Siem­pre es­tu­dié en el Co­le­gio Ma­ría Au­xi­lia­do­ra. Sor Ma­ría Ro­me­ro fue mi maes­ tra y mi ami­ga. Me dio cla­ses de pin­tu­ra y de can­to. Lo po­co que apren­dí de pin­tu­ra al óleo lo apren­dí de ella. Si­go sien­do ami­ga y alia­da de su obra. Co­ la­bo­ro to­dos los me­ses”. (Se po­ne de pie, con una am­plia son­ri­sa que de­no­ ta or­gu­llo y sa­tis­fac­ción, y vie­ne de vuel­ta con una pos­tal de Sor Ma­ría Ro­me­ro). - Es­ta pos­tal me la tra­jo el sá­ba­do la mon­ji­ta, por­ que tu­vi­mos un al­muer­zo aquí, en mi ca­sa. Es que yo ayu­do mu­cho a la obra de Ma­ría Au­xi­lia­do­ra, a las ni­ñas aban­do­na­das. “Mi pa­pá ha­cía ja­bón. Él era el ge­ren­te de la Ja­ bo­ne­ra Na­cio­nal, que que­da­ba en Pa­vas. Cuan­do mu­rió, to­da­vía es­ta­ba tra­ba­jan­do ahí. Mi ma­má era ama de ca­sa. Era muy há­bil, co­cía muy lin­do, ha­cía mu­chas co­sas... Era ama de ca­sa, sim­ple­men­te, y eso es mu­cho de­cir. Camilo Rodríguez Chaverri

199


“So­mos cin­co her­ma­nos, cua­tro mu­je­res y un hom­bre. Soy la ter­ce­ra, la del me­dio. Es­tu­ve en el Co­le­gio Ma­ría Au­xi­lia­do­ra to­da la es­cue­la y to­do el co­le­gio. ¿Ya se lo di­je? Bue­no, no im­por­ta. Quie­ro ser en­fá­ti­ca en eso. Me da una gran sa­tis­fac­ción. “Siem­pre fui ex­ce­len­te es­tu­dian­te. Cuan­do sa­lí de ba­chi­ller, yo es­pe­ra­ba en­trar a la uni­ver­si­dad, pe­ro éra­mos muy po­bres. Lle­ga­mos a ser muy po­bres. En­tré, no me iba mal, mi idea era es­tu­diar Me­di­ci­ na, ser pe­dia­tra, pe­ro en aque­lla épo­ca no se po­día es­tu­diar y tra­ba­jar. Ha­bía cur­sos só­lo por la ma­ña­ na. No pu­de con­ti­nuar en la uni­ver­si­dad. Un día, es­ta­ba en un cur­so de Fi­lo­so­fía, y me pi­die­ron un li­bro que cos­ta­ba 70 co­lo­nes. No po­día com­prar­lo. Ya no po­día pe­dir­les más a ma­má y a una her­ma­na que veía por no­so­tros. “Me fui al Ser­vi­cio Ci­vil. Un se­ñor que era ve­ci­ no de mi ma­má era di­rec­tor del Ser­vi­cio Ci­vil. Se lla­ma­ba Don Mar­cos Arias. Yo le di­je que ne­ce­si­ ta­ba tra­ba­jar. Te­nía 17 años. En aque­lla épo­ca eso era ser una ni­ña. Te­nía que ha­cer un exa­men pa­ra po­der ocu­par un car­go en cual­quier ins­ti­tu­ción. Me hi­cie­ron ese exa­men y tu­ve muy bue­na ca­li­fi­ca­ción. Me ga­né el pues­to en el Mi­nis­te­rio de Ha­cien­da, en la Con­ta­bi­li­dad Na­cio­nal”.

200

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Ofi­ci­nis­ta de la Con­ta­bi­li­dad Na­cio­nal “Em­pe­cé co­mo ofi­ci­nis­ta, ape­nas. No era ni me­ ca­nó­gra­fa. Siem­pre he si­do muy tra­ba­ja­do­ra. Siem­ pre he tra­ba­ja­do con mu­cho en­tu­sias­mo. Nun­ca he re­ci­bi­do pa­go de ho­ras ex­tras en nin­gún lu­gar, pe­ro sí he re­ci­bi­do mu­cho es­tí­mu­lo y sien­to una gran sa­tis­fac­ción, una gran ple­ni­tud, gra­cias a lo que he he­cho en mi vi­da. “Em­pe­cé a tra­ba­jar. Cuan­do lle­gué, me di­jo el je­fe, ´¿us­ted es la que vie­ne a tra­ba­jar aquí? Me pa­ re­ce ver­me: za­pa­ti­tos ba­jos, con co­li­ta, del­ga­di­ta, era una ni­ña. Se­gu­ro yo creía que me veía lin­dí­si­ma, pe­ro cuan­do lle­gué a la ofi­ci­na, me di cuen­ta que no es­ta­ba lis­ta. Po­co a po­co, me fui pre­pa­ran­do so­li­ ta, mien­tras da­ba mis pri­me­ros pa­sos en el tra­ba­jo. Lle­gué a es­cri­bir 120 pa­la­bras por mi­nu­to, y nun­ca re­ci­bí cla­ses pa­ra em­pe­zar. “En con­ta­bi­li­dad, ha­cía cer­ti­fi­ca­cio­nes de sa­la­rios en má­qui­nas Re­ming­ton. Un día le di­je al je­fe, ´¿a qué ho­ra abren el mi­nis­te­rio?´ Me con­tes­tó, ´a las 6 de la ma­ña­na´. En­ton­ces le di­je, ´¿yo pue­do ve­nir a esa ho­ra?´ Él me di­jo, ´¿a qué va a ve­nir?´ Yo le con­tes­té, ´diay, a ade­lan­tar el tra­ba­jo´. “Tra­ba­ja­ba, tra­ba­ja­ba y tra­ba­ja­ba. Ga­na­ba 175 co­lo­nes men­sua­les. Des­de en­ton­ces vi y man­tu­ve a mis dos her­ma­nas de co­le­gio y a mi ma­má. La ca­sa de mi ma­má la veo has­ta hoy, ver­dad. Mi ma­má tie­ne 92 años. Camilo Rodríguez Chaverri

201


“Un día que­dó va­can­te la pla­za de se­cre­ta­ria del Mi­nis­tro. Es­tá­ba­mos en la épo­ca de Li­be­ra­ción Na­cio­nal. El pre­si­den­te de la re­pú­bli­ca era Don Chi­co Or­lich. Don Ber­nal Ji­mé­nez era el Mi­nis­tro de Ha­cien­da. Un día me man­dó a lla­mar. Cuan­do yo lle­gué, es­cu­ché que di­jo, ´yo ne­ce­si­to que mi se­ cre­ta­ria es­cri­ba 120 pa­la­bras por mi­nu­to, tan­to en ta­qui­gra­fía co­mo en me­ca­no­gra­fía´. La ver­dad es que era de­ma­sia­do pe­dir pa­ra mí. Cuan­do me vio, me di­ce don Ber­nal, ´¿us­ted es Sa­ri­ta? ¿us­ted tie­ne in­te­rés en el pues­to?´. Yo le di­je, ´no, Don Ber­nal, yo no´. Él me res­pon­dió, ´pe­ro si me han di­cho que us­ted es muy efi­cien­te?´ Le con­tes­té, ´tal vez muy tra­ba­ja­do­ra sí´. Le agra­de­cí a don Ber­nal por ha­ber­ me lla­ma­do, y me re­ti­ré. Re­gre­sé al Ser­vi­cio Ci­vil, a ha­blar con mi ami­go, a ver qué me acon­se­ja­ba. Me di­jo ´tie­ne que ir a ha­cer el exa­men y tie­ne que ga­nar´. En­ton­ces, co­mo tam­po­co te­nía re­cur­sos, yo no es­ta­ba es­tu­dian­do. Ga­na­ba muy po­co, ape­nas pa­ ra co­mer no­so­tros. Pe­ro fui muy va­lien­te, ave­ri­güé cuál era la me­jor es­cue­la de co­mer­cio que ha­bía en ese mo­men­to, era la Ame­ri­can Bu­si­ness, y aun­que no te­nía pla­ta, me fui a ha­blar con el di­rec­tor, Don Da­vid. Su es­po­sa se lla­ma­ba Do­ña Mer­ce­des. Eran cu­ba­nos. “Le con­té mi his­to­ria, y me pre­gun­tó ´¿qué es lo que quie­res, chi­ca?´ Le di­je, ´que me per­mi­ta es­tu­ diar de gra­tis´. Se me que­dó mi­ran­do, y me di­jo, ´¿có­mo? ¿de gra­tis?´ Le di­je que ne­ce­si­ta­ba apren­ 202

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


der ta­qui­gra­fía y me­ca­no­gra­fía en me­nos de dos me­ses. ´Im­po­si­ble, chi­ca´, me di­jo”.

La lu­cha por es­tu­diar “En esa épo­ca, cos­ta­ba cien co­lo­nes la men­sua­ li­dad. Yo no los te­nía. Le di­je ´dé­je­me ve­nir de gra­tis y yo le ayu­do en la ofi­ci­na, yo soy bue­na en ar­chi­vo´. Me mi­ra­ba y no en­ten­día. Nun­ca me ha­ bía vis­to. Yo tam­po­co a él. Al fi­nal me di­jo, ´bue­no, pues las cla­ses son los lu­nes, los miér­co­les y los vier­ nes...´ Le di­je, ´quie­ro ve­nir to­dos los días´; él me con­tes­tó, ´¿y a qué vas a ve­nir?´ Le res­pon­dí, ´a re­ pe­tir la cla­se del día an­te­rior pa­ra apren­der más´. “Al fi­nal, él y su es­po­sa di­je­ron que sí. En­ton­ces, iba en las no­ches, de 6 a 9. Era di­fí­cil en aque­lla épo­ca que una mu­cha­cha sa­lie­ra en las no­ches a es­tu­diar. No era al­go de mo­da. Te­nía que ve­nir des­ de Es­ca­zú en bus, y ca­mi­nar des­de la Ame­ri­can, allá por el Ci­ne Rex, has­ta la Co­ca Co­la, a to­mar el bus. Hoy en día no lo hu­bie­ra po­di­do ha­cer. Qué va. Muy di­fí­cil. “A los dos me­ses ya me sen­tía ca­paz pa­ra ha­cer el exa­men. Le pe­dí a Don Da­vid que me hi­cie­ra el fa­vor de dar­me una cer­ti­fi­ca­ción. Me di­jo que no. Cla­ro que le en­ten­dí por­que apren­dí en dos me­ses lo que su­pues­ta­men­te se apren­día en dos años.

Camilo Rodríguez Chaverri

203


“En la no­che, po­nía el ra­dio, y es­cri­bía las le­tras de las can­cio­nes. Es­cri­bía y es­cri­bía y es­cri­bía. Era un ra­dio Phi­llips que ha­bía en la ca­sa. “A los dos me­ses vol­ví al Ser­vi­cio Ci­vil, hi­ce el exa­men, lo ga­né con un por­cen­ta­je su­ma­men­te al­to, y de esa ma­ne­ra me ga­né el pues­to. Pa­sé de ga­nar 175 co­lo­nes a 525 co­lo­nes. Era un suel­da­zo. “Re­cuer­do con mu­cho ca­ri­ño a Don Da­vid y a Do­ña Mer­ce­des. Nun­ca me co­bra­ron. Des­pués con­ ti­nué es­tu­dian­do ahí, sa­can­do el se­cre­ta­ria­do. A lo lar­go del ca­mi­no fui a dar mu­chas char­las a la Ame­ ri­can Bu­si­ness de lo que po­día ser una ex­ce­len­te se­cre­ta­ria. “En el nue­vo pues­to fui se­cre­ta­ria del vi­ce­mi­nis­ tro, que era Don Ci­ro Gue­rra. Ya es­tá­ba­mos en la ad­mi­nis­tra­ción de don Jo­sé Joa­quín Tre­jos. “Em­pe­cé a tra­ba­jar en el año 63. Le cuen­to que ya me pen­sio­né, pe­ro si­go tra­ba­jan­do ´full´, por­que me gus­ta de­ma­sia­do tra­ba­jar. “Des­pués de Don Ci­ro Gue­rra, el vi­ce­mi­nis­tro du­ran­te el go­bier­no de Don Pe­pe fue Don Gon­za­lo Fa­jar­do. Es­tu­ve en tres ad­mi­nis­tra­cio­nes. Aun­que tu­ve un pues­to de con­fian­za, no fue por in­fluen­cia po­lí­ti­ca que me ga­né el pues­to, y tam­po­co me qui­ta­ ban por po­lí­ti­ca. Eso quie­re de­cir que era una bue­na tra­ba­ja­do­ra. Es­tu­ve tra­ba­jan­do en el Mi­nis­te­rio de Ha­cien­da du­ran­te el tiem­po de Don Chi­co, Don Jo­ sé Joa­quín y Don Pe­pe. 204

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


“Don Ci­ro fue mi je­fe du­ran­te la ad­mi­nis­tra­ción de Tre­jos, du­ran­te esos cua­tro años. Él tam­bién fue di­pu­ta­do. Cuan­do ter­mi­nó se de­di­có a sus ne­go­cios, y des­pués un día su­pe que es­ta­ba de ge­ren­te en agen­ cia de via­jes Evi­sa. Ya pa­ra en­ton­ces es­ta­ba ca­sa­da y no es­ta­ba tra­ba­jan­do. Es que, cuan­do me ca­sé, sa­qué las va­ca­cio­nes. Te­nía acu­mu­la­dos seis me­ses. Nun­ca ha­bía sa­ca­do va­ca­cio­nes en ocho años”.

Un nue­vo tra­ba­jo “Don Ci­ro em­pe­zó a lla­mar­me. Yo es­ta­ba en la ca­sa. Él me de­cía ´¿por qué no vie­ne a ayu­dar­me a or­de­nar la ofi­ci­na?´ En­ton­ces, siem­pre con la anuen­cia de Wál­ter, mi es­po­so, em­pe­cé a ir en las ma­ña­nas. Ahí apren­dí to­do lo que sé de tu­ris­mo, y lo que he­mos apli­ca­do has­ta hoy en Agen­cia de Via­jes Co­lón. “La agen­cia Evi­sa es­ta­ba con­ti­guo al Ci­ne Va­rie­ da­des. La em­pre­sa se lla­ma­ba ´Ex­cur­sio­nes y Via­ jes, S.A.´, y Evi­sa era el nom­bre cor­to. Era de un ami­go muy que­ri­do, No­gui Mo­ra­les, quien mu­rió ha­ce un año. “Em­pe­cé co­mo se­cre­ta­ria. Tra­ba­jé ahí co­mo sie­te años, más bien seis años. Me ca­sé en el 70, y en el 76 se dio ini­cio a Via­jes Co­lón. “Pri­me­ro fui se­cre­ta­ria de Don Ci­ro. Ahí ha­bía tres em­pre­sas en una: agen­cia de via­jes, clu­bes y fi­nan­cia­mien­to, y cré­di­tos de tu­ris­mo, que era la fi­ Camilo Rodríguez Chaverri

205


nan­cie­ra. Co­mo fui siem­pre muy tra­ba­ja­do­ra, no me li­mi­ta­ba a mi la­bor de se­cre­ta­ria: ayu­da­ba en to­do y apren­día de to­do, igual que co­mo me ini­cié. “Ahí apren­dí to­do lo que vi­ne a apli­car a Via­jes Co­lón. Cuan­do na­ció mi ter­cer hi­jo, el va­rón, de­ci­dí re­nun­ciar. Otra vez me vi­ne a la ca­sa. Nun­ca pu­de con­ti­nuar en la uni­ver­si­dad por­que nun­ca de­jé de tra­ba­jar o de es­tar muy ocu­pa­da. “En ese mo­men­to me de­di­qué a cui­dar a los ni­ ños, y a ayu­dar­le a Wál­ter en asun­tos con­ta­bles, pe­ ro des­de la ca­sa. En ese mo­men­to, mi ma­ri­do era el ge­ren­te de Jar­di­nes del Re­cuer­do. Y re­sul­ta que uno de los so­cios de Jar­di­nes del Re­cuer­do era so­cio de Agen­cia de Via­jes Co­lón. Se lla­ma Don Fran­cis­co Es­co­bar, y es un co­lom­bia­no. “La his­to­ria se re­pi­te: co­mo me co­no­cía, me pi­ dió que le ayu­da­ra. Real­men­te ni yo sa­bía has­ta ese mo­men­to que sa­bía tan­to de agen­cias de via­jes. Lo su­pe has­ta que él me dio esa opor­tu­ni­dad. “Me iba a ayu­dar­le po­qui­tos, por las ma­ña­nas. Es­ tu­ve así unos me­ses. Lue­go, fui nom­bra­da ge­ren­te ad­mi­nis­tra­ti­va, con un sa­la­rio de 2500 co­lo­nes, que era un mon­tón de pla­ta. “Eso fue en ju­lio del 78. Fue pa­ra esa eta­pa que em­pe­cé a tra­ba­jar co­mo em­plea­da. En ese tiem­po, Via­jes Co­lón era de 16 me­tros cua­dra­dos. Era una ofi­ci­na de cua­tro me­tros por cua­tro me­tros. Ha­bía un mos­tra­dor pa­ra una per­so­na y una me­si­ta pa­ra un ge­ren­te de ven­tas. 206

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


“En esa épo­ca, tra­ba­já­ba­mos el ge­ren­te de ven­tas, un em­plea­do de mos­tra­dor, un men­sa­je­ro y yo. Era ape­nas un cuar­ti­to. Pa­ra que en­tra­ra el sol te­nía­mos que sa­lir. “La so­cie­dad de esa em­pre­sa es­ta­ba cons­ti­tui­da por Fran­cis­co Es­co­bar, cu­ba­no, due­ño de Jar­di­nes del Re­cuer­do; Fer­nan­do Ví­quez, y Hum­ber­to Her­ nán­dez, cu­ba­no re­si­den­te en Mia­mi. Pos­te­rior­men­te la so­cie­dad se di­sol­vió y que­dó don Hum­ber­to Her­ nán­dez, que vi­ve en Mia­mi”.

Ini­cios en Via­jes Co­lón “Yo es­ta­ba al fren­te de la em­pre­sa. Don Hum­ber­to ve­nía de vez en cuan­do. Em­pe­cé a bus­car clien­tes y a sa­lir ade­lan­te. Cuan­do eso era só­lo una agen­cia. “Lo que hi­zo cre­cer a Via­jes Co­lón fue­ron los char­ters a Pe­rú. A mí se me ocu­rrió que la co­lo­nia pe­rua­na aquí era muy gran­de, y la ta­ri­fa era muy ca­ra. Ellos ne­ce­si­ta­ban ir a ver a sus fa­mi­lia­res y tam­bién traer fa­mi­lia­res pa­ra acá. Bus­qué a una pe­ rua­na, Ce­ci­lia Jen­sen, y em­pe­za­mos a tra­ba­jar con la co­lo­nia pe­rua­na. Lle­gué a sa­car cua­tro avio­nes por año a Li­ma, de ida y de vuel­ta. Iba a Li­ma a ne­ go­ciar pa­ra traer la gen­te. Por cier­to, un día de es­tos tu­ve un té aquí con unas pe­rua­nas que que­rían sa­lu­ dar­me, y a quie­nes co­no­cí gra­cias a esos char­ters. “La gen­te ne­ce­si­ta­ba fi­nan­cia­mien­to, y la agen­cia no te­nía re­cur­sos, no te­nía ca­pi­tal. En­ton­ces, un ami­ Camilo Rodríguez Chaverri

207


go de mi es­po­so, Don Ar­nol­do So­la­no, me pres­tó 175 mil co­lo­nes, así no más. Gra­cias a su apo­yo y su con­fian­za, le fi­nan­cié a los pe­rua­nos los via­jes a su país. Hi­ce las ope­ra­cio­nes en dó­la­res. “Des­pués mi es­po­so se jun­ta con­mi­go en el tra­ ba­jo. No fui yo don­de él, fue él quien se vi­no a tra­ba­jar con­mi­go. Se­guía con Jar­di­nes del Re­cuer­ do, pe­ro me ayu­da­ba a mí en to­do lo que te­nía que ver con nú­me­ros. Ya es­tá­ba­mos tra­ba­jan­do jun­tos cuan­do, un día, Don Hum­ber­to Her­nán­dez vi­no a ver los re­sul­ta­dos, y en la reu­nión nos di­jo, ´es­to no es jus­to, ¿có­mo es que us­ted es la que tra­ba­ja y yo ven­go a lle­var­me la uti­li­dad?´ Nos pro­pu­so que le com­prá­ra­mos una par­te del ne­go­cio. No te­nía­mos ni un cin­co. Aún así, mi es­po­so y yo nos aven­ta­mos y de­ci­di­mos com­prar un por­cen­ta­je de la agen­cia. No te­nía­mos el di­ne­ro. Wal­ter pen­só que sí la po­ día­mos com­prar. Hi­po­te­ca­mos la ca­sa, hi­ci­mos un prés­ta­mo en dó­la­res, con Fran­co­fin y echa­mos pa­ra ade­lan­te. Fue en el año 81. “Fue pa­ra esos días cuan­do crea­mos los clu­bes. Mi pri­me­ra ven­de­do­ra fue Do­ña Ro­si­ta. Yo hi­ce el sis­te­ma de clu­bes co­pian­do lo que ha­bía apren­di­do en Agen­cia de Via­jes Evi­sa. “Don Wál­ter se­guía en Jar­di­nes del Re­cuer­do y yo en la agen­cia, pe­ro cre­ció la agen­cia, y un día le di­je, ´es­to es muy du­ro pa­ra mí so­la, es muy gran­de´. En­ton­ces, él re­nun­ció y se vi­no a tra­ba­jar con­mi­go. 208

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


“Don Wal­ter se vi­no a tra­ba­jar sin sa­la­rio. Nos co­mi­mos lo que te­nía­mos aho­rra­do. La ver­dad es que la agen­cia nun­ca es un ne­go­cia­zo: es un bo­ni­to ne­go­cio. Se ma­ne­ja con ba­se en una co­mi­sión por in­ter­me­dia­ción. Uno no pue­de po­ner los pre­cios que quie­ra. “Ga­na más un su­ba­gen­te que la em­pre­sa en sí, y lo que ga­na un su­ba­gen­te es su­yo, lo nues­tro no... No­so­tros te­ne­mos que pa­gar pla­ni­llas. Cuan­do mi ma­ri­do se vi­no pa­ra la agen­cia, to­mó au­ge la par­te de clu­bes, que es lo que lla­ma­mos Clu­bes Co­lón, S.A. Es­to fue lo que hi­zo gran­de a Via­jes Co­lón. ¿Dón­de quie­re ir us­ted? ¿Quie­re ir a Eu­ro­pa? Yo le ayu­do a que lo pa­gue. “Cuan­do Don Wal­ter vi­no a tra­ba­jar con­mi­go, Don Hum­ber­to se­guía sien­do due­ño del 70 por cien­ to. Le com­pra­mos otro 30 por cien­to, y así fui­mos com­pran­do, po­co a po­co. Al fi­nal, él que­ría de­jar­se un 10 por cien­to só­lo por­que le gus­ta mu­cho via­jar, y que­ría te­ner de­re­cho a los des­cuen­tos. “Fi­nal­men­te, com­pra­mos la to­ta­li­dad, y a par­tir del año 82 fui­mos due­ños de Agen­cia de Via­jes Co­ lón, 50 por cien­to Don Wal­ter y 50 por cien­to yo. “En ese mo­men­to, pa­ra la em­pre­sa se­guían sien­do muy im­por­tan­tes los char­ters. Lle­vá­ba­mos pe­rua­nos a pa­sear con los fa­mi­lia­res. Era un pa­que­te ven­di­do con un año de an­ti­ci­pa­ción. Los clien­tes iban pa­gan­ do y via­ja­ban en di­ciem­bre, tan­to de aquí pa­ra allá co­mo de allá pa­ra acá”. Camilo Rodríguez Chaverri

209


En me­dio de una cri­sis “A raíz de los char­ters, que sig­ni­fi­ca­ban cua­tro avio­nes por año con 120 pa­sa­je­ros ca­da uno, em­ pie­zo a tra­ba­jar de ma­ne­ra muy in­de­pen­dien­te: yo al­qui­lo el avión, lo pre­pa­go, le pa­ga­ba 50 mil dó­la­ res por avión a la lí­nea aé­rea, y lo ven­do a co­mo yo quie­ra. To­do iba muy bien, pe­ro no me­di­mos, no vi­sua­li­za­mos que con Ca­ra­zo el dó­lar iba a su­bir de 8,60 a 60. ¡Qué ho­rror! “En el año 82, cuan­do su­bió el dó­lar a 60, se me que­dó un gru­po de ti­cos en Li­ma y un gru­po de pe­ rua­nos en San Jo­sé, le ha­bía ven­di­do a los pe­rua­nos al 8, 60 y te­nía que pa­gar a la lí­nea a 60. Ahí per­día to­do. “Ha­blé con mi es­po­so, em­pe­cé a pen­sar qué po­día ha­cer, bus­qué ayu­da en la lí­nea lo­cal, en Lac­sa, tam­ bién en Co­pa, pe­ro no me die­ron apo­yo. En San­sa, que era con la que ha­cía los char­tes, me di­je­ron ´o pa­ga la to­ta­li­dad o no hay via­je´. “Te­nía­mos que pa­gar 50 mil dó­la­res y ape­nas te­nía­mos 17 500 dó­la­res. Te­nía que ir a traer a los pe­rua­nos y te­nía que lle­var a los que que­da­ban aquí. To­mé mi ma­le­tín y me fui a Pa­na­má, a bus­car ayu­da, a ver qué ha­cía. No co­no­cía a na­die. En el ae­ro­puer­to, en el mos­tra­dor, em­pe­cé a bus­car una so­ lu­ción. Me fui en la ma­ña­na. Al­guien del ae­ro­puer­to me re­fi­rió al ge­ren­te de Cu­ba­na de Avia­ción, a quien le ex­pu­se el ca­so. Me pres­tó mu­cha aten­ción, me 210

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


di­jo ´¿cuán­ta pla­ta di­ce que tie­ne?´ Yo le di­je que 17 500 dó­la­res. ´¿Los trae ahí?´, me pre­gun­tó. ´No los trai­go pe­ro pue­do ir a San Jo­sé a traer­los´, le con­tes­té. Hi­zo nú­me­ros, me di­jo, ´bue­no, Cu­ba­na de Avia­ción pue­de lle­var­le los pa­sa­je­ros y traer­le a los pe­rua­nos. Pe­ro, ¿es­tá se­gu­ra de que me pa­ga en efec­ti­vo?´ “Le di­je que sí, y el ge­ren­te de Cu­ba­na me lle­vó don­de el ge­ren­te de Ae­ro­ni­ca, an­tes ´La Ni­ca´, con quien hi­ci­mos un com­bo, y por la su­ma que yo te­ nía, me lle­va­ron a la gen­te de Pe­rú y me tra­je­ron a los que es­ta­ban allá. “A par­tir de en­ton­ces, em­pe­cé a tra­ba­jar con Cu­ ba­na y con Ae­ro­ni­ca. Hi­ci­mos los char­ters por dos años más. Mien­tras tan­to, iban su­bien­do los clu­bes, que le die­ron un vuel­co al ne­go­cio. “Siem­pre he di­cho que cuan­do nos va mal en al­ go, de­be­mos bus­car otras op­cio­nes, otras puer­tas, otros ca­mi­nos. Aquí es­ta­mos pa­ra ser fe­li­ces. ¿Por qué no lu­cha­mos por eso? Dios nos man­dó al mun­ do pa­ra ser fe­li­ces. “Dios me ha da­do mu­chas co­sas lin­das, mu­chas cua­li­da­des... No las de­jo en­te­rra­das. En es­te mo­ men­to, te­ne­mos cer­ca de 900 tra­ba­ja­do­res, 600 em­plea­dos fi­jos, 110 co­bra­do­res y 350 pro­mo­to­res ex­ter­nos... Ellos ga­nan con ba­se en la co­mi­sión. Hay quien ga­na un mi­llón de co­lo­nes y más. “En to­do es­to, son muy im­por­tan­tes mis hi­jos. Ellos siem­pre han acom­pa­ña­do el cre­ci­mien­to de la Camilo Rodríguez Chaverri

211


em­pre­sa. Sa­ri em­pe­zó a los 9 años. Yo la lle­va­ba a tra­ba­jar en va­ca­cio­nes, a or­de­nar che­ques, a se­llar do­cu­men­tos... Por ejem­plo, ella iba al ban­co a ha­ cer fi­la mien­tras lle­ga­ba el men­sa­je­ro. Po­si­ble­men­te hoy no lo ha­ría por las cir­cuns­tan­cias del país. “Y a Ka­tia y a Wál­ter Ar­tu­ro les to­có igual. Es­tán des­de chi­qui­tos tra­ba­jan­do con­mi­go. Sa­ri es Más­ter en Re­la­cio­nes In­ter­na­cio­na­les y en Ad­mi­nis­tra­ción. Es la ge­ren­te de clu­bes, es­tá al fren­te de esos 350 ven­de­do­res. Por su par­te, Ka­tia es li­cen­cia­da en Tu­ris­mo, y aho­ri­ta es­tá co­mo Ge­ren­te de Tu­ris­mo Co­lón, que es la em­pre­sa que ven­de tu­ris­mo na­cio­ nal pa­ra na­cio­na­les y tra­ba­ja en tu­ris­mo re­cep­ti­vo. Mien­tras tan­to, Wal­ter Ar­tu­ro es­tá en las fi­nan­zas. Él es­tu­dió ad­mi­nis­tra­ción, tie­ne 28 años, y se fue in­vo­lu­cran­do, po­co a po­co, en la par­te de las fi­nan­ zas de las com­pa­ñías. “Co­mo ve, la em­pre­sa fa­mi­liar sig­ni­fi­ca mu­cho pa­ra los tres. Es el úni­co tra­ba­jo que han te­ni­do. Y es­tán en em­pre­sas di­fe­ren­tes. Yo los fui co­lo­can­do en dis­tin­tos cam­pos pa­ra que no tu­vie­ran cho­que en­tre ellos ni con el pa­pá. “Ellos tra­ba­jan mu­cho con­mi­go, yo los voy di­ ri­gien­do. Ha­ce unas se­ma­nas es­tu­ve en­fer­mi­lla, y ellos me de­cían, ´ay, ma­mi, ven­ga, ven­ga, es que es muy du­ro es­to´. No me mo­rí. Tal vez du­re un po­co más. “Pe­ro no va a creer lo que le voy a de­cir: la se­ma­ na pa­sa­da es­tu­ve en cui­da­dos in­ten­si­vos. El vier­nes 212

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


pa­sa­do sa­lí. Fui pa­ra un con­trol de un día pa­ra otro, y me dio una trom­bo­sis. “A la se­ma­na es­toy de nue­vo tra­ba­jan­do. Eso me man­tie­ne vi­va, ¿có­mo no? Yo di­ri­jo a un gru­po de ven­de­do­res. De vez en cuan­do los pre­mio, cuan­do al­can­zan la me­ta, ya sea que pa­seo con ellos o que los trai­ga a mi ca­sa. “Me pre­gun­ta us­ted que ´¿có­mo he he­cho pa­ra ma­ne­jar la em­pre­sa con tan­ta sa­bi­du­ría?´ Eso pre­ gún­te­se­lo al de arri­ba. Me pa­re­ce que la ex­pe­rien­cia es muy im­por­tan­te, y el he­cho de que tra­ba­jé a la par de mi ma­ri­do du­ran­te 30 años. Apren­dí mu­chí­ si­mo de él. “Cuan­do él en­fer­mó, yo fui asu­mien­do to­dos los ne­go­cios. Le dio cán­cer en el có­lum. Le di­je ´te­ne­ mos que ir ce­rran­do los ne­go­cios que no pro­du­cen´. Cuan­do me dio au­to­ri­za­ción, fui ce­rran­do los ne­go­ cios de­por­ti­vos, por­que él te­nía una im­por­ta­do­ra de ar­tí­cu­los de­por­ti­vos, una tien­da en el Real Ca­ria­ri, otra en Mul­ti­pla­za, y una tien­da de de­por­tes en ca­ da uno de los clu­bes. No era muy ren­ta­ble y era muy can­sa­do. Ha­bía que ir en las no­ches, re­vi­sar to­do... Él que­da­ba can­sa­do, y ade­más nos ro­ba­ban mu­cho. “Dio una lu­cha enor­me por su vi­da. Has­ta el fi­nal. Wal­ter fa­lle­ció un miér­co­les san­to, el 16 de abril de 2003, ha­ce dos años. Su­frió dos años y me­dio. So­por­tó la qui­mio­te­ra­pia con va­len­tía. Mu­rió de 62 años. Éra­mos del mis­mo sig­no, él cum­plía años el Camilo Rodríguez Chaverri

213


23 de ma­yo, y yo el 25 de ma­yo, só­lo que na­ci­mos con dos años de di­fe­ren­cia. “Era un hom­bre muy de­por­tis­ta, muy vi­sio­na­rio, con un gran co­ra­zón... Su au­sen­cia ha si­do muy di­fí­cil pa­ra no­so­tros. Él no es­tá y la vi­da si­gue su cur­so. “Só­lo Dios sa­be lo que sen­tí cuan­do él mu­rió. Si me que­dé es por­que ten­go que ayu­dar­le a mis hi­jos. Ha­ce dos años es­tu­ve en cui­da­dos in­ten­si­vos un mes, me des­com­pen­sé, no ten­go res­pues­ta del por­ qué, no soy una per­so­na es­tre­sa­da, pe­ro se­gu­ro era mu­cho su­frir: dos años y me­dio de ver­lo su­frir... Eso me gol­peó mu­cho a mí, y no po­der ha­cer na­da... “Él siem­pre es­tu­vo se­gu­ro de que iba a vi­vir, es­ ta­ba se­gu­ro de que Dios le ayu­da­ba y de que no iba a mo­rir. Yo, en cam­bio, su­pe que ya no ha­bía na­da que ha­cer. Los mé­di­cos me lo di­je­ron. Me re­con­for­ té mu­cho con Dios y me sen­tí muy sa­tis­fe­cha de to­do lo que le di en vi­da”.

Muy tra­ba­ja­do­ra “To­dos los días tra­ba­jo de 8 de la ma­ña­na a una de la tar­de, y de 2:30 de la tar­de a 6 ó 7 de la no­che. Yo es­toy siem­pre en la par­te de la agen­cia, pe­ro lo veo to­do. Lo que di­ri­jo es la agen­cia en San Jo­sé, y ten­go un ge­ren­te en ca­da una de las su­cur­sa­les. Veo las ba­lan­zas con ellos, las ana­li­za­mos, ve­mos

214

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


los re­tos de ca­da ofi­ci­na, y fir­mo los che­ques de ca­si to­das las com­pa­ñías. “En el ne­go­cio soy el ogro, no aguan­to na­da, soy muy dis­ci­pli­na­da, muy se­ria, muy exi­gen­te... Tam­ bién soy muy hu­ma­na. Sé có­mo tra­ba­jan to­dos y ca­da uno de los em­plea­dos. Los co­noz­co a to­dos. Co­noz­co el nom­bre de por lo me­nos el 85 por cien­ to de las per­so­nas con las que tra­ba­jo. Me reú­no con los con­ta­do­res, le lle­vo el pul­so a to­do en la em­pre­sa. “Ten­go una re­la­ción muy hu­ma­na con to­dos. Me gus­ta mu­cho com­par­tir­lo to­do con mi gen­te. Por ejem­plo, no ten­go bi­blio­te­ca en mi ca­sa por­que to­dos los li­bros los ten­go en la agen­cia. Mi bi­blio­te­ ca es una bi­blio­te­ca pa­ra los em­plea­dos. Les co­bro cien co­lo­nes de al­qui­ler. Cuan­do hay 5 mil co­lo­nes, me los dan, voy y com­pro otro li­bro, lo leo y lo de­jo pa­ra ellos. “Ade­más, ha­go vi­si­tas a to­das las ofi­ci­nas por to­do el país, He­re­dia, Car­ta­go, Pé­rez Ze­le­dón, Li­ be­ria, y aun­que va­ya muy po­co, ca­da vez que voy por su­pues­to que lle­vo pan y to­mo ca­fé con el gru­po que es­tá tra­ba­jan­do en ca­da re­gión. “En to­dos los even­tos que se ha­cen en la ofi­ci­na, co­mo la ce­le­bra­ción del día de la ma­dre y del día del pa­dre, las pre­mia­cio­nes y la fies­ta de Na­vi­dad, yo soy la pri­me­ra que es­toy, siem­pre, es­pe­rán­do­los en la puer­ta. Camilo Rodríguez Chaverri

215


“En ese sen­ti­do, mi fa­mi­lia es mi gran for­ta­le­za. Via­já­ba­mos mu­cho, los cin­co, mi ma­ri­do, mis hi­jos y yo. Ca­si siem­pre via­já­ba­mos el 26 de di­ciem­bre y vol­vía­mos el 2 de ene­ro pa­ra em­pe­zar a tra­ba­jar. Esos son los días en que la ofi­ci­na es­tá en va­ca­cio­ nes. Hay mu­chas fo­tos en que es­ta­mos los cin­co en al­gún via­je por ahí. “Fui­mos jun­tos a San An­drés, Pa­na­má, Mia­mi, Or­ lan­do, Den­ver, Ho­lan­da, Pa­rís, Ro­ma, Chi­le y otros lu­ga­res más. Cuan­do em­pe­za­ron con los no­vios, ya no íba­mos, pe­ro mien­tras es­tu­vie­ron jó­ve­nes, via­já­ ba­mos to­dos los años. Fui­mos muy uni­dos, a pe­sar de que to­dos los ma­tri­mo­nios tie­nen al­tos y ba­jos. Así es. Eso es na­tu­ral. Has­ta nos lle­ga­mos a pa­re­ cer, ¿se da cuen­ta? Es al­go muy be­llo que la pa­sa a las pa­re­jas... Y es que con ese ma­ri­do y esos hi­jos, ¿có­mo no iba yo a ser una per­so­na ple­na, sa­tis­fe­cha de su vi­da y muy fe­liz?”

216

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Caridad Zúñiga Ella bautizó a San Gerardo de Dota Le tocó entrar a la montaña con muchos hijos, sin agua potable, sin luz eléctrica, con el peligro del tigre y el dolor de saber que sus chiquitos iban a pasar frío. Caridad Zúñiga ha sido la gran compañera de Efraín Chacón. Ellos dos fundaron la población de San Gerardo de Dota e iniciaron con una forma de hacer turismo de montaña que ha sido muy particular. Incluso, doña Cari fue quien bautizó al pueblo como ´San Gerardo`, en honor al santo que es abogado de las madres y los niños. “Conocí a Efraín cuando tenía 19 años. Jalamos dos años. Efraín es cuatro años mayor que yo. Cuando lo conocí, él era jornalero. Se crió con los tíos maternos porque el papá se fue de la casa. Efraín y su hermano Federico le ayudaban a sus tíos a trabajar, pero sin gozo de salario. “Nos casamos cuando yo tenía 21 años y él, 25. Nos casamos siendo él jornalero. Nos vinimos a vivir a Santa María de Dota. Dejó de trabajar con los tíos de parte de la mamá y se fue a trabajar con un tío de parte del papá. “Luego se vino a administrarle una finca a don Nardo Ureña en Copey de Dota. Nos vinimos a vivir ahí. De Copey pasamos para La Cima. De La Cima Camilo Rodríguez Chaverri

217


nos pasamos por temporadas cortas a Providencia, pero volvíamos. “De ahí, le daban permiso para que él viniera a trabajar a Providencia. Ahí hizo unas abras y algo de potrero, pero era muy difícil, estaba muy lejos y tampoco había camino. “Vino en una cacería de Providencia para adentro. Venía el hermano de él, Federico, y venían unos amigos. Se encontraron estas tierras. Había danta, saíno, tepezcuinte, cabro… “Cuando eso, estábamos en Providencia. Él me había traído para hacer unos trabajos, unas volteas, y para recoger unas siembras de maíz y de cubaces. Cuando vinieron de cacería, les gustó esto. “Efraín llegó y me dijo, ´viera las tierras que nos encontramos`. Yo pensaba, ´se van a seguir complicando`, porque me dijo que iban a venir a acarrilar. Luego, vinieron mucho, y siempre nos quedábamos nosotras, mi hermana y yo, en Providencia. Es que mi hermana Claudina se casó con el hermano de Efraín. Éramos dos hermanos con dos hermanas. “Después, nos regresamos a La Cima porque un tío de Efraín les había dado a ellos dos un corte de mora y a él no le servía estar en las dos partes. Quedaba muy lejos un lugar del otro, porque no había camino”.

218

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


El sitio de las abras “Vinieron, carrilaron, les gustó más aquí, y empezaron a voltear montaña, a trabajar más en serio. Les quedaban las dos propiedades, una para Efraín y otra para Federico. “Claudina, mi hermana, y yo, nos quedábamos en La Cima. Vivíamos las dos familias juntas. Chiquititica era la casa, pero nos conveníamos muy bien. Por eso, tal vez nos animamos a venirnos aquí las dos familias. “Cuando ellos se vinieron para la montaña, salían de vez en cuando. Salían a traer comida, bastimento, y trabajaban un tiempito afuera. ¿De qué vivíamos? Ellos tenían una pulperiíta, Federico y Efraín, y el señor de la casa, porque no era propia, nos alquilaba para unas vaquitas. “Cuando empezaron a trabajar aquí adentro yo tenía cinco hijos y mi hermana otros cinco. Una vez, me dijo Efraín que ya tenían una milpa muy buena y estaban listos los cubaces. Tenían algunas dos vaquitas. “Me trajo a conocer, a ver si yo me resolvía a venirme. Yo siempre ambicionaba tener algo propio. Como me dijo que había ´cubazal`, y que habían probado sembrar zanahoria, repollo, papas, decidí venir a conocer… “Vine a conocer por un trillo. Me gustó bastante. Era montaña cerrada, con un poquito de limpio Camilo Rodríguez Chaverri

219


donde tenían ellos las siembras. Llegamos un domingo. Venía con la ilusión de conocer. Tardé unas cuatro horas caminando. El hermano de Efraín nos estaba esperando con almuerzo. Ellos estaban felices de que yo iba. Federico me recibió feliz de la vida, de verme aquí. “Ellos mismos cocinaban. Efraín se trajo una máquina y hacía tortillas. Aprendió a cocinar el maíz y a hacer las tortillas él solo. “Ese día llegamos, y hasta un arroz con leche nos tenía Federico, mi cuñado. A él se le notaba que estaba ilusionado de que una mujer iba venir a la montaña. “Duré de la carretera a aquí sus buenas horas, de verdad. Había que bajar a pie. Todavía no tenían camino para caballo. Fue muy difícil. Yo traía a Lorena pequeñita. Recuerdo que almorzamos, y me dice Efraín, ´vamos para que conozcás la milpa`. Se daba buenísimo el maíz. Dentro del maíz, sembraban el cubá. “Al día siguiente fue Efraín, y vio que por donde yo anduve, anduvo después el tigre, buscándome o buscando a la chiquita. Dicen que al tigre le gusta más la carne tierna, como de niños, y curiosamente también de mujeres”. (Su esposo, don Efraín, la interrumpe, y dice… -Ah, el tigre no es ningún tonto. Una risa resuelve su salida). 220

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Continúa doña Cari. “Me quedé unos días, una semana. Mi hermana quedó con todos los hijos de las dos. Pensé que era muy duro. Nosotros teníamos unas cositas pocas, algún roperito, una cocinita de leña… Todo tenía que quedarse afuera. Todo se vendió. No había cómo traer las cositas. “Unos meses después de mi primer visita, me vine ya definida a quedarme. Al hijo mayor, a Marino, lo sacamos de la escuela. Estaba como en cuarto grado, y dejamos a dos hijas y un hijo con Claudina, mi hermana. Nos trajimos a los dos más chiquitillos. Ya teníamos seis en ese momento. “Nos trajimos a Marino, Pablo y Lorena, y quedaron allá Carlos, Mayra y Sonia. Ellos iban a la escuela. No podían salir a la escuela desde aquí. Hubo matrícula hasta que se vino mi hermana a vivir aquí y llegaron dos vecinas más. “Mi hermana se vino unos seis, ocho meses después. Ya había que hacer una casita más grande…”.

Rancho de vara en tierra “Cuando llegué, nos metimos a un rancho de vara en tierra. Las varillas llegaban hasta abajo, y el rancho estaba envuelto en hojas de palmito, a los lados y por detrás. Quedaba un lado descubierto. Yo asistía a los peones que estaban alistando la madera para la casa en la que íbamos a vivir las Camilo Rodríguez Chaverri

221


dos familias. No había camas. Las hicieron de vara redonda. El colchón era hojas de palmito. “Vivimos como unos cinco años las familias juntas. Después dividieron los terrenos y las reses que tenían. Efraín resolvió construir una casita con zinc, piso de madera y paredes de madera por dentro. Las paredes por fuera también eran de zinc. “Vea qué cambio: cuando hicieron la primera casa, era un zaguán, con habitaciones a un lado y al otro. Cinco habitaciones a cada lado. Era grande, pero rústica. El piso era de tablas, también. Las cinco habitaciones a cada lado eran para cada familia. Era grande, pero recuerde que yo tengo once hijos y mi hermana tiene otros once. O sea, que contándonos a nosotros cuatro, Federico y Claudina, Efraín y yo, éramos veintiséis en una sola casa. “Yo entré en el año 63. Hacía muchísimo frío. Aquí el agua congelaba. Criamos a los chiquitos descalzos, muy sencillos… De chiquillos, iban a recoger los ternerillos y había mucho escarche, en verano, porque era más frío en verano que en invierno. Dejaban palanganillas de agua y amanecía congelada. “Yo tenía una cocinita de leña. Eso le daba un poquito de calor a la casa. Tengo un hijo que decía que paraba los ternerillos, llegaba con los pies congelados, y entonces para calentarse ponía 222

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


los pies en el pedacito donde había dormido el ternero. “Aquí tuve otros cinco hijos, tres mujeres y dos varones: María Elena, María Brígida, Leda María, José Efraín y Rolando. “En dos ocasiones, salí enferma de parto, a caballo, y las otras, salí con tiempito, me iba para donde mi mamá o donde mi suegra, y allá esperaba la hora del alumbramiento”.

La historia del primer colchón “Hay una historia que resume muy bien lo que pasamos en los primeros años. Un día, Efraín resolvió traer un colchón. Efraín me quería dar la sorpresa, compró un colchón, lo puso en la potranca, y la traía de diestro. Por donde ahora está la escuela había un portón en la calle. Cuando eso, las propiedades no tenían cerca a la orilla del camino, sino la cerca de colindancia. Era una potranca muy briosa, el colchón se golpeó en el alambre, se rompió en la argolla de cerrar el portón, y como cayó paja, la yegua se asustó, se soltó la rienda y se desbocó… Me encontré el forro ya sin paja. Ahora es de reírse, pero en ese momento era de llorar. Cuando llegó Efraín, vi el forro del colchón. Cortamos pasto kikuyo. Lo secamos, y con aguja de mano lo remendé. Así, volvimos a hacer el colchón. Camilo Rodríguez Chaverri

223


“Me acuerdo cuando don Mario Madrigal escribió sobre este colchón. Don Mario ha venido no sé cuántas veces. Me siento muy orgullosa cuando alguien como él escribe de lo que hemos hecho aquí en San Gerardo. “Otro que venía mucho era Don Roberto Murillo. Él escribió varios artículos. Le encantaba venir aquí a vacacionar. También escribieron Guido Fernández, Fernando Guier… Cuando ellos empezaron a venir, les tocó bajar a caballo. Marino, el hijo mayor, iba a traerlos a caballo y luego los regresaba a la carretera. “Gilca era el medio de hacer las reservaciones. El negocio realmente se llama ´Gilca, La casa del pescador`. Lilliana era la secretaria de Carlos Manuel Barrantes, el dueño de Gilca. Él conocía a todos los pescadores del país. Cuando algunos de ellos querían venir, don Carlos Manuel le pedía a Lilliana que escribiera en una libreta las reservaciones. Efraín iba a dejar el queso a San José y pasaba por la lista de invitados del fin de semana. “Nosotros hemos tenido el privilegio de vivir las dos etapas, la que vivimos tan difícil, tan difícil, con tantas dificultades, de verdad, y la de ahora. Si uno hubiera sabido que íbamos a salir bien, tendríamos datos de todo lo que nos tocó pasar, pero no teníamos ni una cámara fotográfica. 224

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


“Recuerdo que el día que ya llegamos a quedarnos, tomamos una foto. Estamos con el ternerillo que nació ese día. “Recuerdo que yo venía muy afligida, primero porque dejaba a tres hijos, dejaba a mi hermana, me iba retirando más de mis papás, y es que yo sabía que veníamos para la montaña, para el monte. Llegamos a la salida, a la carretera interamericana, a un lugarcito que se llama Macho Gaft. Era un domingo, muy de mañana… “Ahora la gente me pregunta que cómo hice para criar tantos hijos. Pienso que el ambiente colaboraba. Uno no vive estresado, de con quién andarán los hijos, cómo andarán los hijos… Son tantos que entre los hermanos se acompañan mucho. “Yo soy de San Marcos de Tarrazú, y seguro la gente cree que añoro el pueblo, pero es que ya no es el San Marcos de Tarrazú cuando nos criábamos, el San Marcos de misa de la seis de la mañana, el rosario de las cuatro de la tarde, en la iglesia, y cada uno para su casa. Eso era los domingos. Entre semana, sólo había oportunidad para el trabajo. Había misa a las seis de la mañana todos los días, pero era sólo para las señoras muy beatas. “Gracias a Dios, mis hijos no toman, son muy sanos… Vivir aquí en comunidad ayuda mucho. En un principio, las visitas comían en la casa. Después, aunque tenemos restaurante, todavía se me acercan Camilo Rodríguez Chaverri

225


a la cocina. Por ejemplo, a don Mario Madrigal lo invitamos a la casa”.

Grata sorpresa “Recuerdo que el día que veníamos ya para quedarnos, arragamos un bus en Macho Gaft, que nos dejaba en la entrada, en Jaboncillo. Yo venía muy afligida, y un señor que estaba en la pulpería, comprándose un diario en la pulpería de Macho Gaft, me dijo, ´diay, ¿ya se la llevan para el destierro?` “Veníamos inclinados a trabajar con ganado y agricultura. Nunca pensando en turismo. Eso se presentó a partir de que Efraín y Federico echaron los alevines al río. Empezó la trucha a desarrollarse, había truchas hasta de siete libras y ocho libras, se regó el cuento, empezó a llegar gente, y como era difícil salir, le dijeron a Efraín que por qué no hacía una casita. “Mientras tanto, dormían en el piso de mi casa. Yo recargaba los cuartitos que tenía, y desocupaba algunos. Dormían tendidos en el suelo. Recuerdo cuando llegaban los hijos de don Juan Dada. Eran chiquillos. Venían con grupos de compañerillos de colegio. Dormían en el suelo. Con ellos, la verdad es que siempre hemos tenido buena amistad. Aquí queremos mucho a los Dada. Uno reconocía la

226

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


humildad de ellos. Estaban contentos aquí, aunque estuvieran mal cobijados. Eso sí, con hambre no. “Como de verdad estaba viniendo gente, primero hicimos una cabinita. Después dos más. Empecé a atender las cabinas. Cuando se hizo una, vimos que sí nos favorecía. Cobrábamos cuarenta colones por persona, con comida incluida. No teníamos experiencia de absolutamente nada. “Antes, los chiquillos de las familias que venían iban a ver ordeñar, hacer el queso, y últimadamente les dábamos con ellos el chupón a los terneros. Eso les llamaba mucho la atención. “Después, cuando los chiquillos se hacían grandes, ya no les llamaba la atención. Hay familias que vinieron en la primera época y ahora, de cuando en cuando, vienen. Hay gente que viene a buscarme a la casa. Ya no tengo tanta relación con todas las personas que llegan, pero es que son muchas. “Un día vino un señor y me dijo que le metiera carbón a Efraín para que se pusiera aquí un salón de baile, debajo de los árboles, con una rocola, porque, como esto está tan apartado, este era un lugar ideal para venir a esconderse de la esposa. Me puse tan brava, tan brava, que el señor no volvió. Por dicha. Al que le gusta la fiesta aquí no le gusta. Me cayó tan mal, tan mal… “Siento que este lugar, esta finca, con este hotel, y la dicha de que viven aquí todos mis hijos varones, Camilo Rodríguez Chaverri

227


y casi todos mis hijos participan de la actividad, este lugar, que se llama San Gerardo en honor al abogado de las madres y los hijos, es una gran bendición para mí�.

228

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


A manera de Recuadro Relato de Efraín Chacón, esposo de doña Caridad Zúñiga “Mi esposa le puso el nombre al pueblo” “Una persona fundamental en la fundación del pueblo de San Gerardo de Dota fue mi esposa, Caridad Zúñiga. Tenemos once hijos. Yo me vine para esta zona cuando ya teníamos cinco. Fue muy duro. “Había que hacer el camino, había que voltear montaña, había que sembrar, no sé de adonde vinieron todos estos momentos felices, si el inicio fue tan difícil. “Algo importante es que mi hermano Federico y yo nos casamos con dos hermanas. Ellas también se hacían compañía. “En son de broma, mi hermano decía que nos habíamos casado con dos hermanas para economizar suegra… y después decía, ´lo malo de eso es que sólo hubo un entierro`. “Mis hijos trabajan en la finca. Nos vieron a nosotros crecer y progresar por el trabajo. Cada uno tiene una finquita porque yo les repartí esto. En total, son cuatrocientas hectáreas, que siguen juntas pero no revueltas. En el hotel hay uno que Camilo Rodríguez Chaverri

229


es el administrador. Se llama Rolando. Todos los demás del restaurante y el hotel son empleados oriundos de la zona, y de San Isidro de El General. Bueno, y trabajan los de mi familia. Por ejemplo, los dos recepcionistas son nietos míos. Se llaman Carlos y Diana. Mi hija María Elena me ayuda en la administración de las cabinas mías. Es la jefe de limpieza de las habitaciones. “Pero mis hijos trabajan aquí, en esta tierra que nosotros, Federico y yo, descubrimos. Todos tienen cultivo manzana, ciruela y melocotón. Además, uno se encarga de las truchas, y otro tiene más a cargo las plantaciones. Hay sociedades entre ellos. Por ejemplo, yo le di el restaurante del hotel a cuatro de ellos, mientras nosotros, mi esposa y yo, tenemos unas de las cabinas, y los hijos son dueños de otras. “Pero si usted ve lo que tenemos ahora, no se imagina cómo fue el principio. Como no había camino por donde sacar los productos, sino un trillo, sembrábamos maíz, zanahorias, chiverres para cuidar cerdos. Pusimos una cría de cerdos, y los sacábamos arriados a la carretera interamericana. De ahí, los llevábamos en camión a la plaza de Cartago. “En esos primeros años, Federico y yo trabajamos juntos, pero cada quien ya sabía la parte que le tocaba. Ahora que ya murió, los hijos de él tienen plantaciones igual que mis hijos y tienen un lugar 230

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


para acampar, para camping que llaman­. Producen frutas, producen truchas, igual que mis hijos. “Cuando arrancamos aquí, no había yerbicidas ni chapeadoras. Todo era muy artesanal. Por suerte no había motosierras cuando eso. Lo que hay talado fue a pura hacha. Con motosierra yo no sé dónde hubiéramos llegado. “Como le dije, yo era de Santa María, y mi señora era de San Marcos. Poco a poco, la fui metiendo en la montaña. Mi esposa vino por primera vez cuando ya teníamos un rancho cubierto con paja. Vino a conocer. Todavía no teníamos camino de bestia. Vino a pie, se tardaba cuatro horas desde la carretera, afuera, a la finca. Siempre andaba uno con alguna carguilla a la espalda, lo que hacía más lenta la caminata. Es definitivo que sin el respaldo tanto de ella como de la señora de Federico, Claudina, pero le decimos Nina, la verdad que quién sabe para que esto hubiera tenido éxito. “Después de estar trabajando aquí, trabajando en las mismas tierras, entre los dos, equilibrando que en las dos hubiera la misma cantidad de abras, un día decidimos separarnos, pero además de ser hermanos, nuestras esposas son hermanas. Eso nos juntó siempre. Por todo lado las circunstancias nos obligaron a seguir a la par, ayudándonos. “Nuestras esposas siempre tuvieron presente que queríamos surgir. Cuando me metí aquí, ya éramos novios, y cuando ya tenía el rancho, Caridad se vino Camilo Rodríguez Chaverri

231


a trabajar y a vivir aquí. Mi esposa se vino primero, y la esposa de Federico se quedó afuera con los hijos de ellos y los hijos de nosotros que estaban en la escuela (ver recuadro, nota aparte). “Cuando Caridad se vino para acá, el rancho estaba cubierto con hojas de palmito, y las paredes eran de madera rolliza, con todo y cáscara. “Llovía mucho. Antes los inviernos eran más fuertes. Empezamos a tener hijos. Cuando nos vinimos, ya teníamos cuatro hijos, después hubo siete. Creo que así es la cosa. Antes no pensamos en traerlos porque no había condiciones. Dios nos ayudó. Todos crecieron aquí, en San Gerardo de Dota”.

Historia del Hotel Savegre “El hotel empezó en 1971, pero empezó como una cabinita. Empezó casi por una necesidad, porque, como no había donde comer, llegaban pescadores de San José a pescar truchas en el río, y después pasaban al ranchito donde nosotros vivíamos para ver si conseguían un café, o un gallo de lo que fuera. “Ese fue el inicio. Así comenzaron a llegar personas. Cuando hubo un camino para vehículo de doble tracción, construimos una cabinita para huéspedes. Después, construimos dos más. Ahí

232

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


hemos seguido, sin planear, sino de acuerdo a las necesidades. “Empezamos con el hotel nosotros solos, Cari y yo. Con el ganado y la agricultura estuvimos siempre Federico y yo, pero cuando puse la cabina, era algo de nosotros, de Cari y mío. “Todo empezó porque le sembramos truchas al río, y llegaba la gente a pescar y a ver pájaros. Aquí no ´palomearon` nunca. Nunca mataron palomas. “El primer matrimonio que vivió aquí fue mi matrimonio. Para ver al vecino más cercano había que salir hasta la carretera interamericana. Entonces, la gente llegaba a la casa. En ese momento, no había carretera para ingresar hasta aquí. La gente entraba a pescar, mi señora les daba de comer y yo les daba un caballo para que regresaran a la carretera. “Cuando pusimos una cabina y luego otras dos, la gente le puso de nombre ´Cabinas Chacón`. Ahora contamos con treinta y cinco habitaciones, con restaurante, sala de conferencias, y ofrecemos servicios de pesca de trucha, paseos a caballo, ´tours` guiados para el naturalista, el biólogo, que es la principal clientela que tenemos… Tenemos, sobre todo, científicos y ecologistas que nos visitan. Hay estudios de universidades de Estados Unidos. Una universidad construyó un edificio aquí, en nuestra propiedad. Es una escuela de turismo y vienen a dar clases y pasantías de turismo ecológico. El Camilo Rodríguez Chaverri

233


convenio es que dentro de unos años el edificio pasa a ser de nosotros. Ahora, otra universidad nos va a patrocinar todos los arreglos necesarios en los trillos que van a las cataratas. “Hicimos una clientela muy orientada hacia lo que es la naturaleza. Hemos ido construyendo las cabinas de a poquitos. Cuando empezamos, no había hoteles de montaña. Hace poco, la cámara de profesionales en turismo me dio un reconocimiento, porque dicen que fui el que hice el primer albergue en la montaña. “En este momento, en el albergue trabajan unas quince personas. En agricultura, tenemos unas quince hectáreas entre todos. “Lo de nosotros aquí, en el pueblito, es mucho más que una empresa. Nosotros ayudamos a hacer la escuela y la iglesia. Cuando eso había algunos vecinos más. Hicimos un aula con madera aserrada con sierra de mano, y le presentamos un escrito al ministerio, haciéndole ver que teníamos la escuela. La matrícula no daba, pero inventamos unos chiquillos y nos mandaron al maestro. “A esa primera aula también comenzó a venir un sacerdote. El primer sacerdote que entró aquí se llamaba Aquiles Ureña. Era de Santa María de Dota. Era primo de nosotros. Poco a poco, fuimos pensando en hacer un sendero para pasar a pie, y después para pasar con bestia. 234

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


“Doce años después de que entramos, en el año 54, es decir, para 1966 teníamos camino para bestia. Estuvimos varios años más sin camino para carros. Después comenzamos a hacer ya la trocha para vehículo de doble tracción. Lo hicimos entre los vecinos, pero con alguna partida de obras específicas, porque nos ayudó el diputado Edwin Muñoz, que representaba a Desamparados y a toda esta zona. Es que antes, el primer camino de Dota, Tarrazú y León Cortés fue por Frailes, a salir a San Miguel de Desamparados. Poco a poco, fuimos conectándonos con la gente de afuera, con la civilización. Por ahí mismo fue que entró mi bisabuelo José María Ureña para fundar Dota”.

De una cabina a un gran hotel “A veces llegaba gente, a veces no, y a veces llegaba más gente de la cuenta. No se podía hacer propaganda, porque apenas teníamos una o tres cabinitas. El que venía le contaba al vecino. Fue muy importante un negocio dedicado a los implementos de la pesca deportiva. Se llama ´Gilca, La Casa del Pescador`. Nos ayudaba mucho porque mandaba gente a pescar trucha. El propietario de Gilca, Carlos Manuel Barrantes, venía mucho. Además, cuando la gente quería venir, iba a Gilca y reservaban espacio. Entonces, cuando yo iba a

Camilo Rodríguez Chaverri

235


dejar el queso a San José, y de una vez pasaba por la lista de reservaciones. “Con el impulso de la primera cabinita, hicimos dos más, y así hemos ido. Para decirle algo que le dé una idea, nunca hemos hecho cinco cabinas juntas. Hace poquito hicimos dos. Ahora vamos a hacer más cantidad, porque la verdad es que no damos abasto. Por primera vez, vamos a hacer ocho cabinas. “Acabo de hablar del queso. Resulta que teníamos vacas. No sacábamos la leche, porque era muy difícil. Hacíamos queso. Lo vendíamos en San José. No sé cómo hacíamos para mantenernos. Las mismas condiciones ayudaban. Aquí no había que comprar ropa para ir a misa. Mis hijos y mis sobrinos fueron criados en una forma muy humilde. Comida no nos faltó, gracias a Dios. Pasamos ´estrecheces` económicas y deudas, eso sí. “Había que llenar la matrícula para la escuela. Por eso nos pusimos a hacer un montón de familia. Bonito pretexto, ¿verdad? “Y aunque tuvimos vacas, lo único que me queda es un puñito de medallas y de trofeos que nos ganamos. Llegamos a ganarnos unos premios en las exposiciones del Campo Ayala, ahí en Cartago, como criadores de ganado Holstein. Nos hicimos unos expertos en criar ganado Holstein pequeño, pero más fuerte de patas, para que soportaran estos 236

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


laderones. También tenían que ser vacas con buen ubre, para que soportaran bien. “Pero, poco a poco, el turismo se fue convirtiendo en nuestra actividad más fuerte. “Cuando quisimos legalizar las cabinas ante el Instituto de Turismo, empezamos con el nombre de ´Albergue de Montaña Savegre`. Eso fue como en el año 80. Ahora se llama ´Hotel de montaña Savegre`. “Yo no estaba preparado para trabajar con turismo, pero mis hijos han aprendido bastante. Desde muy a un principio comenzaron a venir del cuerpo diplomático, de la Embajada Rusa, de la Embajada de España, de la Embajada de Estados Unidos. Creo que la bola se corrió por la amistad entre los embajadores”.

El paraíso del quetzal “Hay como casualidades, como que uno nota la mano de Dios. Por ejemplo, una vez vinieron dos botánicos de la Universidad de Harvard a recolectar miniorquídeas para investigación. Llegaron aquí como en el año 78. En una revista que ellos hicieron sobre las miniorquídeas, pusieron la fotografía de una pareja de quetzales, y publicaron un comentario de que en ningún lugar habían tenido tanta facilidad para verlos ni habían visto tantos. Daban la señal de adonde era, y comenzaron a venir señores con Camilo Rodríguez Chaverri

237


cámaras especiales para ver pájaros. Fue una maravilla. “Desde que llegué por primera vez a esta zona, vi muchos quetzales. Es un pájaro tan bonito que no me canso de verlo. Nadie se cansa de verlo. Está considerado como el ave más bella de América. “Aunque es el ave nacional de Guatemala, y allá lo tienen hasta para la moneda nacional, aquí ha venido más de un guatemalteco a conocer los quetzales. Es más fácil verlos aquí que ir a verlos allá. “Cuando empezaron a venir con cámaras, empezamos a crecer. Para mí es una satisfacción que con una de las primeras agencias de turismo con que trabajamos, con ´Costa Rica Expediciones`, seguimos teniendo relaciones. Empresas como esa, o como ´Horizontes`, o ´Caminos travel` desde un principio venían y hoy siguen viniendo. “Yo lo que digo es que a la gente que venga y se quede de un día para otro, se le puede garantizar que ve los quetzales. Ahorita vamos a venir para que usted vea que hay un nido a cien metros de donde estamos conversando. “Es que el quetzal come de un árbol que se llama ´aguacatillo`. Aquí hay más variedades de ´aguacatillo` que en Monteverde. Además, nosotros hemos sembrado ´aguacatillo` para que tengan suficiente comida. Ya sea de una variedad o de otra, siempre hay comida. Nosotros hemos 238

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


sembrado ´aguacatillo` en lugares estratégicos. Por ejemplo, en el parqueo hay un árbol, y ahí llegan a comer, por las mañanas… “Todavía viene mucha gente con el objetivo principal de pescar truchas, pero sobre todo vienen a ver quetzales. También vienen a estudiar insectos, plantas, y hongos. Algo muy bonito para nosotros es que viene mucha gente de luna de miel. “Gracias a Dios, este hotel tiene tan buena fama en cuanto a atención, avistamiento de quetzales, pesca de truchas, caminatas a las cataratas, que hemos tenido equipos de la BBC de Londres, de la Nacional Geographic, de Animal Planet”.

Camilo Rodríguez Chaverri

239


240

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Sobre el autor Camilo Rodríguez Chaverri (1976) es periodista y escritor. Tiene más de una década de dirigir y conducir programas de entrevistas en radio y televisión. Ha dirigido diversos medios de análisis político y difusión cultural, entre ellos el periódico OJO. Fundó diez periódicos rurales o alternativos, entre ellos, El Guapileño, Ventanario y Viva Limón. Ha publicado cuarenta libros. Entre sus obras publicadas hay una docena de colecciones de entrevistas, quince poemarios, tres libros de cuentos, numerosas compilaciones sobre personajes de la historia y varios libros de artículos y comentarios periodísticos. Publicó la colección “Conversaciones con la historia”, ocho volúmenes con entrevistas a grandes personajes de la historia costarricense y “Grandes personajes bananeros”, dos volúmenes con entrevistas a forjadores de la producción bananera del país. Es compilador de “Centenario de Don Pepe”, una colección de textos sobre José Figueres Ferrer, impresa en cuatro volúmenes; “Alberto Martén, padre intelectual del solidarismo”, acerca de este gran pensador costarricense, y “El padre del solidarismo bananero”, sobre la vida y obra del Presbítero Claudio Solano. Camilo Rodríguez Chaverri

241


Con el libro “Memorias del Padre del ICE”, sobre la vida de Jorge Manuel Dengo, inició una serie de libros sobre grandes personajes que pueden contar con detalle la historia de alguna institución o pueden narrar su vida colmada de logros y de anécdotas. Luego publicó “Memorias de Carlos Blau. Del Holocausto a Costa Rica”, la conmovedora historia de vida de un judío que sobrevivió a los campos de concentración. Prepara un libro sobre el Presbítero Armando Alfaro Paniagua, una colección de entrevistas a sacerdotes con una gran labor social, una colección de pequeñas biografías de pioneros de la aviación costarricense y una colección de semblanzas de forjadores del Instituto Costarricense de Electricidad. Publicó “Grandes personajes limonenses”, con entrevistas a personajes de la historia de Limón, la ciudad puerto. Ya están a punto de aparecer sus libros “Grandes personajes guanacastecos”, “Grandes personajes puntarenenses”, “Grandes personajes alajuelenses”, “Grandes personajes de Pococí”, “Grandes personajes del Valle de El General” y “Grandes personajes de la Zona Norte”. Además, está trabajando en un libro llamado “Grandes agricultores costarricenses” y trabaja en un libro sobre personajes de la producción cafetalera. 242

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


También se ha dedicado a la compilación y rescate de obra literaria y periodística de la historia. “Los versos de Don Tista”, sobre la obra poética del campesino sancarleño Juan Bautista Solís, inicia la saga de sus compilaciones de obra de grandes artistas del país o de artistas emblemáticos de alguna región. Prepara una compilación de las letras de las canciones del compositor sancarleño Paulino Porras, una compilación de las letras de las canciones rescatadas por la gran promotora cultural Emilia Prieto, un libro con los artículos periodísticos del poeta Rogelio Sotela y un libro con artículos de grandes escritores latinoamericanos, que fueron publicados a inicios del siglo pasado en la revista costarricense “Athenea”. Sobre el trabajo de este periodista, el escritor y gran intelectual costarricense Alberto Cañas dijo, “la suya es una obra periodística gigantesca, como Costa Rica no la había visto antes. Camilo se dedicó a entrevistar la historia, y a los 29 años, ya tiene un legado para el futuro que el futuro le reconocerá”.

Camilo Rodríguez Chaverri

243


244

Mujeres pioneras del turismo en Costa Rica


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.