Bitácora
Cuerpo: Territorio Ma*Estro**
Combina puerta
y sol
Ma*Estro** Diario de viaje por el territorio del cuerpo, a través de la danza, la fotografía, la literatura y el teatro. El Colegio del cuerpo
Secretaría de Educación Distrital de Bogotá
Dirección: Álvaro Restrepo Co-Dirección: Marie France Delieuvin Subdirección Académica: May Posse Coordinación Administrativa: Gisela Del Valle Asistencia Administrativa: Enilsa Vásquez Servicios Generales: Zoraida Guerrero
Secretaria Edna Cristina Bonilla Sebá
Compañía Cuerpo de Indias (Núcleo profesional de El Colegio del Cuerpo) Ana María Bermúdez, Gina Carrasquilla, Johan Gutiérrez, Cristian Mogollón, Alexander Patrón, Erick Pérez, Mayerlis Romero, Camila Silva, Mauricio Suárez, Piter Velásquez Talleristas proyecto Cuerpo: Ma*Estro** Danza: Bailarines Compañía Cuerpo de Indias Fotografía: Juan Camilo Paulhiac Literatura: Melissa Lozano Teatro: Rosario Jaramillo
Subsecretario de Calidad y Pertinencia Andrés Mauricio Castillo Varela Directora de Inclusión e Integración de Poblaciones Virginia Torres Montoya Equipo Técnico de la Línea Memoria, Paz, Reconciliación y Migraciones Boris Camilo Matiz Pedraza Ingrid Lorena Torrez Gámez Angela Viviana Valencia Gaitán Karen Fernanda Guerrero Cañón Vilma Amparo Gómez Pava Fabian Camilo Ruiz Bernal
Artistas/Enlaces * Juana Galindo York Chiquillo Alberto Barrios Manuela Botero Eliot Tuberquias Evaluación: Efren Morales Diseño gráfico: Susana Carrié El Proyecto Cuerpo Territorio Ma*Estro** se desarrolla en el marco del Contrato No. 1982588 del 12 de noviembre del año 2020 SED-eCdC en coordinación con la Línea Pedagogías de la Memoria, la Paz, la Reconciliación y las Migraciones de la Dirección de Inclusión e Integración de Poblaciones de la Secretaría de Educación del Distrito.
SECRETARÍA DE
EDUCACIÓN
“Hay una grieta en todo… Así es como entra la luz”. Leonard Cohen
Cuarteto para el Fin del Cuerpo Foto: Carlos Mario Lema
Pertenece a:
T u se l f i e
módulo memoria
Dos Volcanes y un Laberinto Fotos: Eliot Tuberquias
”En el principio había un río. Luego el río se convirtió en camino y se ramificó esparciéndose por el mundo entero; porque antes había sido río, siempre tenía hambre”
módulo paz
Flowers for Kazuo Ohno and Leonard Cohen: Foto: Carlos Mario Lema
En aquella tierra de principios, los que aún no habíamos nacido nos confundíamos con los espíritus. Asumíamos numerosas formas. Muchos éramos pájaros. No conocíamos los límites. Teníamos festejos, juegos y tristezas sin cuento. Festejábamos mucho a causa de los bellos terrores de la eternidad. Jugábamos mucho porque éramos libres. Y nos entristecíamos mucho porque siempre entre nosotros había algunos que acababan de regresar del mundo de los vivos. Volvían inconsolables por todo el amor que habían dejado, todo el sufrimiento que no habían redimido, todo lo que no habían comprendido, y por lo que apenas habían empezado a aprender antes de ser atraídos de nuevo a la tierra de los orígenes.
módulo reconciliación
SacrifiXio: la consagración de la Paz Foto : Juan Diego Duque
“Ninguno de nosotros deseaba nacer. Nos disgustaban los rigores de la existencia, los anhelos insatisfechos, las injusticias consagradas del mundo, los laberintos del amor, la ignorancia de los padres, el hecho de morir, y la asombrosa indiferencia de los vivos en medio de la sencilla belleza del universo. Temíamos la dureza de corazón de los seres humanos, pues todos nacen ciegos y pocos llegan a aprender a ver”
mito • rito rebelión-revelación
El Camino Hambriento en Corea Archivo El Colegio del Cuerpo
Libro Primero
“En el principio había un río. Luego el río se convirtió en camino y se ramificó esparciéndose por el mundo entero; porque antes había sido río, siempre tenía hambre. En aquella tierra de principios, los que aún no habíamos nacido nos confundíamos con los espíritus. Asumíamos numerosas formas. Muchos éramos pájaros. No conocíamos los límites. Teníamos festejos, juegos y tristezas sin cuento. Festejábamos mucho a causa de los bellos terrores de la eternidad. Jugábamos mucho porque éramos libres. Y nos entristecíamos mucho porque siempre entre nosotros había algunos que acababan de regresar del mundo de los vivos. Volvían inconsolables por todo el amor que habían dejado, todo el sufrimiento que no habían redimido, todo lo que no habían comprendido, y por lo que apenas habían empezado a aprender antes de ser atraídos de nuevo a la tierra de los orígenes. Ninguno de nosotros deseaba nacer. Nos disgustaban los rigores de la existencia, los anhelos insatisfechos, las injusticias consagradas del mundo, los laberintos del amor, la ignorancia de los padres, el hecho de morir, y la asombrosa indiferencia de los vivos en medio de la sencilla belleza del universo. Temíamos la dureza de corazón de los seres humanos, pues todos nacen ciegos y pocos llegan a aprender a ver.” El camino hambriento Ben Okri
SECRETARÍA DE
EDUCACIÓN