Dr Javier Duarte
de Ochoa Gobernador del Estado de Veracruz
Dra. Karime Macías
de Duarte Presidenta del DIF Estatal
Mtra.Leticia Perlasca Núñez Secretaria de Turismo, Cultura y Cinematografía
T
lacotalpan, en el corazón de la cuenca del Papaloapan, es centro de la vida pujante y alegre de esta región veracruzana. Considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones
Unidas, se ubica en el antiguo territorio totonaca. Durante el siglo XVII se establecieron las haciendas La Estanzuela y San Juan Zapotal. Fue en esta época, lugar de abastecimiento para piratas y testigo frecuente de la disputa entre españoles e ingleses. Tlacotalpan es ejemplo de la grandeza del pueblo veracruzano y de su temple para sobreponerse a las adversidades. Lo hizo en grandes tragedias como la inundación de 1714 y el terrible incendio de 1788, que motivó que las casas se construyeran de mampostería. Una vez más, lo ha hecho tras la devastación provocada por las inundaciones de 2010, a partir de una visión planeada en la restauración del ordenamiento urbano de la ciudad. Actualmente, junto con Alvarado y Los Tuxtlas, forman un polo de gran potencial turístico. Se trata de una región pujante a la que daré grandes apoyos. Sus vocaciones productivas y sitios de interés hacen que este rincón del Estado sea ejemplo del nuevo turismo veracruzano, donde se conjugan belleza arquitectónica, riqueza natural, tradiciones, alegría y la atención única en México que distingue nuestra calidez jarocha, características que junto con la tranquilidad y su riqueza gastronómica hacen de esta ciudad un lugar próspero, seguro y de atractivos para el mundo. Así, con el ímpetu de un nuevo amanecer, Tlacotalpan abre otra vez sus brazos al mundo. Por ello, me honra presentar este pequeño volumen sobre un sitio que reúne lo esencial de la cultura del Estado de Veracruz, para mostrar que pese a las adversidades ¡Tlacotalpan Vive! Tlacotalpan, crisol de culturas, fiestas y tradiciones. Dr. Javier Duarte
de
Ochoa
Gobernador del Estado
Si vienes a Tlacotalpan, procura por tu bien dejar
en el camino tu pesado gabán de “intelectual”. Aquí nada más te va a estorbar. La tentación de racionalizar te asaltará (a mano armada) frente a este fenómeno entre goliárdico y jarocho. De nada sirven los juicios al vapor, las aproximaciones psico-sociales y los mensajes ecologistas. Las fiestas son como son y en ellas la violencia y la ternura bailan juntas y consiguen la paz. El asunto no es de pensar, es de imaginar, de escuchar, mirar y disfrutar. ¿Quién decidió que las palmeras, las umbrías arcadas, los balcones de primorosa herrería, las camas con dosel y los muebles de bejuco cayeran en su lugar y formaran armonía? El tiempo, el terco tiempo. Lo demás lo ignoro y por lo tanto lo imagino. ¿De dónde el cadencioso garbo de las muchachas que danzan al caminar y bailan como si caminaran? ¿Quién inventó las gorditas de frijol negro? ¿Por qué un tlacotalpeño si no tiene tres apodos, por lo menos, no merece ser de aquí? ¿Quién tuvo la ocurrencia de que La Candelaria, la virgen navegante, estaría particularmente satisfecha si en las vísperas de su fiesta, soltaran por el pueblo seis toros enloquecidos que siembran el pánico, el destrozo y el júbilo democrático por toda la población?
Para todas estas preguntas tengo una sola y contundente respuesta:
sepa.
Ya no me cabe mรกs color en los ojos, ni mรกs aromas
en el olfato, ni más calideces y sonrisas en el alma ¿Han probado ustedes una buena sopa de acuyo con camarones y bolitas de masa? ¿Nooo? ¿Pues dónde han andado, criaturas? Como ya es o debería ser sabido, su Charro Negro ha andado por Tlacotalpan ejecutando lo que técnicamente se llama tirar baba. Les notifico que, por obra y gracia de un obeso músico tlacotalpeño,
ya no soy Germán Dehesa, sino “el Salinas”. Llevo tres días sin ver la televisión, sin leer periódicos y sin toparme con ningún funcionario. ¿No es el paraíso? Comienzan a circular los tamalitos, pero ya no hay tiempo: viene atracando “El Mi”, lanchón afamado que nos llevará a ver la procesión fluvial de la Virgen de La Candelaria que, cual corresponde, viene estrenando vestido y con el Niño Jesús en los brazos. El río hierve de lanchas de todos los tamaños y de todos los colores. En el muelle, los lugareños forman valla (y bulla) para darle paso a la Señora (su Señora) que viene, guapa y airosa, a pasear por el río en compañía de su hijo que tiene 40 días de nacido. El río, dice Baricco, es el modo más dulce que tiene el mar de venir por nosotros. Nadie mejor que el río sabe el camino que nos llevará al océano sin violencias, ni asperezas. Cada ser humano debería tener su río que, sin herir ni ser heridos, nos reintegrara tiernamente al regazo del mar, nuestra madre común.
Yo ya tengo mi río y se llama Papaloapan.
Hoy, día de La Candelaria, mi río amaneció impaciente y con su lomo gris jaspeado que ya no azul. Sopla el viento del norte. Retumban los cuetes, los vítores y las jaranas mientras la Señora es colocada en “El Amateco”, un inmenso y rojo transbordador engalanado con flores y cientos de globos (los tlacotalpeños son globalifílicos). La Virgen, me dicen, llegó de Barcelona en el siglo XVIII y originalmente traía al pequeño Jesús sentado en una mano de su madre y sostenido por la otra. Esto le pareció muy mal a las damas tlacotalpeñas que solicitaron urgentemente una cita con el obispo. Es una crueldad, señor obispo; la criatura tiene apenas 40 días y se le va a pandear el espinazo, le dijeron. Es el hijo de Dios y tiene poderes sobrenaturales, aventuró el prelado. Pué será muy hijo de Dios, pero se le va a pandear el espinazo. Discutir con una mujer es tarea inútil; discutir con varias mujeres tlacotalpeñas es mortal de necesidad: ahora el Niño viene recostado y se le mira muy a gusto. Rodeada por las barcas, el atardecer y la música, La Candelaria navega por el Río de las Mariposas. En el amplio lanchón cabemos todos: visitantes, señoras con bebé (o en trance de fabricarlos), los “chuchumbé”, jaraneros ilustres y personajes de toda laya y condición.
“¡Virgen de La Candelaria! Te pedimos por el mundo / te pedimos por el río/ te pedimos por el bosque / te pedimos por los niños”.
Mi amigo xalapeño y su Charro Negro escondemos el rostro para que los jaraneros que cantan esta salmodia no nos vean llorando.
Germán Dehesa
In memoriam
D.R.© Fundación Cultural Mariana Yampolsky, A.C., México
A mediados de los años cincuenta, llegué a Tlacotalpan en lancha
por el rĂo Papaloapan, la Ăşnica forma posible en ese tiempo. Mariana Yampolsky
Su arquitectura excepcional representa una fusión de las tradiciones española y caribeña .
¡Virgen de La Candelaria! Te pedimos por el mundo te pedimos por el río te pedimos por el bosque te pedimos por los niños”.
D.R.© Fundación Cultural Mariana Yampolsky, A.C., México
R
econstruir ha sido siempre una característica de grandes civilizaciones. Tlacotalpan, tierra entre ríos, navega como la isla que antaño fue, hacia su recuperación arquitectónica,
económica y ecológica. La reconstrucción y restauración de la ciudad es uno de los compromisos del gobierno de Veracruz. Y es también una tarea en las manos de los ciudadanos y ciudadanas tlacotalpeños, alertas al cambio que encierra el porvenir y dispuestos, con la fuerza de su estirpe a responder al desafío que representa Tlacotalpan. Al reconstruir sus fachadas coloridas, reconstruiremos juntos el espíritu invencible que ha caracterizado siempre a este pueblo privilegiado por la historia. Tlacotalpan forma parte de un patrimonio humano, es expresión y voz de una cultura, y la ciudad contiene en sí misma los elementos para ponerse de pie cuando la naturaleza implacable le deja sentir sus rigores, como en las recientes inundaciones.
Tlacotalpan Vive reúne en sus breves páginas los rasgos esenciales para mostrar al
público en unas cuantas pinceladas fotográficas lo que son esta ciudad y este pueblo. Tlacotalpan Vive lleva un mensaje de esperanza solidaria a una tierra que contiene una parte vital del alma veracruzana y que no se doblega ante las pruebas que le impone el tiempo, los desastres climáticos, los procesos globales que afectan al mundo, al país, al estado.
Pero Tlacotalpan es también uno de los destinos turísticos más encantadores que posee
Veracruz para ofrecer al mundo. El Gobierno del Estado no escatima esfuerzos para promover su restauración y desarrollo en una lucha comprometida con la conservación de su riqueza natural y cultural, más viva ahora que nunca. La presente edición es un primer y modesto paso en ese largo camino de mostrar al público nacional e internacional la vida vibrante, cálida y siempre nueva de Tlacotalpan. Mtra. Leticia Perlasca Núñez Secretaria de Turismo y Cultura
TLACOTALPAN VIVE Dirección
Leticia Perlasca Núñez
Coordinación
Francisco García González
Editora
Susana Casarin
Edición fotográfica
Susana Casarin y Luis Almeida
Diseño
Luis Almeida
Apoyo editorial
Alma Ramírez Fotografía Mariana Yampolsky (págs. 12/13, 70) Yolanda Andrade (pág. 8) Pedro Hiriart (págs. 4, 20/21, 37, 38, 39, 47, 48, 57, 60, 68/69) Germán Romero (págs. 36, 40, 41, 44, 57, 59, 61) Lourdes Almeida (pág 49) Horacio Aguilera Hernández (págs 22, 23) Susana Casarin (lo demás del material fotográfico) Texto Juana Inés Dehesa Christlieb Margarita Montalvo Impresión
Print Service S.A. de C.V.
Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación por cualquier medio exixtente o por existir, sin la previa autorización por escrito de los titulares de los derechos. IMPRESO EN MÉXICO. MMXI