Libro pelando la cebolla coda vida nueva

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Pelando La

Cebolla Ilustraciรณn: Dilka Bear

Libro Digitalizado por

* * * GRUPO

VIDA NUEVA codependientes


INTRODUCCIÓN

Pelando La

Cebolla

vidanuevab vidanuevab grupovidanuevabqto Lunes y Miércoles Parque Esequibo. Urbanización del Este HORA: 5:45PM - 7:00PM TELF: 0414 508 00 57- 0412 1534 060 http://grupovidanueva.weebly.com/

Para poder obtener un conocimiento profundo de nuestra codependencia, necesitamos mirar hacia adentro y continuar el trabajo emocional de “pelar la cebolla”. La cebolla representa el dolor de nuestra niñez y darnos cuenta de cómo ésta ha afectado desfavorablemente todas las fibras de nuestra vida. Empezamos por nuestra codependencia. A nivel emocional, necesitamos sobrepasar el trauma de la niñez que dirigió nuestro ser auténtico a esconderse para poder sobrevivir. Para comprender qué significa el haber sido un pequeño desesperanzado, dependiente de padres emocionalmente incapaces o inalcanzables, necesitamos meditar nuestra relación con estos cuidadores primarios. Venimos a ver que fuimos moldeados para cumplir sus necesidades. Algunos de nosotros adoptamos la culpa de nuestro cuidadores, incluyendo sentimientos de desagrado hacia nuestros cuerpos y las funciones corporales. Experimentamos control y como nos volvieron un objeto, por medio del lenguaje, insinuaciones degradantes, estar capturados y/o el abandono. “Pelar las capas”, es necesario dada la intensidad y profundidad de esta tradición. Por medio de abrir nuestros corazones, empezamos un proceso, pero esta vez nos movemos de la auto percepción interior a tener compasión por nosotros mismos. El proceso requiere que estemos dispuestos a dejar ir todas las formas con las que solíamos afrontar el pasado. Por el contrario, usamos y valoramos las herramientas que hemos aprendido en la recuperación de CODA. En la recuperación, aprenderemos a desprendernos del pasado y desarrollamos conciencia sobre nuevas elecciones en nuestras vidas. Los patrones y características de la codependencia, fue desarrollada como una herramienta y características de la codependencia a la auto evaluación. Identificar la negación, autoestima, complacencia y patrones, promueve que los miembros descúbran y exploren la codependencia. A medida que asistimos a reuniones e interactuamos con otros miembros de CODA, nos volvemos más abiertos para llevar a cabo el trabajo de recuperacion. El dolor que sentimos es mayor que nuestro temor al cambio. Aprendemos a bailar el “vals de la recuperación”. (paso 1, 2 y 3), una y otra vez como respuesta a muchos problemas en nuestras vidas. Respiramos aliviados a medida que le damos a un poder superior todas esas cosas sobre las cuales no tenemos control. Cuando trabajamos el cuarto paso y quinto paso, quitamos con mucha perseverancia, la capa exterior de la cebolla, la capa de protección y negación. Con la ayuda del poder superior, sobrevivimos y la esperanza incrementa.


PELANDO LA CEBOLLA

RELACIONES ADICTIVAS

CODA es una hermandad de hombres y mujeres cuyo propósito común es desarrollar relaciones sanas y amorosas con nostros mismos, con nuestro poder superior y con otros. A medida que continuamos “pelando la cebolla” y nos movemos a través de nuestras capas únicas e individuales, experimentamos lágrimas de dolor. Sin embargo, cuando alcanzamos la capa dulce (metáfora para referirnos a nuestro ser auténtico), experimentamos lágrimas de alegría. Lo invitamos a unirse a nosotros en este recorrido interno de recuperación y experimentar nuestra satisfación de tener relaciones auténticas y amorosas con el poder superior, con nosotros mismos y con los demás. En las reuniones de CODA, usualmente oímos a las personas hablar de otras adicciones: alcohol, drogas, ejercicio, comida, juego, gastar dinero, trabajo, entre otros. Durante el proceso de recuperación, a medida que examinamos nuestros comportamientos, muchos de nosotros descubrimos adicciones al amor, al sexo y a las relaciones. Denominadores comunes incluyen el control, la intensidad, el drama, el pensamiento distorcionado y la inmadurez emocional. Estas se manifiestan como comportamientos adictivos y/o evasivos. En la raíz de estos comportamientos está la ausencia de intimidad con nostros mismos, con nuestro poder superior y con otros. Por medio de examinar los patrones y características de nuestra codependencia en un nivel más profundo, quitamos más y más capas de la cebolla. A medida que exploramos, ganamos auto conocimeinto y podemos experimentar lágrimas de alegría, dolor, alivio, descubrimiento y arrepentimiento. La afirmación preliminar de CODA dice: “El único requisito para ser miembro es el deseo de mantener relaciones sanas y amorosas”. Para poder aprender sobre relaciones sanas, primero necesitamos echar un vistazo a algunos aspectos de las relaciones insanas.

Muchas personas se unen a la hermandad de CODA luego que una relación termina con dolor. Algunos tienen un patrón de relaciones en serie y otros se quedan inclusive en relaciones aunque sean abusados física y emocionalmente. Otras pueden saltar rápidamente a nuevas relaciones, intentando evadir el sentimiento de dolor. En vez de trabajar los asuntos que tengan con sus parejas actuales, muchos buscan la felicidad por fuera de la relación a través de la infidelidad emocional o actuando sexualmente. Otros evitan relaciones sumergiéndose en actividades e involucrándose en diferentes comportamientos adictivos debido al miedo a la intimidad o al fracaso. Algunos de nosotros continuamos en la búsqueda de la perfecta “alma gemela”, aunque actualmente estemos en una relación comprometida. Podemos estar involucrados sentimentalmente con más de una pareja. Muchos de nosotros podemos involucrarnos en varios de estos comportamientos simultáneamente y estos patrones de vida pueden ser calificados como adicciones; todas manejadas por nuestra codependencia. MIEDO A NO SER SUFICIENTE En la adicción al amor estamos enganchados a “estar enamorados”, y pegados a la ilusión del romance. Algunas veces tenemos varias relaciones al mismo tiempo y vivimos en seudo intimidad con nuestras parejas, previniéndonos de tener una relación con verdadera intimidad y compromiso con una sola pareja. Buscamos una “alma gemela” que nos complete y perdidos en una fantasía romántica, muchas veces ignoramos señales de alarma y legimos parejas que son emocionalmente inalcanzables. Tomamos nuestra identidad de la relación con “Sr o Sra perfección” y creemos que nos vemos bien a los ojos del mundo. Usamos el sexo para instantáneamente “enamorarnos”. Nos engañamos a nosotros mismos al creer que estamos enamorados con nuestra pareja sexual. Mi adicción al amor pasó a través de dos etapas; ambas codependientes. Durante la primera época, estaba completamente enamorado de otra persona, poniéndola en un pedestal como mi poder superior, haciendo todo para estar con ella.

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Ninguna privación, sacrificio o gasto era demasiado, inclusive si significaba adquirir deudas financieras terribles y ser negligente con todo lo demás (inluyendo mis mascotas). Yo sólo tenía que estar con ella. La segunda etapa de mi adicción fue causada por revivir el terror del abandono de mi niñez, la base de mi codependencia. Mi comportamiento se volvió extraño, extremo y peligroso. Llegué a grandes extemos para mantener a esta mujer en mi vida, incluyendo pedirle que se casara conmigo, a pesar de la situación ridícula e imposible. Fue un intento desesperado por mantenerla conmigo. MIEDO A NUESTROS SENTIMIENTOS Podemos involucrarnos en comportamientos para evitar sentimientos avasallantes y dolorosos. En las adicciones al sexo, podemos usar los actos sexualescomo las infidelidades extramatrimoniales, ir a clubes de strip tease, usar pornografía o masturbarse de manera excesiva, en vez de experimentar nuestros sentimientos. Como adultos con bases de culpabilidad, tenemos miedo a la verdadera intimidad dado el temor a ser absorbidos o controlados por nuestra pareja. En cambio, por medio de actos sexuales, controlamos y manipulamos a los otros. Podemos ver a los otros o a nuestras parejas como objetos sexuales o conquistas, y utilizarlos para obtener un “arreglo sexual”. El concepto de la sexualidad sana, como un regalo otorgado por Dios y un método de expresar intimidad, es ausente en nuestras vidas. Muchos de nostros como niños o adultos, soportamos violaciones inapropiadas de límites de carácter sexual, y muchas veces causados por alguien a quien amábamos y en quien confiábamos. Por el miedo, continuamos aceptando y excusando este tipo de violaciones. Creemos que mientras tengamos una relación sexual con una pareja, no seremos abandonados. Ser adicto al sexo significa obtener atención, ganar un sentido de valor a crear una ilusión de intimidad o poder. Aceptar o hacer uso del abuso físico o emocional, genera excitación y se siente mejor que no tener compañero. Algunos de nosotros discutimos y creamos melodrama como un mecanismo para obtener un buen sexo de reconciliación.

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En mi familia disfuncional, mi padre era alcohólico. Nunca escuché a ninguno de mis padres decirme “te amo” o decirlo entre ellos. No había abrazos, ni afecto, ni siquiera una palmada en la espalda por sacar buenas calificaciones. A la edad de siete años fuí violado de forma no violenta por un vecino adolescente y tristemente me gustaba el hecho de que esta persona me prestara atención. Yo estaba buscando constantemente mi próxima relación. Sabia como envolver a un hombre en una conversación para que pensara que era el único en el lugar. Podía coquetear, molestar o engañar a un hombre para que pensara que necesitaba tenerme. Me volví experta en insinuaciones sexuales, aunque iba en contra de quien era internamiente. Muchas veces tenía sexo para poder “cerrar el trato”, y el trato era qu ahora él debia ser mi novio. Yo creaba drama y dejaba que las discusiones escalaran, sabiendo que así el sexo sería más intenso. Yo solía utilizar a los demás para llenar mi vacío. Fantaseaba sobre actos sexuales en los que quería participar con otros y mentalmente visualizaba una y otra vez los eventos. Con la fantasía y la visualización sentía pasión, fuerza, poder, amor, drama y control. Estos sentimientos escondían mi dolor, trauma y auto odio. MIEDO A ESTAR SOLO En la adicción a las relaciones nos quedamos en una relación, sin importar que tan insatisfactoria sea, ya que no podemos tolerar estar solos. Tenemos miedo al cambio, no sabemos cómo dejar ir o cómo seguir con nuestras vidas a no ser que tengamos otra relación en la mira. Si nuestra pareja terminara la relación estamos dispuestos a lo que sea para manipular. Si no podemos cambiar la decisión de nuestra pareja podemos meternos en otra relación lo más rápido posible y podemos en nuestro desespero, quedarnos en relaciones abusivas y peligrosas para evitar estar solos.

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A pesar que tenía una hermana, yo era solitario. Leía muchos libros de romance y soñaba con enamorarme y ser sacada de mi vida vacía hacia una llena de amor y felicidad. Esas dos palabras eran sinónimos para mí, no se podía tener la una sin la otra. Tuve mi primer novio cuando tenía ocho años y nunca estuve sin novio desde entonces. Necesitaba una conexión para sentirme feliz. Cuando ella me dejó me sentía tan abandonado ue estaba austado de estar solo que estaba obsesionado con volver con ella o encontrar a alguien nuevo. Mi matrimonio era doloroso. Me quedé por trece años hasta que tuve el valor de irme y estar sola. El pensar que nunca voy a encontrar a esa “persona especial” siento que corre sangre fría por mis venas. EVADIR RELACIONES La codependencia es una enfermedad que deteriora nuestras almas. A medida que continuamo quitándonos capas, algunos descubrimos que evitar relaciones es una herramienta de supervivencia que usamos para evitar la intimidad social, sexual y emocional con nostros mismos y con los demás. El evitar o “anorexia codependediente” es una manera de llevar a la incapacidad nuestros deseos naturales de amor, sexo y relaciones. ANOREXIA DE AMOR La anorexia de amor es cuando evitamos experimentar el autoamor, recibir amor de un poder superior o el de otros. Cuando eramos niños, algunos de nosotros no fuimos cuidados ni validados, no nos sentíamos amados, ni apreciados: nos faltaba autoestima. Algunos de nosotros experimentábamos maneras inadecuadas de comprendernos con nuestros cuidadores y no aprendimos a trazar límites. No aprendimos que nuestros deseos, necesidades y emociones eran importantes. Los adictos al amor buscan una pareja que sea su alma gemela, los anoréxicos de amor evitan el amor. Hay una falsa creencia, pensamos que no somos suficientes y evitamos sentimientos de pena, negándonos los sentimientos naturales y deseos de relaciones amorosas, sanas e íntimas.

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El miedo al rechazo, la humillación y a ser juzgado por mi cuerpo y mi desempeño sexual, no me deja tener una relación íntima. Es más fácil para mí ser amigo de las personas del mismo sexo que arriesgarme a enamorarme y salir herido. El matrimonio de mis padres estaba lleno de pelea, gritos y discusiones. Yo me dije a mi mismo: “Si esto es amor, no quiero ninguna participación en él”. Soy un hombre de 42 años y sigo siendo virgen. Siendo niño experimenté un incesto de parte de mi mamá, quien inapropiadamente compartía sus problemas conmigo. Ella no cuidaba de mí y esperaba que yo cuidara de ella. Yo era su “esposo sustituto” y me hacía sentir culpable si no cuidaba sus sentimientos. Mi padre fue emocionalmente inalcanzable para mí, mis hermanos y mi madre. No me enseñaron que mis emociones eran importantes. Como resultado de esto, me aisle a mi mismo de mis propias emociones y de las emociones de los demás. No sabia como dar amor. ANOREXIA SEXUAL La anorexia sexual existe cuando evitamos experimentar o expresar nuestro regalo dado por Dios de la naturaleza sexualhumana. Algunos de nosotros fuimos abusados sexualmente abierta u ocultamente en nuestra niñez. Algunos estábamos apenados de nuestra curiosidad natural por la sexualidad, de nuestra identidad sexual, o de nuestra imagen corporal. Los adictos al sexo usan el sexo como una herramienta para evadir la intimidad o para apaciguar los sentimientos, los anoréxicos sexuales evitan las relaciones sexuales o están tratando de contrarestar porque temen a la intimidad sexual o están tratando de contrarestar verguenzas de la niñez en cuanto a su sexualidad. Los anoréxicos sexuales niegan sus sentimientos naturales y deseos de una relación sexual íntima y sana.

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Tengo que tomar para sentirme lo suficientemente libre para poder tener sexo. De niño, oí conversaciones “personas correctas” y me había convencido a mí mismo que el sexo era pecaminoso y malo. Crecí con imágenes de que las mujeres eran santas y vírgenes. Esto me llevó a tener sentimientos de pena y culpa, y me influenció a negar mi sexualidad natural inclusive hasta el día de hoy. Tengo miedo a la intimidad porque me averguenza mi cuerpo. Tengo sobrepeso y estrías de mis embarazos, cicatrices de una cirugía. Me averguenzo y pienso ¿Quién me podría amar con este cuerpo? ¿Quién querría tener sexo con una gordinflona? Los comentarios que se hacen acerca de mi cuerpo afectan mi intimidad sexual. Mi madre tuvo varios amantes después de su divorcio y yo estaba apenada de esto y juré nunca ser como ella. He evitado las relaciones sexuales durante la mayor parte de mi vida. ANOREXIA DE RELACIONES La anorexia de relaciones existe cuando evitamos involucrarnos en relaciones íntimas con nosotros mismos, con otros, o con un poder superior. Cuando eramos niños no conocimos límites ni fronteras, no aprendimos como llevar relaciones sanas. Los adictos a las relaciones nos apegamos a otros para evitar estar solos o sentir dolor; como anoréxicos de relaciones nos podemos aislar o por el contrario, sentirnos obligados a buscar grupos para evitar estar solos. Evitamos la posibilidad de sentir venrguenza o dolor negando sentimientos y deseos naturales de relaciones sanas, emocionales e íntimas.

Me da miedo contestar el teléfono. Quiero hablar, pero tengo tanto miedo de que no voy a estar seguro. Me siento “menos que”. Temo que la otra persona no tenga tiempo para mí. Yo no quiero estar en una relación. Estoy cansada de cuidar, de tratar de complacer, y de pagar por un hombre que no es recíproco con sus sentimientos. Cuando era niño, evitaba acercarme a otros por el dolor que sentía cada vez que nos mudábamos. Más tarde de adulto jóven, fuí campeón de karate rodeado de multitudes animadas cuando competía. Sin embargo, fuera de la arena, me asilaba y evitaba conocerme a mí mismo y a los demás. Todas mis relaciones han fracasado. Yo he parado de buscar y no quiero fracasar de nuevo, me siento triste. Me regocijo de ser el centro de atención de las reuniones sociales y así puedo evitar las relaciones. MIEDO A LA INTIMIDAD Los sentimientos íntimos con aquellos que son más profundos a nivel personal. Desde la infancia, estos sentimientos nos han guiado a tratar de obtener la satisfacción de nuestras necesidades, concluímos que nuestras necesidades y los sentimientos que dirigen esas necesidades, son una equivocación. El resultado es una verguenza tóxica, profunda y dolorosa. Para evitar experimentar nuestros sentimientos más profundos, desarrollamos patrones disfuncionales de comportamiento. Creemos que esos sentimientos pueden llevarnos a morir. Este es el “terror” de la intimidad.

Cuando era niño nos mudábamos mucho y cuando asistía a nuevo colegio no me sentía lo “suficientemente bueno”. Tenía miedo de no caer bien, así que me decía a mí mismo que no me importaba y me quedaba conmigo mismo.

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PATRONES Y CARACTERÍSTICAS DE LA CODEPENDENCIA

Al continuar pelando la cebolla, nosotros podemos ver los patrones y características de la codependencia. Sin embargo, esta vez podemos aferrarnos a la percepción que existe recuperación.

Fuí asaltada sexualmente cuando tenía siete años. Mis padres nunca trataron el tema y yo me lo guardé para mí misma como un secreto vergonzoso que no merecía de atención.

PATRONES DE NEGACIÓN Los codependientes tienen dificultades para identificar qué están sintiendo. Algunas veces tengo que mirar la lista de palabras de sentimientos para ver si alguna es apropiada con lo que estoy sintiendo. La primera vez que fui a un consejero matrimonial el terapeuta me preguntó qué quería de la vida. Yo contesté “Quiero que mi esposo termine la escuela y quiero que mis hijos sean felices”. Ella me trajo de regreso a la pregunta; ¿Qué quería yo? y no pude responderle. Ese concepto era desconocido para mí. A veces creo que estoy brava, pero en realidad estoy herido. La rabia es más fácil de sentir para mí que la tristeza. En recuperación participamos en reuniones, trabajamos lo pasos y prestamos atención a qué está pasando dentro de nosotros. Cuando aprendemos a identificar nuestros sentimientos y podemos conectar al mundo con ese sentimiento. Los codependientes minimizan, alteran o niegan como se sienten en realidad Tuve un romance con un hombre casado. Yo nme dije a mí misma que no importaba ya que ambos sabíamos que era sólo por sexo. Racionalicé que no estabamos enamorados, yo no era una amenaza para su matrimonio.

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Siento mucho la pérdida de comunicación con mi familia. Lo único que hacemos juntos son bromas, porque de otra manera sentimos incomodidad. Fuí abusado físicamente por mi padre, mi hermano y mi hermana con regularidad. Crecí pensando qu esto era normal y que todos debían vivir así. En recuperación podemos reconocer y aceptar nuestros sentimientos por lo que son. Podemos hablar de ellos con otros y aprendemos a ser leales con nostros mismos. Los codependientes se perciben a sí mismos como completamente egoístas y dedicados al bienestar de los demás. Trabajo todo el día como voluntario y me anoté para ayudar con la cena de la iglesia. Estoy muy cansado y quisiera poder quedarme en casa. Como enfermera, trabajaba largas jornadas porque no podía decir “no” a mis pacientes. A veces sentía resentimiento contra ellos. Hago demasiado por otros, inclusive cosas que podrían hacer ellos mismos. Hago esto más que todo por lograr las cosas “a mi manera” y un poco porque siento que no pueden cuidarse ellos mismos. En recuperación cuidamos de nosotros mismos en las relaciones. Podemos permitir que otros adultos cuiden de ellos y aprendemos a considerar a otros sin involucrárnos.

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PATRONES DE BAJA AUTOESTIMA Los codependientes tienen dificultades tomando decisiones por sí mismos. Evito tomar decisiones porque no puedo controlar el resultado. Me da miedo decidir porque otros pueden no gustar de mi respuesta. Temo que si decido una cosa, quiera la otra. De niño mis padres nunca me preguntaron que quería. En recuperación tomamos decisiones con confianza después de considerar nuestras opciones. Aprendemos a confiar en nosotros mismos. Los codependientes juzgan todo lo que piensan, dicen o hacen con dureza, como nunca “suficientemente bueno” Cuando cometo un error, me “doy palo” sin piedad. No hay espacio para el perdón. Repaso mis pensamientos y decisiones una y otra vez en mi cabeza, los desarmo para que sean aprobados por otros. Me siento estúpida alrededor de otros que tienen más educación que yo. En recuperación nos aceptamos como suficientemente buenos. Admitimos nuestros errores y después los dejamos ir. Aprendemos a amarnos.

Los codependientes se sienten apenados al recibir reconocimiento, regalos o halagos.. No soy “suficientemente bueno” para merecer cosas buenas. Si soy reconocido o halagado, tal vez puedan ver quien realmente soy. Cuando alguien me halga, tiendo a minimizar mis esfuerzos y a dar razones de por qué siento que no merezco el halago. Me da pena recibir un regalo si no tengo nada que darle de vuelta a la persona. En recuperación podemos reconocer y aceptar cosas buenas que vengan de otros. Aprendemos que es sano la auto valoración para nosotros recibir. Los codependientes no le piden a otros satisfacer sus necesidades o deseos. Nunca pido que mis necesidades sean satisfechas. En realidad quiero que mi pareja “sepa” y “le importe” que no estoy satisfecha emocionalmente o sexualmente y que haga algo al respecto. Después de trabajar todo el día, estoy demasiado cansado para cuidar de mí mismo, pero sigo cuidando de los otros sin pedir ayuda. No pido lo que necesito ya que temo que mis peticiones puedan ser ignoradas. En recuperación como adultos, podemos ser capaces de ser responsables de satisfacer nuestras necesidades. Le pedimos a otros lo que queremos a pesar que no lo consigamos . Aprendemos a auto cuidarnos.

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Los codependientes valoran la aprobación que otras personas le dan a sus pensamientos, sentimientos y comportamiento. Yo me visto, cocino y mantengo la casa bien para complacer al hombre de mi vida. Si él quiere que yo me vista más sexy o que sea más sensual, yo se lo concedo, inclusive si estoy desagradada haciéndolo. Quien soy depende de quién quieres que sea. Sou un camaleón. Cuando era un niño, un amigo de la familia comentó: “Que niña tan linda ”, y mi mamá respondió “Debería ver a mi otra hija”. Me di cuenta que no era lo suficientemente buena. En recuperación oramos por la sabiduría de la voluntad de Dios para nosotros y el poder de llevarlo a cabo. Aprendemos que ser auténticos es más importante que buscar aprobación de otros. Los codependientes se perciben como personas que no pueden ser dignas de amor, ni de ser valoradas. Puse mi información personal en una página de citas en Internet. Un hombre estaba emocionado de conocerme frente a frente y puse mi foto online. Nunca volví a saber de él; me sentí fea y no digna de amor. Tengo tres hijos, todos con vidas ocupadas, a veces siento que si desaparezco tardarían una o dos semanas en darse cuenta. Salgo con personas que pienso son más inteligentes que yo. Los admiro y espero que algo de su inteligencia se me pegue. En recuperación aprendemos a cuidarnos. Nos volvemos dignos de amor, amorosos y amables. Aprendemos que somos valiosos.

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PATRONES DE COMPLACENCIA Los codependientes comprometen sus valores propios e integridad para evadir rechazo a la rabia de otros. Aunque tenía niños pequeños y nunca había usado drogas, fumé marihuana porque mi novio quería que lo hiciera. No quiero expresar mi opinión. Estoy de acuerdo con todos para no discutir. En una fiesta no podía localizar a mi novio. El estaba en nuestra habitación, en un trío con su amigo y la novia de este. No lo confronté y no me puse brava. Tenía miedo que me dejara. Mi novio tenía una lesión activa de herpes y dejé que me besara para que no se molestara. En recuperación mantenemos nuestros valores e integridad con la guía de nuestro Poder Superior. Aprendemos a utilizar nuestros límites para protegernos. Los codependientes son muy sensibles a los sentimientos de personas y se siente de la misma forma. Solía describir el mal genio de mi esposo como una “nube gris”. La tensión se aumentaba como la oscuridad y nubes amenazantes aparecían. Eventualmente se me pegaba su rabia y en vez de expresárselo me desahogaba con nuestros hijos. Soy muy sensible a las expresiones faciales de los demás y a su tono de voz. Puedo llorar si alguien me mira fríamente, inclusive si no tiene nada que ver conmigo. En recuperación nuestros límites sanos nos dan poder para saber la diferencia entre nuestros propios sentimientos y los de los demás. Aprendemos a dejar que otros sena responsables de sus propios sentimientos.

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PATRONES DE CONTROL Los codependientes creen que la mayoría de las personas son incapaces de cuidarse a sí mismos. Mi mamá lloraba y se inmovilizaba cuando se le confrontaba con un problema, así que yo trataba de resolverlo. El resto de mi vida la he pasado arreglando a las personas, los lugares y las cosas. Cuando mi padre llegaba a casa borracho, mi madre cocinaba para el , así que yo lo hacía. Tenía seis años cuando comenzó este patrón. Pagaba la renta de mi hijo ya grande porque él “no podía” conseguir un trabajo. En recuperación, reconocemos que los adultos son capaces de cuidar de sí mismos. Dejamos de hacer por otros lo que pueden hacer por ellos mismos. Aprendemos a respetar los límites de los demás. Los codependientes tratan de convencer a otros que “deberían” pensar en como se sienten “realmente”. Cuando peleaba con mi hermana mis padres decían: “No odias a tu hermana, la amas”. Ahora yo ledigo a mis hijos: “Cómo pueden seguir con hambre si acabas de terminar la comida” Reciéntemente un compañero me dijo: “No deberías sentirte culpable porque te divorciaste y ahora tu hija esté pensando en hacerlo también”. Cuando mi pareja tiene sentimientos de miedo, rabia, culpa, yo le digo: “Estás demasiado sensible y dramática”.

Los codependientes se vuelven resentidos cuando los demás no los dejan ayudarlos. Cuando alguien no acepta mi ayuda, mi reacción interna es: “Bueno, no esperes que me vuelva a ofrecer a ayudarte en algo de nuevo”. Me pongo brava cuando mis hijos adultos nome dejan interferir en sus asuntos. En recuperación preguntamos si alguien quiere nuestra ayuda; escuchamos y aceptamos su respuesta. Aprendemos a tener en cuenta y ser consientes que no somos el poder superior de nadie. Los codependientes ofrecen consejos libremente a otros sin que estos se los estén pidiendo. Mi hijo y su esposa están teniendo problemas matrimoniales. Yo he estado divorciado dos veces y se que puedo ahorrarles muchos dolores si tan solo escucharan mis consejos. La vida de mi amiga no está en orden, así que le digo como vivirla. A veces mi esposa sólo quiere que yo la escuche, pero le doy consejos sin que me los pida. En un juego de football empecé a mandar los jugadores hasta que uno de ellos tuvo que recordarme que no era el capitán del equipo. En recuperación, no ofrecemos consejos. Dejámos que otros pidan ayuda cuando ellos quieran y aprendemos a guardar silencio.

En recuperación, reconocemos las raíces de nuestros patrones de control. Aprendemos que todos tienen derecho a sus propios pensamientos y sentimientos.

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PATRONES DE CONTROL Los codependientes creen que la mayoría de las personas son incapaces de cuidarse a sí mismos. Mi mamá lloraba y se inmovilizaba cuando se le confrontaba con un problema, así que yo trataba de resolverlo. El resto de mi vida la he pasado arreglando a las personas, los lugares y las cosas. Cuando mi padre llegaba a casa borracho, mi madre cocinaba para el , así que yo lo hacía. Tenía seis años cuando comenzó este patrón. Pagaba la renta de mi hijo ya grande porque él “no podía” conseguir un trabajo. En recuperación, reconocemos que los adultos son capaces de cuidar de sí mismos. Dejamos de hacer por otros lo que pueden hacer por ellos mismos. Aprendemos a respetar los límites de los demás. Los codependientes tratan de convencer a otros que “deberían” pensar en como se sienten “realmente”. Cuando peleaba con mi hermana mis padres decían: “No odias a tu hermana, la amas”. Ahora yo ledigo a mis hijos: “Cómo pueden seguir con hambre si acabas de terminar la comida”

Los codependientes se vuelven resentidos cuando los demás no los dejan ayudarlos. Cuando alguien no acepta mi ayuda, mi reacción interna es: “Bueno, no esperes que me vuelva a ofrecer a ayudarte en algo de nuevo”. Me pongo brava cuando mis hijos adultos nome dejan interferir en sus asuntos. En recuperación preguntamos si alguien quiere nuestra ayuda; escuchamos y aceptamos su respuesta. Aprendemos a tener en cuenta y ser consientes que no somos el poder superior de nadie. Los codependientes ofrecen consejos libremente a otros sin que estos se los estén pidiendo. Mi hijo y su esposa están teniendo problemas matrimoniales. Yo he estado divorciado dos veces y se que puedo ahorrarles muchos dolores si tan solo escucharan mis consejos. La vida de mi amiga no está en orden, así que le digo como vivirla. A veces mi esposa sólo quiere que yo la escuche, pero le doy consejos sin que me los pida.

Reciéntemente un compañero me dijo: “No deberías sentirte culpable porque te divorciaste y ahora tu hija esté pensando en hacerlo también”.

En recuperación, no ofrecemos consejos. Dejámos que otros pidan ayuda cuando ellos quieran y aprendemos a guardar silencio.

Cuando mi pareja tiene sentimientos de miedo, rabia, culpa, yo le digo: “Estás demasiado sensible y dramática”.

Los codependientes dan regalos y hacen favores extravagantes a las personas que quieren.

En recuperación, reconocemos las raíces de nuestros patrones de control. Aprendemos que todos tienen derecho a sus propios pensamientos y sentimientos.

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Yo tomaba préstamos de $10.000 para dos hombres distintos, porque no tenían nada. Me dije a mi mismo que me necesitaban y luego vi que en realidad era yo la que necesitaba que ellos me necesitaran.

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Dejé que mi novio cargara sus compras a mi tarjeta de crédito. El nunca me pagó y yo nunca le pedí que lo hiciera. Muchas veces pago las cuentas de mis hijos adultos. Le compré a mi cuñada varios regalos de matrimonio que no tenía ni podía pagar, para que me vieran como una buena cuñada.

Me siento atraído por personas necesitadas. Creía qu era indispensable en mi trabajo, pero en realidad era reemplazable. En recuperación creemos que los adultos pueden suplir sus propias necesidades. Aprendemos que las relaciones son de igualdad, basadas en el respeto mutuo el uno por el otro.

En recuperación somos más prudentes con nuestro dinero y tiempo. Aprendemos que no podemos comprar amor ni aprobación. Los codependientes utilizan el sexo para gana aprobación y aceptación. A pesar que mi primer esposo no le gustaba bailar, podía hacerlo , bailar conmigo, si le prometía que tendríamos sexo cuando llegáramos a casa. Me sentía como una prostituta. Creía que si era bueno en la cama mi novia se quedaría conmigo. En recuperación paramos de usar el sexo para manipular. Aprendemos que debemos aprobarnos y aceptarnos tal y como somos. Los codependientes tienen que ser “necesitados” para que se puedan relacionar con otros. Escogía parejas que me necesitaran porque eran alcohólicos, estaban deprimidos o no tenían nada. Yo los iba a arreglar, a recompensarlos por sus terribles experiencias de la niñez. El problema era que una vez que “crecían bajo mi cuidado”, se iban, entonces el patrón comenzaba de nuevo. Crecí para rescatar mujeres porque de niño, fuí enseñado a rescatar a mi mama. ¿Cómo me puedes dejar después de todo lo que he hecho por tí?

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ETAPAS DE LA RECUPERACIÓN En la experiencia de la recuperación descubrimos que hay capas más profundas de lo que imaginábamos. Procedemos con valentía porque caemos en cuenta que no estamos solos. Hemos desarrollado una relación consistente con un poder sueperior, con un programa de recuperación, con un grupo base, con un padrino o madrina, y con el apoyo de nuestros amigos de recuperación. Tenemos herramientas, incluyendo los Doce Pasos y las Doce Tradiciones, que nos guían a nuevas formas de pensar y comportarnos. No estamos rendidos por la vida. La recuperación de la adicción y evitación del sexo, del amor y de las relaciones, pueden incluir las siguientes etapas: Pedimos y buscamos ayuda cuando la necesitamos. Lo único que en realidad me ayuda es usar el teléfono. Hoy, sentí la necesidad de llamar y de dejar un mensaje en la contestadora de mi ex novia. Menos mal tuve la presencia en mi mente de llamar a dos personas del programa, e inclusive a una tercera, antes de que pudiera hacer algo. El sentimiento pasó. Asistir regularmente a las reuniones me ayuda a mantenerme en contacto con otras personas que se están recuperando. yo escojo un padrino que esté disponible. Le pido a mi padrino que me guíe gentilmente a través de los pasos. Hablamos por nosotros mismos. Un hombre que conozco no tiene tiempo para mí los fines de semana, sin embargo quiere tener relaciones sexuales conmigo. Eso sería rebajarme. Ahora estoy en recuperación y quiero estar en una relación recíprocamente monógama antes de hacer el amor. He dejado de verlo. Cuando asisto a una reunión comparto honestamente mis exitos y mis fracasos.

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Vemos a los demás y a nosotros mismos de una manera realista. Mirando las característocas de la codependencia en CODA y trabajando los primeros cinco pasos con mi padrino, me veo a mí mismo de manera más realista y honesta. Los miembros de mi familia no están aquí para satisfacer mis necesidades. Soy consiente que cuando me atrae una cualidad de alguien, es muchas veces una necesidad que necesito desarrollar esa cualidad en mi mismo para volverme una persona más completa. Puedo mejorar mi relación si aprecio las buenas cualidades de mi pareja: es muy fácil para mí concentrarme en lo negativo. Es importante que recuerde por qué me amó esta persona en un principio, sea esta una pareja, un familiar, o un amigo. Necesito enfocarme en lo bueno. Paramos de utilizar a los demás y de esperar que satisfagan mis necesidades. A través de mi recuperaciñon en CODA he aprendido que dos mitades vacías no igualan a una persona completa. Sólo dos personas completas, con ayuda del poder superior, pueden crear una relación entre ellos. En recuperación me estoy convirtiéndo en una persona consiente de sus deseos y del poder que tengo de hacer que éstos se cumplan. Yo mantengo mi conexión espiritual y hago que esta crezca viviendo y amando mi vida cada día. Cuando siento que no puedo más, es cuando puedo amar verdaderamente a los demás sin resentimiento ni miedo, ni juicios, no espero que otros definan que tanto valor tengo, ya que esto es una carga injusta para cualquiera. No espero que entiendan o cuiden de mí de la manera en que quisiera, pero doy gracias por mis compañeros de recuperación quienes me apoyan en mi travesía, así como yo los apoyo a ellos. Utilizo un diario para identificar mis sentimientos sobre mis comportamientos evitativos.

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Nosotros establecemos límites para nuestro bienestar.

Contamos con un poder superior.

Cuando mi novio dejó de pagar su parte de los gastos, yo le sugerí que consiguiera un segundo trabajo. El trató de hacerlo pero no pudo, y de esta manera establecí una fecha para que se mudara porque yo no estaba dispuesta a mantenerlo más. Utilizando las herramientas y trabajando el programa de CODA, he aprendido a poner límites a mi propio comportamiento. Ya no tomo rehenes. En recuperación ya no dejo que nadie abuse de mí física ni espiritualmente, ni emocioanlmente. Mi hermana quería abrazarme cuando estaba borracha y yo me negué, explicándole que me recordaba mucho a mi madre borracha.

Me hace sentir enfermo pensar que de nuevo confié en una persona que resultó siendo deshonesta, y una vez más mi mundo parece inseguro. No hay nadie en quien confiar más que en mí mismo y en mi poder superior. Sin Él en mi vida estaría muerto. Agradezco que estar en recuperación me ha enseñado que nunca estoy solo. El vacío se está desapareciendo. En recuperación, he visto que la conexión de amor con mi poder superior y el sentimiento de que todo está bien con el mundo siempre ha estado dentro de mí. Me siento amado y digno de amor. Lo que no entendía antes de la recuepración es que el amor incondicional que busco de otro, está sólo disponible en mi poder superior. Necesito que mi poder superior me guíe a través de todo el trabajo que aún tengo que hacer en cuanto a mis asuntos de amor, sexo y relaciones. Lo más difícil de estas dolorosas capas de la cebolla, no sería posible sin mi poder superior. Trabajando el programa de CODA, he visto que tengo opciones.Si algo no funciona, le pido a mi poder superior guía y trato otra opción. Yo hago el trabajo, dejándole los resultados a Él.

Utilizamos las herramientas de recuperación. Uso los Doce Pasos frecuentemente y busco a mi poder superior por amor, claridad, fuerza y guía. Las herramientas del programa están disponibles para mí y escojo usar estos regalos. Continúo asistiendo a reuniones de CODA cuando mi mente está perturbada y pide ayuda. Cuando participo en el servicio, muchas veces aparecen sentimientos fuertes e incómodos y quiero evadir mi responsabilidad. En vez de eso, coparto mis emociones con mis compañeros y trabajo a través de esa incomodidad. Trabajamos los Doce Pasos. Completé un honesto y arduo cuarto paso; el patrón de mi adicción al sexo, al amor y las relaciones, eran tan notorias que no podía seguir ignorándolas. Los pasos me ayudan a ver mis asuntos de sexo, amor y relaciones de una manera gentil y sin pena. El décimo paso me permite hablar de mis patrones de sexo, amor y relaciones con regularidad, la cual me ayuda a mantenerme honesto.

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Relaciones codependientes vs. Relaciones Auténticas Mientras continuamos en nuestro camino a la recuepración, aprendemos a diferenciar entre relaciones insanas y disfuncionales y relaciones auténticas. Observamos comportamientos y patrones pasados y los comparamos cuando nos involucramosen relaciones presentes. El siguiente cuadro muestra aspectos de relaciones codependientes y relaciones auténticas. Nuestro objetivo de sostener una relación sana incluye construir una amistad primero, mantener una relación prometedora avanzando, reteniendo nuestra identidad, límites, valores y aprender a compartir con otra persona.

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Relaciones Codependientes

Relaciones Auténticas

Debido a mi crianzaa disfuncional, tiendo a escoger parejas emocionalmente inasequibles y “ncesitadas”, quienes pueden ser adictas a la droga, el alcohol, el sexo, el juego, etc.

Estoy atraído por tus pensamientos, ideas, personalidad, sentido del humor, la manera en que te presentas y nuestros intereses comunes.

Acepto tener sexo cuando lo que realmente quiero es afecto, me da miedo que no te quedes si no te doy lo que quieres.

En recuperación, ya no me apresuro a meterme en relaciones. Quiero desarrollar primero una amistad, antes de llevar la relación al siguiente nivel.

Hablo contigo por horas de nuestros pasados traumáticos. Ambos venimos de familias disfuncionales. Siento que te he conocido toda mi vida y que eres mi alma gemela.

Me tomo mi tiempo para conocerte. Quiero asegurarme que eres emocionalmente asequible, capaz de amarme, de respetarme, no solo durante el enamoramiento inicial, sino constántemente durante un periodo de tiempo.

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Relaciones Codependientes

Relaciones Auténticas

Quiero pasar todo mi tiempo libre contigo. No cumplo mis obligaciones con familiares o amigos. Me siento incompleto sin tí.

Valoro mi tiempo, los amigos y familiares y continúo persiguiendo mis intereses. Adicionalmente, anhelo tiempo para estar juntos.

Pongo una fachada para ganar tu aprobación. Creo que si conocieras mi verdadero yo, me rechazarías.

No tengo miedo de ser emocionalmente íntimo contigo. Estoy dispuesto a mostrarme mi verdadero yo.

Rápidamente me involucro en tu vida. Lo más indispensable que me vuelva para tí, más seguro me siento. Creo que no me dejarás.

Permanezco siendo yo mismo. Por medio de practicar mis límites sanos, de expresar correctamente mis necesidades, evito ser absorbido por ti.

Juntos tú y yo somos uno. Cuando no estás cerca de mi siento que algo me falta.

Nos juntamos como dos personas individuales, quienes promueven el crecimiento personal el uno del otro.

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Relaciones Codependientes

Relaciones Auténticas

Tomo mi identidad de ti. Me preocupo por todos los detalles de tu vida, tus amigos, trabajo y el tiempo que pasas lejos de mi.

Me mantengo seguro en mi identidad. Valoro mis logros, tomo mis propias decisiones y apruebo mis comportamientos.

Te vuelves mi foco principal. Mi felicidad depende de ti. Tu eres mi poder superior.

Mi felicidad y alegría son resultado de la relación que tengo con mi poder superior. Soy capaz de compartir mi felicidad contigo.

Temo ser abandonado por ti, porque de niño alguien a quien amaba me abandonó. Temo estar solo.

Soy consiente que soy un adulto, capáz de ocuparme de mis necesidades. Por eso, nunca puedo ser realmente abandonado. Mi poder superior está presente para amarme y guiarme.

Soy celoso, posesivo y controlador. Oigo tus conversaciones, leo tu correo y esculco en tus bolsillos. No confío en tí.

Doy mi voluntad y mi vida a mi poder superior, no tengo que estar a cargo. Acepto que todo lo que me pase en mi vida es por mi bien. Confío en mi poder superior.

Uso lo que sea necesario incluyendo mentir, manipular y evadir para obtener lo que quiera de ti.

Soy realista sobre nuestra relación. Soy consiente de que una relación sana involucra dar y recibir, negociación y compromiso.

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Relaciones Codependientes

Relaciones Auténticas

Soy adicto al drama y al caosn de nuestra relación. Me recuerda a crecer en mi familia cuando las cosas van bien, esroy esperando que llegue algo malo.

Compartimos amor y felicidad valoramos y apreciamos los tiempos buenos de nuestras vidas.

Me siento incómodo sino apruebas lo que hago, lo que me pongo o lo que digo.

Me siento bien conmigo mismo, incluyendo mis defectos de carácter y todo. Me amo y acepto como soy.

Me enfoco en tus características negativas y te digo lo que deberías cambiar.

Si nuestra relación terminara, me sentiría deprimido, con rabia, desesperanzado y con miedo. Para evitar esos sentimientos encontraría un reemplazo lo más pronto posible. Te culparía por la separación.

Me enfoco en tus cualidades positivas y acepto tus defectos de carácter. Recuerdo por que me enamoré de ti. Si nuestra relación terminara, me sentiría triste. Antes de entrar en otra relación, me tomaré el tiempo de hacer un duelo por la pérdida. Para evitar repetir los errores. Trataría de entender qué pasó. Mi valor seguría igual y tú aún me importarías.

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HISTORIAS DE RECUPERACIÓN La confusión del abuso sexual en la niñez contribuye a nuestros asuntos de sexo, amor y relaciones como adultos. Esta historia muestra como trabajar los pasos seis y doce, apoya a la persona en su deseo de tener relaciones sanas.

Límites, Límites, Límites. Tuve mi primera experiencia sexual a los cuatro años. En una visita a la finca de mis abuelos, mi tío tocó mi vagina con su pene, yo no entendía lo que estaba pasando. Me sentía confundida y no les dije a mis padres. Me mantuve alejada de mi tío, pero pensaba mucho acerca del incidente sexual y en mis confesiones semanales hablaba de tener pensamientos impuros a menudo. A los 17 años conocí a mi primer novio, del que me enamoré en los siguientes años y quería pasar el resto de mi vida con él. Nos besábamos y abrazabamos mucho, pero jamás hubo penetración. La relación terminó y yo quedé debastada. A los 21 años conocí a un hombre que me presionaba para tener sexo y creí que si me excusaba lo perdería, así que accedí. Disfrutaba el acto sexual pero inmediatamente iba a confesarme porque me sentía apenada. Estaba confundida. Entendía el mensaje de no tener sexo antes del matrimonio, pero no sabia como tener amistades. Creía que los sentimientos de éxtasis sexual, eran sentimientos de “estar enamorada”. Estuve casada dos veces, una vez con un alcohólico y otra con un jugado. Cuando terminó el segundo matrimonio estaba muy deprimida y vi a un consejero que me recomendó las reuniones de los doce pasos, fue entonces que comencé a cambiar. Con la ayuda de mi poder superior, asistir a las reuniones de CODA, trabajar el programa con mi madrina y leyendo la literatura, encontré la recuperación. Hace tiempo recaí cuando me atrajo un hombre y creí estar enamorada. Mis amigos de CODA me decían que quizas iba muy rápido y luego de un mes vi que no tenía límites con él y terminamos. Dada mi recuperación en CODA pude poner mi vida en marcha y actualmente sigo asistiendo a las reuniones. Pongo atención en lo que tiene que con límites y soy feliz dejando que mi poder superior guie mi vida.

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Sigo asistiendo La naturaleza exacta de mi codependencia aún me está siendo revelada...pero esto lo sé. Me pongo a mí misma en situaciones para ganar aceptación y aprobación de otros. Uso el sexo para sentirme necesitada, cuando en realidad lo que busco es amor incondicional. Nací en una familia que desde afuera parecía perfecta. Todos los vecinos nos adoraban y aprendí que lo que otros pensaban de mi era más importante que lo que yo pensara de mí misma. En la base de mi codependencia, esta creencia se manifiesta en estar dispuesta a todo para hacer que yo te agrade. Me mataba a mí misma mental y emocionalmente todos los días y no era consiente que mi familia no me hacia bien por que parecían tan perfectos. Me duele la falta de comunicación en mi familia; todo lo que hacemos es reírnos o de lo contrario sentiríamos todo. Solo lo feliz, alegre, bonito y libre es apropiado en mi familia. En la recuperación de CODA, muchas veces leí acerca de casos de abuso y familias disfuncionales y me siento confundida. Mi historia es una casa perfecta, medallas de honor, el apodo princesa, capitán del equipo de fútbol y tantas manifestaciones únicas y preciosas, que ha sido difícil para mi descifrar la verdad de mis mentiras. Mi ego destructivo ha jugado este rol, aparenta ser espiritual y no egoísta, pero es calculador, fantoche y poderoso. Por ejemplo, participé en yoga tántrico y en el kama sutra porque me dijeron que representaban el “sexo espiritual”. En realidad estaba en negación, tratando de medicar mi verdad. Toda mi vida usé a otras personas, para llenar un hueco en el que debía estar mi poder superior. Fantaseo sobre eventos sexuales en los que quiero participar y los repito en mi cabeza una y

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otra vez. Haciendo esto siento pasión, fuerza, poder, amor, drama y control que me acompañan la fantasía y la repetición. Estos sentimientos enmascaran sentimientos de dolor, trauma y auto odio; el resultado de que mis padres vivieran vicariamente a través de mi. Era doloroso ser un humano que no sentía, tenía que ser el mejor en todo lo que hacía. El proceso de pelar la cebolla me asombra mientras me acerco al centro de mi yo verdadero. No quiero ser como muchos otros que no se dan la oportunidad de quedarse en los grupos un tiempo solo para volver a participar en el drama de ego “familiar y cómodo” que tiene la sociedad. Auto buscarme me ha vuelto consiente de mi miedo a hablar lo que es, lo que realmente sucede conmigo. Para poder mantenerme abierto y en marcha, continuamente rezo por la sabiduría y la voluntad de Dios para mí. Asisto frecuentemente a reuniones de CODA, cuando la gente grita y pide ayuda solo necesito sentarme y escuchar a otros en recuperación. Puro y simple es el acercamiento mas seguro. La siguiente historia muestra la progresión de la excitación a la adicción, la confusión y los comienzos de la recuperación de CODA.

“No quiero ser como muchos otros que no se dan la oportunidad de quedarse en los grupos un tiempo solo para volver a participar en el drama de ego “familiar y cómodo” que tiene la sociedad”.

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La llave A la edad de 45 años, aún dañada, aislada e introspectiva un hombre entra en mi vida y me despierta. Trato de evadirlo, pero él me mira y me hace reír. Sus ojos se encienden con el fuego de las profundidades de su alma. Él tiene la llave de la recamara hace mucho olvidada, donde reside mi yo perdido. Años perdidos. Sin dudarlo, el celebra mi cuerpo femenino y disfruta de mi divina sexualidad. Abre de par en par la puerta sin seguro...Tanta valentía inesperada y desinhibida, fue completamente intoxicante. Fue lo mejor que me ha pasado; y oh!. Fue doloroso, una tortura. Pensé que no podía vivir sin él. Quería morir sino podía tener su amor. Tal fue la magnitud de mi obsesión, la naturaleza adictiva de mi necesidad y ambición. Me consumí. Llegué muy cerca al borde, estaba bajo su hechizo. Finalmente amarrada, emocionalmente sin poder, devorada por nuestra sexualidad. Vivía en dos mundos, uno con él; otro sin él. Dividida en dos realidades, desconectada, afectada, enfrentada, rota, refutada, abatida, golpeada, equivocada y colgada a secar en uncerca. No hay defensa. Solo diferencia. Sí, estuve muy cerca del borde. Placer secreto y culpa secreta; nadie sabe quien soy en realidad. Dudo de mi cordura, y luego la reclamo de vuelta. Soy extraña! No puedo vivir así! Mi deseo de unión es transferida a mi miseria interna. Debo sanar estos dos seres desconectados y alienados o perderme para siempre en las corrientes negras, caudalosas de la pena y la culpa. Necesito la luz del día; el calor del amor, la gentil caricia de la caridad. Anhelo la paz y la liberación de estas sombras. Escalo la montaña para ver quien soy, para acogerme a mi misma y mi tormento interno, para descubrir el amor que deseo en mi interior, ilimitado, incondicional e infinito. Doce pasos tentativos hacia un camino desconocido. No hay un mapa! solo confianza a ciegas, guía, luz clara. Sigue amando, nunca pares, no vuelvas atrás sigue creciendo, aprendiendo, experimentando. Finalmente hay alegría. Estoy liberada, tengo la llave. Soy un solo ser. Con la ayuda de los pasos uno , dos y tres, este miembro logra hacer un descubrimiento que le cambia la vida.

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Recuerdo cuando era un adolescente fresco, con la promesa de un amor prospectivo, sólo que el objeto de mi afecto nunca supo de mi existencia. Creaba fantasías en mi mente de la vida perfecta que mi pareja perfecta y yo tendríamos juntos, sin que nos afectaran los problemas del resto del mundo. Imaginaba como mi pareja perfecta me haría una persona completa, llenando el vacío de mi alma y mágicamente corrigiendo mis defectos o aceptándolos. Todo esto se fijo en mi imaginación, abundante por los sueños sin cumplir. Mis obsesiones fracasaron porque ninguna persona real podría vivir con las expectativas irreales que establecí. Lo que no entendía entonces es qu eel amor viene desde adentro y no de fuentes externas. Esperar que otros eleven mi nivel de valor o de amarme incondicionalmente, le pone una carga injusta a cualqueir ser humano. A través de mi programa de recuperación en CODA, entendí que mi asombro, euforia, mi soledad, mi sentimiento de que todo en el mundo es correcto, siempre había estado dentro de mí. Entrando en contacto el verdadero amor espiritual. Me sentía digno de amar y ser amado. Mi deber hoy es mantener y crecer con la conexión espiritual, sacando esos sentimientos a la luz, viviendo al máximo y amando mi vida todos los días. Solo puedo lograr todo esto amándome a mi mismo primero. Cuando estoy lleno, soy capaz de amar verdaderamente a otros sin resentimientos, miedo o juicios. La siguiente historia muestra varios niveles de conciencia de la adicción al amor, al sexo y a las relaciones. Como se manifiesta la codependencia. Mientras lo lee, puede que reconozca los pasos uno, cuatro y cinco. RECAÍDA Y RECUPERACIÓN Tuve muchos años de recuperación en grupos de A.A y CODA. Sabía que mi vida dependía de los doce pasos y demi capacidad de perderme mi programa por quedarme en negación. Por lo menos pensaba que entendía esa capacidad, hasta que paso lo “impensable” usé a un nuevo miembro para mi gratificación sexual.

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Me acerqué poco a poco a alguien del grupo que me conocia y confiaba en mí. Ella buscaba un lugar seguro para resolver sus asuntos y expresar su dolor. Sentí atracción sexual hacia ella, lo que me distrajo de mi obligación de ayudarla y mantenerla a salvo. Después de dos años de aumentar la amistad, experimenté un colapso total de los límites. Caí en un antiguo patrón de comportamiento; un ritual de seducción para satisfacer mis necesidades reprimidas. Engañándola a ella me engañé a mí mismo. Saboteé mi primera conexión profunda con otro ser humano. Nunca había amado a alguien en serio y perderla fue casi inaguantable. En un intento por entender los asuntos que dieron pie a esecoportamiento; trabajé con un profesional los temas de mi familia y abuso sexual. Gané u nuevo nivel de entendimiento sobre un dolor dormido que puede precipitar una crisis, potencialmente costándome mi vida y poniendo en riesgo a otra persona. Hoy soy más atento con mi recuperación y tengo un mejor entendimiento de que tan compleja y pesuasiva puede ser mi enfermedad de codependencia. Vivir en la fantasía es solitario. Esta escritora aprendió que compartir su dolor e identificarse con otros, la ayuda a mantenerse en el presente. Aprender a Mantenerse Presente Nadie podía vivir al nivel de las fantasías que me hacia sobre ellos. ¿Por qué trato de tener una relación? Dejándome generar fantasías, estoy excluyendo la persona real que tiene fallas de cualquier tipo. Al efecto, estoy buscando cualquier candidato apto, para ser un lienzo en blanco el cual pueda proyectar mis fantasías y como codependiente, también me he convertido yo en lienzo en blanco para que otros proyecten sus fantasías. Nada en lo más mínimo se me escaparía que contradijera la fantasía de la otra persona. Cuando fantaseo, le estoy pidiendo a esa persona que se quede el tiempo suficiente para poder usarlo y sentirme mejor. La persona en realidad no existe. Que soledad. Que tristeza. Que vacío. Me parece una forma de salir de este dilema, sería encontrar a alguien que me guste y que respete y amarme amí misma lo suficiente para mantenerme presente con el.

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En vez de tratar de manipularlo para que se meta en mi cama, necesito valorarlo y agradecerle que esté en mi vida. Quiero parar de vender mi alma por sexo. No fue sino cuando empecé a decir la verdad en las reuniones que el verdadero cambio vino dentro de mi. El simple programa de CODA rompe el aislamiento proveniente de creer que mi dolor es diferente al de otros y que los desafíos que se presentan son míos solamente. Decir la verdad en voz alta a personas amorosas y respetuosas; tiene el poder de dispersar el dolor de años atrás y me liberan para sanar el hoyo en mi alma que me drena la vida y la energía. Con la ayuda de mi poder superior, practico mi gratitud, aceptación y amor mientras aprendo a vivir en el presente. Los primeros seis pasos de CODA están en las fibras de este texto. Rescátame Mi terapeuta me recomendó asistir a una reunión de CODA, estaba confundida, no entendía hasta que escuche a otros en CODA compartir historias que me tocaron en lo más profundo de mi ser. Como muchos fuí a CODA buscando “la respuesta” al tormento de mi relación sentimental. Mi codependencia se siente com una nube gruesa que respiro y vivo a todo momento en todas mis relaciones, Está presente en mi trabajo cuando sufro por conseguir aprobación de mi jefe y me mantiene involucrada con mis padres abusivos. Pero lo que más dolor me causa es como me comporto alrededor de mi novio. Con un novio potencial en la mira el comer compulsivamente cesa, ya que cambio de adicción. Entro en una guerra; quiero que mi novio me ame, pero creo que no es digno de mi amor. Mi patrón se ve así: al comienzo el es querido conmigo, así que pienso que debo darle una oportunidad. El sexo generalmente abundante en esta etapa. Pronto veo que la atracción que él siente por mi “no me hace” sentir atraída por él. Me siento usada.

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Resiento que estoy cuidándolo de día y de noche; alimentándolo, lavando su ropa, entre otros. Siento cansancio y el sexo se vuelve un deber más. En ese momento haría una de dos cosas. Puedo hacer algo para hacerlo sentir celoso y así el se iría o yo me iría o de igual forma terminemos. Algo de repente cambia en mí y lo extraño inmensamente y me pregunto por qué dejé que la situación se saliera de mis manos. Este es el momento (momento codependiente) en el que voy trás él con el rabo entre las piernas. Ahora estoy en la persecución de conseguir de nuevo la fantasía que he soñado desde niña. Viniendo de un hogar abusivo, creí que algún hombre me rescataría de mis horribles padres y me daría un matrimonio y lindos hijos.Entonces estaría feliz. La pena que siento, no me deja decirle a mi familia y amigos la verdad; que no puedo dar ni recibir amor de una manera sana. Entre más mala soy en ello, más trato y resulto causando y aceptando abuso. Cuando no estoy en una relación, mi vida se siente vacía, sin vida sin la energía masculina. Me parece más fácil mantenerme en una relación mala porque terminar es demasiado doloroso. Dura mucho tiempo. Constantemente me pregunto ¿En dónde está? ¿Con quién está? ¿Estará pensando en mí? ¿Estará escuchando nuestras canciones en la radio? Este ciclo es conocido para mí una y otra vez con diferentes días y nombres. Lo asombroso es que no veo el patrón cuando lo estoy viviendo. Siempre es la misma historia, pero yo trato de convencerme que es distinto. Todavía queiro que la fantasía se cumpla. Ahora que trabajo el programa de CODA, sé que mi felicidad no depende de otros. He sido miembro de CODA durante dos años y no tengo ninguna relación ahora. Voy despacio, con la experiencia y apoyo de mi madrina, estoy viendo que los doce pasos de CODA tienen la llave de mi felicidad. La parte más linda es que ahora aprendo que durante cada momento de cada encuentro, tengo la compañía y apoyo de mi poder superior. No es posible para ningún ser humano tener la cantidad de tiempo y atención en mi como lo haceÉl. He aprendido en CODA a valorar y a hacer buen uso de ese apoyo positivo e incondicional; “Mi poder superior sabe lo que necesito”. Tener una relación con el poder superior y trabajar los doce pasos de codependientes son parte integral de lo que comparte esta persona.

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Trabaja cuando lo Trabajo. A través del proceso de hacer el inventario personal y la psicoterapia, vine a ver algunos de mis asuntos centrales de la codependencia. De niño fuí abandonado emocionalmente por mi madre y en ocasiones también físicamente. Ella soía cogerme y envolverme como si estuviera tratando de abrazarme. Experimenté un incesto emocional con ella, ya que me contaba sus problemas de una manera inadecuada. Realmente no cuido de mí, así que no aprendí a amarme a mi mismo. Estos eran mis principales asuntos; miedo al abandono, miedo a estar solo, miedo a ser involucrado, absorbido o inundado, y baja autoestima (miedo a no ser suficiente). Como adulto estaba infeliz porque no creía que fuera lo suficientemente bueno, así que estaba siempre buscando alguien que me “complementara”. Conocí a una nueva mujer y usaba el sexo para enamorarme rápido y estar en una relación comprometida. Esta era mi adicción al amor en acción. Para lidiar con mi miedo al abandono, me quedaba en la relación inclusive si con mi pareja no me sentía “completo”. Tenía miedo a estar solo, así que pasé de relación fracasada en relación fracasada. Esta era mi adicción a las relaciones en acción. Siempre escogí mujeres que quisieran estar involucradas conmigo. Tenía tanto miedo de ser absorbido por mi pareja que mi solución era actuar sexualmente con otras mujeres. Esta era mi adicción al “sexo en acción”. Claro que esperaba conocer a alguien que hiciera un mejor trabajo “volviéndome completo” que mi pareja actual. Estuve repitiendo mi modelo de conducta por muchos años, hasta que toque un fondo emocional. Me metí a recuperación y asistí a terapia. Aprendí a amarme haciéndome responsable de mí misma y desarrollando una relación con el poder superior que me ama indondicionalmente. Desarrollé límites sanos internos y externos dejé ir mi adictiva necesidad de buscar aprobación y aceptación. Hoy mi miedo al abandono está casi solucionado porque yo sé que mi poder superior siempre está conmigo y yo con Él. Ya no tengo miedo a estar sobrecargada porque tengo límites y los sé sortear. Asistiendo al grupo, trabajando los doce pasos, que fue necesario para dejar a un lado el abandono y el miedo a estar solo.

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He podido dejar los patrones de sexo en acción y relaciones adictivas. Hoy me amo como soy y sé que mi poder superior me ama como soy. He estado en recuperación por más de 17 años, tengo un matrimonio exitoso por más de 11 años por eso creo que por la gracia de Dios yo soy una prueba que el programa de recuperaci´ñon de CODA funciona si la persona lo trabaja.

“Aprendí a amarme haciéndome responsable de mí mismo y desarrollándo una relación con el poder superior que me ama incondicionalmente”.

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