Miércoles, 13 de mayo de 2015 Nº 51 @aladar_cultura
LITERATURA E HISTORIA
Pasaje a ninguna parte Se cumplen 76 años del maldito viaje del ‘Saint Louis’ desde Hamburgo a las Grandes Antillas. Repasamos el suceso y su reflejo en ‘Herejes’
Feria Internacional del Libro de Buenos Aires
Tercera entrega de la historia del jazz: Louis Armstrong
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Suplemento cultural
El Correo de Andalucía Miércoles, 13 de mayo de 2015
Literatura e Historia
El viaje de los malditos
La recordamos para que no se olvide, cuando se cumplen 76 años, mientras que barcos cargados de seres humanos atraviesan el mar buscando amparo entre nosotros, puesto que aquellos que no conocen la Historia están destinados a repetirla Augusto F. Prieto {El 13 de mayo de 1939 el transatlántico SS Saint Louis, de la compañía alemana Hapag, zarpaba del puerto de Hamburgo con destino a las Grandes Antillas. A bordo viajaban 937 personas, familias en su mayor parte, en posesión de visados como turistas en viaje de placer expedidos por las autoridades consulares de la República de Cuba en Alemania. El navío, una motonave de propulsión diésel, ondeaba la bandera del Tercer Imperio Alemán. La travesía transcurrió con la normalidad con la que se des-
plazaban en la época los burgueses, entre juegos de mesa, paseos por las cubiertas y cenas elegantes. A la vista de las costas de Cuba se celebró el habitual baile de máscaras para celebrar la feliz llegada. Todo parecía previsible y normal. Tras entrar en la bahía de La Habana el barco izó el pabellón de cuarentena y se dispuso a recibir a las autoridades portuarias para verificar que los pasajeros estaban libres de enfermedades, una medida habitual para evitar la expansión de epidemias. Entonces comenzó a escribirse una de las páginas más negras de la Historia de la Humanidad. Porque los pasajeros del Saint Louis eran judíos. Llegaban huyendo de su país, donde habían vivido por generaciones enteras, aterrados por las nubes de tormenta que se cernían sobre Europa. El precio de sus pasajes –de los de sus esposas, de los de sus hijos– había sido TODO: haciendas, inmuebles, patrimonios enteros, sólo se les había autorizado a llevar consigo los bienes más básicos y diez marcos nominales del Imperio. Las comodidades del crucero lo habían sido por la voluntad del capitán Gustav Schroeder, en un intento de evitar deshu-
Sobre estas líneas, imagen del ‘Saint Louis’ escoltado por un alto número de embarcaciones en su periplo desgraciado por las aguas que debían llevarle desde Europa hasta La Habana.
manizarlos aún más. Los salvoconductos que los debían amparar habían sido vendidos con engaño por los servicios diplomáticos cubanos y anulados posteriormente por una ley del parlamento. La mayor parte de aquellos hombres –y mujeres, y niños– pretendían un tránsito en la isla antes de asilarse en los Estados Unidos, y el miedo de ambos gobiernos era que una oleada de refugiados siguiera el ejemplo del Saint Louis, que de hecho había debido ponerse a toda máquina para sobrepasar en el Canal de la Mancha al Flandre y al Orduña, que navegaban atestados en la misma dirección. Aun en estas circunstancias, el gobierno de Federico Laredo Bru inició innobles negociaciones aprovechándose del miedo de aquellas personas. Se movilizaron en su favor las organizaciones hebreas y la judería de La Habana, junto con un comité de juristas que se constituyó a bordo.
Los pasajeros del Saint Louis eran judíos que huían de la tormenta que se cernía sobre Europa
En contra presionaban los Estados Unidos, las organizaciones filonazis cubanas y los falangistas españoles residentes en Cuba, además de la opinión popular, siempre temerosa de lo extranjero, de lo diferente. En aquella subasta de derechos, muy pocos, sólo los que tenían más recursos y conexiones internacionales, consiguieron desembarcar. El resto permanecía a bordo, como hechizado por la luz de los trópicos. Hubo intentos de suicidio, algunos pasajeros desesperados se lanzaron al mar, estallaron motines y revueltas pero todo fue inútil, no había dinero suficiente para las insaciables reclamaciones del Gobierno cubano, que finalmente denegaba el desembarco y exigía al capitán del Saint Louis que abandonase de inmediato sus aguas territoriales. La expectación era tan grande que más de cien mil personas contemplaron la partida desde los muelles de La Habana con un nudo en la garganta. El barco partía escoltado por lanchas en las que les acompañaban hasta mar abierto sus familiares, los que les habían esperado en balde, y que ahora les gritaban que no tuvieran pena, que hubiera confianza, las costas de Florida estaban
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La historia la cuentan Gordon Thomas y Max Morgan-Witts en su obra del mismo título; la novela Leonardo Padura en su extraordinaria ‘Herejes’; la transcribe Julian Barnes en ‘Una historia del mundo en diez capítulos y medio’
a menos de cien millas, la Tierra de la Libertad no les negaría el amparo. No fue así. Un cúter de la marina estadounidense les esperaba con una noticia devastadora: los Estados Unidos de América denegaban el permiso y no se les autorizaba siquiera a entrar en su zona de exclusión marítima, ningún puerto de la nación –incluidos los de Puerto Rico– estaba dispuesto a recibir al Saint Louis. Cables y telegramas atravesaron entonces el mundo, llamando a todas las puertas posibles. Canadá rechazó la entrada. La República Dominicana exigió unas cantidades que nadie podía desembolsar. Honduras se enzarzó en negociaciones interminables. En los días siguientes Venezuela, Ecuador, Chile, Colombia, Paraguay y Argentina rechazaron acoger a los desgraciados. Así que un mes después de la salida el transatlántico viraba 180 grados y ponía proa de regreso a Europa, porque el aparato de propaganda de Goebbels había dado a entender –escupiendo sobre el mundo– que puesto que ningún país estaba dispuesto a recibir a aquellos degenerados, el Reich alemán se haría de nuevo cargo de ellos. Es imposible concebir los sentimientos de aquellos desgraciados
Arriba, Inés y Renata miran con tristeza a través de un ojo de buey del transatlántico en una de las estampas más conocidas del maldito viaje.
durante la singladura de regreso, agotados por la tensión, por el calor, y por el viaje, deshechos en desesperanza. In extremis, a las puertas del viejo continente, Francia, Gran Bretaña, Bélgica y Holanda aceptaron repartirse a aquellos seres humanos que fueron internados en albergues y campamentos. El resto de su relato pertenece a la Historia: el 1 de septiembre de 1939 el ejército alemán comenzaba su paseo triunfal sobre Europa, la desdichada Polonia fue rapiñada, Francia, Bélgica y Luxemburgo cayeron de un golpe, mientras las familias reales de Noruega y los Países Bajos salían hacia el exilio y Dinamarca era intervenida. El destino de los pasajeros del Saint Louis se une al del resto de los judíos europeos y se inscribe con nombres funestos en los libros de Historia: Belzec, Dachau, Treblinka, Bergen-Belsen, Austwitch-Birkenau, Buchenwald, Flossenbürg, Gross-Rosen… ~
Hubo intentos de suicidio, los desesperados se lanzaron al mar, estallaron motines y revueltas...
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Herejes El escritor Leonardo Padura va más allá de la serie negra de Mario Conde, el detective fetiche que le ha llevado a la fama, y la mezcla en Herejes con toda una novela histórica, con dos tramas diferentes de investigación, y con una reflexión –también– sobre los imperceptibles movimientos de la sociedad cubana actual, en una obra que si en algún momento nos parece demasiado extensa, consigue resolver después con agilidad, y mantenernos atentos hasta la última página del libro. A los aficionados no hay nada que decirles, el escritor muestra su oficio, socarronería, una mirada crítica, nos introduce en círculos y mundos que nos motivan a no detener la lectura. Para los legos, señalar que Herejes puede ser un buen acercamiento a la novela negra, a la de Leonardo Padura y a la literatura cubana, una trinidad que les va a dejar –seguro– con muy buen sabor de boca. En un vaivén que nos arrastra desde el siglo XVII hasta la actualidad por Miami, La Habana y Ámsterdam, atravesando historias e Historia, componiendo un misterio que va enredando sutilmente al lector. Una excelente documentación, interesantes referentes literarios y artísticos, y experiencia en escribir y en novelar, sitúan a Padura junto a los más potentes escritores actuales en lengua española. Herejes es cautivadora, electrizada por el pulso que le toma a la capital isleña. Pero no se queda ahí, sino que traza un mapa de la maldad humana a través de las épocas,
destacando algunos hechos recónditos, interesantísimos, con los que ambienta sus páginas. Hay guiños a la gastronomía, a las tribus urbanas, a la capacidad de sufrimiento del pueblo de Cuba en un relato magistral sobre las vicisitudes de los judíos como nación, que también llegaron al Caribe. Establece además un itinerario alternativo desde donde provocar una mirada diferente sobre La Habana, como hace en todas sus novelas. ~ Calificación: excelente. Tipo de lector: cualquiera. Tipo de lectura: evocadora. Argumento: variados e intensos. Personajes: muy bien construidos. ¿Dónde puede leerse?: en La Habana, siempre, en el parque de Santos Suárez.
Sólo los afortunados pudieron desembarcar del ‘Saint Louis’ tras llegar el barco a las costas de Cuba.
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Escrito para...
El lenguaje es uno de los valores más sólidos que tiene el ser humano, sin él no somos nada. Si el hombre es lenguaje, los libros son las cantimploras necesarias para cruzar ese desierto que llamamos vida; son parte de esos oasis que llamamos felicidad ...descartar los simulacros
El forzado inocente Carlos Serrato {El forzado inocente (Madrid, Pre-Textos, 2014) es el poemario clave de la carrera del poeta franco-uruguayo Jules Supervielle (Montevideo 1884–París 1960), en su día amigo inspirador del gregueriante Ramón Gómez de la Serna y, como él, escritor único e inimitable. Publicado en París en 1930, en plena efervescencia surrealista, El forzado inocente es un triunfo de la inteligencia, de la necesidad sobre el azar. En una línea de búsqueda parecida a la surrealista, Supervielle nunca aceptó la escritura automática propugnada por André Breton y sus seguidores, aunque navegó las aguas del momento de duermevela en el que la razón empieza a anegarse en el mundo de los sueños. Casi un hierofante, invocaba la magia en la espuma de lo cotidiano como el que convoca los espíritus ancestrales para encontrar el sentido trascendente que anida en el corazón de los hombres. No tengo noticias de que frecuentara los paraísos artificiales, pero la alucinación es la pauta de su discurso lírico. Y, sin embargo, la metáfora deslumbrante no era su camino, prefería la construcción de un universo de imágenes extrañas por asociación im-
probable de ideas comunes, no por la superficie irracional de un lenguaje violado por el inconsciente («Olvida ya las manos y los ojos del viaje, / escucha las razones de tus muros sensatos, / es por aquí, te digo, es por aquí»).
Supervielle nunca fue un poeta a la moda, ni ahora en estos tiempos postmodernos anda de moda. Poeta a la antigua, no por su clasicismo formal, ni por la exhibición de una retórica ampulosa, sino por creer aún que la poesía era una forma de conocimiento capaz de elevar al ser humano por encima de la vulgaridad. Poeta suprarrealista, no por despreciar la realidad, sino por querer asirla entre sus manos más allá de las engañosas apariencias. Buceador de la revelación, saqueador de la belleza convulsa, explorador de los deseos y de los miedos, su trabajo sobre el lenguaje es algo cercano al de Franz Kafka, aunque sin la fría angustia lacerante de su sombrío universo. Supervielle era capaz de manejar los metros comunes de la poesía francesa y respetar las rimas, sin forzarlas, creando un mundo que sólo obedece a las reglas de un universo simbólico cuyas claves se encuentran en el propio poema. Sobria, su poesía no deja indiferente, porque el yo poético se crea y se descrea a cada verso, generando una estimulante sensación de peligro poético. Curiosamente, su atrevimiento, como el de Kafka, no radicaba en el juego con fuegos artificiales de lenguaje, sino en su tensión constante para que la frase bien
...denunciar y escandalizar
Plataforma Florencia del Campo {Plataforma es esa novela de Michel Houellebecq que produjo ciertas reacciones en la crítica y los lectores, quienes no elogiaban precisamente ni a la obra ni a su autor. Es que Plataforma puede ser leída como un bodrio pornográfico. El bodrio de un misógino; también podría ser. Más de 200 páginas son un bodrio que se salvan espaciadamente por algunas frases para subrayar. Sin embargo, no se puede negar que es una novela inteligente y valiente y que eso la hace muy propia de la voz, de la marca a esta altura, de su autor. Houellebecq dice lo que quiere y bravo. El problema no es él, creo yo, es que esta novela en particular realmente se siente como un bodrio por momentos. Habrá a quien le encante, claro. El tema central de la trama es el turismo sexual. Si bien la novela es (lo creo con convicción) una denuncia de la explotación sexual en el tercer mundo, sus personajes principales (Michel y Valérie) viven de eso, explo-
tan eso mismo, lo llevan al máximo, se lucran con ello. Mientras tanto, se aman, y sobre todo, tienen sexo permanentemente; sí, sobre todo y no a solas, en muchas ocasiones en orgías o al menos con una persona más. Páginas y páginas de descripciones explícitas de actos sexuales que se suceden uno tras otro sin descanso como si la esencia de la condición humana estuviera en la actividad sexual. Algunos encuentros rozan lo inverosímil o al menos parecen de película pornográfica de clase B o Z. Ellos se aman, pero de ese amor se habla a través de la carne. 20 páginas antes de que termine el libro, la novela da un vuelco impresionante y ahí yo me recompongo, reconozco que mereció la pena todo el bodrio de las páginas pasadas (que no eran puro bodrio, ya hice la salvedad). El tema es el Islam y entonces la novela claro que es provocadora, sobre todo por las afirmaciones que reflejan claramente las convicciones de Houellebecq acerca de esta religión. Pero la novela es además, y tal vez sobre todo, una denuncia brutal del mundo occidental. De he-
dicha y el verso bien fabricado se abrieran a las contradicciones, dejaran el jardín de palabras lleno de senderos que se bifurcan para recorrerlos en la aventura de saber al fin qué es eso que los demás llaman «vivir»... y si no hay respuesta, se sigue preguntando, y si hay que caminar en el bosque donde la madreselva asfixia al rosal se camina, porque «Aquí se sangra a la luna / para darle palidez / se trabaja sobre el yunque / del horror y la centella». La poesía para Supervielle, príncipe de los poetas, que le decían sus seguidores, era una cosa muy seria. Quizá por eso nos habíamos olvidado de él en estos tiempos de simulacros. José Ramo nos lo trae de vuelta en una estupenda traducción y con una introducción más que sabrosa, Et vient nous faire peur? No, no nos atemoriza, nos hace recordar los sueños de la razón... y sus monstruos, pero da luz en la madrugada. ~ Calificación: sueños olvidados. Tipo de lectura: inquietante. Tipo de lector: el que quiere recordar los sueños. ¿Dónde puede leerse?: en la noche, acompañado por un buen borgoña.
cho, hasta el tema del turismo sexual se entiende en la trama como una consecuencia del deterioro de la sexualidad en Occidente. Occidente queda como culpable de todo, y por supuesto, de las miserias humanas también. Pero hay muchas más tomas de posición ideológicas en la novela: crítica al modelo castrista pero más y peor al consumismo. Vamos, casi que no se salva nadie. Hay amantes de Houellebecq y otros a quienes gusta menos. Literariamente hablando, no justifico descripciones pesadas y gomosas que llenan las páginas de esta obra, pero es una novela que no te deja igual, que shockea con su final, que es durísima con el hombre occidental (o sea, con nosotros, los lectores de este mundo), que no esconde lo asqueroso, lo perverso, lo peor. No te deja igual, no: te deja pensando, avergonzado incluso. O, por lo menos, hecho polvo. ~ Calificación: aburrida pero lúcida. Tipo de lector: houellebecquiano. Tipo de lectura: aburrida pero sorpresiva al final. Argumento: turismo y terrorismo. Personajes: despreciables. ¿Dónde puede leerse?: en el mundo occidental u oriental, pues compete a todos.
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Literatura
es_aladar... Sevilla. Hasta el 17 de mayo, en la Plaza Nueva tiene lugar una nueva edición de la Feria del Libro de Sevilla. Un total de 39 expositores de editoriales, librerías y autores están en permanente diálogo con los ávidos lectores
Un día en la Feria del Libro Gracia Elena Miranda {A esta cita acudirán personas para que les firmen libros de autores a los que quieren conocer; expertos para hablar de escritoras y escritoras, para dar charlas; cantautores, pasacalles; y, para profesar respeto a la vida y obra de un héroe cultural, como Rafael de Cózar. ¿Yo? Para comprender el ambiente respirable entre billones de hojas de papel. Fui acompañada. No me costó convencer a mis compañeras de periodismo, Isabel, Ángela, Cristina y Sara, cuando les dije que a las 18.30, en la caseta nº7 de Ediciones En Huida, habría un coloquio, Relatos y mujer. Llegamos tarde a la cita, pero el joven que detentaba la editorial se percató de nuestra desazón y tuvo el gesto de llamar a la autora de la tercera edición de un libro que apareció en septiembre de 2014. Amablemente, nos concedió unos minutos y desordenamos las sillas, para formar un pequeño círculo. Carmen Bretones, siendo almeriense, profesora de instituto, en un pueblo de Sevilla y doctora en Literatura Inglesa, presentaba su primer libro de literatura de ficción: Once relatos de mujeres de hoy. Comenzó a preguntarle Isabel Lara: ¿consideras que las cosas que le ocurren a las protagonistas tienen su causa en las condiciones sociales en las que viven? «Son las cosas que nos pasan a todos, gente trabajadora, con sus traumas. Son personas en las que se ven reflejadas o dicen ¡si ésta es mi vecina!, o ésta soy yo o es mi madre o es mi tía. Los personajes son gente normal frente a situaciones de la vida que nos unen a todos y a todas». ¿Qué hizo click en su cabeza para que comenzara a escribir la primera página? «La verdad es que no pensé que esto llegara a ser un libro. Escribía las historias de forma independiente. Un día que estaba aburrida en casa, empecé a escribir el primer relato sobre una chica que tiene un affaire con el chino de la tienda de ultramarinos de su barrio. Mi marido lo leyó, y se lo pasó a una amiga y continué escribiendo y en dos meses salió a la venta». Tenía el prejuicio de que cualquier editorial te pone algún tipo de trabas, que ocurriría como con esos papeles del juzgado, que tardan tanto en hacer el camino y quise dirigirme al responsable de esta última editorial, especializada en literatura de ficción, con una apuesta fuerte por autores jóvenes, de incluso, 18 años, como Marta Gil García. El licenciado
en geografía, Martín Lucía, después de caer en el saco del paro, en 2009 y desde su domicilio, viendo que tenía una salida laboral con sus poemas, decidió montar esta pequeña editorial, que hoy saca al mercado alrededor de 150 títulos publicados y dispensados digitalmente y en librerías. ¿Conviene estar aquí? «Sí. Aunque no se le gane dinero te da a conocer, te permite que la gente acceda a tus libros. Cada libro es una tarjeta de visita, la gente te conoce a través de los libros, entonces, siempre es positivo estar en la feria del libro» ¿La gente compra aquí? «Sí, la gente compra, otra cosa es que tú puedas recuperar lo que cuesta la caseta, lo que cuesta la impresión de los libros y todo eso, pero la gente comprar, compra». ¿Me podrías contar el proceso que se sigue desde que os encontráis con la escritora? «La mayoría de los libros nos los mandan a un par de direcciones habilitadas: poesía@edicionesenhuida.es y narrativa@edicionesenhuida.es, junto con una biografía; después, dos lectores, con los que contamos, la analizan, la valoran literariamente y dan el visto bueno o no. Si pasa ese filtro, lo editamos». En mis tiempos de Filosofía, me acercaba a Yerma a pedir los manuales pertinentes. La librera se acordaba de mí y le pregunté por cómo le estaba yendo. Que estaba flojito, pero bien, para ser el segundo día. Ya el panorama había cambiado, la temperatura en Sevilla hace que la gente se anime a salir de paseo a una determinada hora del día y no a otra. Me comentaba que hay libros para cada época; hoy por hoy, nos demandan obras más livianas, nada de dramas. Justo en su caseta, estaba uno de esos escritores que me interesaban, de los que confunden con el librero y le preguntan: –¿perdone, tiene el libro tal? Y contesta: «Lo siento, no soy el librero» y, no responde: «yo soy el escritor que viene a firmar mi novela, que en medio año, va casi por su tercera edición». Me interesan porque demuestran tener modestia. Navaja, es la primera novela del docente, José María Rodríguez, que no su primer libro. Él ha escrito cuentos, pero considera que son más difíciles de escribir, porque hay que evitar no soltar nin-
En la Feria del Libro de Sevilla pueden encontrarse una amplia oferta temática y múltiples actividades paralelas.
Hoy día, lo que más demandan son obras livianas, nada de dramas
guna moralina, y esto le convierte en honrado. Ahora se ha empeñado en escribir una historia de Juan Ramón, desde sus propios textos, y esto último ya, en el colmo de la honestidad. Habrá que leerlo. Un alboroto me llamó la atención. Venía de tres chiquillas de 16 años, Mirella, Begoña y Marta, que estaban entusiasmadas por adquirir un ejemplar firmado de 14 de abril, por Manuel Jesús Soriano. Era la primera vez que acudían a la Feria y lo hacían porque en el colegio sus profesoras le habían comentado de qué iba. Marta explica el argumento: «Trata de un chaval malote, que cambia para comenzar una relación con la chica de la que se enamora y tuvieron un accidente de coche y ella murió y él se hizo escritor. Está basado en una historia real». A todas nos llamó la atención que eso se lo enseñaran en el instituto, aclaramos, un poquito católico, y no pudimos evitar plantearles: ¿pero eso es lo que os enseñan? «No», contestaron presurosas, «mucha variedad, poesía, Literatura Universal» ¿Y qué valores transmite este libro? Mirella convencida: «Delicadeza, emociones. Me parece muy romántico, y que tanto romanticismo nunca se suele ver en la sociedad, me parece súper bonito». De esta curiosa charla, nos dirigimos a la caseta de escritores pre-
miados pertenecientes a una vertiente del Islam, donde debatimos con el hombre del stand sobre el papel que ejercía la mujer en su comunidad, al final salimos victoriosas puesto que nos regaló un libro de una mujer que estaba luchando por los derechos de su género. Me dirigí a la pérgola. Donde esa misma mañana se habían sucedido animaciones o, presentaciones de libros sobre jazz y el concierto de guitarra de Miguel Delgado; ahora se encontraban algunas personalidades de las letras recordando al poeta Rafael Montesinos. Y en ese momento lo dejé ahí, pero la feria no se acaba en este día. Hasta el 17, multitud de actividades se atesorarán a su buen recaudo. Les recomiendo una en especial, hoy a las 20.30, en esta misma carpa central de la plaza del Ayuntamiento, tendrá lugar la mesa redonda, Ciencia ficción y territorios de lo fantástico. Intervendrá, si no hay cambios, la periodista y escritora, Rosa Montero. Mientras me alejaba, anidaba en mi cabeza la imagen de una niña de unos cinco años, con la que me había cruzado, sosteniendo un libro gigante de un tamaño de más de la mitad de su cuerpecito, al que abrazaba como si fuese su primera conquista. Me quedo con esa imagen como mejor definición de la palabra lectura. ~
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Entrevista
es_aladar... Buenos Aires. Mientras en Sevilla está teniendo lugar su Feria del Libro anual, en la capital de Argentina concluyó hace apenas un par de días el que se considera el evento cultural más importante de toda América Latina: la Feria
El evento cultural más importante de América Latina Florencia del Campo {Cuando el verano porteño se retira de a poco (y este año más lentamente que de costumbre) para darle lugar a la llegada del otoño, la Feria abre sus puertas en el predio de La Rural y durante tres semanas recibe alrededor de 1.200.000 visitantes que se pierden por pasillos y stands pero se encuentran y se topan con libros en una superficie de 45.000 metros cuadrados. Del 23 de abril al 11 de mayo pasados se desarrolló la 41ª edición de este megaevento que entusiasma a profesionales y al público general por igual. Hay algo de sol afuera. El otoño se resiste. La Feria brilla. Los pabellones verde, amarillo y azul se alzan sobre alfombras. Las salas ofrecen actividades. La programación promete invitados nacionales y extranjeros. México tiene protagonismo porque es el país invitado de este año. Y Aladar está en Buenos Aires. Me siento en una pizzería dentro del predio de la Feria y en esa mesa, bajo una sombrilla, espero a Pablo Perelman, economista argentino especializado en industrias culturales y en particular en la industria del libro, para entrevistarlo. Sé que puede darme respuestas muy precisas, pues realizó por encargo de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) los primeros estudios sistemáticos sobre las IC (Industrias Culturales) en la Argentina y coordinó el Foro de Industrias Culturales de la Secretaría de Industria. Fue, además, durante más de diez años director del Centro de Estudios para el Desarrollo Económico Metropolitano (Cedem) en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Mientras lo espero, leo la última entrada que escribió en su blog Correlatos, que se titula ¿Es la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires una cita obligada?, que me deja muy en tema. Llega enseguida, nos damos un beso (no dos) y entonces comenzamos, conversamos: —Según las encuestas que se realizan cada año, que permiten obtener y sistematizar la información, ¿cuál es el perfil de la (tanta) gente que asiste a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires? —El perfil de los asistentes es muy variado. Cabe resaltar que el 30% de los asistentes es menor de 30 años, lo cual es un porcentaje muy elevado en una ciudad que tiene una población envejecida. Otro de los rasgos que hay que resaltar es el alto
nivel educativo de los concurrentes, ya que más del 40% posee estudios universitarios completos y de postgrado. Naturalmente, la gran mayoría de quienes la visitan viven en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, pero cabe destacar que más del 15% reside en el interior del país y un 3% en el extranjero. —¿Son fieles los porteños al evento? —Los porteños son muy fieles a su Feria. El año pasado, aproximadamente el 40% de los asistentes que
La Feria es la más extensa del mundo (tres semanas) y la más concurrida (1.200.000 personas) «El libro ha sobrevivido a la competencia del cine, la radio, la televisión, internet y las redes»
concurrió iba al menos por su sexta Feria (si sólo consideramos a los porteños, el porcentaje casi llega al 50%), y aún más: casi la mitad de los asistentes concurre más de una vez al evento durante un mismo año, y un 20% asiste por lo menos tres veces, como ocurrió en la edición del año pasado. En menor medida, por razones obvias de distancia, para mucha gente del interior del país también la Feria es una cita obligada, y de ese modo tratan de combinar los viajes a Buenos Aires que realizan por otros motivos (vacaciones, negocios o visitas a familiares) para no perdérsela. —¿Cuál es el objetivo de esta Feria (que a priori, me atrevo a arriesgar, difiere bastante de los objetivos que puedan tener otras Ferias como la de Barcelona o Fráncfort, que se caracterizan por las ventas de derechos de autor o demás negociaciones profesionales del mundo del libro)? —Su objetivo principal es promover el libro y el hábito de la lectura. Obviamente también es un gran acontecimiento comercial que las editoriales y las librerías tratan de aprovechar al máximo, para vender más libros. Por eso muchos lanzamientos coinciden con la realización de la Feria, que tiene como particular característica ser la más extensa del mundo, pues transcurre durante tres semanas, y la más concurrida en público del planeta, ya que la visitan unas 1.200.000 personas. —¿Qué es lo que motiva a la gente a asistir a la Feria? —Están los que concurren con objetivos muy concretos y específicos, como asistir a la presentación y firma de un libro por parte de su autor, a una charla o debate, o a un espectáculo artístico. También los que buscan libros que saben que difícilmente conseguirán en las librerías, porque son de autores del interior del país o del extranjero, y no son distribuidos en los canales comerciales tradicionales. Y ojo que no hablamos sólo de literatura en idioma extranjero, sino también de aquella que está traducida al español. Otros, en cambio, van sin un objetivo tan claro, porque sienten que la Feria es una cita literaria y cultural obligada, y eligen sus actividades una vez que entran en el enorme predio en que la Feria se realiza. Eso es un peligro porque muchas veces los visitantes se pierden entre montañas de libros o se frustran tratando de decidir entre la
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Entrevista
Internacional del Libro de Buenos Aires, que en este año 2015 ha vivido su edición número 41. Hasta allí nos trasladamos para conocer más de cerca el evento y charlar con Pablo Perelman, experto en industrias culturales y sobre todo en literatura
multiplicidad de actividades que se ofrecen en simultáneo. —Me consta que antes de que la Feria abra sus puertas al público general tienen lugar las Jornadas Profesionales, ¿hace cuánto se desarrollan y en qué consisten? —Las Jornadas Profesionales van por la edición número 31, y se trata de un encuentro al que asisten editores, libreros, escritores, bibliotecarios, traductores, ilustradores y otros actores relevantes del sector para intercambiar ideas, desarrollar vínculos y capacitarse. También es el espacio natural para hacer negocios editoriales como la venta y compra de libros y derechos de autor. Sin embargo, como ya señalaste al respecto, Buenos Aires está rezagada en relación a otras Ferias como las de Barcelona y Fráncfort, e incluso en comparación con la Feria de la Ciudad de Guadalajara, en México, si nos restringimos al idioma español. —¿Existen en Argentina otras Ferias en el interior como en España hay en la propia Sevilla, por ejemplo, que se está desarrollando ahora? —Sí. En Argentina se estima que existen alrededor de ochenta ferias del libro que tienen lugar tanto en ciudades importantes, como en otras con escasa población. Dichas ferias tienen objetivos que coinciden con los de la de Buenos Aires, pero también otros específicos como promover la literatura regional,
Sobre estas líneas, espacio destinado en la feria bonaerense a editoriales como Santillana o Alfaguara. A la izquierda, una visitante ojea un ejemplar en uno de los miles de ‘stands’ de la Feria. Y en la otra página, Pablo Perelman.
las identidades culturales locales, y la visita de autores nacionales y extranjeros. Muchas tienen apoyo gubernamental y otras son autogestionadas por libreros, editores o cámaras empresarias provinciales. Son a menor escala tan importantes y necesarias como la Feria del Libro de Buenos Aires, y por lo tanto deben ser motivo de una política pública a nivel nacional enmarcada en la promoción del libro y la lectura. —Por último: ¿te parece que actualmente, en tiempos de Netflix, por ejemplo, el libro está perdiendo lugar en el consumo cultural de las personas? —No lo creo. Hace décadas que el libro ha sobrevivido a la competencia de otros consumos culturales como el cine, la radio y la televisión, y más recientemente a internet y a las redes sociales. Los estudios que realizamos con los asistentes a la Feria de Buenos Aires muestran que las personas que consumen películas y series online, leen tanto o más que aquellas que no han adquirido esa práctica. No olvidemos que el cine e incluso los videojuegos se nutren de la literatura, y muchas veces contribuyen a que la gente lea. En consecuencia, los formatos más que competir se retroalimentan entre sí. Si no, veamos lo que sucedió con los libros, películas y videojuegos del mago Harry Potter, o más recientemente con la zaga televisiva y la serie de novelas Juego de Tronos. ~
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Música
Un viaje a través de las canciones que reflejan el espíritu de las ciudades que visitan sus letras y que evocan sus partituras. Más de 13.000 kilómetros recorridos con la imaginación en las dos primeras entregas de la serie, de Madrid a Estambul
La vuelta al mundo en
80 discos
SAY I AM YOU
THE STRANGER
The Weepies
Billy Joel
3 (2006) 3 Ciudad: Riga 3 Tema: Riga girls
3 (1977) 3 Ciudad: Viena 3 Tema: Vienna
Memorias con nombre de mujer HISTORY: (BOOK 1)
Desde Finlandia a Turquía, donde se tocan dos continentes, la Europa del Este agrupa iconos que han atrapado la inspiración de compositores célebres de todo el mundo anglosajón
3 (1995) 3 Ciudad: Moscú 3 Tema: Stranger in Moscow
THE BEATLES The Beatles
3 (1968) 3 Ciudad: Kiev 3 Tema: Back in the USSR
SUBSTANCE Joy Division
3 (1988) 3 Ciudad: Varsovia 3 Tema: Warsaw
ORIGINAL SOUNTRACKS Passengers
Óscar Gómez {Más de siete mil kilómetros han sonado, cuando otro viaje de ocho canciones comienza en Letonia. The Weepies deslizan alusiones al turismo sexual preguntando por la tristeza de las chicas de la Riga señorial, con un tema con reminiscencias infantiles, que tiene acordes de infancia perdida. La KGB apunta un nombre en la libreta: Michael Jackson, que dice encontrarse solo, que dice oler el peligro, que canta sentirse como un extraño en Moscú. La voz desgarrada se pierde en una gran plaza ahogada por la lluvia, y en la que también resuenan las percusiones que recuerdan a simbólicas paradas militares. También llegan a Moscú —pero desembarcados de un horrible vuelo transoceánico— The Beatles. Se encuentran con una Unión Soviética desmembrada, y deciden llevar su canción hasta Kiev, para rendir un homenaje a las cálidas chicas ucranianas, cálidas a pesar de la frialdad de las tierras y del carácter. Rock con aires californianos para un trayecto a una Ucrania que ya es un país distinto al que se refería McCartney. Más al oeste, Polonia, con la compañía de Joy División en el reproductor de música. Varsovia suena al post-funk de Joy Division. La banda inglesa adoptó en sus orígenes el nombre de la capital, que suena a su música. Y aprovecha el tema para reconstruir el ambiente de los conciertos, lúgubres y decadentes como la propia ciudad, pero con un contundente encanto que entra por las venas. Viena espera. Quien lo dice es Billy Joel. Dice que es la Viena román-
2.EUROPA ORIENTAL
Michael Jackson
tica, la que exige que se la disfrute con pausa, recreándose, sin prisas. Como la vida misma. Austria de la pasión y el orgullo, retratada entre notas de un piano triste, que parece deslizarse sobre la lámina de aguas turbias del Danubio. Rumbo sur. Una historia espera en un sótano de Sarajevo. La de una mujer que escucha su proclamación como la más hermosa del país. Fuera, arriba, en la ciudad, suenan las balas. En el homenaje, las voces de Bono y de Pavarotti, que pasean por la capital de Bosnia convertidos en los pasajeros de una inédita banda sonora de la guerra. Siempre en el recuerdo. Llueve en Atenas. La ciudad está triste y luminosa, con las luces multiplicadas por su propio reflejo en las aceras mojadas. Las cuerdas puntiagudas del banjo en una canción con dos voces de mujer pone el contrapunto al aguacero. Más tristeza, en los arpegios y en las gargantas. Una letra construida de melancolías. Y al final, cuando dos mundos se encuentran en una misma ciudad, ritmos tribales, funk. Mezcolanza de estilos, como símil de una urbe extendida en dos continentes, derramada por el Bósforo. El frescor de las fuentes y las montañas, y una orquesta de metales traídas en la mochila desde los Balcanes, se dejan sentir en el crepúsculo de Estambul, que conocen bien los músicos de Brooklyn Funk Essentials, crecidos en sus arrabales. Seis mil doscientos kilómetros viajados en 32 minutos de música, de Letonia a Turquía, con la mujer como fuente de inspiración de casi todos los temas. El viaje continúa.
3 (1995) 3 Ciudad: Sarajevo 3 Tema: Miss Sarajevo
BURN & SHIVER Azure Ray
3 (2002) 3 Ciudad: Atenas 3 Tema: Raining in Athens
IN THE BUZZBAG Brooklyn Funk Essentials
3 (1998) 3 Ciudad: Estambul 3 Tema: Istambul twilight
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Suplemento cultural
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Entrevista
El pasado sábado en el Teatro Municipal de Arahal, Santiago Auserón no defraudó a un público entregado, desde antes de entrar. Ofreció dos horas plenas de un concierto que significó un viaje por distintas tierras, épocas y distintos mundos
Juan Perro, un trovador del Misisipi de lengua Zulú Gracia Elena Miranda {A los cinco años, ¿mi canción? Escuela de calor. No paraba de pedirle a mi tío, cuando me llevaba en el coche, que la pusiera otra vez. Por eso, que Santiago Auserón, vocalista del grupo que fue, Radio Futura, viniese al teatro de mi pueblo, que me prestara su tiempo para una charla y que pudiera verle actuar después, lo consideraba un privilegio. Santiago es un caballero, respetuoso con sus fans y un señor cariñoso. Prefiere sentirse acompañado por su banda y cuando vienen por aquí abajo, tener como artista invitado a Raimundo Amador, al que decía en los ensayos: «que no digo que te sientes, sino que te sientas cómodo». Y le colocaba bien la silla como muestra de su excelsa educación. Su estilo es ése, procurar que la gente se sienta cómoda. —¿Tiene algo que ver el espectáculo de esta noche con el que ofreció en Nocturama hace un par de años? —La primera novedad que presenta el espectáculo es la incorporación de un extraordinario clarinetistasaxofonista, Gabriel Amargant, y nos apetecía echar un viento encima a las guitarras, juegos armónicos más completos para encontrar paisajes novedosos y dejar que las canciones se reinventen. Hoy mismo, vamos a estrenar Agua de limón. No la hemos tocado nunca en directo, ni ensayado. En el escenario contaría la historia que había detrás de esta canción que surgió de la noche anterior con Raimundo, en La Caja Negra. Le preguntó Santiago, ¿tú que bebes? Y éste contestó: ¿yo? Una agüita de limón. Auserón es uno de esos músicos en extinción que dan más de lo imposible en el escenario, lo llena de lugares como Tijuana, Nueva Orleans, el Misisipi más añejo, Nápoles, Cuba, al son de jazz, blues y boleros, al tiempo de contar y cantar fábulas e historias surrealistas y anécdotas de su vida que compartió con Compay Segundo o soñó compartir con Louis Armstrong. —Según tu criterio, ¿cómo se consigue dejar una buena huella sonora? —Yo creo que no puede uno pretender dejarla. Para mí la huella es más por la que yo tengo que guiarme, la que dejaron los ancestros que estuvieron antes. Trato de buscar sonoridades, a las que adherirme. —Mucho blues…
Santiago Auserón fue vocailsta de Radio Futura en los años 90. / El Correo
—Bastante blues, sí. Desde la infancia, he estado educado en el blues y en el rock and roll. Mi oficio me ha llevado a tratar de traducir esta influencia. —Musicalmente, ¿está dónde esperaba? —[Carraspea y respira hondo]. A nivel de calidad, sí. Tengo la fortuna de trabajar con gente, que me supera con creces y cada vez que salgo al escenario es una aventura de conocimiento porque me hace pensar. La vida me está tratando muy bien en ese sentido. En cuanto a la escritura, pues hay canciones con las que aún no estoy satisfecho». Como buen filósofo, ¿no? Y acabamos adentrándonos en su faceta academicista. —¿Como profesor no se ve? —Bueno, cada vez que sube al escenario algo hay de este rol [ríe]. Claro, es para mí algo natural. Cuando acabé la carrera, me fui a París a hacer un curso con Gilles Deleuze y seguía a los pensadores de la época, a Lyotard, a Sartre –y estos nombres los pronunciaba en francés– a Foucault no, porque era tan difícil asistir a su clase, empezaba a las 9 de la mañana y había gente esperando para entrar desde las 5.30.
«Musicalmente, a nivel de calidad, estoy donde esperaba estar»
—Me comentó antes que acaba de presentar la tesis. —A mí me tocó hacer dos tesinas y dos veces el doctorado. En el 97 quería seguir estudiando Filosofía, porque cuando me metí en Radio Futura mi vida dio un giro radical, cosa que me encanta porque el oficio musical es hermosísimo y además tienes algo en qué pensar. Porque ser filósofo… me decía, y ahora en qué pienso, a qué me dedico. Yo creo que es bueno para un filósofo tener otra dedicación laboral, periodista, obrero de la construcción o panadero, algo que te haga luchar por la vida. —¿Hay que seguir siendo inconformista para poder crear cosas nuevas? —Sí. Para poder sobrevivir. Para envejecer con un poco de dignidad. La Filosofía para mí es una ayuda en ese sentido, para llevar la profesión de cantor popular sin convertirme en un esclavo del negocio. —Da la impresión, cuando una asiste a sus conciertos, que le inspira todo. —Si seguimos con la Filosofía, ahora con la tesis he estudiado, sobre la música griega antigua y su papel dentro de la Filosofía. Me he convertido en un fanático de los presocráticos y de los poetas de la lírica, como Safo. —¿Cómo va la gira? —Estamos empezando con el trío. Ésta es nuestra tercera actuación. Y esta semana inauguramos el sep-
teto, en la Fiestas de San Isidro de Madrid y vamos a ver cómo va. —¿Cómo es trabajar con Raimundo? —Raimundo es un hombre como los de antes. Es como un hermano. Tenemos amistad desde hace muchísimos años, desde Pata Negra. Cada vez que nos acercamos a Sevilla rara es la vez en la que no quedamos y, en fin, se apunta a un bombardeo. Y me pregunta ¿qué guitarra quieres que te lleve? Tiene una colección de guitarras de película. Envidiable desde todos los puntos de vista. Y siempre se trae un caramelito, alguna cosita de los años 60. La verdad que nos lo pasamos muy bien. —¿En qué situación se encuentran los espacios musicales? —Digamos que la contratación pública por parte de los ayuntamientos está endeudada, pero esto ha sido también por la nefasta labor de algunos, por la connivencia de algunos agentes de artistas, que han subido los cachés de una manera irresponsable. Y como a estos les interesa llevarse una comisión más grande y, entre los artistas que salen en los concursos y en las radio-fórmulas, que lo que hacen es aumentar los cachés de una manera desproporcionada, eso ha creado una deuda tremenda para la cultura y para los que venimos detrás hueco no hay y para las nuevas generaciones no hay sitio. Es un país que está corrompido por la crápula. Tanto en la construcción, como en lo musical y tenemos que cambiar esto porque si no, las nuevas generaciones no van a tener sitio. —He visto en los ensayos que diriges el cotarro, pero siempre proponiendo ¿y por qué no lo hacemos un poco novedoso así, con el swing de antes, ahí, ¡bam! Todos entráis ahí, un, dos tres, sí…? —Parto de una intuición y la sugiero y cuando veo que engancha ya voy sacando consecuencias de ello. —¿Y cuándo dice «ahora va bien»? —Cuando empieza a estar todo estable, a sostenerse el vehículo. Me gusta mucho la improvisación. El riesgo artístico es un juego muy divertido y la gente cuando tú te arriesgas es como si pusiera las piezas del puzle. Que se metan en la jugada es lo más importante. Acabé preguntándole, bueno, ¿y tú cómo estás? ¿bien, estupendamente, no? Dubitativo, como si fuera un crío, mira hacia abajo suspirando y resuelve con un: «sí, cumpliendo años». Como todo el mundo, le contesté. Y menos mal, ¿no? Y asentía resignado, pero inconforme, con una adrenalina envidiable que transpiraban sus ojos y la mueca de su alegría. Alegres, así salimos esa noche de primavera con huellas sonoras por todas partes, bailando guarachas y cantando «abre la puerta Dolores». Felices. ~
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Música
El gran desarrollo del jazz de Nueva Orleans se produjo en Chicago. Una paradoja que se justifica con el enorme movimiento que se produjo, entre 1916 y 1919, de afroamericanos en busca de lugares más cómodos para vivir y, para los músicos, de nuevos públicos.
HISTORIA DEL JAZZ (III)
Louis Armstrong: el eclipse alumbrador Gabriel Ramírez Lozano {Louis Armstrong nació el 4 de agosto de 1901. Aunque él siempre defendió que había nacido el 4 de julio de 1900 (una fecha muy estupenda en Norteamérica). William y Mary Albert (el músico se refería a ella como Mayann) no cuidaron del pequeño Louis. El padre terminó formando otra familia y Mayann era prostituta en Storyville, por lo que Armstrong se encontró conviviendo con varios padrastros durante su niñez. A los siete años comenzó a trabajar vendiendo carbón a las meretrices de Storyville. Cargaba durante todo el día con una carretilla que convertía ese trabajo en un suplicio. Un buen día, vio en un escaparate una vieja trompeta que se vendía por cinco dólares. Pidió un adelanto a su jefe y la compró. En ese momento, llegaba la oportunidad a un genio de la música que cambiaría todo lo conocido del jazz. Armstrong vivió todo lo que pasaba en Nueva Orleans (prostitución, segregación, racismo absoluto, violencia, ragtime, bandas de metal), lo asimiló y viajó hasta el centro de algo que estaba allí desde algún tiempo atrás presente sin que nadie lo hubiera sabido ver. Llegó al mismo centro de la realidad y convirtió un embrión musical en puro arte. Contaba Armstrong que el cornetista King Oliver le fascinaba, que era el único que se paraba para explicarle por qué algo no funcionaba cuando tocaba su trompeta. Oliver fue uno de esos afroamericanos que formó parte de la gran diáspora de Nueva Orleans. Se fue a Chicago y Armstrong dijo que no se movería de su ciudad salvo que Oliver le llamara. Resultó que, pasado un tiempo, recibió ese telegrama de Oliver en el que le pedía que viajara a Chicago para tocar con él. Y Louis Armstrong, a partir de entonces, comenzó a convertirse en el gran eclipse que dejaría ocultos a los músicos de ese momento y, al mismo tiempo, en la gran luz que alumbraría el nuevo jazz para que se convirtiera en un arte universal. Antes de Armstrong, el grupo era lo fundamental y, por tanto, cada instrumento desempeñaba un papel muy característico y algo rígido. El contrapunto que entablaban los instrumentos principales (corneta, clarinete y trombón) era lo más carac-
En la foto central vemos al gran Louis Armstrong tocando la trompeta con ese estilo que nadie ha sabido ni podido imitar.
terístico de estas bandas. Y la mejor de ellas fue la Creole Band de King Oliver. Las melodías, de esta y de todas las demás, eran algo arcaicas y la gran revolución que se planteaba era el refinamiento del sonido del instrumento. Oliver llegó a decir que estuvo trabajando en ello durante diez años. Armstrong viajó a Chicago. Mal vestido, con pinta de enterrador, pero con la nueva música en su vieja maleta. Otra paradoja es que se preparó como gran solista en un grupo que no permitía ninguna alharaca en ese sentido. La dependencia de los instrumentos entre sí era muy potente. Sin embargo, su fuerza era imparable y señaló con claridad el camino hacia la hegemonía del solista. Es curioso que la banda de Oliver fuera el mejor exponente de un tipo de música y, al mismo tiempo, fuera la misma imagen de su decadencia. Joe King Oliver dejó de tocar. Incapaz de hacerlo y arruinado. Por su parte, Louis Armstrong fue adquiriendo gran fama. Eso sí, conviene detenerse con calma en la evolución de su música para entender lo que fue y el porqué del gran cambio que provocó. Armstrong comenzó a trabajar con Fletcher Henderson. Era su primer buen trabajo. Henderson intentó robar todo el protagonismo al trompetista, pero era inevitable que haciendo música el resto de compañeros fueran dando importancia a Armstrong y modificando su forma de tocar. Por ejemplo, el músico era capaz de incluir en un solo ocho compases en los que repetía una nota con diferente duración, intensidad y colocación. Esto iba calando en los otros porque Armstrong era único en convertir los solos en algo coherente, en algo melódicamente perfecto. Tras su paso por la banda de Fletcher Henderson, Armstrong tuvo que vérselas con otro músico extraordinario. Ambos tocaron juntos en la Clarence William’s Blue Five. Él era Sidney Bechet. Era el único que parecía estar a un mismo nivel que el trompetista. Tradicionalmente, los clarinetistas de Nueva Orleans habían intentado una mayor libertad y arriesgaban mucho más que el resto de músicos. De hecho, las zonas más complejas de las piezas quedaban a su cargo. Bechet
Los protagonistas
BESSIE SMITH
EARL HINES
Fue la mejor representante del blues clásico. Desde muy joven trabajó en el grupo itinerante de Ma Rainey. Pero pronto superó a su mentora con melodías desconocidas, cantando desde los sótanos de su humanidad y afinando como nadie lo podía hacer. Consolidó la fusión entre música popular y blues. Saltó a la fama con Down Hearted Blues, un disco que vendió más de medio millón de copias. Cantante de voz poderosa, acompañó al blues hasta los grandes escenarios. Sus excesos y una vida desordenada eran reflejo de lo que contaba en sus canciones. Murió en accidente de tráfico en 1937. Tenía 43 años.
Earl Kenneth Hines llegó a Chicago desde Pensilvania. Con una excelente formación musical, integraba ragtime, blues y stride. Pequeñas carencias armónicas y un sonido algo rudo no ensombrecen un dominio rítmico inigualable y un fraseo exquisito. Hacía desaparecer el swing con la misma facilidad con la que hacía que regresara para amarrarlo al ritmo que persistía. Era un pianista sin miedo alguno. Coincidió en Chicago con Louis Armstrong uniendo su música en el grupo de Dickerson. Earl Hines no suavizó nunca su estilo y es posible que fuera parte del génesis del bop.
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Música
Un fenómeno llamado la Gran Migración. También los músicos blancos se trasladaron a Chicago, pero ellos con una facilidad mucho mayor para acceder a las discográficas que, en el caso de los negros, no llegó hasta la aparición de los primeros ‘race records’ Jazz y cine EN EL INTERIOR DE LA MELODÍA Muy lenta. Muy buena. Este sería un resumen excesivamente corto, pero justo, de la película dirigida por Clint Eastwood, Bird, a finales de los 80. Bird cuenta buena parte de la vida de Charlie Parker. Este músico aportó al jazz nuevos ritmos, nuevas formas de interpretación, la ruptura rebelde del músico negro (no de Parker sino de todos los hombres y mujeres de color) con las formas establecidas por los blancos e, incluso, por los propios negros que encontraban en el jazz una forma de vivir que no de vida. Este músico, drogadicto y desastroso en su vida privada, pasó por el mundo rápidamente, sin dar un respiro a nadie, ni a su música, ni a sí mismo. Este músico fue un genio absoluto aunque pagó un precio altísimo por serlo. Tanto en su vida privada como en la pública. Eastwood recorre la zona más importante de la leyenda con minuciosidad, dejando ver lo mejor y lo peor, sin mordazas de ninguna clase. Se apoya, cómo no, en la música de Parker y en el testimonio de su esposa, logrando una película entrañable y profunda, desde dentro de una melodía que siempre fue explorada por el artista. Cualquier melodía posible para saber si el mundo encajaba en ella. El bebop es la base con la que se sostiene la banda sonora. Y no a todo el mundo (aficionados al
trabajó duro para poder competir con Armstrong y fue el precursor del clarinete como voz solista en el jazz. Sus melodías y las coloraturas que alcanzaba fueron únicas. Su búsqueda, al igual que ya ocurriera en el caso de King Oliver, de un modo de interpretar buscando la cualidad vocal, fue muy notable. En cualquier caso, Bechet no tenía problemas para sumergirse en el grupo y adaptarse. Era mucho menos atrevido que Armstrong. En una grabación de la época, ti-
Sobre estas líneas, la Creole Band de King Oliver y Louis Armstrong en plena acción.
tulada Texas Moaner Blues, podemos comprobar cómo la superioridad de Louis Armstrong era importante, pero que Bechet no se arruga y logra un solo imponente. Eso significa que era capaz aunque se reservara a menudo. Sidney Bechet terminó viviendo en Europa. Ganando más dinero, siendo más famoso y más importante que lo fue en Estados Unidos. Como muchos músicos de jazz a lo largo de la historia. Nos vemos la próxima semana. ~
jazz) le gusta este tipo de música. Hay que ordenar el oído para que agrade, tal y como sucedió en su momento, cuando Parker deslumbró a unos y horrorizó a otros con sus nuevos ritmos. La película logra crear un clima perfecto para poder entender la vida de este hombre y las razones que le llevaron a destrozar lo establecido. Con un sonido que obtuvo el Oscar de forma merecida e incontestable. Forest Whitaker es Charlie Bird Parker. Diane Venora es Chan Parker (su esposa). Tanto él como ella defienden sus papeles sin fisuras, con enorme profesionalidad. Mejor ella que él porque Whitaker resulta algo histriónico a ratos. La dirección de Clint Eastwood es notable aunque gran parte del trabajo lo deja en manos de los escenarios, el vestuario y la banda sonora. Quiero decir con ello que crea un mundo que parece funcionar por sí mismo, sin su ayuda. Dicho de otra forma, sus ayudantes le hacen el trabajo mucho, muchísimo, más simple. Todos ellos son impecables en su labor. Eastwood recoge cada cosa y las mete en la coctelera con acierto. Ya sé que es esto exactamente lo que hace un director de cine. Lo sé. Pero cuando tienen un equipo como ese, el mérito es más compartido que nunca. 154 minutos de metraje. De buena música. De buen cine. De excesos. De vidas destruidas. De modos de morir y de vivir. De todo lo que, en definitiva, puede pedirse al cine.
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Igloo es una banda gallega que acaba de cumplir diez años moviéndose por los escenarios y ofreciendo grandes dosis de pop-rock. Para celebrarlo, acaba de publicar ‘Igløø2’: un trabajo compuesto de novedades, versiones e incluso remezclas
Libertad absoluta para celebrar una década Paulo García Conde {La apuesta por revisar y reinventar varios de sus antiguos temas, la confianza de versionar canciones de grupos clásicos y el atrevimiento de ceder su música a las remezclas hacen de Igløø2 un álbum singular y repleto de contrastes. Hace diez años que Igloo fue el nombre con que se bautizó a un grupo de sangre y acento gallegos. Una década después, esa banda cuenta en su historial con cinco álbumes y una larga lista de conciertos, donde uno puede quedarse tanto con el entrañable directo ofrecido en el bar más pequeño del pueblo, como con aquel donde teloneó a una banda conocida por el nombre de Franz Ferdinand. La carrera del cuarteto con sede a medio camino entre Caldas de Reis y Vigo es muy completa, tanto si nos referimos a experiencias como si hablamos de la música a la que han dado forma. Pero, es cierto, hasta entonces Igloo no había hecho algo parecido a Igløø2 (Ernie Records, 2015): disfrutar de la más absoluta de las libertades a la hora de editar un disco. La banda está formada por Beni Ferreiro (voz y guitarra), Juanma Fernández (guitarra), Julián Rodríguez (bajo) y Berto Torres (batería).
Aunque su disco debut no está disponible en plataformas digitales (es más, podría suponer una curiosa odisea dar con él incluso en formato físico), sí es posible disfrutar de sus otros trabajos anteriores: #2. La transición de fase (2009), 3 (2011) y Ø4. El conjunto vacío (2013). Y viene a cuento citarlos no sólo por su calidad y los buenos temas que en cada uno de ellos se puede encontrar, sino también porque tienen cierta presencia en este último trabajo que el conjunto ha presentado. En Igløø2 han sido recuperadas algunas de las composiciones más emblemáticas del grupo. Pero no se trata de un simple rescate, está lejos de tratarse de un recopilatorio con excusa de celebrar una década de existencia musical. Esas canciones escogidas han sufrido una revisión, o más bien un lavado de imagen, convirtiéndose en algo totalmente nuevo sin renunciar a su esencia primitiva. Es el caso de Ausencia parcial, transformada aquí en un tema de espíritu acústico, con matices suaves que brindan un nuevo ambiente, cálido y envolvente. Otra de las recuperadas ha sido Han Solo (muy acertado ahora que el patio está tan revolucionado con la próxima en-
trega de Star Wars), un tema en su origen de tonalidad sombría y de sonido grueso y acelerado, y que en este disco se convierte en un trabajo de aire más intimista, con ritmo muy marcado pero con una ambientación más hueca, aunque jugando con una mayor nitidez en los instrumentos utilizados. Por supuesto, no se queda ahí la cosa. ¿No habíamos hablado de libertad absoluta? Pues resulta que Han Solo aparece dos veces en este álbum y, aparte de la versión citada, hay otra en la que se convierte en una remezcla. Una remezcla llevada a cabo por David Cano y Juanjo Reig, donde nos encontramos con un resultado más electrónico y ro-
Sobre estas líneas, la banda compuesta por Beni Ferreiro (voz y guitarra), Juanma Fernández (guitarra), Julián Rodríguez (bajo) y Berto Torres (batería). A la izquierda, la portada del disco ‘Igløø2’.
tundo; voces recargadas, más profundas, con claro protagonismo de una guitarra provista de una afilada distorsión. Y ya que hablamos de remezclas, se hace imposible no citar la que se incluye del tema Sin mentiras, reformado como versión discotequera. Sintetizadores, coros, batería electrónica… todo para darle una vuelta de tuerca a una de sus composiciones más conocidas. Pero en Igløø2 hay más sorpresas, sobre todo para los seguidores de The Rubettes, ya que el grupo se ha atrevido con una fresca y melodiosa versión de Sugar baby love, tema insignia del pop de los 70. Resulta extraño escuchar a Beni Ferreiro cantando en inglés, aunque no es la primera vez que coquetea con grandes obras musicales en lengua anglosajona. En todo caso, es un acierto que Igloo se haya decantado por incluir este pequeño homenaje al desaparecido grupo británico. El bello verano, de Family, es la otra canción elegida para componer la parte de versiones de otros grupos que tiene el disco. Además del juego con canciones propias y de las de otros referentes, también hay espacio para nuevas composiciones. Un ejemplo es el de La reina ourensana, que abre el disco y supone una sorpresa de lo más agradable. Primero por su ritmo y su estribillo, ambos tan bailables como pegadizos, de un pop ágil y caluroso que recuerda al sonido de los 80. Y para refrendar esta idea, no hay más que atender al guiño que el grupo hace con las estrofas finales. «Ni tú ni nadie puede cambiarme…», por si a alguno pueda sonarle. Restos de un naufragio pertenece también a la parte de novedades, con una introducción que nos hace cerrar los ojos y dejarnos llevar por el balanceo de las olas, para luego despertarnos y agitarnos mientras el mar parece cobrar vida. En total, Igløø2 son 12 canciones que, por un motivo u otro, merece mucho la pena escuchar. Tanto si uno es fan desde hace años de la agrupación, como si acaba de descubrirlos. Es el premio a una década de música y de conciertos, de pop-rock diluido entre otros géneros con buenos resultados. Su gira de presentación ya ha dado comienzo, con directos en lugares como Madrid, Segovia o Vigo. Toca ahora esperar a que vayan surgiendo y confirmándose nuevas fechas. Habrá que ver si en directo apuestan también por la libertad absoluta. De ser así, seguramente las entradas tarden en agotarse lo mismo que las dos primeras tiradas de su último y sorprendente disco. ~
Coordinador: Gabriel Ramírez Lozano Colaboradores: Nirek Sabal, Augusto F. Prieto, Florencia del Campo, Beatriz Silva, Daniel González Irala, David Mayo, Suplemento cultural editado por
Mara Sanz Gaite, María Eugenia Guzmán, Gracia Elena Miranda Balbuena, Paulo García Conde, Emma Camarero, Óscar Gómez, Carlota Montemayor, Carlos Serrato, Laura Villalba, Pablo Navarro, Paula Pinilla y Horacio Raya.