Sábado, 18 de julio de 2015 Nº 59 @aladar_cultura
IRENE MALA
Una ilustradora en auge Segunda entrega de la serie de entrevistas a autoras del panorama artístico femenino en Andalucía
Teatro puro con ‘Punk Rock’ en la Villa de Madrid
Tulsa vuelve al panorama musical con ‘La calma chicha’
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Suplemento cultural
El Correo de Andalucía Sábado, 18 de julio de 2015
Arte
Entrevista a Irene Mala, licenciada en Bellas Artes, pintora, ilustradora… También flirtea con la vídeo creación y, a veces, la escritura. En su obra, a veces irónica, otras cínica, nos habla del amor, de la soledad y de cómo nos relacionamos
Naturalmente: Irene Mala En la imagen, Irene Mala da de comer a las palomas.
Lola Montiel {Llegué con tiempo para pasear y localizar los sitios donde me gustaría ubicar a Irene Mala, acomodarla para charlar sobre ella misma, su obra, sus proyectos y fotografiarla en un ambiente donde la naturaleza nos rodeara; porque Irene Mala es antes todo una mujer natural en el más amplio sentido de la palabra, amante de los animales y los espacios al aire libre. Acompañada de su hijo Helio, pan para las palomas y una sonrisa, la vi junto al lago de las tortugas y los patos, esperando. Sobre el césped y dibujando un círculo a tres bandas, mientras el viento nos despeinaba, dimos paso a la charla. Irene Mala es una persona normal, sencilla, de la calle, del barrio. «Soy la suma de mis circunstancias, mi educación, mis amigos, mi familia, mis malos tragos». Irene Mala al igual que cualquier mujer de hoy en día, es un cúmulo de experiencias que la componen y la descomponen, en su caso, en obra artística; ilustraciones sobre su ser femenino e inquieto que se abre paso a fuerza de tinta, pintura y trazo; esperando cualquier oportunidad para crear desde cualquier formato artístico; siempre interesada en contarnos algo. Hablando con Irene Mala, disfrutando de su obra y de su conversación, conociéndola un poco me cabe la duda de lo Mala que es Irene. Nos reímos al comentarlo. «Lo de Mala viene de los años de instituto; una amiga y yo decidimos cambiarnos el apellido. De alguna forma sabía desde siempre que estaría vinculada al mundo artístico y un nombre que suene bien es importante. Todo lo que encierra la maldad entre comillas es interesante, pero me considero buena persona, es ese gustillo por las pequeñas maldades, ser malo es más divertido, romper las reglas». Irene Mala y el futuro laboral. «Sabía que tendría un pie dentro del mundo artístico pero no de forma profesional, siempre me ha gustado dibujar, pero lo que realmente quería es ser veterinaria, podría haberlo conseguido, pero me decante por el mundo de las artes y, por quitarme la espinita que me quedó de aquello, me hice auxiliar veterinaria; por tener una formación que me acercara a ayudar a los animales». Irónica, cínica, divertida son los adjetivos con los que define su obra. «Juego con ese lado divertido que le veo a todo, si no nos reímos estamos muertos. En esencia no soy para nada una persona seria y creo que lo demuestro con mi trabajo. Trabajo mi obra en serie, siguien-
do siempre un mismo estilo de tonos por serie, como en la serie Mal Rollo una serie concebida en B&N y otras series más colorista en tonos pasteles que es una evolución de los tonos sólidos que usaba en mis principios.
Estoy más vinculada al color». La inspiración tiene muchas puertas, Irene Mala lo sabe. «Un artista se empapa del concepto de su propia historia, los acontecimientos que en la actualidad suceden, la vida es una inspiración constante; los que nos dedicamos al mundo de las artes no nos queda más remedio que ser el ojo y oído avizor que nos llama a la creación, la expresión, plasmando todo aquello que nos llega y mueve. Hay acontecimientos que te inspiran más que otros y el tema de género siempre ha tenido en mi obra, en mi vida, un lugar predominante. En ocasiones las ideas llueven, pero hay que priorizar. Cada día hay algo que me llama a la creación. La ilustración está en auge, me inspiran mucho las nuevas generaciones de ilustradores, auténticos
genios como María Herreros, Sonia Pulido, Carla Fuentes (Little is Drawing). La pintura flamenca me encanta, es una maravilla, hace poco visité una exposición temporal en El Prado y quede impresionada con Rogier van der Weyden y la poesía de Gloria Fuertes, me encantaría poder crear ilustraciones enfocadas en sus poemas y crear un libro de su poemario». Irene Mala mezcla en muchas de sus ilustraciones al ser humano con el ser animal dándole un papel relevante en su obra. «Soy una veterinaria frustrada. Me encantan los animales, los adoro, apoyo la defensa de sus derechos y durante un tiempo centré mi obra en recalcar esta idea, no de forma evidente ni directa, pero sí lo dejaba caer jugando con los títulos de las ilustraciones, hacer pensar al público y crear un vínculo con la obra. Durante años fui activista de Igualdad Animal, ahora colaboro de forma eventual con grupos animalistas. Apoyo esta ideología con mi forma de ser y de vivir, intentando transmitir el mensaje». Dani el Burrito «Dani es un habitante de El Valle Encantado, una posada para animales. En este santuario dan asilo a animales que el ser humano desecha por no serles de utilidad; les brindan una oportunidad para vivir y curarse de sus males. Estaban recaudando fondos para una prótesis, le habían tenido que amputar la patita y les propuse hacer una rifa con un cuadro de Dani». La ilustración no es el único punto fuerte y de expresión artística que utiliza Irene Mala, que se considera multidisciplinar. El video-arte en la obra de Irene Mala es una aventura hacia un humor con su base artística. «La serie Flamenco desexpresionao trata de unos personajes que interpretan palos mientras están enmascarados y con una indumentaria poco flamenca. Encuentras una sadomasoquista cantaora, un extraterrestre, etc. Todo vino por la experiencia de haber estado estudiando cante durante dos años. Es una sucesión de antiflamencos, contradicciones en sí mismos. Supongo que es mi visión de este mundo. Algún día volveré a los vídeos, retomaré esta modalidad, esta forma de expresión. Me considero una persona multidisciplinar. Aunque no se considere una escritora, Irene Mala ha editado y escrito Birdgi, la niña pájaro y Lauro una obra infantil que ha tenido una grata acogida en el mundo editorial. Lo autoedité con una amiga que me ayudo a financiarlo, fue una gran satisfacción, todos los ejemplares
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que sacamos los vendimos. El libro empezó siendo solo de ilustraciones pero quise darle cuerpo componiendo un escrito que las enlazaran. El personaje de Lauro lo identifico mucho con mi infancia. Este es un libro que tiene dos lecturas; una diferente para adultos y otra para los niños; es un libro que no entiende de géneros». Proyecto cola de conejo (PCC), un proyecto interesante en el que se nos plantea la idea de selección racional para la concepción. ¿qué mujer de hoy día que quiera ser madre sin el trabucante ir y venir de la decepción sobre el amor, no se lo ha planteado alguna vez? «El tema de la maternidad es algo que siempre he tenido en mente y desde hace muchos años quería ser madre, después de muchos fracasos amorosos y surgiendo desde el humor, planteé realizar una selección racional de hombres para no caer en el error del enamoramiento que nos aturde el entendimiento y seleccionar de forma fría y calculadora un hombre, analizando todas sus virtudes tanto psíquicas como físicas, esta es la idea general. El proyecto tenía un certamen, una fiesta para conocer candidatos, el catálogo de candidatos que presentaba muestras capilares, grafológicas, todo desde el humor del concepto del proyecto. El diario sobre este proyecto lo considero una de mis mejores obras; son páginas creadas con collages, mezclando frases de periódicos, tipografías creando ideas o bases argumentales. Llegue a la conclusión de que no se puede luchar contra el amor: somos animales, tenemos instinto y corazón». Irene Mala abre fronteras y trabaja internacionalmente como una vía de escape hacia un comercio justo e igualitario de trabajo artístico remunerado; algo que en España cuesta hacer valer. «Estoy colaborando con Tiempo de Relojes, una revista mexicana y también con una marca de ropa vegana; me interesa seguir teniendo trabajos fuera de España. La colaboración es importante,
Sobre estas líneas, Crónica de una barriga. A la izquierda, El burrito Dani. Dos obras de la artista.
es una forma de unir fuerzas entre artistas o apoyando causas de valor moral o ético, aunque estoy totalmente en contra de las colaboraciones con revistas o periódicos en los que se realiza un trabajo que te obliga a realizar una serie de horas de dedicación y no se valoran como para ser pagadas. Como he dicho antes, los artistas tenemos que comer también». Esta artista polifacética es una visionaria, buscas el modo de encajar su obra en el sector de la moda, la decoración, la joyería... Afirma que hay que seguir buscando nuevas formas de extensión artística. Madrid ó Sevilla como oportunidad de expansión profesional. «En Madrid se mueve todo, hay siempre algo que hacer, algo que ver, a alguien que conocer. Cambiar de ciudad me vino bien; ahora mismo en Sevilla soy más conocida, pero siempre es bueno cambiar de es-
cenario y de aire. A Sevilla le queda mucho que rodar, aunque ahora mismo este en auge con esa cantidad de espacios y galerías que abren asumiendo el riesgo que eso conlleva hoy día; porque están abriendo espacios la gente de a pie, la que apuesta por la cultura y el arte. Aún tenemos que luchar con la cara y cruz de Sevilla. Los que somos de esta tierra sabemos bien a lo que me refiero, es difícil romper todo lo que suma el clasismo existente en esta ciudad y el funcionamiento de su gente que, de cara a las instituciones, nos dan un poco la espalda. Es triste y lamentable, pero los artistas también tenemos que salir a flote».
A Sevilla le queda mucho que rodar, aún hay que luchar con su cara y su cruz
Diario de un despecho. Tragicomedia del olvido. Toda mujer que se acerque a esta obra se verá reflejada en las vivencias, frases y seres que se encuentran reflejados por la mano de Irene Mala. Son pensamientos del día a día de una mujer de nuestro tiempo. «Es un trabajo conjunto con Raquel Díaz Reguera, ella realizó los textos y yo los ilustraba. Fue una propuesta por su parte -ella también es ilustradora- pero me propuso esta colaboración para realizar las ilustraciones. Conocer a Raquel fue amor a primera vista; al conocernos, conectamos. Somos unas enamoradas del amor y a su vez unas desenamoradas del amor. Supimos que le íbamos a sacar mucho jugo, sobre todo al desamor por ser algo más universal. ¿Quién no ha sufrido un desamor? Es reírte de lo mal que lo estas pasando; ha sido inspirador y lo hemos disfrutado mucho». Imagino que la maternidad te ha aportado grandes momentos, conceptos e inspiración háblame de cómo ser madre y seguir dedicándote al mundo del arte profesionalmente; ya que en ocasiones a las mujeres se nos pone en tela de juicio a la hora de la dedicación profesional y la maternidad. Helio. «Todo depende de cómo sea el niño y de la ayuda que tengas, de cómo quieras criar a tu hijo. Yo apostaba por una crianza de apego, pasar el máximo tiempo posible con él, pero no es algo que me pare a la hora de realizar el trabajo. Siempre busco un hueco para seguir trabajando y voy recopilando ideas para cuando tenga más tiempo». Nuevos proyectos llaman a la puerta de Irene. «Estoy trabajando en un cuento infantil clásico Los 7 cabritillos y el lobo estoy encantada. Me ha hecho mucha ilusión por ser mi cuento preferido; aunque el lobo sea el malo». Consejos para el mundo de la ilustración y sus futuras manos. «Disfrutar del momento creativo, ser perseverante, paciente y fiel a uno mismo». ~
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Historia
Grecia, ¿por qué no?
Augusto F. Prieto Algunos de los {OXI: ¡NO! EL ULTIMÁTUM. El 28 de interrogantes sobre el octubre de 1940 el embajador del Reino de Italia en Atenas, Emanuele ‘problema griego’ son Grazzi, entregaba al dictador griego, sistemáticamente Ioannis Metaxás el ultimátum del régimen de Musolini por el que Grecia soslayados por los debía disolver a su ejército, permitir políticos, los la toma por parte de los italianos de puntos estratégicos de la península comunicadores y los helénica y que suponía, de hecho, la burócratas en una espiral entrada del país en la Segunda Guerra Mundial junto con las potencias del de desencuentros Eje. Hasta ese momento, el gobierno inconciliables. Éstas son había permanecido dividido entre la simpatía por el fascismo y su depenalgunas de las claves dencia de los británicos, que dominaban el Mediterráneo. Puesto ante la para penetrar el disyuntiva de dar una respuesta en el laberinto plazo de tres horas, en la madrugada, sin posibilidades de consultar con el mando militar ni con el rey, la respuesta de Metaxás fue célebre y tajante: oxi. ¡NO! Dos horas y media más tarde las tropas italianas invadían Grecia desde la frontera con Albania mientras su aviación bombardeaba Atenas, Tesalónica, Patras y el puerto de El Pireo. La respuesta de Metaxás será recordada siempre por la sociedad grie-
El Partenón durante la ocupación Nazi.
La conciencia colectiva, como asunto nacional, está articulada con conceptos que trascienden las generaciones; Solo conociéndolos se puede llegar a comprender a un país
ga en una de las grandes festividades nacionales, el Aniversario del NO, en el que se engalanan con banderas las calles y edificios oficiales, mientras se emiten canciones patrióticas en la radio y los estudiantes desfilan por las calles. La celebración simboliza la independencia, el orgullo de rechazar cualquier chantaje, la asunción de las consecuencias más terribles –guerra, ocupación y reparto del país– después de una respuesta heroica. La herencia filosófica y bizantina, esa incapacidad de definirse en una postura contundente para permanecer enredados en discusiones y razonamientos ha pretendido ser forzada, la manipulada respuesta a esa presión ha sido la gran baza del primer ministro griego, y el ultimátum el tremendo error de su contraparte. DEMOCRACIA. La primera democracia, la ateniense, nació de una victo-
Solón anuló las deudas de los campesinos y les devolvió sus tierras embargadas
ria popular contra la desmesura económica: fue la seisachtheia, introducida por Solón en el 594 a.C. con la anulación de las deudas hipotecarias, la prohibición de la esclavitud para los ciudadanos endeudados y la limitación del tamaño de la propiedad para evitar la acumulación por parte de las familias poderosas. Por lo tanto la democracia llegó solo a partir de la reducción de la deuda, hasta ese momento los deudores eran sometidos a la servidumbre, obligados a cultivar las tierras que habían sido suyas, entregando cinco de cada seis partes de la producción a los prestamistas y perviviendo ellos con una; cuando las deudas eran excesivas, se sucedían la enajenación y la esclavitud. Solón anuló las deudas de los campesinos y les devolvió sus tierras embargadas. La noción de libertad nace así de la idea de que la esclavitud de cualquiera pone en peligro la libertad de todos, construyendo el concepto de bien común. La deuda carga para los griegos con un componente de culpabilidad sobre los prestamistas que está en su origen mítico como sociedad, bastante alejado del concepto católico de la
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El botín de los acreedores De ninguna manera se puede hablar de un expolio; antes que eso la humanidad debería estar eternamente agradecida a las potencias coloniales por sus esfuerzos en exhumar, estudiar y preservar los tesoros de la antigüedad. Esto no evita de ninguna manera la frustración y la sensación de injusticia de un pueblo privado de custodiar los testimonios más decisivos de su cultura. El símbolo máximo es el vacío sonoro de la sala habilitada en el corazón del Museo de la Acrópolis para albergar el friso del Partenón, cuyas piezas más importantes, los Mármoles Elgin, permanecen expuestos en el Museo Británico. Una obra concebida por Fidias sin la que sería imposible entender el desarrollo de la Historia del Arte. Los ‘acreedores’ exhiben en sus museos de París la Venus de Milo, y la Victoria del santuario de los Cabiros en Samotracia; el Fauno Barberini está en Munich, el Torso del Belvedere en Roma, el friso del templo del Apolo de Bassae en Londres, los Mármoles Arundel en Oxford. Las antigüedades de Éfeso, entre ellas las del Templo de Artemisa, una de las Siete Maravillas del Mundo antiguo, pueden verse en Viena, donde también se muestra el Sarcófago de las Amazonas; mientras que otra parte de los mármoles del Partenón se encuentra en Copenhague. Merece una mención aparte,
culpa de los deudores (perdónanos nuestras deudas) y por supuesto del rigor implacable del calvinismo en el cumplimiento de las obligaciones. ENOSIS. La unión de los pueblos griegos en una sola nación es uno de los pilares de la conciencia colectiva, y la raíz de los movimientos que dieron lugar a la independencia de Grecia del Imperio Otomano. La unidad –enosis– fue difícil de conseguir y permanece sin completar con la ausencia de Chipre en la gran patria común. El movimiento que cristalizó en la incorporación de Creta, las Islas Jónicas y el Dodecaneso a la República Helénica permanece vivo, es el motivo trascendente y oculto por el que los grecochipriotas votaron por amplia mayoría contra la reunificación de la isla auspiciada por las Naciones Unidas, en el refrendo de 2004. El rescate de la economía chipriota pasó por fases similares al de la República Helena: artificios contables, presiones, caída, negativa de su parlamento a aceptar las condiciones, acercamiento a la órbita rusa y –solo en el último extremo– claudicación. La magnitud de esa cicatriz abierta,
El dictador griego Ioannis Metaxás.
en una isla dividida –pendientes también de una descolonización improbable las zonas de soberanía del Reino Unido en Chipre, las bases de Akrotiri y Dhekelia– es capital para comprender el espíritu nacional del único estado europeo que no ha restañado las heridas de las dos guerras mundiales. ÉXODO. El Tratado de Lausana sancionó el fin de la Primera Guerra Mundial y remató el Imperio Otomano, consolidando las fronteras de la actual Turquía, uno de sus consecuencias más destacadas fue
el Acuerdo de Intercambio de Población, por el que la mayoría de la población griega de Asia Menor fue desalojada de las tierras en donde habían vivido durante milenios, mientras que cientos de miles de turcos fueron expulsados de Tesalónica y Tesalia. El éxodo fue dramático y masivo, permanece como una marca de nacimiento en la memoria compartida. La mayor parte de los más de un millón y medio de griegos que se vieron obligados a abandonar sus territorios emigraron a Australia o los Estados Unidos en una diáspora fuera de la que no se comprende el concepto nacional. Los ciento cincuenta mil ciudadanos helenos de Estambul, que habían sido eximidos de la partición, sufrieron un terrible pogromo en septiembre de 1955, al que sucedió el exilio de los griegos de Alejandría, más de cincuenta mil, durante el gobierno de Nasser en Egipto. A partir de esos desgraciados sucesos los conceptos de éxodo y emigración desbordan, para los griegos, las ideas de pobreza o necesidad, y devienen acontecimientos forzados e injustos que convierten a los jóvenes que se ven obligados a abandonar el país en víctimas de una circunstancia opresora. BANCARROTA. Sesenta años después de su independencia, en 1893, carcomida por la corrupción y el desarrollo de grandes infraestructuras como la del Canal de Corinto, el go-
Afrodita de Milos.
por su excepcionalidad, la grandeza de las obras que custodia Berlín, entre las que destaca el Altar de Pérgamo, una de las obras maestras de la escultura helenística cuyos relieves representan la Gigantomaquia y la historia de Telefo, que fue transportado y reconstruido en 1886 por un acuerdo entre Alemania y el imperio Otomano. Un edificio colosal que presidía la acrópolis de Pérgamo y que actualmente es la principal atracción del museo del mismo nombre, cerrado en la actualidad –casualidades de la vida– por reformas.
bierno de Charilaos Trikoupis se declaraba en quiebra y se veía obligado a ponerse en manos de un arbitraje internacional para dirimir sus deudas. Puede decirse por tanto que la mala gestión, heredada del clientelismo de la burocracia otomana, que había conseguido la independencia nacional a crédito de los especuladores británicos –un millón de libras en 1825–; que quebró sus cuentas en 1843, y que lo haría de nuevo en 1932 y en 2010, es una marca de la casa, tolerada persistentemente por los acreedores, no por motivos románticos sino por las perspectivas de futuros –ahora son los yacimientos de hidrocarburos en el mar Egeo y las aguas territoriales de Chipre– y su riqueza geoestratégica y simbólica. Y es que Grecia nos debe por lo visto tropecientos millones en apuntes contables –el dinero no existe– pero nosotros se lo debemos todo. Si la cultura griega, como si de una gran corporación se tratase, conservara la propiedad intelectual sobre los sistemas euclidianos, determinadas creaciones intelectuales como la filosofía, la democracia y el teatro; o sobre personajes de ficción como Medea, Ulises o Pandora; si retuviera los derechos sobre la Olimpiada –como los tienen los multimillonarios Trump o Ecclestone sobre el concurso de Miss Universo o la Formula 1– sería un país cuyos ciudadanos podrían vivir de las rentas. Pero todas esas patentes han caído ahora en el dominio público, como la deuda. ~
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Teatro
‘Punk Rock’ es una propuesta de La Joven Compañía de la que se puede disfrutar dentro de los Veranos de la Villa de Madrid. Destaca en la obra el trabajo de Víctor de la Fuente, uno de esos actores de raza que muy pocas veces encontramos en el camino
‘Punk Rock’: Víctor de la Fuente o el salvajismo contagioso Elisa Pelayo { Cuando voy al teatro siempre me ocurren dos cosas que me hacen sentir incómoda. La primera tiene lugar después de silenciar mi móvil, cuando las luces se apagan y las últimas toses y folletos agitándose empiezan a difuminarse en una atmósfera de expectación. De pronto, me entra un pavor incontrolable a que alguna alarma despistada que se me haya olvidado desconectar empiece a sonar en cualquier momento de la función. Reviso el teléfono una, dos, hasta tres veces. La segunda sucede al final, cuando los actores salen a saludar. Observo sus ojos, brillantes, que ofrecen un gesto de gratitud hacia las butacas, que luego se miran entre ellos, cómplices, felices, quizás aún excitados. Y mientras entrelazan sus manos, y hacen reverencias, y una banda sonora de aplausos llena el espacio, no puedo evitar emocionarme. Como una imbécil, se me humedecen los ojos. Siento ilusión. Cuando además esos actores que saludan, conscientes de haber hecho un gran trabajo, son jóvenes de mi misma edad llenos de talento y reflejo de estar cumpliendo un gran sueño, esa emoción crece todavía más. Con esta sensación salí del Teatro Conde Duque el pasado viernes 10 de julio después de ver Punk Rock, una producción de La Joven Compañía que ha vuelto a estar en cartel en el citado teatro durante los Veranos de la Villa. Escrita por Simon Stephens e interpretada por Alejandro Chaparro, Víctor de la Fuente, Samy Khalil, Helena Mocejón, Álvaro Quintana, María Romero y Carolina Yuste bajo la batuta de José Luis Arellano; la obra te roba el aliento desde el primer momento, cuando estos siete actores irrumpen en escena agitando la cabeza y sus puños al ritmo del punk rock. La pieza habla sobre lo que les ocurre a siete adolescentes de diecisiete años a punto de examinarse de Selectividad, a punto de convertirse en adultos. Y de manera paradójica, los jóvenes intérpretes que dan vida a estos personajes demuestran en Punk Rock, con su energía incansable, haberse convertido ya, quizás hace tiempo, en adultos sobre las tablas. De forma especial, llama mi atención el trabajo de Víctor de la Fuente, quien interpreta a William y cobra absoluto protagonismo en el desenlace de la obra. Éste es, quizás, el personaje que mejor refleja ese proceso de madurez; un proceso tormentoso, solitario, lleno de miedos, complejos, preguntas. Con una in-
Dos escenas de la obra escrita por Simon Stephens.
terpretación exquisita, William es al comienzo de la obra un chaval tierno, tanto que su encanto le hace incluso cómico. Poco a poco, su personalidad va oscureciéndose hasta alcanzar una degradación tal que no puede evitar seguir sus pulsiones más desesperadas. De la inocencia adolescente a un animal malherido en una evolución notoria, pero tan justificada, tan cuidada en su interpretación, que resulta casi imperceptible reconocer las huellas del proceso, erigiéndose así como un camino limpio, sin piedras ni obstáculos, en el que todo fluye y lleva al personaje de un extremo al otro.
La obra te roba el aliento desde el primer momento, cuando los actores salen a escena A pesar de su juventud, Víctor muestra una madurez interpretativa poco común. He tenido el placer de coincidir con él en el Taller SetentaYCinco, organizado por La Joven Compañía. Me gusta observarle trabajar. Descubro a un actor que arriesga, juega y gana. Trabajando un texto de Diego Garrido, A solas con el monstruo, se pone en la piel
de un tipo oscuro, desafiante, que canaliza sus complejos a través del abuso hacia los demás. Ya en plena acción, en un primer pase sin todavía dirección, nada le impide recorrer con su lengua, intimidante, la mejilla de su compañero de escena. Su cuerpo inmóvil. Silencio. Me recorre un escalofrío, siento yo su lengua gélida, miedo. No le hace falta nada más que esa inmovilidad y ese silencio. Siento profunda admiración por su salvajismo; por un actor salvaje y fuerte que lo es sin quererlo. Admiración, quizás envidia, por los riesgos de sus propuestas, por una profesionalidad en la que no tienen cabida los tabús. Tabús que le impedirían orinar en medio de un escenario ante decenas de personas, como ocurre, ante el asombro del público, en Punk Rock. Le observo trabajar y no puedo evitar querer ser yo también una actriz salvaje, dispuesta a todo. Cuando un actor consigue que durante el montaje de una obra todos sus compañeros abandonen su posición de escena para poder disfrutar de su trabajo significa que algo muy mágico está pasando. Pero no se trata de hacer magia, sino de crear vida. Y Víctor la crea. Al ritmo del punk rock. O no. Porque el teatro es dar vida. Y en la vida todo vale. ~
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Entrevista
Cada relato de ‘Glóbulos versos’ es como el suspiro de un enamorado: dura poco pero dice mucho. En esta conjunción entre la brevedad y la intensidad transita la literatura de Raúl Ariza, autor de Benicàssim, Castellón. Este título es el tercero de una trilogía
RAÚL ARIZA
De prosa y poesía Florencia del Campo {Los tres títulos de Raúl Ariza pueden enmarcarse en el sub-género del relato breve o microrrelato, pero Glóbulos versos propone otro reto: acompaña a cada microrrelato un poema que vuelve a contar la misma historia pero ya no en prosa. Valiente y osado, y encima eficaz. El último de los relatos de esta tercera entrega, titulado R.I.P, nos recuerda que es el cierre definitivo, la culminación, el Fin: «Estás muerto. Te has muerto. Eres para mí todos los muertos de este puto mundo […]. Que te quede claro, Raúl. Para mí ya no eres nadie». -¿Quién eres y quién ya no eres después del libro? -Al principio, cuando empecé a publicar, negaba cualquier vinculación entre mi vida y mi literatura, creyendo que distanciándome de lo que escribía, adquiría cierto halo de profesionalismo; como el de ese actor que entra y sale de su personaje sin trauma alguno, poniéndose y quitándose el disfraz. Ahoya ya no. Ahora asumo sin duelo que el proceso creativo que conlleva cada libro te transforma; sutilmente, si quieres, pero lo hace. En el caso de Glóbulos…, ese poder transformador vino heredado de los procesos constructivos de mis dos libros anteriores, pues los tres forman parte de un todo, no solo estético, sino también vital. -Algunos de tus relatos, pienso en La inspiración, en Cómplices y en Blanco nuclear, hablan de la dificultad de la escritura y de la permeabilidad de la ficción en la realidad, o tal vez, incluso, de cierta presencia fantasmal o tortuosa de la literatura en la vida cotidiana o común del escritor. ¿Cómo vives tú esto y cuánto hay de muerte en la culminación de una trilogía o de una obra? -Nunca he jugado con el reloj a la hora de escribir, no hay prisas ni pautas. Yo me tomo mi faceta de escritor como el que espera un encuentro casual, sabiendo que aunque tarde, esa hermosa presencia a la que podríamos llamar inspiración, acabará llegando. Solo es cuestión de fe. Cosa distinta es la obsesión que me invade cuando la idea literaria llega y yo no estoy preparado -como un mal amante- porque no soy capaz de concretarla: que también ocurre. En ese caso la impaciencia puede adquirir tintes fantasmagóricos, de pesadilla diría yo. En cuanto al final de tu pregunta, jamás he tenido muy claro que una obra termine nunca, siempre colea la posibilidad real de retocarla, reestructurarla, rehacerla o destruirla.
Creo que eso es, precisamente, lo que me empuja a publicar: la posibilidad real y física de desprenderme de ella para darla por terminada. -Se nota que trabajas mucho con la materialidad de la palabra en todos tus relatos y sobre todo lo delata la eficacia de los poemas que reescriben cada historia, pero además dedicas un relato al tema en Cuestión de palabra. ¿El microrrelato, como género, exige esto o es una exigencia tuya, o de otro género, como la propia poesía? -No quiero entrar en el debate, muy manido por otra parte, de si el microrrelato es en sí mismo género o no. Yo no lo creo aunque, al mismo tiempo, no sea capaz de negar que posee ciertas características que lo hacen, digamos, especial. Entre ellas, estaría la precisión. Y es esa característica precisamente lo que hace que el relato breve (o microrrelato) emparente más con la poesía que con otra forma narrativa en prosa, pues cuando trabajas en extensiones tan cortas, cada palabra que utilices es única e inevitable, de ahí que adquieras una responsabilidad más propia de un cirujano neuronal o un relojero. -El relato que le sigue a Cuestión de palabra es Poesía a oscuras. Ahí el narrador, para justificar una metáfora, dice que juega a ser poeta. Me pregunto cuánto de este juego hay en la totalidad del libro y en ti como autor cuando escribes microrrelatos. -Relacionándolo con mi respuesta anterior, he de decir que mi respeto por la poesía y por la figura del poeta es reverencial, pues sin duda alguna nos encontramos ante el género más complicado al que un escritor puede enfrentarse. Por ello, y para cubrirme un poco las espaldas, siempre he dicho que no se me tome como un usurpador, sino en todo caso como un divertido loco capaz de intentar hacer ver a los demás que es lo que en verdad jamás llegará a ser: poeta. Como todo en mi vida, Glóbulos versos surge de un reto, de un desafío personal, de un «a ver si soy capaz» de conseguir hacer poesía sin morir en el intento. Al fin y al cabo ya lo dijo el gran Nicanor Parra: ‘La poesía morirá si no se la ofende’”. -¿Crees que la poesía (en tu libro y en general, pensándola por fuera de Glóbulos versos) está a oscuras o por lo menos en la sombra? -La poesía es, por desgracia, un género menor en cuanto a su aceptación popular, cuanto menos en occidente, y creo que la culpa es del mal
El escritor Raúl Ariza (arriba) presenta su último trabajo ‘Glóbulos Versos’ (sobre estas líneas).
aprendizaje que hemos tenido desde niños, de que cuando se nos trató de acercar a ella, se erró el camino. -Sigo con Poesía a oscuras pero para que nos saque de la poesía y nos lleve a toda la literatura: si ahí el narrador juega a ser poeta para poder hablar de amor, ¿a qué te parece que juega la literatura y para poder hablar de qué? -La literatura es palabra y la palabra lo es todo: esencia, inicio y final de todas las cosas, de todas las relacio-
nes, de todos los mundos y de todas las vidas. Además, o quizá por eso, la literatura es también el mejor de los vehículos o pretextos para poder hablar de cualquier cosa. Por ejemplo, de uno mismo. -Has recorrido España con Glóbulos versos para hacer no tanto lo que sería una presentación del libro al uso, sino una Jam literaria donde colegas y amigos tuyos leen tus relatos y poemas con música de fondo. En Madrid esto tuvo lugar en la librería Cervantes y Compañía de la calle Pez, justo la misma semana que esa calle estaba de fiesta al mismo tiempo que un poco de luto por el desalojo del Patio Maravillas. ¿Cómo sigue la gira del libro? ¿Por cuáles ciudades ya has pasado? -No me gustan las presentaciones al uso, creo que es un formato caduco y envarado. Cuando invito a que la gente conozca mis libros, intento que haya una fluidez, una participación que iguale al autor y al lector en un mismo plano, y no en jerarquías diferentes e inventadas, de ahí que organice lecturas, diálogos, o charlas informarles o, como me gusta llamarlas a mí «en mangas de camisa», y no tanto encuentros con una mesa de por medio. Así he viajado con mis anteriores libros (Elefantiasis me llevo por quince provincias españolas y por un par de estados alemanes; con La suave piel de la anaconda recorrí otras tantas y con Glóbulos Versos el proceso está siendo el mismo y ahora he de afrontar la parte que más me gusta: el Sur, Andalucía), tratando, sobre todo, de que caigan bien. ~
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Literatura
La vitalidad de la escritura cubana se adentra en lo legendario con nuevas generaciones, siempre entre el exilio interior y exterior, sostenidas sobre la base de uno de los cuerpos narrativos más sólidos de la literatura universal.
Cinco libros para comprender Cuba Augusto F. Prieto Un Manual de instrucciones para cruzar el espejo. Todos los cuentos aquí contenidos rodean y se adentran en el universo de la sexualidad diferente, apartándose de la norma. Hay que destacar la labor de selección de Alberto Garrandés. Nos deja perplejos la cantidad, no nos asombra la calidad, porque sabemos que Cuba, una potencia cultural, lleva como una de sus naves insignia la literatura, que ha atravesado felizmente todos los regímenes y todas las circunstancias históricas. Alguno de los relatos ha hecho historia, como El lobo, el bosque y el hombre nuevo, de Senel Paz, sobre el que se construyó el guion de la película Fresa y chocolate, de Tomás Gutiérrez Alea, que forma parte del imaginario mítico de la cultura queer y simboliza la apertura del régimen a la diversidad sexual, a la tolerancia al menos sobre ese tema. Miguel Barnet con Fátima, o el Parque de la Fraternidad, nos desvela con una voz poderosa, el retrato minucioso de las sombras de La Habana, así como un personaje de increíble belleza. Hay sorprendentes variaciones sobre la duplicidad, como Las celadas de Narciso, de Frank Padrón. Se podría decir que todos los cuentos recogen todas las sensibilidades, y que componen un universo destacado. Una fascinación, un inicio, un descubrimiento. Hay varias cenas memorables, impostaciones, viajes al territorio de la infancia, vidas, afirmaciones, interrogantes, sorprendentes historias de vampiros como El polaco, de Rubén Rodríguez. Hay cienciaficción; terror psicológico en la Noche de ronda de Ángel Santiesteban. Una visión poliédrica de la sensualidad y de las sexualidades separada de la ortodoxia, rica en matices, sin escamotear críticas ni ironías. En pocos meses estará terminada una película, basada en la novela, y dirigida por Agustí Villaronga, que quizás despierte más expectativas que otra cosa, porque la ciudad, que es uno de los capitales personajes de la novela de Pedro Juan Gutié-
rrez, ha debido de ser sustituida por otras localizaciones caribeñas debido a los consuetudinarios problemas y restricciones para filmar o estrenar en Cuba. El rey de la Habana es una obra maestra por su sinceridad sin límites, por la capacidad para mostrar y educar, por la prosa hipnótica y su historia realista que, huyendo de toda intencionalidad, se centra en el relato. Descarnado hasta la crueldad, el escritor cubano realiza la biopsia de los bajos fondos habaneros con la atención y la minuciosidad con que lo haría un entomólogo, conocedor de todas las particularidades de su fauna, de su topografía de Nínive tropical, demostrando un conocimiento intenso y extenso de la calle, con el que es capaz de finalizar la radiografía de los males que –desde abajo– afectan a una sociedad particularizada por su sistema político y sus formas de entender y de gozar de la vida. No pretende seguramente remover las conciencias más anquilosadas, sino fijar una fotografía, donde se visualice exactamente la miseria y los agujeros en la protección social de un Estado que se pretende justo, y que conducen a la degradación y la parálisis moral. Refleja también una época concreta, el Periodo Especial, sus movimientos soterrados y su falta de expectativas, componiendo unos personajes entrañables, a pesar de su dureza y su marginalidad, que nos enfrentan con nuestra frivolidad de estómagos turistas. Una mirada desgarradora, apoyada en un personaje muy bien dotado y atractivo, heredero de los más arrebatados pícaros, que vive sin esperanzas sobre el momento que habita y en el que reconocemos a otros que nos habremos encontrado –sin percatarnos– en numerosos viajes y ocasiones. En todos los Cuentos de Virgilio Piñera hay una presencia de lo maligno, extrañas asociaciones y singulares compañeros de viaje, literales en algún caso. Su humor negro y surreal lo hemos visto mucho des-
pués en el cine, en películas como las de Tarantino o Buñuel. Llegamos a la conclusión de que el escritor se está riendo de nosotros, poniendo toda su crueldad en la intención de dejarnos perplejos con dardos incendiarios, con críticas subterráneas, tan ocultas, tan envueltas y, seguramente tan inteligentes, que se nos escapa en su sarcasmo la inaprensible moraleja de sus fantasías. Hay alguno genial. Los recorre cierta congoja existencial, un pesimismo brutal. En otros bordea la locura. Piñera trabaja sobre el horror de lo cotidiano, la deformidad de lo que pensábamos familiar. Es un terrorista literario. Lo peligroso es que podemos comprender las psicologías enfermizas que construye, porque todos tenemos una debilidad, un arrebato, una inconsecuencia, y nos aterra llegar a formar parte de la parada de monstruos que desfila por las páginas haciendo el paseíllo. Algunos se publicaron bajo la de-
Prado Façade, Habana, 2014. Fotografía de Michael Eastman.
En los ‘Cuentos’ de Virgilio Piñera hay una presencia de lo maligno y extrañas asociaciones
nominación de Goyescos, aguafuertes por su contraste entre lo fantástico y lo real, por la agresividad de su técnica; sus asuntos son una sátira social, caprichosos en su sentido y aspiraciones, demuestran lo que produce el sueño de la razón. Un raciocinio tan sutil y una capacidad para la ocurrencia que estamos seguros de que no vienen de una mente torturada, sino al contrario, que Virgilio Piñera consiguió mantener la lucidez gracias a que proyectó sus fantasmas en su obra escrita. Decisiones políticas lo apartaron del mundo de las letras en los últimos años y lo han reivindicado después, muerto. Papyrus es una colección de cuentos que pretexta la novela que quiere ser. Son narraciones prodigiosas, llenas de misterios y ensoñaciones, escritas con un pulso narrativo notable, surgen a borbotones como el agua de un manantial, y de la misma manera fluyen, demostrando la imaginación desbordada de su joven autor. Precisas, brillantes, con la ejecución impecable de un idioma colorido, sugerente y pleno de matices. Como la trama entrelazada de fibras que los antiguos utilizaban como soporte para escribir –Papyrus–
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Literatura
Un universo que se separa con la independencia, aferrado a las voces románticas de Avellaneda, al viaje de la condesa de Merlín, a la epopeya de Cirilo Villaverde, para emprender su propio camino hacia la inmortalidad con Lezama y Carpentier
el libro admite lecturas numerosas. La convencional es la de una narración destacada, que consigue escaparse de la influencia borgeana para adquirir un rumbo personal y lucido. Un relato con ritmo y sentido de la emoción, hipnótico y misterioso. Una novela extraordinaria. Transversalmente se suceden las citas a escritores, músicos y cineastas, a los que se homenajea de una manera oportuna, sin caer en el enigmatismo ni en la pedantería, sino incorporando esos referentes de manera que cada lector pueda capturar los que le interesen, sin pretender conocer y entender todo. El dorso tiene modalidad de ensayo, de reflexión sobre la creación y la literatura, en torno a los temas que se suceden en la inquietud de los escritores y los lectores desde la época de la creación de los alfabetos: la trascendencia, el nomadismo, el impacto de lo mítico, los caminos que se cruzan y se bifurcan, el azar. Osdany Morales es digno depositario de los grandes, que situaron la literatura cubana en los altares de lo prodigioso. Escribe con medida solemnidad, un tono alto que solamente un autor preparado se puede atrever a utilizar, saliendo airoso,
‘Isabella´s two chairs with laundry’, de Michael Eastman. A la izquierda, imagen del centro de La Habana.
porque huye de toda estridencia. No renuncia al pasado ni se desubica de una generación en la que se coloca él mismo, a la que incorpora en su obra, localiza, disecciona y estudia, con la humildad de saberse parte de un todo. Todos se van es el retrato de una generación, de una excepcionalidad, de un momento que se prolonga durante años y del que todos tratan de escapar, en un avión, en un barco o por medio del arte o de la literatura. Es también un canto a la vida, a las sensaciones y a la esperanza de encontrar en los demás un
refugio donde esconderse de los naufragios de la vida. Ir de la mano amiga de alguien que conoce en profundidad los entresijos de la vida en Cuba es la manera ideal de acercarnos, aunque sea superficialmente, a los deseos, los problemas y las incertidumbres de sus gentes. Mantendremos la
‘Todos se van’ es el retrato de una generación, de un momento del que todos tratan de escapar
convención del narrador, así que será esa autora de ficción, tan parecida a Wendy Guerra por su apellido, su sexo y su generación, la que mediante el artificio de un diario nos abra las puertas de esa realidad. Resulta ideal ese personaje porque pertenece por familia, educación y voluntad a los medios artísticos, así que tiene facilidad para contar, una visión interesante que aportarnos y el acceso a lugares -físicos y mentales- que no son habituales para el común de sus ciudadanos. Por eso se define a veces como viviendo en una isla dentro de una isla, de la que Todos se van buscando otro futuro, una alternativa al aire viciado que respiran a causa de las restricciones, de las carencias, y de las limitaciones de un régimen anquilosado. A lo largo de su infancia y adolescencia recorremos las vicisitudes del país. Es un relato crudo porque no admiten paliativos una niñez dura, una familia extraña y una juventud de desencanto. Una historia que nos hace sentir muchas heridas, y replantearnos cualquier alineamiento romántico. La escritora mantiene un blog con interesantes reflexiones sobre el sucederse de los días en Cuba. ~
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Poesía
Una buena forma de pasar las horas más calurosas del día es leer a la sombra de algún árbol; en casa, dejando que el calor siga con su trabajo. Si nos acercamos a la poesía encontraremos alivio porque la poesía va más allá de lo
Carlos Serrato {La entrada hace dos meses en la Real Academia de la Lengua de Clara Janés (Barcelona, 1940) supuso para quien escribe un raro placer. Acostumbrado a no celebrar nombramientos que huelen por anticipado a pergamino ajado o a precipitación de afanes comerciales mal disimulados, aquella mañana del ocho de mayo en que supe por la prensa la noticia bebí mi primera copa de vino helado de la temporada. Una celebración secreta, tan confidencial como lo fue siempre la poesía de Clara Janés. Traductora reconocida, ensayista brillante de todo aquello que arrastra su pasión hasta casi la puertas del abismo (el eterno femenino, la música de Mompou, la poesía de Vladimir Holan, la cosmovisión sufí, la plástica del aire hecho piedra o Chillida...); mujer admirable, yo celebré en confidencias de jardín, el reconocimiento a la poesía de Clara Janés, una llama viva que humea a Hölderlin, tal es su arrebato, aunque las influencias literarias de la poeta catalana vayan más allá de la grandes elegías del poeta alemán. Y así, entre los espejismos de la calor de este julio ardiente, no se me ocurre mejor paralelo que un peregrinaje por los últimos poemarios de Clara Janés. Camino que empieza, con la recopilación de los poemas amatorios que la editorial Vaso Roto reunió en 2010 bajo título más que explícito: Poesía erótica y amorosa. Allí se recogían impresos Eros (poe-
CLARA JANÉS
Poesía del amor secreto para un verano tórrido mario de 1981) Kampa (1986) o la historia lírica de la busca amatoria del poeta checo Vladimir Holan, y Creciente fértil (1989), donde la sensualidad oriental se hace símbolo de una concepción mágica de la carne compartida en vuelo lírico. Se acompaña esta preciosa edición, de un cd con las canciones de Kampa II interpretadas por la propia poeta. Seguirá el camino precisamente con un Peregrinaje (Madrid, Salto de Página, 2011), poemario en el que se nos cuenta en clave lírica un viaje en compañía de otras dos mujeres artistas (nombradas como Esuvia y Amara) al escenario que recorre el libro de
‘Orbes del sueño’ es una exploración del yo, un camino que se transita hacia dentro
Holan de claro nombre, Toskana. Boccacio, Botticelli o los escenarios filmados por Andrei Tarkovsky para su filme Nostalgia, desvían el camino hacia una reflexión sobre la esencia del amor y del viaje como andar pausado cuyo único fin es el encuentro con uno mismo en el espejo. El libro suda vida luminosa, por eso abrirá el poema número veinte de la serie titulada Volterra con una contundente afirmación del poder de la vida sobre la melancolía: «Enterró sus penas / y sobre cada una / plantó un árbol». En Orbes del sueño (Madrid-México, Vaso Roto, 2013) el camino se transita ahora hacia dentro y es una exploración del yo que no se encuentra si no es haciéndose a cada instante en una poesía del conocimiento, íntimo tanteo, aconfesional y pura como la luz: «tú a ti mismo / para crearte a través del sueño / en el sueño del cosmos / indeciso».
Según la costumbre de las olas (Madrid, Salto de Página, 2013), a medias con su amigo y compañero de generación, el poeta Jenaro Talens, es una colección de poemas visuales que dialogan en tono musical a manera de duetos, tríos, cuartetos y quintetos, con la escritura verbal de Talens, explorando otro amor en la memoria, pues aquí se convoca la figura de la madre ausente. No es éste tampoco un ejercicio de melancolía, sino una (re)creación de la presencia de la madre, no en la evocación de lo perdido, sino en un homenaje desde la potencia como motor estético de un amor que no puede clausurar la muerte. Poesía del arrebato, si me permite el fantasma de Iván Zulueta, que en la obsesión de amar, en la carne que arde en gloria, en el yo perdido que se encuentra en el orden del universo, en el viaje bizantino, en la
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Poesía
mundano. Y si nos acercamos a los libros de Clara Janés encontraremos ese lugar reservado al progreso personal con dirección a uno mismo. Realizamos un amplio recorrido por sus últimas obras publicadas
música y en la pintura, en el símbolo mágico y en la piel en llamas, en el recuerdo y en la emoción de la contemplación del arte como forma de explicación de las leyes secretas del mundo, se eleva como la llama en la noche oscura. Clara Janés es una poeta romántica, en el buen sentido de la palabra (quizá hoy olvidado, de tan manoseado el adjetivo): no hay verso donde la inteligencia sensible de la poeta no se deje llevar por una visión apasionada del existir. Ni hay dolor que no aspire a consumirse en el impulso sublime, ni felicidad de la carne que no la trascienda hacia una concepción mágica del encuentro cuerpo a cuerpo. Leer la poesía de Clara Janés es una experiencia de verano ardiente, sí, la frialdad sólo está en el tema de la nieve de los Orbes de sueño. Poeta soleada y mediterránea que explora los paisajes boscosos de Holan, en un intento de amar al hombre que escribe en su isla de selvas crepusculares, (¡ay, esas cuatro magníficas series de Kampa!). Su poesía refinada y perfecta retoma la noche oscura del alma de los místicos y de los poemas de la locura de Hölderlin en una celebración de la vida que incluye la aceptación del dolor, de la derrota, del paso del tiempo, de la pérdida, y lo torna presencia de calor que gloria la piel. Es calor la poesía de Clara Janés, es Sur y es Oriente, es amor siempre en metamorfosis. Todo es amor en su
Selección de portadas de los libros publicados por Clara Janés.
poesía, amor a los hombres, amor al principio femenino, amor a la pintura y a la música, amor a los dioses antiguos, amor al viaje en que se encuentra con el otro y se refleja su rostro en el del amigo. Es casi secreta esta poesía, alabada por otras mujeres grandes como María Zambrano, que prologa Kampa, o la poeta inolvidable María Victoria Atienza. Una obra que ha merecido estudio (no lo suficiente) y ahora, al fin, ha sido reconocida por el canon. Pero merece más, merece sol, merece la llama del julio ardiente iluminando las páginas de sus libros entre las manos. Frente a las poéticas confesionales planas de cotidianas naderías, Clara Janés salta al vacío en cada poema: “sometida a látigo y jadeo / sorbe licor de fuego”. El riesgo de su
escritura tiene que ver más con su indagación de la esencia de las cosas, con su exploración de la verdad escondida en el acontecimiento y en la emoción que con la mera exposición de fórmulas retóricas más o menos novedosas. Cierto que la poesía serial, al modo de Cirlot (poeta al que estudió profundamente), aparece en Kampa y que sus poemas visuales, que se alzaron con el I Premio de Poesía Experimental Francisco Pino en 2011 por su libro Movimientos insomnes (Madrid, Del Centro Ediciones, 2014), vienen de los atrevimien-
Leer la refinada poesía de Clara Janés es una experiencia de verano ardiente
tos vanguardistas, pero hay un impulso caso religioso en su poesía, una afirmación de la trascendencia que saca a su lírica del juego frívolo y la lleva a territorio trapecista. En sus balanceos ve la tierra con las alas de los ángeles. No teme el ángel a la vida y a la carne, como demuestran los poemas de Eros y Creciente fértil, una extraordinaria indagación en el amor carnal y el erotismo, donde a la flecha se le da flor. No huye la poeta del sensualismo lírico, sino que ahonda en la experiencia del amor y del deseo con una potencia metafórica inusitada. Es su mundo de misterios sagrados, mitos y dioses el que le filtra la mirada convirtiendo su poesía erótica en una de las expresiones más ricas y fértiles de la poesía española contemporánea: «A media noche, en llamas / arde mi ser en vaso transparente». Ecos de San Juan y carne ardida en Safo y en Catulo, la lira clásica de sus cantos de amor trenza su melodía con la claridad de los números de Movimientos insomnes con las serie de variaciones de Kampa II, con la oriental «flor de magnolio / que se abre en mi carne». Hunde el filo esta poesía como puñales en el corazón y en las palmas de las manos de quien se acerca a sus libros, una experiencia de pasión e inteligencia verbal que se saborea mejor al calor del tórrido julio que madura la fruta y llena de perfumes orientales la casa de la poesía. ~
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Música
Tulsa ha vuelto al ruedo musical con ‘La calma chicha’ (2015). La agrupación, liderada por Miren Iza, sorprende con un disco plagado de nuevas atmósferas sonoras, donde las letras desgarradoras y de sabor agridulce mantienen su protagonismo
El esperado regreso de quien no se había marchado del todo
Paulo García Conde {Después de comunicar que haría un parón indeterminado, Tulsa siguió en cierto modo en activo. Conciertos por territorio estadounidense, sin dejar a un lado la composición de nuevos temas, que hoy podemos disfrutar y descubrir en su nuevo trabajo ¿Puede una voz sonar dulce y a la vez desgarrada? Esa pregunta la planteó, hace tiempo ya, Miren Iza, quien dio forma a Tulsa. Una voz difícil de confundir, que enamoró a crítica y público cuando en 2007 (qué lejano queda) lanzó su Solo me has rozado. Son muchas las cosas que han cambiado en Tulsa desde entonces y, al mismo tiempo, muchas las que permanecen. Sigue habiendo una esencia reconocible; esa voz, por ejemplo. Y la compositora vasca se rodea de músicos como Charlie Bautista, Martí Perarnau, Javi Carrasco, Alfredo Niharra o Carasueño, con los que ya guardaba relación. Pero ahora, en 2015, aparece envuelta por nuevas atmósferas, por nuevos registros, algo que habrá sorprendido a muchos seguidores, a muchas personas que aguardaban el regreso de una música que había estado silenciada por un tiempo. Todos sabemos que son cada vez más los grupos que se pasan al terreno
de los sintetizadores, de los nuevos sonidos e instrumentos artificiales. Estamos en esa época. No obstante, hay una diferencia fundamental entre todos ellos. Hay quienes lo hacen movidos por intereses puramente comerciales, donde la estrategia o el imperativo del productor se anteponen a lo que en realidad debería primar. Y en lo nuevo de Tulsa, por suerte, parece que todo se debe a una exploración necesaria, al anhelo de transmitir lo mismo que en anteriores trabajos valiéndose de nuevos pasajes de expresión. Al éxito de Solo me has rozado lo precedió Espera la pálida (2009), discos ambos publicados con el sello Subterfuge Records. Pero en esto también hay novedades: La calma chicha ha sido editado con Gran Derby Records, por lo que los procesos de elaboración en estudio han sido también novedosos respecto a lo anterior. Así que, si uno se pone a sumar, tenemos nuevos sonidos, nueva discográfica, nuevas composiciones, y el regreso de una experiencia personal y profesional que, de un modo u otro, habrá tenido parte de influencia en lo que Miren Iza se ha decidido a enseñarnos en el presente año. Es el momento de La calma chicha. La primera canción del nuevo
´La calma chicha’ es el último trabajo discográfico de Tulsa.
disco se titula Leña, y en ella se pueden apreciar los cambios principales en la base musical de Tulsa. Sonido sintético, una textura electrónica que llama la atención si uno no está preparado para encontrarse con algo completamente similar a trabajos anteriores. Pero el discurso se nos hace más familiar en cuanto la voz de Miren entra en acción. Esa calidez a la vez gélida capaz de arrebatar toda la atención de quien escucha, para contarnos que «esta leña nunca más arderá», al tiempo que se pregunta «cuánta agua tiene que caer para que se ahogue este amor». No hay espacio para la duda: estamos ante el carácter pesimista que Tulsa ha dejado entrever (y más) a lo largo de sus composiciones. La canción se apaga con senci-
llez y sin prisa, para dejar paso a Oda al amor efímero. Una de las que la crítica ha tenido a bien destacar como de las mejores del álbum. Los sintetizadores juegan con el eco, la batería electrónica marca el ritmo sin exquisiteces innecesarias, con un ambiente más armónico donde la melodía principal lleva casi todo el peso. Otra diferencia notable en este nuevo trabajo: la voz parece, en la mayor parte de las canciones, destacar con más solvencia sobre la base instrumental. Tal vez sea producto del cambio de discográfica, tal vez resultado de la transformación en cuanto al acompañamiento. Pero, en todo caso, un acierto. Gente común es el tercer tema, de compás más marcado y acelerado. La sonoridad creada es menos cristalina, incluso en lo tocante a la voz. En Casa, sin embargo, encontramos algo totalmente nuevo. Probablemente sea la composición con más esencia propia del disco, abriendo con una distorsión continuada de guitarra, a modo de ráfaga inquebrantable, consecuencia de la licencia que el conjunto ha querido tomarse con respecto a sus exploraciones e innovaciones. Luego nos regala Los amantes del puente, una balada que destaca por su armonía y su letra donde Madrid toma el lugar que en la canción que abría el disco ocupa Brooklyn. En Bosque sin embargo la guitarra se deja notar en mayor medida, sin apenas distorsiones o efectos de sonido que disfracen su naturalidad. Una canción, además, cantada a dúo con el cantante de la banda McEnroe, Ricardo Lezón. Ya para ir apuntando hacia el final, En tu corazón solo hay sitio en los suburbios se posiciona como antepenúltimo tema del trabajo. Una letra dura, áspera, con sonidos que entroncan de manera notable con tales adjetivos. Eso sí, sin perder el aroma melodioso que a menudo se desprende de la voz. Tras esto suena Ay, que contrasta por completo con lo que venimos de escuchar. Melodía pura, desnuda, una de las mejores del disco. Y, para despedirse, el telón se cierra con Los ilusos; percusión electrónica bien definida para no olvidarnos del cambio establecido. Cambio que arropa la esencia de siempre. De Tulsa. Entre sus próximos conciertos encontramos el de Sonorama Ribera 2015, que será el próximo 13 de agosto en Aranda del Duero (Burgos). Una buena oportunidad para comprobar cómo se han materializado estos cambios en su directo. En el directo de alguien a quien se esperaba, mucho, a pesar de no haberse ido del todo. ~
Coordinador: Gabriel Ramírez Lozano Colaboradores: Augusto F. Prieto, Florencia del Campo, Beatriz Silva, Daniel González Irala, David Mayo, Suplemento cultural editado por
Mara Sanz Gaite, María Eugenia Guzmán, Gracia Elena Miranda Balbuena, Paulo García Conde, Emma Camarero, Óscar Gómez, Carlota Montemayor, Carlos Serrato, Laura Villalba, Pablo Navarro, Paula Pinilla, Horacio Raya, Lola Montiel y Elisa Pelayo.
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/ CULTURA /
Grabiel Ramírez Lozano MADRID
{El calor en Madrid es sofocante. Los que quedamos por aquí nos refugiamos allá donde podemos. Salir de casa, antes del anochecer, es una especie de acto heroico. No parece el mejor momento para programar un espectáculo como el que está ofreciendo el Teatro Real de Madrid. Porque, si a las altísimas temperaturas le sumamos el poco arraigo que tiene la danza en las sociedades actuales, tenemos como resultado un peligroso cóctel que deja en el filo de la navaja cualquier esfuerzo que se haga alrededor de una manifestación artística tan ancestral y tan importante para el ser humano. En cualquier caso, se agradece el esfuerzo. Pues bien, el Teatro Real de Madrid nos ofrece la posibilidad de asistir a un excelente espectáculo. Una compañía con solera (NDT; Nederlands Dans Theater); unos bailarines muy distintos entres sí que van dejando muestras de una técnica depuradísima sobre el escenario; unas coreografías muy bien trenzadas que expresan sin fisuras las ideas fundamentales que se narran (Sol León y Paul Lightfoot presentan un buen trabajo aunque se abuse en algunos momentos de lo explícito y no se remate del todo la primera parte del espectáculo que tiende más a mostrar una fortaleza visual arrolladora que al relato); una puesta en escena limpia, cristalina. En fin, un espectáculo que no puede dejar indiferente a nadie. Sehnsucht (Anhelo), primera parte del espectáculo, se desarrolla con fuerza apoyándose no solo en la propia danza. En el escenario les pasan cosas a los bailarines y, además, pasan las cosas, los objetos. Más que atractivo ese cubo móvil que permite a la pareja de bailarines dejarse llevar, oponerse con fuerza a esas cosas que el mundo nos impone o que a las que nos obligamos ridículamente nosotros mismos. La intensidad estética es potente, sólida. La música de Beethoven va marcado la pausa para que aparezcan sensaciones y estímulos que el público puede reconocer muy bien. Y con cada pieza que escuchamos esas cosas a las que refería van pasando, dibujadas por los cuer-
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La danza como
refugio El Teatro Real del Madrid presenta el último estreno programado esta temporada. El Nederlands Dans Theater, una de las mejores compañías de danza del mundo, sube al escenario para interpretar ‘Sehnsucht’ y ‘Schmetterling’, dos coreografías estupendas en las que los veintiocho bailarines que participan dejan muestras de una técnica sobresaliente
pos en movimiento de Danielle Rowe, Medhi Walerski (dentro del cubo en movimiento) o perfiladas por los elementos escénicos que permiten al resto de bailarines dejar imágenes preciosas y llenas de sentido. Schmetterling (Mariposa) se arrima a la música de Max Richter y de The Magnetic Fields. Ya les adelanto que es, sencillamente, espectacular. Danza y partitura, las dos cosas. Divertido, cercano, estéticamente rotundo. Y mucho mejor rematada que la primera parte del espectáculo. Esa idea de representar el tránsito ineludible de la juventud a la madurez, del nacimiento a la muerte, de lo que somos a lo que quisimos ser; se logra sin un esfuerzo aparente (todos sabemos que está, pero la gracia es que no parezca existir). Francamente bien, Medhi Walerski y, especialmente, Ema Yuasa. Una coreografía en la que nos cuentan la historia de todos –nuestra adolescencia, nuestros momentos más locos, los más dolorosos, los recuerdos o lo que deseamos desde antes de
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Diversas escenas de la propuesta que NDT (Nederlands Dans Theaters) trae al Teatro Real de Madrid. / El Correo
nacer– no puede fallar si, además, se acompaña de gran técnica y de una partitura maravillosa como es el caso. Ya lo he dicho muchas veces. Pero repito: el ser humano expresa a través del cuerpo. Sin abrir la boca es capaz de decir, de hacerse comprender, de expresar sus emociones más intensas y más íntimas. Antes de hablar, de construir un siste-
La danza sigue siendo expresión absoluta, pura, única ma tan complejo como el lenguaje, el hombre se comunicó gesticulando, saltando. Bailando alrededor de una hoguera para dar gracias al sol por regresar cada mañana o expresando la alegría provocada por una buena caza. La danza fue expresión absoluta, pura, única. Y la danza sigue siendo eso mismo, sigue estando al margen de interferencias; sigue arrastrando, así, al hombre hasta sus orígenes más primitivos.
Si acudimos a una boda, terminamos bailando por la alegría; si celebramos el final de un año más, terminamos bailando; si celebramos cualquier cosa que nos produce alegría lo hacemos, si invocamos, si queremos estar presentes en el grupo. Sin embargo, la danza parece estar alejada de la masa social. La sensación de elitismo que han creado unos y que otros han rechazado absolutamente, parece haber provocado un distanciamiento difícil de superar. Es verdad que en cualquier arte, una obra que solo pueden disfrutar el que las crea y sus amigos más cercanos (que reciben información inaccesible para el común de los mortales) hace imposible una comunión imprescindible entre las partes implicadas. Es esta una idea muy arraigada y bastante exacta. Por ello, los ballets clásicos se libran aunque no del todo. Pero los modernos parecen ser percibidos más como rompecabezas imposibles y exclusivos que como espectáculos de danza que aspiran a ser universales. Al menos esta es la sensación que tienen muchos. Y aquí encontramos el núcleo del problema porque esa sensación
es equivocada y prejuiciosa. Cuando alguien con un mínimo de sensibilidad acude al teatro para ver bailar a otros, suele salir de allí fascinado. Nos encontramos, entonces, con el viejo problema de los falsos elitismos, de los precios desorbitados; de los cotos privados que alguien quiere seguir potenciando porque, seguramente, es más rentable; con posturas cicateras que tratan de ocultar una gran ignorancia que es, en realidad, falta de interés y desidia. Nos encontramos con lo que no tiene nada que ver con el arte. Por si era poco, alrededor del ballet, existen tópicos
que tampoco ayudan al acercamiento entre todos. Por ejemplo, un bailarín es gay. Ya está. Eso es lo que muchísimos hombres piensan. Se lo digo yo. El ballet es cosa de mujeres. Eso lo dicen casi todos. También se lo digo yo. Lo cierto es que la mujer siempre tuvo un papel primordial en la danza y me lleva a pensar que, dado que las sociedades, desde las cavernas, han sido machistas y fuertemente misóginas, dado que la espada tiene un poder indiscutible, la sensación es que esto podría obedecer a un deseo de anular la importancia femenina
acotando, por esa razón, sus actividades y excluyéndolas del ámbito compartido entre hombres y mujeres. Los hombres que no ocultan su zona sensible y participan son señalados y excluidos. Como lo oyen. Con todo lo que huele a femenino suele ocurrir esto. Otra cosa es que lo queramos asumir o no, otra cosa es que nos pongamos estupendos al decir eso de que no somos machistas y que buscamos una igualdad total de las mujeres respecto de los hombres. Ya estaba dicho. Pero me parece importante repetirlo. ~