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Sábado, 7 de noviembre de 2015 Nº 70 @aladar_cultura

Lorca en el recuerdo La reciente representación de ‘El público’ en Madrid sirve de percha para rememorar la obra del granadino

El Teatro Real suena a barroco con la ópera ‘Alcina’

Lo mejor del Be Festival de Birmingham llega a Madrid


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El Correo de Andalucía Sábado, 7 de noviembre de 2015

Teatro

es_aladar... Madrid. Es horrible perderse en un teatro y no encontrar la salida. Esto es lo que dice uno de los personajes de ‘El público’ de Federico García Lorca. Es una de las obras más intensas y oscuras de Lorca y, por ello, una de las que despierta mayor interés

Los pies de Julieta y el amor Representación de la obra en el Teatro de La Abadía de Madrid.

Gabriel Ramírez Lozano {Siendo aún muy jovencito, mientras estudiaba en un colegio de frailes con las aulas llenas de chicos y solo de chicos, debí hacer una enorme trastada y fui castigado. La condena consistió en pasar el tiempo de recreo de los siguientes quince días en la biblioteca del colegio (¡menudo castigo!) y una hora más de estudio al finalizar el horario escolar y en esa misma biblioteca. El día de la trastada comencé a cumplir con la pena. Me senté en la silla que me indicaron. La sala estaba desierta. A mi espalda tenía una pared repleta de libros. Alargué el brazo y agarré un tomo que me llamó la atención. Piel flexible, marrón, letras doradas. No me lo pensé dos veces. Obras completas de Federico García Lorca. Busqué el índice –estaba al final del libro; más de mil páginas de papel biblia– llevé el dedo hasta donde decía teatro y, cuando encontré lo que buscaba me puse a leer sin más. Tras quince recreos y quince horas de más en el colegio, había leído las obras completas de Lorca. Por no mentir, confieso que esa hora extra se convirtió en dos e, incluso, en tres, algunos días. La fascinación fue de tal magnitud que renuncié a cosas que nunca antes perdonaba. Ya saben, alguna salida con los amigos, escuchar música y ese tipo de cosas. Es muy posible que esos días resultaran decisivos para elegir lo que sería una vida alrededor de la literatura. Podría citar muchos poemas de Lorca que me marcaron durante aquellos días; podría referirme a la angustia que sentí al leer La casa de

Bernarda Alba o Yerma; podría señalar algunos artículos del autor que me entusiasmaron. Sin embargo, una de las obras resultó demoledora. Fue la única que leí de nuevo al acabar mi penitencia. El público. Si un texto era difícil de entender, ese era El público. Si un texto encerraba un sentido oculto, críptico y desasosegante, era aquel. Con el paso de los años, mi interpretación del texto ha ido evolucionando. Seguramente, en la primera lectura no entendí nada de nada. Sin embargo, agradezco mucho mantener intacta la memoria y poder recordar las sensaciones y las ideas que manejé hace ya tantos años. Lorca dejó inacabada la obra. Al menos, disponemos de un texto sin concluir. Y sin corregir. Casi mejor porque, así, la frescura del texto ha quedado inmaculada. Cuando un autor revisa lo escrito suele tender a un perfeccionismo y a una limpieza que destruye esa zona tan vital y tan extraordinaria que solemos perdernos los lectores. Por esa razón, pienso que aquella primera lectura fue inolvidable. Creo que es importante un matiz. En esta obra se habla de la homosexualidad. Sin embargo, no creo que Lorca reivindicase su condición sexual en el texto. No es un fin. Es un medio para tratar el asunto importante, el tema principal. Nunca tuve la sensación de leer la obra de una persona atormentada, desplazada o torturada. De hecho, El público fue una obra que escribió Lorca durante una de las etapas más felices de su vida. Lorca no era un autor que se de-

Federico García Lorca es el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo XX.

dicara a lamerse las heridas en una esquina cualquiera. Las angustias de Lorca eran propias de un escritor de su talla y de su grado de genialidad. Digo esto porque parece que se han empeñado en mostrarnos a Federico García Lorca como un ser triste, arrinconado y fuera de la sociedad, dada su condición sexual. Otra cosa es que una banda de canallas le matara por ser escritor y homosexual. Eso es harina de otro costal. Lorca lo que hace en El público es convertir el universo, su universo, en una catarata de imágenes potentísimas que se convierten en símbolos y son la única explicación posible a lo que le sucede al ser humano. Tanto la forma como la esencia es de una be-

lleza y una importancia insólita. Todo esto lo aborda desde el entorno teatral que se construye como hábitat natural de la ficción y de la realidad. Porque realidad y ficción se solapan constituyendo un todo, porque son simultáneas y no pueden existir la una sin la otra. Lorca busca la similitud desde el desdoblamiento de las personalidades de sus personajes, desde la superficie y desde los sótanos, desde un teatro convertido en tumba de personajes o en salón de baile en el que el espectador está obligado a elegir entre participar o ser un objeto más del atrezzo. Lorca sabía que el ser humano no podría prescindir de ninguna de sus partes; de ninguna de ellas. Es aquí donde la homosexualidad adquiere importancia. Pero no es la única cosa. La dualidad en el mundo es lo que le convierte en algo tangible y real. Nada es esto o aquello. Todo esto y eso otro. Por ello, el universo se transforma en un enorme símbolo que debemos descifrar para tener una vida plena. Lo que me pareció importante en su momento y me sigue pareciendo abrumador, es el enfoque de la obra de Lorca. Surrealismo sin reservas. Y perlas aquí y allá. Sin descanso para el espectador. Caballos que aparecen como representación de los impulsos sexuales de los personajes, la máscara que resulta ser nuestra apariencia y que no nos permite ser lo que quisiéramos, el autor en sus distintas facetas que le hacen ser honesto o un juntaletras sin valor, el teatro como lugar en el que podemos abordar la vida con seriedad o desde la anécdota más estúpida, la forma de la ceniza muerta como forma de sobrevivir en sociedad. Son muchas las cosas que se podrían decir de esta obra. Pero no hay espacio. Me quedo con la intervención de unos de los personajes cuando dice: «El acto del sepulcro estaba prodigiosamente desarrollado. Pero yo descubrí la mentira cuando vi los pies de Julieta. Eran pequeñísimos. […] Eran demasiado pequeños para ser pies de mujer. Eran demasiado perfectos y demasiado femeninos. Eran pies de hombre, pies inventados por un hombre». Durante años he tenido en cuenta esto al escribir porque marca con perfección milimétrica lo que supone la actividad creativa de un escritor. Y, para terminar, un poema que corresponde a la intervención de los tres caballos blancos de la obra. Aquí no se habla de ninguna tortura; se habla del amor, de cómo se puede afrontar y enfrentar desde la dualidad. Es exactamente lo que Lorca defendía en su obra: Amor, amor, amor. / Amor del uno con el dos / y amor del tres que se ahoga / por ser uno entre los dos. El público representa la grandeza de un escritor y de su público. ~


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Teatro

es_aladar...Madrid. Si un texto teatral de Federico García Lorca es oscuro, inasible y violentamente lírico, ese es ‘El público’. Como dijo el propio autor, el texto rebosa arena y no miel. La obra fue escrita, casi por completo, en Cuba (1930) y fue publicada el año 1976 Galería gráfica de la puesta en escena de ‘El Público’.

Gabriel Ramírez Lozano {Lo mejor es decir las cosas claras desde el principio: la producción que se ha presentado en el Teatro de La Abadía de Madrid, que comparte con el Teatre Nacional de Catalunya, es un lujo. Bien los actores, bien la iluminación, bien el vestuario, bien el sonido, bien todo. Y el texto de Lorca. Más no se puede pedir. Si bien es cierto que ese texto está repleto de imágenes de una potencia inusual por su sentido extraño, oculto muchas veces e inquietante siempre, y que se podría indagar en ellas buscando una lectura personal de cada sujeto; si bien es cierto que Àlex Rigola ordena amablemente lo que trata de contar Lorca atando excesivos cabos que deberían haber quedado

EL PÚBLICO

La dualidad del mundo sueltos y en manos de la platea; si bien es verdad todo ello, un texto como este es difícil de escenificar, difícil de entender en las butacas y no pasa nada por suavizar las aristas que contiene mientras se respete la esencia de la obra. Se le podría achacar al director haber buscado soluciones para hacer el texto más asequible, más accesible, más de todo tipo de público. Eso podría ser. Aunque se le podría agradecer lo mismo con parecido entusiasmo. El caso es que a

este gato hay que ponerle un cascabel que no existe, que hay que fabricar, y Rigola ha logrado diseñar el suyo y colocarlo. Se recibe al público con un reportaje fotográfico, con música en directo, con unas proyecciones de imágenes sobre una pequeña sábana desplegada por acomodadores sin rostro que van de un sitio a otro para que todos los espectadores puedan disfrutar. El escenario ha robado un par de filas a la platea. Se encuentra a la altura de las

primeras butacas útiles. Las tablas se han cubierto con lo que simula roca volcánica; un pequeño montículo; rodean la sala cientos de tiras de color plateado que cuelgan desde las alturas. Y allí se plantan actrices y actores. Y comienza El público. El texto de Lorca (lo que nos ha llegado de él) es oscuro, intrigante, mágico y hermético en muchas de sus partes. Lorca escribió una obra audaz, adelantada a su tiempo, cargada de imágenes extrañas para un espectador que se siente interpelado sin contemplaciones, llena de personajes que se desdoblan como si eso fuera lo más normal. Y es que, aunque aún nos parezca mentira, la realidad está repleta de imágenes extravagantes e incomprensibles que nos interpelan constantemente; de seres que nos desdoblamos para poder sobrevivir a esa realidad y a nosotros mismos. Por tanto, el temido (para algunos) surrealismo es más realista de lo que sospechamos. Al menos en este caso. Creo yo que, al hablar de El público, deberíamos referirnos a una ortodoxia remolona y al atrevimiento de un artista genial. La propuesta de Lorca fue profunda, rozando lo mitológico del ser humano. El público aborda la dualidad del universo. Ya saben: somos esto y aquello. No podemos pensar que podríamos elegir entre ser una cosa renunciando a su contrario. Hombre y mujer. Bueno y malo. Y la razón de ser del arte como manifestación que indaga en ese cosmos y en su inmensidad. La homosexualidad es solo un vehículo, de los muchos que utiliza Lorca, para contar. No es el tema principal. Otra de las cuestiones que se plantean en profundidad es el papel del espectador ante una obra de teatro o, lo que es igual, ante la realidad. Y allí nos mirábamos los que quedamos. Quietos, pensativos, abrumados, intentando comprender. Lorca no escatimó en marcar un camino, una actitud que, desgraciadamente, está a mucha distancia del que vivimos en la actualidad. Pep Tosar que recibe a los espectadores con su guitarra eléctrica, tocando algunos temas clásicos de jazz, defiende su papel con fuerza, con convicción, desde el momento en que deja a un lado el teclado (sí, también toca unos acordes). En realidad, todos, sin excepción, lo hacen del mismo modo. Tal vez algo condicionados con una puesta en escena que deja pocas alternativas, pero divirtiéndose y jugándose el tipo sin contemplaciones. Laia Durán destaca, en este sentido, sobre sus compañeros. En definitiva, una espléndida tarde de teatro. ~


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Literatura

La obra de Federico García Lorca se puede leer de muchas formas, tantas como emociones puede causar. Estas son cinco pequeñísimas reflexiones rescatadas al vuelo. De cinco personas distintas. Cinco formas de mirar un texto ‘Así pasen cinco años’

‘Romancero Sonámbulo ’

‘Bodas de sangre’

‘Poeta en Nueva York ’

‘Take this waltz ’

Lorca en el recuerdo

Verde emocionante

Lorca y las dos Españas

Lorca por el mundo

Leonard Cohen

Carlota Motemayor {Tras meses maullando como un gato herido, en la primavera de 1997 supe que el tiempo no era ni lineal ni absoluto. Que el desamor duele, pero no tanto como la muerte, nadie vuelve por mucho que uno se empeñe, siempre habrá un arlequín interior para recordar el auto engaño. Supe no esperar al que mal te quiere y que los ángeles no vienen a recibirte cuando todo se acaba. Aquel final de primavera, entendí que la muerte es parte de la vida. Y que puedo ser la más femenina sentada en una silla andaluza.

Rocío Muñoz {Romance Sonámbulo es uno de los poemas más característicos y sugerentes del Romancero Gitano, publicado por el autor en 1928 (Revista de Occidente). Cuenta la historia de amor y de la huida de un contrabandista que, malherido y perseguido por la autoridad, va en busca de su amada, una joven gitana a la que encuentra muerta antes de su propio desenlace final. Un drama al que artistas como Manzanita o Serrat pondrían voz y música años después contribuyendo a difundir ifundir el inmenso legado ado de Lorca. Una historia ia tan trágica que emociona. na.

Augusto F. Prieto {A Lorca le pegaron un tiro en el culo, por rojo y por maricón. Eso es lo más importante. No pudieron soportar que fuera un señorito. El matador es miserable y mezquino, la España oscura de Bernarda Alba, y las Bodas de sangre. Su muerte fue poesía, un símbolo y una premonición. Antes de morir escribió esto: «¡Ay que camino tan largo! ¡Ay que la muerte me espera!». En El público se quitó la máscara, sirvió de mucho. Su ejemplo nos obliga a luchar por los que viven sometidos a la pena de muerte.

Daniel González Irala {En su visita a la eterna ciudad de los rascacielos, Federico intentó sublime, sibilinamente, meterse en la cabeza de la población mayoritaria de Harlem. El verso largo (La aguja que mantiene presión…) me pone especialmente, en un tiempo (hoy) donde estas imágenes son fácilmente identificables en la población que vemos cada día por las calles, donde sigue existiendo el mismo racismo o blanquismo (de eso pudiera hablar el poema si es que los poemas hablasen) pero interiorizado en las costumbres diarias de cada uno de nosotros.

(…) GATO. Miau. NIÑO. Chissssss... GATO. Miauuu. NIÑO. Toma mi pañuelo blanco. Toma mi corona blanca. No llores más. GATO. Me duelen las heridas que los niños me hicieron en la espalda. NIÑO. También a mí me duele el corazón. GATO. ¿Por qué te duele, niño, di? NIÑO. Porque no anda. Ayer se me paró muy despacito, ruiseñor de mi cama. Mucho ruido, ¡si vieras!... Me pusieron con estas rosas frente a la ventana. GATO. ¿Y qué sentías tú? NIÑO. Pues yo sentía surtidores y abejas por la sala. Me ataron las dos manos, ¡muy mal hecho! Los niños por los vidrios me miraban y un hombre con martillo iba clavando estrellas de papel sobre mi caja. (Cruzando las manos.) No vinieron los ángeles. No, Gato. GATO. No me digas más gato. NIÑO. ¿No? GATO. Soy gata. (…)

Verde que te quiero verde verde viento verdes ramas el barco sobree la mar el caballo en la montaña. o te quiero verde. Verde, que yo ra en la cintura Con la sombra ella sueña en la baranda verdes carne,, pelo verde su cuerpo de fría plata.

MADRE.— Al agua se tiran las honradas, las limpias; ¡esa, no! Pero ya es mujer de mi hijo. Dos q hay yy bandos. Aquí ya dos bandos. (Entran todos.) Mi familia y la tuya. Salid todos de aquí. Limpiarse el polvo de los zapay j tos. Vamos a ayudar a mi hijo. g g (La gente se separa en dos grupos.) Porque tiene gente; que son sus primos del mar y todos los que llegan de tierra adentro. ¡Fuera de aquí! Por todos los caminos. Ha llegado otra vez la hora de la sangre. Dos bandos. Tú con el tuyo y yo con el mío. ¡Atrás! ¡Atrás!

(…) Odian la sombra del pájaro sobre el pleamar de la blanca mejilla y el conflicto de luz y viento en el salón de la nieve fría. Odian la flecha sin cuerpo, el pañuelo exacto de la despedida, La aguja que mantiene presión y rosa en el gramíneo rubor de la sonrisa Aman el azúl desierto, las vacilantes expresiones bovinas, la mentirosa luna de los polos la danza curva del agua g en la orilla. (…)

Francisco Hernanz {Leonard Cohen ha sido uno de los principales valedores de Lorca entre los muchos que, en el mundo, escuchamos su música y conocemos su biografía. Constantemente alude a la influencia del español en su escritura, versionándolo extraordinariamente con Take this waltz, e insistiendo una y otra vez en la enorme importancia que ha tenido en su vida. Y como metáfora de su admiración, poniéndole a su hija el nombre de Lorca, un nombre que en Canadá suena demasiado exótico aunque no completamente extraño. There’s a concert hall in Vienna Where your mouth had a thou thousand reviews There’s a bar where the boys have stopped talking They’ve been sentenced to death by the blues Ah, but who is it climbs to your picture With a garland of freshly cut tears? Take this waltz, take this waltz (…)

uiero cambiar Compadre quiero or tu casa mi caballo por mi montura por tu espejo mi cuchillo por tu manta. engo sangrando Compadre vengo erta de Cabra desde los Puerta y si yo fuera mocito este trato lo cerraba. o soy yo, Pero yo ya no ni mi casa es ya mi casa ir al menos dejadme subir hasta las altass barandas. uiero morir, Compadre, quiero te en mi cama. decentemente De acero, si puede ser, nas de holanda. con las sábanas onde está dime, Compadre donde sa niña amarga donde está esa cuantas vecess la esperé cuantas vecess la esperaba.

Apuntes mínimos sobre la obra de Lorca


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Teatro y música La obra escrita por José Manuel Mora y dirigida por Carlota Ferrer no cuenta nada nuevo aunque lo hacen muy bien. La novedad es cómo se dice

‘Los nadadores nocturnos’: en la charca Nirek Sabal {Pasa desde que Homero escribió La Ilíada y dejó todo dicho: tampoco es nada nuevo. La Ilíada habla de amor, de la guerra, de las venganzas, de la amistad, de la traición, del poder… todo dicho. A partir de entonces los autores no han hecho más que dar vueltas y más vueltas a lo mismo mientras aportan distintos puntos de vista, algo de originalidad y técnica que ha evolucionado con el paso del tiempo. Sobre un escenario rojo que nos lleva, casi inmediatamente, hasta territorios sensuales y apasionados, siete actores y actrices van a construir un mundo árido, hostil, imposible de asimilar; un mundo del que intentan escapar mientras pasan las noches nadando en la piscina y practican el sexo, formando un grupo sectario en el que lo radical ordena sus movimientos. Del mismo modo que bucean en la pileta lo hacen hacia sus propias bodegas que, como cabía esperar, están hasta los topes de miserias, de dolor, de violencia, de muerte, de aspiraciones suicidas. La dirección de Carlota Ferrer es contundente.

Hace que los personajes se muevan por el escenario con orden mientras dibujan coreografías que descubren esas zonas íntimas del personaje que a través del lenguaje no podríamos apreciar con tanta nitidez. Las interpelaciones al público parecen excesivas y están a punto de convertirse en un recurso fácil para que el espectador se involucre en la acción. Están a punto de abaratar de forma peligrosa el conjunto. Los discursos de los personajes parecen, al comenzar la obra, no tener una coherencia clara. Pero, pronto descubrimos que no es así. Si algo tiene bueno este trabajo es que las piezas del puzle encajan sin dificultad. Eso sí, el texto es algo pretencioso en su composición al utilizar un tono y un aliento más propio de una novela que de una obra de teatro; el exceso de discurso reflexivo, que tampoco aporta grandes cosas, queda algo artificial al no terminar de profundizar en ideas ya gastadas. En cualquier caso, los actores se dejan la piel sobre el escenario y convierten estos defectos en algo insignificante. Aunque todos están bien, hay

Los nadadores nocturnos se desarrolla sobre un escenario rojo para evocar el sexo, que continuamente practican los personajes de esta pieza que escarba en las miserias que llevan dentro los integrantes de un grupo sectario.

que señalar a Esther Ortega para decir que está estupenda. Es la que encarna al personaje más amplio en su psicología y lo hace con gracia cuando toca, con una profundidad interpretativa sobresaliente. La forma que tiene de pedir cariño, amor, un abrazo, lo que sea, a uno de los espectadores, es impagable. La obra es dura, nos arrastra has-

ta el abismo de todos. Sexo como guarida de la desazón, la maternidad entendida como la forma de vida feliz más facilona, la homosexualidad como condición y peligro, la coprofagia dibujada como mapa de una forma de vida, los complejos que nos destrozan la vida, la soledad; todo sobre las tablas para que cada uno se sirva. ~

Actuaciones paralelas a las representaciones de ópera en el Teatro Real de Madrid

Gran cantante y un violinista grande como un estibador N. S. {El Teatro Real de Madrid suele programar actividades paralelas a la ópera que se representa en cada momento. Ahora, en la capital de España se puede disfrutar de la magnífica Alcina de Georg Friedrich Händel y como complemento, Xavier Sabata actuó, el jueves día 5, en la Escuela Reina Sofía (Auditorio Sony) con la interpretación de Rinaldo, un monodrama para un solo cantante. Acompañaban al contratenor Markellos Chyssicos (clave) y un violinista con aspecto de estibador griego, Simos Papanas, que resultó ser un músico extraordinario. Sobre el escenario el espectador veía tres artistas y dos instrumentos, pero la sensación auditiva correspondía a la de estar frente a una orquesta completa. Las dos sonatas para violín que se pudieron escuchar resul-

Xavier Sabata y Simos Papanas. Foto: Javier del Real.

taron brillantísimas. Sabata, por su parte, dejó claro que es uno de los mejores contratenores de la actualidad. Cantó diferentes arias que corresponden a distintos personajes de la obra: Rinaldo, Eustazio y Goffedro. Una voz preciosa, perfectamente modulada. Delicioso el concierto en todos los aspectos posibles. La próxima actividad paralela será Concierto II, alrededor de Georg Friedrich Händel, mañana en la sala principal del Teatro Real, también como complemento a Alcina. No se tocan solo piezas de Händel, sino también de Haydn y Couperin. Y otra actividad paralela será la proyección de la película Un ballo in maschera (2008), que complementa la representación de la ópera Rigoletto, el 27 de diciembre en la sala principal del espacio madrileño. El Teatro Real ofrece proyecciones de producciones en alta definición de los últimos años. Un ballo in maschera es una ópera escrita por Giuseppe Verdi. En la versión de 2008 que se proyectará en el Teatro Real el director musical fue Jesús López Cobos y el director de escena Mario Martone. ~


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Teatro

es_aladar... Madrid. Cada verano en Birmingham se celebra el Be Festival, festival de las artes escénicas. Madrid, por su parte, tuvo el honor de presentar lo mejor de él: fue el ‘Best of Be Festival’, que el Teatro de la Abadía puso en cartel

La segunda de las obras pone en escena un divertido ‘performance’.

El actor recrea un partido de tenis con el público.

The Best… en español e inglés Florencia del Campo {Como en El túnel de Dürrenmatt, los pasajeros del tren de Locus Amoenus no saben que ese será su último viaje en tren. Van a morir. Un conejo cruzará las vías pensando en otra cosa, sin prestar atención, y será atropellado. Las vísceras penetrarán en el circuito eléctrico de la máquina, se producirá un desperfecto y el tren descarrilará. Mueren todos. Son tres: dos chicos y una chica. Mueren los tres. ¡Tranquilidad!, no os revelé nada. Esto es lo que se dice al principio de la obra, una pantalla lo anuncia. Tres personajes yendo hacia su destino final y no lo saben. Y un público que sí lo sabe. Ahora sí, la obra tras la introducción: el mismísimo viaje en tren. Esta es la propuesta de la compañía catalana Atresbandes, la que mereció el Primer Premio. La escenografía es muy sencilla, el sonido es muy bueno, las actuaciones están a la altura del galardón. Entre la comedia y la tragedia (es que van a morir, eso es terrible) la obra avanza sobre rieles. El uso del idioma inglés y español alternativamente, según qué personaje hable, está al servicio de la risa. El espectador se olvida de la tragedia hasta que la pantalla vuelve a contarnos (a recordarnos) el asunto del conejo, es decir, del accidente. Entonces sí, se reafirma su carácter tragicómico. Y vienen los merecidos aplausos.

La segunda propuesta, de origen irlandés, es The Whistle (Squarehead Productions). Al llegar a la sala, tras ser chequeada la entrada, el espectador debía escoger entre un cuadradito de papel rojo o azul. Aquí sabremos para qué sirven. Si te ha tocado el azul debes cerrar los ojos cuando escuches el silbato. Si te ha tocado el rojo debes abrirlos. Si tienes azul, los abres cuando no suena y los cierras cuando suena. Si rojo, al revés. Etcétera. Las instrucciones van cambiando. La propuesta de este espectáculo circense nos recuerda a formas audiovisuales como cortos cinematográficos o flip books: al abrir y cerrar los ojos, el efecto que se genera (gracias, también, al movimiento que el performer hace en el escenario) es casi idéntico a la técnica del montaje. Cortar y pegar, ordenar imágenes. La máquina que permite verlo no es, en este caso, un dispositivo reproductor sino los propios ojos del espectador en combinación con los movimientos estratégicos del actor-performer en escena. Una gran propuesta que se apoya, sobre todo, en la destreza del malabarismo casi como excusa para los movimientos y las acciones. Tras un rico intervalo, la tercera propuesta (que fue la que recibió el Premio del Público) nos prepara para la risa desbordante y para participar. El actor en escena, que es uno solo, no estará solo. Perma-

Primer Premio de la mano de la compañía Atresbandes.

nentemente saca a espectadores de sus butacas y se los lleva al escenario para, objetivo final, recrear un partido de tenis. La intención es jugar, no ya al tenis, sino jugar en el espacio escénico. Desafiar las nor-

Los tres mejores espectáculos del Be Festival de Birminghan en el Teatro de la Abadía

mas; romper absolutamente la cuarta pared; utilizar imágenes, cuerpo y objetos como elementos fundamentales de la experiencia; y procurar componer un collage. Con aspecto de aficionado a la meditación, envuelto en una toalla verde ridícula, sosteniendo un incienso en la mano, el inglés rubio de pelo largo (Jamie Wood) parte de la idea de un partido de tenis entre Björn Borg y John McEnroe para hacer otra forma de hacer teatro. Aunque en el Best of Be Festival las propuestas no se representan íntegramente sino que se reducen a una duración aproximada de media hora cada una (las versiones originales suelen estar más cerca de la hora completa de duración), todas se perciben como integrales. Y al conjunto, es decir, a la selección de lo mejor del festival de Birmingham, se le puede atribuir la noción gestaltíca fundamental de que «el todo es más que la suma de las partes». El todo es The Best, en español e inglés (y con subtítulos, no os aterréis). ~


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CARTAS A UNA DESCONOCIDA Francisco Hernanz Martos

Memoria, divino tesoro

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icen que la memoria es el único tesoro de los pobres. Y que aunque en ella esté presente su desgracia o su mala suerte, también en ella se acumulan las secuencias brillantes y amables de momentos afortunados. Pero, desengañémonos, la memoria solo es un cuatrero: te asalta con imágenes vergonzosas de tu pasado o te engaña haciéndote creer que existió un pasado feliz. Es una astuta cómplice de tu vida o una estúpida compañera de atraco, que retoca para bien o para mal tus creencias o tus decisiones. Lo mejor y lo peor es que nadie puede desahuciarte de ella. La memoria, además, como la belleza o la misma vida, termina perdiéndose con el tiempo. ¿Y la memoria del sabio? ¿También se perderá poco a poco? Un ejemplo: ¿qué recordará ese sabio que se ha pasado parte de la vida recogiendo las hojas que otro sabio iba descartando? Recordará solo que tenía hambre, por muy sabio que fuese. La vida tiene un ritmo y una sentencia para cada persona, y ambas componen y son parte del saldo de nuestra única cuenta corriente, la de la supervivencia. Este es el único camino del que somos dueños, una certidumbre que entendemos como propia, y sea publicable o quede en el más profundo de los secretos, da forma a nuestras ideas y a nuestras arrugas. Y la mejor medicina –cuando no hay nada glorioso o legítimo que recordar– es la mentira, la falsificación, el fraude o la exageración de los hechos pasados. ¿Y cual es la memoria del rico o del poderoso? Porque la riqueza y el poder son religiones eternas y reveladas, es preciso que quede claro que su suerte proviene de Dios o de una buena herencia por la gracia de Dios. En su catecismo hay muchos mandamientos, aunque por motivos de es-

La mejor medicina, cuando no hay nada glorioso que recordar, es la mentira pacio solo citaré el primero: serás clemente porque la clemencia es grande y hace sombra, y en ella se acurrucan ate-

rrados los que la necesitan. ¡Un buen prólogo y un gran argumento para su futura memoria de pez! Pero la sangre de la clemencia es la humillación, y la carne por donde corre no tiene tobillos vulnerables para la venganza de los menesterosos. Su memoria es circular, un bucle, una espiral en donde los siervos se afanan por complacerles a todas horas. Y que los demás corran, que no queda tiempo para más. En su selectiva singularidad, son una peligrosa antología donde quedan in-

dexados éxitos y medallas, pero nunca los cadáveres de los descalabros y los farolillos rojos, que siempre los hubo en su currículo. También que existen testigos y burladores, y resentidos para una revancha como ultimo eslabón del derecho al pataleo. Porque los pobres y los derrotados también tienen memoria e inventiva, y los excrementos que lanzan se quitan bastante mal de las semblanzas y las biografías. Y todos lo saben y lo recuerdan. ~

POEMA De un lado a otro: entre paredes y lino, asustados y a ciegas. La sombra se astilla en la luz, se alarga en la limosna que pide. Hoy nadie se para a mirarnos. Hoy las alas curiosas se agotan y vuelven al dibujo que nos burla, a la penitencia que nos perdona.

del joven valiente que afinaba con saliva y barniz la mina del lápiz. Por eso voy –y vas– de un lado a otro, sin medir el vuelo, sin sentir la fatiga y el apremio de las medias verdades, aprendiendo muy poco, qué importa, de las pequeñas escaramuzas ganadas a la noche y a los balcones peligrosos.

Pero somos, a pesar nuestro, la tinta de una partitura que no nos concierne, que no guarda ninguna riqueza, ningún hueco. Hay un polvo que cubre de otro color el blanco de esas hojas pautadas, un polvo que fue parte de la piel

Y así, al fin, poco queda: nunca un nombre, nunca la sangre que somos. Y, paso a paso, al encuentro de una grieta, de unas brasas sin luz o calor, pero lejos, nos buscamos en el infinito patio familiar de otras piedras, de otros parques, de otros niños.

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Ópera

es_aladar... Madrid. El Teatro Real de Madrid salda una deuda que llevaba pendiente demasiado tiempo. Se representa la ópera ‘Alcina’ de Georg Friedrich Händel. Obra barroca en la que el director de escena David Alden acierta Fotos: Javier del Real.

ALCINA

Las dos partes de un mismo escenario Gabriel Ramírez Lozano {Hay lugares en los que un atardecer te hace pensar en esa frontera entre la realidad y el sueño. Uno de ellos es la plaza de Oriente de Madrid. Un espectacular edificio, el Palacio Real, que parece haberse construido para que los cuentos de hadas tengan un lugar en el que reposar; los jardines en los que se mezclan personas pensativas, que van dando pasos con la cadencia de la luz artificial que llega formando las primeras sombras de cuatro hojas, y los niños que se niegan a regresar; veladores en los que los fumadores encontraron su refugio frío; y el Teatro Real de Madrid. Como ya es costumbre, la mayor parte de las butacas del teatro están ocupadas. Y como ya es costumbre en los descansos se quedan vacías definitivamente. No son muchos los que escapan de no sabemos qué, pero sí se notan los abandonos. Hace tiempo que pienso que, a algunos de los que acuden a disfrutar de la ópera, en realidad, no les gusta en exceso. Prefieren ir un rato y luego ir a cenar. Como Alcina de Georg Friedrich Händel (1685-1754) es una obra que casi alcanza las cuatro horas (se suman a los 190 minutos de partitura dos paradas de 20) hay que elegir entre ópera y cena. Una pena, porque la propuesta que encontramos sobre el escenario es muy interesante. Una obra como Alci-

na; que arrastra fama de ingobernable quebradero de cabeza para el director de escena; requiere de buenas ideas, de una dirección actoral solvente. David Alden resuelve el problema con destreza. Divide el escenario en dos territorios que marcan límites entre lo onírico y lo que llamamos realidad. Y, además, juega con un ingenioso panel lleno de puertas, que aparece y desaparece, para que las entradas y salidas de los personajes tengan sentido sin convertir el escenario en una locura, para que las repeticiones con las que Händel salpica la obra tomen un sentido último distinto dependiendo del lugar que ocupa el cantante. Se sirve Alden de apariciones de los actores por el mismísimo patio de butacas, por el foso, desde el fondo del escenario o desde los costados. Si añadimos los detalles de vestuario en los que un color nos arrastra hasta la frontera en la que un matiz nos explica el estado de un personaje o hace avanzar la acción y una iluminación cuidada y nada invasora, la propuesta es fantástica. En el foso, la Orquesta Titular del Teatro Real suena a barroco. Ya sé que esto es lo que toca, pero no siempre nos encontramos con un resultado tan limpio y tan convincente. El trabajo de Christopher Moulds es estupendo. Tal vez, y en contadas ocasiones, se podría esperar algo más de brío, pe-


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plenamente con su propuesta y en la que Christopher Moulds, director musical, entrega un trabajo exquisito. Cuatro horas de espectáculo muy recomendable para cualquier aficionado

Por Florencia del Campo

Sensaciones

Y

ro el conjunto es magnífico. Cuatro músicos participan en el escenario en tres momentos determinados. Y los cuatro suenan fabulosos. En especial, Victor Ardelean, que con su violín logra hilvanar un momento especialmente bello. Todos los cantantes se mueven por el escenario sabiendo qué hacer en cada momento. La dirección es impecable. Karina Gauvin matiza lo que es su personaje más moviéndose y dejándose ver que con la voz. Correcta aunque fría en exceso, sin conseguir emocionar del todo. Anna Christy encarna el personaje de Morgana: divertidísima y cargando con un trajín sobre el escenario importante por lo que, tal vez, descuida la voz en algunos agudos. Sonia Prina es la que menos luce en su papel de Bradamante; algo forzada en todos los aspectos. Justo al contrario que Erika Escribà, Oberto, que se muestra cómoda e interpreta su papel de maravilla. He dejado para el final a Christine Rice porque está francamente bien. Poderosa con la exigencia vocal y logrando lo mejor de la noche al moverse sobre las tablas. A medida que avanza la obra, todo va a más. Y el final que nos encontramos resulta evocador. Intranquiliza esa forma de presentar un final en el que el personaje de Ruggiero se logra deshacer de Alcina. Lejos de poder sentir la misma felicidad que él debería estar disfrutando (no es así) nos vemos sometidos a nuestra propia rutina emocional, a una especie de nostalgia que nos hace regresar, una y otra vez, a nuestros deseos aunque nunca se cumplan. Los que se fueron a cenar perdieron la oportunidad de disfrutar de un momento que redondeaba todo el trabajo anterior. Al salir del teatro la noche se acompaña de un frío ligero, de esos que susurran que aún está por llegar con toda su fuerza. El escenario es el mismo aunque la música de Händel resuena para convertirlo en una parte del escenario. Cada cual debe elegir lo que prefiere experimentar. ~

Argumento Ruggiero ha olvidado a su amada Bradamante. Alcina le embrujó y le obliga a vivir junto a ella. Cada amante de Alcina, una vez que deja de interesarle, es convertido en una fiera, en una roca o una planta. Bradamante, disfrazada, llega a la isla para liberar a Ruggiero. Le acompaña su tutor Melisso. Morgana, hermana de Alcina, se enamora de Ricciardo (Bradamante disfrazada). Oronte, general de Alcina, está enamorado de Morgana y se venga mintiendo. Le dice a Ruggiero que Alcina ama a Ricciardo. Alcina quiere calmar a Ruggiero y promete convertir a Ricciardo en una

bestia. Melisso logra que se rompa el embrujo de Ruggiero al entregarle un anillo con poderes. Pero no hay manera: Bradamante confiesa quien es y Ruggiero ve en ella un fantasma que Alcina ha hecho aparecer. Por su parte, Alcina descubre que Bradamante se escapará junto a su amado aunque no puede hacer nada. Oronte y Morgana hacen las paces. Alcina sufre un ataque de odio tan grande como el amor que siente por Ruggiero. Finalmente, Ruggiero logra romper la urna que encierra la fuente de poder de Alcina y libera a los amantes que habían sido metamorfoseados.

a es de noche a las 19.45 en Madrid, estoy frente a las puertas del Teatro Real, a punto de entrar. A las 20.00 horas comenzará un viaje. Cuando salga del teatro, a las 23.50 horas, seguirá siendo de noche, noche profunda, casi media noche. ¿Será la misma noche? Me acomodo en la fila 5 del patio de butacas. Quedan todavía 10 minutos hasta que comience la ópera. Alzo la mirada: veo la lámpara. Me parece una galaxia entera. De pronto, el viaje puede que sea espacial, que me saque de la Tierra. Una voz en altoparlante me arranca de la alucinación intergaláctica, me dice (a mí, sí, me siento el centro de todo esto) que desconecte el móvil. Lo pongo en modo avión (y si hubiera modo cohete claro que lo pondría en ese) y entonces se conecta lo único que merece la pena que esté conectado esta noche. Empieza la música. Comenzó el viaje. Cierro los ojos, los abro, los cierro, estoy vibrando. Yo no me desconecto. Qué bien, soy un ser humano. Y desde el fondo del patio de butacas avanzan, guiados por una luz de linterna, los seres que habitan esta nueva realidad. Hago el pacto enseguida. Quiero conocer a Alcina, quiero viajar. Son actores, pero lo olvido, pasan entre las butacas; llegan al escenario, es escenografía, pero lo olvido. Es Händel, es Alcina. Entonces sucede algo mágico: a la exultante experiencia auditiva se suma una maravilla visual. Un juego de luces y sombras abre la trama. Los cuerpos quedan pequeños, casi insignificantes, frente a las sombras que proyectan sobre un decorado blanco de puertas que se abren y se cierran. Es música y son siluetas negras en figuras y movimientos constantes. Qué bien, estoy vibrando, soy un ser humano. Los seres humanos de Alcina, en cambio, dejan de ser humanos. Se convierten en fieras, Alcina los hechiza, y el escenario, ya sin superficies blancas, se completa con una coreografía en trajes peludos y máscaras felinas. Son casi las 12 de la noche. Salgo al exterior. Brilla la luna y el Palacio Real. Es noche de Halloween. La gente está transformada, como en Alcina. No son seres humanos comunes. Hoy son muertos vivientes, la mayoría. Y yo no. Yo no me disfrazo. Para mí suficiente: hice un viaje donde había fieras, estuve allí con Alcina. ¿Será la misma noche, ahora, tras la ópera? Supongo que no. Las experiencias fuertes cambian las cosas para hacer que dejen de ser lo mismo que eran. Me miro por las dudas: vale, todo en orden, soy un ser humano, estoy viva. ~


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El Correo de Andalucía Sábado, 7 de noviembre de 2015

Manga

Sobrevivientes a las amenazas de Halloween continuamos con la serie sobre manga japonés, y prolongamos el número de la pasada semana sobre los señores de la noche, inmortales bebedores de sangre, con otro estudio singular. Augusto F. Prieto {La repercusión del mito dracúleo se debe a la complejidad de su carácter, una mezcla de dominación, refinamiento, cierto desvalimiento, bastante perversión sexual y un gran prestigio. Además aparece esa naturaleza salvaje, demoníaca, a medio camino entre lo humano y lo inmortal, cercana al bestialismo. Su capacidad generadora lo convierte en un demiurgo. Son rasgos profundamente insertados en la psique humana, en esa difusa frontera subconsciente trazada entre el miedo y el deseo. Esto hace que el cómic japonés potencie esos rasgos en la creación de tramas diferentes cuyos motores son el humor, la seducción, o el terror. En Vampire Crisis se utiliza la atracción perversa, en una trama romántica que se inicia con hechicería. Hisoka convoca por error al vampiro Rainford, cuando lo que pretende es vengarse de su novio que la acaba de abandonar. En Vassalord se exploran las relaciones homoéroticas dentro de una historia de cazadores de vampiros dirigida a un público femenino adulto. Bastante más intenso es el asunto de Virgin Blood, basado en una relación pseudoincestuosa entre una niña y su joven padre adoptivo, que la inicia en la vida bebiéndose su sangre. En Vampire Knight los vampiros son hermosos, poderosos y un poco gais. Su autora es Matsuri Hino y la historia se desarrolla en una elitista academia en la que los alumnos nocturnos son nosferatus. Blood, the Last Vampire es la secuela de un anime; tiene sexo, desnudos, moteros juveniles, lesbianismo, y parece inspirada en la Carmilla de Sheridan Le Fanu; es un manga con poco diálogo, basado en el impacto de la imagen y la recreación de batallas. Otra vampiresa interesante es Mina Tepes, rol principal en Dance in the Vampire Bund, que intenta construir un mundo en el que los humanos y los vampiros puedan convivir en paz. Está escrito y dibujado por Nozomu Tamaki. El conflicto entre sí y no vivientes existe también en Servamp. El título de Midnight Secretary revela claramente las habilidades e intenciones de Kaya Satozuka al enterarse de la verdadera personalidad de su atractivo jefe, con el que se desliza en una desquiciada relación de atracción-repulsión. La existencia de muertos en vida, necesitados de la sangre de los humanos para resistir y perpetuarse, no fue conocida en la mitología japonesa con forma semejante a lo que entendemos en Occidente como vampiros, aunque existan algunas clases de yokai que presenten parciales similitudes. Así que su presencia en el manga es consecuencia de la difusión del cine y la

Vampiros un as en el manga Sangre fresca El último grito de Japón es el yaeba, la implantación cosmética de dientes de vampiro. Se considera que hacen la sonrisa más sexy, sobre todo en las mujeres. Esa buscada imperfección es lo que acerca a las chicas a la imagen inconformista de sus ídolos favoritos, aunque el símbolo sexual es innegable, y la repercusión del manga sobre esta moda no debe ser pasada por alto. Jo Jo’s Bizarre Adventure, creado por Hirohiko Araki en una de las más famosas revistas para muchachas de Japón –Shonen Jump– está impregnada de cultura rockera y dividida en arcos de acción, cada uno de los cuales tiene diferentes personajes y desarrollos; la inmortalidad vampírica es el pretexto para unos argumentos variados, complejos, que mezclan hábilmente diversos mundos de fantasía. Blood+ forma parte de un complejo multiverso de

manga y anime con tres líneas diferentes de historias dibujadas. Su protagonista es una adolescente amnésica que se descubre como la única persona capaz de derrotar a los vampiros después de que uno de ellos intente atacarla. Sus historias, dibujadas por tres mangakas diferentes, se sitúan en distintos lugares y épocas, como la Rusia zarista o el Hong Kong de los 90. Rosario + Vampire es gótico, y sucede en una escuela donde todo es sobrenatural, menos los deseos de su protagonista. Karim es una adolescente que vive discriminada por sus padres por no ser una vampiresa normal, un estudio de los problemas identitarios de los teenagers proyectados en la ficción de esta chica que no necesita beber sangre, tolera el sol y detesta la obscuridad, a la vez que inyecta a los humanos su superproducción de glóbulos rojos. Rarezas.

Publicidad de un establecimiento en Tokio Ginza donde hacen yaeba.

literatura occidentales, de la importación de los vampiros chinos, jiang shi, así como de la permeabilidad de la cultura nipona, siempre ávida de novedades monstruosas. Moto Hagio es el precursor de estas historias en el archipiélago nipón, con el relato de los avatares de dos jóvenes veinteañeros desde el siglo XVIII hasta nuestros días titulado Poe no Ichizoku, un clásico de atmósfera gótica, influenciado por los cuentos del gran maestro de lo macabro, de quien adquieren los personajes sus nombres propios, Edgar Portsnell y Allan Twilight. Presenta similitudes notables con la obra de la escritora americana Anne Rice, con temas como el amor, la muerte y la inmortalidad. Fue publicado en los años 70 del pasado siglo en coincidencia, por ejemplo, con Entrevista con el vampiro. La acción arranca en el alba de los tiempos en Vampire Master Dark Crimsom, una serie fantástica, dedicada a los adultos y con cierto contenido erótico. Un poco más oscuro es el trasfondo de Vampire Princess Miyu, donde los shinmas se alimentan de la desesperación, el odio, y el dolor de los seres humanos. Vampire Hunter D está inspirada en una serie de novelas de Hideyuki Kikuchi y juega con lo apocalíptico, un tema clási-


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Manga

Intentamos arañar los maderos podridos del ataúd del célebre conde, y buscamos los motivos de su persistencia y su atractivo. Identificamos lugares comunes en ambos extremos del mundo y lo que singulariza a las islas japonesas Los no muertos necesitados de sangre para perpetuarse no existen en la tradición japonesa Viñetas con los atractivos protagonistas de Vassalord, la descocada Mina Tepes (Dance in the Vampire Bund), y un rostro de Hellsing.

co -como hemos visto ya- en todos los géneros manga, en un argumento basado en la aventura y el misterio, e inspirado en la genealogía de Drácula. Hellsing, de Kota Hirano, es una conspiración para dominar el mundo, sus claves son esotéricas, sus tramas agitadas y violentas. En pocos asuntos como en este vemos plasmada la sensibilidad, la imaginación, la libertad, y el poder de transgresión de los dibujantes japoneses, capaces de reinterpretar un tema ajeno a su cultura y proyectarlo indefinidamente, sacándole colmillo a todas sus aristas. El manga vampírico es un subgénero transversal, adaptado a todos los segmentos de edad, y con presencia en numerosos nichos, preferentemente los de aventuras, romance, horror, erotismo, y fantasía; justamente las cualidades a que nos referíamos al estudiar la multiplicidad de rasgos de uno de los personajes de ficción más trascendentes de la historia de la ficción, que se caracteriza, curiosamente, por su juventud eterna, además de por el hecho de que su-

cesivos creadores, desde el cine y la literatura principalmente, han ido infundiendo en él sangre nueva, modernizándolo. The Record of a Fallen Vampire tiene un trasfondo caballeresco, dentro de una saga clásica de inmortalidad, donde también aparecen seres híbridos, o dhampires. Los vampiros subyugan un planeta habitado solamente por niños en Seraph of the End. Los chupadores de sangre se evaden de sus dominios europeos y viajan a Oriente en Tsukuyomi Moon Phase. Hermanos y vampiros, esos son los Black Blood Brothers, empáticos con los humanos, por quienes son –sin embargo– atacados. Blood Alone es una love story entre un excazador de vampiros convertido en detective privado y escritor y su joven novia recién vampirizada. En Blood Hound los espectros se reúnen en un club nocturno; mientras que en Blood Lad, el protagonista es un otaku, obsesionado con el mundo de los humanos. Blood Sucker se desliza en lo gore; y en Bloody Kiss vemos a una adolescente reprimida y cachonda que tiene problemas para ser succionada. Hay otras tramas para niñatos en Canon. El extraño compañero de clase de Jitsu wa Watashi wa tiene alas de murciélago. Comedia y romance se mezclan en Bara tu Juudan, vampiresa por sorpresa, enfocada al mundo de los colegiales. Profundizando en la comedia, Vampire Doll sucede en la actualidad, pero con un perfume ocultista; el aristocrático chupador GuiltNa-Zan se reencarna en una linda muñequita y esto dará lugar a las más rocambolescas situaciones. También se mezcla lo cómico con una línea romántica en Tsukuyomi: Moon Phase, que transcurre en un castillo en Alemania. Los lectores interesados deben saber que la producción se multiplica exponencialmente en formatos filmados, animados, sonoros, o digitales, porque los vampiros tienen mucho éxito. Algunos manga no son originales, sino que vienen de populares relatos ilustrados, como Trinity Blood; otros de videojuegos de contenido eroge –un género que incluye pornografía y violaciones– como Tsukihime; o de novelas visuales para PC, como Fortune Arterial, que admiten desarrollos a la carta. El gatito vampirizado de Nyanpire ha dado lugar a una exitosa serie de dibujos animados que mezcla lo pícaro y lo tierno –kawai– y está dedicado a un público infantil. ~


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Arte

es_aladar... Sevilla. Hasta el 13 de noviembre, el espacio El Butrón acoge ‘Idiosincrasia sevillana’ y otras mitologías, exposición comisariada por Patricia Bueno del Río que ahonda en la relación de la vanguardia artística con las tradiciones de la capital hispalense David Mayo {En tiempos de separatismos autonómicos muchos nos interrogamos sobre qué significa la identidad territorial, o, más íntimamente, sobre qué nos hace pertenecer a un lugar. Sevilla, como cualquier otra ciudad, posee unas señas de identidad propias y casi intransferibles, y si bien muchas de ellas se han convertido en santo y seña del andalucismo e incluso la hispanidad, me atrevería a decir que la asociación entre el ciudadano de a pie y las costumbres y rincones de la capital andaluza es posiblemente más intensa que en cualquier otro lugar de nuestra geografía. Sin necesidad de enarbolar banderas independentistas, Sevilla es el único lugar posible para muchos de sus habitantes, hermética al intrusismo exterior e inmersa en el perpetuo disfrute y regodeo de su propia tradición cultural y folclórica; es una ciudad en la que pasado, presente y futuro, confluyen bajo una misma idiosincrasia, la de un culto entre lo religioso y lo profano, guasón y emocionalmente sentido al mismo tiempo, hacia su propia mitología, dejando pocos espacios para una mirada renovada y refrescante sobre la misma. Todo esto hace especialmente interesante Idiosincrasia sevillana y otras mitologías, exposición comisariada por Patricia Bueno del Río para el espacio El Butrón. Una muestra que afronta el encuentro de la creación contemporánea con la tradición sevillana desde diversos ángulos, creando vasos comunicantes y dejando bien claro, por si aún no lo sabíamos, que las particularidades e imaginerías de esta ciudad calan hondo en todos sus agentes, incluso en aquellos mas críticos con ella. Sevilla se configura como un espacio vital que incuba la creatividad en sus propios términos, dotándola de originalidad y autenticidad. El recorrido expositivo nos acerca a la tradición en sus aspectos más populares y arraigados, desde la Semana Santa y sus imágenes, presentes en la revisión de Valdés Leal que realiza María José Gallardo (Badajoz, 1978) o el impagable dibujo a sanguina de Ignacio Tovar, irónica y divertidamente acertado en la re-representación de una Virgen cofrade; a la tauromaquia, con un video de José Antonio Reyes (Olivares, 1976) que muestra una dramática cogida en la que el torero sale despedido sin la presencia de su partenaire animal, borrado digitalmente de la faena. También hay lugar en la muestra para una Sevilla menos

Sevilla bajo el microscopio contemporáneo

Dibujo de Ignacio Tovar.

estereotipada, cercana al underground que tantas alegrías nos ha dado. La chica rapada y de actitud punk que protagoniza la portada de Take no Prisioners, álbum de Lou Reed, es plagio no recono-

cido hasta hace poco de un original que el artista Nazario (Castilleja del Campo, 1944) realizó para la portada de número cuatro de Rock Cómix, dedicado precisamente a The Velvet Underground y el pro-

pio Reed. Con estos nombres en liza podemos decir que uno de los aciertos de la exposición es el encuentro de distintas generaciones de artistas, dejando claro que se trata de un asunto atemporal: junto a la pintura festiva y colorida de Patricio Cabrera (Gines, 1958) o unos dibujos de Ocaña (Cantillana, 1947-1983) pertenecientes a la serie Viaje al final de la tierra que redescubre en Galicia sus humildes orígenes Cantillanenses, la exposición nos ofrece el regalo de escudriñar entre los nombres protagonistas de un viejo cartel de cine X hasta encontrar a los gamberros perpetradores del mismo, la Richard Channin Foundation, colectivo surgido en Sevilla en 1999 y formado por Miki Leal, Fernando Clemente y Juan del Junco, posiblemente lo más recordado de la escena artística sevillana en la década pasada. Siguiendo por el recorrido generacional encontramos piezas de Antonio Barahona (Sevilla, 1984) y José Miguel Pereñiguez, (Sevilla, 1977) y los dibujos de cocodrilos (si, cocodrilos, tan sevillanos como el que cuelga de ese símbolo mayestático que es La Catedral) de Susana Ibáñez (Sevilla, 1981), llegando a creadores aún más jóvenes, recién salidos de la facultad de Bellas artes aunque no por ello menos interesantes, como Manuel Zapata (Sevilla, 1991) cuyo trabajo se relaciona habitualmente con su propio entorno y memoria y, sobretodo, María Alcaide (Aracena, 1992), cuya obra Ajuar, atrevida y punk en su presentación aunque sutil y delicada en su riqueza de significados, se relaciona de forma divertida con el ‘paisaje’ sevillano y presenta a la joven como un valor a seguir de cerca. Idiosincrasia sevillana y otras mitologías tiende líneas, evidentes en ocasiones, más sutiles en otras, entre la creación de vanguardia y el arraigo folclórico sevillano. Líneas que se distribuyen entre los nombres propios que significaron y significan algo en la creación contemporánea de la ciudad y el acercamiento de los propios artistas a una mitología local con la que han crecido. Un acercamiento multifacético no solo en la heterogeneidad de creadores, técnicas o formatos, sino en intenciones que van desde lo irónico y sarcástico hasta lo íntimo o crítico, llegando incluso a un respeto en absoluto provocado por la conformidad, sino por una autentica simbiosis que los artistas experimentan con la particularidades que hacen de su entorno un lugar único. ~

Coordinador: Gabriel Ramírez Lozano. Colaboradores: Augusto F. Prieto, Florencia del Campo, Daniel González Irala, David Mayo, Suplemento cultural editado por

Mara Sanz Gaite, María Eugenia Guzmán, Gracia Elena Miranda Balbuena, Paulo García Conde, Emma Camarero, Óscar Gómez, Carlota Montemayor, Carlos Serrato, Pablo Navarro, Horacio Raya, Lola Montiel, Elisa Pelayo y Francisco Hernanz Martos.


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