Sábado, 12 de diciembre de 2015 Nº 75 @aladar_cultura
DJANGO REINHARDT
El genio europeo Repaso a la oferta cultural de CaixaForum
La nueva entrega de la Historia del Jazz recorre los años 30
Todas las recomendaciones literarias de ‘Escrito para...’
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Suplemento cultural
El Correo de Andalucía Sábado, 12 de diciembre de 2015
Arte La escapada cultural en estos días inminentes de ocio nos obliga a seleccionar y elegir. Frente a las exposiciones masivas de los grandes museos, hay centros culturales con interesantes propuestas que pueden agradar a los más jóvenes.
Eterno femenino La emancipación de la mujer comienza con el reconocimiento de su papel imprescindible. Roma dio ese primer paso. Con ninguna cultura nos sentimos tan reconocidos como con ese referente, piedra angular de nuestra construcción social
La muestra traza un recorrido exhaustivo y propone una mirada poliédrica sobre las imágenes asociadas al mundo femenino en esa antigua civilización.
Augusto F. Prieto {CaixaForum presenta en Madrid una exposición sobre la imagen de la mujer en la antigua Roma. Es una ocasión excepcional para ver piezas selectas del parisino museo del Louvre, muchas de las cuales pueden pasar desapercibidas en la sede original, opacadas por obras mayores, eludidas por las molestias del turismo de masas, por cansancio, o simplemente olvidadas en los fondos sin exhibir. Desde el umbral nos sorprenden los retratos que abren la exhibición, y lo hacen por su modernidad, se diría que representaran a la mujer del siglo XXI, anónimas, refinadas, bellísimas; son bustos en los que destaca la atención en el peinado por el que se suelen datar las esculturas, gozan de esa carnación a la que solo el mármol puro es capaz de acercarse. Roma puso a la mujer en el mundo, y aun cuando la limitó a sus funciones de madre o esposa,
las féminas utilizarán su poder generador, como si de un troyano se tratara, para crecer en la sociedad. Se establece un recorrido en las salas por la presencia de la mujer en lo doméstico, lo seductor, o en lo sagrado, que avanza con las diosas y las magas, y se cierra con monstruos e hibridaciones. Los mármoles Borghese triunfan por su belleza en las salas de edificio de Herzog & Meuron, están Las tres gracias, la Victoria tauróctona, y la Flora, entre otros; formaron parte del patrimonio de la casa nobiliaria desde el Renacimiento, y fueron forzosamente vendidos por el príncipe Camillo, esposo de Paulina Bonaparte a su hermano el emperador; fue la «imborrable vergüenza» que declaró Canova. Destacan los retratos de El Fayum, es una oportunidad para verlos en España donde no existe ninguno en una colección pública, y uno de los tres que se presentan es importante. Son máscaras mortuorias del Egipto romano, altamente realistas, consideradas como los mejores ejemplos de pintura sobre tabla, y también los primeros retratos privados, de los que se deriva toda la tradición bizantina y occidental. También las reproducciones de los frescos de la casa de Livia Augusta en el Palatino son interesantes. Pero lo más memorable de la
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CaixaForum ofrece dos alternativas en este sentido. Por un lado, una exposición sobre la imagen de la mujer en la antigua Roma. Por otro, un acercamiento a la obra del arquitecto Alvar Aalto Una ocasión excepcional para ver piezas selectas del parisino museo del Louvre
Retrato de mujer, mediados del siglo II d-C. Pintura sobre tabla.
muestra son –sin duda– las terracotas de la Colección Campana. Giampietro Campana, marqués de Cavelli, fue el principal coleccionista de arte del siglo XIX, reputado por la calidad de los objetos que atesoraba, la mayor parte de los cuales pasaron al estado francés por voluntad expresa de Napoleón III, tras la quiebra financiera del aristócrata y la dispersión de su legado por Europa, más de doce mil cuadros y objetos suntuarios. Los relieves, aunque exageradamente reconstruidos y retocados, son muy hermosos. Parte de la exposición está dedicada a la Casa de los Misterios de Pompeya, y en concreto a la imagen femenina en la iconografía de ese yacimiento arqueológico. La vida doméstica aparece en la antigua Roma bajo la tutela de la mujer, que por primera vez goza de la dignidad de su marido, comparte con él la dirección de la educación de los hijos y la instrucción de los esclavos, conociéndose casos de emprendedoras y gestoras de patrimonios, además de destacadas socialites. Livia Drusila, esposa de Augusto, suele ser considerada como el paradigma de la instrumentalización del poder; Calpurnia Pisón, la de Julio César, de las virtudes de la mujer romana; mientras Lucrecia es modelo de coraje y honestidad. Las introducciones a cada una de las áreas temáticas son excelentes, además la institución ofrece visitas comentadas, y complementa el evento con pertinente documentación a la venta en la librería de la planta baja. ~ Mujeres de Roma. Seductoras, maternales, excesivas. CaixaForum Madrid Del 4 de noviembre de 2015 al 14 de febrero de 2016
Arquitectura orgánica, arte y diseño, una amplia panorámica de la vida y la producción de Alvar Aalto.
Imprescindible Alvar Aalto Augusto F. Prieto {No estuve en Finlandia, así que nunca he tenido la oportunidad de estar en alguna obra del arquitecto Alvar Aalto, sin embargo todo lo que veo en la muestra de Madrid me provoca el increíble efecto de haberlo visto antes. Seguro que a muchos lectores les ocurrirá lo mismo. Porque la inspiración del artista ha desbordado sobre el siglo XX hasta hoy. Alvar Aalto sentó los fundamentos del diseño industrial aplicado a la vida cotidiana y proclamó el racionalismo. Sus edificios –y el mobiliario creado por su taller– se caracterizan por la ergonomía, la funcionalidad, el realismo en el uso de los materiales, en la obviedad de su destino doméstico. La escala de sus creaciones es humana. Es considerado un maestro por todas las generaciones que le sucedie-
ron, impresionó su presentación en España donde despertó el interés por el Movimiento Moderno. Sus creaciones se caracterizan por la herencia clásica, la influencia del romanticismo, y la adecuación con el paisaje natural o la escenografía urbana. Sentó las bases de la simplicidad nórdica y fue un precursor en la industrialización de sus prototipos. Algunos de sus vidrios, biombos, o asientos son
considerados claves para comprender la evolución del espacio social. La exposición se anima con maquetas, audiovisuales, proyecciones, y se consolida con fotografías en gran formato de sus grandes trabajos, como el Sanatorio antituberculoso Paimio, de Turku; o la Biblioteca de Vipuri en Carelia. Hay numerosos planos y bocetos, además de una ludoteca para que los más pequeños puedan jugar a develar lo orgánico de la arquitectura, siguiendo los patrones de la serie Fibonacci. ~ Alvar Aalto 1898-1976. Arquitectura orgánica, arte y diseño CaixaForum Madrid Del 1 de octubre de 2015 al 8 de enero de 2016
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Música El accidente que sufrió Django Reinhardt en su caravana, en el que perdió gran movilidad de cuatro dedos de su mano izquierda; su encuentro con Stephane Grappelli, la II Guerra Mundial y los constantes altibajos en su vida privada,
HISTORIA DEL JAZZ (XVII)
Django junto a Ellington.
Django Reinhardt: El genio gitano del jazz (II) Gabriel Ramírez Lozano {Una noche, cuando Django tenía 18 años, regresó a su carreta en taxi. Este era un gasto astronómico para cualquiera de los que vivían a su alrededor. Olvidó su banjo en el asiento y entró en la caravana. Allí se acumulaba un buen número de flores artificiales. Bella, su esposa, había permitido a un pariente que las guardase hasta el día siguiente. En aquella época el material con el que se fabricaba ese tipo de flores era peligrosamente inflamable. De hecho, un descuido de Django con una vela (es la versión conocida más pausible) provocó un incendio. Logró sacar a su mujer de la carreta. Sus heridas fueron graves aunque no tanto como las del guitarrista. Su pierna derecha quedó muy dañada y su mano izquierda peor todavía (ya adelantamos en el número anterior que perdió un porcentaje de movilidad en sus dedos que, en cualquier otro caso, hubiera significado dejar de tocar un instrumento). Tuvo que pasar año y medio ingresado en un hospital. Y, en algún momento, su hermano le llevó una guitarra que nunca abandonaría. Una vez recuperado hasta donde fue posible, Django Reinhardt comenzó a tener los primeros contactos con el jazz. La música de Louis Armstrong y de Duke Ellington supusieron lo que él consideró qué significa encontrar eso que solo era capaz de escuchar en la música clásica. La precisión con la que los músicos de jazz eran capaces de hacer música y un revestimiento modal casi perfecto, le causaron una impresión muy profunda. En el París de los años 30, el jazz era la gran revolución musical. Django escuchaba a todos los músicos que llegaban a la ciudad. Uno de ellos fue el saxofonista André Ekyan. Y en uno de sus conciertos se produjo el encuentro de Django que sería su acompañante durante años. El violinista Stephane Grappelli y Reinhardt serían los máximos exponentes del jazz europeo hasta que estallara la II Guerra Mundial. Grappelli contaba cómo fue ese primer encuentro: «Se me rompió una cuerda y fui a cambiarla detrás del telón. Django estaba allí con su guitarra y nos pusimos a tocar. Nos sorprendimos mutuamente. A
partir de entonces aprovechábamos cualquier descanso para tocar juntos. Al dúo inicial se sumó Joseph Reinhardt, y la fórmula de violín, guitarra rítmica y guitarra solista empezó a funcionar». Sería injusto no decir que antes Joe Venuti y Eddie Lang ya habían explotado esta combinación aunque sin el éxito de Django y Grappelli. El año 1934 Reinhardt tocaba con Grapelli, Ekyan, D’Hellemes y Erner. La voz la ponía Jan Sablon. Y muy poco después, ese mismo año, fundó el que sería su grupo más famoso y el que le aportó una gran fama: el Quinteto del Hot Club de Francia. Junto a los ya inseparables Django y Grappelli, aparecieron su hermano Nin Nin, otro guitarrista llamado Roger Chaput y el bajista Louis Vola. Este quinteto era lo mejor que tenía Europa en ese momento. El swing de la banda era excepcional y los solos de Django, improvisando a velocidades imposibles para otros músicos, resultaban contundentes e inigualables. Los primero temas importantes que se grabaron son Dinah (1934) y Djangology (1935). El 1 de octubre de 1940, el Quinteto del Hot Club de Francia grabó Nuages, un hit extraordinario que se convirtió en un estándar del jazz europeo con gran rapidez. Grappelli dijo, mucho tiempo depués: «Decidíamos el repertorio en el momento y los arreglos se improvisaban sobre la marcha. Lo único que hacíamos era jazz con aroma de música de cámara». Pero llegó la guerra y todo se vino abajo. Entre los hábitos desastrosos de Reinhardt y los malos golpes de fortuna, la vida del guitarrista siempre estaba revuelta y envuelta en tragedias de todo tipo. La banda se encontraba en Londres cuando los alemanes invaden Polonia y comienzan a atacar el resto de países que tienen cerca. Grappelli decide quedarse en Inglaterra y el resto de componentes del quinteto regresan a Francia. Los gitanos fueron perseguidos fe-
Fue capaz de sobrevivir al nazismo gracias a su genialidad
La anécdota MÚSICA EN LA MEMORIA En un concierto en el que los invitados eran Andrés Segovia y Django Reinhardt sucedió algo bastante habitual si el guitarrista manouche estaba presente. Django llegó tarde y, además, había olvidado su guitarra. Le pidió prestado su instrumento al maestro Segovia y este se lo negó. Alguien fue a buscar repuesto en un taxi y regresó con una guitarra bastante mediocre. Django se conformó y comenzó a tocar como si allí no hubiera pasado nada. Al finalizar, Andrés Segovia se acercó a Reinhardt para felicitarle por su música y para saber dónde podría encontrar un disco. Django comenzó a reir y confeso que no era posible encontrar nada similar; todo había sido una improvisación y nunca más se escucharía esa música. Entre otras cosas porque él no sabía escribir ni leer y estaba obligado a llevar la música en la memoria.
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marcaron la trayectoria profesional del músico de jazz europeo más importante de la historia. Django dejó alrededor de 250 grabaciones y un ejército de seguidores e imitadores tras su muerte Los protagonistas Stephane Grappelli.
rozmente por los nazis y muchos de ellos fueron detenidos, asesinados o enviados a campos de exterminio. Django logró que un funcionario le protegiese y pudo seguir haciendo música. Parece ser que fue invitado a actuar ante HItler y que decidió no asistir por lo que los problemas llegaron rápido. Al pedir asilo en Suiza se le denegó por no ser ni negro ni judío. La paradoja era que el guitarrista podía seguir vivo e interpretando gracias a la ayuda de un nazi y, a la vez, se iba convirtiendo en un mito para la resistencia francesa. Se ha especulado mucho sobre lo que ocurrió realmente, pero lo cierto es que un guitarrista gitano fue capaz de sobrevivir gracias a su genialidad. Christian Escoudé firmó un disco maravilloso dedicado a la gran ma-
sacre de gitanos llevada a cabo por los nazis: A suite for gypsies. Durante los años en los que Grappelli estuvo separado de Django, fue el clarinetista Hubert Rostaing el que acompañó al guitarrista. Sin duda esto se produjo por la influencia del que se conocía como Rey del Swing, el mismísimo Benny Goodman. Acabó la guerra. El 31 de enero de 1946, en plena celebración del armisticio, Reinhardt y Grappelli grabaron su famosa versión de La Marsellesa a ritmo de swingen, sin saber que este fin de la violencia sería el momento en el que el declive de Reinhardt como músico comenzaba. A pesar de su genialidad, Django no supo adaptarse a los nuevos movimientos musicales. Ese mismo año, fue invitado por Ellington para que participara en una
de sus giras, pero llegó incluso a plantar al gran Duke por jugar una partida de billar. De aquello solo quedó una grabación de poca calidad tomada en el Chicago Civic Center. Su música no se adaptaba y él seguía siendo un alma libre que no cuadraba con lo que se le pedía. Sin embargo, Django regresó pensando que el público americano no le habia entendido. Comenzó a tocar la guitarra eléctrica buscando alternativas. Nunca llegó al nivel que alcanzó con su Selmer (fabricada a la medida por Maccaferri). Llegó a asimilar el bebop y en 1948 actuó junto a Gillespie. Se conservan más de 250 grabaciones de su trabajo. A los 43 años murió en Samois-sur-Seine. Se dedicaba más a la pintura y a la pesca que a la música. Una caída y el posteriror colapso fue la causa de la muerte. ~
Stephane Grappelli nació en París el 26 de enero de 1908. Desde muy pronto y gracias a su padre, aprende solfeo y comienza a tocar el violín. Participó como músico en orquestas que acompañaban las escenas del cine mudo. Mientras, iba conociendo la múscia clásica y desarrollaba un gusto importante por la obra de, sobre todo, Ravel y Debussy. Con esta formación clásica, conoce el jazz cuando se encuentra con los trabajos de Gershwin. En 1934 formaría parte del Hot Club Quintette de Francia que lideraba Django Reinhardt. El resto de componentes eran Joseph Reinhardt, Roger Chaput y Louis Vola. Esta era una formación insólita integrada únicamente por instrumentos de cuerda: tres guitarras, violín y contrabajo. No tardó en convertirse en el referente europeo respecto al jazz. Al estallar la II Guerra Mundial se separa del Hot Club Quintette para quedarse en Londres (allí se encontraba la formación cuando comenzaron los primeros combates). Durante el periodo de guerra llegó a tocar con George Shearing. Finalizado el conflicto, regresa a Francia para reincorporarse al quinteto. Una vez desaparecido el Hot Club Quintette y fallecido Django, no dejó los escenarios hasta que la muerte se lo impidió. Grabó discos con los mejores jazzmen de la historia: Oscar Peterson, Coleman Hawkins o Barney Kessel, son algunos de ellos. No faltaron las colaboraciones con músicos como Yehudi Menuhin. Destacó por su sensibilidad musical y su perfección técnica. Y nunca tuvo problema alguno para asimilar las nuevas corrientes musicales. Murió el 1 de diciembre de 1997 en su ciudad natal.
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Música Desde hace muchos años, todo parece moverse a ritmo de jazz. Es algo que sucede con tanta naturalidad que no le prestamos atención, algo de lo que no somos conscientes. Es rara la película que no incluya un tema de jazz. Otra cosa es que
JAZZ Y CINE
Anatomía de un asesinato Gabriel Ramírez Lozano {Una de las cosas mágicas que tiene el cine es la posibilidad de eliminar la frontera que separa la realidad de la ficción para que ambas se fundan. Eso es lo que sucede en Anatomía de un asesinato (Anatomy of a murder, 1959) cuando podemos ver al mismísimo Duke Ellington sentado frente a su piano en un club de mala muerte de un pueblo llamado Iron City. Humo, jazz, ganas irrefrenables de seguir vivo para disfrutar de lo bueno de este mundo. La banda sonora de la película es, lógicamente, de Ellington. 26 Piezas. Todas sugerentes, evocadoras. Midnight Indigo, Grace Valse, Polly, Happy Anatomy… Y pura improvisación que acompaña el desarrollo de los personajes. Ellos, también, parecen ir descubriendo la forma de interpretar su realidad, es decir, la improvisación es el motor de muchos de ellos. La película fue dirigida por Otto Preminger. Ya les adelanto que es un peliculón. Es la adaptación de la novela de Robert Traver (1957) que era, en realidad, John D. Voelker, juez de la Corte Suprema de Michigan. El guión es excelente. Mezcla la comedia con el drama y con una trama judicial que se resuelve sin dudas, con seguridad. En los diálogos encontramos dobles sentidos además de referencias implícitas al se-
xo. Es raro que la censura no pusiera pegas. Y muy probable que el censor no entendiese nada o no intuyese que se la estaban colando con gracia y una gran dosis de maquillaje puritano. El ejemplo más claro lo encontramos cuando se inicia la vista en el juzgado. Se mencionan las bragas de la víctima de violación y se hace advirtiendo que la gente se ríe de esas simplezas, que resultan ridículas ese tipo de cosas. Efectivamente, los asistentes al juicio se parten de
Gabriel Ramírez Lozano {Clint Eastwood es un amante declarado del jazz. No es de extrañar que su primera película como director se desarrolle con una buena carga musical en la que predomina absolutamente ese tipo de música. Aunque en España conocemos este trabajo como Escalofrío en la noche (hubo un tiempo que los títulos alguien se los sacaba de la manga y los plantaba quedándose tan pichi) aunque el título original es Play Misty for me, referencia expresa a un tema compuesto por Erroll Garner en 1954. Pero no solo suena esa canción. El tema de Roberta Flack The First Time Ever I Saw Your Face tiene gran importancia narrativa. Si bien es verdad que está colocado en el momento más flojo de la película, tal vez el más inexplicable por rozar lo blandito y eso que se conoce como relleno, la canción es preciosa. Por si era poco, en esa misma parte que Eastwood utiliza
risa al escuchar la palabra bragas. El censor debió pensar que sería un papelón cargarse la película solo por algunas palabras y debió decidir dejarlo estar. Escuchamos bragas, puta, penetración. Se une la palabra desgarradas a bragas. Esto, hoy, puede parecer poca cosa, pero a finales de los años 50 en Estados Unidos era un escándalo. El padre de James Stewart (protagonista) recomendó no acercarse a esta película por resultar perversa
y una especie de guarrada. Además, la película está llena de miradas que se cruzan, de cambios de actitud (la improvisación a la que me refería), de una capa expresiva que va quedando por debajo de la imagen que aporta un sentido profundo a la película. James Stewart está estupendo. Lee Remick se presenta guapísima, seductora, llena de aristas. Ben Gazzara lo borda. George C. Scott está inmenso. La dirección actoral
JAZZ Y CINE
Escalofrío en la noche para unir los dos bloques narrativos, nos regala unas tomas estupendas del Festival de Jazz de Monterey en las que podemos escuchas jazz del bueno. La película de Eastwood se rodó en cuatro semanas y no hizo falta filmar segundas tomas en estudios distintos. Con un presupuesto de 750.000 dólares, el realizador se estrenó con un trabajo más que digno. No es lo mejor de su carrera como director, pero no está nada mal. El montaje, sobre todo en las escenas violentas, no es el más acertado y esa zona expositiva en la que el personaje principal, Dave, y su amada Tobie, andan entre florecillas, es lo peor. Pero el resultado final resulta
inquietante, oscuro. Encontramos claras influencias del cine de Hitchcock, concretamente de Psicosis. Y, seguramente, de Cára de ángel de Otto Preminger. Por otra parte, Eastwood juega con lo que está dentro y fuera de campo buscando implicación del espectador y generar un cli-
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no sepamos que esa pieza forma parte de un tipo de música que ha impregnado todo lo que escuchamos en las emisoras de radio o en los reproductores personales. Todo es jazz porque todo es swing y todo es, finalmente, blues
JAZZ Y LITERATURA
Nostalgia de Charlie Parker Charlile Parker en plena actuación.
Una escena de ‘Anatomía de un asesinato’.
de Preminger es extraordinaria. El director se toma su tiempo y presenta a todos los personajes en la primera parte de la película para que puedan explotar en su desarrollo en la otra mitad, cuando ya les ha dotado de un arco dramático suficiente. Sumen a todo esto esa partitura de Duke Ellington y tendrán como resultado una de las mejores películas con trama judicial de todos los tiempos. ~ ma opresivo que busque la zona más nerviosa del que asiste al espectáculo. A pesar de ser el protagonista, Eastwood deja que sea Jessica Walter la que crezca en la pantalla sin poner límites. Su Evelyn es uno de los personajes más perversos, agobiantes y odiosos, de la historia del cine. Atracción Fatal, posteriormente, bebió las aguas de esta Evelyn. Aunque de forma más tosca y chapucera. Como pueden imaginar al leer esto, Play Misty for me cuenta el acoso que sufre un hombre (locutor de radio) por parte de una fan. Solo por sentir lo que nos llega desde la pantalla a través del personaje encarnado por Walter, merece la pena echar un vistazo a la película. Fue una suerte que el mentor de Clint Eastwood, el realizador Don Siegel (aparece interpretando el papel de camarero), animase al que era actor y solo actor, para que probase suerte con la dirección. ~
Gabriel Ramírez Lozano {Este libro se publicó, por primera vez, el año 1962. En 2009, la editorial Globalrhythm, con traducción de Ferran Esteve, lo rescataba para los aficionados españoles. Robert George Reisner, el autor, trabajó duro para recopilar los ochenta y un testimonios de amigos, familiares o amantes de l mítico Charlie Parker. Con ellos se nos ofrece un dibujo enorme de lo que fue este genio del jazz, este músico que saltó al vacío y arrastró a todos los jazzmen del mundo. Hubo que reinventar la música. Pero, también, ese dibujo pertenece a una época en la que el mundo cambiaba muy rápidamente. Los negros se alzaban frente los blancos y una de las mejores maneras de hacerlo consistió en hacer una música inaccesible para ellos. Además, en el plano musical, la esencia del jazz estaba en peligro puesto que las acomodadas bandas lideradas por blancos convertía esa música en algo que poco tenía que ver con lo que era. Ted Joans, Art Farmer, Max Roach, Charles Mingus o Miles Davis son algunos de los que hablan sobre Bird. Desde cerca, de primera mano, con testimonios y opiniones que van del reproche a la imagen evocadora de lo que Parker representó en sus vidas. Charlie Parker murió en marzo de
Todo lo que tiene que ver con Parker parece estar revestido de oscuridad
1955. Atormentado, destrozado por las drogas, habiendo vagado por un mundo que le resultaba ajeno y hostil. Pero dejó, tras de sí, una revolución musical que muy pocos artistas han conseguido en la historia de la música. Un cambio que afectó a directores de cine, novelistas y poetas. Todo lo que tiene que ver con Parker parece estar revestido de oscuridad, de sufrimiento y amargura. Sin embargo, no es cierto. Si algo bueno tiene Nostalgia de Charlie Parker es que esa idea se desmonta de una vez por todas. El contrabajista Gene Ramey dice lo siguiente (página 216): «Bird hacía que todos subieran encantados al escenario, porque Charlie era un mago a la hora de transmitirnos mensajes musicales, y hacía que nos partiéramos de risa. […] Cuando salíamos a dar una vuelta en coche en nuestros ratos libres, a veces tomábamos caminos rurales y mirábamos los árboles y veíamos las hojas caer de las ramas; Bird encontraba notas para explicar todos aquellos fenómenos que nos ofrecía la naturaleza». Esto es lo que debe quedar de Parker y no su drogadicción o sus problemas mentales (seguramente producto de su sentimiento de rechazo). Tal vez, este libro no sea la historia de Charlie Parker. Tal vez este libro sea buena parte de la historia del jazz. ~
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Escrito para... La cultura no es cosa de snobs, ni de locos bohemios. La cultura no puede despreciarse porque eso supone lanzar un torpedo a la línea de flotación de la condición humana. La cultura es la herramienta que nos permite comprender lo que ...quedar hipnotizado
El hombre sin atributos
Augusto F. Prieto {La indefinición, ese parece ser el tema de esta novela casi inabordable: la vaguedad de su argumento, significada en un abstracto imperio en decadencia; trasladada a su protagonista, carente de firmeza y de carácter; simbolizada por esa gran obra denominada Acción Paralela que no es más que una entelequia, una inacción, una conspiración oscura que recorre la obra. Si Proust trabajó sobre la memoria, y Mann en torno al tiempo, Robert Musil lo hace sobre la propia indefinición, y lo más válido de su obra es el motivo que le llevó a escribirla –claro, valga la contradicción–, la fijación en el tiempo de una sociedad incapaz de comprenderse a sí misma para trascender. Los tres escritores tienen en común, aparte de su paciencia, de la desmesura y la introspección de sus novelas, la intuición de pertenecer a un mundo que se desvanece y del cual se sienten obligados a actuar como notarios y como enterradores, erigiéndole después con palabras el más fastuoso de los mausoleos. Atraparon una corriente que atraviesa la época, la falta de complejos en el momento de escribir, la dejación de los modelos dramáticos del XIX, cuando aún no se han consolidado los moldes reflexivos del XX, recurriendo por tanto solamente a su propia subjetividad, a su limitada visión de la sociedad, desinteresados por completo de lo que a los lectores les puedan importar o no sus novelas. Ese es el gran mérito de los tres.
El caso de Musil presenta recursos que en su momento y su lugar fueron efectivos, y que hoy percibimos con tedio y lejanía, como son una ironía ambigua, un trasfondo filosófico que suponemos profundamente enraizado en la lengua alemana en la que escribe, y un retrato social que intuimos refinado y certero. Personajes agotadores en una situación absurda, sostenida hasta el infinito –ya que Musil no terminó nunca la novela y por lo tanto no sabemos hasta donde podía haber llegado–, el desarrollo de las ideas y las polémicas que marcaron la época, con el nombre de quienes las
enunciaron o el trasunto de quien las provocó, dan a luz una novela larguísima, que podríamos definir como nietzscheana porque se articula sobre las reflexiones del filósofo alemán; mucho más compleja de lo que parece y que pocos podrán penetrar en su totalidad, obstaculizados los que lo pretendieran –y estuvieran preparados para hacerlo– para recibir su mensaje, por la envergadura del libro y su tono monocorde. Los capítulos sueltos, y los fragmentos que se incluyen en la versión definitiva no representan otra cosa que la consolidación de una obra incompleta, y por lo tanto fallida, bastante incomprensible en su desarrollo, que se dispersa entre una trama con promesas de profundidad, unos personajes que desertan, la mística historia de amor de los protagonistas, y un cuerpo indigerible de parafilosofía y pensamiento. Nada nos queda claro ni completo, más allá de la tenacidad de su autor, que parecía tener entera en la cabeza esta obra inmensa en la que ni siquiera el título, más allá de superficiales lugares comunes, queda debidamente justificado. En el arranque de la segunda parte, el telegrama enviado por el propio padre del protagonista, anunciándole que se ha muerto, es una campanada de atención para que no nos desviemos del tono de la novela, que es el de una ironía amarga, que se prolonga con el desarrollo de un sentimiento incestuoso. Una vez descrito el acuario, comienza la contemplación de los seres que lo habitan, intentado deducir sus comportamientos.
El hombre sin atributos es, posiblemente, la novela más aburrida que yo haya leído nunca, y una de las más densas; y como todas las de este cariz tiene algo de hipnótico: unos diálogos que no son platónicos porque están sembrados de confusión y carecen de maestro (a lo mejor eso es la falta de atributos), y cuya finalidad estriba más en perpetuarse que en concluir. Cuando comienzan las disquisiciones, disfrazadas de diarios, en los que la hermana espía en secreto las reflexiones de Ulrich, el relato de hace insufrible. Leer hoy esta novela, considerada como la más influyente de la literatura en alemán, tiene algo de pose y de esnobismo, pero también es una prueba, una manera de profundizar con sacrificio en la lectura, en cuyo poso quedarán una confabulación nihilista, unos personajes de una frivolidad estremecedora, un diletantismo trasnochado y un poco inconsecuente, y algunas líneas argumentales sin terminar de resolver –destacadamente la de Moosbrugger– un paralelo austrohúngaro del caso Dreyfus, además de algunos momentos sublimes por lo surrealistas, como las visitas al manicomio, o la descripción de Kakania. ~ Calificación: Aburrido. Tipo de lector: Filosófico e intenso. Tipo de lectura: Agotadora. Argumento: Indefinido. Personajes: Ociosos. ¿Dónde puede leerse?: En un café de Viena.
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sucede a lo largo de nuestra existencia. Y una de las formas de ser culto es leer. Por ello, Aladar ofrece alternativas a la televisión, a los debates estériles. Aladar ofrece eso en lo que está todo: literatura. ...no equivocarse en la elección
Detritus Augusto F. Prieto {¿Qué es un libro? ¿Un editor, es autor? Son las primeras reflexiones que nos produce el conocimiento de Detritus. Francis Bacon murió en 1992. En su estudio del número 7 de Race Mews, en Londres, quedó la confusión de objetos propia de un artista grande, caótico, maldito. En 1998 el estudio permanecía intacto, congelado en el tiempo; entonces entraron en él la editora de arte Elena Ochoa con su marido el arquitecto Norman Foster; John Edwards, que fue amante del artista y Brian Clarke, presidente del legado de Bacon. De ese instante (mágico), surge la idea de un libro que se convirtió en una maleta que quizás es un libro. Bajo ese título apropiado, se han editado veinticinco ejemplares, cada uno de los cuales reproduce con fidelidad extrema, una maleta de piel encontrada en ese estudio, que contiene setenta y seis objetos facsímilados y minuciosamente recreados de entre los que se encontraron en un marasmo de detritus (fotografías, páginas de revistas, dibujos, instrumentos, facturas, cartas y notas). Se acompaña cada ejemplar con unos textos realizados por Martin Harrison. Como no podía ser de otra manera, con un objeto-libro que salió a la venta en 2006 al precio de setenta y cinco mil dólares, cada edición está numerada y se acompaña de un certificado de autenticidad firmado por Clarke y el sincero agradecimiento de Lady Norman Foster. No sé si me siguen.
El resultado transmite cierto oportunismo y sensación de tiempo perdido en recrear papeles que no merecían ser facsímilados, porque no todo vale. La maleta, conseguida después de complejos trabajos de recreación y envejecimiento, no convence. No resulta auténtica, porque no lo es. Y la investigación –y la publicación– de esos detritus se intuye que hubiera sido más honesta en algún otro formato. Hubiera sido más interesante documentalmente pero menos mediático y menos rentable. Parece interesante, en cambio, el análisis de Harrison sobre las influencias iconográficas en Bacon y la com-
Morir de cine
pleta documentación archivística y fotográfica que generó el vaciado del estudio y que no deja de ser parte de la obra (aunque no está en la maleta). ~ Calificación: Equivocado. Tipo de lector: Sádicos, fetichistas y baconianos. Tipo de lectura: Interesante documentalmente. ¿Dónde puede verse?: En www.ivorypress.com ¿Dónde encontrarlo?: En www.ivorypress.com y colecciones particulares.
...jovencitos de 12 años en adelante
Escúchame el corazón Calificación: Muy bueno. Tipo de lectura: Muy agradable. Tipo de lector: Cualquier niño o niña de más de doce años. Argumento: Todos contra la injusticia. Personajes: Bien trazados. La protagonista, que quiere ser escritora, concentra buena parte de las ilusiones femeninas de este siglo. ¿Dónde puede leerse?: En el patio del colegio. Gabriel Ramírez Lozano
{Bianca Pitzorno es una escritora italia-
na que siempre ha reivindicado el papel activo de la mujer en la sociedad. Nada de sumisión, nada de interpretar un papel prestado durante siglos que mantie-
ne una posición de desigualdad para las mujeres de todo el mundo. El año 1991 se publicó en Italia Escúchame el corazón. Es un libro para niños y niñas de más de 12 años. No escatima la autora al construir un discurso potente, lleno de ironía, profundidad y gran sentido del humor. Suaviza, dada la extensión de la narración, lo árido de la lectura para una persona joven, con historias que la protagonista inserta en el tronco principal del relato. Ella quiere ser escritora y cuenta todo aquello que se le ocurre. Historias que aparecen cuando Prisca redacta sus ejercicios escolares. Durante los años 50 un grupo de niñas tienen que luchar contra una maestra que busca, de forma injusta, el beneficio de las alumnas más ricas y no duda en castigar, haciendo su vida imposible, a las me-
...saber algo más de cine
nos favorecidas económicamente. Prisca y sus amigas trazan un plan para acabar con esa injusticia de la que los adultos no parecen querer enterarse. Todo se llena de estrategia, venganza y batallas de las que saldrá vencedora la justicia. El libro, en su edición española, está ilustrado por Susana Miranda Morales. Dibujos finos y muy bien encajados en la acción. Esta edición es del año 2008. Es destacable el intento que hace Bianca Pitzorno de enseñar un camino mejor a las jóvenes sin excluir a los varones. Sin entrar en campos incómodos e incomprensibles para los lectores, va dejando claro que el único camino para lograr lo que uno quiere es la perseverancia, la claridad de ideas y una lucha que, finalmente, traerá muchas satisfacciones. ~
Daniel González Irala {José Luis Garci, crítico y director de cine madrileño, artífice del programa de TVE Qué grande es el cine, presenta su primer libro de artículos sobre el invento popularizado por los Lumiere en 1895 en París. Leído en su conjunto resulta un encomiástico rodeo sobre el cine como distracción y disfrute, con una visión de las películas desde la nostalgia del cine ya cerrado de pueblo, desde la necesidad de soñar y estar, a la vez, pegados más a la tierra. Tiene Garci un secreto y a veces incongruente amor por el Hollywood de los 30 y 40, rescatando con cierto tino a directores y películas antaño despreciadas o no vistas y ensalzando desde nuestra patria chica a unos, para olvidarse deliberadamente de otros. Empieza el tomo, haciéndose gala de erudición, con la presentación de la primera crítica escrita por él, haciendo gala de un gusto especial por los filmes de Dino Risi, que posteriormente sería abanderado del neorrealismo italiano; pero la parte que corona la 7ª edición es el rico y sublime afiche dedicado a John Ford, escrito desde una pasión que tal vez le venga contagiada de su amigo Eduardo Torres Dulce. No deja fuera ningún género por apostillar, escribiendo con el mismo entusiasmo de LaCava, Siodmack, Bogdanovitch, Stanley Donen o Henry King, que lo hace de fútbol o boxeo, de mujeres o del madrileño Parque del Retiro, tan cercano a ese barrio de la Estrella donde habitó su primera máquina de escribir. Tiene también el autor su peculiar templo de olvidados y aunque trata la serie B con cierto simplismo, sus apuntes resultan por momentos acertados. ~ Calificación: De relativo interés. Tipo de lector: Aficionados al cine como distracción. Tipo de lectura: Amena y a veces contagia pasión por el oficio. Argumento: Conversaciones sobre cine dirigidas al gran público. Personajes: Sobran algunos, faltan otros. ¿Dónde leerlo?: En cualquier sitio.
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Escrito para... ¿Puede determinar el no tener una librería en casa el que no nos habituemos a la lectura? ¿De qué otras formas de pasar el tiempo nos privan los programas por los que se pasean los famosos de turno, a los que acabamos tomando como modelos? ...aprender a salir a flote
Nadar en agua helada Gabriel Ramírez Lozano {Nadar en agua helada es un poemario escrito por Recaredo Veredas. Un buen libro que no trata de ser oscuro ni tendencioso, ni un muestrario de recursos colocados para que el lector quede deslumbrado. Es un poemario que trata de decir las cosas como sólo puede hacerse en poesía, esto es, con las palabras exactas. Construido desde el poema en prosa trata de ahondar en la ausencia de quien te acompañó, en la bajada a los infiernos propios para tocar fondo, en el pataleo constante que supone salir a flote. Pero, también, en las ayudas externas a las que recurrimos cuando todo parece perdido, en los recuerdos que si no son domados te devoran, en la soledad que asfixia desde una cama deshecha en la que reposa el desecho de lo que fuiste. Con un lenguaje limpio y cuidado (tal vez abusa de algunas palabras que se repiten sin una justificación clara) construye una ciudad soportada en el propio yo porque es lo mismo; una fauna compuesta de remordimientos, preguntas sin posible contestación y elementos muertos e inservibles que fueron vida. Las imágenes no son excesivas o exageradas; algunas de ellas ni siquiera brillan; pero es lo que el poe-
mario necesita. Esa tendencia de algunos autores hacia el numerito literario lo controla bien Recaredo Veredas. Dice lo que hay que decir y lo dice bien. Algunos escritores quieren con su literatura ordenar el mundo para explicarse lo sucedido. Yo no sé si Veredas tiene la intención última de conseguirlo, pero lo que parece claro es que este libro es un vehículo perfecto para ha-
cerlo, para dejar cada cosa en su sitio a modo de exorcismo. Porque el autor, sin apenas dejarse ver (nadie le imagina intentando escribir el poema con la lengua fuera) está en cada palabra escrita. Con el don de la escritura elegante y honda. Porque el mundo, su entorno, se perfila desde la creación de un hombre que tendrá que soportar una realidad dura, fatídica. Es posible que de los
últimos libros de poemas que he leído sea el que mejor sirva para los jóvenes que quieran acercarse a la poesía moderna. Nada de oscuridades queridas, nada de excesos que alejen a los menos entrenados en la lectura. Y, sin duda, es un libro que gustará a todos los que se encuentren con él en las manos. Buen libro. Buen autor. Habrá que seguirle la pista. ~ Calificación: Muy bueno. Tipo de lectura: Amable, exigente y sorprendente casi siempre. Tipo de lector: Cualquiera que quiera acercarse a la poesía. ¿Dónde puede leerse?: Frente a un espejo.
...entender la importancia del soporte en el arte
La obra de arte en la época de su reproducción mecánica Daniel González Irala {Nos encontramos ante la cuarta versión datada de 1939 de uno de los textos fundacionales de la Estética moderna; en él su autor, Walter Benjamín, pensador alemán en el más amplio sentido del término, nos regala una breve, pero enjundiosa reflexión no sólo sobre cómo los soportes mediatizan el aura de toda obra de arte, sino que se estudia cómo en esa ausencia puede haber mayor autenticidad y honestidad por parte de literatos, dramaturgos, fotógrafos o pintores, que en obras anteriores al siglo XX. Pionero para su época, se relaciona la ideología política desde un sentido hondo y, a la vez, persuasivo, de tal forma que el comunismo empieza a considerarse a priori desde las primeras imágenes diáfanas que retrataban lo urbano con una determinada iluminación, mientras que del fascismo nos hacemos partí-
de la peculiaridad de los actores frente a la cámara, no actuando como pudieran hacerlo en un teatro, para así definir la especificidad del medio, alcanzando mayor autenticidad de resultados, pero disminuyendo el goce estético en quién lo percibe, al contrario de lo que sucede en pintura, donde el barniz final hace que todo se muestre indeleble al olvido. ~
cipes a partir de las vanguardias, en que implosionó la idea de que el arte debía ser como una patada en los sentidos del lector o espectador. Editada por Casimiro en formato bolsillo, es ca-
paz de analizar con gran perspicacia, la importancia del cine, a pesar de ser un arte casi recién aparecido; en este sentido, arremete contra el primitivismo de Abel Gance y empieza a hacerlo des-
Calificación: Interesante aún hoy. Tipo de lector: Aficionado a la Estética como disciplina filosófica y sociológica. Tipo de lectura: Amena. Argumento: De cómo la sociedad de masas y la aldea global han cambiado nuestros usos y costumbres respecto a la fruición artística. Personajes: El aura, como esa cosa tan amplia que aún da que reflexionar. ¿Dónde leerlo?: Cerca de cualquier museo, con calma.
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Cuando en estos primeros pasos del siglo, la cultura se supedita al ocio, ¿qué dinamitamos con dicha ociocultura? Preguntas difíciles de contestar. De momento, una buena forma de evitar males mayores en leer ...seguir la luz
La luz de la noche Augusto F. Prieto {Los mitos son La luz de la noche de la humanidad, el faro que nos guía (y que oportunamente aparece dibujado en la cubierta de la edición). Pietro Citati se adentra en la profundidad de esa noche con un resultado desigual, que va a depender de las preferencias y de los intereses de cada uno de sus lectores. Es una opinión personal, pero la recreación del Imperio de los Mexicas en el momento de la conquista (Caída de México), la descripción del universo del Inca (La muerte de los dioses), la visión de China que sobrecogió a los jesuitas en su misión (China y el cristianismo, La ciudad del emperador), o Roma en su desmesura (El sueño de Nerón), son pasajes soberbios, difícilmente superables, de gran belleza y poderosa capacidad de evocación, verdaderos viajes en el tiempo. Lo mismo sucede con los capítulos sobre Los escitas, o sobre Los reyes de Micenas, en los que Citati investiga, intuye, nos pone en situación. En el mismo registro, el ensayista italiano se extiende sobre El sueño del pabellón rojo, la más famosa de las novelas chinas, acercándonos a su complejidad e interpretándola para nosotros en un ensayo
magnífico. Los capítulos que tocan el hecho religioso son rigurosos y bien planteados, nos llevan a las religiones y nos explican sus orígenes desde un cierto gnosticismo: Alá el misericordioso, La Biblia vista desde el islam, Los juegos del Tao, Un pagano lee a san Pablo, El exilio de la Shekhina. El Mesías que renegó rescata a un personaje enigmático y olvidado. En cuanto a los personalísimos ensayos de Pietro Citati sobre libros –Las mil y una noches, El Paraiso, El Apocalipsis– se sitúan en curiosos puntos de vista para comentar esas obras y no dejan de ser interesantes. Sin embargo hay partes más arduas, que quizás sean ideales para una consulta concreta, más que para la lectura conjunta (Retrato de Montaigne, El infinito según Leopardi) y algunos, como los que investigan el mundo de los mitos griegos, son más espesos y se adentran en zonas literarias que han sido más expuestas por historiadores, ensayistas y escritores. Hay también curiosidades como El mundo de las hadas. Una obra peculiar, indefinible, sólida e interesante, sobre la que volver sin duda en posteriores ocasiones. La luz de la noche, un estudio sobre algunos de los grandes mitos en la historia del mundo. ~
Calificación: Muy interesante. Tipo de lector: Aficionado a los mitos, la historia, la literatura, las religiones. Tipo de lectura: Irregular. ¿Dónde puede leerse?: Viajando, por aquí y por allá. ¿Dónde encontrarlo?: Pídelo en tu librería habitual.
...tiempo de profundizar en las grandes obras
Historia de la literatura gay Augusto F. Prieto {Siempre me ha parecido una tontería la discusión sobre si se puede hablar o no de una literatura gay. ¡Claro que se puede hablar! Son las obras literarias en las que los homosexuales de todo el mundo se han reconocido y las que han utilizado para manifestarse. Son la piedra angular de los movimientos reivindicativos que arrancan en los años cincuenta. Algunas son obras en las que son gays los personajes y otras son los autores los que desvelan, voluntaria o inconscientemente su tendencia sexual o su voluntad de tocar ese tema. Ese corpus literario es la piel de la visibilidad. (Hablamos, claro está, de la tradición masculina, la femenina, la lésbica, está desgraciadamente más oculta en la historia y doblemente estigmatizada. Una vez más, y el que escribe lo lamenta, no se habla de ella aquí) Gregory Woods es Profesor titular de Estudios gays y lesbianos de la Trent
University de Nottingham, en Inglaterra, que, sospechamos, está situada a años luz de las universidades españolas. Hace un repaso pormenorizado y exhaustivo de lo gay en la historia de la literatura y no se queda solo en Proust o en Leavitt; en Maurice o en Las Amistades Particulares. No. Woods se arremanga y escarba a fondo en Virgilio y en Dante y en Conrad y en James y en Woolf y en Fleming (Ian) y así hasta completar un imprescindible índice de nombres que llena cinco de las cuatrocientas veintiocho páginas del volu-
men. Investiga sobre las lagunas de lo gay en la poesía del África postcolonial y en lo escrito sobre el holocausto. Revuelve en las literaturas periféricas. Es minucioso y riguroso. Este ensayo debería ser de lectura obligatoria para gays y lesbianas y también para profesores de literatura. Para los que no son ninguna de las tres cosas, es una obra interesantísima de consulta e información. Está estructurado por temas que se suceden en secuencia temporal. Puede ser una guía de lectura fabulosa. El que escribe esta breve reseña siente una gran admiración por el autor a causa de este ensayo. ~ Calificación: Interesantísimo. Tipo de lector: Aficionados a la literatura. Gays. Tipo de lectura: Amena aunque prolija y minuciosa. ¿Dónde puede leerse?: En una biblioteca bien surtida.
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CARTAS A UNA DESCONOCIDA Francisco Hernanz Martos
Black Friday, por supuesto
SENSACIÓN DE OLOR (PABLO NERUDA) FRAGANCIA de lilas...
Claros atardeceres de mi lejana infancia que fluyó como el cauce de unas aguas tranquilas. Y después un pañuelo temblando en la distancia. Bajo el cielo de seda la estrella que titila. Nada más. Pies cansados en las largas errancias y un dolor, un dolor que remuerde y se afila. ...Y a lo lejos campanas, canciones, penas, ansias, vírgenes que tenían tan dulces las pupilas. Fragancia de lilas...
D
e pronto noté el olor: tenía una intensidad coqueta y extravagante, agradable y deliberada pero que me deprimió en segundos. Fue como un golpe, aunque no tan doloroso como desmoralizador. E intenté reconocerlo, buscar el lugar o la época a la que pertenecía. Pero no, era nuevo, y sin embargo semejante a aquellas fragancias que adornaron despiadadamente mi adolescencia; sí, ese calabozo donde tus colegas son carceleros y no les falta de nada, ni dinero, ni afecto, y que hablan un dialecto distinto al tuyo, el dialecto de su clase social. Esto me sucedió en un Centro Comercial para ricachones, de diseño futurista y extravagante, en el que competían las principales firmas del quiero y no puedo y donde el precio de venta de cualquier bobería vive aún en la época dorada de los precios de los que siguen teniendo posibles. Pero había rebajas, por eso estaba allí, pues es entonces cuando los negocios ricos se ponen su disfraz proletario (de lo que ellos creen que debe ser lo proletario) y dejan sus excentricida-
Es entonces [rebajas] cuando los negocios ricos se ponen su disfraz proletario
El arte de cavilar mientras no te fijas en nada es un tipo de justicia interior
des a la altura de un bolsillo burgués de clase humilde. Pero cada minuto que pasaba me abatía más, me envenenaba más. Ese aroma familiar era una dulce tortura y, a la vez, una brusca caricia. Se asemejaba a un oleaje a veces nauseabundo, a veces libertino. Por eso, como un adulto malcriado, decidí quejarme en silencio para escurrir el bulto en cuanto fuera posible. Pero duró poco el dilema. La verdad es que no fue nada grave el rato que pasamos allí: los precios eran buenos aunque la oferta fuera decepcionante. Comentaba animadamente con mi mujer sobre telas, colores, tamaños y otras cacharrerías que se ofertaban como putas en los escaparates y coincidíamos que el esperado lujo no era para tanto. Pasamos por un restaurante de nombre muy isleño y el olor se hizo nutritivo. Pero ya habíamos desayunado y continuamos la imaginaria. Pensé en buscar un árbitro dentro de mí para este tipo de guerra de perfumes. Pero ¿por qué elegir? Nunca es posible ser ecuánime. Porque no es lo mismo el aroma que el tufo, y aquello no era tufo. En fin, que el arte de cavilar mientras no te fijas en nada es un tipo de
justicia interior que uno se debe a sí mismo y que debe ejercitar sin descanso. Así que intenté desatar el olfato de los otros sentidos e intenté concentrarme en otras cosas. En más abrigos, bolsos, colgantes y niños mimados que te empujan. Al final uno se acostumbra a todo, y no porque lo desee sino porque más te vale sufrir las pequeñas molestias con conformismo que hacérselas sufrir a los que te rodean. Y es que los años te adiestran y te hacen ver que los ligamentos del aguante no son tan flexibles ni ágiles, y que tu cuerpo no está para retóricas, ni para malas caras ni para ironías. Decidimos que ya lo habíamos visto todo y buscamos el ascensor que nos llevara al aparcamiento. Pasamos de la excesiva luz navideña a la excesiva penumbra del infierno. Y ya más conforme, note que su olor familiar, a goma, humo, aceite y gasolina, me devolvía al mundo cotidiano del veneno, pero del veneno sin disfraces. Qué mal huele, le dije a mi mujer, que no me oyó. Sí, qué mal olor, pero un olor sin engaño y artificio. ~