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de agosto de 2012

Félix Tito Trinidad

10 de enero de 1973

El campeón de Puerto Rico

Nació en Cupey. Es un boxeador profesional que ha sido campeón multi-división de la Federación Internacional de Boxeo (IBF), la Asociación Mundial de Boxeo (WBA) y del Consejo Mundial de Boxeo (WBC). Tiene un récord de 42 ganados, 3 perdidos y 35 peleas ganadas por nocaut, y es considerado como uno de los mejores boxeadores de la historia de Puerto Rico.

Además de su gloria como boxeador, Tito Trinidad lograba paralizar el país cada vez que subía al cuadrilátero, y luego de cada victoria, la misma se convertía en todo un jolgorio nacional. Su proeza y humildad lo han llevado a ser un ‘querendón’ de la fanaticada boricua e ídolo del lugar de crianza, Cupey Alto.

Tego Calderón

1 de febrero de 1972

El Abayarde

Nació en Santurce, Puerto Rico Con el paso de los años aquel niño llegaría a convertirse en uno de los cantantes más famosos de reggaeton y música nativa de su país, Puerto Rico. Sus composiciones han conseguido tener un éxito importante, en buena parte debido a que demuestran una importante influencia de la salsa y los ritmos característicos de la música antillana; no cabe duda de que ello es el resultado de su gran admiración por el cantante y compositor Ismael Rivera, un ídolo para muchas generaciones de latinos.

El racismo y la vida en la calle son dos de los ejes temáticos alrededor de los que giran las composiciones de Tego Calderón. Su pueblo de tradición africana y su experiencia en la cárcel le han marcado lo suficiente como para que refleje sus sentimientos en muchas de sus canciones y dedique sus esfuerzos a hablar a los jóvenes acerca del mal que pueden encontrar en la calle.

Rafael Hernández

24 de octubre de 1892 11 de diciembre de 1965

El Jibarito

Nació en la ciudad de Aguadilla, Puerto Rico

Figura cimera de la música popular puertorriqueña durante el siglo XX, la obra de Rafael Hernández trasciende la prueba del tiempo y de las generaciones.

Como típico Boricua de la época, buscando progreso, se marchó para Nueva York. Allí lo sorprendió la primera guerra mundial y por motivo de su recién impuesta ciudadanía americana, debió presentarse a las filas del ejército, siendo asignado a la Banda de Música como trombonista. Estuvo en Francia y Alemania y al concluir la guerra, regresó a Estados Unidos, donde se unió durante algún tiempo a una banda de un estado del sur pero los problemas multiplicados del racismo sureño norteamericano le hace regresar a Nueva York, siguiendo después a Cuba, en donde dirigió durante 5 años la orquesta del Teatro Fausto.

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