LOS NO LUGARES. ESPACIOS DEL ANONIMATO. UNA ANTROPOLOGÍA DE LA SOBREMODERNIDAD. Marc Augé.
El lugar antropológico. La búsqueda de la definición antropológica de los lugares ha sido estudiada por los etnólogos en todas las clases sociales y en todas las generaciones de individuos que se han establecido de una manera mas o menos consensuada en zonas de la tierra. Éstos han conservado tradiciones, costumbres y ritos que han diversificado a ese grupo de individuos de otros. El lugar común al etnólogo y a aquellos de los que habla es un lugar. Esas personas que viven en él, lo trabajan, crean sus fronteras y lo defienden, forman un lugar en el que al mismo tiempo ofrecen ofrendas y sacrificios y establecen un culto y una consagración. Los relatos de la fundación del lugar se crean en torno a los genios del lugar y a sus primeros habitantes que se movian en torno a una aventura común. La creación de estos lugares se han formado en torno a la consideración de la cuadrícula de la naturaleza en la que han operado todas las sociedades. El conocimiento por los nativos de una zona habitada de sus tierras, el bosque, los origenes, los puntos notables, así como los lugares de culto o dónde se encuentran las plantas medicinales, permiten al indivíduo conocer su lugar y asegurar el principio de estabilidad. Toda la realidad que subyace en la fantasia nativa y en las ilusiones etnológicas se basan en la formación en el interior de un mismo grupo social de la organización del espacio y en la constitución de lugares. Por esta razón el lugar antropológico se basa en la construcción concreta y simbólica del espacio que se refiere a quienes la vida social, con sus vicisitudes y contradiciones, les asigna un lugar, aunque éste sea modesto y humilde. Consideraremos tres rasgos comunes a estos lugares, son identificatorios, relacionales e históricos. Tendremos que ver en esta consideración que los planos de la casa, las reglas de residencia, los barrios del pueblo, los altares, las plazas públicas o la delimitación de la tierra, corresponen a cada sujeto y qué contenido es a la vez espacial o social. Refiriéndonos a cada sujeto en particular, tenemos que apreciar que el lugar de nacimiento obedece a una ley de lo propio y del nombre propio, según decía Michel de Certau. La definición aristotélica del lugar, que tomó Louis Marin (1), era como una “Superficie primera e inmovil de un cuerpo que rodea a otro, o el espacio en el cual un cuerpo es colocado”. El ejemplo que da Furetiére del lugar es que “cada cuerpo ocupa su lugar”.
(1). Louis Marin, “Le lieu du pouvoir á Versailles”, en La Production des lieux exemplaires, Les Dossiers des séminaires, TTS, pág. 89.
La definición del lugar antropológico es algo geométrico, que se suele establecer a partir de tres formas espaciales simples que constituyen de cierta forma las formas elementales de un espacio social. Se pueden ver en términos geométricos como la línea, la intersección de líneas y del punto de intersección. Se puede ver en la geografía, como más familiar, los itinerarios, los ejes o caminos que conducen de un lugar a otro y que han sido trazados por los hombres. También tendremos en cuenta las encrucijadas o lugares donde los hombres se cruzan, se encuentran o se reunen y que han sido diseñados para abarcar espacios o fronteras más allá de los que otros hombres se definen.