EL PROGRAMA FUNCIONAL EL PROGRAMA FORMAL
HETEROTOPIA: Un estudio sobre la sensibilidad ordenadora de la obra de Alvar Aalto Demetri Porphyrios
1.
La sintaxis planimétrica y seccional (organización de la planta y el corte)
2.
La taxinomia funcional (la clasificación del programa)
3.
La taxinomia de la representación sensorial (la organización de los temas iconográficos)
Borges cita una cierta Enciclopedia china, en donde estĂĄ escrito que: los animales se dividen en: a.) los pertenecientes al Emperador, b.) embalsamados, c.) mansos, d.) chanchos mamones, e.) sirenas, f.) fabulosos, g.) perros perdidos, h.) incluĂdos en la presente clasificaciĂłn, i.) frenĂŠticos, j.) innumerables, k.) delineados con fino pincel de pelo de camello, l.) etc, m.) habiendo roto la jarra de agua recientemente, n.) Aquellos que desde lejos parecen moscas.
(LA CLASIFICACIÓN DEL PROGRAMA)
(LA CLASIFICACIÓN DEL PROGRAMA) FUNCIÓN – REPRESENTACIÓN Obsesión de expresar lo utilizable con lo identificable
EL PROGRAMA ESPACIAL
CENTRO GALLEGO DE ARTE CONTEMPORANEO Alvaro Siza
Empiezo un proyecto cuando visito un sitio (programa y condiciones imprecisos, como casi siempre). Otras veces comienzo incluso antes, a partir de la idea que tengo de un sitio. No quiero decir que quede mucho de un primer esbozo, pero todo empieza ahí. Un sitio vale por lo que es, y por lo que puede o desea ser, cosas quizá opuestas pero jamás sin relación una con otra. Mucho de lo que antes dibujé (mucho de lo que otros dibujaron) fluctúa en el interior del primer dibujo. Sin orden. Tanto que muy poco aparece del sitio que lo evoca todo. Ningún sitio es desierto. Siempre puedo ser uno de sus habitantes. El orden es la aproximación de los opuestos.
A mi me gusta sacrificar muchas cosas, ver apenas lo que inmediatamente me estĂĄ atrayendo, pasear al azar, sin mapa, con una absurda sensaciĂłn de descubridor. Frente al vigilante, frente a quien trata de reunir y comprender, inmovilizar, y que, por tanto, percibe en cada objeto la amenaza de algo que trata de escabullirse, Siza prefiere pasar al azar, pasar sin trayecto, soltar, pasar como un descubridor, como alguien que inaugura el trayecto y, con ĂŠl, el mundo; alguien sin meta, para quien cada punto del trayecto es meta y origen.
A mi me gusta sacrificar muchas cosas, ver apenas lo que inmediatamente me estĂĄ atrayendo, pasear al azar, sin mapa, con una absurda sensaciĂłn de descubridor. Frente al vigilante, frente a quien trata de reunir y comprender, inmovilizar, y que, por tanto, percibe en cada objeto la amenaza de algo que trata de escabullirse, Siza prefiere pasar al azar, pasar sin trayecto, soltar, pasar como un descubridor, como alguien que inaugura el trayecto y, con ĂŠl, el mundo; alguien sin meta, para quien cada punto del trayecto es meta y origen.
A mi me gusta sacrificar muchas cosas, ver apenas lo que inmediatamente me estĂĄ atrayendo, pasear al azar, sin mapa, con una absurda sensaciĂłn de descubridor. Frente al vigilante, frente a quien trata de reunir y comprender, inmovilizar, y que, por tanto, percibe en cada objeto la amenaza de algo que trata de escabullirse, Siza prefiere pasar al azar, pasar sin trayecto, soltar, pasar como un descubridor, como alguien que inaugura el trayecto y, con ĂŠl, el mundo; alguien sin meta, para quien cada punto del trayecto es meta y origen.
A mi me gusta sacrificar muchas cosas, ver apenas lo que inmediatamente me estĂĄ atrayendo, pasear al azar, sin mapa, con una absurda sensaciĂłn de descubridor. Frente al vigilante, frente a quien trata de reunir y comprender, inmovilizar, y que, por tanto, percibe en cada objeto la amenaza de algo que trata de escabullirse, Siza prefiere pasar al azar, pasar sin trayecto, soltar, pasar como un descubridor, como alguien que inaugura el trayecto y, con ĂŠl, el mundo; alguien sin meta, para quien cada punto del trayecto es meta y origen.
A mi me gusta sacrificar muchas cosas, ver apenas lo que inmediatamente me estĂĄ atrayendo, pasear al azar, sin mapa, con una absurda sensaciĂłn de descubridor. Frente al vigilante, frente a quien trata de reunir y comprender, inmovilizar, y que, por tanto, percibe en cada objeto la amenaza de algo que trata de escabullirse, Siza prefiere pasar al azar, pasar sin trayecto, soltar, pasar como un descubridor, como alguien que inaugura el trayecto y, con ĂŠl, el mundo; alguien sin meta, para quien cada punto del trayecto es meta y origen.
[…] para Siza, mirar y palpar, los ojos y la mano, son un mismo instrumento, un mismo sentido perceptivo y activo.
PLANTA BAJA - ACCESO
PLANTA BAJA - ACCESO
PLANTA BAJA - ACCESO
PLANTA BAJA - ACCESO
PLANTA BAJA - ACCESO
PLANTA BAJA - ACCESO
PLANTA BAJA - ACCESO
PLANTA BAJA - ACCESO
PLANTA BAJA - ACCESO
PLANTA ALTA
PLANTA ALTA
La mirada no debe quedar recogida en un recinto, rebotando a ciegas de pared a pared, sino que siempre ha de poder llegar a escurrirse en escorzo, por alguna diagonal, hasta sentirse al aire libre. Cuando se entra a un interior, la primera mirada a de ser siempre para comprobar que, efectivamente, se dispone de salida.
La mirada no debe quedar recogida en un recinto, rebotando a ciegas de pared a pared, sino que siempre ha de poder llegar a escurrirse en escorzo, por alguna diagonal, hasta sentirse al aire libre. Cuando se entra a un interior, la primera mirada a de ser siempre para comprobar que, efectivamente, se dispone de salida.
SITIO ACCESO ESPACIO LIMITE MIRADA LUZ
EL PROGRAMA NO APRIORISTICO
KOLONIHAVEN Enric Miralles
PLANTA
SECCION
PLANTA
PLANTA